[Mini-Evento] Paseando por Metropolis [Ubicación: Hueco del Elevador, Ductos, y Corredores de Servicio de Lexcorp]

Situación Actual: El Hueco del Elevador esta vacio, los elevadores estan bajos. Hay varios ductos que salen del hueco por los cuales infiltrarse, y claro, pueden conducir a corredores de servicio que permiten ir bajando por escaleras de emergencia y otros medios hacia la parte inferior del edificio.

Reglas de Combate:

Tras un recodo del sombrío ducto, tuve que dejarme caer no mas de un metro, y apenas lo hice, note como la luz se colaba por varias rejas dispuestas en intervalos regulares. Accione mi visión de sonar para revisar el entorno. Como supuse, todas las rejas estaban preparadas para detonar si intentaba removerlas. Desactive la visión d mi mascara y me acerque cautelosamente para poder mirar, y ante mi, note el hueco del elevador. Todo era un silencio sepulcral dentro de aquel espacio del edificio, y solo mi respiración calma podía escucharse en toda la escena.

Imagine que seria de esta manera: Recordando los planos de Lexcorp, un descenso cuidadoso por el Hueco del Elevador era la manera mas rápida de alcanzar el subsuelo sin ser detectados, lo cual nos habría tomado cuestión de quince minutos, pero un descenso empleando los pasillos de emergencia y las escaleras era no solo mucho mas riesgoso y expuesto, sino que nos tomaría, cuando menos, el doble. No notaba robots en el área, solamente detonadores ocultos y explosivo plástico, pero algo me decía que Luthor tendría algo preparado para nosotros apenas empezáramos a descender hacia su bóveda. Debíamos movernos rápido, antes de que pudiesen preparar mas medidas de contingencia.

Continué en cuclillas por aquel ducto, sintiendo un aire algo frío colarse por las comisuras de mi máscara. Al parecer, estaba infiltrandome por un ducto de ventilación lateral, que de seguro nacía en varios de los pisos de oficinas. En el edificio entero no habia una sola persona, por lo menos, detectable, y cuanto mas avanzaba, mas me preocupaba: Era irrisorio que no hubiesen guardias de seguridad en todo el edificio, que no se hubiesen activado robots de ataque, o que no se hubiesen tratado de comunicar con nosotros. Tanta quietud de parte de un ególatra como Alexander Luthor era, cuando menos, demasiado sospechosa. ¿Habrá aprendido de sus errores lo suficiente como para adoptar un enfoque mas sutil?

Tras andar unos diez metros, note, por primera vez, una reja del lado opuesto del ducto. No podia oir los pasos de Coral detrás mio, pero estaba casi seguro de que estaria viniendo, quizás tratando de ser aun mas sigilosa que yo, para causarme una impresión positiva. Fútil, pero muy usual en miembros jóvenes de nuestra organización. Iba a acercarme más, pero un sonido me hizo detenerme en seco. Agucé el oído y trate de no respirar.

¡Shot through the heart, and you're to blame! Darling, you give love a bad name...

La voz cantante, femenina, llego hasta mi algo velada. Al parecer, habia un guardia apostado en la reja de ventilación, lo cual delataba que sabian que venia, y sabian que estrategia de aproximación adoptaria. ¿Querrían que viniésemos por aquí? De todas formas, no nos quedaba ninguna otra opción. Me acerqué hasta la reja y activé denuevo el sonar. Un cable muy fino iba de lado a lado de la estructura metálica, y si trataba de removerla, de seguro gatillaría una explosión letal. Por el brillo del cable, evidentemente era metalico, y volviendo a mi visión normal, note el color inconfundible del cobre. Un error propio de la falta de experiencia: Evidentemente, esta persona no me conocia del todo. Al parecer, habia un nuevo criminal con el cual lidiar. Tome mi pistola y la pase al modo taser, apoyando la punta sobre el cable, disparando un suave pulso eléctrico que fundio los gatillos, partiendo el cable sin hacer ningún sonido audible. Tome con mis dedos cada uno de los tornillos por sus cabos y los fui removiendo hasta que pude soltar la reja, la cual sostuve con mi mano. No quería que ella me encontrara en esta situación, o una bala acabaría con todo. Me acerque mas al borde, separando la reja de su marco, sosteniéndola con ambas manos, alzándola un poco.

...I did my part, and you played your ga...¡Ugh!

Un golpe seco a la cabeza con la reja y ella estaba en el suelo. Di un pequeño salto y caí de pie en el suelo, irguiéndome lentamente y observando mis alrededores. No habian mas cables, detonadores o gatillos por ninguna parte. Era obvio que querían que caminara este camino, y no me habían dejado otra alternativa que hacerlo. Lleve mis dedos al costado de mi máscara, y una interferencia aun mas audible me recibió. Estaba algo mas cerca de la fuente que antes. Me acerqué al guardia femenino y la gire, comenzando a remover su chaleco antibalas con premura, palpando su espalda, sus brazos, su cuello. No me tomo mas de un minuto encontrarlo enganchado a la nuca de su camisa blanca: Un microsilenciador radial. No era lo que me impedía comunicarme, pero me indicaba un hecho fundamental: No podría detectar a ninguna persona que llevase esto puesto con mi visión de sonar, lo cual la volvía inútil salvo para detectar los elementos explosivos y sus detonadores, los cuales no estarían presentes en el corredor de emergencia. Una estrategia brillante, solo restaba conocer al autor.

Todo se quedo en silencio, conmigo observando fijamente la abertura del ducto de ventilación, esperando por Coral. No iba a ser una misión fácil, y menos para ella.

Seguir a Batman era como seguir a una sombra en la oscuridad. A veces, le costaba diferenciar su silueta. Al menos, fue así hasta que por fin llegaron a un lugar donde la luz se colaba en forma de rayas por el sitio, a causa de la rejilla. Antes pensó en invocar una pequeña esfera de luz, algo que iluminase un poco el camino que estaban haciendo, pero supo que eso podía llamar la atención de...lo que fuese que pudiese verlos. Sí, iban por los conductos precisamente para no ser vistos y poder moverse hacia diferentes puntos del edificio de forma rápida y medianamente segura, pero...por si acaso. Quizás esa era la frase que más decía siempre su subconsciente: por si acaso esto, por si acaso lo otro...desde que se escapó. Porque nunca se podía fiar de nada en sí.

El aire frío de los siguientes conductos dieron directamente a toda la parte de su cara que no estaba cubierta por la máscara. Su cabello se meció ligeramente. Por suerte, la brisa era demasiado suave como para que echase su capucha hacia atrás. Y todo parecía calmado, sin sonidos, sin palabras, sin...¿canciones? Sí, escuchó una canción, procedente de una voz femenina. No la reconocía. Las luces volvieron a traspasar las rejas para dar algo de visión, pero en ningún momento pudo ver lo que hizo Batman por culpa de lo estrecho que estaba. Sonó un ¡Clonck! que le hizo cerrar su ojo derecho.

¿Qué ha pasado? Preguntó sin querer telepáticamente a la mente de Batman, aunque no le hizo falta respuesta cuando salieron del conducto: el cuerpo femenino yacía en el suelo, y Batman aún tenía la rejilla en sus manos. Ouch, eso tenía que doler bastante. Enseguida, el murciélago empezó a hacer un chequeo rápido a la mujer, así que Coral se dedicó a mirar a ambos lados del lugar, vigilando que no viniese nadie.

Hm...¿te parece bien su mantengo una conexión telepática entre nosotros? Para así no...hacer ruido. Prometo respetar la privacidad, pero entiendo que es incómodo. Se lo volvió a decir mentalmente, sin dejar de vigilar, dándole la espalda. Quería que ambos tuviesen el máximo de sentidos puestos en aquello, así que intentaba brindar una oportunidad de ser aún más sigilosos.

Casi no tuvo tiempo de reaccionar al movimiento del murciélago, notando una fuerte punzada de dolor en el hombro cuando este lo agarró con fuerza, mientras su cuerpo, desprevenido, giró y notó su pecho y torso estamparse contra la pared, soltando al cúmulo de golpes un gemido ahogado como quejido. Y fue ahogado porque logró bajarlo lo más que pudo de volumen, haciendo una mueca por el daño que sintió. Casi pudo sentir el peso de su cuerpo, no dejándole ninguna escapatoria. Y su voz, fría y seca, asomó como una ola gélida por detrás de su oreja, haciendo que se le erizase el bello. Momentos antes había intentado calmarla, decirle que no estuviese nerviosa, pero así era imposible. Su corazón volvía a latir tan fuerte que seguramente hasta el mismísimo Batman lo pudo escuchar.

Sus palabras resonaron en la cabeza de la castaña con cierta reverberación, quedándose escrita en ella, como si fuese una lección que sabía que no tenía que olvidar nunca. Y Coral no pudo más que asentir con toda la firmeza que pudo, para que supiese que lo había entendido perfectamente. Cuando la soltó, entreabrió la boca, dejando salir el aire que había acumulado y aguantado durante aquel momento que, al menos para ella, fue de tensión. Intentó regular su pulso, tranquilizarse, pero le costó, al igual que el intento de destensar su cuerpo.

De acuerdo...

Fue lo único que dijo cuando explicó su plan, casi temiendo decir algo más. Siguió sus pasos, quedando ocultada por la gran sombra que proyectaba el cuerpo entero de Batman. A su lado, ella era pequeña, menuda y frágil. Bueno, a su lado y al de muchos otros, como Nightwing. Aunque Batman era mucho más corpulento que el propio Richard. Pensó en aquello y en varias otras cosas, como el cómo actuar frente a uno de los jefes de la JLA, como era el que tenía en ese momento. Después de lo pasado, no quería cometer más errores, aunque a veces era casi imposible no hacerlo. ¿Si no, como aprenderíamos? Pero todos sus pensamientos desaparecieron en el momento en que notó algo húmedo caer en su cuerpo, acompañado del sonido del agua chocando contra el suelo. Alzó la vista viendo que eran los aspersores anti-incendios, y no puedo evitar el arquear una ceja, mientras escuchaba a Batman.

Si quería parecer original, tampoco tiene mucha creatividad.

Pero para cuando se quiso dar cuenta, Batman estaba sacando algo de su bolsillo. Algo que llamó su atención y conocía de Nightwing y Batgirl: una "bat"garra, como ellos mismos lo llamaban. Bueno, Dick le modificó un poco el nombre...pero ya se entendía. Y cuando se la dio, sintió emoción. Ella siempre se había tenido que mover por portales, pero eso no le permitía sentirse por mucho tiempo suspendida en el aire ni nada parecido, una sensación que adoraba. Pero siempre había visto a la Batfamily hacerlo...y pocas veces había tenido la oportunidad de hacerlo ella también con cualquiera de ellos. Batman tenía un plan, y ella pensaba cumplir perfectamente su parte, así que afinó su mirada con una seguridad que antes no se había atrevido a mostrar. Quizás el que hubiese confiado en ella para darle uno de sus objetos le había dado nueva valentía frente a él. Y lo agradecía muchísimo. Se asomó por las escaleras, buscando con la mirada la planta baja.

Su mente actuó rápido, haciéndose un mapa mental de todo el lugar, para saber donde podía moverse. Desde pequeña había aprendido a hacerlo, ya que era una de las mejores formas de utilizar su habilidad. Y de la misma forma que Batman tiró las granadas de humo, ella apuntó con la Batgarra a una de las vigas que estaban por encima de ellos, aprovechando el impulso de la recogida para sentir como su cuerpo se elevaba,  al mismo momento en que Batman salía corriendo, quedando solo como una sombra borrosa. Un vampiro que iba a engullir tu sangre mientras tu visión casi quedaba nula. Una vez en su posición, utilizó el gancho para empezar a bajar poco a poco, intentando que el sonido de la cuerda se escuchase lo mínimo. Incluso llegó a distinguir algunos golpes secos, seguramente dados por el caballero oscuro. A veces podía distinguirle de nuevo.

Poco a poco el humo se iba disipando, pero no por mucho tiempo. Lo que pudo contar que eran tres nuevas granadas pasaron cerca de ella, escuchando su repicar cuando llegó a la planta baja. Tal y como Batman lo dijo, ella lo hizo: en el último instante, invocó uno de sus hechizos en voz baja, un hechizo que creaba una pequeña distorsión de luz en una zona, creando un flash capaz de cegar durante algo de tiempo a cualquiera. Aquello obligó al guardia que cerrase casi inmediatamente los ojos. Disparó, sí, pero hacia abajo, dejando un agujero con la bala incrustada en el suelo. Además, la propia luz le ayudó a averiguar su posición exacta, así que aprovechó el balanceo que cogió la propia cuerda para acabar estirando las piernas hacia adelante, propinándole una fuerte patada en el pectorar, que obligó al hombre caer directamente el suelo. Hizo que la batgarra se soltase de la viga y empezase a recogerse de nuevo mientras se ponía justo encima, noqueándolo para que no pudiese moverse, entrando en su mente.

-Dímelo. ¿Donde está el disruptor de señales? Habla rápido.

-Que te jodan. No voy a decirte nada, criaja.

Allí estaba, la información que necesitaba. Lo pensó casi instantáneamente, y ella guardó en su memoria la localización.

-Buenas noches. - Le asestó un golpe en la nunca, dejándolo inconsciente. Viejas técnicas, útiles para aquellos momentos. Y dejo el cuerpo ahí, mientras volvía a salir del hueco.

¿Batman? Lo he localizado. Está en la cental de seguridad del edificio. Protegida por robots, en el piso 30. También he visto las posiciones de algunos de sus compañeros. Por esa zona hay dos guardias caminando todo el pasillo para proteger ambas entradas. El punto de encuentro de sus vigilancias son justo frente a cada ascensor. Pero he visto como es el lugar, podría abrir uno de mis portales...aunque solo a la entrada. Este guardia nunca estuvo dentro de la sala.

Mientras le explicó aquello, volvió a utilizar la batgarra para subir por los pisos hasta que localizó a Batman, llegando de nuevo a su lado. Sí, le había encantado utilizarla.

Pareció ser que toda aquella planta quedó “limpia” de problemas, y nunca mejor dicho. Tenía el pelo algo mojado por culpa de los dispersores, ya que con todo el movimiento, su capucha se había bajado, aunque no tardó en ponérsela de nuevo en el momento en que volvió a llegar al lado de Batman, esperando a sus nuevas órdenes. Si algo tenía claro de su posición era que no pensaba tomarse la libertad de hacer nada a menos de que lo considerase totalmente necesario. Sabía que aquella misión era de las cosas más importantes que había en aquel momento, y no se estaba enfrentando precisamente a villanos de grado bajo o medio. No, ya había descubierto suficiente sobre los peores que el mundo tenía, y Lex Luthor, a ojos de la justicia, era de los más reconocidos y peores. Eterno rival de Superman, según le contó Bárbara en su día, y un gran dolor de cabeza para todos.  Cuando el susodicho se marchó, hubo cierto revuelo, en especial para el pobre Conner Kent, que fue el que menos llegó a entenderlo. Seguramente sintió un deje de abandono por parte de lo que él consideraba un padre, y su mal humor aumentó durante varios días, hasta que los demás (incluyéndose ella) consiguieron hacerle sentir mejor. Ahora esperaban el regreso del hombre de acero…y tenía la curiosidad de si podría llegar a hablar con él, preguntarle cosas sobre el espacio exterior. Aunque eso tendría que esperar hasta que la euforia de su retorno pasara, y seguramente la JLA tuviese que ponerse al día con muchas cosas.

Evitaré abrir portales en zonas peligrosas, a menos de que sea necesario.

Por suerte, era buena siendo sigilosa. No en vano había tenido un entrenamiento tan estricto y firme con ese tipo de cosas. La palabra asesina solía venir acompañada con la de discreción, a menos de que quisieses ser reconocida mundialmente y ponerte en peligro cada dos por tres. O eso o acabar siendo una terrorista por crear masacres para un solo objetivo. Pero no debía pensar en ese término. Ella no era así. Aunque tenía una visión distinta de la justicia de lo que la mayoría de héroes, no se podía permitir el eliminar las vidas de otras personas, por mucho que hubiese conocido villanos que merecían  acabar enterrados  en un ataúd y sufrir hasta el último aliento todo el daño que habían hecho. Aunque a veces se preguntaba si llegaría algún momento en que su momento y razón dijesen basta. Era mejor no pensar en esas cosas…no por el momento. Pero muchas veces tenía esa lucha moral que la atormentaba, en especial cuando sucedían cosas horribles.

Prometo que nadie morirá…

Dejó la frase en el aire. Pensaba cumplir su palabra, pero que Batman le dijese eso la acongojó un poco.  Por otra parte, recordó todas sus palabras y normas, y para finalizar todo, asintió firmemente con la cabeza, manteniendo aquella línea recta en sus labios y una mirada que, para muchos, miraba dentro de ellos.  Así, dejando las condiciones claras, empezaron a moverse. Coral iba mirando a sus espaldas y costados mientras iba detrás de Batman, procurando vigilar por si aparecía alguien tras sus pasos, pero nada.  No había nadie.  Y era lógico, visto el revuelo que se causó en  las escaleras de emergencia.  Varios de los guardias habrían ido a ayudar a sus compañeros,  ¿no? Algo de humanidad tendrían ellos…sobretodo porque muchos tendrían familia, y solo estaban ahí por orden de su jefe.  Tras lo que a ella le pareció una eternidad, llegaron por fin a la puerta blindada que había podido ver en las memorias del guardia que noqueó, pero no se avanzó ni un ápice, quedando justo pegada a la pared junto al murciélago. Echó un último vistazo hacia atrás para ver que no había aparecido nadie y volvió su mirada hacia el héroe,  sin poder evitar el mirar lo que hacía con curiosidad. En cierto modo, le fascinaba ver ese tipo de cosas, y como Batman conocía todo aquello sin problemas. Cuando abrió la puerta y  Batman asintió para decirle que ya podía ir, Coral se movió sigilosamente por delante de él, entrando. Cuando la gran puerta se cerró tras ellos, pudo percibir un suave sonido metálico y de engranaje, demostrando que volvía a ser totalmente segura.  Echó un vistazo rápido a todo el lugar, pero de nuevo, él volvió a captar su atención, observando detenidamente lo que hacía. Si de algo empezaba a estar segura, era que con aquella misión y junto a uno de los mayores héroes del tiempo aprendería bastante. También empezaba a ver de dónde había sacado Nightwing todas sus cosas.  

Aunque no llegó a ver lo que pasaba, cuando Batman volvió a andar, ella lo hizo también.  A fin y a cuentas, él sabía perfectamente lo que hacía. Pasaron al lado del hombre que yacía en el suelo inconsciente, con el Batarang aún clavado en su chaleco, sacando un poco de humo que se disipó casi al instante. Por supuesto, el chaleco era antibalas, así que el arma nunca llegó a clavarse en su carne.  Por lo visto, el hombre no estaba leyendo, sino deleitándose visualmente con un vídeo pornográfico.  La castaña no pudo evitar arquear una ceja. ¿Quién en su sano juicio se ponía a ver cosas así estando de servicio en algo que, técnicamente, se tendría que haber avisado que era importante? A veces no llegaba a comprender a la gente, de verdad. Miró de reojo a Batman, quien seguía con su rostro serio,  sin ni siquiera inmutarse. Y el mejor detective del mundo no tardó ni un minuto en encontrar la solución, escuchando de repente un ruido tras de sí, girándose y viendo como dos de los paneles se movían,  mostrando el ascensor que ambos habían buscado desde el principio.

No entiendo como a veces grandes villanos llegan a tener seguridad tan incompetente…

Aquello en realidad lo pensó total y plenamente para ella, pero con el vínculo mental, Batman lo pudo escuchar. Se acercó al ascensor, pero no llegó a entrar por orden suya, parándose justo en frente. Batman alegó que iría primero, y a pesar de que a nadie le haría ilusión quedarse solo en un edificio perteneciente a una de las mentes criminales más grandes del mundo, asintió sin dudarlo.

Avísame en cuanto quieras que suba, estaré aquí de mientras. A cualquier problema te avisaré.

Y tras ese último pensamiento, se quedó mirando como Batman desaparecía por la parte de arriba, sin dejar rastro de su presencia. No podía evitar verle distinto a los demás. Era su forma de pensar, de actuar.  Incluso Dick, que había sido su aprendiz, no tenía casi nada de él en ese sentido, y veía las cosas muy diferentes a él. Sus gestos, sus expresiones…y sin adentrarse demasiado, su forma de moverse. Se dio media vuelta y se dirigió al ordenador, mirando a ver si había algo interesante mientras esperaba la voz del caballero oscuro.  Abrió varias carpetas, sin nada interesante. Por lo visto, no les permitía tener mucho en esos ordenadores… seguramente por la gente que los manejaba. Siguió investigando, aprovechando en poner en práctica todas las cosas que Batgirl le había enseñado con el paso del tiempo, adentrándose mejor en la base de datos y…Bingo! Encontró un archivo bastante interesante, una forma de cómo desconectar a los robots que Lex tenía a su disposición. En el propio archivo decía que solo se tenía que aplicar en caso de que  estos perdiesen el control. Vamos, si era  VERDADERAMENTE necesario. Los guardias necesitaban saberlo, porque sino capaces eran de cargarse el edificio entero, y nunca te podías fiar del todo de la IA.  Si no, que le recordasen lo que llegó a hacer Tornado Rojo en monte justicia…fuere como fuere, ahora tenía en la memoria esa información, y estaba segura de que resultaría muy interesante ponerla en práctica en caso de que llegase a encontrarse con estos.  Dejó el ordenador y casi al instante, volvió a escuchar la voz de Batman, y no para bien: problemas. Casi se llevó las manos a la cabeza cuando supo que tendría que moverse sola por ahí, para encontrar las antenas que hacían que siguiese funcionando. Y la repentina presión que sintió fue más por el saber que al mínimo fallo que cometiese la misión podría irse al garete que no por el tener que hacerlo. Por suerte, sabía canalizar ese tipo de sentimientos, y el pensamiento de pensar que podría con ello, de que ella era Twilight, le daba ánimos.

Además, no podía decepcionar a Batman.

Muy bien, a ello voy. Deséame suerte! A pesar de que quiso mantenerse seria durante la misión, se dio cuenta de que no podía evitar soltar aquellas pequeñas frases, más positivas y relajantes, que hacían que la tensión se disipara un poco, porque Batman estaba empezando a generarle más confianza y seguridad. Se sentía más tranquila que al principio con él. Además, su humor muchas veces venía acompañado de una ironía sana, sin crueldad. A menos de que fuese a alguien que le cayese mal, eso estaba claro (sí, los villanos estaban en la primera parte de su lista negra de ironía “cruel”.) Esta vez fue ella quien entró en el ascensor, subiendo por el hueco que tenía, llegando a ver el largo túnel vertical que había tanto por encima como por debajo de este.  Una caída en cualquiera de los dos lados podría ser mortal.  Piso 15, no? Si la sala de seguridad estaba también frente a la entrada del ascensor secreto, la cosa iría mucho mejor, así que cruzó dedos por ello.  Primero, apuntó con la Batgarra a una de las vigas metálicas que sujetaban toda la estructura, resistente a casi cualquier cosa, e incluso reforzada. Una vez el cable se tensó, ella dio un pequeño salto hacia el vacío, quedando sujetada por la cuerda tensa. Pulsó la palanca de bajada, notando como su cuerpo, en todo su peso, empezó a descender, mientras que el cable hacía un sonido leve pero constante. Fue contando las puertas desde el piso en el que estaba  hasta que llegó a la 15.  Lo más fácil hubiese sido coger el  propio ascensor, pero si era la única salida del presidente de la empresa, dudaba que no llegase a saber cuándo se movía y cuando no, además de que entonces tendría un bonito comité de bienvenida pensando todo el mundo que era Luthor.

Colgada, buscó en el sistema el botón que accionaba a las puertas, para que se abriesen a pesar de que no había ascensor alguno. No tardó en encontrarlos en una de las cajetillas, pulsándolo y empezando a abrirse estas. Aun así, no se asomó: siguió al lado de la puerta, fuera de la vista de quien fuese que estaba ahí. Si no veía ascensor, tendría que asomarse para ver qué pasaba. La puerta secreta se abrió del todo. Siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno…y ahí estaba guardia, asomando su cara. Cuando la vio, ya era demasiado tarde: Coral le propinó un buen golpe en la cara, que lo hizo caer hacia atrás casi al instante. Desenganchó la Batgarra mientras se colaba por el hueco, cayendo frente al blando cuerpo del hombre aturdido. Se aseguró de que no iba a levantarse en un buen rato apretando un poco su cuello para desmayarlo y se levantó.  Había otro ordenador, pero pocas más cosas visibles. Genial, estaría escondida.  Se acercó a la mesilla, empezando a buscar por los cajones, pero nada. Se paró a echar un vistazo a toda la habitación: todo parecía tan normal… no debería haber dejado tan inconsciente al guardia, lástima. Y ahora mismo, en su subconsciente podía haber cualquier cosa menos la idea de donde podía estar aquel generador. Pero, era seguro de que estuviese allí?

…Mierda.

Empezó a revolver entre las estanterías, pero nada. Se dirigió al pasillo, mirando a ver si había alguien, y a lo lejos pudo distinguir una sombra. Encima no estaba sola... pero tendría que ver a ese hombre si quería saber dónde estaba el dichoso generador. Salió de la habitación y empezó a caminar algo agachada, con sigilo. La sombra no se movía ni un ápice, así que supuso que estaría quieto, a cierta distancia de la pared. Poco a poco…poco a poco…tal y como hizo Batman, ella también tenía algunas bolas de humo. Dick le enseñó a llevarlas siempre encima, y aunque pocas veces las había utilizado, eran de gran utilidad. Dejó rodar una hacia el lugar donde estaba el hombre, y en cuatro segundos la sombra se movió, mirando hacia abajo. De repente, la gran humareda fue directa a su cara, empezando a toser, y ella aprovechó para colarse en el muro y colocarlo contra la pared, obligándole a soltar la pistola y cogiéndola, siendo esta vez Coral quien apuntaba a la cabeza del guarida.

-Dime donde está el generador que da energía al disrruptor, por favor.

El hombre tartamudeó con miedo, y ella se apegó más a él, amenazante. Era un chico joven, de unos 5 años mayor que ella.

-Está en un pequeño compartimento, en la sala que da a la derecha…e-es fácil, justo debajo de la mesa…

-Hay más guardias dentro?

-Dos…solo dos...

-Algo más?

El chico se quedó callado. Incluso empezaba a sentirse mareado por la presión, y negó con la cabeza, que intentaba mantenerla lo más lejos posible del arma.

-Perfecto, gracias! –y con una sonrisa en sus labios, soltó la pistola hacia arriba y la cogió de forma inversa, propinándole un buen golpe con el mango de esta, que le hizo caer inconsciente casi al instante. Ahora solo faltaban esos dos y listo. Se agachó y empezó a quitarle todo al hombre, poniéndoselo ella encima. Le iba algo grande, pero con el cinturón y el chaleco, casi no se notaba. Se dirgió a la puerta vestida de guardia y la abrió de golpe, como alertada. Los dos hombres que estaban allí se quedaron extrañados, pero ella se metió en su papel.

-Necesitamos ayuda en el piso 16, Batman ha noqueado a dos de los nuestros! Los demás pisos están en alerta. Tengo a los supervivientes al final del pasillo.

Ambos se miraron, dudando, pero se acercaron a la puerta para asomarse y ver si era verdad. Coral aprovechó que quedó detrás de ellos y casi al instante cogió las cabezas de ambos, chocándolas entre sí con fuerza. El propio golpe hizo que cayesen atontados. Problema solucionado. Se dirigió a la mesa del lugar y buscó debajo: efectivamente, había un compartimento visible solo si te agachbas, con el generador. Lo abrió e invocó uno de sus hechizos, una bola manipulada de luz que, a la frecuencia indicada, estalló dentro de la caja, reventándolo.

Batman? Ya está. Ahora la antena ya no debería funcionar. Dijo de forma animada.