Un futuro para Genosha [Magneto]

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Vestido con un traje negro hecho a medida, me siento en la Sala de Juntas. Explico parte por parte los puntos a favor de lo que voy a hacer, pero no puedo evitar tener dudas yo mismo. Erik Lehnsherr, alias Magneto, es conocido en su mundo de origen por ser el líder de un país acosado por EEUU y por casi el mundo entero por ser el país de los mutantes. Su historial no es precisamente el mejor, digno de un terrorista, pero su causa, a pesar de todo, es justa. Desde el incidente de la fusión de dimensiones, he estado intentando determinar las nuevas amenazas que la polémica mutante ha traído a su mundo, pero los periódicos se confunden unos con otros y los archivos fiables son pocos. Para colmo de males, Genosha es un búnker frente a los espionajes, lo cual no me sorprende. Necesito poner mi tecnología dentro de su país, si quiero saber si es realmente una amenaza. No estoy seguro de lo que quiere, pero imagino que la naturaleza de los negocios de Industria Wayne no le ha atraído por su capacidad bélica, ni mucho menos. Si lo único que desea es construir un paraíso para los suyos, no puedo negarme a ayudarle. Pues aquella era la meta que yo mismo deseaba para Gotham.

-Estoy decidido a ayudarlo siempre y cuando lo haga bajo los términos de Industrias Wayne, sin posibilidad de cambio. ¿Todos conformes?

Por supuesto que lo estaban. Todos habían conocido a mi padre y sabían que había heredado no sólo su modo de ver las cosas, sino su determinación. Doy por concluída la reunión para tranquilizar a los principales socios y es entonces cuando tengo cinco minutos para respirar y pensar. Magneto era un personaje importante de los mutantes y debía ser tratado con el mayor respeto. No le haría esperar ni le mandaría ninguna secretaría. Le recibiré yo mismo y hablaremos en mi despacho. Escucharé lo que quiera decirme, leeré entre líneas lo que quiere decir en realidad y tomaré una decisión basada en mi capacidad de juzgar a la gente. No tengo otra alternativa... de momento.

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El rascacielos era enorme, eso había que admitirlo. La torre de Industrias Wayne, aún respetando los límites de lo estético y de lo legal, era el edificio más alto de Gotham y el más moderno. La estructura era nueva pero respetaba parte de la estética de Gotham, sin repetirse a su vez. No hizo falta que Magneto abriese la puerta: un montón de gente trajeada salió hablando entre ellos, y el último le mantuvo la puerta hasta que pasó, en deferencia a su edad y claramente sin haberle reconocido. En el interior, había una atmósfera apacible de luces blancas, y el lugar se parecía más a un hotel, al menos en sus planta más baja. Una secretaria le sonrió mientras se acercó al mostrador, pero fue interrumpido por un hombre alto, apuesto y embutido en un traje que le quedaba fantástico. No era ni más ni menos que Bruce Wayne, principal accionista y heredero de Industrias Wayne, que con una sonrisa y un apretón de manos firme y amistoso le daba la bienvenida.

-Bienvenido, señor Lehnsherr, mi nombre es Bruce Wayne. Bienvenido a Industrias Wayne.

Una sonrisa confiable, un apretón impecable y una invitación a seguirme es lo que le doy de entrada. El hombre tiene el brillo en los ojos de una persona muy perspicaz, pero yo sólo reflejo la imagen de un playboy millonario con tendencias humanitarias. Cogemos el ascensor hasta la última planta, donde está mi despacho. Mi bella secretaria nos saluda y le devuelvo el saludo con familiaridad, antes de trapasar la doble puerta de madera. Una vez allí, Magneto puede regalarse la vista con una cristalera desde la que se puede ver todo Gotham, pero no sin pasar antes por mi gran escritorio pisando la alfombra de colores vivos. Hay un par de sillones en una zona apartada que flanquean un sofá, pero de momento le ofrezco una profesionalidad que parece un poco incómoda para mi forma de ser. A todas luces, Bruce Wayne prefiere la buena vida que los negocios, pero que respeta a Magneto lo suficiente como para atenderle en persona.

-¿Desea algo del minibar? Tenemos un poco de todo.

No espero a que me responda para dirigirme hacia el minibar, mientras le dejo que se siente en un sillón frente al escritorio con aspecto de ser menos cómodo pero más acorde con la situación. Me sirvo un whiskey con hielo en un vaso grueso, y me giró sólo a medias para ver si puedo tentarlo con una bebida. Me muestro un poco incómodo pero nunca nervioso, pues estoy acostumbrado a lidiar con tiburones empresariales sin alma, se me nota que simplemente es el primer mutante del que tengo noticia que conozco en persona. Y mientras tanto, voy tomando nota mental de todas las flaquezas, todas las palabras y sus tonos, intentando descubrir qué es lo que desea realmente Magneto de Industrias Wayne, y si estoy dispuesto a entregárselo.

Industrias Wayne, en Gotham City. Una de las pocas empresas del "otro mundo" que se habían dignado a responder y ofrecer un acercamiento en lugar de un clásico silencio administrativo lleno de miedo. La otra empresa era Lexcorp, con sede en Metrópolis. Si bien en principio estaba pensando en responder a la segunda, debido al inmenso volumen comparativamente hablando, había algo que le había llamado poderosamente la atención al revisar los datos de la primera.

Inmaculada. Intachable. Ni una sóla acusación a ninguno de sus dignatarios, y al parecer, el filántropo y hombre de negocios Bruce Wayne sólo copaba las páginas de la prensa rosa, no la de sucesos ni la de economía. Intrigante, cuantro menos, pero no inusual... Al menos, no si uno se basaba en sus conocimientos. Había varios casos de empresas así... y siempre era un factor importante : había un genio detrás. El ejemplo más claro era Tony Stark y sus altos y bajos, sin duda. Aunque, sin embargo, que ese caso no se diera en "la ciudad con mayor criminalidad del país" y que el edificio no se viera afectado indicaba que había algo único, sin duda.

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El edificio en sí, sin embargo, parecía uno más de los innumerables centros de negocios que llenaban los Estados Unidos de no ser por su gigantesca altura. Así pues, no le prestó mucha importancia cuando con su impecable traje gris se dirigió a la entrada. Allí, el propio Wayne le esperaba, lo que indicaba su inusualidad... y en el apretón de manos, también indicaba que no era precisamente un hombre de negocios sencillo. Había una fuerza en su apretón, una cierta carisma natural... y un aura que él mismo podía apreciar : la de una voluntad inquebrantable, tanto como la suya. Era un hombre que destacaba sobre el resto simplemente por su propia presencia. Y eso era algo, sobre todo para Magnus.

- Gracias, señor Wayne. Un placer estar aquí - respondió cortesmente. Después de todo, y como ya había dicho, era uno de los pocos que se había dignado en responder.

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En la subida en el ascensor, en la que no hablaron, Magneto decidió usar uno de sus poderes, dificilmente apreciable : la capacidad de sentir los campos, tanto magnéticos como eléctricos, ya que el electromagnetismo abría ambas opciones a sus sentidos. Industrias Wayne estaba llena de ello... y no solo hacia arriba... la ramificación hacia abajo indicaba cosas muy interesantes... estaba claro que no podría acceder a ello... pero no todo el mundo tiene sótanos... y menos TANTOS sótanos... y sobre todo, no usaba tanta electricidad como parecía. Sin duda, era una empresa única, muy probablemente en el mismo estilo que Stark International.

Finalmente, llegaron a la última planta, donde tras pasar por la empleada de rigor se encontraron en un respetable despacho, lo justo para ser confortable pero no del tipo que llena la planta entera sólo para satisfacer el ego de las personas. Eso sí, la vista era impresionante...

-No, gracias, el desayuno del hotel ha sido suficiente - declinó el ofrecimiento del anfitrión. El alcohol era para las situaciones de victoria, y él no había ganado. Aún. - Iré al grano, señor Wayne, no me gusta marear la perdiz. Supongo que sabrá toda esta situación en el último mes ha... causado situaciones inusuales como la que se presenta ante usted. Debo preguntarle... ¿cuál es su postura ante los humanos con poderes sobrenaturales, también llamados "mutantes"? - soltó cual escopeta de repetición. A bocajarro, directo, concreto. Sus ojos se entrecerraron ligeramente, analizando pormenorizadamente la figura de Bruce Wayne. No sólo era importante lo que iba a responder, sino el cómo, los movimientos, los tics nerviosos. No es que fuera un experto en esas cosas... pero revelaba mucho de una persona. Y la partida de ajedrez podía ser muy larga, con una defensa siciliana... o quizás podía ser tan sencillo como el mate del pastor.

Hay un momento de tensión, apenas uno o dos segundos, cuando nuestras miradas se cruzan y si un murciélago hubiese volado entre los dos, lo más seguro es que se hubiese golpeado las narices ante una fuerza sólida y tangible. Pero Bruce es un hombre de negocios y un filántropo, así que me limito a sonreír quitándole hierro al asunto. a Magneto le preocupa mis opiniones sobre los mutantes, que no son ni más ni menos que las mismas para los seres humanos. Respeta la ley y la justicia, y eres bienvenido. Sé un criminal y ni todos los poderes del universo me pararán hasta encontrarte, derrotarte y encerrarte en una celda. Gotham es mi territorio y nadie, ni el mismísimo Superman, tenía derecho a poner un pie en ella con intenciones criminales.

-Tenemos algunos en Gotham, tengo entendido. Incluso antes de que empezasen a brotar cosas del otro mundo. Creo que todo el mundo se merece una oportunidad.

Era obvio que el magnate de Industrias Wayne no diferenciaba entre un ser humano mutado por alguna suerte de accidente o un mutnte nacido genuinamente con el Gen X, un error perfectamente comprensible y común entre cualquiera que no supiese demasiado sobre genética mutante. Me siento impelido a añadir algo más, porque Bruce es un hombre de ciencia y de dinero y nunca ha visto ante sus ojos la magia que Batman ha visto.

-Y no creo que sean tan "sobrenaturales". Si han nacido así, es que es natural, ¿no es cierto? Siéntase libre de corregirme si me equivoco, yo no soy doctor como mi padre.

Sí, siéntete libre de corregirme, Magneto. Atrévete a contarme cosas que ya sé, para que pueda determinar qué hay bajo aquella máscara que todos llevaban. Habla, ábrete al multimillonario tolerante de mente y oídos abiertos que sólo desea ayudar a todo el mundo y que tiene la capacidad de llenar Genosha de avances tecnológicos sin par. Ya he deducido que Magneto es un hombre totalmente entregado a su causa, algo respetable y, por supuesto, peligroso. Sus poderes eran lo de menos, un hombre con la determinación necesaria podía mover el mundo. Julio César no era un mutante, como tampoco lo fueron Napoleón, Hitler, Einstein o, por poner un ejemplo ficticio, Sherlock Holmes. Y su pregunta, había sido tan agresiva, tan directa. No se andaba con pies de plomo, está acostumbrado a atacar allí donde dolía y golpear bien duro. En ciertos aspectos, era como estar mirándose a un espejo.

Tenía que ser más cauteloso la próxima vez. Su control del magnetismo era soberbio, si lo que había recogido sobre él era cierto. Tendría que aislar los sótanos antes de su posible segunda visita, y diseñar un traje a prueba de conductismo. Un disruptor de campos magnéticos era totalmente necesario, también. Modificaciones a su arsenal para añadir una buena cantidad de polímeros allí donde hay que sustituir al metal y quizás incluso blindar algunas partes del edificio... No, eso no, no deseo ponerle bajo alerta. No iba a meterlo en una cárcel de goma, porque él lo sabría. Debo tener en cuenta que no se enfrenta a Batman, sólo a Bruce Wayne. Y Bruce Wayne confía en la gente, les da oportunidades, becas, sonrisas y proyectos para el futuro. Era Batman el que siempre estaba preparado, el que no confiaba ni en sí mismo, el sensato.

Una respuesta digna de un filántropo. Pero los filántropos no tienen unas industrias gigantescas ni están sólos en su despacho para tratos de negocios... aquellos que no tienen consejeros deben tener una voluntad y un cerebro privilegiado para ver las fintas en las fintas. No se había equivocado con Wayne, no señor, era toda una caja de sorpresas.

- Celebro su opinión al respecto, señor Wayne,y que no deje que el periodismo de titulares le obnubile. Hay sutiles diferencias entre unos y otros, pero la reacción del público siempre es la misma : Miedo, terror, los padres alejando a sus hijos de los mutantes, "no sea que te peguen algo". Ah, los infantes son lo más sincero, ¿no cree? Todos se llevan bien, da igual la raza o la nación. Somos después los adultos quienes les metemos complicadas ideas en el cerebro - comentó, desviando la mirada por la habitación y distrayendola de la cara de Bruce.

La mayor ironía siempre era esa : era la cultura y la sociedad la que imponía sus normas, así como la religión... todos métodos para aprisionar la mente humana y volverla unos borregos. Y así estabamos, en el siglo XXI, donde se seguía utilizando el mismo pensamiento medieval del siglo XIII. Al menos, parecía haber hombres de negocios con otra opinión... o al menos, con una hipocresía constructiva como la de Industrias Wayne.

- Es por este motivo por el que me he acercado a esta empresa. En nuestra parte, nuestro hogar, los mutantes son temidos, odiados, y si todavía las leyes los dejasen, serían incinerados en una pira al grito de herejes, y sin embargo, no es sino la naturaleza siguiendo el curso. Con fallos, con miles de fallos como siempre ha hecho, una simple selección natural. Pero la sociedad no le gusta lo que es diferente, y eso se refleja en todas las culturas. Aislamiento, ostracismo... Pero también precisamente hay seres con poderes que pueden cambiar la opinión de las personas. Y no con un discurso. No, se meten en el cerebro de la gente, les cambian las ideas, y lo que antes era blanco ahora es negro. Puede no creerme, pero existen algunos seres con el poder de cambiar el pensamiento de toda una nación de un plumazo, y algunos de ellos, desafortunadamente, han aparecido en este mundo. Me gustaría que mi nación estuviera protegidos de ellos... Sabemos que cualquier pérdida de control por nuestra parte sería visto como una señal de amenaza... y no me gustaría que empañase ese pequeño refugio que he podido crear, no, señor Wayne. ¿Han tenido contactos con personas así en su ciudad? - preguntó al aire.

Realmente, era una pregunta retórica. Si bien la cantidad de información era demasiado grande como para ser asimilada, la presencia de seres alienígenas en el mundo era demasiado amplia como para que no se diera el caso. Pero si el señor Wayne había tratado con ellos, le facilitaría las cosas...

Sonrío ante el comentario acerca de la tolerancia de los niños, asintiendo con la cabeza. Los niños están dentro de ese reducido grupo de personas que normalmente considero inocentes, aunque yo llevo sin ser inocente desde que me quitaron a mis padres. Cierto es que la educación forma a los niños en adultos con opiniones moldeadas, pero eso no es excusa para mí. Un ignorante lo era por decisión propia, no porque no hubiese libros que leer. La biblioteca pública estaba abierta de noche, y la noche ahora es segura en muchos lugares de Gotham gracias a mí y a la labor del comisario Gordon. Incluso el pobre Dent había hecho un buen trabajo antes de su... accidente.

Magneto se hace la víctima diciendo que los mutantes serían quemados o tratado como ganado, aunque en mi mundo nunca he oído nada parecido. Cierto es que estaban siendo tratados como una raza inferior en algunos sectores de la sociedad de su mundo, pero decido no contradecirle. Sigo bajo la máscara de Bruce Wayne, el hombre que se sorprende al oír tan graves acusaciones y le cree y escucha cuando las afirma. Tampoco está equivocado del todo, claro, y eso me hace darle la oportunidad de explicarse, de expresarse ante mí. Además, me advierte de algo muy alarmante. Gente con la capacidad de manipular a países enteros. No he visto nada parecido o Magneto estaba exagerando. Queen Bee es capaz de gobernar un país a base de ejercitar sus poderes de dominación sobre los hombres y algunas mujeres, pero no controla el país por completo con un pensamiento. ¿Exageración o realidad? Me digno a mostrarme alarmado, pues Bruce Wayne no espera semejante revelación.

-¿Quiere decir, que hay gente allí afuera, capaz de manipular por completo un país con sus poderes? Tuvimos un par de casos en Gotham, creo, pero pensaba que era sensacionalismo barato. En todo caso... Tenemos la tecnología para protegernos. Creo, tendría que revisarlo.

Y no sólo a nosotros, le doy a entender con ello. Industrias Wayne puede blindar a Genosha ante los ataques psíquicos. Pero, ¿porqué íbamos a hacerlo? Ésa es la pregunta colgada en el aire. El mayor enemigo de Magneto es Charles Xavier, telépata, mutante y filántropo. A lo mejor Magneto quiere defenderse de un hombre que lucha por los derechos civiles de los mutantes desde un punto de vista pacífico. Igual sí que está armando un ejército, preparándose para la guerra. Lo que desde luego no sabe es que todos los dispositivos de Industrias Wayne están preparados para apagarse si se sabía el código en concreto... Algo que sólo Batman conocía. Nadie iba a usar MI tecnología para la guerra, NADIE.

-A lo mejor le interesa. Aunque tenemos también tecnología médica muy avanzada, así como de construcción. Es lo que más quiere la gente, al fin y al cabo. Escuelas y hospitales suelen ser un producto muy en demanda y que dejamos a muy buen precio. Queremos mejorar la sociedad, señor Lensherr, la de todo el mundo.

-¿Quiere decir, que hay gente allí afuera, capaz de manipular por completo un país con sus poderes? Tuvimos un par de casos en Gotham, creo, pero pensaba que era sensacionalismo barato. En todo caso... Tenemos la tecnología para protegernos. Creo, tendría que revisarlo.

Un pequeño brillo en los ojos le delató. No se había equivocado en haber elegido a Wayne. Quizás había sido demasiado exagerado, pero sí que era cierto que si Farouk ponía sus manos sobre Xavier, Frost o cualquier telépata de poder elevado, podría limpiar la cabeza de miles de personas al mismo tiempo... Estuvo a punto de hacerlo con El Cairo. Genosha no sería más que un parpadeo si se llegase a dar el caso...

...Un momento. ¿Estaba hablando de proteger una ciudad entera con tanta gente? ¿Simplemente con esa mención? Eso es más propio de un paranóico o de un contratista del Gobierno... y si una cosa estaba seguro, era que Industrias Wayne no tenía marcado en ninguna parte que había contratos con el Gobierno... o lo hacía en secreto, o había algo muy extraño... quizás era una buena idea relajarle un poco.

-No es tan fácil como pueda sonar, o el mundo ya habría caído bajo su mando. Pero son una amenaza a tener en cuenta a todos los niveles, sobre todo si estan acompañados. Creo que Charles ya debió informar a ese... esa Liga de la Justicia, por lo que Gotham debería estar a salvo, me imagino - dijo con una ligera sonrisa, reduciendo los ánimos.

Había leído y se había informado sobre dicha Liga. Un grupo de alienígenas, deidades y seres asombrosos, la contrapartida de ese mundo de los Vengadores. En especial, el curioso era el hombre autoproclamado guardian de Gotham, Batman. Sólo salía de noche, y sólo dominaba Gotham en una mezcla de miedo, eficiencia y habilidad. Lo respetaba, sin duda. Incansable. Implacable. Sospechaba que si se quedaba mucho en la ciudad, no tardaría mucho en encontrarse con él, probablemente... pero tampoco le interesaba. El detector de mutantes no había indicado nada en su etapa en Gotham City, y si no era un mutante, no era un asunto suyo.

-A lo mejor le interesa. Aunque tenemos también tecnología médica muy avanzada, así como de construcción. Es lo que más quiere la gente, al fin y al cabo. Escuelas y hospitales suelen ser un producto muy en demanda y que dejamos a muy buen precio. Queremos mejorar la sociedad, señor Lensherr, la de todo el mundo.

Las palabras de Wayne le devolvieron al mundo real, centrándole en los asuntos. Sin duda, Industrias Wayne estaba muy especializada en alta tecnología en general, filantropía en estado puro. Probablemente podrían ayudar a Charles, si no tuviera el ya su tecnología Shi'ar.

-Suena verdaderamente interesante, señor Wayne. Por el momento escuelas no son necesarias, debido a que la mayoría de habitantes de Genosha son adultos, ya que es más un lugar de refugio por el momento, y los hospitales... es complicado. La mayoría de los mutantes no reaccionan como la mayoría de humanos... estamos trabajando en tecnología para ayudarles, que esperamos mostrar al mundo en su momento... si mostrasemos ahora nuestros avances en ingeniería genética, pensarían que estamos desarrollando bombas de nanomáquinas para convertirlos a todos en mutantes. Ah, sí, la maravillosa propaganda americana. ¿Los cultivos tenían una mala racha? Los mutantes. ¿Había un virus extraño? Los mutantes. ¿Alguien le había robado un pastel? Un mutante, fijo.

- Estoy interesado en esa protección que me está comentando, aunque será complicado el pago debido a nuestros embargos por parte de la ONU que dosifican nuestras finanzas... ¿Podría, ofrecerle un quid pro quo? ¿O un proyecto conjunto, quizás?

Ah, el dinero. Genosha había podido desarrollarse con una cierta velocidad gracias a los recursos naturales del lugar. Pero negociaciones de alta tecnología era un tema muchísimo más complicado...

-¿Charles? No sé de quién me habla, pero la Liga nos ha contratado para que usemos nuestra tecnología. La Liga en su conjunto.

Parpadeé un par de veces, con mirada interrogativa. Bruce Wayne no se había encontrado con Charles Xavier y éste no es una persona que a un empresario le interesase en demasía, así que es obvio que no puedo conocerlo. No fuerzo mis posibilidades sobre la Liga, cualquiera de mi mundo la conoce y la tiene en cuenta si posee una multinacional, y la tecnología de escudos psíquicos viene de Industrias Wayne. Es dificil reproducirla así que no puedo usar un empresa fantasma ni nada parecido. Al menos, todo queda legal, lo cual es un alivio. Es dificil defender la ley y la justicia si uno mismo se la saltaba tantas veces seguidas. Pero siempre por un bien mayor, claro.

-Suena verdaderamente interesante, señor Wayne. Por el momento escuelas no son necesarias, debido a que la mayoría de habitantes de Genosha son adultos, ya que es más un lugar de refugio por el momento, y los hospitales... es complicado. La mayoría de los mutantes no reaccionan como la mayoría de humanos... estamos trabajando en tecnología para ayudarles, que esperamos mostrar al mundo en su momento... si mostrasemos ahora nuestros avances en ingeniería genética, pensarían que estamos desarrollando bombas de nanomáquinas para convertirlos a todos en mutantes.

-Exageraciones, sin duda. En todo caso, no lo descarte. Nuestra política de pago es generosa-insistí, mostrándome interesado en hacer negocios, como debe ser. Cuanto más metiese sus garras Industria Wayne en Genosha, más vigilada la tendría Batman. Un país de superpoderosos no era algo a tomar a la ligera.

- Estoy interesado en esa protección que me está comentando, aunque será complicado el pago debido a nuestros embargos por parte de la ONU que dosifican nuestras finanzas... ¿Podría, ofrecerle un quid pro quo? ¿O un proyecto conjunto, quizás?

-Ahora que lo dice, ha mencionado la ingeniería genética. Es un campo en el que Industrias Wayne siempre ha estado a la cabeza y nos gustaría seguir así. Ya sabe, mejores medicinas hacen mejores médicos. Además, no me gustaría que apareciese un mutante en un hospital público de Gotham y no se le pudiese atender por no conocer qué medicinas le irán mejor o peor. Tendría que hablarlo con la junta de accionistas, pero estoy seguro de que estarían encantados de poseer esa tecnología nueva venida de otro mundo. A cambio de nuestra tecnología venid de nuestro mundo, claro-reí suavemente ante mi propio chiste para luego tomar otro sorbo de mi bebida.

Hay mucho más en juego aquí, puedo notarlo. Magneto sigue con su mirada suspicaz, con sus ojos analíticos. No es un hombre que se deje engatusar por un ricachón bondadoso, es un hombre que ha vivido y sufrido mucho. Puedo entender el sacrificio a una causa justa mejor que nadie... Y el rechazo, también. Batman no siempre ha sido tan comprendido por la policía, no hasta que me alié con el Comisario Gordon. Y ahora tenía delante de mí a otro ser incomprendido. Pero, ¿sus razones y sus actos eran los correctos? Magneto es una incógnita y no me fío de las incógnitas. La nueva tecnología me ayudará a comprender el metabolismo mutante a la vez que proporcionaré un escudo que el Rey Sombra no pueda traspasar así como así. Si alguna vez se mete en la mente de los mutantes de Genosha, esas bombas de nanomáquinas que el gobierno dice que tienen serían el menor de los problemas. Un ejército enorme de mutantes marchando a la guerra era lo más preocupante. Y tengo que averiguar quién es el líder más probable: Magneto o el Rey Sombra.