La bella y la bestia (autoconclusivo)

Allí estaba la casa, habían mejorado el sistema de seguridad pero Wade estaba seguro de que podría saltárselo, se había colado en sitios mucho más seguros sin que supieran que estaba allí... hasta que empezaban los tiros, una vez empezaban los tiros normalmente sabían que él estaba allí, pero ese no era el caso, el caso es que como aquella noche no iba a haber tiros seguramente podría entrar y salir sin ser detectado; el riesgo era mínimo, pero si le pillaban, si le pillaban tendría serios problemas, muy serios.

Evitando las cámaras y los sensores de movimiento trepó con cuidado hasta el tejado, en completo silencio, como una sombra, las voces de su cabeza empezaron con sus típicas tonterías pero Wade, en contra de su forma de ser habitual las ignoró, fue un esfuerzo increíble pero aquello era demasiado importante, demasiado importante, necesitaba al Wade cuerdo, al menos al Wade suficientemente cuerdo, el más mínimo error y las consecuencia podrían ser desastrosas.

Con increible lentitud abrio la ventana, un pequeño juego de imanes sirvió para anular el sistema de seguridad ¿de verdad creian que aquello podría impedirle entrar? No sabían con quien se enfrentaban, una vez la ventana estuvo suficientemente levantada entro tan lentamente que le parecio una eternidad, buscó su objetivo en la oscuridad cuando de repente una luz lo cegó y algo se abalanzó contra él, sus instintos de combate le gritaron que desenvainara y cortara rapidamente, por suerte los ignoró.


- ¡PAPÁ!

- Shhh cariño, si mamá se entera tendré que irme, ya lo sabes.

- Si papi, perdona, pero es que has tardado muchisimo, llevo horas esperándote.

- Mmmmm pues debes haber viajado en el tiempo porque hace veinte minutos que mamá te estaba arropando y leyendote un cuento, o quizas algún villano me ha congelado en el tiempo ¿tu que crees Elli?.

- Un conjuro mágico papá, seguro que ha sido un conjuro

Los minutos fueron pasando y amontonandose mientras padre e hija hablaban y jugaban, estos eran de los escasos momentos de la vida de Wade en que podía decir de verdad que era feliz, pero siempre le quedadaba la duda de si realmente debía estar aquí.


- He de irme cariño, mañana tienes cole y necesitas dormir un poco.

- Cinco minutos más por favor

- Vale, 5 minutos, pongo el cronómetro, dijo pulsando el botón, por cierto ¿que tal el cole? ¿te siguen molestando esos chicos?.

- No papá ya no, hice exactamente lo que me dijiste y ya no me molestan ni a mi ni a ninguno de mis amigos, dijo la niña con una sonrisa de orgullo.

- Bien, no te han pillado ¿no?.

- No, pero mamá se enteró y me preguntó, ahora hablaba avergonzada, sabes que no puedo mentirle a mamá, eso no estaría bien.

- No, nada bien, jamás le mientas a tu madre, es una mujer increíble que no se merece que le mientas, ni siquiera por salvar a papá, ahora a la cama preciosa, dijo dandole un beso y ayudandola a taparse.

- Esa frase acaba de salvarte la vida, dijo Carmelita desde la puerta, ven, tenemos que hablar y Ellie tiene colegio dentro de unas horas.

- Mami, por favor, no le riñas, yo le pedí que viniera, el dijo que no podiamos vernos más..., Shhh, mi niña, a dormir, buenas noches, sueña con los angelitos, buenas noches mamá, buenas noches papá y luego casi en un susurro añadió prefiero soñar con papá y el tito spidey.

- Duérmete preciosa mía, no te preocupes por papá, estará bien, recuerda que nada puede hacerme daño... durante mucho rato, nadie hubiera podido reconocer al otrora duro mercenario, al sanguinario masacre, depositando un suavísimo beso sobre la frente de su hija, y si escuchas ruidos raros no te preocupes son cosas de mayores

- ¡Wade!, los dos adultos salieron de la habitación, o al menos Carmelita y Wade, prometiste que no vendrías más, lo se, lo siento, pero no pude decirle que no, Wade, cada vez que vienes nos pones en peligro, la pones en peligro, no conozco a nadie con más enemigos que tú y tus enemigos no son precisamente buenas personas, si, lo se, lo siento, ¿estas arrepentido verdad?, si, pero vas a seguir viniendo, si, lo siento, quizás sea egoista pero necesito verla, estar con ella me hace sentir humano, hace que desee estar vivo, carmelita sonrió y besó en la mejilla a Wade, no es egoismo señor Wilson, se llama ser padre y no eres tan malo como me esperaba, ¿te apetece que hagamos otro?, ¡Wade!