Chroma & Arsenal Team up,(Roy & Elysia)[ 25 de marzo de 2019?]

Roy había ido a la gran manzana a ver si un amigo de cuando trabajaba en el garaje. Estuvo un rato conversando con su amigo. Hablaron sobre todo de la gran afición que tenían ambos a las a vehículos a motor. Tras la visita a su amigo, fue a hablar con sus antiguos jefes del garaje. Ni había quedado mal con sus antiguos empleadores. Simples el arquero había decidido trasladarse de entorno y dejó ese trabajo. No era mal curro. Arreglaba coches y motos. Hablaba con los parroquianos del taller y cada día era un nuevo proyecto. Era una vida sencilla y reconfortante. El pelirrojo había estado un tiempo alejado de su entorno y de todo lo que conocía. Esa ciudad que no conocía le había brindado momentos muy agradables. Había sido como un sueño empezar en un lugar desconocido. Pero al final siempre se despierta y se vuelve a lo conocido.

El arquero se pasó también por uno de los desguaces en los que solía comprar material cuando no tenía mucho dinero. Allí comenzó a hablar con el encargado, los trabajadores y los clientes. Entre risas, comentarios y un ambiente relajado, el pelirrojo pasó un rato muy entretenido. Compró algunas piezas, que al principio no planeaba, pero al verlas allí decidió llevarlas con él. Antes de volver al hogar, se paró a tomar un tentempié. Estaba sentado en una cafetería típica americana. De esas que sirven café abundante con un suelo ajedrezado, unos butacones frente a una gran cristalera que daba a la calle y unos taburetes rojos en la barra.

Roy se estaba tomando unas horitas con una café bien cargado cuando algo llamó su atención. Por la calle iba paseando un chico con la cabeza cubierta con una capucha negra. En sus manos llevaba un gran aparato. Al pelirrojo le resultó peculiar. Enarcó una ceja. El joven estaba a cierta distancia pero casi podía asegurar que aquel objetivo era un arma. El pelirrojo se levantó, dejando su pedido a medio comer, pagó y salió a la calle. De forma discreta fue siguiendo al muchacho. Pasando la calle había un pequeño parque y allí el chico esperó unos momentos. Pasado un tiempo empezaron a llegar más personas. Todas con artilugios. Eso le resultó más sospechoso a Roy. Se cubrieron las caras con unas mascarillas y se pusieron en camino.

El arquero pensó que era momento de intervenir. Se escondió un poco. Se pudo unas gafas de sol y una gorra. En su mochila llevaba su traje de héroe. Rápidamente se cambió de ropa y desplegó el arco, que siempre llevaba consigo por si acaso. El pelirrojo no conocía tan a fondo la ciudad para saber cuál era el objetivo de aquel grupo armado con alta tecnología. Por lo que no podía intervenir antes de que hicieran algún movimiento. Les siguió poco a poco el rastro. Esperando el momento para intervenir. El grupo de metió en un edificio alto de oficinas. Una vez dentro abrieron fuego para llamar la atención de la gente del interior. Con voces agresivas e imperantes, mandaron a las personas de recepción darles los códigos para acceder a la planta más elevada del edificio. Mientras un grupo de tres usaba las claves proporcionadas para acceder al piso superior, un grupo de dos se quedaba la entrada. Así se impedía que los recepcionistas dieran la voz de alarma y controlaban el flujo de acceso al edificio.

Roy sabía que para neutralizar a los dos guardias del vestíbulo tenía que crear una distracción. Debía ser cauteloso para que su maniobra no les hiciera sospechas o le pusiera nerviosos. Era crucial no sobreestimular a individuos armados, pues podían abrir fuego contra la indefensa ciudadanía. El pelirrojo entró de forma sigilosa y con cautela cuando los dos hombres armados miraban en otra dirección. Roy se agazapó en una esquina tras una gran planta. Esperó justo el momento perfecto para actuar. Con gran rapidez y agilidad sacó su arco y apuntó a uno de los delincuentes. Una vez hubo disparado una flecha. Agarró otra saeta y raudamente la disparó en dirección al otro secuaz. Las fechas impactaron contra los criminales e instantáneamente les rociaron con una sustancia que empezó a crecer y expandirse. Era como ver extenderse y aumentar la espuma de poliuretano. Una vez inmovilizados los dos atracadores que vigilaban la recepción Roy salió de su improvisado escondrijo.

- Hey - saludó a los recepcionistas - tranquilos soy la ayuda que buscabais- comentó intentando romper el ambiente de miedo que habían dejado los criminales. - Podría apañarmelas para subir al encuentro de los villanos enmascarados, pero va a ser más rápido si alguno de ustedes me facilita los códigos.-

Los recepcionistas estaban asustados y shokeados. Les costó un rato procesar tanto lo que había ocurrido como lo que el pelirrojo les estaba pidiendo. Aunque en circunstancias normales no darían la información para acceder al último piso, donde una gran empresa norteamericana guardaba importantes documentos, estaban en una situación excepcional. Aquel hombre vestido de rojo era uno de los justicieros que salvaban a la ciudadanía en circunstancias como aquellas. Un despampanante hombre rubio de ojos azules apuntó las claves en un papel y se las dió al arquero.

- Suerte Arsenal- dijo alguien tras el mostrador de recepción

Y Roy se sintió envalentonado con esa muestra de apoyo. El héroe se dirigió al ascensor para seguir a los otros tres tipos que habían subido al último piso del gran edificio.

Los tres atracadores les llevaban bastante ventaja a los héroes. Estaban ya accediendo a los documentos empresariales que habían venido a llevarse.

Roy siguió su camino en pos de los intrépidos criminales que habían subido a los pisos superiores. Como era normal, el pelirrojo no se había percatado de la presencia de su querida amiga Elysia Stavridis. Tampoco había prestado mucha atención a las personas que se quedaban atrás. Se había visto obligado a decidir rápidamente porque estaba actuando en solitario. Lo cierto es que le gustaban mucho más las misiones y los rescates en equipo. Pero la situación había surgido de improviso y había tenido que actuar improvisadamente sobre la marcha. En su buen hacer, pensó que una vez les había librado del peligro la gente podría ordenada y calmadamente salir del lugar y llamar a las autoridades. Y sino, cuando hubiera reducido a los delincuentes de los pisos de arriba el mismo se ocuparía de evacuar y llamar a las autoridades.

Mientras el arquero accedía a los pisos más altos del edificio. Lyz y Whitney ayudaron a despejar la zona y a evacuar la planta baja. La maga había encontrado la manera de despistar a su cliente y meterse en el accesor. en ese lugar, sin que nadie la viera se vistió como su alter ego heroica Chroma.

El pelirrojo estaba tratando de ser lo más cauteloso y sigiloso que pudiera. Tenía que hacer una maniobra similar a la que había realizado para reducir a los delincuentes de la planta baja. El pelirrojo tenía que llegar hasta los malhechores sin que estos se percatasen de su presencia y dejarles inconscientes lo más rápidamente posible, sin que pudieran organizarse entre ellos. Lo que no sabía Roy Harper es que los delincuentes tenían agentes en el interior del edificio. habían entrado cinco; dos se habían quedado en la recepción y tres habían subido en el ascensor. Había tres personas que eran refuerzos y habían entrado antes en el edificio haciéndose pasar por empleados de los pisos intermedios. Esos pisos no necesitaban clave. Era únicamente los pisos más altos, donde se guardaba todos los papeles que contenían información importante los que necesitaban un código para que el ascensor te llevase a ellos. Cuando los atracadores se hicieron con los códigos, se los enviaron por Whatsapp a sus colaboradores.

Estos tres hombres de los que el pelirrojo no sabía nada fueron los que aparecieron a sus espaldas. Estaban bien entrenados y al ver a ese tipo ajeno a ellos y su grupo se hicieron mudos gestos con las manos. Así, decidieron ir con cautela y golpear al desconocido por detrás. El pelirrojo no se dio cuenta del delincuente que iba a atacarle por detrás hasta que no oyó ruidos de un forcejeo. Al volverse puso distinguir a una heroína conocida que estaba pateando a uno de los cómplices de aquellos criminales que estaban en busca de cotizados secretos empresariales. Chroma había sido contratada junto con él para realizar aquella misión en la polinesia francesa. Un lugar ciertamente idílico menos cuando tienes que enfrentarte a corporaciones del mal con laboratorios donde experimentan con humanos para perversos fines. Tampoco es un lugar muy bonito cuando acabas en sus playas malherido y con un montón de heridas, laceraciones y fracturas.


- Siempre es un placer que chicas en minifalda me salven el culo.- Dijo con su característico humor y talante amigable. El pelirrojo la sonrió. Le hizo mucha gracia su frase a los sailor moon. A aquella chica debía gustarle mucho los dibujos animados japoneses.

Ni corto ni perezoso, Arsenal se metió en la pelea para reducir a esos tres hombres. Mientras peleaba se fijó en su compañera, por si ella necesitaba ayuda o ver si se encontraba bien. recordaba que no había destacado por el combate cuerpo a cuerpo anteriormente. No obstante, ahora parecía que no precisaba de su ayuda y podía valerse por sí misma para recudir a sus contrincantes. Estaba seguro que cuando habían trabajado juntos la fémina no había mostrado tanta soltura y una técnica tan depurada en el combate cuerpo a cuerpo. Era grato comprobar que la gente que se dedicaba a enfrentarse a los malechores se entrenaba y mejoraba sus capacidades para hacer frente de forma hábil a las posibles amanajas que pudieran surgir. A Roy los movimientos de la mujer le resultaron peculiares. Porque esa forma de moverse y de ejecutar algunos golpes se le hacía muy conocida.