[Minievento Crash:Two ways to view the world] La puerta del Tigre (Thaddeus Trawne, Artemis, Kon, Wallace, Raven y Bart) [17 de diciembre de 2018]

Con su principal elemento construido ya era hora de empezar a mover ficha. Primero había que librarse de aquellas personas molestas que no pintaban nada en aquella historia. Aquellos peones  por los que tanto cariño y afecto sentían Wally y Bart. Iba a tener que empezar por el mayor porque era el único de los dos que había empezado a salir con alguien. Ciertamente extrañaba a la inteligente y hermosa morena Valerie Perez, la que en su mundo fue una vez la pareja de Bart Allen. Ella le brindó un maravilloso espectáculo cuando asesinó al más joven de la familia Allen. Sus lágrimas cayendo hacia el cuerpo del velocista, mezclandose con la sangre seca del cuerpo sin vida. Era una estampa tan gloriosa. Ella era tan bella llorando y dando aquellos gemidos de exasperación. Era tan mágico verla rota, dolida, agonizando por la pérdida de un ser querido. Esperaba que Wally se mostrase tan hermoso y tan roto como Valerie.

Su objetivo era Artemis Crock. Tenía que quebrarla y matarla. Wallace West le había detenido después de que asesinase a Bart Allen. Le había encerrado y privado de su movimiento. Thaddeus adoraba moverse a la velocidad cercana a la luz, era algo que le hacía sentirse plenamente vivo. Al arrancarle aquello, le había dotado de unas inmensas ganas de una retribución. Él le quitó su velocidad y Thad le quitaría su corazón. Un intercambio equivalente. La imagen en su cabeza de la rubia sin vida en el suelo le despertaba un fuerte sentimiento de placer. Un dulce manjar que le hacía sentirse pleno. Tenía la esperanza que al velocista la imagen de su novia muerta le produjese justamente el sentimiento contrario, un inmensa tristeza y una intensa agonía.

Sabiendo que el velocista iba a estar muy liado con sus quehaceres “estudiantiles”, se dirigió a la casa que este compartía con su novia en Palo Alto. Usó el poderes que le brindaba  su metabolismo para llegar cuando antes al lugar. Llamó el timbre y esperó a que la rubia abriera. Cuando esta le abrió la puerta se tiró a sus brazos efusivamente.

- Quería mostrarte algo genial- dijo fingiendo con la misma actitud exaltada y enérgica que mostraba siempre Bart.- Ven conmigo- dijo muy vivaracho y sonriente. Sin mediar palabra tomó a la chica entre sus brazos y se aceleró para llevarla a un determinado lugar. Recorrió a  velocidad la carretera principal de Palo Alto tomando dirección a la Keystone City. Keystone City el hogar del Flash original, Jay Garrick, ciudada natal del tercer Flash, Wally West, y lugar de residencia del cuarto, Bart Allen. Por esas y otras razones, la ciudad gemela de Central City razones esa ciudad era muy importante para Bart y en general para gran parte de los velocistas.

El clon había llevado a la arquera a una zona de la urbe situada en uno de los mucho polígonos industriales que había en Keystone City. Entró con ella él sus brazos a lo que a primera vista parecía un almacén abandonado. El velocista dejó en el suelo a Artemis y se acercó a una pared con el fin interpretar el interruptor de la luz. Cuando se hizo la luz, los dos pudieron observar la gran habitación de paredes blancas que era aquel almacén. Ese espacio estaba pulcramente ordenado y limpio en discordancia con lo abandonado que lucía el exterior. Aquel almacén solitario había sido reconvertido en una especie de laboratorio mecánico. Era el sitio donde Thrad preparaba sus artefactos para enfrentarse a los otros velocistas. En medio de ese gran recinto hacía una plataforma circular de color rojo  sobre la que se herejía en vertical un gran círculo  de metal, que guardaba mucha semejanza con una Puerta Estelar.

- Es una máquina del tiempo- mentira- al fin voy a volver a casa- siguió mintiendo- y te voy a echar mucho de menos- dijo con la mejor actuación de su vida, su rostro parecía triste y compungido como si realmente fuera a extrañar a la arquera. - Artie, ¿me quieres más que al otro Bart?- Puso ojos de cachorrito como si la respuesta negativa de Artemis le fuera a producir un verdadero dolor emocional. Pronunció aquellas palabras fingiendo tener una voz dulce, ingenua y amable como la de su homólogo genético. - Mira. - Le enseñó un cuaderno de dibujo. Al clon le gustaba mucho registrar la habitación de su homólogo cuando no estaba en la base. Recabar todos los datos sobre el actual Kid Flash era necesario para saber quién era importante en ese nuevo universo para el joven velocista y quien no.

- Es del otro Bart. ¿Sabías que dibuja? Una imagen de su familia y tu no sales. Una imagen de los jóvenes titanes y tu no sales. Una imagen de la familia de Wally … y está abrazando a otra mujer con unos niños preciosos.- dijo con fingida voz de sorpresa. - No apareces en ninguno de sus dibujos.- Dijo mientras le iba mostrando cada uno de los dibujos que el segundo kid flash había realizado. -Es porque quiere que la cerda vietnamita desaparezca de su vida, que no hubiera existido nunca. - Esta frase la pronunció con un cierto cinismo, con un regusto de saber que le estás produciendo daño a la persona que se la diriges. - No le quieras.- Dijo haciendo pucheros, volviendo a fingir inocencia. - ¿Me vas a querer siempre aunque te haya estado mintiendo? Porque te he estado mintiendo mucho, muchísimo.- Y esta vez dejó salir su verdadera voz, su lado macabro y su lado más sádico. Rió de forma histriónica. No dejó mucho mucho margen para que la rubia le respondiera. Pues instantáneamente siguió con su perorata. -¿Conoces esa historia donde un rey juzga a los condenados haciéndoles escoger entre dos puestas? Tras una hay una hermosa joven, la que se desposará contigo, y tras la otra hay un salvaje y feroz tigre que te aniquilará desgarrandote lentamente y saboreando cada uno de tus pedazos. Artemis tras tu puerta estaba el tigre. Bart era la dama supongo.Yo soy Thaddeus  Trawne y no el Bart Allen de tú universo. Upsiss. ¿Me seguirás queriendo?-

En el laboratorio había material y armamento por doquier. Todo estaba tremendamente organizado, todo dispuesto en estantes y baldas. Una de las cosas en las que más difería Thad con Bart, era en la obsesión del primero con el orden. Inercia tenía todo estrictamente pulcro, ordenado y organizado. No había nada fuera de su sitio. Toda la herramienta estaba colocada y metida meticulosamente donde le correspondía. Thaddeus había habituado un lugar especialmente para guardar todo el arsenal que contaba para combatir a los velocistas. En el fondo de la habitación había una larga mesa blanca con tres grandes cajones. Sobre ella tenía   dos pistolas: una de hielo y una de calor. En el aparador también había un maletín gris metálico con un contenido misterioso.  

Le producía una sensación sin igual jugar con las emociones de la arquera. Hacerle creer que era el Bart de su mundo, profundizar en el afecto que ella sentía por él y luego arrancarle de golpe esas ilusiones al desvelarle que todo ese tiempo el “Bart” que creía conocer no era más que el clon del verdadero. Aquel muchacho que había sido su apoyo y consuelo no era más que una ficción. Alguien que había sido inventado y que realmente no existía.El dolor de saber que parte de tu vida no es más que un mentira. Ante el rechazo de Artemis se sintió un tanto dolido en su orgullo. ¿Cuando quieres a una persona no debes soportar su peor lado? Y ese era el peor lado del “Bart” de Artemis. Se llevó la mano al pecho y fingió una actitud dolida.- Es un poco fuerte para mí semejante desprecio después de todo lo que he tenido que soportarte. - Hizo el típico gesto que se hace para burlarse de alguien cuando llora. Llevó sus dos manos cerradas a la altura de sus ojos y las hizo giras concéntricamente, como haciendo una parodia de un berriche.- Tus lloriqueos sobre que Wally estaba muerto y las idioteces de tu familia. Mi hermana es una villana y mi padre no me quiere. Buah Buah buah …¡Qué injusta es la vida!- Puso esa voz de pija arpía que ponemos al imitar a alguien de forma despectiva-¡Qué egoísta! Por eso no se puede esperar nada de nadie, a la mínima te traicionan. ¡Qué asco da la gente!.- Comentó mientras la arquera se alejaba con cierto pavor de él.- Nunca conociste a Bart Allen, era yo fingiendo ser él. Quien ha estado en las buenas y en las malas contigo he sido yo y me lo pagas así. Permíteme que me sienta un tanto dolido por tu actitud de bruja. -

Rompió la distancia que los separaba. Miró fijamente a la rubia un instante breve. Se acercó mucho su cara a la de la rubia tan sólo milímetros los separaban y en un rápido movimiento la mordió el labio con brutalidad y violencia, haciéndola sangrar. -Me gusta ver llorar a la gente, me gusta hacerlos sufrir. Ver el reflejo en sus rostros de su alma partiéndose y resquebrajándose me produce una dulce sensación de gozo. - dijo casi extasiado- No negaré que me gusta causar daño y que en un principio has sido un peón en juego de ajedrez. Una forma de acercarme a los velocistas y machacarlos desde dentro. Pero …  haces que vibre algo en mí y yo sólo quiero ayudarte.- Puso cara de buena persona.- No me agradan las mujerzuelas Allen ni las mujerzuelas West. Y sin embargo, he llegado a tomarte un poco de cariño. -  

Con otro rápido movimiento, acercó su mano izquierda al rostro acanelado de la muchacha mestiza. Deslizó su mano desde la mejilla hasta el pecho, revirtiendo todo el camino intermedio. Era una caricia maliciosa y sádica. Con ese regusto amargo que da un roce no permitido y robado. Era un toque sin calor, sin afecto y sin ninguna emoción positiva.- Aquí está tu corazón.  - dijo deteniendo el recorrido de su mano  sobre la carne que recubría el centro de su tórax.- Podría vibrar y sacárselo. Rápido, casi indoloro y eficaz. Tenerlo palpitante entre mis manos mientras tu cuerpo inerte se ahoga en el suelo como si fueras un pez sacado del agua. De esa manera podría decir que tu corazón es mío. Pero no es tiempo de eso ahora.- Comentó de forma intensa casi pasional. Pero no podía acabar con Artemis aún, tenía que quebrarla, dejarla sin aliento, sin esperanza, sin sueños, sin motivación y por último, sin vida.

- Ojalá hubieras sido el putón de otro hombre, hubiera podido sentir algo de cariño entonces. Has estado prostituyendote por una migaja de cariño. Eso es tan lamentable. Eres una mujer arrastrada. Que vergüenza debe de sentir tu padre. - Thaddeus mostraba por fin su personalidad malévola y retorcida. Habló con cinismo pronunciando cada letra con toda la crueldad de la que era capaz. Con simbolismo la pegó una patada en sus partes femeninas. - Eso es lo que te ha hecho perdernos tanto a Bart como a mí. Casi resulta paradójico cómo nos parecemos. Será un coincidencia cromosómica que nos hace despreciarte por la misma razón: porque estás con Wally West. Los dos te odiamos por el mismo hecho. Sabes lo más triste es que Bart es un idiota que hubiera llegado a apreciarte.- Hizo una pausa dramática. La agarro de la coleta y la tiró fuertemente del pelo. Luego la golpeó en el estómago mientras seguía hablando.- Pero supliste a su Linda y no hay ninguna mujer en el mundo que a Bart Allen le haga olvidar que Linda Park es la verdadera esposa de Wally West. Es la madre de sus hijos y la que él considera la única alma gemela del velocista. A tí te ve como un guarra que vienes a entrometerse, que le quitas el lugar a Linda y haces imposible que nazcan sus preciosos hijos. Sin lugar a dudas eres la persona que más odia en el mundo porque estás rompiendo su familia. -

Se llevó una mano al mentón en pose pensativa.- Umm ¿Crees que a Roy le caes realmente bien o que se está haciendo el simpático para llevarte a su cama? Porque no hay ninguna razón plausible para que el te brinde su aprecio. Le robaste su puesto mientras tenía una crisis con su mentor. Aunque él sea de otro mundo eso no dice nada bueno de ti, zorra. ¿Y si te deja embarazada como a la meretriz de tu hermana, esos niños son hermanos o son primos? No hay una mejor situación en que las palabras primos hermanos sean las más aplicables. Por no hablar de Raven ella no quiere a nadie. No puede hacerlo. Su amistad no es más que un mero espejismo. Richard te utiliza, necesita a alguien tan hambriento de afecto que le dé la razón en todas sus decisiones. En el enjambre de la Justicia Joven tú eres una abeja obrera y Dick es la reina.  Aparte de que le ayudes a mantener su estatus como líder, ¿le caes bien realmente o es porque eres la arrimada y engatusadora novia de su mejor amigo? Megan es idiota se haría amiga hasta de una piedra, así que que sea tu bestie no es un gran que. Casi me da hasta pena nombrarla. Lo mismo pasa con  Conner. Si fuera director de teatro me vería en dificultades por a cual de los dos elegir para ser el hombre de paja del Mago de Oz. Tienen tan poco cerebro que si un Zombie quisiera alimentarse con él pasaría más hambre que los niños de África. -

Puso de nuevo pose pensativa- Supongo que eres mona, no muy sexy. Pienso que Roy y Wally tienen el listón un poco bajo. De Roy entendible porque no tiene una autoestima muy elevada pero Wally es un poco extraño que te elija. Lo que me hace preguntarme: Wally¿Te quiere o eres su segundo plato porque ninguna otra chica le hizo caso antes que tú? Porque Linda tiene un gran nivel intelectual y ellos pueden hablar de esos mundos de listos. Sin embargo tú eres, no te molestes, un poco corta y no puedes llegar a ese nivel. Además, hay dos personas en este mundo a las que Wally llama sus pararrayos, porque él hacen volver y centrase, porque les quiere realmente hasta límites insospechados. Por ellos sale una y otra vez de la Speed Force. Una  de esas personas es Bart y la otra supongo que ya lo imaginas es la inigualable Linda. ¿Te lo ha dicho a  tí, Artemis? ¿Eres el pararrayos de Wally o eres una burda imitación, algo que simplemente lo suple? Pero no te preocupes. - dijo con un tono apaciguador.

A cada gesto de dolor el clon de Bart sonreía. En su enfermiza visión del mundo, la persona que le traicionaba merecía sufrir lo indecible.  Sin lugar a dudas Artemis era para él un embustera y una traidora. Era cierto que no era Bart pero era la persona que había estado todos esos meses con ella y que ella eligiera al verdadero Bart y a Wally sobre él era un ultraje.  En perspectiva de Thaddeus  que la arquera prefiriera a los otros dos significaba dos cosas muy importantes: una era que nunca le había tenido ningún cariño ni aprecio, con lo cual durante esos ocho meses le había mentido descaradamente y la otra era que tenía muy poca autoestima, sobre todo al elegir al actual Flash porque había muerto para librarse de ella.

La rubia se escapó de sus manos y corría por su preciada zona de juegos en pos de escapar. Ese acción de sublevarse le puso colérico. No le gustaban las insubordinaciones ni que sus presas nos e sometieron a su voluntad. Su gesto mostró el ceño fruncido fruto de enojo. Sus cálculos habían salido mal. Al parecer la gatita tenía las garras afiladas, no iba a ser apaleada tan fácilmente sino que en iba a presentar batalla. Se veía forzado a tener que improvisar y sacar a relucir su as bajo la manga. Pero antes de lanzarse tras la pupila de Green Arrow le lanzó de nuevo unas crueles palabras. Intentando quebrar los resquicios de su autodeterminación y autoestima.

- Es tan mágicamente maravilloso hacerte daño porque podría mentir y decirte muchas cosas crueles. Pero lo que me produce verdadero placer. - Dijo casi con éxtasis. El clon de Bart estaba disfrutando ese momento con gran intensidad.- es lo tonta que eres.  Lo que más me gusta de esta situación es que es cierto. - aplaudió como si hubiera hecho el descubrimiento más brillante del siglo.- Que ahora estás así por tu culpa. Que nadie te quiere porque haces las cosas mal. Que sobras en el equipo porque eres tú la que le está haciendo mal a tus compañeros. Nadie te quiere porque eres como una tigresa hambrienta que ve a sus colegas como víctimas y resquebrajas cada ilusión. Es tan triste. Es tan bello. Es tan cautivadoramente especial. Que mujer tan horrible debes ser para que el niño bueno de la familia, el que siempre quiere, perdona y da segundas y terceras oportunidades no quiera ni mirarte a la cara. Porque Bart nunca va a quererte y vas a ser el abismo por el que su relación con Wally se destruya totalmente.  Tu también has visto esos quiebres, como tu sola presencia provoca el conflicto, como fracturas su confianza en el otro. Si sigues en sus vidas se van a odiar para siempre e irremediablemente. La causa de que nunca más vuelva a ser una familia y que cada uno continúe su vida sin el otro eres tú. Me maravilla que puedas hacer lo que ningún otro villano haya conseguido. Vas a desunir a los Flash, vas a machacar su relación hasta hacerla nada y entonces tú serás la causa de mi victoria. Eso me hace quererte más de lo que nadie va a hacer mi pequeña mascota idiota.-se llevó una mano al pecho.-Quizá podamos olvidarnos de todo este asunto. Después de todo la persona que es un impedimento para nuestras vidas es la misma. Matemos a Bart. Él no te quiere, nunca va a hacerlo y es un impedimento para tu vida con  la panda de Justicia Joven. Yo ocuparé su puesto y bueno ... tu te quedas con Wally. Sería nuestro pequeño secreto y nuestra relación podría volver a ser como era antes o incluso seria mejor. No hay nada que una más que un asesinato secreto. Después de todo Yo soy el Bart que tu conoces y el otro para tí no es nada o no debería serlo.

Terminado su alegato se lanzó tras ella mientras la joven le lanzaba todas las cosas que encontraba en su camino. Eso le hizo exclamar un arrggg de indignación. era su invitada y se atrevía a revolver y desordenar sus preciadas cosas. La persiguió un buen rato pero en un momento determinado se detuvo.

-Oh pequeña atolondrada. Esa puerta tiene un sistema de cierre del futuro sin la clave vamos a estar juntos mucho tiempo. Tus intentos de huir son en vano. Oh perdona- dijo en un fingido gesto de arrepentimiento.- Te echo creer que tenías alguna opción a réplica o enfrentamiento, mi culpa. No la tienes. Este juego se llama obedece o mata. Y trata sobre que o me obedeces o matas a alguien con tus acciones.- De sus bolsillos sacó un mando. Apretó un botón verde y pequeño. Una pared se abrió para mostrar una pantalla. Dio a un botón azul y la  pantalla se encendió.  En ella salía una joven morena con gafas y de largo cabello moreno encerrada en una habitación vacía de color gris claro.

- Obedece o mata, juguemos. ¿Quien es esa adorable jovencita que se encuentra en un habitación del pánico?- Se quedó en silencio unos segundos esperando la respuesta de la arquera. También hizo uso del silencio para crear una ambiente dramático.- Artemis te presento a la versión de Linda para de este universo. Más mona, más joven pero igual de inteligente, bella e inquieta. -Ella no era Linda en realidad. Carol y Linda eran físicamente muy parecidas. Su personalidad era bastante similar. Creía que Artemis con la sobrecarga psicológica de sus comentarios no se diera cuenta de que no era la novia y esposa de Wally en otros mundos. Además, sabía que Bart no estaba tan unido a la arquera para presentarle a su amiga de infancia.  Thaddeus mentía pero sus palabras parecían muy creíbles. La muchacha morena de gafas palpaba la pared intentando hallar una salida. Aporreo fuertemente donde las uniones y la estructura de la habitación donde se encontraba parecían menos sólidas. Suspiró y se sentó en el suelo esperando encontrar alguna solución a su cautiverio. No podía hacer mucho. Ella no tenía ni herramientas ni ningún otro poder que la ayudara a salir de alli.  - ¿Ves esa puerta que está sellada herméticamente?- El villano señaló un lugar en la pantalla.- Detrás hay un tigre.- tecleó una combinación de numeros y la pantalla de la televisión se configuró para que se vieran dos escenas. A la derecha estaba la morena y a la izquierda se mostraba la habitación contigua a donde se encontraba la rehén. En esa habitación se veía un rabioso tigre rugir furiosamente.-Si pulso este botón. -Le enseño a la arquera un botón rojo.- Se abrirá la puerta de tigre y comerá a la inteligente y hermosa Linda. Sin Linda será el fin de tus problemas. - Se puso en pose pensativa.- ¿Qué debería hacer? La decisión es tuya. Tu eres la princesa de esta historia así que a cual es el final que quieres para Linda. Si sigues huyendo uso el botón y tenemos un maravilloso espectáculo de circo romano. Si por otro lado decides salvar su vida. Necesito que te sometas a mi voluntad. Ves ese maletín que hay en mi mesa. Dentro hay una jeringuilla con droga aturdidora que usan los violadores para poder aprovecharse de sus víctimas. Tu decides o abres ese maletín y te inyectas la jeringuilla que hay o no lo haces y aprieto el botón. Antes de decidir te recuerdo: esta es la mujer que tiene el corazón de Wally en casi todos los multiversos. Ellos van a conocerse si eliges que viva. Lo mas seguro es que un día sin que lo veas venir mi primo te diga que ya no es lo mismo, que quiere  alguien más y boom te dejará por su querida Linda. Cuando eso pase todos tus amigos van a dejarte de lado.  Porque Bart no te quiere ni te querrá, ni nunca te perdonará. Porque Roy sólo quiera follarte.  Porque Richard te utiliza. Porque Megan y Conner son idiotas perdidos. Porque Wally realmente no te quiere y eres un segundo plato. Porque Raven realmente sólo finge ser tu amiga. Así que elije matar a Linda y líbrate de un problema.- A  Thaddeus le daba igual la opción que Artemis escogiera de las dos maneras estaba perdida. Si decidía que la falsa Linda debía morir, Bart nunca iba a perdonar a la arquera y si por el contrario decidía salvar a la joven iba a someterse a su voluntad.- ¿Cual es tu respuesta juguetito?-

La respuesta de la arquera no complació al velocista. Le estaba poniendo condiciones. era verdad que nadie en su sano juicio podía fiarse de la palabra de un psicópata como él. Pero esperaba haber presionado a la rubia tanto para que no le quedase más elección que jugársela. No fue así. Su gesto se torció. ¿Cómo se atrevía a imponerle condiciones? No le gustaban las insubordinaciones. No le gustaba sentir que perdía el control. Tampoco le agradaba que su contrincante estuviera en la misma posición de poder y le forzaran a hacer una estrategia ganar- ganar. A él le gustaba ganar y que su contrario perdiera estrepitosamente. Artemis no se estaba comportando de la manera más sumisa y eso le enfureció. Si la rubia no hubiera puesto condiciones habría dejado a Carol tranquila, hasta que llegara Bart. Pero eso la haría permanecer nos instantes más viva.

-Tu no me exiges nada mascota.-

Inercia no podía entender por qué Artemis hacía aquella elección y mucho menos que la hubiera llevado tan poco tiempo. No había manera de que supiera que la estaba engañando. No podía saber que aquella morena no era Linda. ¿Tan noble era ella que elegía salvar a la persona que podía destruir su relación de pareja y la tan ansiada reconciliación con Bart? No. Negó con la cabeza no había nadie tan idiotamente honorable y menos ella. Artemis provenía de una familia de villanos. No hay ideales o redención para quién está marcado por la sangre.  Así que la opción que le parecía más probable al retorcido velocista era que la rubia actuaba así porque era un persona dominante y esa era la única manera de poder mantener el control. No le gustaba ceder. Pero él no iba a agachar la cabeza por nada ni por nadie. A él le daba absolutamente igual los demás. No le importaba ser mentiroso, cruel o ruin. No iba a permitir que la arquera ganase de ninguna manera.

Evaluó las opciones que tenía. La primera era aceptar aquel trato: romper el mando y esperar que Artemis se inyectase la droga. La segunda era darle al botón y dejar que el caos y la destrucción imperasen. Sonrió cínicamente. No sabía cuánto tiempo iban a tardar en localizarle los justicieros de turno pero antes de que pudieran dar con él y desbaratar sus planes de venganza debía dar un golpe maestro. Estaba claro que a la arquera le importaba la vida de la  otra joven,  ya que, estaba haciendo lo posible por garantizar que iba a cumplir su parte del trato. Eso le daba una oportunidad  de hacerla sentir culpable. Su sonrisa  se volvió  cínica.

- Es tu decisión que matemos a Carol.- Ya no tenía importancia que supiera que su presa no era Linda Park. Apretó el botón, accionando el mecanismo que abría la puerta y debaja al tigre suelto.

Ese fue el momento exacto en que los héroes, teletransportados por Raven hicieron su mágica entrada. Una retorcida sonrisa se dibujó en el rostro del clon. Le estaban tocando buenas cartas. Los velocistas y sus amigos habían llegado  en el momento justo. Aquella frase que había  soltado con el afán  de hacer daño a la arquera, podía ser motivo de conflicto  al ser escuchada por un grupo que no tenía tiempo de recibir explicaciones.

Una frase sin contexto tenía mucho lugar a malinterpretarse. El castaño se quedó atónito con las palabras de su homólogo. Su mirada se pasó de Thaddeus a Artemis.  Vio la pantalla en la que aparecía su amiga de "infancia"  en una habitación a punto de tener que verse la cara con un tigre. No se lo planteó  un momento, salió  disparado para ayudar a Carol. En el momento anterior a su huida, Thaddeus había accionado la máquina que se encontraba en el medio de la sala. El aparato  se puso a girar y se desplegaron  de su centro unos círculos  concéntricos que empezaron a girar sobre sí  mismos. Ese artefacto drenaba la Speedforce. Bartholomew sintió  como su velocidad iba en descenso pero tenía que llegar para salvar a Carol. Rezaba me mentalmente para que la habitación  en la que se encontraba su amiga  estuviera lo suficientemente  alejada para que sus poderes siguieran funcionando.

Antes de abandonar  la instancia una dirigió  una mirada de profunda decepción  a Artemis. Él  no confiaba ni apreciaba a la aprendiz de Flecha Verde. Aquella mujer que le había arrebatado el lugar a Linda. Pero nunca se imaginó que ella pudiera ser tan mala, perversa y vengativa. Estar aliada con su réplica malvada y acometer contra una de las pocas personas de su universo que le quedaban.  Sus ojos dorados se abrieron impactados. En ese mundo inhóspito y cruel que le había arrebatado a la mayor parte de su familia y amigos, Carol era lo único que conservaba. Era su apoyo, su esperanza y su mejor amiga. Ella era con quien más hablaba y por quien continuaba sonriendo aunque muchas veces quisiera llorar y hundirse. Porque no era fácil perderlo todo. Era duro tener que asumir que tu mayor miedo se hubiera vuelto realidad y que no había forma de poder volver a tu mundo. Que estabas perdido y no podías recuperar todo lo que la fusión de universos te había arrancado. No era la época más feliz de su vida, era la más complicada y hasta ahora la más triste. A veces no podía ser el sol de nadie. A pesar de todo su Carol seguía allí, con él. Le consolaba, le cuidaba y le brindaba fe. Desde casi el principio había estado a su lado. Era en quien más confiaba y con quien más compartía. Siempre había sido paciente y le había explicado cada una de las cosas que no comprendía ni de su universo ni de Omega. La morena estaba muy metida en su vida y no podía concebir la existencia sin ella. Miró la pantalla en la que aparecía su tan adorada y preciada amiga. Tenía el corazón en un puño. Sentía un tremendo miedo de perderla. Carol estaba en las manos de ese detestable clon que le odiaba. Thaddeus conocía sus puntos débiles. Sabía las teclas de pulsar para quebrarle. No había cosa que le causase más pánico al menor de los Allens que sus seres queridos fueran heridos. Eran lo más importante para Bart. A diferencia de los demás  que estaban allí, Carol no tenía ningún  superponer o entrenamiento para enfrentarse a un villano. Eso le hacía estar más pendiente  de su seguridad  que de la del resto.

Mientras tanto, Carol que era una muchacha valiente se atrevió  a enfrentarse al tigre. No podía hacer otra cosa que intentar  sobrevivir.  Intentó  parecer más  grande y poderosa de lo que realmente  era. El tigre rugió. Ella tenía  miedo pero quedarse parada no iba a salvarla. Con destreza movió  su brazo hacía atrás  y en un audaz movimiento golpeó  al tigre en el hocico con la parte más  dura de la mano. El ataque causó que el animal se sintiera desorientado.

Wallace fue a buscar las pistolas congelantes a la base y Raven se dispuso a prepararse para el ritual, sentándose en el suelo.

- Normalmente no... -dijo contestando a la pregunta de Conner-. Lo que voy a hacer es magia empática. La otra persona no podrá percibirlo a menos que sea también usuario de la magia o que posea la capacidad mental necesaria para detectar la intrusión, como un telépata. Creo que el caso que nos compete no pertenece ni a una ni a otra categoría, así que... no, no creo que pueda percibirnos.

Sin más interrupciones, Raven llevó a cabo su ritual, lo cual le supuso un alto coste de poder, dejándola exhausta y con el rostro perlado de sudor.

- Y bien ¿ya sabéis donde esta Thaddeus? -la voz de Conner fue como un martilleo en su dolorida mente.

Con las manos temblorosas volvió a cubrirse el rostro con la capucha.

- Están en... Keystone City... Almacén abandonado... Puedo... puedo llevaros, pero necesito... necesito un segundo para recuperarme...

Se puso de pie, vacilante. Wallace debía haber regresado en algún momento, puesto que estaba allí, aunque ella no se había dado cuenta de cuándo. Su mano se aferró, crispada, en torno al antebrazo del pelirrojo. En situaciones normales, años de práctica habían enseñado a la azariana a reprimir toda emoción; sin embargo, la realización del ritual la había dejado agotada y vulnerable, y las violentas emociones de Thaddeus habían sido como un taladro para su autocontención.

- Wallace -desde aquél ángulo, la luz del día iluminaba una mirada repleta de angustia y miedo-. Él la tiene... Tiene a Artemis... He podido percibir el mal dentro de él. Y el odio... tanto odio... Su deseo de matarla, de hacerle sufrir, de haceros sufrir a todos... -se llevó la mano libre a la frente, tambaleándose, como si las emociones percibidas aún pudieran hacerle daño, incluso desde la distancia-. No se espera nuestra llegada, pero incluso aunque tengamos la sorpresa de nuestro lado no debemos bajar la guardia. Es peligroso... muy peligroso.

Después de descansar unos minutos, la azariana les teletransportó al lugar. Las emociones negativas que impregnaban el almacén eran tan físicas para ella como podía serlo un mal olor, convirtiendo la vieja nave en un tugurio hediendo y pestilente; El odio de Thaddeus, la angustia de Artemis, el miedo crudo de Carol, el dolor y la desesperación de Bart. Era una oleada arrolladora e intensa, como una bofetada que la hizo vacilar durante un instante.

Bart estaba tratando de llegar hacia la mujer que estaba encerrada con el tigre, pero, por algún motivo, parecía estar perdiendo su velocidad, y lo mismo le ocurría a Wallace. Era absolutamente imposible que consiguieran llegar a tiempo para salvarla; la sensación de peligro era abrumadora. Sin pensarlo dos veces, la morena se teletransportó en el interior de la habitación contigua y, aprovechando el momentáneo desconcierto del felino, sujetó a la mujer y se teletransportó con ella fuera del almacén.

- Busca ayuda -le dijo-. Llama a la policía y vete a casa. Rápido.

Raven respondió a las dudas que tenía superboy sobre sus poderes para luego emprender la teletransportación hasta la base de Thaddeus Thawne. Cuando llegaron al laboratorio pudieron ver cómo el clon de Bart había humillado de forma verbal y psicológica a la arquera del grupo. También pudieron apreciar, a través de las pantallas,  la situación de peligro en la que se encontraba Carol. Parecía que Inercia tenía todas las buenas cartas en su mano. Por ello, tenía aquella expresión arrogante y despiadada de cruel victoria.

Al ver aparecer a los héroes su rostro sonreía de forma sarcástica. No le intimidaban ni daban miedo aquella panda de inútiles. No había calculado que vinieran más  personas a parte de los mentecatos velocistas.  además, de Wally y Bart allí estaba raven. Pero no el daba miedo la émpata. La había estado evitando en Omega porque sabía que Raven podía desenmascararle ante todos. No obstante, ahora que se sabían sus malvadas intenciones, no te tenía miedo de hacerle frente. Podría vencerla con alguna argucia. Como Conner fue audaz y rápido, usando su velocidad para esconderse al llegar a la base del villano, el malvado clon no logró divisarle.

Wallace había usado los segundos anteriores a la puesta en marcha de la máquina de Thaddeus para poner a su novia a buen recaudo. Artemis estaba detrás del pelirrojo y este enfrentaba de forma temeraria a su rival. Thaddeus dio un paso al frente, envalentonado.

- Oh … la ignorancia  es la madre de todos los atrevimientos. - profirió  sintiéndose  superior.

Su fisonomía  era diferente  a la de los otros velocistas. Siempre  le había  resultado un defecto que sus poderes no fueran estables. También sentía cierta vergüenza  de usar el compuesto velocidad-9 para fijar y reafirmar  su don. Pero en aquella situación  resultaba una ventaja. Había  convertido su humillante defecto de fábrica  en una virtud. De su Tara había logrado su fuerza. La máquina  drenaba la fuerza veloz. Sin embargo, él  no tenía conexión  con esta fuerza. Su velocidad  provenía  de una alteración  de sus genes mediante una droga estimulante del metabolismo. La máquina  no podía paralizar  a alguien cuya velocidad no tenía que ver con la Fuerza Veloz.

Sin mucha dilación, Raven emprendió su camino para salvar a Carol de hambriento y feroz tigre. La émpata llegó a la habitación donde se encontraba la joven morena y el tigre casi de forma  instantánea. Aprovechó la confusión del animal para tomar entre sus manos a la adolescente y sacarla del lugar. Raven había rescatado a Carol y la muchacha antes de seguir el mandato de la heroína, se acercó a la hija de Trigón para darle las gracias.  La morena no la conocía directamente pero había escuchado de ella muchas cosas a través de su fiel amigo Bart.




- Muchas gracias.- dijo con voz cortés y se inclinó ligeramente en una grácil semireverencia.

Cuando intentaba salir del polígono industrial para pedir ayuda, se chocó con alguien y por poco se cae al suelo. Su rostro pasó de la sorpresa a la alegría al ver a su castaño amigo. Bart aún sin sus poderes había intentado llegar hasta la muchacha. Tan ensimismado y alterado se encontraba por la situación  que no se había percatado de la teletransportación de Raven ni de cómo esta había salvado a la pelinegra. La alegría de encontrar a Carol  en perfecto estado fue inmensa. Viendo que ella se encontraba a salvo, el menor de los Allen pudo respirar tranquilo.

-Bart.-

- Carol.-

Bart  estrechó  a Carol entre sus brazos con gran efusividad.  La apretó con fuerza contra él. El velocista quiso sentir un momento el cuerpo cálido y vital de su amiga. Había creído perderla y necesitaba  tranquilizar su nerviosismo embriagando todos sus sentidos con la presencia de Carol. El latir de su corazón, su olor, la suavidad de su pelo, la calidez de su tacto y sobre todo, ella sana y bien.  Al verla  encerrada con el tigre y sentir como sus poderes iban rápidamente mermando, el desasosiego le invadió. Unos sentimientos azorados y desgarradores de desconsuelo, frustración e impotencia le recorrieron de un forma  intensa. Ella también había estado preocupada por él. Sabía la maldad del clon de Bart y temía que algo le sucediera. Por ello, la morena al sentir el abrazo se apretó fuertemente al velocista.

- Siento llegar tarde de nuevo.- Comentó visiblemente apenado. Era una referencia a lo que siempre le comentaba sobre que no era puntual. El siempre se había disculpado en que no eran ocasiones de vida y muerte por lo que podía retrasarse un poco. sin embargo, cuando la vida de Carol estuvo en peligro no había podido rescatarla.

- Esta vez llegas a tiempo.- Carol se rió alegremente y el velocista empezó a reír con ella. Estaban en un momento que era sólo para ellos, como si el resto del mundo no importase.

Tras serenarse, Bart se puso en marcha para volver con sus amigos y terminar aquella situación. Aunque no tenía sus poderes confiaba en que Raven y Kon tuvieran la situación controlada. De Artemis no sabía muy bien qué pensar. Carol con cautela siguió al castaño. No quería poner su vida en peligro pero estando con Bart se sentía segura. Sabía que el velocista nunca dejaría que nada malo le pasase. Mientras caminaban Carol le narró a Bart cómo la había salvado Raven. El velocista sintió que tenía mucho que agradecerle a la émpata. Cada día se alegraba más de los buenos amigos que tenía. Justamente cuando Kid Flash entraba por la puerta, Superboy usaba la pistola congelante que Wallace le había brindado para dar el golpe de gracia al Clon. Inercia no se había percatado de la presencia del ahijado de Superman hasta que fue muy tarde. Al terminar la guerra verbal, Thaddeus se dispuso a atacar a Wally y a Artemis. Rápidamente, el medio kriptoniano actúo y disparó el rayo helado a la réplica de Bart.

Inercia quedó metido en una gran masa de hielo, como no podía vibrar, no pudo salir de su fría prisión. Aunque habían parado al villano, aún quedaba la máquina que estaba drenando el poder de los velocistas. Carol miró a Bart y Bart a Carol. Bart no supo que le quería decir su amiga de forma gestual. Así que esta suspiró y le tomó del brazo para que fueran a apagar el aparato. Pero antes de que llegasen al centro del laboratorio, donde se encontraba la máquina, Conner había empezado a destrozar el aparato. Entonces detuvieron su avance.  ¿Para qué apagar aquel trasto si después iban a tener que despedazarla igual? Kon estaba haciendo un dos por uno. Cuando la máquina estuvo destruida,  Bart y Wallace empezaron a recobrar su velocidad.

- Esta es Carol.- Presentó Bart a su amiga. Porque en aquel grupo el único que la conocía era su primo.- Es mi amiga de infancia podría decirse.- movió ligeramente la cabeza hacia un lado. Su existir había sido extraño. Carol era su primera amiga. Era la primera persona con la que había tenido una amistad tras salir de la máquina donde había sido criado casi hasta la adolescencia.

- Encantada.- Comentó entre alegre y un tanto afectada por lo que acababa de vivir.

Raven se limitó a hacer un simple asentimiento de cabeza, su gesto tan impasible como siempre. No consideraba que tuvieran que darle las gracias por lo que había hecho. No era más que su deber, pero no era mujer dada a las palabras, así que no dijo nada.

Con expresión neutra observó la efusividad con la que los dos amigos se reencontraban y agachó la mirada. Se alegraba por su amigo, pero no podía evitar sentir una pizca de amargura cada vez que presenciaba muestras de afecto como aquella. Nada le gustaría más que poder experimentar un lazo de unión tan poderoso con otra persona de la manera que los demás lo hacían, pero sabía que no podía ser más que un sueño para ella, porque toda su vida la habían enseñado a reprimir sus emociones. Absorbía el dolor y la tristeza de los demás, pero la alegría que estaban compartiendo en aquellos momentos los dos jóvenes la evitaba como el agua rehúye el aceite, y por culpa de su entrenamiento no era capaz de generar alegría por sí misma ni de contarle a nadie lo mucho que sufría. Lo único que podía hacer era permanecer en segundo plano y en silencio... como siempre.

Bart marchó finalmente a reunirse con los demás para terminar el ataque, pero ella no se les unió. Ella era una émpata, y rehusaba cualquier forma de violencia. Su lugar no estaba en el campo de batalla, sino junto a las personas que la necesitaban, que en aquellos momentos eran Artemis y Carol. Además, estaba convencida de que Thaddeus no tenía nada que hacer contra los Titanes al completo.

Cuando todo acabó, Bart les presentó a su amiga, y Raven sondeó sus emociones para cerciorarse de que se encontraba bien. Estaba algo nerviosa y agitada, lo cual era totalmente comprensible tras lo que acababa de vivir, pero por lo demás no parecía haber sufrido daños irreversibles. En general parecía más aliviada y contenta que otra cosa.

Artemis, en cambio.... Artemis era otra cosa.

La miró con aquella mirada impasible que podía resultar enervante para algunos, tan llena de calma pero que a la vez parecía transmitir todo un mundo de sabiduría impensable para alguien de su edad. Sus ojos grises parecían leerlo todo, y, en cierto sentido, así era.

Las emociones de Artemis eran como una montaña rusa. La vietnamita estaba mucho más agitada que Carol, a pesar de que era la morena la que acababa de ser rescatada de la jaula de un tigre. Raven se preguntó qué clase de experiencias terribles había debido de pasar para estar tan agitada. No podía leer mentes, pero sí podía percibir imágenes, emociones...

- ¿Me permites? -inquirió suavemente, alzando su mano con lentitud hacia su rostro-. Te sentará bien.

Cuando la rubia accedió, pudo sentir cómo la mano de la émpata se posicionaba sobre su cara. Estaba fría, pero de alguna manera resultaba agradable, como un paño mojado y refrescante sobre una frente caliente por la fiebre. Raven cerró los ojos, concentrándose en las imágenes recientes que pudo extraer de la mente de la arquera junto con las emociones que las recubrían. El maltrato al que había sido sometida, la tensión, la ansiedad, la angustia, el estrés, y, ahora, la confusión y el dolor que sentía por el rechazo de Bart. Concentrándose, la azariana comenzó a absorber el dolor de la mujer, sus agobios, sus preocupaciones, haciéndolos suyos y expulsándolos fuera justo antes de que pudieran llegar a hacerle daño. Artemis sentiría como una progresiva calidez la iba inundando, llevándose consigo toda su angustia, todo su dolor, todos sus problemas, dejándola tranquila y relajada como después de una buena sesión de masaje en un spa. Cuando hubo terminado retiró su mano y se volvió hacia Bart. También notaba la desconfianza, la decepción y la hostilidad emanando de él en fuertes oleadas.

- He visto lo que ha pasado y te equivocas, Bart. Artemis no ha sido responsable de lo que ha ocurrido -le dijo en su acostumbrado tono suave, inexpresivo y relajante-. Thaddeus la secuestró y la ha sometido a un insoportable estrés mental.

No podía leer mentes, así que no sabía exactamente lo que le había hecho, pero había visto las imágenes y había percibido las emociones que la embargaban a cada momento. Para Raven aquello era igual de descriptivo que si hubiera estado presente en la escena. Las emociones eran mucho más poderosas y auténticas que cualquier palabra.

- Creo que las palabras exactas serían "tortura psicológica". Ella se defendió, intentó luchar contra él... pero fue en vano -negó con la cabeza, apesadumbrada por el sufrimiento por el que había tenido que pasar la arquera-. No puedo saber qué le dijo exactamente, pero Bart... Fue Thaddeus el que pulsó el botón que liberaba al tigre, y lo que sí puedo asegurarte es que Artemis no deseaba que eso ocurriera. Lo que sentí en ella fue angustia, miedo, terror.

Su tono de voz monocorde desentonaba con las emociones que estaba enumerando, como si simplemente estuviera recitando la lista de la compra. Pero había algo en el fondo de sus ojos, una especie de tristeza que se encontraba en lo más profundo, como el agua que se aventura en el fondo de un pozo.

Lentamente, alzó una mano para apoyarla en el brazo del velocista más joven, con aquella extraña mirada que era a la vez impasible y triste fija en él.

- Bart, Artemis no es malvada. Yo lo sentiría si así fuese. Por favor... siempre me has dicho que confiabas en mí. Si así es... te lo ruego, hazlo por mí: dale una oportunidad.

Carol miró curiosamente a la arquera, analizándola. El velocista se lo contaba todo.  Esa mujer rubia era la persona que no le  le agradaba ni un ápice a su amigo. Sabía de sobra que Bart tenía motivos para no caerle bien. Después de todo, a nadie le gusta que una persona querida sea sustituida por una desconocida. Ella estaba enterada de que Bart pensaba que la arquera se había metido en medio y estaba rompiendo su familia. Era la persona que le había quitado el puesto a Linda y desquebrajaba las relaciones familiares. Además, las broncas constantes de Wally sin tener en consideración nada más que a su prometida y pisoteando los sentimientos de Bart no hacían más que añadirle leña al fuego de ese conflicto. No obstante, Artemis no había tenido la culpa de que el clon malvado de Bart había decidido atacarla.

-También era más rápido que yo. Siento que vuestro Bart no fuera como esperabais.- En el camino hacia el almacén Bart le había resumido a Carol la situación. El Bart que conocían Artemis y Wally había resultado ser un villano que había fingido no sólo en Omega sino también en el universo de estos. Carol sabía muy bien del dolor, la decepción y la profunda tristeza de saber que alguien no es como creías.

- Estoy acostumbrada, ser amiga de Bart no es fácil- dijo un poco en tonó cómico para aligerar la tensión que había allí.- Sé que el Wally que conocía se preocupaba mucho así que creo que deberías saber que hago deporte, soy responsable y buena estudiante. -

Carol tomó la mano de Bart entre las suyas  tras las palabras de Raven. Ella percibió que el joven Allen podía sentirse  invalidado y  atacado en aquella situación. Sus sentimientos negativos hacia la arquera le hacían percibir lo dicho por la émpata como posicionarse en favor de un rival. Raven había dejado expuesto sus sentimientos y Wallace no era una de las persona más comprensivas del multiverso. Tras una batalla, con las emociones a flor de piel no era el mejor momento para discutir sobre lo que cada cual pensaba de otro miembro del equipo.

En situaciones como aquella al castaño no le agradaban nada los poderes de Raven. Sentía que le estaba dejando en evidencia delante de su primo y delante del grupo. Era algo que le hacía sentir triste y decepcionado consigo mismo. Tenía la tendencia de buscar la aprobación en el velocista mayor, como si este fuera un hermano mayor o una figura paterna. Quedar mal ante él en una misión le hacía sentirse miserablemente fracasado. Más cuando percibes que has cometido un error de juicio frente a alguien con el que no te llevas bien.  A Bart no le gustaba hacer daño a nadie pero no podía evitar sentir ira y repudio hacia la arquera viertnamita. Porque Bart quería estar enfadado con Artemis. Quería tener motivos para odiarla y cebarse con ella. La arquera no era alguien a la que el joven velocista quisiera tener que agradecer nada ni a la que quisiera dejar entrar en su vida.

-Reflexiona ...- sus ojos castaños se encontraron con los dorados del velocista y algo en el interior de este se removió. Carol y él se conocían desde hacía mucho tiempo. Ella era quien a menudo le hacía caer en sus errores y tiraba de él para que recapacitase.

Bart cerró los ojos unos segundos. Al llegar a la estancia lo primero que había escuchado eran las palabras de Thaddeus: es tu decisión que matemos a Carol. Más ver a su amiga a punto de ser devorada por un Tigre y encontrarse sin sus poderes había generado una situación de miedo, estrés y angustia que le había llevado a culpabilizar de todo a la rubia. Con la situación resuelta y los ánimos más calmados comprendía que la arquera no podía haber hecho nada contra aquella bestia y psicópata que era Thaddeus. Si hasta él mismo que tenía poderes para enfrentarle estaba alterado ante la mera mención de su nombre.

- Raven, tienes razón.  Artemis no tiene la culpa  de las acciones de Thaddeus- dijo con un tono un tanto agotado. No le caía bien Artemis. Pero no podía culpabilizarla por los actos de otros. - En cuanto a lo que me pides …. - suspiró y buscó las palabras adecuadas para no ser cruel con Artemis. No se lo merecía en aquellos momentos. Por mucho que extrañase a Linda y sintiera que la arquera estaba fracturando lo que quedaba de su familia, no podía hacerle daño de forma consciente. - De momento, creo que lo mejor para ambos es que nos demos un tiempo. Yo tengo que asimilar muchas cosas y seguro que ella también.-