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| La encarnación berserker: ¿Necesitas más ira? (Brunilda y T'Challa) | |
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| Tema: La encarnación berserker: ¿Necesitas más ira? (Brunilda y T'Challa) 26th Marzo 2017, 21:20 | |
| “En aquellos tiempos, cuando todos los animales eran seres humanos…”
Cambiante, mimetista, transmutador o metamórfico eran algunos de los nombres por las que diferentes culturas antiguas denominaban a los seres humanos que adoptan la forma y los atributos de diferentes animales. Teriantropía es el término que se usa para designar a para designar personas o criaturas que pueden adaptar la forma de otras personas o de un animal. Es una palabra derivada del griego therion, que significa bestia, y anthropos, que significa hombre. El tema de las personas o criaturas capaces de cambiar de forma ha estado presente desde antaño en todas las manifestaciones culturales como la literatura, la mitología y el folclore.
Las asociaciones entre humano y animal estaban presentes en casi todas las culturas milenarias. En la cultura griega se puede observar como los dioses se transforman frecuentemente en animales para conseguir sus propósitos. En la cultura egipcia nos encontramos dioses como Ra, Horus o Baset que presentan un cuerpo humano y una cabeza de animal. En la cultura indígena americana nos encontramos con los skinwalkers, humanos que se transforman en animales usando sus pieles. En China y Japón existían los mitos sobre los hombres zorro y la kitsybe, un espíritu zorro capaz de adoptar la forma de mujer joven. En Centroamérica está el Lobizón, una especie de hombre perro que atacaba las noches de luna llena. En cultura mejicana, la diosa de la fertilidad, Coatlicue, es una mujer con una falda de serpientes. Los nahuales, de Mesoamérica, eran hechiceros que podían volverse el animal que quisieran con sólo desearlo. En Sudáfrica existen cuevas donde se pintaron impresionantes figuras como los majestuosos antílopes eland y casos de esta transformación humana; humanos con cabezas de alce. En la mitología nórdica tenemos a los berserker, guerreros de élite vestidos tan sólo con una piel de animal, frecuentemente de oso o lobo, que adquirían en el campo de batalla un singular estado de rabia semejante a la de un animal salvaje.
En la actual sociedad postmoderna estas figuras mitad hombre mitad animal seguían existiendo en las diferentes formas de ficción. El hombre lobo, el vampiro, las sirenas (que a partir de Hans Christian Andersen dejan de ser la criatura griega con cuerpo de pájaro y pasan a ser un híbrido entre mujer y pez), centauros, los sátiros y los faunos son sólo algunos ejemplos de cómo las narrativas actuales perpetúan la antigua fascinación y valor romántico de la fusión entre el hombre y el animal.
La exposición que se exhibiría en el museo próximamente trataba sobre ese tema, la fascinación del ser humano por aunar al hombre y a la bestia. La magia, el mito y lo sobrenatural de las leyendas más primitivas y rituales daban paso a la concepción de un ser fascinado y embrujado por un misteriosos instinto animal. Donde hombre y animal se funden en uno sólo y dejan libres las fantasías más profundas de la imaginación humana. La teriantropía a través de los tiempos de la civilización humana y su mantenimiento en los universos de ficción de la modernidad era el nombre de la citada exposición.
Los organizadores del evento estaban muy orgullosos de cada una de las piezas que se mostrarían. Objetos y restos materiales procedentes de todos los rincones del mundo se traían por primera vez para ilustrar el tema de la fusión entre animal y humano. Había costado muchas negociaciones con museos prestigiosos, muchas horas de proyecciones arqueológicas en busca de yacimientos, muchas horas de investigación y trabajo arqueológico y documental. Al final los resultados habían sido para los estudiosos y precursores de aquel evento plenamente satisfactorios. Con mucho esfuerzo y tesón habían logrado preparar un gran evento que reunía obras de todos los confines del planeta.
Las piezas de las que estaban más orgullosos los historiadores eran de un cráneo de oso junto con las pieles del animal y unos cráneos de lobos encontrados en los países nórdicos, procedentes de los denominados pueblos del norte, grupos humanos asentados en las zonas de Escandinavia (Noruega, Suecia y Dinamarca) generalmente en el centro y el sur y primordialmente en zonas costeras durante el periodo comprendido entre finales del siglo VIII hasta el siglo XI(la era vikinga).
Esas pieles y cráneos de osos y de lobo eran las vestimentas típicas de los denominados Berserker, también llamados en nórdico antiguo Úlfhédinn o Úlfhédnar. Según la mitología nórdica eran los guerreros de élite del Dios Odín. Estos hombres combatían semidesnudos llevando únicamente pieles de oso o lobo para cubrirse, despreciaban las cotas de malla o los yelmos para protegerse y atacaban.
Algunos cronistas describieron que estos guerreros entraban en un estado de furia muy parecido al de animales salvajes como lobos u osos. Llegaban a echar espuma por la boca como perros rabiosos, morder fuertemente y aullar.
Esta forma de lucha hacia colapsar las filas enemigas. El enemigo ante la irracional forma de combate de los Berserkers entraban en pánico. Se decía que eran insensibles al dolor de las armas enemigas o incluso desatendían las quemaduras del fuego.
La presencia de estos extraordinarios guerreros resultaba un arma de doble filo. En el fulgor de la batalla no eran capaces de distinguir amigo de enemigo. Era muy común que atacaran a su propio bando hasta que eran abatidos.Sin embargo, esta circunstancia no evitó que fueran reclutados como guardia personal de gran cantidad de reyes vikingos, en un número aproximado de doce formando el hird o séquito de protección real.
La explicación de su comportamiento según la cultura vikinga era que en ciertos ritos relacionados con Odín en los que se rendía culto a los osos y lobos, los espíritus de éstos podían ser transmigrados a los guerreros en una ceremonia de metamorfosis animal.
Otros, apuntan a que estos guerreros, en realidad honraban a una de las apariencias del dios Odín en combate, conocida como Ord Kampfar (algo así como "El lobo furibundo"). Al parecer, bajo esta apariencia temible, Odín se transformaba en un enorme lobo albino, y en compañía de sus dos mascotas Geri ("voraz") y Freki ("hambriento"). Junto a estos lobos fieros, a los que, en tiempos de paz, Odín cede toda su parte en el banquete del Valhalla (él sólo se alimenta de vino), esta fiera terrible, despedaza a los enemigos en el campo de batalla.
Las referencias a estos intercambiapieles son continuas en las sagas vikingas. También han aparecido en la cultura anglosajona del siglo X en las narraciones de la Batalla de Stamford Bridge en la que un enorme berserker de más de dos metros que servía al rey vikingo Harard Hardrada hizo impracticable el paso de las tropas sajonas del rey Harold Godwinson durante más de medio día, haciéndoles pagar caro su paso a la otra orilla.
Sea de una u otra forma, se habla en más de una saga de los "guerreros lobo", capaces de entrar en trance, y aullando como bestias sedientas de sangre, atacar al enemigo, sin preocuparse de cubrirse siquiera con sus escudos, luchando a veces, incluso a mordiscos.
Con la llegada del cristianismo a los países nórdicos cayeron en desgracia al ser ser considerados locos peligrosos, estar poseídos por el diablo o ser licántropos. Pero desde las perspectivas actuales, los elementos de la tradición antigua se consideraban como grandes fuentes de cultura y tradiciones de misticismo valiosas.
La revalorización del mito clásico y las culturas ancestrales fueron factores claves para que el museo diera su visto bueno a aquella exposición. Los valiosos cráneos de los bravíos guerreros vikingos llegaron en avión junto con otras piezas importantes que se prestaban al museo nacional diferentes museos internacionales.
Entre estas piezas había un collar de oro y gemas preciosas que fue un regalo de Ramsés II a su esposa Nefertari. Una fémina que desde su lugar como segunda esposa supo ganarse todo el amor del Rey de Egipto y gracias a ello, llegó a destronar a la esposa principal, erigiéndose como Gran esposa Real y Esposa del Dios. La adoración y el afecto que le profesaba el faraón a esa mujer. eran inmensos. Ese collar del noble metal era un símbolo de amor que era ansiado por muchos adinerados coleccionistas. No sólo por su ingente valor numerario sino también por su simbolismo de amor profundo y pasión ardiente que jamás perece y que ni la muerte puede destruir.
Como todas las joyas históricas famosas y codiciadas el collar tenía miles de potenciales compradores en el mercado negro. Era un objeto codiciado por esos ricos millonarios que tienen colecciones privadas para presumir a sus también amigos excéntricos y millonarios.
Unos pocos sabían el recorrido y el horario del transporte de las piezas históricas. Unos pocos que con el suave susurro de un dinero fácil, cantaron sin problema la información que tenían. Por eso, aquella tarde el furgón que contenía las obras de artes fue asaltado cuando circulaba por una carretera secundaria. Los ladrones consiguieron reducir al conductor y a los guardias que custodiaban el camión. con presteza, como solían actuar los delincuentes cuando cometian actos de poca legalidad, abrieron y registraron el contenido de todas las cajas apiladas en la parte trasera del vehículo. Mientras rebuscaban en las cajas de madera, uno de los delincuentes sintió como si algo o alguien le llamaba. Las voces incesantes le exhortaban a desembalar una caja próxima a su situación. Una poderosa fuerza lo llamaba y lo instaba a dejarse llevar. No supo muy bien en qué momento esa voz se adueñço de sus pensamientos y luego de sus acciones. No tuvo consciencia de sí mismo hasta que entre sus manos vio unas extrañas pieles. Los otros dos secuaces se rieron. Una chica del grupo, para hacer la gracia, le arrebató las prendas y se las puso sobre los hombros, luego rebuscó más en el embalaje abierto y encontró un cráneo de lobo. Siguiendo con su burla se le puso sobre la cabeza y empezó a imitar con burla a los hombres prehistóricos. De súbito se quedó muy quieta. Sintió como si su cuerpo fuese recorrido por algo. Notó una un hambre voraz y agresivo la invadía. Todo su ser se impregnó de furia animal y se sintió renacida en un estado de perpetua ira y descontrol. Su mirada se volvió peligrosa. Ungida y renacida, convirtiéndose en algo nuevo. El poder del berserker se filtraba por cada poro de su piel. Ninguno de sus compañeros notó el cambio en su actitud y en su cuerpo. Nadie lo vio hasta que no fue tarde. Como una fiera atacó a los hombres que hasta hacía poco eran sus aliados. Uno a uno los despedazó valiéndose de sus dientes y sus uñas. arañaba y arrancaba su piel como si fuese lo más normal del mundo. Comió sus entrañas y bebió su sangre como si de ellos fuesen un festín. Ella era más animal que persona, estaba en un estado de exaltación de la ira. La ira. Usada con raciocinio, era una virtud para un guerrero. Demasiada ira hacía que la virtud se convirtiera en un defecto. La desmedida furia era un ingente peligro. Hacía que la locura y el descontrol se adueñasen del cuerpo.
Mientras tanto en otro orden de cosas en la mansión de los vengadores …
Brunilda estaba semirecostada en su cama viendo la televisión una película de acción mientras se tomaba una cerveza. De súbito tuvo un mal presentimiento. Se levantó sobresaltada. Tuvo la sensación de que el equilibrio se había roto. Como diosa nórdica, guardiana de la cultura asgardiana y protectora los midgardianos notaba cuando un mal de origen asgardiano era liberado en la tierra. Uno de los objetos sagrados de Asgard había sido profanado. En lo más profundo de su ser tenía consciencia de que un peligroso ser había emergido debido a la falta de fe y la falta de respeto hacia su milenaria cultura. Los midgardianos jugaban con fuerzas que no entendían y ponían en peligro miles de vidas por sus negligentes actuaciones.
Tomando conciencia de lo peligroso que podía ser para la ciudad de Nueva York dejar suelto por sus calles un criatura maligna, pulsó la alarma para llamar la atención de todos los habitantes del lugar. No sabía con precisión contra que se enfrentaba. Pero estaba segura de que contando con la ayuda de sus compañeros vengadores podría resolver esa crisis cuanto antes. El sonido de la alarma era estridente y chirriante. Resonaba por toda la mansión para avisar a casa ocupante de la casa.
La valquiria se vistió con sus ropas de batalla. Su mono negro con las decorativas placas sobre su pecho. Cogió su preciada espada compañera de tantas luchas y trenzó sus dorados cabellos en sendas trenzas. una vez estuvo lista para partir a enfrentarse al peligro que atenazaba la ciudad, salió a aquel salón donde se reunía el equipo cuando ocurrían momentos de crisis.
Encendió la televisión de aquel cuarto. Puso el canal de noticias. Sabía que cuando pasaba algo grave los reporteros transmitían lo que ocurría en directo. No entendía muy bien aquellos electrodomésticos midgardianos. Conocía lo básico para desenvolverse en el mundo como una persona con un índice cultural bajo. No tenía ni idea de encender los ordenadores y los demás aparatos del lugar. |
| | | 123T'Challa
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 33 Fecha de inscripción : 31/05/2016 Localización : Wakanda.
| Tema: Re: La encarnación berserker: ¿Necesitas más ira? (Brunilda y T'Challa) 10th Abril 2017, 03:02 | |
| A diferencia de Brunilda, T'Challa no estaba ocioso en absoluto. Quizás no estuviera viendo una película de acción como la asgardiana, pero en su pantalla había una escena que nada tenía que envidiar a una: Explosiones, personas corriendo, incendios, gritos de terror... Cadáveres bajo los escombros de lo que solía ser Star City. La única diferencia, por desgracia... Era que no se trataban de efectos especiales. Aquello había ocurrido de verdad, en algún momento, en alguna otra dimensión. La pantalla cambió bruscamente cuando la Pantera Negra hizo retroceder en el tiempo la grabación, hasta volver al estado normal de esa ciudad, habitualmente protegida por Arrow, uno de los tantos héroes que habían surgido a raíz de la Colisión. Otro hombre que utilizaba todos los recursos a su alcance para proteger su hogar. Como Batman. Como Daredevil. Como él mismo. En el fondo... No eran tan diferentes. Quizás otra persona estuviera dispuesta a confiar en ellos por esa misma razón, pero para el rey de Wakanda, los héroes no eran más merecedores de confianza que los villanos de los que protegían el mundo. Wakanda no se había mantenido invicta a lo largo de toda su historia siendo amable con los extraños, y él era Wakanda. Apartó los ojos de la pantalla, y su mirada, oscura como la noche en el desierto, divagó durante unos segundos por la habitación en la que se encontraba. La Habitación de Ordenadores, un espacio casi diáfano, ocupado únicamente por la potentísima maquinaria que los mantenía conectados con el Pentágono, con SHIELD y con los servidores privados de los Cuatro Fantásticos, además de estar en constante contacto con JARVIS, la inteligencia artificial que ejercía de niñera, secretaria y sentido común de Tony Stark. Esa voz robótica que, en su mundo, había puesto los pelos de punta a Steve y no había hecho más que retrasar la inevitable caída de su creador. Se levantó de su asiento frente a una de las pantallas, había terminado de recopilar datos por hoy. La vívida luz del monitor teñía las formas de su traje, negro a la luz del día, del resplandor artificial del neón. Había esperado recibir noticias de su hermana durante esas horas en las que había estado trabajando. Lo que fuera. Pero, desde que había descendido a aquel complejo subterráneo que se extendía bajo la Mansión de los Vengadores, el silencio había sido su única compañía. Un silencio relativo, desde luego: Sus sentidos, agudizados por la planta en forma de corazón, siempre detectaban algo a su alrededor. Oía con claridad meridiana el más mínimo ruido, la menor vibración en el interior de los circuitos de los ordenadores que lo rodeaban... Pero el silencio no provenía de sus oídos, sino de su corazón. O lo hacía, hasta que sonó esa la alarma. Una expresión de disgusto se instaló en su cara en cuanto ese ruido estridente le perforó los oídos, obligándole a acelerar el paso hasta el ascensor que conducía hasta la primera planta. En escasos minutos, el rey de Wakanda hizo acto de presencia en el salón de la Mansión, ya con el rostro cubierto por su característica máscara negra. Lo primero que hizo nada más entrar fue desconectar esa señal, que amenazaba con dejarle sordo. Cuando volviera, la cambiaría, seguramente. Por su propio bien, y el de todos aquellos que aún conservaran el sentido del oído. -¿Cuál es la situación?-Al parecer, eran los únicos Vengadores disponibles. Por toda respuesta, la valkiria encendió la televisión en un canal cualquiera de noticias. -... asaltado mientras transportaba una ingente cantidad de antigüedades, destinadas a una importante exposición en un museo cercano. El asalto parece haber degenerado en una violenta pelea entre los criminales, que tan sólo ha dejado una superviviente entre ellos... Se advierte que las siguientes imágenes pueden herir la sensibilidad del espectador.-Lo que apareció a continuación hizo fruncir el ceño a T'Challa. Evidentemente desde un helicóptero, las cámaras estaban filmando un camión blindado, parado de mala manera en una carretera no muy grande. Junto a él, una figura femenina estaba reclinada sobre el cuerpo inerte de uno de los criminales, abriendo su vientre con las manos desnudas como ya había hecho con los demás. De vez en cuando, lanzaba miradas suspicaces a los helicópteros que la sobrevolaban, como una hiena miraría a los buitres que esperan a alimentarse tanto de la carroña como de ella. Sin embargo, algo que llamó poderosamente la atención del vengador fue su atuendo: Unas pieles y el cráneo de algún animal, todo ello puesto sobre un pantalón y una camiseta comunes. Eso le daba una apariencia ciertamente humana, pero... Aún era pronto para descartar otras posibilidades. Si bien la mayoría de los mutantes eran criaturas racionales, T'Challa sabía de casos en los que esa norma general no aplicaba. Y siempre podía tratarse de alguna especie alienígena, o mágica. Las posibilidades eran infinitas, por lo que prepararse para alguna de ellas en concreto era una pérdida de tiempo. -Necesitamos transporte. -Dijo a través del comunicador incorporado en el casco de su traje, tras activarlo con un ligero toque. Afortunadamente, en el telediario también se había visto, de pasada, una señal que indicaba en qué carretera se encontraban. Sería fácil encontrarlos, una vez llegara el aerodeslizador que los llevara hasta allí. No tardaron demasiado en embarcar en el jet, que llegó poco después. Un breve intercambio de palabras en su idioma natal bastó para que el piloto supiera a dónde tenía que llevar a su rey y a la hermosa mujer rubia que lo acompañaba, como sustituyendo a las Dora Milaje. T'Challa no había considerado oportuno llamar a las Adoradas en esa ocasión: Tenían asuntos más importantes entre manos, pero no estaban lejos tampoco. Pese a que la amenaza parecía un problema bastante simple, sabía que un rey solitario no duraba mucho en el tablero. Nunca era un error mantener cerca a sus tropas. | |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: La encarnación berserker: ¿Necesitas más ira? (Brunilda y T'Challa) 24th Abril 2017, 15:04 | |
| Activo el sistema de alarma y espero a que los superhéroes disponibles se presentaran en aquella habitación. Al poco tiempo de activar el sistema de alarma de la mansión, apareció en la estancia el rey de Wakanda. T’chala entró al salón de reuniones con su porte gallarda y elegante. Parecía que eran las dos únicas personas disponibles en la casa. Era la primera vez que la asgardiana y el wakandiano coincidían desde la colisión. En el universo del que provenía la guerrera, T´chala era un hombre digno y honrado. Tanto Thor, Steve como ella misma le tenían en alta estima. Los asgardianos especialmente porque compartían esa tendencia de mirar primero por su reino y por su gente antes que por los demás. La valquiria le había conocido en las tantas interacciones entre los héroes de Nueva York. Como los dos eran miembros en activo del grupo de héroes midgardianos denominados los Vengadores. Pero por la confluencia de mundo, Brunilda no podía asegurar que aquel hombre y el que conocía de antaño fueran la misma persona.
-No estoy muy segura de lo que pasa aún. He sido advertida.- Respondió a la pregunta de aquel hombre. Resultó algo parca pero no sabía qué era lo que la mantenía en ese estado de alerta.
En la pantalla apareció lo que confirmaba cada una de sus premoniciones. Una especial de esencia mística la ponía en aviso cuando un mal asgardiano era desatado en la tierra. En el canal de noticias se mostraba un asalto a un furgón blindado. Los informadores describían como una disputa entre el grupo de ladrones había acabado de forma violenta. Las imágenes mostraban con crudeza cómo una mujer de aquel grupo asesinaba de forma cruenta a sus compañeros. Pero la valquiria al ver los objetos con los que iba agraviada la fémina supo que no fue una discusión lo que provocó aquella masacre. En su rostro de inquietud se mostró sorpresa al ver a la joven vestida con el cráneo y aquellas pieles. Esos ancestrales enseres habían sido ungidos y sanficidados por las deidades nórdicas. Se entregaban sabiamente a guerreros que pudieran controlar el estado berserker. Puestos en manos de infieles y personas no preparadas eran un manifiesto peligro.
Cuando salió de su estupefacción, en su cara se reflejó la seriedad que a menudo ponía al enfrentarse a un ingente peligro. Un descontrolado Berserker era algo para tener muy en cuenta. En circunstancias normales aquella mujer sería una guerrera y una aliada. Pero cuando un Berserker no tenía ni propósito ni amo al que seguir a la batalla se sumía en un estado de rabia animal. Un furico ser embebido de un poder de destrucción, caos y muerte. Tenía que ser detenido. Por la buenas si conseguían despojar al huésped de los objetos poseídos o por las malas asesinando al anfitrión.
- Un berserker. - dijo señalando a la mujer en la televisión.- Un berserker impuro. - miró a T’chala y se percató de que quizá el wakandiano no tenía noticia alguna de la cultura nórdica o de la asgardiana, pues África nunca había estado en las zonas de dominio e influencia vikinga.- Un guerrero poseído por una furia animal que le hace un fiero adversario en la batalla.-
Sin dilación y haciendo gala de sus habilidades de liderazgo, T´chala utilizó sus medios adquisitivos para conseguir un transporte hacia la zona cero. Embarcó en el jet detrás del monarca.
Mientras tanto la joven transformada en una ingente fuerza destructora sin ningún tipo de pensamiento lógico o coherente, atacaba y destruía todo aquello que se cruzaba en su camino. Su nivel de agresividad y destrucción era comparable al de un Hulk agresivo y descontrolado. No la importa absolutamente nada más que desahogar su furia sobre cualquier objeto o persona que llegase a su alcance.
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