Disfrutando de una tarde de relax (Jeimmy Palomino)

Despues de un dia normal, ir a la universidad, regresar, escuche, yendo de camino a mi hogar, escuche una sirena de bomberos, acercandome un poco, vi a algunas personas comentar sobre lo acurrido, al parecer contaron con la ayuda de un superheroe, ya que mi curiosidad y algo de preocupacion se habia visto satisfecha, segui caminando hasta darme cuenta de que estaba frente a una pasteleria que habia visto muchas veces, Central Tart, para ese momento mi estomago me recordaba que no habia comido nada desde el desayuno, pues olvide mi almuerzo en casa, decidi entrar por primera vez al bonito lugar.

Era curioso, amplio, muy bonito, con cuidado pase al interior, pues llevaba la mochila, y observe, no sabia que pedir, sinceramente, no tenia la menor idea; observe con cuidado, el lugar estaba mas o menos lleno, aunque habia sitios libres; no pude evitar observar a algunos presentes, que, por cierto, no tenia la mas remota idea de quienes eran, note entre ellos a un chico de... Mmm... no estoy segura, diria que tiene algo mas de mi edad, bueno, creo.

En fin, basicamente no tenia idea de que pedir y estaba con una expresion notoriamente confundida, tal vez algo nerviosa.

En la comodidad de mi asiento, esperando la llegada de mi pedido, paseo, de forma despreocupada y ociosa, mi mirada por cada rincón del local. El cual se encuentra provisto de considerable clientela, como de costumbre; aunque no en exceso, pues aún quedan bastantes mesas libres.

En esto que me hallo perdido levemente en mis pensamientos, cuando una más que posible nueva clienta entra discretamente en la cafetería; captando en seguida mi atención.

Se trata de una chica bastante atractiva; ojos color esmeralda, y una tez sonrosada. Sus cabellos castaños caen ocultando ligeramente sus orejas; mientras un gesto, propio de cuando entras por primera vez a un lugar y no tienes ni la más remota idea de que hacer, se dibuja en su rostro.

En cuanto a su edad, no lo tengo demasiado claro. Sus gestos faciales parecen denotar que se trata de alguien más joven que yo, aunque su altura es considerablemente superior a la mía; aunque hay que tener en cuenta de que yo soy bastante bajito.

- Si no sabes que pedir, el chocolate siempre es una elección segura - digo en voz alta, en dirección a la joven, con una amistosa sonrisa dibujada al rostro

Por suerte para mí, la mesa que escogí esta cerca de la barra; así que no necesito levantarme, para tener una conversación relativamente privada con ella.

Pues por alguna razón no podía decidir, siempre he sido mala tomando decisiones, sobretodo si estas involucraban comida, básicamente suelo querer comer un poco de todo; un día lo hice, pero no salio muy bien, y cuando lo mezcle sabia horrible, así que necesariamente tengo que tomar una decisión.

- ``Si no sabes que pedir, el chocolate siempre es una elección segura´´

Me di la vuelta, bueno, voltee un poco, la voz provenía de un chico al que había visto antes, lo mire bien, estaba sonriendo, no pude evitar murmurar alto y despacio:

- Cho...colate? -seguro lo oyó, y junto con la expresión algo perdida que tengo seguro en dos segundos va a estallar en risas, caigo en cuenta de lo que dijo y asiento con una sonrisa:

- Si, tienes razón, el chocolate es una buena idea siempre.

Al darme cuenta de lo tonta que me he de haber visto hace unos segundos, mi cara se torna roja, lo cual me hace avergonzar aun mas.

Por otra parte, que mas podría contestar?

La hermosa chica, voltea ligeramente al escuchar mi voz; susurrando, con cierto desconcierto, la palabras chocolate. Acto seguido, notablemente sonrojada, asiente; con una amplia y encantadora sonrisa, decorando su rostro.

Parece que la joven comparte mis gustos por el dulce cacao.

- Si me permites, te aconsejo encarecidamente la napolitana - le digo, sin perder la sonrisa, reincorporándome tranquilamente de mi asiento y, tras acercarme un poco, señalando en dirección a donde se encuentra dicho bollo en la vitrina de muestras - De lo mejor que he probado en...

En ese momento, interrumpiendo mis palabras, hace aparición una de las camareras; quien coloca, sobre la mesa donde me encontraba, mi pedido.

- ¿Ves? - le pregunto, de forma retórica, ante la aparición del batido de chocolate y el correspondiente alimento - Por cierto, me llamo Sam - continúo, extendiendo mi mano hacia ella de forma amistosa - Si te parece bien, podrías sentarte conmigo y...bueno...conocernos - concluyo, con cierta mezcla de vergüenza e inseguridad

El silencio no dura ni dos segundos, afortunadamente, pues el chico me dijo que podria escoger... napolitana? un bollo de chocolate? era eso? mi duda se ve contestada cuando el chico señala a la vitrina, donde se observa el mencionado postre.
En ese momento la camarera trae su pedido, y vuelve a hablar.

``Ves?´´

Sonrio ante la pequeña pregunta, a lo que el chico, es decir Sam, pues me habia dicho su nombre, me decia que si podia sentarme alli.

``Si te parece bien, podrías sentarte conmigo y...bueno...conocernos´´

Me voy a ir al infierno por esto, pero no pude evitar sonreir al notar que no soy la unica que se traba en estas situaciones, para luego asentir:

- Si, esta bien.

Tomo asiento y digo sonriendo:

- Me llamo Jeimmy, creo que olvide decirlo.

La joven acepta de buen grado mi invitación; y, tomando asiento junto a mi, se presenta como Jeimmy.

- Es un placer, Jeimmy - le digo, con la mejor y más amplia de mis sonrisas dibujada en los labios - ¿Es la primera vez que vienes aquí? Porque no recuerdo haberte visto antes - le pregunto, con cierto interés, en un tono amigable y cercano - Y estoy seguro de que me acordaría de esos ojazos - concluyo, con picardía; dedicándole una mirada llena de complicidad

En ese momento, la camarera que antes colocó el pedido sobre mi mesa, se acerca a la misma.

- Perdona, ¿Falta algo por aquí? - pregunta en voz alta; percatándose al instante que mi acompañante no posee nada frente a ella - ¿Que te pongo, cariño? - continúa, refiriéndose a la castaña; agarrando una pequeña libreta y un bolígrafo, entre sus manos

Yo, por mi parte, decido empezar a darle buena cuenta al bollo; envolviendo uno de sus lados con papel de servilleta, y dirigiendo el otro a mi boca. No puedo evitar emitir un ligero murmuro de gozo al masticar el primer bocado.

¿Como hacerlo ante semejante delicia culinaria?

Puse otra sonrisa mientras lo oia hablar, y contesto su pregunta:
- Es la primera vez que vengo...
No termino la frase por lo que dice a continuacion, y me pongo, color... tomate, aunque no por eso dejo de sonreir, y de soltar una risita nerviosa.

Estaba por decir algo, pero la camarera que antes habia venido, pregunta:

``Perdona, ¿Falta algo por aquí?´´

Luego agrega otra frase, esta vez mirandome, a lo que contesto:
- Eto... lo mismo que él, por favor -digo señalando a Sam, quien ya empieza a comer su bollo.

La camarera amablemente se retira y, luego de unos segundos, me decido a preguntarle:
- Eto... puedo preguntarte algo? Cuantos años tienes?Bueno, esto... lo digo por curiosidad, jeje.
Se me escapa otra risa nerviosa, pues no se como decir exactamente que no tengo muy claro que edad tiene, debido a su estatura. Espero que no le moleste.

La muchacha certifica que se trata de su primera vez en la cafetería, al igual que se sonroja al escuchar mis aduladoras palabras. Lo cual me hace sonreír aún más; no hay nada tan encantador como una atractiva chica ruborizada.

Es en ese momento cuando la camarera entra en escena, y la castaña le pide lo mismo que yo. Ante lo cual, la empleada sonríe y asiente; marchándose en busca del pedido.

Tras esto, mi encantadora acompañante me pregunta por mi edad.

- Tengo 17, casi 18 - le digo, tranquilamente, tras tragar el primer bocado y limpiarme un poco con la servilleta - Ya sabes, educación preuniversitaria - continúo, con mi habitual buen humor - Y dime, Jeimmy, ¿Que edad tienes tú? - le pregunto, con toda la naturalidad posible; intentando que no se percate de que estoy rogando interiormente porque tenga una similar a la mía - Pero, sobretodo, ¿A que dedica su tiempo una chica tan guapa como tú? - concluyo, con un tono pícaro y lleno de complicidad

Muy bien, Sammy; usa tus encantos.

Luego de mi pregunta, y de que él la respondiera... Vaya! así que tiene 17, la verdad debí suponerlo, casi instintivamente miro encima de su cabeza por breves segundos, luego desvió la mirada, algo avergonzada por ello; no es que sea tan bajito, pero la diferencia es algo notoria, no mucho, ni muy poco.
Luego me menciona que está en preuniversitaria, esbozo una pequeña sonrisa, pensando en lo curioso que es el hecho de que sea mayor que yo y este en pre.

``Y dime, Jeimmy, ¿Qué edad tienes tú?´´

- Yo? tengo 15 años y medio. Mmm... diferencia de dos años solamente, jeje.

``Pero, sobretodo, ¿A que dedica su tiempo una chica tan guapa como tú?´´

Su broma, porque voy a tomarlo como broma, hace que mi cara se ponga como imitación de tomate, pero aun así le contesto:
- Pues... voy a la universidad, jeje.
Suelto una risita nerviosa, ya que seguro me va a mirar con cara de ``se le fundió el cerebro´´ por esa respuesta.

La joven resulta tener 15 años; lo cual afortunadamente no es una diferencia muy notoria. Con suerte, el hecho de ser algo mayor que ella, se sumará como uno de mis muchos encantos.

No puedo evitar abrir los ojos como platos al escuchar su respuesta a mi "pregunta de manual" ¿Va a la universidad? Es quiere decir que...

- ¿Eres una especie de supergenio? - le pregunto, notablemente asombrado, casi sin pensar

En mi rostro se refleja la evidente sorpresa que me supone saber que, una joven dos años menor que yo, está ya cursando en la facultad.

Es decir, he oído de chicos que "los suben de curso" por ser sobradamente inteligentes; pero nada como algo así. Al fin y al cabo, eso quiere decir que posee todos los conocimientos de los años que me preceden e incluyendo en el que me encuentro ahora mismo.

Eso es muuuuuuuuuucha información.

Ya sé que no soy ningún estudiante modelo ni nada de eso, pero aún así...

El personaje Jeimmy Palomino ha quedado inactivo. Por favor dinos qué deseas hacer con el post. Mandarlo a la papelera y que no cuente para tu personaje o epilogarlo y que lo cerremos una vez lo hayas hecho, para que sí cuente.