El vientre de tantas contradicciones.

El tiempo fluye a su paso, son las 5 Am. El chico de cabello oscuro se encuentra sentado en el suelo áspero y polvoriento, su semblante esta neutro, mantiene los ojos cerrados demostrando una tranquilidad total, Pero la cosa es que no está tranquilo pues está a unas horas de hacer algo peligroso, algo que anteriormente había practicado pero no sentía del todo seguro. Pasa una hora y el chico se pone de pie, observando a su derecha a una chica de su misma edad, cabello oscuro, ojos verdes, nariz respingada, profundamente dormida, ah su izquierda hay un escritorio marrón, algo descolorido de unas partes, en él hay un cuaderno azul común y corriente, pero en su última página hay escritos hechos por el mismo chico llamado Daika, todos ellos son observaciones de él mismo, las cuales estudiaría con cuidado. Se proponía a robar un banco, lo pensaba sin bacilar, semanas atrás había robado ya 10 bancos, pero todo ellos eran muy pequeños y sinceramente no recomendaría dejar su dinero en ellos, pero esos robos le ayudarían con el robo a un banco mayor, lo más lógico para él era ir como un chico común y corriente que quiere adentrarse en problemas financieros pero al mismo tiempo estudiar el lugar. Pasan 3 horas más y él ya se ha duchado y vestido, dispuesto a salir por la ventana observa de reojo a la chica, esa que está aún dormida, su amiga, Tomoko Kuroki, da marcha atrás para "despedirse" de ella, besándole la mejilla, sale por la ventana, camino al dichoso banco. Finalmente entra al banco, viendo que hay mucha gente dentro no puede evitar pensar "que desperdicio de tiempo", observa y observa, observa a guardias de seguridad, observa cámaras de vigilancia, observa sensores en las puertas, observa una puerta metálica que se abre aparentemente con las huellas dactilares de los empleados, pero también observa algo más, 3 personas, con una actitud muy nerviosa, sin embargo va al baño sin tenerles importancia.

- Diablos -dice mientras cierra la puerta del sanitario- esto resultará imposible -masajea su frente frustrado- ahora qué...

El violento y despavorido ruido de una explosión lo interrumpe sin decir que pierde el equilibrio debido a esta, poniéndose de pie otra más explota y una más, parece todo tranquilo y de pronto hay una última explosión que hace al joven golpearse la cabeza quedando mareado y aturdido.

Mientras tanto una camioneta blanca se encuentra a la distancia.

????: -vámonos de aquí, el objetivo ah sido eliminado -sonríe pasando su lengua por sus labios y despegando su pulgar de un botón, de un detonador-

Durante unos minutos no se mueve, pero poco a poco vuelve en sí, viendo todo borroso, debido al golpe recibido o al polvo que invade lo que queda de la estructura del banco, observa la puerta caída, una bisagra está fuera de lugar, tras ponerse de pie rompe la otra bisagra al impactarle una patada a la puerta, sale caminando entre escombros viendo entre ellos a todos sepultados, se para justo en el centro del banco y observa a su alrededor, toda esa pobre eh inocente gente, muerta, ¿por qué alguien haría algo así? no era justo, no era justo que eso pasara. El polvo comienza a ahogarlo por lo cual tose, sale del lugar escuchando las sirenas de las patrullas a lo lejos y algo más, alguien grita dentro del edificio, alguien necesita ayuda, pero la policía viene en camino, sin embargo ¿qué pasa si no llegan tiempo? Su mente se parte en dos, quedando helado a las afueras del edificio, mira hacía el frente preguntándose ¿qué hacer? y entonces el grito se intensifica, para él es claro, si tiene la oportunidad de salvar a gente inocente la hará, despertando de su trance se da la vuelta corriendo adentro del edificio, hay mucho polvo aún y humo, ya que un fuego ardiente se ah hecho presente de la nada.

Camina a ciegas siguiendo aquélla delicada voz y llanto, parece ser una niña y así lo es, la pequeña de cabello corto y ojos color miel se encuentra sentada abrazando sus rodillas, se acercó para cargarla pero la niña asustada le golpeo en la cara. “Hay mucho polvo y humo, el edificio podría colapsarse en cualquier momento o las llamas se podrían propagar si lo deseasen ¿porqué la niña no se limita a dejarse llevar? " Le ve el rostro, está cubierto de lagrimas, entonces le viene a la mente, aquella pequeña y sus...padres ¿donde están ellos? "¿también perdió a sus padres?"

Daika:- Oye hola -le ve con sus semblante serio con un tono de voz apagado-

La niña le mira por un segundo y vuelve a ver ligeramente hacía abajo llorando y gritando, Daika comienza a toser debido a la combinación de polvo y humo "piensa Daika, piensa por un momento, cuando perdiste a tus padres ¿cómo te sentías? ¿Cómo?... Solo…completamente solo"

Daika: -suelta un suspiro y comienza hablar intentando hacerlo un poco más animado- Hola pequeña, soy un bombero ¿sí? eh, acabo de, salvar a un dinosaurio de un árbol ¿quieres venir a verlo?

Sayumi:- Bombero tonto, no existen los dinosaurios -limpia sus mejillas- tengo miedo -no tarda ni un minuto en llorar nuevamente-

Se sorprende al ver la reacción de la niña y repite "¿quieres ir a verlo?, ella le mira confundida "Piensa Daika"

Daika:- Tengo que sacarte de aquí y rápido, por favor cierra los ojos...yo, voy, a cuidarte -le tiende la mano esperando respuesta-

Sayumi le mira sería, pero una sonrisa rompe aquella seriedad, aun estando en un momento tan crítico le sonrió sujetando su mano con fuerza, Daika no mostró ningún gesto y le cargó corriendo hacía el oxígeno limpio, el veía que aquella personita era especial, por alguna razón su sonrisa le dio paz y seguridad a el mismo.

Corrió sin parar unas cuadras alejándose de la escena y la policía. Pensaba, pensaba y pensaba ¿tenía que llevarla a policía? No, eso no ¿al hospital? tampoco, de momento no, así que se dirigió a su antiguo hogar, a la casa donde su madre fue asesinada, ah el pasado.

La niña abre los ojos justo cuando Daika le baja en la entrada del hogar, observa la puerta, completamente cubierta de polvo, su respiración se intensifica mientras las manos le tiemblan, Sayumi le mira confundida y un poco asustada, hasta que Daika abre la puerta muy lentamente, viendo el interior, rosando con las puntas de los dedos las paredes y los muebles que quedaban ahí, su semblante serio y frío se convierte en uno afligido por el dolor, jadeando intenta contener el llanto, las lagrimas están al borde, finalmente el golpe final, un retrato de los 3, su padre madre y él en el suelo, el marco está hecho pedazos y la fotografía tiene pequeños pedazos de vidrio encima "Papá..Mamá" piensa antes de caer sobre sus rodillas al suelo dejando caer lo hombros y la cabeza, derramando aquellas lagrimas retenidas anterior mente y gritos desgarradores.

Está perdido en su mente, demostrando su dolor, sin nadie con quien hallar consuelo, entonces dos pequeñas manos toma su frente y la apoyan en un hombrito pequeño y cálido.

Sayumi:- ¿también los perdiste? -le rodea con los brazos, dándole un fuerte abrazo-

El caucásico pone sus manos en forma de grúa, rodea el torso de la niña y corresponde al abrazo de la niña apretando las ropas de ella mientras sayumi hace lo mismo,y ahí están los dos en la habitación desahogándose mutuamente.

Pasaron unos minutos y  todo se hizo silencio, un silencio escandaloso, pasando horas así, hasta que Daika decidió romperle.

Daika:- pequeña, tengo que preguntarte algo, ¿tienes algún otro familiar aquí en Tokio? -acercándose a ella-

Sayumi: - no señor ojeras -sentada mira el suelo, seria-

Daika:- Estamos en el mismo canal, solos -mira al suelo y vuelve a ver a Sayumi- mi nombre es Daika

Sayumi: - ¿Vive solo? -le mira con un dedo en el mentón-

Daika:- bueno, vivo con una amiga y su familia pero es cuestión de tiempo para que me lleven a estados unidos nuevamente -suspira-

Sayumi: - Señor Daika, Usted me salvó -toma su mano-

Daika:- le mira asintiendo con la cabeza-

Sayumi: - Gracias -le sonríe de oreja a oreja, reflejando una felicidad sincera-

"¿que esto que siento al verla sonreír? no puedo dejar que alguien más se encargue de ella, esta pequeña es demasiado especial para abandonarle con gente y quien sabe que podrían hacerle"

Daika:- Oye ¿te gustaría vivir aquí conmigo? -forza una sonrisa-

Sayumi: - ¿podría yo quedarme en su Palacio?

Daika:- ¿palacio? -le mira confundido-

Sayumi: - Sí -abre los brazos refiriéndose a la casa- tiene todo un palacio, así que es como un Rey –
Vuelve regalarle una sonrisa-

Daika suelta una ligera risa y una sonrisa alegre, quizás sea la primera vez en mucho tiempo que le hacen sonreír.

Daika:- estas invitada a mi palacio, pero, solo debes decirme una cosa ¿cuál es tu nombre?

Sayumi: - Mmm, mi nombre...n-no, no quiero decirlo, me recuerda -su voz se quiebra y sus ojos se ponen cristalinos-

Daika:- Sayumi Kimi... -sonríe mostrando los dientes-

No sabía cómo reaccionaría pues hacía unas horas que se conocían, pero la niña le abrazó ya que como su nombre lo indica como ella no hay igual...

Pasaron los días y no hubo reclamos de la niña ah la policía, eso molestaba a Daika y en cierta forma le alegraba ya que la compañía de ella era gratificante, sin decirle nada a Tomoko volvió a su “palacio”  decidido a ser algo mejor, eso sí salvaría gente pero robaría igualmente… “Nadie es perfecto”

(Bueno, les dejo este pequeño relato,se supone así conoció Daika a la adorable Sayumi Posiblemente le edite para extenderla un poco mas)