From Earth 2 Whit Love...(LIBRE)[Metropolis...10-03-18]

“Mi madre me dijo una vez, Cada uno elige su destino e independientemente de lo que suceda a su alrededor es su deber mantener firme su elección…Mi padre por otro lado creía algo  similar sin embargo diferente en ciertos aspectos, uno solo forja su destino independientemente de los planes que este tenga para ti”

-Kara mantén el control- grito la fémina tratando de aferrarse a los controles del Batiavion mientras este se precipitaba por un extraño vórtice de muchos colores,  tras ver por su ventanilla el ala de este pudo divisar entre todo el caos a su amiga Kara aferrada a una de las alas del vehículo, había  mucha turbulencia y  por más que Helena hacia uso de su habilidad en el manejo del vehículo  no pudo hacer demasiado y el ala termino por reventarse –¡KARA!- grito angustiada al ver a su amiga salir volando del sitio, la alarma del vehículo se disparó  y la computadora de este comenzó a hablar –falla…falla…perdiendo altitud- el vehículo comenzó a girar fuera de control y en el cielo de una metrópolis ajena a el conocimiento de la pelinegra  un resplandor abrió una abertura dimensional la cual escupió  la batinave en medio de humo y fuego –Error…error…colisión inminente, repito…colisión inminente…-

“No imaginaba que la situación terminaran de esa forma, no imaginaba que  la realidad como la conozco había dejado de existir, no imaginaba lo mucho que la echaría de menos…”  

-Despliega los alerones de emergencia- comento la fémina tratando de conservar la calma activando una serie de botones y en medio de la humason  del batiavion que era consumido por las llamas de este se levantaron unas cuantas placas de metal para disminuir la velocidad, las personas del sitio observaban impresionadas el evento  de igual forma más portales parecían abrirse en todo el mundo aunque esto no era relevante para Robin en estos momentos  dado que está más ocupada tratando de salvar la vida de la gente al no estrellarse en algún edificio o a media avenida.

“Kara, podría decirte tantas cosas en este momento, tenías razón en muchas cosas sobre todo en el simple hecho de que había cosas mucho peores, Cuando perdí a mi madre jure que no permitiría que eso volviese a pasar y a estas alturas me pregunto Kara….¿que de mi promesa he podido cumplir?”

-Ese es el lugar- una vieja bodega abandonada parecía ser el lugar perfecto así que con lo poco que tenia de control sobre el vehículo la pelinegra se las ingenió para que el  Batiavion se estrellase brutalmente contra  la bodega, el sitio se cubrió de llamas  y parecía que la vida de la joven había terminado pero en ese momento uno de los ventanales reventó y ante los impresionados ojos de las personas una motocicleta salió de las llamas cruzando casi media calle en el aire hasta finalmente terminar en el pavimento  patinándose de lado casi a punto de estrellarse en la pared, sobre ella se encontraba la joven helena –un aterrizaje perfecto Srta Wayne- la chica tosió un par de veces y se veía algo herida con ligeras quemaduras en algunas partes de su cuerpo –Sin duda su padre estaría orgulloso de usted- añadió la U.A. de su cinturón y la fémina solo miro unos momentos la bodega  mientras esta se consumía, el batiavion de su padre había quedado hecho pedazos y ahora solo conservaba la motocicleta improvisada de emergencia que el hizo para ella.

-¿Dónde estamos?-  comento la pelinegra observando a su alrededor  no reconociendo el lugar a lo que su I.A. respondió casi de inmediato –estamos en Metropolis…- el sistema de GPS de la I.A. le permitió ubicarse sin embargo la ciudad lucia demasiado diferente a como la pelinegra recuerda, no lo menciono pero se sentía muy adolorida sobretodo en el costado derecho por la fuerza del impacto –debemos buscar un sitio do…- la chica se detuvo dado que la I.A. le interrumpió –Srta Wayne múltiples objetivos se dirigen a su posición desde la abertura de llegada, al parecer son para demonios que le han seguido a usted y a la Srta Kara atraves de la abertura-  lo que le faltaba, la joven detective solo frunció el ceño y levanto la mirada, observo cerca de 10 para demonios y ay que admitir que solo uno ya es bastante problema sin embargo su preocupación crecía y no por  los enemigos –¿Ay señales de Kara?- el silencio de la I.A. decía todo por lo que la fémina solo apretó el acelerador  y se arrancó llamando la atención de sus perseguidores –ocupémonos de esto primero…- sentía punzadas intensas en varias partes de su cuerpo  por sus heridas mientras en algunas zonas la sangre se hacía presente, en la motocicleta había una diminuta pantalla con escáner que le permitía estudiar el terreno de este modo se aproximó a un callejón –Debemos sacar esas cosas de la calle-

“Papa me enseño que no debía tener miedo y si lo tenía debía compartirlo con mis enemigos, me hacia la fuerte pero…dentro estaba muerta de miedo, por primera vez en mi vida estaba totalmente sola en un sitio desconocido para mí y no era como antes…esperar no hará que papa me rescate como antes”

—¡¿Dónde están las joyas?! —Impactó la cabeza del ladrón contra la pared.

"Vaya día. Días, de hecho". Desde la noche anterior Geist había estado persiguiendo un pequeño pero organizado grupo de ladrones que reunieron un significante botín en un par de meses, aprovechándose del caos general en el globo. Durante toda la noche estuvo cazándolos, hasta que finalmente en la madrugada logró emboscarlos en una fábrica abandonada. Terminó despachándolos uno por uno, hasta que quedó solamente el líder, o supuesto líder.

—¡Habla! O te reviento el cráneo. —Estaba cansada, exhausta, con sueño. Ya no quería crear más ilusiones, por eso había recurrido a la violencia física, pero no parecía ser muy efectiva.

"Sólo invócame. Diez segundos son suficientes para hacerlo hablar". Eso sería demasiado arriesgado. No le importaba la vida de esa escoria, pero si Nocturno no se mesuraba, terminaría matándolo y las joyas podrían quedar perdidas por una buena temporada. Lo último que este mundo necesitaba era perder reliquias históricas, piezas de arte que deberían ser respetadas por todos. "Ahorita no, joven".

—Tú lo pediste, mequetrefe. Serás desayuno de tiburón. —¿Para qué gastar más energías, para qué manchar la pared de sangre? Existe la tecnología.

—¡Para, por fav-!

Era un simple mecanismo que consistía en una cuerda que pasaba por una polea, amarrándose a los pies del criminal. Desde el panel de control, Ingrid hacía rotar la polea, sumergiendo a su víctima por unos segundos y elevándolo a la superficie.

—Empezaba a creer que era mudo... —Musitó para sí misma, finalmente subiéndolo a salvo—. ¿Dónde está el tesoro? Argh. —Hizo ronca su voz, imitando a un clásico pirata, emulando un garfio con sus dedos y haciendo una mueca al tiempo que cerraba un ojo.

Pero antes de que el pobre diablo hablara, una fuerte explosión se originó desde la fábrica, provocando que... bueno, provocando lo que cualquier explosión provocaría. Las llamas se elevaron y de entre el fuego una figura salió disparada, una motocicleta, específicamente—. ¡Santos frijoles saltarines! —Exclamó en sorpresa, atónita de lo que acaba de suceder—. ¿Viste eso? —Giró hacia su prisionero, sólo para ver que ya no estaba, sólo una cuerda destrozada—. ¿En serio hay tiburones aquí? —Miró hacia el agua, precipitándose en la orilla. ¿Tal vez había sido su imaginación? Quizá todo era un complejo sueño, una maquinación de su torcida y cansada mente. Había estado manteniéndose despierta a base de adrenalina y comentarios torpes, pero tal vez ya estaba dormida.

Sentía su cuerpo ligero, como si volara. La brisa matutina golpeaba su máscara metálica, filtrando el fresco hasta su rostro. Podía sentir la mar en su piel. "Es un lindo sueño". Sólo que no lo era. Una bestia alada, de aspecto mecanizado, la había sujetado de la espalda y la llevaba hacia un vórtice que rompía el cielo—. Oooohh... —Paulatinamente su cerebro fue reaccionando, comprendiendo la situación—. ¡Oh! —Estaba en peligro y debía actuar con velocidad, o de lo contrario... Era incierto, no sabía lo que iba a suceder, pero definitivamente no era algo bueno. Debía librarse. Como sea.

Trató de forcejear y golpear a su captor, mas no funcionó. Su mejor opción era confundirlo de alguna manera para que la bajara. "Si yo fuera una cucaracha gigante, ¿qué me haría aterrizar?" Usualmente la empatía era su mejor aliada, sin embargo, en este caso en particular, lo más bruto y directo podría funcionar. Llevada por la adrenalina y el sentido de supervivencia, se concentró sobre su enemigo, creando la ilusión de una pared frente a él, obligándolo a esquivarla. Fue recreando el muro de tal forma que el monstruo fuera descendiendo, y cuando finalmente estuvo suficientemente abajo, súbitamente plasmó la imagen de un dragón gigante mostrando sus fauces.

El demonio, por acto de reflejo, esquivó violentamente la falsa amenaza, desequilibrándose en el proceso. Geist aprovechó la oportunidad para zafarse de su agarre lo suficiente para hacerlo girar y que colisionara contra el suelo abruptamente. "Del sartén al horno, ¿no?" Estaba a salvo, un poco golpeada, pero al fin y al cabo a salvo... físicamente. No obstante, la situación no pareció mejorar del todo. Habían aterrizado en medio de un infierno. La gente cundía en pánico, las cucarachas perseguían un vehículo motorizado y un mago lanzaba bolas de fuego. Parecía la escena de un video de rock.

"Sólo falta el demonio oscuro".

"Hora de jugar".

"Tranquilo, endemoniado. Que el combate abierto no es mi estilo. Me gustaría ayudar a todas estas personas, pero primero debo ayudarme". Divisó con más detalle su alrededor, buscando un punto donde pudiera obtener ventaja. Tenía algunas opciones, esconderse en el edificio más cercano, ocultarse en las cloacas, ir con el hechicero ígneo o pelear a muerte en el escenario más épico jamás concebido. "Tentador, tentador, pero no". Mientras se decidía, obedeció a su instinto y se refugió en los muros del callejón, cerca del pirómano. Héroe o no, era evidente que tenía la potencia para dar pelea, quizá podría cubrirle la espalda. La prioridad uno era protegerse, después de todo.

La situación estaba fuera de control,  Helena no entendía la razón pero se sentía cansada por no decir exhausta, quizá sea una consecuencia del viaje paradimencional pero no es momento de ocuparse de ella,  por el espejo retrovisor alcanzo a divisar un número aproximado de parademonios aunque en realidad no lo sabe a ciencia cierta lo que hace que su labor sea algo más complicada de lo que imagino en un principio,  tratando de acaparar la atención y alejar a los Parademonios de los civiles la sagas pelinegra los atrajo a un callejón mientras notaba la presencia del extraño sujeto que derritió a uno de sus perseguidores antes. Tal como en casa parece que no es la única Heroína o  mínimo  interesada en ayudar a la gente aunque ella se sentía culpable dado que estos parademonios proceden de tierra 2, de las ruinas de lo que fue su hogar una vez.

Su motocicleta se abrió paso  hasta el callejón y una vez en el sitio levanto su mirada observando que el sitio no poseía salida lo que la colocaba en una encrucijada bastante interesante  pero ella  y su legado son especialistas en este tipo de situaciones, debía actuar rápido por lo que  mientras sus enemigos  comenzaban a disparar rayos dorados en su contra la fémina solo  se patinó en la motocicleta girando  con ayuda del impulso de la velocidad que llevaba solo para ver a sus enemigos  así como al sujeto  que creaba esferas de fuego –Srta Wayne No es seguro lo que planea- comento  su I.A. pero la pelinegra solo  sonrió de forma desafiante –Nada lo es Alfred- comentó y dejo caer unas esferas metálicas al suelo las cuales comenzaron a echar humo cubriéndola casi por completo situación que confundió a los Parademonios.  Y mientras estos trataban de divisar entre el humo  el sitio donde la fémina podría estar de un momento a otro esta cayó del cielo justo sobre uno  el cual se quejó sonoramente – Elegiste un mal día para perseguir a una chica- de inmediato golpeo con fuerza la mochila del  parademonio provocando un corto en esta  de esta forma el sujeto se precipitaba hacia el suelo, aprovechando la situación y ante la sorpresa de sus enemigos lanzo una serie de batirangs explosivos a sus enemigos.

Un par de detonaciones rompieron el silencio del lugar mientras la fémina caía al suelo de forma ágil como si se tratase de una gimnasta  entre sus enemigos, con ese movimiento derribo 4 Parademonios mientras estos le rodeaban , sus ojos se centraron de forma veloz en ellos analizando su situación mientras se colocaba en guardia, aun le dolía el costado y por esa razón no actuó  de inmediato al caer si ella estuviese en óptimas condiciones sus enemigos estarían acabados, una franja de líquido carmesí callo atreves de su frente y controlando su respiración solo dijo una cosa –Ahora al…- en ese momento del humo surgió la Batimoto y disparo un par de proyectiles a el grupo  que rodeaba a helena disipándolos, ella aprovecho esta acción y se abalanzó sobre ellos, dado una feroz y colosal parada a  uno en el rostro provocando que este caer al piso, dio un salto y tomo de la cabeza  a otro estrellándola en el suelo mientras avanzaba hacia su siguiente objetivo -1…patada directa, 2  sujetar del cuello e impactar al suelo….3 embestida para sacar de equilibrio…4 uso del batiorang…-

El ambiente era un escándalo. Es normal considerando la situación: monstruos voladores, portal en el cielo, hechicero en callejón, motociclista tecnológica... Son los elementos perfectos para una sinfonía caótica. "Raro sería que estuviera callado". Sobre todo en esta época de crisis, la inestabilidad y el ruido es común denominador en las vidas diarias de este planeta, ciudad Metrópolis aún más. "Thanks, Superman". Era impreciso responsabilizar a un único individuo por todo lo que sucedía, pero era más fácil así, en especial cuando el sujeto en cuestión es un titán de su calibre. "No un titán como miembro de los Titanes, sino un titán como un ente masivo de capacidades extraordinarias". A veces, es importante especificar. Y hablando de especificar...

"¿Sheik?" El nombre le sonaba familiar a Ingrid, mas no lograba del todo ubicarlo, también era bastante obvio que se trataba de un alguien que vistiera similar a ella, pero más allá de eso nada. Tampoco es como si fuera algo muy importante, aunque ahora tendría la espina de la curiosidad molestándole. "Tengo tanto sueño que quizá termine olvidándolo". Por otro lado, probablemente entender esa referencia le ayudaría a entender el segundo adjetivo. "No soy una princesa". Geist estaba segura de no haber hecho algo que pudiera sugerir esa idea, ni siquiera el vestuario podía dirigir a esa conclusión, era ilógico. Definitivamente el tal 'Sheik' tendría las respuestas. "Si no lo olvido, investigaré".

Geist fue dando pasos cortos hacia el brujo, observando la precipitación de enemigos hacia ellos—. ¿Se los puedes dar para llevar? —Contestó manteniendo el mismo humor que el mago había estado luciendo. Estaba indecisa sobre su siguiente acción. Le quedaba claro que no sería combatiente para todo ese enjambre, aún si estuviera en su mejor estado, así que un enfrentamiento directo sería inútil ahora y siempre.

"La noche se ha ido, pero aún puedo desmembrar". Nocturno estaba dispuesto, como siempre, a salir a la ofensiva, pero la dama prefería dejarlo como último recursos. Más específicamente, como una herramienta de salvación. Sea cual sea su plan, no incluiría a Nocturno. No sólo estaba Nocturno como opción...

La motociclista quedaba un poco alejada y el hechicero a penas lo conocía. ¿Cómo entrarían en la ecuación? "De algo estoy segura, no son muy listos". Eso lo había comprobado con la cutre ilusión que empleó hace un instante contra su captor, eso podría ayudar. "Sí, claro. Postre para llevar".

El tiempo era escaso, los pensamientos podían fluir en un parpadeo, mas no así las palabras—. ¡No es nuestro enemigo! —Esperaba que con esa pequeña oración su pequeño plan cobrara sentido para su interlocutor. Y si no, estaba bien, su estrategia tenía varios objetivos, uno de ellos es ponerla a salvo.

Seleccionó a la cucaracha más cercana, quien sería su señuelo. Le hizo ver un escenario completamente diferente, uno menos denso. Él sólo veía a Ingrid y al brujo en un callejón urbano infinito. Las figuras de ambos comenzaron a flotar, alejándose lentamente de él, con la velocidad necesaria para que el alienígena creyera que los alcanzaba y atacaba. En realidad, lo que su víctima estaba haciendo era volar hacia sus iguales y lanzar golpes a ellos. El inconveniente con su plan es que debía mantenerse cerca de él, de otra forma saldría de su rango y el espejismo se desvanecería, sin mencionar que quedaba completamente vulnerable.

La idea era que la criatura hiciera ataques a diestra y siniestra en una área cercana a Geist, evitando que otros de ellos se aproximaran a ella, convirtiéndolo así en su defensor. Si todo salía bien, esto crearía una distracción para los demás, volviéndolos más vulnerables a los ataques de los otros dos héroes. "Quiero pensar que son héroes". Y si accidental, o intencionalmente, eliminaban a su títere, pues tomaría a otro.

Una parte de mi estaba furiosa y otra parte de mi trataba de frenarme, no entendía del todo aun que hacía o donde estaba solo me concentraba en una sola cosa la cual me a permitido calmarme en las peores situaciones posibles y se trata de aplastar a mis enemigos, papa me hablo muchas veces del auto control aunque no es que deba contenerme demasiado contra etas cosas por lo que sencillamente no muestro piedad alguno mientras me libro de cada uno de ellos conforme avanzo por este callejón de locura interminable, era como si desquitase todo lo que traía dentro, la perdida de mis padres irónicamente  parecido a la perdida de mi padre de mis abuelos  e irónicamente como el me vi sola…me vi sola en medio de adoloridos cuerpos tras una considerable golpiza…aun respiraba un poco agitada mientras gotas de sudor figuraban en mi rostro y seguía apretando mis puños como si me viese desconectada del mundo unos instantes, voces retumbana en mi cabeza como si fuesen ecos –vive por mi, te amo Helena-(Batman)….-sin duda es una buen idea helena…una nunca sabe cuándo es la última vez que puede ver a una persona, solo se vive una vez-(Catwoman)…-Nunca te dejare sola, somos un equipo ahora Robin- (Kara) durante todo este tiempo me mantuve con la cabeza fría ignorando lo que me pasaba pero por cuanto, solo mire de reojo a mi derecha…más parademonios “señorita debe moverse ahora” pero las piernas me fallaron era como si aunque supiera que debía moverme mi cuerpo o mente dictaminara que no…

La ironía se manifiesta de nuevo, un sujeto llega con extraños comentarios a la escena sacándome del extraño trance que me apresaba –Sheik?..- comento casi para mí misma mientras fijaba mi atención en el sitio el cual el miraba para observar a una joven o eso pienso que es por su compleción dado que está cubierta casi totalmente,  no se de quien habla el chico y sospecho que no es el nombre de la chica la cual parece actuar de una forma poco usual –Interesante indumentaria- le dije pero si el chico llegase a decir algo de  mí solo dije -yo soy robín- en palabras de papa la robín perfecta pero pensándolo bien si se refiriera a mí de otra forma no podría molestarme por algo tan minúsculo y faltoso de intensidad en cambio solo le observo unos momentos, es peculiar su forma de actuar  usando soberbia y sarcasmo  sin duda un engreído con poder para manifestarlo,  se regocija de la aparición de más enemigos y debo deducir que tratara de impresionarme con un destello de grandes habilidades que alborotaran quizá más de lo que ayudaran pero no me quejare, estuve por fallarle a mi padre hace unos momentos al titubear de esa manera quizá solo estoy cansada después del incidente en casa y la invasión de Apokolips, sin duda si Kara estuviese aquí me habría jalado ya las orejas –Bien es momento de acabar con los bichos, chico rata de seguirme el paso…- comente confiada mientras me preparaba para los nuevos enemigos

Estaba por iniciar la pelea de nuevo, tome algo de aire y prepare mi estrategia…pensar rápido es una de mis cualidades y aprovechar mi entorno una gran ayuda pero en ese momento mis ojos se abren llenos de sorpresa –que diablos?- comento extrañada dado que uno de ellos el que estaba más cercano a una de las paredes comenzó a volar hacia sus amigos lanzando golpes al azar, mmm eso es bastante extraño –Ey sombrerero deja a Alicia y el conejo blanco creo tenemos una oportunidad- dicho esto saque mi batigancho y apunte a la cornisa de la azotea más cercana, un ataque aéreo siempre es la mejor opción por lo que me eleve y casi llegando al techo me gire soltando el gancho  tocando con mis piernas la pared e impulsándome hacia atrás  en dirección al nuevo grupo de Parademonios  y tan solo mientras atravesaba el aire hacia ellos lance varios batirangs explosivos de forma feroz.

Geist comprendía que el caos a su alrededor no cesaba, probablemente estaba peor que antes, en cualquier momento todo podía explotar. Sin embargo, debía mantener total concentración sobre su enemigo. Si llegaba a perderlo, cosas terribles podrían pasar. En primer lugar, su propia vida estaría en peligro, ya que él era lo único que se interponía entre ella y el resto de esos monstruos. Como efectos secundarios, era remotamente posible que esas criaturas estuvieran conectadas de alguna manera, o que pudieran comunicarse, provocando que sus poderes fueran revelados al oponente, lo que le quitaría cualquier iniciativa que pudiera llegar a tener. Por eso y poco más, no quitaba la atención de su presa.

"Cada detalle visual lo debo de hacer a la perfección". La ilusión era simple, bastante fortuito para ella que no fueran muy listos. Las características ponderadas del espejismos yacían en las figuras que se movieran con constancia pero con naturalidad, además del escenario, el cual debía ser interminable y vacío, un poco oscuro para que pudiera enfocar a su alrededor. Lo más complicado resultaba ser sincronizar los golpes que él creía dar a las réplicas y los golpes que realmente estaba cometiendo contra sus camaradas. Sería muy extraño que sintiera algo cuando atravesara el viento.

"¿Cuáles eran tus propuestas?" No quería admitirlo, pero el cansancio y sobre todo el sueño se estaba apoderando más y más. Sus párpados se cerraban en contra de su voluntad, sentía su respiración pesada y su espalda se flexionaba por sí sola, tambaleándose con cierta torpeza. "Vamos, que alguien se los coma o algo". Sentía que su cabeza le iba a explotar, ¿cuánto tiempo sería capaz de mantener el ritmo?

"Tu debilidad no me afecta".

Era bueno que Nocturno estuviera activo, sería su último recurso si llegaba a colapsar o quedar vulnerable. Mientras tanto, esperaba a que el dúo cosplay pudieran controlar el campo de batalla. Sentía que se elevaba la temperatura, producto del fuego y las explosiones. Veía a las cucarachas aladas salir volando y otras ser destrozadas. Parte de Ingrid quería ver con un poco más de atención, era una vista emocionante, pero de nuevo no podía dejar de enfocar a su títere. La adrenalina ya no le ayudaba, se mantenía en pie por pura voluntad.

Mas la mente tiene su límite, ella lo sabe muy bien. Es inevitable negarse a la naturaleza, a las exigencias del cuerpo. Sin desearlo, por un instante, se desconectó del mundo, cayendo en el sueño. Su cuerpo retrocedió, golpeando la pared que tenía detrás. Como acto de reflejo, el impacto le hizo recuperarse y apoyarse con sus manos para no caer, pero ya era tarde. La ilusión se había desvanecido, aunque justo en el instante perfecto para que su objetivo quedara perplejo y fuera azotado por los cuerpos de los otros alienígenas.

A pesar de que los héroes habían eliminado ya gran parte de los invasores, quedaba un número considerable. Un grupo de ellos se abalanzaron sobre la aturdida Geist, quien había quedado indefensa contra el muro. "Ataca". No había tiempo para otra defensa, optó por invocar a Nocturno. El oscuro espectro surgió desde el plexo solar de su invocadora, proyectándose con violencia hacia los rivales, cortándolos a la mitad con sus navajas. Nocturno sólo podía estar por un brevísimo tiempo antes de que se desvaneciera, Ingrid era consciente de ello, por lo que aprovechó los escasos segundos que tenía para ponerse a salvo, poco o nada más podía hacer. El resto estaba en sus manos.

Conforme la dama de negro se retiraba con dificultad, balanceándose, Nocturno cubría su espalda tan bien como sus facultades se lo permitieran. Durante la noche podía ser imparable, mas con la luz solar golpeando su forma sombría, a penas podía mantener el ritmo. Inevitablemente fue superado en número y fuerza, dejando a su dueña abierta a un ataque. Tres bestias se aproximaban con velocidad a la exhausta Geist.