Carnaval en Omega: Juego del intercambio de cuerpos. [Libre]

[Este es un post fuera del rol original de Omega para que lo pasemos todos bien jugando.
 
Las reglas son las siguientes: Loki ha lanzado un hechizo que ha cambiado las almas de todos los presentes y las ha metido en cuerpos diferentes. En este primer turno podrán entrar varias personas describiendo como llegan a la fiesta y el barullo que se monta dentro. Cuando postee con Loki se cerrará el primer turno y explicaré a cada uno de los presentes qué cuerpo le ha tocado. Si después de esos dos turnos entra más gente al tema, esperaré un par de turnos más para hacer una nueva repartición de almas.]
 
Era carnaval, un día de celebraciones, disfraces y alegría. Loki se encontraba rodeado de gente, en medio de una fiesta (posiblemente organizada por el pesado de Tony Stark) dentro de una gran mansión. Los presenten parecían divertidos y se lo pasaban bien bailando unos con otros, riendo como idiotas de los chistes que no eran graciosos y bebiendo hasta perder la noción del tiempo.
 
A Loki le repugnaban las fiestas, pero lo que más le repugnaba era no haber sido invitado. Como un duende vengativo, el hechicero de Asgard destapó una pócima que llevaba consigo, y un humo negro y verde empezó a salir de su interior hasta inundar toda la sala con los presentes. Era una pequeña travesura, un truco que conseguiría aguar la fiesta… pero algo del hechizo salió mal, Loki lo intuyó. Se había equivocado de pócima, y el hechizo era aún más perverso y problemático… incluso para él…
 

[Ahora que entre la gente que quiera rifar su cuerpo postee con su personaje y explique como ha llegado a la fiesta.]

¡al fin Tony Stark celebraba una fiesta! Y sobretodo habla invitado al mejor arquero del mundo: Ojo de Halcón. Casi siempre sus fiestas eran de negocios, donde no había diversión, pero esta era diferente ¡Era de disfraces! Por lo cual Clint no podía faltar y como era lógico, fue disfrazado. Su disfraz era el traje del Capitán América, aun lo guardaba cuando lo tuvo que sustituir una temporada, había valido la pena. En el metro había mas gente disfrazada, pero su disfraz era mejor, mas autentico, comenzaba a sentir como el ego le subía la ver las caras de asombro de los ciudadanos. Una vez llego a las puertas del recinto donde se celebraba la fiesta mostro su invitación, dejándole pasar tranquilamente y una vez dentro.

¡Que empiece la fiesta!

Dijo Clint eufórico, al fin un poco de diversión. Bailaba y bebía algo sin alcohol, era muy pronto para emborracharse, de golpe toda la sala se lleno de un extraño humo, empezando a toser. Cuando quiso darse cuenta su voz había cambiado, al igual que su cuerpo, alzo la mirada y se vio entre la gente. Aunque su cuerpo se encontraba prácticamente en sus narices el estaba en otro cuerpo.

¡Hey! ¡Este no es mi cuerpo!

Tenia que ir a una fiesta por que integra le dio orden de socializar con otras personas y prácticamente tenia que ir a las patadas y para colmo lo hacia vestida de odalisca con una leve mascarilla en su rostro se movió hasta una mesa donde miraba pasar a los invitados comía algunos dulces pues las cosas dulces al menos eran buenas, Bebía pues el alcohol le afectaba poco al ritmo que lo tomaba cuando de una manera repentina un niebla se expandió y comenzó a toser hasta que perdió la conciencia y despertó vio su cuerpo frente a ella que demonios ocurrió y grito.

Me lleva las llamas del infierno que driantes ocurrió?

Dalae estaba sentada en un taxi, esperando a que el conductor llevara el vehículo hasta su destino. Las calles de Nueva York iban pasando al otro lado de la ventana, a medida que se acercaban a la mansión de Tony Stark. Era Carnaval, una de las fiestas que los midgardianos celebraban, y todo el mundo iba disfrazado por ahí, de camino cada cual a su fiesta. Por la calle se paseaban piratas, superhéroes, robots, princesas, vampiros... La asgardiana juraría que no todos llevaban puesto un disfraz, sino que ese era su aspecto real. Unos minutos después, el taxista paró, y la chica le pagó la carrera antes de bajar y cerrar la puerta del vehículo amarillo.

Uno de sus pajaritos le había contado que esa noche, la valkiria Brunilda estaría en la mansión del millonario, y Dalae no iba a perder la ocasión de ir a observar un poco. Podía ser muy interesante. Para no ser vista (y posiblemente golpeada) por la rubia, optó por ir también disfrazada. Recordaba lo que se sorprendió cuando leyó que había mujeres de hielo en las leyendas de Midgard, en un país llamado Japón. No había ido nunca, pero ese dato en especial le había llamado la atención. Quizás por eso había elegido como traje para esa noche ese kimono blanco, con un obi rojo y el pelo algo recogido con una aguja de hielo, dejando el resto suelto.

Spoiler:

Se subió por enésima vez el kimono para que le tapase los hombros, y se mezcló con el gentío. Menos mal que no había traído consigo a Raden, sí no, ya estaría protestando por el ruido, la música, y todo en general. Cogió una bebida para disimular, y se puso a observar: Había algunas caras conocidas: Ojo de Halcón estaba en la pista, Brunilda cerca de la barra, como buena asgardiana.... Pero de pronto, una niebla muy espesa, de color negro y verde, lo inundó todo. Aquello no parecía parte de la fiesta...

No sabia porque,ni como pero había llegado una especie de invitación a una fiesta al correo de su casa,la invitación incluía,lugar fecha y hora.La prima mayor de Ino a quien se suponía que iba la invitación se encontraba con un montón de trabajo y tareas para realizar ese día,por lo que le pidió a su sobrina,la que no tenia planes esa tarde.Ino lanzo un suspiro y tomo la invitación fijándose en la hora-Pero no queda mucho tiempo para elegir un disfraz o para hacerlo-dijo Ino observando la carta,su prima le dijo antes de irse que había uno de hace tiempo en su armario que podía quedarle, Ino observo el reloj un poco intranquila y corrió hacia la habitación de su prima y abrió el armario-On,no-dijo llevándose la mano a la frente y suspirando.
No había nada mas interesante que hacer esa tarde,así que no tenia que quejarse después de todo era para matar su aburrimiento,Ino se puso el traje y se dispuso a bajar las escaleras ya disfrazada,Sakura la vio bajar y lo único que emitió hacia la rubia fue una carcajada que la chica ignoro.
Ino llego a la fiesta y camino con tranquilidad por la pista,no había nadie de su edad.O alguien con quien hablar,pero iba a intentar divertirse.

Disfraz:

Una mirada con un poco de disgusto podia notarse al verla usar el traje simplemente no le gustaba,¨Parecía una niña¨ pero de repente.....-Que rayos esta pasando??-

Luke no tenía ni idea de por qué alguien como Tony Stark se había molestado en invitarle a él, quizás por eso cuando recibió la invitación se quedó bastante sorprendido. Había estado pensando varios días pensando si ir o no ir, pero conforme la fecha de la fiesta se acercaba decidió que necesitaba algo de tiempo para él o de lo contrario se iba a volver loco. A juzgar por lo que ponía en la postal, la fiesta era de disfraces y lo cierto es que le daba mucha vergüenza tener que vestirse de momia o de vampiro, quería algo que molase, pero que a la vez fuera sencillo. Finalmente terminó por decidirse:

Spoiler:

La verdad es que no tuvo demasiados problemas para acceder al recinto donde la fiesta se estaba celebrando, le bastó con enseñar la invitación y le dejaron pasar sin mayores problemas. Se sentía bastante ridículo con el disfraz puesto, pero lo cierto es que no desentonaba en absoluto, más aún si tenía en cuenta las pintas que llevaban algunos presentes. Al menos no era algo excesivamente llamativo...

Tenía algo de sed, así que decidió ir a por algo de beber, pero justo cuando se movió a por un vaso, un extraño humo de color verde y negro comenzó a inundar la sala entera. Luke empezó a toser, no sabía bien lo que estaba pasando hasta que pudo ver sus ropas...y se fijó en que estas no eran con las que había llegado. Su piel palideció, empezó a temblar un poco y corrió en busca de un espejo...y lo que vio le hizo desear no haber acudido nunca a esa fiesta...pues de alguna manera, estaba atrapado en un cuerpo que no le pertenecía. El muchacho tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no ponerse a gritar.

Tony Stark envió algunas invitaciones a los estudiantes de la mansión y Christopher no sabía como una de esas había llegado a sus manos, según lo que había leído era una fiesta de disfraces por épocas de carnaval situada en la elegante, pero moderna mansión Stark. Ir a una fiesta era mejor que quedarse viendo TV en el hall o quedarse jugando videojuegos con otros mutantes, no es porque le daban una paliza, pero el tipo de los 4 pulgares tiene cierta ventaja en todos los juegos. Buscando en internet Christopher encontró un cosplay identico al de la peli:

(No sabía si elegir el de Obi Wan o Anakin ):

Peinado con gel como Obi Wan Kenobi y vestido como todo un Jedi incluyendo un sable de luz de colección, Christopher salió de la mansión subiendo al taxi que lo esperaba fuera del lugar, tras unos 20 minutos el taxista lo dejó en el recinto donde se encontraba la fiesta, que brindaba como anfitrión Tony Stark.Christopher encapuchado accedió fácilmente mostrándole su entrada a los hombres de seguridad, cuando se adentró por completo a la pista de baile notó disfraces geniales como el del hombre que tenía un disfraz del Capitán América muy bueno o el chico con el cosplay de Ninja Gaiden, aunque Christopher no entendía muy bien porque tenía un parche, pero, se le veía genial.

El joven caminó tranquilamente a la pista de baile, cuando empezo un espectaculo de efectos especiales donde se liberaba una niebla de color verde y negra a través de toda la pista de baile "¡Wow!, se ve genial." Pensó, aunque la niebla largaba un olor extraño, cuando esta se fue se sentía diferente...
-¡PERO QUE CARAJOS!- Exclamó espantado, dándose cuenta que estaba en el cuerpo de otra persona.

Había llegado a los oídos de Dent que se celebraba una gran fiesta de disfraces en una enorme mansión de la ciudad. Aunque en un principio, rehusó de darle importancia a lo que sería seguro un vano intento de llamar la atención por parte de alguna clase de egocéntrico millonario con aires de importancia; el ex-fiscal decidió replantearse la idea.

Seguramente, un evento así, atraería a alguno de esos bat-bobos; lo que le daría la oportunidad de ajustar un par de cuentas pendientes con el murciélago y sus queridos metomentodos. Pero para ello, debía encontrar un disfraz con el que ocultarse; uno en el que poder guardar alguna que otra sorpresita.

Así que finalmente, se decidió por un gigantesco disfraz de oso; que ocultaría completamente su cuerpo, y le brindaría la completa anonimidad.



Una vez dentro, la fiesta se desarrolló con normalidad; sin ningún aparente rastro de los bat-cretinos. Sin embargo, la cosa se torció cuando un humo negro y verde invadió el local ¿Algún ataque de ese loco payaso? Lo fuese o no, no importó demasiado; porque como llegó, se esfumó.

- Diablos, necesito ir al baño - digo mientras me encamino a este, dispuesto a echarme algo de agua en el rostro

Una vez ahí, me doy cuenta de que algo marcha realmente mal al observarme reflejado en el espejo; mi aspecto a cambiado.

- ¿¡Que diablos!?

Normalmente hubiera dejado que esta oportunidad hubiera pasado de largo, sin haber dedicado más de un instante a observarla mientras pasaba a mi lado. Las fiestas no eran lo mío, y si eran elegantes menos todavía.

Pero esto no era una fiesta cualquiera, no. Esa fiesta estaba hecha a mi medida, se adaptaba al contorno de mi vida y mi persona. Era una fiesta de máscaras, de disfraces, donde nadie era lo que parecía y por una noche la mentira podía estar a la orden del día. Era un bullicio de falsedades y sonrisas, y en ese tipo de situaciones podía dejarme llevar y disfrutar, podía encajar y sentir que por una vez no era distinta al resto. Ese tipo de fiestas, era cuando dejaba salir la poco que quedaba realmente de mi verdadero ser.

Pero ¿Qué disfraz podía ser el adecuado? Un Ángel, típico. De un superhéroe, poco original, de un animal, aburrido. Una zorra, demasiado parecido a mi día a día como para sentirme cómoda. Un títere podría ser ideal, usar el maquillaje para hacer que todas mis articulaciones parecieran las coyunturas de madera. Pero al igual que el anterior, podía parecerse peligrosamente a una realidad dolorosa. Empecé a trastear por los objetos que tenía en el estudio, buscando lo que pudiera ser un disfraz con el que me sintiera cómoda, hasta que al fin logré dar con una peluca negra. Como todas las pelucas de Brooks, el pelo era de lo más real, casi pudiera parecer natural, pero esta era especial. Era larga, excesivamente larga, y negra como el carbón. Y lo más impresionante, tenía unos cuernos de carnero a ambos lados, que se alzaban por encima de la cabeza y apuntaban hacia la espalda. ¿Un demonio?

Sí, un demonio podía encajar con mi humor esa noche. Aunque fuera uno de esos demonios de cuentos de hadas, y no esas moles de sombras que puedes encontrar cuando juegas con lo que no debes. Unas pocas horas de maquillaje y mi piel era uniforme y sin cicatrices, y unas lentillas que conferían a mis ojos un precioso tono carmesí, tras lo cual busqué un vestido negro que era poco más que una tela que se anudaba en cruz al cuello. El tejido era tan volátil que podría pasar por una capa de sombras, con la imaginación propia del carnaval.
De camino a la fiesta no fue tan difícil pasar por delante de una tienda de disfraces y hacerse con unas alas para colocar bajo la capa y una negra y larga cola escamada, similar a la de un reptil.

Y así me presenté en el local, con los pies descalzos caminando sinuosamente entre la gente, disfrutando el ambiente. Dedicando caídas de ojos y correspondiendo sonrisas, mientras encontraba el camino directo a la mesa de los aperitivos en busca de un licor que llevarme a los labios. Y copa en mano, vagué por la mansión hasta llegar a una escalinata y sentarme cómodamente en la barandilla, ojeando a todas las personas que había, preguntándome si encontraría alguien con quien pasar la noche... O que me pasara la cartera, al menos.

Se movió con paso decidido hasta el edificio donde su novia vivía mirando donde la gente paseaba con sus disfraces, se había sentido bastante estúpido cuando bajo a la calle vestido de esa forma tan extravagante pero entre toda la multitud ya no le interesaba, es más le parecía divertido.


Una vez en la entrada, se metió aprovechando a una señora que abandonaba el lugar y subió por las escaleras para evitar ser visto. Cuando llego al piso donde se encontraba su departamento, salió al corredor observando para ver si nadie lo veía y golpeo su puerta. Espero unos instantes y luego al ver que nadie respondía llego a la conclusión que estaría en el baño maquillándose o en el dormitorio, así que salió a la fachada del edificio y se desplazó por ella hasta llegar al balcón. Una vez ahí solo tuvo mover muy lentamente la puerta corrediza que daba al interior para que no hiciera ruido, se quitó las botas y estuvo dentro de la sala.

Una vez dentro se retiró la máscara del rostro, volvió a colocarse las botas y se sentó en el sofá. Blair saldría por el pasillo que daba hacia el baño y la recamara para encontrarlo muy campante sentado en su sillón mirando sonriente en su dirección.

Más tarde, llegaban a la mansión donde se celebraría el baile. El auto Blair estaciono en la entrada pero Alex  fue el que descendió por la puerta del conductor. Le entrego las llaves al valet parking y avanzo rápidamente hasta el lado del acompañante para ayudarla a bajar del coche.

Una vez dentro, pudo apreciar la ostentosidad del lugar, así como también la diversidad de trajes que había en el lugar, que pasaban desde osos de peluche hasta algunos que no había visto en su vida. Pasearon por el lugar saludando lo que le pareció una infinidad de gente hasta que una nube negra y verde que muchos afirmaban que serían efectos especiales comenzó a inundarlo todo, algo le parecía extraño pero solo se percató de que podía ser magia una vez que la nube lo envolvió.

Despertó aturdido  y se llevó la mano al rostro para quitarse la máscara, pero la sensación era distinta. Se irguió como pudo  y cuando su vista volvió a la normalidad examino su cuerpo solo para darse cuenta de que no era el suyo.

[No esperaba tanta acogida a este tema! Me he quedado muy sorprendida, gracias!

Ahora vuestros personajes se encuentran en un cuerpo que desconocéis y habéis perdido vuestros poderes y habilidades. A cambio, habéis ganado los poderes y habilidades del personaje en el que estáis, lo malo es que como no sabéis controlarlos (por que no es vuestro cuerpo) pueden ocurrir muuuchos desastres en esta fiesta xD

Esta es la repartición de almas:
Loki - Dalae
Clint - Steve
May - Luke Spalding
Brunilda - Loki
Dalae - Clint
Arturo - Brunilda
Steve - Garnet Brooks
Ino Kurama - May
Luke Spalding - Alexander Dragún
Christopher Johnson - Zoey Willis
Harvey Dent - Arturo
Zoey Wills - Harvey
Garnet Brooks - Ino Kurama
Alexander Dragún - Christopher Johnson

A partir de ahora los turnos son aleatorios, puede postear quien quiera en el orden que quiera. Si llega alguien nuevo tendrá que esperar hasta que se produzca de nuevo el cambio, y mantendrá su cuerpo hasta entonces.

Ale! A pasarlo bien! ]


Aquello debía de ser una broma pesada, pensó Loki. Bueno, más bien pensó Loki dentro del cuerpo de su aprendiz Dalae Darkle. Ahora era una mujer joven y atractiva, llevaba puesto un kimono blanco impoluto y el pelo largo negro recogido en un moño, con un maquillaje estilo Geisha Japonesa. El dios miró varias veces su reflejo en la ventana y maldijo entre dientes. La pócima que había lanzado era del intercambio de cuerpos, y aquello suponía que uno de esos invitados malditos tenía el control de su preciado y valioso cuerpo Asgardiano. ¡Nadie sería más digno que Loki llevando su propio cuerpo! Tenía que encontrarse a sí mismo y averiguar quién había tras su hermosa cara, y ya de paso tratar de buscar una solución para este desastre.

Cuando la niebla se disipó, todos parecieron mirarse extrañados, los invitados de la fiesta de Tony Stark ya no eran quienes creían ser. Algunos rieron, otros lloraron, otros gritaron de puro miedo. No tardarían en señalar al dios de las mentiras para encasquetarle el marrón. Aunque por una vez si había sido culpa del dios del embaucador...

- Necesito aclararme la garganta... - dijo Loki con una voz aguda y aterciopelada. Pero cuando el príncipe tocó la copa de agua, un chorro de hielo se escapó de entre sus dedos y congeló toda la mesa de bocaditos.- .... tengo que mejorar eso...

Al comprobar que tenia cuerpo de hombre se desilusiono un poco, ya que tendría que cambiar de cuerpo que fuera de mujer. Clint siempre había tenido curiosidad de cómo se sentía tocarse sus propios pechos, como su cuerpo de mujer racionaría ante esas caricias, pero al parecer hoy no era su día de suerte. Un poco deprimido y con el deber de cambiarle el agua al canario se fue al baño. El cuerpo que llevaba iba de astronauta, así que se quito los guantes y el casco para hacer sus necesidades, una vez acabadas se limpio las manos. Cuando quiso darse cuenta se estaba mirando al espejo y pego un bote al ver en el cuerdo de quien estaba.

¡Wow! ¡Soy el capi! ¡Jajaja que guay! Así que ha venido a la fiesta… ¿le habrá gustado mi disfraz?

Se quedo pensando un rato de que podía hacer, no siempre puedes estar en el cuerpo del famoso Capitán América. Después de un rato de pensar comenzó a buscar en el traje de astronauta, sonriendo cuando encontró el móvil, puso la cámara y que empezara la fiesta. En el baño de hombres del local comenzó hacerse fotos en el espejo como si fuera un adolescente. Las fotos que realizaba eran muy diversas: sexy, divertidas, adorable, rebelde, lengua fuera, con el símbolo de la paz, con otros símbolos mas obscenos, etc. El arquero quería ver todas esas expresiones que era difícil ver en el serio y responsable Steve. Una vez termino se las envió a sí mismo, es decir, las envió al contacto de Clint Barton para que cuando volviera a la normalidad pudiera gozar de ellas, se lo había pasado muy bien. Una vez termino su travesura se puso el casco y los guantes, saliendo del baño como si no pasara nada. Hecho un vistazo más lento de la situación, al parecer el capi no tenía tan buen ojo como él. Lo primero seria buscar su propio cuerpo, a ver qué hacían con él y de paso llamar la atención del capitán, tenían que pensar en cómo solucionar este problema tan divertido, tenia curiosidad de que cuerpo le había tocado a el.

Dalae tosió un poco debido al humo. No, no era parte del espectáculo: Se oyeron algunos gritos, pero también... ¿Risas? Cuando abrió los ojos, se dio cuenta que estaba en otro sitio. ¿En serio alguien había lanzado un hechizo de teletransportación? Pero... Se sentía muy pesada... Y su voz sonó demasiado grave cuando probó a hablar.-No puede ser... -Se vio reflejada en una de las ventanas, y se topó con el Capitán América. Pero no era exactamente él: Cuando se quitó el casco, comprobó que alguien la había metido en el cuerpo de Clint Barton. Venga ya... Miró alrededor: La gente parecía también confundida, debía de haberle pasado a todo el mundo. Y ahora lo importante era encontrar su cuerpo. No tenía ganas de que cualquiera se llevara puesta su piel impunemente. Y si ya encontraba al imbécil del hechizo, mejor que mejor. No es que le importara demasiado lo que le pasara al resto de invitados, simplemente se negaba a quedarse dentro de esa cosa grande y sin poderes. Y si era antes de tener que ir al baño, mejor.

Vio a lo lejos el destello blanco del disfraz que llevaba puesto su cuerpo, y poco después, gritos. A saber que habría pasado... Se dirigió hacia allí lo más rápido que pudo que le permitían esas piernas gruesas y torpes. Tras varios tropiezos, y dos choques contra dos mesas diferentes, llegó a donde alguien estaba usando su cara para hacer el tonto. La idea era fácil: Le congelaría los pies para que no se escapara, y después se lo llevaría a un sitio donde encerrarlo hasta encontrar el modo de poner todo en orden de nuevo. -¡Eh, tú!-Hizo un gesto en dirección a sus piernas... Y no pasó nada, por supuesto. Estúpido humano inútil... Ni siquiera llevaba el escudo del Capitán de verdad para darle una lección al que se había apropiado de su identidad. Cuando encontrara a Clint, tendría que decirle que fuera más útil de alguna manera.

Frente al espejo, puedo observar, con claridad, como todo mi aspecto ha cambiado completamente; las cicatrices de mi rostro han desaparecido para dar paso a la ausencia de uno de mis ojos, el cual se haya tapado por un parche. Que irónico; antes tenía dos rostros, y a hora apenas tengo medio.

En cuanto a la vestimenta, en lugar de llevar aquel gigantesco traje que me había permitido entrar armado a la fiesta sin levantar sospecha alguna, ahora porto la vestimenta de lo que parece ser un ninja. Oh, dios; solo espero no haberme convertido en uno de esos estúpidos miembros de La Liga.

Retiro el parche del ojo izquierdo, para observar con detenimiento la ausencia de este; cerciorándome de que no se trata de algo meramente decorativo, o de un añadido al disfraz. Sin embargo, acostumbrado a no ocultar las cicatrices de mi rostro; arrojo este al suelo, luciendo así el hueco vacío.

Tras esto, con paso algo más lento al habitual, me encamino hasta la puerta y salgo del baño en dirección al salón; debo encontrar a aquel que tenga mi rostro ahora, y recuperarlo.

La fiesta parecía ir bien,y bastante normal hasta que un extraño humo verde apareció por el suelo comenzando a cubrir todo y dejando poco a poco bastante difícil la visión a casi todo el mundo, cubriendo hasta mas o menos el techo provocando que básicamente nadie pudiera ver en donde se encontraba en ese momento ni al lado de quien estaba,solo esperaba que todo fuera algún broma pesada o un juego para comenzar a animar la fiesta para que nadie se aburriera antes de que el anfitrión llegase y se fueran -Esto es normal?,acaso algo malo esta sucediendo?-pensó la rubia vestida de ángel un poco perdida en lo que estaba sucediendo en aquella fiesta hasta que el humo comenzó a disiparse a su alrededor.

-Al fin todo esto esta terminando-volvió a pensar mientras el humo se iba,pero al volver en si y recuperar la visión de lo que estaba sucediendo a su alrededor logro ver a una gran multitud muy confundida sobre lo que pasaba allí,las personas parecían estar un poco alteradas mientras se observaban las unas a las otras confundidas o algunas muy emocionadas,Ino tardo un poco en procesar y darse cuenta de lo que sucedía cuando se miro a si misma,primero al notar que se encontraba mas lejos del suelo que lo habitual y luego observo su cuerpo,había pasado de un traje de ángel que obviamente odiaba a un traje de bailarina de danza árabe,,mirando sus manos confundidas logro ver su reflejo de alguna manera y quedar bastante confundida -Esto debe ser alguna especie de sueño,o acaso me desmaye antes de llegar o me dormí-se pregunto sujetándose la cabeza sin poder concentrarse en lo que ocurrió,Ino respiro ondo y volvió a mirar su reflejo y pudo notar que se trataba de alguien que ya conocía-May?- dijo mientras veía su reflejo-Momento...donde esta mi cuerpo?-pregunto mirando a su alrededor también vigilando si había alguien mas que se le hiciera familiar-Shade,Kamus?,si llegaran a ser ello quizá estén experimentando lo mismo luego de ese humo-pensó mientras caminaba entre la multitud intentando encontrarse,al parecer su voz tampoco sonaba igual. Ino tomo una copa sobre una de las mesas y comenzó a caminar entre la gente mientras la tomaba.

En un abrir y cerrar de ojos dejé de ver las cabezas de todos aquellos que estaban a mis pies. Un segundo me encontraba sentada cómodamente en la barandilla de la preciosa escalinata y al siguiente estaba de pie en mitad de la multitud y... Humo, mucho humo, y miré a mi alrededor buscando la fuente del mismo. No era el tipo de humareda negra propia de un incendio, más bien algo parecido a la neblina de un concierto o un espectaculo.

De repente me encontraba en mitad de una sala, de pie, contemplando los rostros a mi alrededor. Era extraño verme teleportada, pero sobretodo era extraño por la claridad con la que "sentía" mis propios pensamientos. Primero pensé que me habían separado de Ruby y la busqué con la mirada, esperando verla a mi lado en cualquier momento, tal vez desde mi propio cuerpo. Pero al dar el primer paso me choqué con un hombre, que sujetó mi hombro con fuerza.

— Hey, vigila por donde pisas.

Le miré sorprendida, casi convencida de que iba simplemente a traspasarle, y entonces miré mi cuerpo con más detenimiento. Mi busto se había visto considerablemente reducido y mi piel era fina y lisa, sin cicatrices ni maquillaje. Pero por encima de todo, vestía un dulcemente empalagoso vestido blanco y dos alas de angelito.

— Lo... ¿Siento?

Mi voz sonó dulce e inocente, para nada parecida a la mía. Sí, a esas alturas ya era obvio que me encontraba en un cuerpo que no me pertenecía, pero no dejaba de ser sorprendente. Miré hacia la escalinata, poniendome de puntillas en un intento de ver por encima de las cabezas disfrazadas. Sin embargo, mi cuerpo parecía no estar ahí. Chasqueé la lengua mientras intentaba hacerme la idea de qué era lo mejor que podía hacer en esa situación...

Buscar mi cuerpo, pero eso se daba por descontado. ¿Pero mientras tanto? No pensaba perder la cabeza. Tal vez podía hacer algo más interesante mientras tanto. Escuché unos gritos de alguien, haciéndo oir su voz por encima del barullo que, entonces me percaté de que yo no era la única. Todo el mundo parecía estar en un cuerpo que no le tocaba. ¿Tal vez era algo premeditado?
Me encojí de hombros y caminé entre la gente en busca de quien tuviera mi cuerpo... Y por el camino tomé un par de copas. Tras un par de tragos sentí como la cabeza me daba vueltas y no pude evitar romper a reír. ¡Cuánto tiempo había pasado desde que el alcohol me afectara tan rápido!

Así que, mientras intentaba decidir qué hacer y encontrar quien estuviera jugando con mi físico, bebí y bebí~

Ya fuera del baño y con las alas puestas me dirijo a la multitud en busca de quien tenga mi cuerpo antes de que haga una estupidez y empiece a quemar algo.

Había cambiado de cuerpo y lo sabía por una simple razón: el disfraz me estaba dando calor, lo cual no era posible con mi cuerpo original. Me dirigí hacia una ventana que estaba próxima para usarla como espejo y en el reflejo vi a un joven menor que yo vestido como un Jedi. Toque el cristal y sentí el frío recorrer la mano de este cuerpo que esperaba fuera prestado deleitándome con un sensación que en mi vida había tenido, o al menos que no recordaba haberla  tenido nunca. ¿Así que esto era sentir frío o calor? Me lo estaba preguntando cuando un golpe cercano me hizo girarme rápidamente. Una señorita rubia, musculosa  y vestida como una especie de ángel había golpeado un espejo, mejor dicho había destrozado el mismo incrustando su mano dentro de la pared.

Me gire solo para presenciar el caos que se estaba formando, eso quería decir que alguien había terminado en mi cuerpo y si no sabía cómo mantener mis poderes a raya, lo que casi seguramente sucedería, todo el lugar podía terminar envuelto en llamas o convertido en un tempano de hielo.

Me lleve las manos al abrigo para acomodármelo cuando mis piernas flaquearon y caí al suelo, no podía moverme y sentía como si me hubieran quitado todos los huesos del cuerpo para dejar solamente los músculos envueltos por la piel. Mire en dirección al ventanal que llegaba hasta el suelo solo para encontrarme desparramado en el suelo envuelto por el abrigo como si fuera un trapo, solo que no estaba envuelto en el sino que mi cara y mis manos se habían vuelto del mismo color que el abrigo e incluso la textura parecía la misma. ¿Qué clase de poder era este? No Había copiado la forma del abrigo, y no había usado ninguna clase de hechizo o conjuro ¿Entonces  había copiado el material del que estaba hecho?

Miré mi brazo y trate de regresarlo a la normalidad. Poco a poco la mano volvió a tomar su forma y color normal. Escuchaba como el tumulto aumentaba recordándome que no quedaba tiempo, si no encontraba su cuerpo y el lugar se incendiaba quedaría tendido en el suelo sin poder hacer nada. El resto de mi cuerpo se negó a cambiar por más que lo intente, así que decidí hacer algo más sencillo y me arrastre hasta un mueble cercano usando solo la mano que había vuelto a la normalidad. Este pequeño espectáculo generó pánico entre las personas que estaban cerca y vi a algunos salir corriendo mientras que otros lo miraban aterrorizados. Cuando por fin llegue me aferré al metal de la una de las patas y comencé a concentrarme en cambiar.

Instantes después estaba erguido como  una escultura de aluminio viviente, fui en busca de las botas que había perdido mientras me arrastraba debido a la falta de rigidez y después de ponérmelas (agradeciendo el no haberlas roto en el intento calzarlas) me coloque la capucha para taparme cara ahora de aspecto metálico mientras avanzaba por el enorme salón buscando donde se hallaba su cuerpo ahora antes de que sucediera una tragedia.

-Que la fuerza me acompañe-. Solté con ironía mientras me metía en la multitud.

El cuerpo de mujer no era desconocido para Loki, en el pasado había adoptado más de una vez la figura femenina, y no le incomodaba el travestismo. Al contrario, se sentía igual de cómodo que vistiendo de hombre. Era un dios, una entidad que tenía una visión más clara de las pocas diferencias que existían entre ambos sexos, y de lo poco que importaba el aspecto exterior.

Pero lo que si le preocupaba era le paradero de su cuerpo. ¿Qué desalmada criatura estaría corrompiendo su preciado don?, y lo que era más importante ¿Dónde narices estaban sus poderes?

Apartó con sus delicadas y blancas manos el humo negro que todavía flotaba en el ambiente, y después de congelar su vaso de agua buscó con la mirada el rostro del príncipe de las mentiras.

Por el camino vio como los invitados seguían confusos y gritaban asustados. A algunos pocos les habían hecho gracia el asunto, y aprovechaban para divertirse a costa de sus nuevos cuerpos. El embaucador, ahora en el cuerpo de Dalae, pasó por al lado del capitán América mientras contorneaba sensualmente las caderas. El Vengador llevaba un traje blanco y estaba haciéndose fotos frente a un espejo. Clint Barton estaba a su lado disfrazado de… ¿Capitán América? Valga la redundancia. Después observó a Arturo paseándose por la fiesta sin pudor. Loki no puedo evitar hacer una mueca desagradable cuando le vio sin el parche. Por fin podía asegurar que se ponía el parche por una buena razón, y no como un adorno facial para parecer más sexy.

Una niña disfrazada de ángel, un oso de peluche, Obi Wan… y por fin Loki. “Dalae” apretó el paso con decisión para acercarse a quien quiera que tuviera su cuerpo real, pero antes de que pudiera alcanzarle, la mujer resbaló con sus propios pies y se chocó de pleno con el embaucador. Loki se sintió bastante raro tras sentir como su propio cuerpo le agarraba y le ponía en pie.

- Lo siento… me he tropezado… - dijo a modo de disculpa, sonriendo a Loki de forma encantadora.

El embaucador miró en dirección al suelo, y vio como una especie de charco de hielo se había formado bajo sus pies. Su magia incontrolable le había hecho patinar… esto tenía que arreglarse cuanto antes.

Ella era asgardiana y aunque su ocupación como guerrera y valquiria la magia no era un campo que la fuese totalmente desconocida. Aunque la mayoría de la población era guerrera y se formaba en combate cuerpo a cuerpo, había una escuela de magia en la que enseñaban los antiguos poderes mágicos, druidas y rúnicos. Asgard tenía magos, brujos y hechiceros muy famosos como Amora, Loki o Lorelai. En su etapa escolar había sido entrenada y se había criado con esos tres mencionados. Todos ellos tenían en común su visión del mundo y esa especie de gusto por embaucar tanto a Thor como a los asgardianos. Quitando ese detalle tenían grandes dotes y control sobre hechizos y encantamientos.

Brunilda pensó que no podía ser para ella muy difícil usar las dotes mágicas del cuerpo en el que estaba, ya que, había crecido con magos y en las primeras lecciones de la academia se impartían ciertos conceptos elementales sobre esa clase de cosas. Amora Y Lorelai estaba segura que usaban magia asgardiana y de Loki sólo podía suponerlos porque la mayor parte de su vida fue criado como asgardiano. Así que seguramente como las citadas mujeres usaría magia asgardiana también. Como Brunilda también era asgardiana supuso que no la sería muy difícil utilizar los poderes mágicos que encerraba el cuerpo del embaucador. Con el plan de usar la magia de aquel cuerpo para regresar a la normalidad salió del baño. Caminando por el pasillo trató de usar algún conjuro utilizando el idioma rúnico peor no obtuvo el resultado deseado. Sintió como algo se movía dentro del cuerpo que ahora ocupaba pero simplemente salieron unas chispitas de sus dedos que se estrellaron en un hermoso cuadro de la pared, destrozándolo.

- Mierda – gritó y le resultó tan extraño salir esa palabra de aquella boca que casi le dieron ganas de echarse a reír.

Al llegar al salón aquel la hermosa y delicada joven cayó a sus pies. Eso si que era lo que podía llamarse un entrada triunfal. Bien sabido era que aunque algo bruscos los modales de los asgardianos eran amables y de una especie de galantería principesca digna de la Edad Media. Con aquel talante que les caracterizaba, Brunilda en el cuerpo de Loki hizo gala de su origen y se agacho para ayudar a la joven que se había caído.

- ¿Se encuentra bien, Milady?- dejo con una expresión que para aquel que conociera a Loki podía resultar muy extraña, ya que, era un expresión amable y galante en su rostro, fruto del corazón caballeresco y bondadoso de Brunilda.

Quienquiera que llevara puesto su cuerpo, era alguien muy torpe. De alguna manera, se las había apañado para resbalar, tras haber hecho sin querer una fina capa de hielo en el suelo. La auténtica Dalae esperaba que no le dejara ningún moratón en su cuerpo... Aunque realmente, no hizo falta desear nada. Loki había cogido a su aprendiz en brazos, evitando que se diera de bruces contra el suelo. ¿En serio? ¿La única vez que el Dios de las Mentiras la trataba bien no estaba en su cuerpo para sentirlo? Tenía que ser una broma... Pero no, ahí estaban. La hechicera en el cuerpo de Hawkeye comenzó a preguntarse cómo era que Loki también había ido a la fiesta, sin ningún disfraz ni ilusión que lo ocultara... Sin embargo, se dio cuenta de que algo no andaba bien cuando respondió amablemente al que tenía el cuerpo de la morena. Aquel no era Loki. Dejando de lado la intención de detener su cuerpo con una magia que ya no tenía, apoyó una mano firmemente en el hombro desnudo de la chica, en su hombro.

-Disculpa, pero este es mi cuerpo.-También tendría que encontrar a Loki, para ver si podía arreglar ese desaguisado. Si su cuerpo estaba allí, significaba que su mente estaría en algún sitio de aquella fiesta... Pero no podía hablar mentalmente con él mientras no tuviera el anillo. Si el que estaba en su cuerpo no había hecho nada raro, tendría que llevarlo puesto en el dedo. En parte, agradecía que quien fuera no hubiera ido a... Bueno, a eso. Probablemente fuera una mujer, razonó. Ya estaba más tranquila: Ya localizado su cuerpo, solo tenía que encontrar la mente de su maestro. Con un poco de suerte, lo arreglarían rápido, y ella podría seguir a lo suyo: Vigilar que hacía Brunilda en Midgard...

Iba andando a paso ligero y un poco rápido, necesitaba solucionar este problema como Vengador que era. Iba buscando cara conocidas aunque de mucho no serviría, ya que aunque encontrara el cuerpo a saber dónde estaba su alma, personalidad o lo que fuera que había cambiado, no era experto en eso. Iba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta que había una capa fina de hielo y resbalo. Con sus reflejos lo podía evitar fácilmente, pero no estaba en su cuerpo, cosa que dificulto la tarea. Coloco su pie con fuerza para mantener el equilibrio, pero al llevar el cuerpo de capitán se había pasado con la fuerza, dejando un pequeño agujeró con la talla de su pie. Eso causo que se comiera al suelo igualmente, estando un rato ahí para asimilar lo que acababa de ocurrir.

Oh ho… espero que Steve no le tenga mucha estima a este casco.

Se quito el casco de astronauta, por el porrazo se había roto. Se levanto como si no hubiera pasado nada y dejo el casco en una de las mesas, echando un rápido vistazo a su alrededor

“Disculpa, pero este es mi cuerpo”

Escucho su sensual voz detrás de el y se giro lentamente, no pensaba que le quedara tan bien el traje de Capitán America, le hacía tener un culo tremendo ¿era normal sentir tanta admiración por su propio cuerpo? Claro que si, él era a si de chulo. Sin previo aviso lo abrazo por el cuello y saco su teléfono para hacerse una selfie. Era muy graciosa la foto; Steve sonriendo de oreja a oreja mientras que Clint estaba con cara de “¿Quién es este loco?”

Me encanta esta foto, me la envió… por cierto, este es mi cuerpo.

Señalo a Clint “Dalae” para luego ver a los otros dos. Una joven en kimono en brazos de Loki… ¿!Loki!? Se mordió el puño para contenerse, le iba a pegar un puñetazo pero rápidamente recordó que quien fuera a pegarle no tenia culpa. Se sereno y empezó a poner un poco de orden.

Vale, no sé nada de nada de magia, pero seguro que lo ha hecho Loki ¿o sino que hacia él en la fiesta? Tenemos la prueba de su cuerpo. A sí que necesito vuestra ayuda para encontrar-lo y decir que lo solucione todo ¿puedo confiar en vosotros?

Aun seguía abrazado por el cuello a la persona que llevaba su cuerpo, ahora se daba cuenta de si que era algo más bajo que el capitán. Pero poco importaba por él seguía siendo genial. Sabía que se arriesgaba a confiar en unos desconocidos, pero algo tenían que hacer, a lo mejor sabían una manera de descubrir donde paraba el verdadero Loki, aunque no sabía que lo tenía en sus narices.

A Loki le pareció un tanto raro sentir su propio cuerpo contra él, ayudándole a erguirse de la torpe caída. La persona que lo estuviera usando sería seguramente de corazón amable y caballeroso. De todas las personas del lugar esperaba que no se tratara del Capitán América, que le había visto rondar por la fiesta minutos antes, disfrazado de piloto espacial.
 
- Estoy, bien… gracias.- soné un poco escéptica utilizando la voz de Dalae. Era bastante más aguda de la que solía utilizar cuando se disfrazaba de Lady Loki. - ¿Usted no es el embaucador… verdad? Su reputación indica que no es nada amable con las damas…

Antes de revelar su identidad, Loki quería averiguar quién se había adueñado de su cuerpo. Dependiendo de quien fuera sería más o menos fácil recibir su ayuda para que todo volviera a la normalidad. Esperando la respuesta de su cuerpo, alguien le cogió del hombro e hizo que se girara.
 
El embaucador se encontró de golpe con Hawkeye, bueno…su cuerpo más bien. Era Dalae quién estaba reclamando su persona al verse a sí misma.

- Oh… ¿de verdad?- mintió el embaucador.

Segundos después apareció el Capitán América que había seguido el rastro de su verdadero cuerpo hacía dónde se encontraban todos. Bien, eso quería decir, que el capitán América era Hawkeye, que Clint era Dalae, que Dalae era Loki y que Loki… ¿quién narices tenía su cuerpo?
 
Lo que vino después fue inesperado. El capitán América abrazó a Hawkeye por detrás y sacó el teléfono móvil del segundo para hacerse una selfie. La situación rondaba lo ridículo… 

Las cosas se pusieron feas, ninguno de los presentes tenía en estima al viejo Loki que les había hecho más de una travesura a lo largo de su vida. ¿Cómo iba a ingeniárselas para solucionar el embrollo y que no le descubrieran?

- Claro… puedes confiar en nosotros…

Antes de que pudiera reaccionar en condiciones, el tipo que llevaba puesta la piel del Capitán la (¿o lo?) agarró del cuello para hacerles un selfie. En su propio cuerpo, nadie se habría atrevido a tocarla así, pensó la asgardiana con desagrado. Tan pronto como pudo se deshizo de la presa del humano, que resultó ser el propio Clint Barton. Eso explicaba un poco su estúpida reacción al verla, aunque no la excusaba. No tardaron ni cinco minutos en empezar a volar acusaciones hacia Loki, como venía siendo costumbre desde hacía milenios. La gracia es que él solía tener la culpa, así que las acusaciones solían ser bastante acertadas, aunque inútiles. El príncipe siempre acababa por salir más o menos bien parado. Pero en aquella ocasión, Dalae estaba bastante convencida de que su maestro no era el culpable. ¿Por qué? Por el mismo motivo por el que el hombre cuyo cuerpo vestía lo incriminaba. Loki era un mago muy hábil y poderoso, no se quedaría atrapado en su propio hechizo así. Y menos de manera tan llamativa. Es decir... Ni siquiera llevaba un disfraz que pudiera camuflarlo entre los invitados. Quizás se tratara del Loki falso que había oído en las noticias hacía tiempo. De momento sabía varias cosas importantes: La valkiria Brunilda estaba en la fiesta, en algún sitio, y Loki también. O alguien que se hacía pasar por él: El anillo de esmeraldas que conectaba sus mentes estaba en otras manos ahora, así como el báculo, la pulsera y el colgante de Arión. Y eso no era algo que le gustara nada. Además, aún no sabía quién demonios estaba dentro de ella.

-También podéis contar conmigo... Pero antes necesitaré que me devuelvas una cosa.-Aún molesta por el gesto de Steve-Clint, se miró a sí misma. Era muy diferente a hacerlo en un espejo, ahora su cuerpo se movía por su cuenta, no se limitaba a reflejar lo que ella deseaba. Y la ponía nerviosa. -Voy a necesitar ese anillo. Con él puedo encontrar seres mágicos, será fácil encontrar la mente del que ha hecho todo este desastre.-En realidad su plan era bien distinto. Localizar al Dios de las Mentiras en caso de que estuviera allí, y alejar a ese grupillo de héroes de él. Y ya que estaba, echarle las culpas al primer incauto que encontrara por ahí. Fácil, sencillo, y sin posibilidad de error. Algo iba a salir mal seguro.

Y salió, en forma de... Un hombre con media cara quemada, con un traje de osito de peluche que decía llamarse Zoey y hablaba muy, muy raro. De acuerdo, aquello ya era surrealista. -De acuerdo, vamos a buscarle.-Suspiró levemente. Algo le decía que iba a ser una velada muy, muy larga... -Pero antes mi anillo.-Le dedicó una mirada de urgencia a la chica del kimono blanco, mientras pensaba cómo demonios se lo iba a poner. Ahora, sus dedos eran mucho más gruesos...