[La Colisión de los Mundos] De Guatemala a Guatepeor (Vigruflr, Steve Rogers, Raven)

Midgar realmente había cambiado durante todo el tiempo que Vigrulfr se había visto atrapada en el Valhalla. O, al menos, en aquella dimensión. Se preguntó si en la suya de origen sería igual, si existiría Francia también, si los bosques seguirían presentes... A pesar de su aspecto, un zorro cercano mostró curiosidad, sin acercarse pero tampoco pareciendo temeroso. Más bien precavido. Su instinto le decía que aquella mujer alada no era como los humanos que podrían aparecer por allí.

Pero, entonces, ocurrió: El zorro salió corriendo de repente, con una suerte de chillido de terror, y la valquiria alzó la mirada a tiempo de ver el cambio brusco de color en el cielo, antes de que éste semejase volver a la normalidad. Sólo que... Intuía que no era así. En el tiempo que había estado allí, jamás había visto antes aquél fenómeno, y la dimensión donde se encontraba no semejaba tan diferente de la suya de origen. Sí, por un momento pensó en la llegada del Ragnarok, pero... ¿No era, aún, demasiado pronto? ¿No debería de ser capaz de oír la llamada de Odín, incluso siendo ahora independiente? Seguro que había otra explicación...

... No tuvo más tiempo para pensar, cuando de pronto sintió que el suelo desaparecía de debajo de sus pies. Instintivamente comenzó a abrir las alas, pero una fuerza desconocida la atrajo hacia el interior del portal, tragándosela. Vigrulfr no fue plenamente consciente de lo que pasó durante el trayecto, incapaz de volar o de tan siquiera frenar los bruscos movimientos de su cuerpo. Ya medio inconsciente, finalmente fue expulsada, cayendo pesadamente sobre algo... ¿De barro? ¿Gelatinoso? Antes de poder recuperarse del todo, la valquiria sintió cómo aquél contacto comenzaba a irritar su piel expuesta (que no era poca), como si de una reacción alérgica se tratara. Con una exclamación de sorpresa, molestia y dolor se alzó y se echó a un lado, agitando torpemente las alas para balancearse, recogiendo la lanza del suelo (la cuál, milagrosamente, no se perdió durante el vertiginoso viaje) y finalmente se encaró hacia el origen de la "amenaza", jadeando. Sus ojos anaranjados, todavía confusos, miraron a su alrededor, en lo que fue analizando la situación: Un alud de nieve en una zona de tierra, varios hombres, una mujer que semejaba inconsciente y una masa gigantesca de ese material que la dañó, resultando ser una suerte de entidad.

Tras la primera impresión, Vigrulfr respiró profundamente por la nariz, y relajó los hombros, pero sin abandonar la pose de combate. No le costó deducir que fue tragada por una suerte de portal... Probablemente ya se encontrase en otra dimensión diferente. Pero lo extraño era que no semejaba ser la única. ¿De dónde, sino, habría salido ese alud de nieve y tierra, sino de otro portal? En otro breve vistazo, notó que no era la hora de morir al menos del hombre más cercano, uno de traje azul con un escudo redondo. Creía que tampoco de la mujer que había llegado con el alud, pero había algo... extraño en ella. No la percibía del todo como humana. Con la masa monstruosa sí que no pudo percibir su destino, al menos no inmediatamente. Pero una cosa sí sabía: Si la mujer no debía morir en aquél combate, Vigrulfr se encargaría de que siguiera siendo así. De modo que, sin tan siquiera esperar a la reacción de los demás, alzó el vuelo, y se lanzó hacia dicha masa por un lateral, lanza entre sus manos y apuntando directamente hacia donde debería estar el costillar, y por tanto el corazón. Intuía que aquello no lo mataría, pero esperaba, por lo menos, retrasarlo y comprobar si, efectivamente, carecía de órganos internos.

Una vez más la misión había sido exitosa, otro cuartel de Hydra desmantelado. Ya había perdido la cuenta de los que llevábamos, empezaba a pensar que eran como una plaga, pero aun así… No me rendiría, no hasta que Red Skull pague por todo loque ha hecho e Hydra quede totalmente borrada del mapa.

Estábamos preparados para volver a casa cuando algo grande empezó a suceder. Primero cambió el color del cielo, luego un pequeño terremoto, que no me extrañó por la zona donde nos encontrábamos, pero cuando el terremoto fue creciendo y la tierra se empezó a agrietar, allí algo me temí.

- ¡Rápido! ¡Moveos! – Ordené a los soldados bajo mi mando.

Pero la mayoría no tuvo tiempo a ponerse a salvo. Un portal se abrió de la nada y, algo desconocido para mí, salió de él junto con alguien surgió de él. Mis ojos se abrieron como platos… ¿Algún invento de Hydra?

Al mismo momento, algo parecido le ocurrió a la tierra. Nieve y guijarros de piedra empezaron a emerger, también alguien más. Mis primeros reflejos fueron cubrirme con el escudo, mientras escuchaba gritos de algunos de mis compañeros siendo golpeados por rocas más grandes. Había pensado muy temprano que la misión había sido un éxito fácil.

Volví a levantar la vista cuando todo se calmó y observé como la masa viscosa estaba tomando forma horrenda, no tardó en ponerse a la acción cargando contra aquella mujer que el suelo había escupido.

Debía hacer algo y no fui el único que lo pensé, la otra misteriosa mujer desplegó unas alas, alzó el vuelo y cargó contra la bestia con una lanza.

Una criatura grande, fea y con cara de estúpida, seguro que no era muy inteligente… Así que debería comprobarlo. Corrí hacia el monstruo, cuando estuviera cerca le lanzaría el escudo con intención de impactarle en la cara, seguramente no le haría gran daño pero si le molestaba para que me prestara atención a mí, sería suficiente, el plan era volver a recoger el escudo antes de llegar hacia el bicho y utilizarlo como superficie para resbalar por el suelo y escabullirme entre sus piernas.

Raven agitó la cabeza, aturdida, mientras intentaba enfocar la vista. Estaba algo vapuleada y zarandeada, pero había conseguido evitar daños mayores al proteger su cuerpo con una esfera creada por su propio espíritu.

Lo que no se esperaba era que justo en medio del alud apareciese un agujero bajo ella, que lo atravesase y después cayese de nuevo hacia arriba. El aturdimiento provocado por el cambio de centro de gravedad, el cambio de dimensión y el movimiento provocado por el alud hizo que la morena se quedase en el suelo aturdida durante unos largos segundos, agitando la cabeza en un intento de aclarar la vista.

Y entonces oyó el rugido, uno tan familiar que le heló la sangre. Raven se giró sobre sí misma a tiempo de ver cómo Plasmus se le echaba encima con toda la intención de aplastarla contra el suelo mientras dos desconocidos acudían en su ayuda. La hija de Trigon no tuvo tiempo para avisarles antes de que sus armas se quedasen atrapadas dentro de la criatura con un sonido similar al del barro fresco cuando era golpeado.

La criatura rugió y se revolvió, trastabillando y cayendo encima de la hechicera... que ya no estaba. Una enorme sombra se extendió por debajo del Capitán y Vigrulfir, quedando finalmente a unos tres metros detrás de los héroes. Y segundos después, la figura de la hechicera emergió de ella, inexpresiva. Rápidamente pulsó un comunicador en su oído, recibiendo algo de estática y finalmente una señal de conexión limpia

Raven a cueva, tengo una situación en... una jungla. dijo con una voz incomodante, una que recordaba a un graznido de un cuervo quizás. La mujer voló rápidamente entre la valkiria y el héroe Americano, usando su espíritu oscuro para recoger sus armas, devolviéndoselas con ambas manos. Después giró un par de veces alrededor de la criatura, provocando que se centrase en ella, manteniendo su expresión impertérrita

Estoy luchando contra Plasmus junto a dos héroes no identificados. Uno viste como si llevase una bandera americana o de Puerto Rico en el pecho, y la otra tiene alas y parece saber usar una lanza. Necesito que me digáis dónde estoy exactamente, hace escasos minutos estaba en el Tíbet meditando

Mientras hablaba, Plasmus intentaba golpear a Raven, pero era demasiado rápida para él. Frustrado, Plasmus se encogió, explotando una parte de su cuerpo que, al desperdigarse a su alrededor, impactó de lleno en la mujer voladora, lanzándola varios metros en el aire mientras notaba su piel enrojecerse por el contacto

¡Uuuf! ¡Y ahora es tóxico!

El resultado de su ataque no fue del todo inesperado, por lo que la expresión de Vigrulfr no pasó de una ligera mueca de hastío cuando su lanza se hundió prácticamente en el cuerpo de la criatura, junto al escudo que el hombre lanzó a modo de arma arrojadiza. Forcejeó un poco, logrando, efectivamente, distraerlo momentáneamente de su víctima original. Tras lo cuál soltó la lanza y puso distancia, evitando así poder ser alcanzada por un contraataque. Si bien las habilidades de la morena le llamaron la atención, no mostró signos de ello, aceptando su arma una vez ésta le fue devuelta. Voló también alrededor del ser identificado como Plasmus, a mayor distancia. No sabía con quién estaba hablando la otra mujer, pero una cosa era clara: Ya se había enfrentado antes a aquella criatura.

Su reacción fue rápida cuando Raven fue alcanzada por la explosión, volando hacia ella y colocándose detrás de ella a tiempo de frenarla en el aire. Entre la corpulencia de la valquiria y lo menuda que parecía la morena, no le resultó difícil sujetarla y volver a equilibrarse con las alas. Su piel también escocía por la toxina, pero era una guerrera: Había sufrido heridas peores. Liberó a la mujer y sus ojos dorados se posaron un momento sobre Plasmus, después sobre la morena. Su voz sonó fría, casi con un eco, como si proviniese de otra época o tuviese un origen menos mundano:

-Conoces a esa criatura... -no era una pregunta- ¿Algún consejo sobre cómo vencerla?

Lo primero que se le ocurría era intentar secarla, que quedase endurecida como el barro bajo el sol o al fuego en caso de haber sido previamente moldeado. Pero la pregunta entonces sería, ¿cómo hacerlo en aquél lugar y contra una masa que se revolvía, era tóxica y no iba a colaborar? Era mejor salvar tiempo, y escuchar a Raven primero.

El cuerpo de la criatura absorbió toda la fuerza con que lancé el escudo quedándose incrustado en su mucosidad igual que la lanza de aquella guerrera alada, ya había aprendido algo sobre el enemigo. Ahora a pensar un plan.

La chica más joven, fue aplastada por la criatura. Mis ojos se abrieron como platos y el corazón me dio un vuelco, seguro que no sobrevivía a eso, pero… ¿Qué estaba pasando? Había visto seres con poderes, dioses y personas convertirse en monstruos, pero el poder de aquella chiquilla… Se había convertido en un haz de sombra que se alejó del enemigo y materializarse a nuestro lado, luego, con el mismo estilo, recuperó las armas y nos la devolvió.

Otro momento sería adecuado para preguntar, pero ahora tenían los tres un problema de tres metros y medio. La joven habló por una especie de walkie, al parecer sabía de lo que se trataba. Escuché atento y callado.

- Espero órdenes. – Hablé sin intención de interrumpirla. Si ella conocía ese bicho, sería la mejor para dirigir el ataque.

Raven a cueva, tengo una situación en... una jungla.

-Aquí Nightwing en la cueva - ¿Nightwing? Eso era una buena señal. No despreciaba el trabajo de Kaldur, pero el liderazgo del joven héroe de Blüdhaven le resultaba mejor a la hechicera. Sonrió suavemente, apenas una curvatura de milímetros en sus labios al recordar las misiones pasadas, las luchas codo con codo con el joven Dick Grayson. Había aprendido a quererle como a un hermano mayor... uno que no quisiera matar, al menos

Estoy luchando contra Plasmus junto a dos héroes no identificados. Uno viste como si llevase una bandera americana o de Puerto Rico en el pecho, y la otra tiene alas y parece saber usar una lanza. Necesito que me digáis dónde estoy exactamente, hace escasos minutos estaba en el Tíbet meditando

-¿En una Jungla? ¿Con Plasmus? -

Deberías probar los bastoncillos de oídos, Nightwing replicó la hechicera con sarcasmo mal contenido mientras era recogida por la mujer alada. Se lo agradeció con un suave asentimiento y rápidamente se separó de ella, provocando una fisura en la tierra que atrapó a Plasmus durante unos segundos, dándoles algo de espacio para distanciarse

Te envío el mapa por el comunicador. Si que has viajado lejos en poco tiempo... ¿Cómo narices has llegado a América del Sur?

No tengo ni idea, de la nada salió una avalancha y me terminó metiendo aquí

¿Necesitas que te envíe ayuda? Quiero que me envíes un informe cuando acabes. Cambio y corto

No te preocupes, los tres podemos con ello. Ah, y Nightwing... me alegro de oirte de nuevo añadió, antes de cortarse la comunicación por unos segundos. Mientras hablaba, Raven se elevó por encima de Plasmus, lo que provocó que la criatura gruñese, consciente de que no la alcanzaría simplemente estirando la mano. Entonces, la criatura de limo la miró fijamente, como si midiese la distancia

-Conoces a esa criatura... ¿Algún consejo sobre cómo vencerla?

Espero órdenes

Así que así se sentía Nightwing cada vez que dirigía al grupo... Esos dos héroes la estaban mirando, reconociendo su conocimiento sobre la criatura, confiando en su liderazgo. Pero ella no era una líder, ni si quiera era una jugadora de equipo. Miró a Plasmus y se echó a un lado mientras un escupitajo de limo tóxico pasaba cerca de ella

Esta criatura es Plasmus, un ente creado de pura sustancia tóxica. Es inmortal, y la contaminación lo alimenta... pero si conseguimos que se duerma, recobrará su forma humana y será manejable. miró a ambos y rápidamente salió del alcance de Plasmus, que empezó a seguirla corriendo y rugiendo Nuestro objetivo es cansarlo lo suficiente para que quede inconsciente... Mi nombre es Raven, un por cierto. Un placer

Hey, Rach La voz al otro lado del comunicador provocó que la hechicera se desconcentrase por unos segundos, más por lo inesperado que porque no la reconociese. Eso le valió un golpe de lleno de un pedazo de limo que la hizo caer al suelo con cierta contundencia

Beast Boy... Usa los nombres en clave, cerebro de simio musitó, fundiéndose en el suelo a tiempo de evitar un golpe con ambas manos de Plasmus, que aulló de rabia de nuevo. Emergió a varios metros detrás de la criatura, con expresión seria Me alegro de oirte, pero ahora mismo tengo a un moscón entre manos... cielo la última palabra la dijo tan bajo que era casi imposible oírla. A no ser que tuvieses los oídos de un animal, o supieses a qué venía esa supuesta pausa Luego hablamos

No es que Vigrulfr viese a la otra mujer como una líder, pero su orgullo no era tan grande para sobreponerse al sentido común. Además, sabía que no era del todo humana. Lo sentía e intuía, como sentía los destinos de los humanos durante una batalla. Asintió ante las palabras de quién se presentó como Raven, sin variar la expresión fría de su rostro:

-Vigrulfr.

Fue su única respuesta, clara y concisa. Agitó sus alas para volar hacia el lado contrario a la mujer, ignorando esa tendencia a tener una conversación en alto con alguien invisible. ¿Algo mental? ¿Una suerte de dispositivo mágico de comunicación que ella no podía ver? ¿Esa tecnología que aún acababa de conocer en su corto tránsito por Midgar antes de ir a parar a aquella dimensión? No importaba, lo descubriría luego.

Una vez Raven se fundió en el suelo, la valquiria voló por delante de Plasmus, obteniendo temporalmente su atención y haciéndole correr tras de ella mientras la morena se recuperaba del ataque. Asumía que el hombretón del suelo también tendría sus propias técnicas para llevar a cabo su cometido de agotarle, y las palabras que dirigió anteriormente indicaban que era un soldado. Algo más familiar con la rubia, aunque la época y los métodos de combate fuesen diferentes. Maniobró en el aire con soltura, esquivando un proyectil de limo tóxico.

Personalmente, prefería más un combate cuerpo a cuerpo, o que su lanza fuese más útil que para desviar dichos proyectiles... Pero, por ahora, tenía que adaptarse.

- Llamadme Capitán. - Creía que no era momento de presentaciones, pero si saber con que nombre dirigirse a cada uno.

El problema del momento era Plasmus, pero había tantas preguntas por hacer... ¿Qué eran esos portales? Seguramente Raven podría responder después así que a obedecer ordenes y hacer que esa criatura se canse.

Yo no tenía la ventaja de volar, ni moverme de esa manera tan espectral como la joven, pero era ágil y rápido y esa criatura bastante tonta, así que no tendría problema en esquivar sus golpes. Por la experiéncia anterior sabía que no debía lanzar el escudo para no quedarme sin. Teniendo en cuenta esos factores, era hora de atacar.

- ¡Eh, asqueroso! - Grité mientras cargaba hacia él para llamar su atención.

[FDI: Con permiso muevo a Plasmus para darle más juego a mi post]

La criatura presentó unos segundos de atención hacia a mi y, cuando estuve a su alcance lanzó un golpe de arriba a abajo para aplastarme contra el suelo. Salté hacia un lado para esquivarlo, rodé y volví a ponerme en pie, suficientemente rápido para ver como un trozo de su viscosidad volaba hacia a mi. Me arrodillé al suelo y con el escudo me cubrí. La masa tóxica chocó contra mi defensa sin sufrir daño ninguno, me levanté y con un golpe de brazo sacudí el escudo para limpiarlo.

Si Plasmus no nos daba ninguna sorpresa más, entre los tres acabariamos rápido con él.

FDI:

La situación pintaba bastante bien para los tres héroes, desde luego. Plasmus se agitaba y golpeaba sin ton ni son, teniendo verdaderos problemas para alcanzar a las mujeres que, rápidas y ágiles en el aire, podían salir de su rango de alcance sin problemas. Y por otro lado, la defensa del soldado resultaba ser demasiado para el ser, que más que cansarse parecía frustrarse por momentos. La criatura soltó un rugido de molestia y dio varios golpes contra el suelo, como si de un enorme bebé en plena perreta se tratase. Con la diferencia de que ese bebé podía aplastar a cualquiera de los tres luchadores en cuestión de décimas de segundo si bajaban la guardia.

Raven aprovechó el momento para echarse hacia atrás y levantar un par de árboles arrancados por el alud previo con su peculiar telekinesis. Tras envolverlos en lo que parecía alguna suerte de energía negra, la mujer los atrajo contra sí, golpeando a Plasmus en la espalda y partiéndolo en tres pedazos tras el terrible golpe. Las partes de la criatura, consistentes en un torso, una cabeza y unas piernas, se estremecieron y rápidamente se reformaron en tres criaturas distintas de formas desagradables e imposibles: a la cabeza le emergieron patas como si de un cangrejo o un insecto se tratase, su torso se convirtió en una especie de criatura que andaba sobre sus manos mientras del cuello emergía una tenaza con pinzas y las piernas se convirtieron en algo similar a una serpiente de la que emergía algún tentáculo, y cuya cabeza era uno de los pies.

Capitán, Vigrulfnir... ¿Tenéis algún arma sónica? preguntó la hechicera, que intentó aplastar la cabeza del bicho con uno de los árboles, sin éxito. La condenada era rápida, y acababa de dar un salto con el que casi la alcanzaba. La mujer se giró, dejándola pasar de largo, para lanzarle el otro tronco... fallando por centímetros.

La serpiente, por su parte, se abalanzó sobre el militar mientras el torso intentaba dar caza a la valkiria saltando entre los árboles, haciendo ruiditos de excitación que resultaban totalmente desagradables

El trabajo en equipo entre los tres bastaba para que no se cansasen tanto a la hora de agotar a Plasmus, aunque la criatura parecía más frustrada que lo primero. Aquello les llevaría tiempo, pero la valquiria confiaba en poder aguantar. Sólo esperaba que Raven y el Capitán manteniesen también el ritmo. Observó al monstruo cuando éste comenzó con su rabieta, demostrando no tener una mente muy desarrollada, precisamente. La otra mujer se aprovechó de ello, aunque lejos de facilitar las cosas... Aparentemente las había empeorado:

-No.

Se limitó a responder, tratando se alejarse de los árboles y, por tanto, de la parte de Plasmus que se había centrado en ella. La tenaza la alcanzó por los pelos, y la valquiria voló en zig-zag, esquivando los ataques del torso, el cuál resultaba demasiado tenaz. Y un tanto desagradable con aquellos sonidos de excitación. En una ocasión, se movió hacia un lado para esquivar a la criatura cuando ésta saltó directamente hacia ella, pasando de lado y aterrizando en una rama que crujió peligrosamente. Vigrulfr aprovechó para lanzarse en picado, lanza apuntando al frente, para golpear la rama y partirla, provocando así que el torso perdiese su punto de apoyo. Trazó entonces una curva ascendente para volver a ganar altura, y encararse de nuevo a su particular enemigo.

Aunque no lo manifestaba, aquél jueguecito la estaba frustrando, al no poder clavar su arma directamente en aquél cuerpo. No era, después de todo, el tipo de enemigo al que ella estaba acostumbrada.

Otra sorpresa por parte del enemigo: se dividió en tres partes, tomando cada uno una forma y un estilo diferente. Nos tocaría pelear por separado, no había ningún problema para mí, estaba preparado para todo y sabía que mis compañeras, a pesar de no conocer todas sus habilidades, por lo que había visto podían ser capaces de defenderse solas.

Me coloqué en posición defensiva para esperar la carga de eso trozo de Plasmus, con la pierna derecha hacia delante donde apoyaría la mayoría del peso y la izquierda hacia atrás para preparar un contraataque.

- ¡No! - Respondí a la joven. ¿Un arma sónica? Quizás era el punto débil de ese monstruo, pero no tenía ninguna... No tenía ninguna pero quizás podía conseguir algo.

Coloqué el escudo delante de mí esperando el ataque del enemigo. Lo único que tenía que hacer era esperar a que llegara y bloquear su golpe con mi escudo, si el ataque era suficientemente potente al golpear el escudo, este podría rechazarle por las ondas creadas. Solo hacía falta ver el resultado.

La morena torció el gesto imperceptiblemente bajo su capucha, contrariada ante las respuestas de ambos.

De haber dispuesto de dicho arma, el combate habría sido más rápido y fácil, pero en esa situación, Raven tendría que contar con lo que disponía. No se sentía a gusto con esa situación, pero tampoco podía lamentarse: Si había algo peor que enfrentarse a Plasmus con una pareja de desconocidos, era enfrentarse a Plasmus completamente sola.

La muchacha volvió a girar sobre sí misma, esquivando el nuevo embite de la criatura mientras el capitán conseguía que la serpiente reculase aturdida ante el golpe contra el escudo. Segundos después, el torso caía sobre las otras dos piezas, convirtiéndose en una masa de limo viscoso en pleno suelo.

Y poco después, un ligero seísmo sacudió el suelo bajo los cuatro contendientes. No era fuerte, apenas un temblor, pero sí era lo suficientemente repentino como para preocupar a cualquiera de los tres héroes... si no fuera porque pronto Plasmus se reformó completamente, rugiendo de rabia mientras se incorporaba, listo para arremeter de nuevo contra ellos.

Definitivamente, decir que había que agotar a Plasmus era más fácil que hacerlo, y las tres partes de la criatura se habían vuelto a unir. Vigrulfr no había sentido el temblor en el suelo sencillamente porque seguía en el aire en aquellos momentos. Aunque pronto aterrizó cerca del Capitán y le observó un momento de reojo, después a la lanza que todavía portaba en su mano. Quizás...

-¿Capitán?

Empuñó entonces su arma con ambas manos, y la movió horizontalmente, en una curva, hacia él, como si lo estuviese usando de bastón o algo así y le quisiera golpear. Si era lo bastante rápido, y esperaba que sí, aquél humano se cubriría con el escudo, y el sonido sería lo suficientemente fuerte para improvisar algo similar al arma sónica que Raven quería. Si no funcionaba, pues a seguir con la misma estrategia.

Tampoco había nada que perder por intentarlo, ¿no?

Parecía que ibamos controlando a esas craituras que volvieron a unirse para volver a su primera forma, mucho más grande e intimidadora.

Observé a la criatura con atención mientras preparaba su nuevo ataque, algún punto débil debía tener, alguna manera de derrotarla o pararle los pies. La mujer alada aterrizó a mi lado mientras yo seguía observando a Plasmus, sin éxito en encontrar algo diferente en él, solo era una viscosa forma humanoide.

- ¿Si...? - Fui a responder a la rubia cuando vi como levantaba su arma para golpearme. - ¡Pero qué...! - Con un acto rápido me cubrí con mi escudo y la lanza golpeó. En ese momento supe sus intenciones, con un buen golpe podrías crear las vibracioens que pedía antes la otra chica, la pregunta era... ¿serían suficiente potentes?

El ataque funcionó mucho mejor de lo que habrían imaginado inicialmente, creando una onda sónica que hizo retroceder a la criatura, aturdida por el golpe. Parecía que por fin las cosas apuntaban bien y que pronto podrían derrotarlo. Pese a las dificultades pasadas, había esperanza de salir de esta enteros, con apenas un par de rasguños.

Plasmus trastabilló, intentó dar un paso hacia adelante y...

Entonces se desató el infierno.

La ciudad de Tikal, un monumento a la antigua civilización maya, reventó en mil pedazos debido quizás a cargas explosivas de alta capacidad escondidas entre sus muros, creando una lluvia de fuego, escombros y tierra en todas direcciones. Los héroes y Plasmus se vieron golpeados por la lluvia de metralla, pero no quedó simplemente ahí.

Mientras las mujeres voladoras se veían obligadas a tomar tierra para evitar la letal lluvia, el suelo se abrió bajo los pies de los cuatro luchadores, precipitándoles hacia el vacío. Raven pudo atrapar en el aire a tiempo al capitán América, pero precisamente eso le impidió ver a tiempo la roca que, con contundencia, le golpeó en la cabeza.

Lo siguiente fue un caos de chillidos guturales, brazos, piernas y oscuridad.

Cuando por fin el polvo se asentó, El capitán y Vigrulfir pudieron ver que se encontraban en lo que parecían unas instalaciones subterráneas (y al vengador no le costaría llegar a la conclusión de que se encontraban en el complejo de Hydra que acababa de desmantelar), y también pudieron ver cómo la titán se encontraba en el suelo aturdida, con una fea brecha en la cabeza. Parecía afanarse en colocar un objeto, un collar negro, en el cuello de un hombre inconsciente y desnudo que se encontraba rodeado de lo que parecía ser la masa viscosa de la que estaba compuesta Plasmus

Con un chasquido, el collar se cerró alrededor de su cuello y un piloto rojo comenzó a parpadear, lo que hizo que la hechicera soltase un suspiro aliviado, sentándose en el suelo.

FDI:

Vaya, vaya... Parecía que sí tenían un arma sónica en sus manos, después de todo. Ahora que, seguramente, el Capitán se había dado cuenta de sus intenciones, era sólo cuestión de repetir el proceso hasta derrotar a la criatura. Quizás, entonces, cuando recuperase su forma original, como Raven había dicho, podría leer más claramente si debía rematarlo o no. Pero las valquirias no destacaban por ser adivinas, sobre todo cuando se suponía que la historia estaba ya escrita, y no podía imaginar lo que vendría a continuación.

Primero fueron las explosiones, que llenaron el cielo de fuego y metralla, haciendo que el volar resultase una idea demasiado peligrosa, y después el suelo se derrumbó, literalmente, a sus pies. Vigrulfr no pudo alzar el vuelo, debido a estar rodeada de fragmentos y escombros que caían con ella y le impedían extender sus alas. De modo que se resignó, y tan sólo pudo cubrirse la cabeza con los brazos, encoger los apéndices emplumados y relajar su cuerpo, confiando en minimizar los daños lo más posible.

Pronto la oscuridad les envolvió, pero no fue la de la inconsciencia. La valquiria se quedó quieta en el suelo, dolorida pero con los huesos prácticamente intactos, y esperó a que todo dejase de caer y el polvo se asentase antes de, finalmente, ponerse en pie y mirar a su alrededor, con unos cuantos tosidos y sacudiéndose los restos de escombros y polvo de su cuerpo: Unas ruinas subterráneas, lo cuál explicaba por qué el suelo de vino abajo de aquella forma tras las explosiones. Encontró rápidamente, para su alivio, la lanza, la recogió y se acercó a donde se encontraban las figuras de Raven y el hombre desnudo, el cuál dedujo era la verdadera forma de Plasmus. Y vio, aunque no claro del todo, que su hora no había llegado aún. Por lo tanto, tendría que contentarse con dejarle así, y confiar en que, fuese lo que fuese aquella suerte de collar, tuviese el poder de retener aquella forma, y no tener que lidiar con el viscoso monstruo otra vez.

Ahora mismo tenían otra prioridad, y era salir de allí.

FDI:

Spoiler:

Una explosión hizo saltar por los aires las ruinas de Tikal. Aquél lugar que pensaba que había conseguido proteger de las zarpas de Hydra acababa de convertirse en una pedregosa lluvia de la que tuve que cubrirme con el escudo, pero eso no fue todo, bajo mis pies el suelo se abrió haciendo que todos cayéramos al vació, gracias a la joven que pudo volar consiguió ayudarme para evitar la dura caída aunque para ella fue peor.

- ¿Estás bien? – Cuando la nube de polvo desapareció puede ver como, efectivamente, se había hecho daño. No parecía grave, pues pudo arrestar al hombre en que se convirtió aquel monstruo con el que se acababan de enfrentar.

Miré a mí alrededor, estábamos en las instalaciones de Hydra que yo acababa de desmantelar. Varias runas acabaron de caer por el lugar, señal de que debíamos salir de ahí de inmediato y yo sabía por donde.

- ¡Seguidme! Se el camino. – Ordené a las dos chicas. Y me puse en camino dirigiendo al grupo.

El pasillo era largo con varias puertas a los laterales pero suponía que la mayoría estarían bloqueadas, no había problema por ello, nosotros debíamos continuar hasta el final. Unas escaleras de caracol nos llevaban a un piso superior donde aún se podían encontrar varios soldados, tanto de Hydra como de SHIELD, caídos en el batalla de hacía unas horas. Intenté abrir la puerta central con el interruptor pero fue imposible, el sistema eléctrico debió estropearse con la explosión así que, a base de fuerza, forcé la entrada lo suficiente para ayudarme luego con el escudo en modo palanca.

- ¡Por aquí! – Insistí a mis compañeras.

El siguiente pasillo, aunque bastante ancho, era mucho más largo, con una ligera pendiente hacia arriba y, poco a poco, se empezaba a ver el final, la luz del exterior. Conseguimos salir sin ningún problema.

FDI:

Raven estaba demasiado dolorida y mareada como para responder al Capitán América, pero si lo hubiera hecho, el sarcasmo resultante habría sido especialmente hiriente, así que simplemente se concentró en avanzar por los túneles, concentrándose en dar un paso primero y después otro.

Por desgracia, en un momento dado dio un traspiés y hubiera rodado escaleras abajo si no hubiera sido por la rápida intervención de la valkiria, que cargó con ella y con el cuerpo inconsciente de Plasmus durante todo el trayecto.

Finalmente, el trío de héroes salieron a la luz del día de nuevo, donde ahora podrían tomarse un respiro... y quizás empezar con las preguntas que de seguro les estarían rondando

Con un "hombre" inconsciente y Raven en su estado, parecía que la defensa quedaba completamente en manos del Capitán. Pues Vigrulfr ya estaba cargando con el primero sobre sus hombros, y cuando la morena trastabilló reaccionó rápido para agarrarla. Visto lo visto, efectivamente se organizó para cargar con ambos, ella por debajo del brazo, y la lanza de alguna manera enganchada a su espalda.

Por fortuna, no se encontraron con más problemas, y semejaba que el Capitán decía la verdad al asegurar que conocía el camino, pues pronto salieron al exterior de nuevo. La valquiria buscó una parte del terreno estable y no demasiado incómoda, y dejó allí ambos cuerpos. De nuevo la lanza en su mano, miró a su alrededor para localizar su posición, y con unas palabras en nórdico antiguo convocó una bandada de cuervos, que envió a llevarse las almas de los soldados que habían caído al principio en batalla, cuando ambas mujeres aparecieron en escena.

Una vez terminada su parte, se volvió de nuevo hacia sus inesperados aliados, al principio en silencio. Sí, había preguntas... ¿Pero podría alguno de ellos responderlas?

Miré alrededor varias veces para asegurarme de que estábamos a salvo. Ningún enemigo a la vista, los movimientos sísmicos  habían acabado y el hombre que supuestamente era ese tal Plasmus seguía inconsciente, así que pude mantener la calma.

Las dos chicas se encontraban conscientes, recuperando el aliento. Así que me relajé y me quité la máscara mostrando mi rostro.

- ¿Sabéis qué ha ocurrido? – Las dos habían aparecido de diferentes portales, junto a Plasmus. Seguro que alguna de ellas tenía alguna idea. Aunque conociendo la efectividad de SHIELD y los detalles que a Nick Furia le encantaba ocultarme para las misiones, seguramente ellos sabrían que ha ocurrido. Es más, ¿Y si SHIELD sabía que ocurriría todo aquello y me habían mandado para estar presente con la excusa de desmantelar el cuartel de Hydra? Demasiado rebuscado, pero no me sorpredería…

Spoiler:

- ¿Sabéis qué ha ocurrido?

Disculpa si tengo la cabeza en otra parte replicó Raven mientras se miraba la mano manchada de sangre. No le había gustado nada el tocarse la nuca y notar algo húmedo, pero menos aún le había gustado ver sangre. Llamó con la mano a un soldado que parecía portar un botiquín y le indicó con señas que le echase una mirada. El hombre lanzó una mirada como pidiendo permiso al capitán, pero pronto se puso manos a la obra

No estoy segura, Capitán, pero puedo asegurarte que hace unos escasos minutos estaba meditando en el tíbet. la mujer se quedó en silencio unos segundos, estudiando a valkiria y hombre, antes de seguir hablando, dejando que el médico de campaña intentase desinfectar la herida Los Jóvenes Titanes lo están estudiando, junto con la Liga de la Justicia, así que supongo que pronto sabremos lo que está ocurriendo añadió.

De nuevo, los presentes no parecieron reaccionar a los nombres que acababa de decir, por lo que Raven asintió para sí, lo que provocó que el médico, que le estaba dando un punto de sutura en ese momento se quejase.

Somos... un grupo de superhéroes afincados en américa. Nightwing, nuestro líder, cree que tiene algo que ver con dimensiones, y me atrevería a decir que tiene algo que ver con la magia también. El cómo o el por qué se escapa a mi entendimiento.

La conversación duró varios minutos más. Raven explicó todo lo que hacía falta saber sobre la Liga de la Justicia, los Jóvenes Titanes y en general el universo del que provenía (eso sí, sin hablar más allá de lo que las gentes de su mundo sabían), y se esmeró en sonsacar todo lo que pudo al Capitán. Finalmente, tras no tener mucho más que decir, la joven muchacha usó sus poderes (en un alarde de temeridad) para volver de nuevo a Happy Harbor, extendiendo una invitación consigo al Capitán para que se pasase a visitarlos

Finalmente, tras ordenar a los soldados retirarse y tras marcharse la valkiria por su cuenta, Tikal se quedó de nuevo en silencio, y en ruinas.

Era evidente que algo había cambiado, pero también que las respuestas a las incógnitas tardarían algo en llegar.

La cuestión era... ¿Cuánto?