Aparcando en zona azul. (JLA, Guardianes de la Galaxia). 11 de Marzo de 2018.

Una pequeña alarma captó mi atención. Miré al panel de mandos, y vi que ya estábamos a punto de llegar a Terra. En apenas unos minutos saldríamos de la hipervelocidad. El piloto automático nos llevaría directamente a Nueva York para ir a ver a Tony a su torre. El dispositivo de camuflaje lo activaríamos en cuanto saliésemos del viaje intergaláctico. No era bueno llevarlo activado a esa velocidad ya que podía causar una enorme pérdida de energía. E íbamos a necesitar toda la energía posible para aquella visita a mi planeta natal. Tenía una pequeña pelota de goma en la mano que lanzaba contra la pared y volvía a coger distraídamente. Me rasqué la barba y me levanté, dejando el puesto del piloto libre. Me dirigí hacia el interior de la nave, despertando a Gamora apoyando la mano sobre su hombro. Ella levantó ligeramente la cabeza y me miró.

- ¿Mmm? ¿Qué pasa Peter?

- Arriba princesa. Ya estamos llegando. Venga, hay que prepararse.- Le dije con una sonrisa y me dirigí a buscar al resto. Drax tenía la mano cubriéndole la boca y el mentón, pensativo. Seguramente estaría valorando la situación. Con un asentimiento me dio a entender que se había enterado de la situación, así que decidí bajar a buscar a Rocket y Groot, a los cuales no vi por la cabina. Encontré al pequeño mapache trasteando con algo que supuse sería alguno de los juguetes que solía hacer durante los viajes. Groot tenía varias piezas grandes metálicas en las manos, sujetándolas como si fuese una estantería. Me sonrió al verme y me dijo su clásico "yo soy Groot".- Chicos, ya estamos llegando. Rocket, guarda eso y acábalo si quieres cuando hayamos estabilizado la nave de la hipervelocidad. Ten cuidado de no dejar nada por el suelo, no sea que alguno nos matemos al bajar. Os espero arriba.

Di un par de golpes a la pared con el puño y subí de nuevo. Los viajes a esa velocidad solían ser muy tranquilos. La nave entraba en una especie de estado de total equilibrio, hasta el punto en que parecía que no estuviésemos en movimiento. Podías echarte la siesta, leer, darte un baño o lo que te diese la gana con total tranquilidad. Incluso podías... Eso. Ya me entendéis. Era bastante cómodo a la hora de viajar a través de la galaxia. Lo único que tenías que hacer era fijar un punto de destino, y el propio mapa de la nave junto al piloto automático iba sorteando los planetas, estrellas o cualquier cosa que encontrase por el camino. Cuando subí me encontré a Gamora y a Drax tocando algunos botones, preparando la nave para la deceleración. Me senté en mi asiento, activando un par de pequeñas teclas sobre mi cabeza, y me abroché. Tomé los mandos de la nave y ante mí apareció una pequeña pantalla con una cuenta atrás en rojo.

"Alcanzando destino. Tiempo para salir de la hipervelocidad t = -1 minuto".

- Bueno chicos. ¡De vuelta a Terra! Qué ganas tengo de volver a visitar mi planeta. Seguro que Tony no nos espera... ¿Cómo lo llevas Gamora? ¿Te resultará incómodo volver a coincidir con él?- Ni siquiera me miró. Siguió observando un mapa parecido al mío y activando un par de botones.

- Lo que yo haga con mi vida privada no es de tu incumbencia Quill. De todas formas, te diré que la fama de Tony Stark acerca de sus conquistas se aleja bastante de la realidad. Al menos para cómo fue conmigo.- En una determinada ocasión, Tony nos ayudó a enfrentarnos a mi padre y defender Terra. Gamora y él tuvieron un pequeño encuentro íntimo, del cual el hombre de hierro no salió precisamente bien parado. La cara de ella fue un auténtico poema. Una de esas cosas que no olvidas. Groot y Rocket subieron por fin y el mapache se sentó a mi lado. Le guiñé un ojo cómplice y volví la vista al frente.

"T = -10, 9, 8, 7, 6..."

- ¿Comprobaste que el rumbo era el correcto?

"5, 4, 3,..."

- ¿Por quién me tomas? ¡Claro que lo he comprobado! ¡Está perfecto!

"2, 1,..."

Vi a Rocket comprobar el rumbo de nuevo. Iba a decirle que si no se fiaba de mí, pero la cuenta atrás finalizó. Y ahí, delante de nosotros, a apenas unas pocas decenas de metros, una gigantesca estación espacial. Mucho más grande que cualquier edificio que se pudiese imaginar. E íbamos directos hacia ella. La cara de todos fue un auténtico poema, y cogí los mandos de la nave a toda velocidad para intentar virar y evitar el choque. Pero, por desgracia, el piloto automático estaba puesto, y no se podía cambiar el rumbo hasta haber salido por completo de la hipervelocidad.

- ¡ROCKET! ¡DESCONECTA EL PILOTO AUTOMÁTICO YA! ¿QUÉ DEMONIOS SE SUPONE QUE ES ESTA COSA? ¿POR QUÉ NO SALE EN EL MAPA?- Tecleé a toda velocidad en mi pequeña pantalla, pero no había rastro alguno de esa enorme estación. Ni un dibujo, ni una advertencia... Nada de nada.- Oh, qué mierda... ¡Agarraos!

En cuanto tuve el control de los mandos de la Milano, intenté virar a toda velocidad para no estrellarnos contra aquella monstruosidad que había aparecido por arte de magia. Llevábamos demasiada velocidad para frenar a tiempo, pero conseguí ver una pequeña entrada a unos metros por encima del punto contra el que íbamos a chocar. Apreté los dientes y tiré del timón con todas mis fuerzas para elevar la nave lo suficiente como para entrar por ahí. Y lo conseguimos... De milagro. Chocamos por arriba y por abajo, y miles de alarmas y pitiditos comenzaron a sonar a nuestro alrededor, indicando daños por doquier. Activamos los frenos y se escuchó el sonido de dos metales al rasparse entre sí mientras patinábamos sobre el largo pasillo, haciendo saltar miles de chispas mientras lo recorríamos. Finalmente frenamos, y los motores se fueron apagando lentamente. Respiraba entrecortadamente, mirando a través de la ventana.

"Ha llegado a su destino".

- Oye pues... Ni tan mal, ¿eh? Al menos estamos vivos.

OCC:

Rio Misisipi, Estados Unidos.
11 de Marzo de 2018


Maldita cosa, maldita sea. Estar en el Rio Misisipi era genial mientras te quedaras afuera, caminando, y no deteniendo a indios salvajes que disparaban a las personas por salvar su tierra. Esta bien, entendia que querian defender sus terrenos, pero este no era su universo no-colonizado por Inglaterra. Aqui, basicamente, no podias dispararle a un hombre blanco con una cervatana solamente por mover su vehiculo cerca del rio.

Y ahi tenia que intervenir yo, detenerlos, atarlos con cuidado y que la institucion encargada de los pueblos originarios de Norteamerica les den un trato adecuado, probablemente, menos violento del que les den en una carcel. Eran personas normales, con quejas normales, solo que atrasados unos cuantos años. No habia mucha dificultad en atraparlos, pero me dolia enfrentarme a esa gente que solamente estaba confundida y no tenia razones para hacer verdaderamente un mal ajeno.

-Vamos, chicos, no se sientan mal. Han peleado con honor, pero esta no es su tierra, no la que conocen. -Les indique en su lengua nativa, como una especie de consolacion. Me respondieron con unos insultos y agresiones, pero tenia que entender que estaban bastante desorientados. Dejaria que se relajaran un rato, mientras la patrulla venia por ellos.

Cuando todos esos habitantes nativos de Estados Unidos fueron atados y dejados junto a un coche para que la policia pasara por ellos, me eleve en el aire buscando mas desastres en los que trabajar. Esta maldita colision, que habia llenado de caos el Mundo, necesitaba que los heroes trabajaran al maximo. La liga de la Justicia ya se habia dividido sus trabajos, y mientras yo me encargaba de buscar a mis aliados desaparecidos, los demas lucharian por reordenar el mundo y sus respectivas ciudades.

Themyscira estaba guardada con todas las tropas reales vigilando, los barcos listos y la guardia real tenia ordenes de atacar cualquier cosa que entrara en Themyscira y se acercara a doscientos metros del palacio. Todas las amazonas lucharian con bravura mientras yo llegaba a eliminar a cualquier enemigo por mas bravo que sea. La Isla se mantendria por otra eternidad, como lo habia hecho antes.

Mientras volaba, mi brazalete empezo a sonar de manera ruidosa. Demonios, una verdadera emergencia, si es que era una alerta global de la Liga. Prendi la comunicacion, y vi la cara de J'oon.

-Atencion, Liga de la Justicia. Tenemos una intrusion de una nave espacial en la Atalaya. Repito, tenemos una intrusion de una nave espacial en la Atalaya. Enviare el sistema de teletransporte inmediato apenas respondan este mensaje.
-J'oon, voy para alla.

Apenas termine de decir eso, desapareci del espacio aereo del rio Misisipi y estaba en el transportador de ondas de la Atalaya. Sacudi ligeramente la cabeza, mareada, y corri hacia la sala de reuniones, donde J'oon estaba revisando todos los daños que la intrusion habia causado dentro de la Atalaya.

-J'oon, ¿Sabes quienes son?
-No tenemos registro alguno de una nave de ese estilo. Ha dañado el puente de aterrizaje y las lanzaderas que tenemos atracadas ahi.
-Procede a apuntar los cañones y aisla las entradas, de hecho, aisla toda esa seccion. Ire por mi traje espacial, mientras tanto, intenta buscar alguna mente dentro que pueda hacer contacto telepatico contigo.
-Lo intentare.

Asenti y sali corriendo hacia la seccion de trajes espaciales, de donde tome mi traje espacial. La puerta del atracadero de la Atalaya se cerro, las luces bajaron a un minimo, pero todas las armas internas del satelite estaban apuntando hacia alla. Las naves espaciales se cerraron para evitar que tomaran una de nuestras lanzaderas y se la robaran, y J'oon redujo el oxigeno a un 20%. Estaban aislados dentro de su nave, y no los pensaba dejar salir hasta que diesen noticias de su invasion.

J'oon puso sus manos en su frente, buscando entre las presencias de la nave, alguna que pudiera entablar un contacto telepatico con el Marciano. El no estaba para nada feliz, y tener a invitados inesperados en nuestro satelite siempre nos habia incomodado.

-¿Quienes son ustedes? ¿Cuales son sus motivos? - J'oon mando a un drone dentro de la seccion de la Atalaya para hacer un analisis externo del objeto que habia entrado violentamente a nuestro satelite, como metodo tambien de vigilancia. Mientras tanto, esperaba que llegaran los refuerzos

OCC:

- Venga Rocket tío, he hecho una maniobra que nos ha salvado el pellejo. Esta cosa ha aparecido de la nada. Que a todo esto, ¿qué se supone que és?- Comencé a tocar la pequeña pantalla que tenía delante mientras el mapache se movía por la nave para comprobar que todo estuviese en orden. Tras unos segundos comprobandolo, apareció en pantalla lo que era aquella enorme estación espacial. Mira tú por donde.- Chicos, no os vaisa  creer esto. La estación esta contra la que hemos chocado, es nada más y nada menos que la Atalaya. Ya sabéis, la base de los miembros de la Liga de la Justicia de los que os estuve hablando. Vamos a tener suerte y todo. Matamos dos pájaros de un tiro. No creo que se esperasen una visita así pero...-

Levanté la vista a través de la ventanilla en el momento en que escuché un fuerte sonido metálico proveniente de la parte exterior de la nave. Allí, a unos metros de nosotros, y aparentemente desde cada rincón de la base, cientos de cañones nos apuntaron al instante. Me levanté de golpe del asiento, apartando la pantalla y golpeando la ventana.

- ¡Eh, eh, eh, eh, eh! ¡¿Qué hacéis?! ¡Que no somos enemigos!- Un pequeño robot volador apareció ante nosotros pidiendo explicaciones de quiénes éramos y cuáles eran nuestros motivos. Quité varios trastos del panel de mandos que había a mi lado y busqué un pequeño botón de color verde. Lo pulsé y hablé claro a través de los altavoces.- ¡Alto, alto! ¡No disparéis, no disparéis! ¡Somos de los buenos! ¡Somos aliados! ¡Hemos chocado con vuestra base por accidente! ¡Nos dirigíamos a Terra para ver a los Vengadores! ¡Son amigos nuestros!

Me volví a Gamora que miraba junto a mí a través de la ventana apretando los dientes. Drax se libró de su cinturón y se acercó también para ver la situación en la que nos habíamos metido sin comerlo ni beberlo.

- Estúpidos mentecatos... Voy a salir ahí a darles una lección.

- ¡No, no y no! ¡Nadie va a salir a dar una lección de ningún tipo! ¡Eso va también por ti Rocket!- Grité por encima del hombro. En ese momento nos tenían apuntando con todos los cañones, y cualquier movimiento en falso provocaría que nos volasen por los aires como si fuésemos una vulgar nave kree. Respiré hondo y miré a mi compañera.- Bien Gamora, escucha con atención. Quiero que piratees sus cañones para evitar que nos disparen...-

- Emm, Peter...-

- Escucha, no es complicado. Sólo tienes que intentar encontrar la frecuencia. Busca con ondas de corta distancia...-

- Quill..-

- ¡No me interrumpas! Esto es un movimiento muy delicado, ya que si nos descubren estaremos perdidos. Voy a bajar ahí abajo para intentar que no nos vuelen por los aires. Unas labores de negociación. Ya sabes, mi especialidad, sobre todo si está la Mujer Maravilla esa. El caso es...-

-¡PETER QUILL!-

- ¡¿Qué?! ¡¿Pero qué pasa?! ¿Qué quieres?-

- ¡QUE SIGUES PRESIONANDO EL INTERCOMUNICADOR!- Lentamente miré mi mano y vi que, en efecto, seguía manteniendo pulsado el botón verde sin haberme dado cuenta. Miré luego a través de la ventana como buscando a alguien que hubiese podido ver el espectáculo que acababa de suceder. Drax negó con la cabeza y resopló. Volví la vista hacia mi compañera con una media sonrisa.

- Vale... Fallo mío... Entonces, si dejo de pulsar el botón, el intercomunicador estará...- Gamora suspiró y se llevó las manos a la cara.

- Ap...-

- ¡Apagado! ¡Claro! Lo que yo decía. Si esque no tenéis nada de fe en mi...- Y reí con cierto nerviosismo. Volví a mirar a través de la ventana, y mi sonrisa se conviritió en una mueca de preocupación. Madre mía, como hubiesen escuchado todo estábamos listos. Pulsé el botón que tenía en la oreja y mi rostro se cubrió con la máscara que usaba para salir al espacio. El indicador de la nave decía que la atmósfera tenía muy poco oxígeno (menos del mínimo necesario para respirar) y por eso me puse el traje. Además, así podría ver con más precisión las cosas que me rodeaban y observar detalles que se me escaparían a simple vista. Me acerqué hasta la pequeña portezuela en la parte posterior de la nave y la activé. Con un sonido mecánico, esta se abrió lentamente y salí fuera, con los brazos en alto.- ¡Hola! ¿Qué tal? ¡Buenas tardes! Emmm, lamento el pequeño incidente que hemos causado con nuestra nave. Nosotros pertenecemos al otro universo con el que habéis chocado, así que aún no os teníamos registrados, y ya sabéis como funciona esto de los viajes inter galácticos a hipervelocidad. Siempre usas el piloto automático y claro, ¡ya sabemos cómo son estos cacharros! ¡Siempre acaban estropeándose o liando alguna! En fin, que como hemos dicho somos aliados. Mi nombre es Starlord. Y aquí junto a mis amigos formamos el famoso grupo conocido como los "Guardianes de la Galaxia".

Apenas puse un pie fuera de la nave, uno de los cañones me disparó a apenas un metro de distancia. Me cubrí la cara para evitar que el fuego me diese y volví a mirar al pequeño robot.

- ¡Eh! ¿De qué vais tíos? ¡Que estoy saliendo desarmado!- Dos nuevos disparos provocaron que saltase para evitar ser impactado por ellos y volví a ponerme de pie, levantando de nuevo las manos.- ¡Vale, vale! ¡Ya lo he pillado! ¡Ya me vuelvo a meter en la nave! ¡Madre mía con la Liga de la Justicia! ¡Menudos humos joder!

Entré de nuevo en la Milano y cerré la puerta a mi lado, apoyándome contra la pared. En cuanto estuve dentro desactivé la máscara y comencé a pensar en cómo podríamos salir de allí sin que nos volasen los sesos de un cañonazo. La cosa se ponía interesante por momentos.

Cuando pensaba que los asuntos más delicados de la colisión de los mundos habían sucedido, no esperaba encontrarme de nuevo en medio del marrón.

El día anterior había sido un asco, y tan pronto como me había levantado por la mañana no perdí el tiempo y me dirigí a la Atalaya. No había dormido bien aquella noche, ni siquiera sé si había conseguido descansar algo, pero no podía perder el tiempo soñando. Tenía que seguir buscando a mis compañeros perdidos tras la colisión de los universos.

El ordenador central de la Atalaya estaba procesando la nueva información añadida, los X-Men, las nuevas ciudades surgidas de la nada, había demasiadas cosas nuevas que estudiar e investigar. Era cómo si nuestro mundo se hubiera duplicado y fuera imposible de contener.

Volví a perder el rastro de Donna Troy, la pupila de Wonder Woman. Pero de alguna forma sabía que ella seguía viva, aunque su mentora jamás me perdonaría haberla puesto en peligro. Ni a ella, ni a todo el resto de la liga de los Jóvenes Titanes. Bien hecho Grayson, vuelves al mando y pierdes a la mitad de tus soldados.

Pero había algo que me mosqueaba aún más, y era que a pesar de que podía asegurar que la mayoría de mis amigos seguían vivos en alguna parte.... Shazam, en cambio, había desaparecido por completo. Y eso era muy raro. Extremadamente raro. Normalmente la magia deja un rastro detectable, pero las huellas del hechicero parecían haber desaparecido de la faz de la tierra. Como si no hubiera existido nunca...

Y cuando estaba rastreando el posible paradero de Tim Drake tras la contención en Black Gate, la Atalaya se agitó como un salero y el suelo tembló.

- Venga hombre, ¿qué está pasando ahora? -me agarré al ordenador para no perder el equilibrio y escuché la voz de Manhunter en mi cabeza.

-Atención, Liga de la Justicia. Tenemos una intrusión de una nave espacial en la Atalaya. Repito, tenemos una intrusión de una nave espacial en la Atalaya. Enviaré el sistema de teletransporte inmediato apenas respondan este mensaje.

-J'oon, voy para allá.- escuché la voz de Diana en el comunicador.

Me asomé entonces por una de las vitrinas del piso superior y vi como el hangar había quedado hermetizado alrededor de los invasores. Era una nave enorme, y había destrozado gran parte del puente de aterrizaje y las lanzaderas. El Marciano aisló a los intrusos mientras Diana iba a por su traje espacial y yo enviaba a los droides a arreglar la parte del tejado dañada, por la que se estaba escapando el oxigeno. Aunque la mayoría de los miembros de la liga de la justicia no necesitaran respirar, yo si lo hacía.

La cosa empezó a ponerse más tensa mientras seguía observando la situación desde el piso de arriba. Uno de los tipos de la nave invasora intentó una entrada diplomática que resultó bastante ineficiente. ¿En serio este tío era el líder de...? ¿Cómo lo habían llamado? ¿Guardianes de la Galaxia? Menudo nombre. Aunque el de los Vengadores sí me sonaba...

- J'onn, ¿recuerdas cuando hablaste con el profesor Xavier? ¿Dijo algo acerca de unos Vengadores? - dije por el comunicador, para que el resto de la liga también lo escuchara.

Era posible que los intrusos dijeran la verdad, y que hubieran chocado con la Atalaya por accidente. Aunque era demasiado sospechoso que se hubieran excusado tan rápido con el rollo de la colisión de los mundos, y yo era bastante desconfiado en estos casos. Y más aún cuando le acabas de decir a uno de tus compañeros que piratee nuestro sistema... estás acabado, tío.

Pero las cosas aún podían ponerse mucho peor.

Las cámaras detectaron a varios miembros en el interior de la nave intrusa, entre ellos un mapache que tenía muy malas pulgas. Éste levantó las zarpas, enseñando un artilugio tecnológico difícil de identificar desde a fuera, y que su dueño aseguraba que era una supernova capaz de hacer volar la Atalaya en menos que canta un... ¿mapache? En serio, era un maldito bicho peludo vestido como una persona y vociferando como un barriobajero.

No podía estar seguro de si aquel bicho decía la verdad o no, pero tampoco podía arriesgarme a que nos lo demostrara. Tenía que actuar deprisa porqué había empezado a contar y.... ¿Y porqué había empezado a contar por el cinco? ¡Maldito e impaciente mapache intergaláctico!

Eramos tres en la Atalaya, contra al menos cinco intrusos. Wonder Woman podría patearles el culo a todos ellos, y el Marciano podría desaparecer con sus poderes alienígenas. Pero si la Atalaya explotaba, el único que moriría aquí sería yo. Esa era otra de las razones por las que envidiaba a mis compañeros con superpoderes...

- Aquí Nightwing, de la Liga de la Justicia.- activé el altavoz para que los los Guardianes de la Galaxia pudieran escucharme claramente. - Rogamos al mapache que se tranquilice. Bajaremos las armas mientras todos sigan dentro de la nave. Dejaremos que vuestro líder, Starlord, se acerque únicamente para dialogar.

Y dicho esto abrí una de las compuertas interiores para hacer pasar al rubito cuando se encontrara cerca de la salida del hangar. 

Mientras Starlord pasaba las dos puertas metálicas de contingencia, los láseres le analizaron de arriba a bajo por si encontraban armas, y le pidieron amablemente que las dejara en el contenedor antes de entrar a la nave centrar de la Atalaya. Mientras Starlord se entretenía con los láseres, decidí mandar un mensaje de alerta a los miembros de la liga que seguían fuera.

- Aquí Nightwing desde la Atalaya. Necesitamos refuerzos, uno de los intrusos dice tener una bomba nuclear y amenaza con hacerla explotar... - dije,

Cuando terminé de hablar por el comunicador, bajé lo más rápido al piso de abajo para encontrarme con Starlord. Estaba claro que me iba a tocar la parte diplomática, no podía dejarle todo el trabajo a Wonder Woman sabiendo que tiene la delicadeza de una amazona. Ya sabéis a lo que me refiero.

Tenía que conseguir tiempo, mientras Starlord y yo dábamos la charla, el Dr. Destino y los Green Lanterns tendrían tiempo de sobra para llegar a tiempo y crear un campo protector al rededor de la nave intrusa por si al mapache le daba por activar su bomba casera.


FDI: Siento el lío que se ha producido con este tema. Espero que a partir de ahora se establezca un orden, no quiero que vuelvan a saltarme el turno y quedarme fuera del tema xD He dado por sentadas algunas cosas, si queréis que cambie algo avisándome, ya sabéis dónde encontrarme ;p

FDI:

... y supongo que nadie es inmune a una ruptura sentencié, manteniendo mi expresión estoica mientras mis manos se cerraban alrededor de la taza de té. Soplé suavemente el líquido mientras miraba de lado al hombre que se encontraba delante de mí. Era grande y fuerte, un hombre de piel oscura que tenía una sobresaliente peculiaridad:

Tenía partes de metal en su cuerpo.

Víctor se recostó en su silla, suspirando mientras me miraba fijamente, de esa manera en la que su ojo natural se aseguraba de mostrar más emociones para compensar la pérdida de expresividad por parte de sección sintética, y me pregunté si alguna vez habría llegado a aceptar el hecho de que jamás volvería a ser un humano completo. Era algo duro, pero también eso le había convertido en un héroe excelente, y también le había hecho cruzar su camino conmigo.

Era el mejor amigo que podía tener, junto con Richard y Garfield, pero no podía hablar con ellos de mis problemas con el segundo, principalmente porque Richard se sentiría aún más culpable (aunque conociéndole ya sabría que no estaba indiferente) y porque Garfield necesitaba tiempo para pensar. Eso si era el mismo Garfield con el que había si quiera empezado a salir, con la colisión de mundos era difícil de saber.

Mira, Raven... justo en ese momento, el comunicador de mi compañero empezó a sonar, por lo que le miré en silencio, arqueando una ceja. Esa era la otra peculiaridad de nuestro trabajo como salvadores del universo: No teníamos tiempo para nosotros mismos. En fin, otra vez sería Un momento. Sí, Detective, ahora voy. Llevo refuerzos Victor entonces colgó y volvió a centrar la vista en mi.

Me temo que tenemos que dejar nuestra conversación para otro momento. ¿Qué te parece si vienes conmigo a la Atalaya y nos echas una mano con una situación? Ya sabes, por los viejos tiempos... Y luego seguimos con todo esto

Dejé el vaso en silencio y asentí, echándome la capucha por encima. Segundos después, estábamos entrando en los tubos Zeta

Reconocido: Raven-B-Seis-seis-seis Puse los ojos en blanco. Algún día Richard y Wallace pagarían por la bromita de marras...

Mis ojos se centraron en todo el movimiento y el caos que había en la atalaya, mientras Víctor se colocaba a mi lado, frunciendo el ceño. Tras unos segundos en silencio, él echó a correr hacia la sala de mandos, posiblemente para unirse a Jo'on y ayudar con la tecnología del lugar, mientras yo me quedaba de pie, echándome una mano a la cabeza. Cerré los ojos y escaneé a mi alrededor las emociones de todos los presentes.

Estaba Jo'on, claramente excitado pero no permitiéndome entrar más allá (tampoco quise intentarlo, después de todo). Estaba Diana ansiosa y nerviosa. Se encontraba también el Doctor Fate, que directamente no me dejó ni escanearle por la superficie. Estaba Richard, nervioso y preocupado (como siempre). También Batman, que era como una especie de hoja en blanco, y a su lado Carrie, que parecía excitada.

Y luego había cinco seres más. Había algo extremadamente furioso y cabreado, algo que parecía incómodo, algo extremadamente tranquilo, otro ser que era como intentar mirar a un pedazo de acero y una mente que no parecía sentirse halagada de que la hubiese escaneado. Y no, no conocía a ninguno de ellos.

Así que empecé a levitar, siguiendo rápidamente a Richard en silencio. Me coloqué de modo que pudiese ver que estaba ahí, le hice un asentimiento como saludo y proyecté un portal a mi otro yo justo debajo de él, camuflándolo como una sombra. No tenía muy claro qué estaba ocurriendo, pero por lo que decían los comunicadores, era posible que hubiese una bomba en la Atalaya.

Si Richard pudiera localizarla, estaba segura de que podría meterla dentro de mí o envolverla lo suficientemente bien como para paliar o eliminar del todo la explosión. O al menos darle tiempo para desactivarla.

Guantes ajustados, botas ajustadas. Mi casco estaba bien fijo, y el visor se alumbro. Estaba dentro de mi traje espacial y podia salir en cualquier situacion que fuese requerida. Mi lazo estaba listo para amarrar a estos intrusos, y mi espada no dudaria en cortarlos en trocitos si se ponian agresivos.

Me cruce de brazos frente a la pantalla que mostraba la imagen. A los lados, la imagen hacia calculos de daños, mientras los drones grababan, analizaban y median la nave intrusa. Vaya, este objeto no parecia algo que nuestra tecnologia pudiese identificar. Si era del universo que habia chocado contra nosotros, deberiamos de actuar con mas cautela.

-Lanzaderas dañadas: Chicago 1. Apollo XCIX. Tyrannosaurus rex. Estado de daño: Grave. Reparacion: Inminente. - La voz de la computadora central recorria toda la sala. Demonios, esas lanzaderas salieron carisimas. Mas les valia a estas personas pagarnos todos los daños o me enojaria bastante. La Chicago 1 era mi nave favorita, y la unica que me permitieron nombrar. Oh si, Hal Jordan probo cada una de las naves y el como "El mejor piloto que la Liga posee" se atribuyo el derecho a bautizar cada una de nuestras naves. Aunque habia que decir que algunos nombres me agradaban.
-Computadora, manda drones de reparacion. Activa suministros energia y manda a los reparabots en cuadrillas de 3 en 40 minutos.

Segui analizando los datos, hasta que, escuche el mensaje de uno de los tripulantes de esa nave. Interesante, vengadores. La base de datos indicaba que era uno de los grupos recien formados en el universo que colisiono con nosotros, y quizas tuviesen razon, pero no era algo que me diese certeza. Es decir, bien podia decir que iban a ver al Presidente de los Estados Unidos, o algo por el estilo. Solo mi lazo les daria la razon.

-Guarda el registro de voz y escanealo con alguna base de datos conocida.

Del dron grabando se seguia escuchando un mensaje... Una voz fea, rasposa. ¿Insultandonos? ¿Mentecatos? Chirrie los dientes, furica ante lo que estaba pasando. Chocaban contra nuestra base, rompian nuestro puerto, dañaban nuestras lanzaderas... ¡¿Y tenian el descaro de insultarnos?!

-Diana, deberias calmarte...
-J'oon, nadie viene a mi casa a insulta...
-Bien Gamora, escucha con atención. Quiero que piratees sus cañones para evitar que nos disparen...-
-...
-... -Mi cara bien podria hacer que Darkseid se asustara y volviese por un tubo-boom hacia Apokolips si creian que iban a hackear nuestras armas y salirse con la suya.
- ¡No me interrumpas! Esto es un movimiento muy delicado, ya que si nos descubren estaremos perdidos. Voy a bajar ahí abajo para intentar que no nos vuelen por los aires. Unas labores de negociación. Ya sabes, mi especialidad, sobre todo si está la Mujer Maravilla esa. El caso es...-

Espera, ¿Como demonios sabian de nosotros? ¿Nos estaban analizando? Muy bien, esto no me estaba gustando para nada. Iba a buscar al idiota que estaba hablando, le daria unas buenas bofetadas y haria que llorase en el vacio. Esto no me gusta, ¡maldita sea!

-J'oon, prende por favor el modo de ataque del dron. No quiero que salga nadie de esa nave hasta que yo lo diga.

El marciano asintio y sus largos dedos verdes se estiraron, activando el modo ofensivo del dron que estaba estudiando la nave. Otro de los aparatos voladores que nos estaban escaneando a la nave intrusa determino una abertura mecanica propiciada desde adentro, por lo que el robot se movio a vigilar. Ahi estaba un tipo, con una mascara extraña, similar a un respirador como el que Bane tenia. El tipo empezo a hablar, explicando sus circunstancias. No me parecian algo logico, ningun piloto espacial que se precie viaja a tan alta velocidad y simplemente espera que nada choque contra su nave.

-¿Guardianes de la Galaxia? ¿Acaso le estan copiando a los Pitufos de Oa?
- J'onn, ¿recuerdas cuando hablaste con el profesor Xavier? ¿Dijo algo acerca de unos Vengadores? -La voz de Richard por el comunicador indicaba que el estaba vigilando desde la parte superior. Mire a J'oon, para que este pudiese responder.
-A ciencia cierta si, el sujeto identificado como Xavier menciono acerca de unos heroes llamados los Vengadores y los de su tipo, los llamados "mutantes"
-El tipo dio un paso adelante e inmediatamente encolerice. - ¡Disparale cerca! -El dron comprendio el comando y un disparo laser impacto cerca del autonombrado Guardian de la Galaxia. -¡Otra vez!

El disparo volvio a salir, obligando a que el tipo se metiese dentro. Bien, no queria que pisaran nuestro satelite como si fuera su casa.

-Bien, J'oon. Este es el plan. Voy a salir y los voy a invitar a salir uno a uno hasta que puedan entrar a nuestras celdas de contencion de emergencia... Vamos a hacer un escaner de todos lo que esa nave y su tripulacion tenga, y posteriormente, decidiremos lo que les pasara. ¿Que te parece?
-No creo que cedan tan facilmente a nuestras exigencias, Diana. Quizas deberiamos esperar a que convoquen alguna señal de paz intergalactica, similar a lo que ustedes llaman... Una bandera de paz.
-Si, quizas eso pue...

De pronto, el dron recibio una nueva voz proveniente de la nave.

-... ¿Es en serio? ¡¿Una maldita bomba nuclear?! ¡Son unos terroristas! J'oon, convoca todos los protocolos de emergencia. Activa el bloqueo de señales, nadie entra ni sale de la Atalaya sin codigos de autorizacion. -Rapidamente presione los codigos de seguridad y los cañones se pusieron en modo de suspenso. Prendi el comunicador -Escuchame bien, criatura. Esta organizacion no negocia con terroristas, y tenemos muchas formas de acabar con ustedes antes de que... levantes tu zarpa.
Casi instantaneamente, la voz de Nightwing hizo presencia. El iba a mediar, yo no estaba de humor para eso. Solia disfrutar de las ventajas de la diplomacia, salvo cuando te amenazaban con una bomba nuclear, en ese caso, mi lado guerrero tomaba el control.- Aquí Nightwing, de la Liga de la Justicia.  Rogamos al mapache -¿En serio? ¿Habia un Mapache ahi? Para peor de nuestras situaciones, una bestia sarnosa entraba armada a nuestra base-que se tranquilice. Bajaremos las armas mientras todos sigan dentro de la nave. Dejaremos que vuestro líder, Starlord, se acerque únicamente para dialogar.

Un momento de silencio se hizo presente. Supuse que el mensaje de Nightwing tendria mas valor, asi que, presione los codigos para que pudiese pasar por las puertas de contingencia. Sin embargo, no abriria la primera, la cual le permitiria entrar a nuestra base. No aun.

-J'oon, quiero que uses tu telepatia. No quiero que en esa nave se mueva una sola pulga sin que tu lo sepas. Cualquier cosa, la mas minima que no este en orden, bloquea sus mentes para que no puedan ser un problema. En otro caso, puedes ir directamente a intervenir.
-Estare alerta.

Masajee mis sienes, pensativa en todo lo que podiamos hacer. Seguramente, el lider de ese grupo tendria comunicadores, asi que encerrar tan rapido a ese tipo seria un atropello. Usar el lazo con el, probablemente sea una afrenta (aunque sinceramente, no me importaba) que tense las cosas, pero que garantizaria la verdad en nuestras negociaciones. Y una forma de amarrar a uno de los invasores por si queria hacerse el gracioso dentro.

-¡HEY!

Rapidamente reaccione. Ahi estaba Batman y Robin. Oh bueno, ya teniamos a nuestro detective y estratega. Probablemente ya tiene un plan desarrollado, pero no sabia como nos involucraba. Ese era uno de los contras de trabajar con Batman. El jamas te diria como te involucras en un plan, pero seguramente, saldria de la mejor manera. Gire de nuevo a la pantalla principal, donde J'oon y yo analizabamos los controles centrales.

-Diana, ¿necesitas que me quede aqui? Quizas los muchachos no sepan que hacer, y Fate intercambio palabras con Batman, quizas esten trabajando en un plan.
-Quedate aqui, J'oon. El Doctor puede encargarse bien de estos asuntos.

Un monitor indico una llegada nueva: Raven y Cyborg. Perfecto, teniamos a personas indicadas para esto. Cyborg era uno de nuestros hombres mas valorados en la liga por su capacidad de adaptarse a cualquier tecnologia, y si esa nave tenia algo que nos era peligroso, podria poner mis manos en el fuego porque Cyborg nos ayudaria a resolverlo.

Me gire un momento para verlo llegar, saludandolo con un marcial gesto de cabeza e indicandole que se acercara.

-Victor, un gusto. Creo que la situacion esta bastante fea, asi que te lo resumire: Esos idiotas
-señalando la nave que mostraba la pantalla principal- aterrizaron en la entrada E, destrozando 3 de nuestras lanzaderas. Uno de sus tripulantes nos esta amenazando con una bomba nuclear, y tengo en las puertas junto con Bruce esperando a que su lider hable con nosotros. Amenazaron con hackearnos, asi que tu y Robin van a ser nuestro soporte tecnico. ¿Puedes escanear todas las frecuencias internas de su nave? J'oon ya esta en sus mentes, y ahora quiero que tu estes en su equipo.

-Si, claro. Me conectare a los sistemas de frecuencia dentro de la nave para hacer un pirateo remoto. -Cyborg extendio su brazo derecho para convertirse en una entrada a la computadora principal, mientras veia como su ojo cibernetico empezaba a escanear datos, logaritmos y codigos de seguridad.

Tome comunicacion al segundo puente, a la zona de habitaciones, donde sabia que estaba el habitaculo de cada uno de los miembros de la liga de la justicia. Ahi estaba uno de nuestros chicos estrellas: Patrick O'Brian

-¿Patrick? ¿Estas bien?
-Woooow, Diana, hacia mucho que no me llamabas -Menciono con tono jocoso el hombre plastico. Su humor era algo... extraño, pero invaluable para estas situaciones de tension. Me tranquilizaban esos Olivers, esos Barrys o Patrick, con su increible sentido de la moda tan perdido en los años 60- ¿Esta todo bien? Parece que estan asando una carne en el puerto E y no me invitaron.
--Patrick, la situacion no esta para bromas. Tenemos aqui a varios de los nuestros trabajando, pero te quiero a ti cuidando la estructura central. ¿Puedes ir a una de las computadoras de tu zona y revisar que todos los escudos trabajen al ciento diez por ciento?
-Cuando tu quieras, nena.

Apague el comunicador y volvi a posar la mirada sobre la puerta, la cual abri para que Batman pudiese encargarse del tipo de la mascara. Nadie le tocaba las narices a la Liga mientrsa yo estuviese viva.

Vaya chasco que habia salido de mi esporadica visita a Oa. Tras esa aparicion extraña, los guardianes, como siempre, nos mandaron de vuelta al trabajo sin explicaciones ni mencion alguna. Es como si la colision de Universos hubiese pasado para ellos inadvertida. Todos los que habian caido defendiendo el planeta eran sustituidos por otros miembros de su sector, para repetir ese enorme ejercito que es el cuerpo de los Green Lanterns.

Yo era de la Guardia de Honor. Asignado al sector 0, lo cual me daba la facilidad de trabajar en cualquier sector del universo de la forma que se me antojase. No estaba asignado al sector 2814, que era mi sector de procedencia, pero podia dedicarme a su defensa, proteccion y vigilancia tanto como yo quisiera. Por lo que, sin esperar ningun tipo de orden, tome mi bateria y volvi hacia la Tierra, pensando en todo el caos que esta colision habria causado.

Seguramente, Nueva York estuviese ardiendo en llamas, Gotham seria un hervidero del crimen, Star City estaria lleno de narcotraficantes, asi como el mundo entero lleno de personas que no se conocen pero que han vivido en el mismo lugar en distintas dimensiones al mismo tiempo. Demonios, si no tuviese obligaciones en otros sectores, me encargaria exclusivamente de la Tierra tanto como me fuese posible.

Me encontraba en la Pequeña Nube de Magallanes, atravesando el polvo estelar a toda velocidad, cuando mi anillo intercepto una comunicacion de onda bastante peculiar: Era una mensaje potente que la Atalaya tenia para alcanzar casi cualquier lugar del Espacio Exterior para comunicarse directamente con un Linterna Verde en una situacion de emergencia.

-Aqui Rayner a Liga de la Justicia ¿Para que me necesitan? ¿Esta todo bien? -Pregunte con cierta preocupacion. Normalmente, ese contacto no se utilizaba mas que en casos prioritarios.
-Uhhh...Aquí Robin desde la Atalaya, la base de datos me indica que eres un Linterna Verde...- ¿Robin? ¿Un Robin que no conocia a los Linterna Verde? Vaya, me pregunto que cosas estaban pasando con el Hombre B y sus muchachos ultimamente-
-Si, yo soy un Linterna Verde. Estoy en el sector, camino a la Tierra, ¿Pero que ocurrio? ¿Necesitan algo? -Pregunte, con un tono un poco mas insistente
- Genial! Tenemos una emergencia, un grupo de personas estrello su nave contra la Atalaya y tenemos un Mapache que dice que detonará una bomba nuclear si hacemos un movimiento en falso...Necesitamos que ayudes a contener la explosión si ocurre...
-... ¿Una bomba atómica? Demonios, denme unos minutos y llegare pronto. ¿Hay algo mas que deba saber? -A decir verdad, un mapache con armas no me parecia extraño... Es decir, dentro de mi corporacion teniamos a Ch'p, que es una ardilla. Sin embargo, cosas atomicas eran mi especialidad en cuanto en el espacio exterior se referian. Tome mi bateria, metiendo el anillo dentro para darle mas carga, y luego, segui moviendome a toda velocidad para moverme hasta donde empezaba nuestro sistema solar.
- No, salvo que el mapache parece muy convencido, no se cuanto tiempo tengamos si decide detonar esa bomba... En cuanto llegues, espera ordenes, si ven mucha gente moviéndose, se pondrán nerviosos...Atalaya Fuera. -Bien, discrecion y paciencia. No habia problema, podia trabajar en eso todo el tiempo que quisieran.

El vuelo atraveso la nube de Oort y pude ver a lo lejos el pequeño puntito que era la Tierra. Bien, ya estaba en mi lugar cercano, asi que, empuje un poco mas mi velocidad para poder cruzar en unos cuanto segundos la distancia desde Pluton hasta la orbita cercana de la Tierra.

Ahi estaba la Atalaya, grandiosa e imponente como siempre. Me acerque lentamente, buscando el lugar de intrusion de la nave antes mencionada, hasta que por fin encontre la zona de daño: El puerto E. Bien, me mantuve a una prudente distancia, diseñando un telescopio verde con el cual empece a analizar esa nave. No habia problema mientras no tuviesen forma de ver su retaguardia lejana. En caso de intervenir, podria cubrir toda esa nave extraña con mi energia y sacarla a un lugar donde no dañase la estructura del Satelite o se soltase un EMP

Mientras pensaba en cómo podíamos llegar a algún tipo de acuerdo o tregua con los de la Liga escuché la voz de Rocket sonando a través del megáfono. Se aclaró la garganta... Y comenzó la función. Abrí mucho los ojos mientras separaba mi rostro de mis manos y miraba en dirección al cuatro de mandos donde se encontraban el resto de la tripulación. "No... No es posible... No, no, no, no, ¡no, no, NOOOOO!". Me levanté a toda velocidad, tropezando al hacerlo y me dirigí como alma que lleva el diablo hacia la parte delantera de la nave. Todos menos Rocket me miraron sorprendidos al verme tan sobresaltado. Apreté los dientes y miré a mi pequeño compañero.

- Rocket, ¿¡PERO TE HAS VUELTO MAJARETA!? ¡Tío, tío, tío! ¿¡SE PUEDE SABER EN QUÉ ESTÁS PENSANDO!? ¿¡ACASO QUIERES QUE NOS FUSILEN!? ¿¡Y vosotros qué!? ¿Esque ninguno vais a decirle nada?- Groot se encogió de hombros con su típico "Yo soy Groot". Parecía el más preocupado junto conmigo. Drax sonrió y asintió. Este quería entrar en combate segurísimo. Y Gamora negaba con la cabeza, pero apretó los dientes mirando a través de la ventana.

- Te han atacado Peter, cuando tú has salido ahí fuera desarmado y con las manos en alto. Está claro que son bastante más agresivos y peligrosos de lo que habíamos pensado originalmente. Puede que no sea la mejor manera, pero ahora se lo pensarán dos veces antes de hacer nada.- Su rostro era serio, y podía notar como valoraba la situación de todas las maneras posibles. Agité las manos con las palmas hacia arriba y los dedos arqueados ante ellos, totalmente impresionado de que no fuesen conscientes de la gravedad de una amenaza así. Les mostré los dientes apretados, tanto que pensé que me los podría partir a ese paso.

- ¿¡Pero esque soy el único que se da cuenta de lo que está pasando!? ¡Que les estamos amenazando en su Atalaya! ¿Cómo demonios voy a llegar a un acuerdo con ellos si nos consideran unos terroristas?-

- Peter, tú no eres el más apropiado para hablar después de la cagada monumental que has cometido al decirles que pretendíamos piratear su nave por megafonía.- Cabrona. Ahí me había pillado. Pero era distinto decir eso que amenazar con una bomba atómica. Si mis cálculos no fallaban, y esa bomba nos hacía volar por los aires, nos llevaríamos la estación entera con nosotros. Miré muy fijamente a Rocket y levanté un dedo.

- Bien, doy por hecho que eres capaz de desactivar esa bomba cuando quieras... Y también doy por hecho que es una bomba de verdad y no un farol. Así que vamos a dejar una cosa clara. Yo no pienso morir aquí en una estúpida estación espacial que ni siquiera conozco, y estoy seguro de que ninguno de vosotros tampoco. Voy a salir de nuevo ahí fuera y a dialogar con ellos. ¿Seréis capaces de aguantar sin querer matar a nadie durante diez minutos? Diez minutos tío, ¡que no os estoy pidiendo un riñón! Si no cooperamos todos es posible que no salgamos de aquí. Venga, sed sinceros. ¿De verdad queréis que nos volemos por los aires pudiendo evitarlo? Sabéis que soy el mejor en el tema de negociaciones. Dadme una oportunidad, sólo una oportunidad para resolver todo este lío que he causado. Si no lo podemos hacer por la diplomacia usaremos la fuerza o la astucia. Rocket, urde un plan de escapada o de lucha. Intenta investigar cuántas personas hay aquí para que sepamos a qué nos enfrentamos. Gamora y Drax, vosotros sois los mejores luchadores que conozco, así que si me capturan y planean mataros luchad, ¿entendido? No os dejéis pisotear. Groot, si van a abrir fuego contra la nave crea un escudo de madera que nos proteja. ¿Lo habéis entendido? La fuerza y la violencia tiene que ser nuestra última opción. Aquí ellos tienen la ventaja de que juegan en casa. Además, estamos aquí para cooperar con ellos y para encontrar las gemas del infinito. Recordad eso. Las gemas ya no las tiene Nova Prime. Esa es nuestra principal misión, así que por favor dadme tan solo diez minutos... No os defraudaré, lo prometo.- A través de la megafonía de la Atalaya, un tal Nigthwing se dirigió a nosotros pidiendo que saliese para que pudiésemos dialogar con calma. Levanté las cejas y asentí con los labios metidos hacia dentro mirando a mis compañeros. Ellos habían decidido hablar con nosotros antes de realizar ningún tipo de ataque a pesar de la amenaza de Rocket. Pulsé el intercomunicador de la nave y hablé para que me escuchasen.

- Aquí Starlord. Voy a salir de la nave despacio y con las manos en alto. No disparéis si no queréis que disparemos nosotros.- Quité el dedo del botón y resoplé una última vez valorando la situación. Iba a ser duro. No la peor en la que me había visto envuelto, pero tampoco se trataba de un paseo por el campo. Con un poco de suerte, alguno allí estaría dispuesto a escuchar las palabras que tenía que decir.

Al llegar a la parte posterior de la Milano, activé mi máscara presionando un pequeño botón en mi oreja, rodeándome toda la cara. Mi respiración se volvió metálica y la puerta lentamente se abrió ante mí. Con los brazos en alto, bajé lentamente de la nave. Los drones seguían allí flotando, espectantes, esperando a recibir alguna orden. Por favor, que no hiciesen ninguna tontería. Pude avanzar hasta una pequeña portezuela que había en la enorme zona donde nos habíamos estrellado. Una de las puertas se abrió y unos láseres comenzaron a escanearme el cuerpo entero. Una voz me pidió que me desarmase, y así lo hice, dejando mis dos pistolas en un pequeño contenedor que me indicaron. En mi cabeza comencé a tararear la típica música ambiental de ascensor mientras terminaban de ver que estaba limpio. Cuando se me permitió seguir avanzando, una nueva puerta se abrió ante mí y me encontré con un tipo más o menos de mi estatura, con un antifaz negro y un traje del mismo color, con una especie de pájaro dibujado en azul en el pecho desde los hombros. Estiré mi mano hacia él en señal de saludo mientras desactivaba mi máscara y mostrar mi rostro con una sonrisa.

- Hola, soy Starlord. Y tú debes de ser... Cómo era... ¿Nightwing?- Dije mientras con la mano izquierda chasqueaba los dedos pensando. Él me lo confirmó y le miré a los ojos.- Oye, lamento todo el lío que hemos causado aquí repentinamente... No os teníamos registrados. Según parece, pertenecéis al otro universo que ha chocado con el nuestro hace un par de días, y todavía no disponemos de toda la información del tráfico espacial ni nada. No era nuestra intención estrellarnos contra nosotros, y espero podamos llegar a una negociación y cooperación pacífica. Verás, nosotros somos un grupo de gente que nos dedicamos a proteger la galaxia y el universo en sí enfrentándonos a cualquiera que tenga ganas de esclavizar a alguna nación, raza o lo que sea, o que intente apropiarse de algún tipo de artefacto o fuerza con grandes poderes. Tal vez no seamos unas hermanitas de la caridad, pero al menos intentamos hacerlo lo mejor posible. Sólo hay un problema, y es que habéis pillado a Rocket cabreado. Rocket es el mapache por si te lo preguntabas. Es un pelín agresivo a veces. no es mal tipo, si le conocieses te caería bien seguro.-

Sonreí llevándome una mano a la nuca y frotándomela. Era verdad que no éramos los más justos ni los más limpios de pecado ni demás, pero lo hacíamos lo mejor que podíamos. Y qué demonios. Éramos buenos. Muy buenos. Los mejores de hecho. Pero ahora había más gente que actuaba como nosotros, gente a la que no conocíamos y de la cual no sabíamos nada más allá de lo que había podido encontrar en los archivos de información. No tenía ni idea de si se tomaban la justicia de una manera más estricta de lo que hacíamos nosotros o si también se permitían alguna licencia poética como las llamaba yo. En cualquier caso, ambos buscábamos el bien, de manera que intentar llegar a alguna especie de relación de cooperación o algo por el estilo era lo que mejor nos venía a todos. Suficiente coñazo daban los capullos que querían cargarse la mitad del universo de un plumazo como para andar peleando entre nosotros.

- Verás Nightwing, ¿puedo llamarte Nighty? Na, a mí tampoco me gusta. La razón por la que estamos aquí es que somos amigos de los Vengadores, un grupo de héroes que protege la tierra de las amenazas que la asolan. Pertenecen también a nuestro universo y hemos cooperado con ellos un par de veces. Nos dirigíamos a Terra para hablar con ellos y ver qué había sucedido con mi planeta. Sí, así es, yo también soy de Terra. De Colorado para ser exactos. Lo que pasa es que soy medio spartoi, una raza de alienígenas a los que les encanta tocar las narices. ¡Mi padre es todo un experto en ello! Quería que yo fuese el nuevo emperador de esa raza pero no me va mucho el tema de la nobleza y demás... Perdona, ¡estoy yéndome por las ramas! El caso es que queríamos hablar con ellos y ofrecerles nuestra ayuda, y de paso también queríamos contactar con vosotros. Nuestra misión en el universo es protegerlo como hacéis vosotros. No tenemos una base tan colorida y majestuosa, pero si bastante más grande. La razón por la que sabemos quiénes sois algunos de vosotros es porque nos estuvimos informando antes de venir. Queríamos saber quiénes eran los nuevos grupos que habían aparecido de la noche a la mañana, y del otro universo vosotros erais los más importantes, lo cual no me extraña, viendo el tinglado que tenéis aquí montado. Tecnología de la buena por lo que puedo ver. A todo esto, ¿va a venir alguien más o vamos a hablar tú y yo solos? A mí me da igual, es más por calmar un poco la situación que anda un pelín caliente para mi gusto, ya me entiendes.- A la espera de que alguno de los importantes, como el tal Batman o la Mujer Maravilla me viniesen a dar una zurra, que seguro lo hacían. Por lo que había leído, Batman era un tío que no entendía el significado de la palabra humor, y Maravilla era muy noble y diplomática, pero tenía un genio de perros. Aunque pensándolo bien no estaba mal. Las mujeres con carácter siempre me encantaban.

La función estaba aún por empezar. Diana resoplaba frustrada, no se había tomado nada bien la intrusión de estos individuos y menos aún la amenaza de aquel pequeño mapache. Bueno, ¿y quién se hubiera tomado bien algo así? Es decir, habían entrado sin permiso a la base de la Liga de la Justicia, y en vez de disculparse nos amenazaban con bombas atómicas... ¡en nuestra casa! Tendrían que agradecer que después de algo así no nos hubiéramos planteado convertirlos en polvo celeste...

Las luces rojas de los tubos zeta se encendieron, y en menos de cinco minutos empezó a llegar la gente importante. Batman y Robin llegaron a tiempo para enterarse de la situación, Raven y Cyborg les siguieron y Kyle Rayner tomó la posición indicada a fuera de la Atalaya, observando la nave intrusa sin perderse nada. Asentí a todos mis compañeros desde la otra habitación en modo de saludo, todos sabían lo que había que hacer en caso de alerta máxima, así que no necesitábamos hablar nada entre nosotros. Así era cómo se trabajaba en equipo. Un equipo de verdad es el que deposita la confianza en los otros... cosa que aquellos "Guardianes de la Galaxia" no parecían tener.

Por un momento, me planteé haberme equivocado. ¿Y si no era Starlord el verdadero líder? Es decir, sus compañeros no le habían hecho mucho caso, y el mapache parecía haber ignorado sus órdenes... ¿y si el mapache era el líder encubierto?

Observé al hombre de la gabardina pasar por la zona de cuarentena, parecía bastante despreocupado mientras los láseres le repasaban de arriba abajo. El hombre del casco depositó las armas en los cajones del depósito y éstos se cerraron con seguridad mientras trasladaban las armas a la sala de retención. Ya teníamos a uno de ellos desarmado, ahora solo tendríamos que convencer a Starlord para que hiciera pasar al resto y librarnos de la amenaza principal.

El hombre de la gabardina caminó con seguridad hacia mí, se quitó el casco que le envolvía la cabeza con un botón en el mismo y en cuanto estuvo cerca de mí me alargó la mano para que se la estrechara. Asentí cuando él me llamó Nightwing y le devolví el apretón de manos con una sonrisa divertida. Menudo cuentacuentos.

Podía creerme eso de que no nos tenía registrados, al fin y al cabo también nos faltaba muchísima información acerca del nuevo universo. Pero eso de que protegían la Galaxia... los Green Lantern sí hacían eso y estaban mil veces mejor equipados y entrenados de lo que parecía aquel grupo variopinto. Starlord no me daba mucha confianza, pero estaba claro que quería hacer las paces.

- Agradecería que ese mapache... - al que dudo que me caiga bien - no se pusiera muy agresivo. No nos gustaría tener que abrir fuego contra él, no nos interesa la violencia gratuita sólo tratábamos de defendernos. Queremos también una negociación pacífica, pero como ves, no estamos muy contentos de que hayáis irrumpido de esta manera tan agresiva en nuestra base. Nos habéis dañado varias zonas de la base, y agradecería algún tipo de compensación por vuestra parte.

Puse los ojos en blanco en cuanto me llamó Nighty, ¿en serio? ¿y esas confianzas?

- Preferiría Nightwing a secas, señor estrellado - sonreí ante mi chiste malo. Starlord, una nave estrellada, ¿no lo habéis pillado? Lo siento, no he podido evitarlo. - He oído hablar de los Vengadores, pero no conozco a ninguno en persona. ¿Para quién dices que trabajas? Quizás podamos tomar contacto con ellos para verificar tu historia...  - señalé entonces a la habitación que estaba detrás de mí. En la enorme cristalera se podía ver perfectamente la figura de Wonder Woman y Batman con cara de malas pulgas. - Mis amigos son mucho más desconfiados que yo, ¿sabes? Así que tendrás que convencerlos para que no crean que sois algún tipo de grupo terrorista anti-superhéroes.

Entonces indiqué a Starlord que me siguiera hasta salir de la zona de cuarentena. Entramos en la habitación central de la nave, dónde estaban esperándonos Wonder Woman, Batman, Raven y Cyborg.

- ¿Podrías decirles a tus compañeros por el comunicador que vayan saliendo tranquilamente de la nave? Te doy mi palabra de justiciero de que no les haremos daño, pero no quiero tener que estar pendiente de si tu amigo... ¿Rocket? ¿era? decide volar el satélite o no.

Una vez hubo o no enviado el mensaje volví a dirigirme a él.

- Starlord, ¿dejarías que la mujer maravilla te echara el lazo? - sonreí divertido ante la idea, quizás el hombre accediera por la manera en que se lo había dicho. - Mis amigos tienen algunas preguntas que hacerte.

Dirigí una mirada hacia Diana para que lanzara su lazo de la verdad a Starlord si éste accedía. Esperaba que todo lo que me había contado  en la zona de cuarentena fuera verdad. Así el resto de la liga tendrían un buen motivo para confiar en él. No parecía mal chico, solo bastante charlatán.

FDI: Perdón por la tardanza! ;_; Espero compensaros por esto en un futuro! >o< No se si sería mejor que después de ésta respuesta posteara mejor Starlord y ya después el resto de la liga, lo digo para que tengáis más chicha para postear.

Cuando Nightwing me sugirió que si permitiría que la mujer me echase el lazo sonreí socarronamente y alcé una ceja.

- Le dejaría que me echase lo que quisiese... Ya me entiendes.- Moví ligeramente las cejas hacia el hombre de azul quien no parecía estar tomándose la situación tan en coña como yo. Esa era una de las ventajas que yo tenía sobre mis enemigos. Muchas veces parecía que no era más que un imbécil rematado que encontraría la muerte cualquier día por bocazas y por temerario. No estaban mal encaminados, si he de ser del todo sincero. Sin embargo, al mismo tiempo que bromeaba e intentaba parecer un estúpido delante de todos en mi mente miles de cálculos buscando la mejor manera de salir, de aprovecharme de algún problema o la propia situación, y de cómo calmar los humos al grupo con el que nos habíamos estrellado sin que todos acabásemos calcinados por la bomba que Rocket tan amigablemente había preparado para todos nosotros como un plato de bienvenida.

Suspiré y me encogí de hombros, negando ligeramente con la cabeza.

- Bueno, vosotros diréis. Me refiero a que diréis qué tengo que hacer y demás. A todo esto, el lazo ese, ¿qué hace? ¿Tiene algún tipo de poder mágico o algo por el estilo?- La verdad es que, a pesar de que había podido leer algo de la Liga de la Justicia en el trayecto hasta Terra, no había podido enterarme de los más intrincados secretos o poderes que poseía cada uno. A decir verdad, eran muy muy escuetos en ese apartado. Se ve que los habían mantenido en secreto concienzudamente, como si no quisiesen que nadie se enterase de qué hacían o qué eran capaces de hacer. Aunque, por lo que había podido observar en los artículos y demás, según parecía Superman era el líder y el más poderoso de todos. Bueno, él y Batman, salvo que de Batman se sabía mucho menos, excepto en lo relacionado con una cuidad llamada Gotham, donde aparecía hasta en la sopa. Su ciudad por lo que había leído. Un justiciero que intentaba mantener las calles limpias y todo en orden. Me quedé de brazos cruzados esperando a que Night me diese algún tipo de orden o me hiciese alguna petición mientras tarareaba para mí mismo el estribillo de "Celebration" de Kool & The Gang, todo un clasicazo donde los hubiese.

Trone ligeramente mi cuello cuando se detuvo la cuenta. Bien, no sabia si nos estaban amenazando en falso o nos iban a volar por los aires, pero ahora teniamos tiempo, y esta vez, tendriamos que negociar... Si es que, por negociar entendemos que nos van a pagar las naves que nos rompieron y van a aceptar nuestras normas dentro de nuestra base. Entendia por mi trabajo las implicaciones de una negociacion, a veces, ambas partes necesitan sacrificar algo, pero tambien aprendi que cuando tienes ventaja numerica puedes imponer distintas condiciones a tus agresores. Mire a Batman por un segundo antes de mirar por una pantalla dentro de la habitacion, observando las camaras que enfocaban a la nave que nos irrumpio... La figura del hombre al que le habia disparado hacia unos momentos salio lentamente, con las manos en alto. Me fije en sus ropajes, no parecian honorables guerreros como nosotros... parecia mas bien una suerte de mercenario multigalactico.

-Bruce, no creo que sean personas con disciplina... Esa nave... Ese mapache y esa indiscrecion parece mas bien de un grupo de mercenarios mal pagados. -Suspire lentamente, para despues murmurar una especie de gruñido que apuntaba a cierta impertinencia. No me gustaba perder por lo general, y sobre todo, no me gustaba perder en casa.- No me importa si son amigos de los pitufos de Oa o vienen desde Apokolips, no van a salir de la Estacion hasta que hayamos determinado que no son una amenaza para nosotros o para la Tierra.

El hombre paso por el filtro de seguridad, mientras en un display se mostraban las imagenes del rayo laser que lo escaneaba. No habia armas visibles, y no detecte ningun tipo de arma cuerpo a cuerpo. No sabia que tan bueno era para el combate mano a mano, pero a juzgar por el hecho de que tiene mas pistolas que armas blancas o contundentes, no debe ser su especialidad. Esperaba no equivocarme.

Me cruce de brazos y escuche como Richard hablaba con el... Vaya igualado. ¿Venir a mostrar esas confianzas como si fuera nuestro amigo? Oh, Hera, ¿Por que haces a la gente tan irrespetuosa? Suspire y me quede pensando en la suerte de que fuera Richard y no otro el que fuese a recibir a este humanoide, porque de haber sido yo ya le habria puesto en su lugar. A medida que la conversacion se fue desarollando, mi ceja se levantaba lentamente. No solo nos contaba como si fuera cualquier cosa que era amigo de esos vengadores de los que habiamos oido hablar con el mutante Xavier, si no que nos trataba de una manera zalamera. ¿Y que si teniamos mejor tecnologia? Estabas en casa ajena sin permiso, si no te preguntaron, ni siquiera puedes decir lo bonito que esta el suelo recien pulido.

Gruñi, furiosa, mientras vi como se movian hacia nosotros. Lleve mi mano con firmeza a la empuñadura de mi espada, caminando cual galante capitana de las amazonas. Era una forma de mostrarle que las condiciones estaban a nuestro favor, y a que al primer movimiento en falso, la primera mentira o cualquier situacion anormal, terminaria mas cortado que una sandia en un dia caluroso.

Me gire y me quede espectante y digna ante la entrada de Richard y el tal llamado Starlord. "¿Que le echase lo que quisiera?" Parpadee varias veces y mordi mi labio inferior, con un claro gesto de que estaba controlando una molestia impresionante. De no ser porque Bruce y Richard estaban aqui... Mire a Bruce cuando me toco con su brazo. ¿Que me queria decir? Oh, vamos, es mi lazo. ¡Todo mundo sabe que hace mi lazo! Suspire y empece a caminar hacia adelante, en direccion a Richard y el invasor.

-Starlord. -Le clave la mirada- Tu y tu tripulacion han abordado de manera ilegal nuestra base, y no pienso permitir que nadie tome asiento hasta que no tengamos confirmacion de que no van a detonar otra bomba... -Mire de soslayo a Bruce, a Raven y a Cyborg. Richard podria reaccionar rapidamente ante cualquier movimiento en falso, pero la maniobra que necesitaba hacer era algo tan rapido que no necesitaria ninguna otra intervencion.

La mano que tenia colocada sobre la empuñadura de mi espada se movio a gran velocidad al otro lado de mi cintura, tocando el lazo de la verdad. En un movimiento digno de los esclavistas de Egipto o los vaqueros del cine Western, mi lazo se desenvaino y se enrollo en la pierna derecha de Starlord. Apretaba, pero era lo suficientemente holgado como para no lastimarle.

-Apartir de este momento, se acabaron las mentiras.

De igual manera, jamas he pedido permiso para someter bajo el fuego de la verdad a ninguna persona.

La Mujer Maravilla se acercó a mí y cambió su espada por el látigo ese del que hablaron. Era de un tono dorado y brillante. Parecía irradiar algún tipo de magia, aunque vete tú a saber. Había visto cosas tan sorprendentes y extraordinarias que un látigo mágico estaba casi a la orden del día. Sonreí y estiré el brazo con la palma hacia arriba, ofreciéndoselo a la mujer. Ahora que podía verla en persona entendí lo de su apodo. Era alta, fornida, con un pelo negro y brillante, verdaderamente bonito y bien cuidado. Sus ojos azules eran dos ventanas al cielo que embaucaban a cualquiera. Sus labios rojos y carnosos casi imnotizaban. Pero si había algo en ella que de verdad llamaba la atención era su mirada. Era la de una mujer fuerte, decidida, que no se achantaba por nada ni nadie. Me recordaba mucho a la forma que tenía Gamora de mirar, salvo que parecía algo más profundo, más puro por decirlo de alguna manera. Casi podías sentir que miraba al interior de tu alma. No sabía si eso era algo bueno o malo, al menos no con lo que estaba pensando en ese momento. De todas formas, yo soy un caballero. Jamás se me ocurriría mencionar sus turgentes y perfectamente redondeados pechos en los que me habría perdido de buena gana, ni de sus piernas que no parecían tener fin, sobre las cuales me habría deslizado una y otra vez sin dudarlo ni un segundo. Pero como ya os he dicho, soy un caballero, y no hablo de esas cosas.

- Bueno, ¿entonces la cosa cómo...?- El látigo se me enroscó alrededor del brazo y sentí una cálida sensación que me recorrió el cuerpo, al mismo tiempo que una necesidad imperiosa de contar todo lo que tenía dentro me desbordaba por todos lados. ¿Qué demonios era eso? ¿Magia? ¿Brujería? Fuera como fuese no parecía ser capaz de evitar embaucarme. Y eso podía ser muy bueno... O muy pero que muy malo. Las miradas de todos los presentes se clavaron en mi, y comenzaron las preguntas.

- Mi nombre es Peter Jason Quill. Nací en Colorado hace treinta y tres años. Soy hijo del famoso Jason de Esparta, un conocido criminal y emperador del imperio Spartoi, raza a la que pertenezco, y de Meredith Quill, una humana normal y corriente, a la que también pertenezco. Mi vida ha tenido muchos altibajos, y durante gran parte de ella me vi obligado a actuar fuera de la ley para sobrevivir, pero siempre dentro de unos límites. Cuando robaba lo hacía a gente que usaba su poder y su riqueza para el mal o la esclavitud, u obteniendo tesoros antiguos perdidos a lo largo y ancho de la galaxia y cobrando una buena suma por ellos. Hace unos años formé el famoso grupo conocido como los "Guardianes de la Galaxia". Mis compañeros son Rocket Raccoon, un mapache con un intelecto prodigioso y el mejor estratega que he conocido en mi vida; Groot, un ser con apariencia de planta que tan solo es capaz de pronunciar las palabras "Yo soy Groot". Puede llegar a ser repetitivo y pesado, pero es un gran aliado y un buen amigo, además de un genio y un fuerte soldado. Drax el destructor, antiguo enemigo del titan Thanos, nuestro mayor y más peligroso enemigo, quien juró acabar con él por la muerte de sus seres queridos hace muchos años. Su intelecto puede no ser lo que más destaque de él, pero es fuerte como nadie y un luchador perfecto. Y por último Gamora, la mujer más peligrosa de la galaxia, hija adoptiva de Thanos de quien renegó al unirse a nosotros. Es la mejor luchadora que he conocido en mi vida, y está como un queso. No tanto como aquí la amiga del látigo, pero vamos, que un refresquín yo le daba.- "Por dios, matadme". ¿Cómo podía estar soltando toda mi vida y la de mis compañeros como si nada? ¿Dónde estaba mi sentimiento de la sorpresa y guardar lo mejor para el final? Maldita sea, ese estúpido látigo me estaba haciendo cantar como un canario enamorado. Joder, esto sólo podía ir a peor.

>> La razón por la cual estamos en Terra es, como ya os hemos dicho, debido a que por el choque de universos este que acaba de suceder, creemos que la paz en el universo está a punto de romperse una vez más. Nuestros principales enemigos parecen vagar libres por la galaxia y queríamos hablar con nuestros aliados, principalmente "Los Vengadores", para decirles que estamos aquí para ayudar en cualquier cosa que puedan necesitar, así como para saber si se encontraban bien y qué sabían acerca del nuevo universo contra el que hemos chocado. Hablando de lo cual, nuestra aparición en esta estación espacial es mera coincidencia y en absoluto premeditada. De hecho, leímos algo sobre vosotros y queríamos entablar contacto para establecer una alianza, ya que sois lo más parecido a un grupo de héroes de este nuevo mundo. Eso sí, nuestra idea era algo menos violenta y mucho más diplomática. Y por Rocket no os preocupéis, no hará estallar la bomba a menos que nuestras vidas corran verdadero peligro. Entendedle, tan solo quiere protegernos... Bueno, protegerse él. Pero ya que estamos metidos todos en esto, prefiero mirarlo de la manera en que lo hace por todos.-

OCC:

No pensé que el tío pringado cayera tan fácilmente en la trampa, pero ese famosillo Starlord ya me había dado a entender que le había gustado Wonder Woman con tan solo un par de miradas y algún piropo suelto. Era un punto a nuestro favor que no tardaría en usar contra él. Tenía suerte de seguir respirando, porqué la mujer maravilla tenía muy mal genio y no soportaba a los tíos chulitos como él. Si hubiera querido, podría haberle roto la tráquea con tan solo un movimiento de cadera.

Peter Quill no tendría ni idea del efecto que provocaba ese lazo hasta que se había bajado los pantalones (no literalmente, gracias a dios) delante de toda la Liga de la Justicia. El rubio cantó como un pajarito, y gracias a dios no dijo nada que fuera lo suficiente comprometedor para enviarle a él y a sus amiguitos de la nave a la prisión de Blackgate.

Nos había afirmado que había trabajado como mercenario y que su padre era un famoso criminal de su universo, pero a pesar de sus antecedentes el joven Quill no parecía ser un mal tipo. Solo un poco ligero de cascos.

- En el supuesto caso de que todo lo que has dicho es la más y absoluta verdad...  - tome la palabra mientras ojeaba la reacción de mis compañeros de la liga - dices que has llegado hasta aquí de forma accidental y que a demás teníais intención de visitar a vuestros amigos los Vengadores para ofrecer un poco de ayuda al mundo. Bien, si todo son buenas intenciones entonces no te importará saludar a tus compañeros desde el comunicador y pedirles por favor que mantengan la calma y salgan tranquilamente de la nave para que lleguemos todos a un acuerdo... Además, dudo que tu amigo Rocket pueda protegerse si hace estallar esa supuesta bomba...

Eché un vistazo a Batman y a Diana, esperando que asintieran ante la decisión de abrir comunicación con la nave y sacar a todos los Guardianes de la Galaxia de su escondite. Si Starlord se comunicaba con su equipo y les decía que no había ningún problema, estaría reduciendo el peligro al 0% y podríamos entablar una conversación normal y civilizada todos juntos sin que nadie hiciera estallar nada.

Peter Quill. Nos empezo a narrar acerca de su vida, sus origenes, a que se dedicaba. Su equipo, que funciones cumplian entre ellos... En una clara muestra de lo que era una persona con poco honor. Me le quede viendo, con el gesto serio e invariable. Realmente estaba interesada en que este tipo no fuese una amenaza, asi que fui procesando la informacion rapidamente para hacer un plan acerca de la forma en la que podria actuar.

Si nos descuidabamos en algun momento, podrian intentar robar alguna informacion los miembros de su equipo o algun tipo de intrusion dentro de nuestra base de dato. Los ladrones y mercenarios no distinguian entre los objetos valiosos y la informacion valiosa, por lo que lo mejor era proteger ambas en este caso.

Estuve apunto de tirar con fuerza del lazo cuando me solto un piropo para romperle los huesos si no fuese porque todavia estabamos en peligro de una bomba. Rechine los dientes ligeramente mientras seguia sosteniendo el lazo. Asi que venian por los vengadores, pero chocaron con nuestra base por accidente. Bueno, quizas podia ser un accidente, pero esto era como si alguien nos hubiera atropellado con su coche y todavia nos apuntara con una pistola si llamabamos a la policia o a una ambulancia. Necesariamente me iba a cobrar todo el daño y el ataque que habiamos sufrido dentro de nuestra seguridad, y si tenia que ir a cobrarselo a los Vengadores, lo haria.

Asenti cuando Dick menciono que podia llamar a sus compañeros de la nave. Si ellos venian, asegurabamos nuestra integridad y que la negociacion seria absolutamente segura. Aparte de que, si estaban todos adentro, no podrian escapar de nuestro propio terreno si se quisieran poner agresivos. Mire a Peter Quill mientras el llamaba a sus compañeros, con el claro pensamiento de como se veria en una de las celdas especiales de la Atalaya. Solte un poco mi lazo y me movi hacia la mesa principal, donde aguarde en mi lugar para que mis compañeros tambien lo hicieran, dejando espacio para todos menos para Groot, dado que era muy grande para nuestras sillas.

Mire por la pantalla como los amigos de Peter entraban por los escaneres. Un mapache, un hombre, una mujer y una especie de planta no identificada, quizas similar al SwampThing que conociamos los miembros de la Liga. No sabia muy bien que era lo que pasaba, pero tenian una especie de... esfera. ¿Era la bomba? Mire alerta cuando entraron, y cuando se acercaron, el mapache comenzo a hablar. Rapidamente, el nudo que sostenia el brazo de Peter se solto.

La reaccion fue absolutamente terrible. El mapache solto la bomba, diciendonos que era un farol, y el tipo grandote parecido a un hombre, pateo la bomba. Entre los gritos, lance mi lazo que corto el aire en un siseo hasta enrollarse en el artefacto, para tirar hacia mi y atraparlo en el aire.

-¡SI VAN A SENTARSE EN ESTA MESA, NO VAN A TENER NINGUN ARTEFACTO PELIGROSO NI SE VAN A AGREDIR ENTRE USTEDES! -Mencione, en un grito similar al que usaba para dar ordenes a mis guerreras amazonicas o cuando estabamos en una batalla. Mi voz retumbo en la habitacion, dejando un leve silencio entre los presentes. Suspire, y les señale con mi mano los asientos, mientras dejaba el artefacto frente a mi, para luego colocarlo entre mis piernas cuando me sente- Por favor, tomen asiento.

Mis compañeros entraron por la puerta y les saludé con una sonrisa.

- ¡Chicos! ¡Estáis aquí! ¡Qué alegría veros! Menos mal que he hablado con estos, a saber el problema que podríais habernos causado... No os lo toméis a mal ni como algo personal, simplemente mi carisma nos ha salvado en más de una ocasión. Estos tíos parecen legales, aunque creo que Diana quiere matarme por lo que he dicho... Gamora, que sepas que sigues siendo mi favorita...- Joder, en serio, ¡libradme de esa tortura! La cara que me echó Gamora habría sido suficiente para matar a alguien. Señor, menuda paliza me va a dar en cuanto tenga la oportunidad... Eso o un rapapolvo de los que hacen historia, y razón no le faltaba. Rocket dejó caer la bomba y esta rebotó ligeramente en el suelo, sin que explotase.- ¿Veis? Os dije que no la haría estallar. Tiene demasiado aprecio a su pellejo como para dejarse matar por una tontería como esta.-

Y POR FIN Diana me liberó de aquel maldito lazo para coger la bomba. Pude sentir la capacidad de mentir de nuevo y suspiré aliviado por ello. Si me llegan a tirar un poco más de la lengua lo mismo acabo volando sin rumbo por el espacio. Me levanté como pude y sonreí a Diana, quien parecía tener tantas ganas de hacerse un cinturón con mi columna como Gamora. Sentí como unas gotas de sudor frío me recorrían la nuca y me la froté con una risilla tensa.

- Lo... Lo de antes era una broma, jajaja. Ya sabéis, un chistecillo para relajar la situación y... Dick, por favor, dime que hay algo que pueda hacer.- De los que allí había de la JLA Dick era el que mejor me había tratado por así decirlo, o el que más abierto se había mostrado. Claro, que comparado con Diana y Batman no era decir mucho. El murciélago habló, con una voz profunda y seria. No sabía si estaría cabreado o no, pero casi lo parecía. Aunque bueno, en todas las fotos que habíamos visto de él aparecía con ese gesto serio e inquebrantable, así que debía ser su forma de ser. Después de calmar un poco a mis compañeros nos sentamos en la mesa. La situación se había relajado, pero me seguía sintiendo como si acabasen de hacerme una colonoscopia, especialmente con Diana.

Tomó entonces la palabra Batman, quien me sometió a un tercer grado bastante intenso. Preguntó cosas bastante lógicas, especialmente teniendo en cuenta que sabían poco o nada de la mayoría de cosas de las que había hablado.

- Bueno, nuestros enemigos son bastantes. Por ponerte algunos ejemplos está Galactus, un ser capaz de devorar planetas. J'son de Spartax, un emperador bastante tirano y al que le gusta someter a la galaxia bajo su mando.- "Y que de hecho es mi padre". No quería darles esa información por el momento. Si descubrían que era el hijo de uno de uno de los mayores genocidas de la galaxia apaga y vámonos, por mucho que les explicase que le odiaba y que había renunciado a ayudarle.- Aunque el mayor enemigo que tenemos es sin duda Thanos. Es un titán loco cuyo mayor afán es impresionar a la Muerte. Sí, sí, tal cual lo oís. Esclaviza y mata a todo lo que tiene delante con tal de mostrar el amor que tiene hacia ella, y no parará hasta conquistarla. Thanos tiene un poder cósmico enorme, lo que le hace muy difícil de encontrar y muy difícil de saber si está actuando o no hasta que él decide que se sepa. Lo verdaderamente peligroso son las gemas del infinito. Seis pequeños artefactos con un poder ilimitado. Cada una de esas seis da al portador unas aptitudes y un poder dependiendo de ellas. Pero si se juntan las seis la cosa se pone realmente fea. Thanos diseñó un artefacto conocido como el Guantelete del Infinito, preparado para aumentar sus poder y guardar las seis gemas. En el pasado las consiguió y estuvo a punto de destruir el universo entero. Tuvimos que ir a luchar prácticamente todos los héroes que existían en el universo para frenarlo. El caso es que hasta hace una semana las gemas estaban a buen recaudo guardadas por el cuerpo Nova, un grupo de policías espaciales que se encargan de que todo esté en orden. Sin embargo, con el choque de universos, las seis gemas han desaparecido como por arte de magia. No sabemos si tienen que ver o no con el choque, lo que sí sabemos es que si Thanos las vuelve a conseguir tendremos un gran problema. Veníamos a avisar a los Vengadores de ello y a buscar gemas aquí en Terra, para guardarlas y evitar que él las consiga. Eso es un poco la explicación por encima y resumida. Acerca del poder de Thanos, como ya os digo, es capaz de destruir todo lo que encuentra a su paso y matar a todo el que se interponga en su camino. Pero si consigue el guantelete su poder será infinito, de manera que debemos evitar llegar a ese punto... ¿Hay alguna otra cosa que queráis aber? Bueno, ¿y vosotros? ¿A qué os enfrentáis? ¿Qué enemigos hay en vuestro mundo que puedan preocuparnos?-

La tropa que faltaba de los guardianes de la galaxia cruzó por los escáneres de armas y las compuertas se abrieron para dejarles pasar. Dejaron todas sus armas a excepción de la bomba, que si había entendido bien, podría explotar en cualquier momento si el mapache dejaba de... ¿pero qué narices?

Antes de que la cosa se nos fuera de las manos, Diana estiró su lazo para enrollarlo alrededor de la bomba y llevárselo a las manos. Minutos más tarde Robin apareció con Cyborg y se llevaron el artefacto a un lugar seguro. Ahora sí que estábamos a salvo, se podría decir que ya respiraba más calmado. Pues menos mal, os engañaría si os dijera que estaba completamente tranquilo.

Analicé a el pintoresco grupo y me contuve el sonreír abiertamente. Los de la Liga éramos gente seria... ¡ejem! Pero es que menudas pintas tenían todos. La mujer llevaba un traje negro ajustado y la piel de color verde, el hombre-armario tenía tatuajes por todo el cuerpo y cara de pocos amigos, y después estaban el mapache de la mala leche y el hombre-árbol que sólo parecía decir una cosa... al menos sabía que se llamaba Groot. A su lado, Starlord parecía el más normal de todos.

Llego entonces el relevo, y Diana les invito a sentarse a su manera (o a la manera amazónica). Una vez estuvimos todos juntos alrededor de la mesa, Batman rompió el silencio. Había llegado el momento de ponerse serio, y yo ya había jugado mi papel. Ahora el líder de los guardianes me hablaba con total confianza y eso suponía el principio de una posible alianza. Si Diana y Bruce hacían de polis malos, Peter siempre podría recurrir al poli bueno, y jugando un con un poco de suerte les sacaríamos toda la información que necesitábamos para calmar la situación.

Peter Quill nos habló de los enemigos más poderosos de su universo, y la verdad es que lo que nos contaba me daba escalofríos. Nosotros también nos habíamos enfrentado a seres igual de poderosos que Thanos: Darkseid, el Anti-Monitor, el coleccionista de mundos, los Lanterns cuando se volvieron casi todos malvados... también habíamos tenido nuestro propio pedazo de caos con la crisis en tierras infinitas... pero eso no me tocaba explicarlo a mí, así que dejé que Batman siguiera con el curso de la conversación. Estaba seguro de que el murciélago tenía algo en mente y no quería interrumpirles.

Pero lo que si que me inquietaba era lo de esas gemas. Si eran tan poderosas no podíamos dejar que andaban sueltas por la tierra. ¿Qué pasaría si alguien la encontrara? Pondría en peligro muchas vidas y debíamos impedirlo. Ahora que nuestros mundos eran uno solo, tendríamos que empezar a trabajar en equipo...

Cuando todos tomaron asiento, me puse a observar a los tripulantes de la nave intrusa. La que mas me llamo la atencion era la mujer de la piel verde, probablemente una alienigena... demasiado antropomorfica. Era curioso ver que parecia entender el ingles bastante bien, por lo que, sospeche que podia ser una marciana... ¿En el universo de donde venian habia una raza similar a la de J'oon J'oonz? Me puse a pensar en ello mientras terminaban de acomodarse, cuando llego Robin y Cyborg. ¿Por que habian venido?

-Si... -Mire de reojo a Batman y volvi la vista con Carrie. Hubiese sido mas sencillo que Cyborg hubiese venido solo, sin la necesidad de arriesgar a la niña, pero quizas esa nueva Robin podia tener la capacidad de ser muy buena en lo relacionado a la tecnologia... O Bruce tenia un (nuevo) plan. -Llevensela. -Dije en voz baja a Cyborg y a la niña mientras les entregaba la bomba que tenia entre mis piernas.- Cyborg, encargate de los robots de reparacion, por favor. -Le di la bomba a Victor y cuando quedaron despachados, me gire para escuchar a Bruce preguntar sobre su situacion. Mire a Richard, mas calmado que cualquiera de los demas y mi gesto se relajo ligeramente. Estaba muy molesta con nuestros invitados, pero sin peligro, ya tengo la posibilidad de actuar con la cabeza fria.

Me parecia curioso todo lo parecido que era el mal en el universo de donde provenian estos pintorescos bandidos. El tal Galactus parecia ser un equivalente cosmico a la fuerza del Antimonithor, J'son Spartax un equivalente a... ¿Brainiac? ¿Darkseid? Sin embargo, lo que no tenia un equivalente coherente en nuestro universo eran esas gemas del infinito ni el guantelete que Quill menciono. Me incline hacia adelante para prestar atencion, pensando en las posibilidades de riesgos de que esos artefactos cayeran en manos equivocadas... y senti un rayo de escepticismo sobre sus palabras. ¿Cómo es que se pudieron haber perdido algo tan importante? Los Linternas no han perdido sus baterias ni sus anillos, ni hemos tenido informes de ninguna organizacion relevante en nuestro universo que hubiese perdido algo antes de la colision.

El mapache hablo de una raza multiforme, pero no me quedo claro a que se referia. ¿Por que demonios son tan sarcasticos? ¿Acaso no tienen la menor pizca de respeto y seriedad? Frunci el ceño con molestia y mire a cada uno de los Guardianes de la Galaxia, con la clara muestra de que no confiaba en ellos y sospechaba que todos estaban guardandose algo... Pero les diria a lo que nos enfrentamos.

-Nosotros tenemos problemas bastante similares a los suyos: El Antimonithor es un destructor de universos que ha causado bastantes problemas contra nuestra realidad, pues es la representacion absoluta de la muerte en la creacion. Tambien estan las corporaciones problematicas que poseen anillos de poder, como los Siniestro y los Red Lanterns, que cada dos por tres estaban colonizando o haciendo genocidios en distintos planetas de todos los sectores del universo. Tambien esta Darkseid, el mayor tirano que hemos visto, regente de Apokolips, que es un planeta lejano. El... maldito -levante los ojos un momento- ha tratado de destruir a todos los habitantes de la Tierra en la busqueda de algo que el llama la Ecuacion Anti-vida. Parece ser el equivalente a su Thanos... -No sabia si ese tal Thanos tenia la posibilidad de moverse a traves de todo el universo gracias a portales o si disponia de un ejercito de fanaticos para hacer sus misiones, pero parecian tener objetivos similares- Sin contar con razas alienigenas peligrosas, y los problemas domesticos que en la Tierra nos aquejan... -En estos momentos no era del todo logico contarles de Bizarro, Braniac, Doomsday, mis enemigos, los de Batman... Si iban a estar dando vueltas por la Tierra, seguramente, encontraran informacion de todo aquello peligroso que nosotros nos encargamos de patear.

De pronto, me quede un momento en silencio, como en una epifania. Omega... Habiamos visto el mensaje de la supuesta organizacion terrorista que surgio al mismo tiempo que la colision. Pero el signo de Omega me recordaba a algo en estos momentos: Darkseid. Mire a Bruce con duda un momento y luego, volvi con los Guardianes de la Galaxia. Despues discutiria mis teorias con Batman, pero por el momento, tenia que atender un punto importante.

-Ahora que sabemos mutuamente a que nos enfrentamos y a que nos dedicamos, quiero pensar que tambien han pensado en la forma de repararnos el daño que han causado con su... visita. -Mi tono se inclino bastante hacia el desprecio. Definitivamente, estos habian sido de los peores invitados en la Atalaya de los que tengo memoria- ¿Como van a pagarnos? Nadie se va a ir de aqui hasta que lo hayamos determinado... Y sino, vamos a confiscar su nave. - Mi tono fue concluyente. ¿Querian colaborar? Primero, se tenian que saldar las deudas, y posteriormente, no empezar con el pie izquierdo cualquier comunicacion.

Todos comenzaron a hablar, empezando por la mujer, que menudo cabreo llevaba encima. No hacía falta ser una lumbrera ni muy observador para darse cuenta. De hecho, era la típica tía con la que no te quieres llevar mal. No había más que verla. Esos músculos que podrían haber partido una piedra sin problema, el látigo ese que te obligaba a decir la verdad... Y muchas más cosas que seguro guardaba bajo la... Prefiero ni pensar donde lleva la espada si tiene una. El caso es que todo el calentón que me había dado al principio fue desapareciendo en cuanto vi la gravedad de la situación. Perfecto, no sólo tenemos a todo nuestro carrusel de amiguitos con ganas de explotar de mil maneras el universo, sino que hemos ido a parar con otro que tiene un elenco tan divertido y variado como el nuestro. Joder, hasta tenían una cosa parecida al guantelete del infinito llamada la caja padre, que al parecer era un objeto capaz de crear portales a través de los que moverse por el universo como quien sale a su jardín a por el periódico. Y eso era solo el principio, porque por supuestísimo la puñetera caja esa podía crear ejércitos, destruir mundos, y bla bla bla. Lo que hacía el guantelete vamos. Todo un lujo. Ahora había que buscar no uno, sino dos objetos de poder infinito. La cosa mejoraba por momentos.

Batman y la mujer hicieron referencia a un ente conocido como el Antimonitor, que según explicaron era la leche en prosa, verso y teatro. Un colega de los que te hacen sudar la gota gorda. Necesario no sólo la gente del universo, sino de otros universos. Me recordó un poco a la vez que Thanos consiguió el guantelete que hicieron falta todos los héroes del universo para pararle, solo que llevado a la enésima potencia, ya que en este caso, hizo falta gente de universos alternativos. Bueno, no pasaba nada. Los Guardianes de la Galaxia estaban ahí para resolverlo todo...

- ¿Eh? ¿Qué?- Las palabras de Rocket me pillaron de sorpresa, trayéndome de vuelta de mis pensamientos. Hacía cálculos de cuánto nos iba a costar arreglar todo aquello y de lo poco que me apetecía quedarme allí "castigado" por una amazona. Había pasado de "tía, estás como un tren, ¿quieres cenar?" a "menudo tostón de piba" en cuestión de minutos. Paso de una pava así. Pa tener a alguien que me esté comiendo la oreja con mis actuaciones ya tengo a Gamora, y tenía tan mala leche como la morena. Cogí entonces las palabras de Rocket al vuelo, abriendo mucho los ojos y asintiendo. Esperé a que Batman acabase su charla y me encogí de hombros.- A lo que se refiere Rocket es que hay una raza conocida como los Technarch. Una especie de aliens tecno-orgánicos que infectan todo lo que tocan, convirtiéndolo en gente como ellos. Son extremadamente peligrosos y están gobernados por Magus, un tirano que no dudará ni medio segundo en someter todo y convertirlo en criaturas cibernéticas al igual que él. También es otra cosilla a tener en cuenta. Pero lo de intercambiar los informes de los peligros de nuestra galaxia me parece bien. Así vosotros podríais informarnos si encontráis alguno y viceversa. En cuanto a lo de pagaros por reparar esto... Ahora mismo no llevamos mucho encima, pero os lo pagaremos sin duda. El cuerpo Nova puede echarnos un cable con eso y a lo mejor os interesa ponerso en contacto con ellos. Son algo así como la policía espacial. Muy parecidos a vuestros Lantern.-

- Peter, el cuerpo Nova te va a detener si vuelves a pedirle dinero.-

- ¡Queeeeeeeeeeee va! ¡Si nos tienen mucho aprecio!-

- Uy, si. Una cosa bárbara. Nos tienen tanto cariño como a las piedras de sus riñones.-

- Lo justo sería ayudarles ya que ellos nos van a ayudar, y reconstruír esto sería un detalle.-

- Vamos a ver, creo que eso ya ha quedado lo suficientemente claro. De hecho, el señor Batman ha dicho que ahora mismo no es prioridad absoluta, y no soy quien para discutir con él y menos en su casa.-

- A veces me da asco lo bajo que caes, Peter Quill.-

- Meh, ya me conoces. No tengo remedio.- Dije encongiéndome un poco de hombros.

Mi cabeza parecía una pelota de ping pong que se movía de un lado a otro mientras los dos bandos hablaban a mí alrededor. De Rocket, pasé a Diana, después a Starlord, luego a Batman y de nuevo a Starlord. La conversación parecía que no iba a terminar nunca… ¿Porqué había tanta gente malvada en el universo? Si que se aburrían, madre mía, ¿es que nunca pillaban vacaciones? Por ejemplo, ese Thanos que les gustaba a todos… ¿nunca había pensado en irse de vacaciones? ¿Encontrar novia? No sé, creo que hay cosas más divertidas que estar todo el día intentando invadir la tierra o destruir el universo… ¿Y qué les daba a todos por la Tierra? Como si fuera el único planeta de la galaxia…

Las cosas se pusieron serias, Batman hizo una descripción de todos los Villanos más crueles de la Galaxia y mi expresión cambió, recordando algunas de las batallas más duras en las que había participado. Otras no las había vivido con mis propias carnes, eran solo recuerdos, sensaciones de mis vidas paralelas, pero las sentía como mías. Había visto morir a muchos civiles, familiares y también a amigos. La vida de un superhéroe no era nada fácil.

La cara de Diana al escuchar a que Batman permitía dejarles marchar era para enmarcarla. A pesar de todo, el murciélago tenía toda razón. Lo más importante ahora era conectar nuestras bases de datos y mantener el contacto por si alguno de nosotros encontraba las reliquias que podían destrozar un planeta en fracción de segundos.

- Esto lo podemos hablar con los Vengadores. Podrían hacerse cargo del coste de las reparaciones y así su deuda recae en ellos. He oído que ese Ironman es exageradamente rico… seguro que a él no le importa. Al fin y al cabo, esto es una alianza de todos los grupos de héroes contra la organización Omega y aliados…

El tema estaba casi zanjado, solo había que aclarar un par de matices y listos. Los Guardianes podrían marcharse con su nave y yo volvería a mis tareas con la Liga. Después de todo era un miembro menor y estaba más pendiente de los asuntos de los Titans.

- Sentimos el malentendido del principio. Hemos empezado con mal pie, pero ha sido un curioso aterrizaje para ser en realidad una toma de contacto entre justicieros… - le devolví una sonrisa a Peter Quill y dejé que Diana y Batman terminaran con la reunión como es debido.

FDI: Por mi podríamos cerrar ya este tema, si queréis hacemos la última ronda y que cierre Starlord!

Es frustrante que tantas cosas salgan mal a tanta distancia de casa. Estaba bastante enojada por la intromision de los guardianes, por esa actitud tan... poco honorable de su lider, y no solo eso, Batman estaba contradiciendo mis reclamos contra alguien que habia dañado nuestra base secreta. Ahora se irían tan anchos... Puaj. Después de relajar mi rostro por la sorpresa, fulmine con la mirada a Batman y espere a que terminaran de hablar para pensar en que hacer. No solo me molestaba la actitud tan poco heroica de estos Guardianes, si no el hecho de que mostrar estas disyuntivas frente a nuestros rivales solo haria creer que la Liga tiene problemas en cuanto a la disciplina interna.

-Si encontramos las gemas, se los haremos saber para que las recojan con la mayor discresion posible. Vamos a activar las comunicaciones a nuestra base por si un dia necesitan apoyo de nuestros miembros o que les cubramos con algun supervillano de nuestro universo... -Endureci mi rostro y me gire hacia la mesa, desplegando el teclado tactil de mi silla con el cual podia acceder a la computadora durante las discusiones que teniamos en la Atalaya en casos de crisis. Los comandos me llevaron a la parte de comunicación y ahi descargue un archivo de contacto, que envie por señal a la Milano, esperando que cuando ellos se subieran tuvieran una forma de comunicarse.- Tambien estaremos en el Salon de la Justicia, si es que necesitan un dia de algo... El salon es nuestra base abierta al publico en la Tierra, un museo que se encuentra en la capital de Estados Unidos, Washington D.C.

Les mande tambien la ubicacion en mapa del Salon de la Justicia a la Milano y despues, cerre los archivos, mirando a cada uno de los presentes. Me levante, acomode mi lazo y les di sin mucha pasion la mano a los Guardianes para despedirme de estos.

-Os acompañare hasta vuestra nave. -Queria asegurarme que al irse, no hicieran ningun tipo de desproperio... Y que no pisaran de nuevo este lugar sin avisar. Tome mi comunicador para hablar con Cyborg- Activa el oxigeno en el puerto de atraque, por favor.

Espere a que pasaran por la misma entrada blindada por la cual habiamos entrado y los segui por detras, en silencio y sin hacer ningun comentario. ¿Todo este tipo de personas tendriamos que encontrar en el mundo que nos habia dejado la Colision? Tendria que comprar mucho te para aguantar los nervios de no patear sus traseros cientos de veces.

- Rico como pocos, hazme caso. Ese tío está tan forrado que se construyó una torre con su nombre solo de I+D y cosas de esas. Tiene un pequeño problema de narcisismo, pero es buena gente en el fondo. Os caerá bien cuando le conozcáis.- Pensé en Diana y en que seguramente Tony le tiraría los trastos. Si le iba tan bien como a mí estaría en su casa en menos que canta un gallo con una huella de la suela de la mujer en todo el culo. El tío era un ligón como pocos. Más que yo incluso. Bueno, en realidad yo no era tan ligón. Simplemente me dejaba llevar por la situación. Que fuese irresistible para las chicas no era mi culpa.- Oh, no, lo sentimos nosotros por habernos estrellado aquí de una manera tan... Violenta. Gracias por vuestra paciencia y comprensión. Nos volveremos a ver sin duda. Cuidaos hasta entonces.-

Y antes de darme cuenta, estábamos levantándonos todos para irnos. Me había pillado en mitad de mis pensamientos, así que no estaba seguro de si habían dicho algo más, pero como nadie respondió a una nueva pregunta di por hecho que allí terminaba la pequeña reunión que habíamos tenido. Di la mano a los miembros de la liga y luego seguí las indicaciones de la mujer para abandonar esa pequeña sala. En cualquier otra situación seguramente habría bromeado con algo del estilo "es una pena que nuestros caminos tengan que separarse", pero teniendo en cuenta la cara de pocos amigos que llevaba casi era mejor dejarlo estar. Ya tendría tiempo de encontrármela en el futuro. Algo me lo decía.

Pasamos por el detector de metales de nuevo y luego al hangar donde estaba la Milano. Me volví a Wonder Woman antes de entrar e hice una leve reverencia a ella.

- Siento lo ocurrido. Espero poder compensar todo esto y que nos perdonéis por mis meteduras de pata...- Sentí como alguien me cogía del hombro y arrastraba de mí hacia atrás.

- Venga Romeo, que no tenemos todo el día y los Vengadores nos esperan.- Me despedí de la mujer con un saludo estilo militar y luego subí a la nave. Activé los motores y ronroneó como una gatita que echaba de menos a su amo. La acaricié y sonreí, mientras nos abrochábamos los cinturones y los motores se ponían en funcionamiento.

- ¿Podemos confiar en ellos?-

- Yo creo que sí. No parecían mala gente. Tal vez un poco estirados pero buenos al fin y al cabo... Bueno, ¿rumbo a la mansión de los Vengadores? Espero que nos recuerden... Sería una lata tener que volver a presentarnos de nuevo y toda la pesca.- Y así, lentamente, abandonamos la estación espacial, despidiéndonos con las manos a través de las ventanas y salíamos al espacio flotando con calma, como un bebé en una enorme piscina, alejándonos de la que había podido ser una cárcel para nosotros de no haber sido por mi irresistible labia y que ellos habían mostrado una actitud positiva desde el primer momento. Al menos Nightwing. Me había caído bien ese tío.- Bueno Gamora, ¿tienes ganas de volver a ver a tu querido Tony?-

Y una sonora colleja nos acompañó mientras entrábamos en la atmósfera terrestre.

OCC: