[Mini-evento] - Esto hace que Vietnam parezca Kansas - La caza más dificil (Plana) [19-08-18]

La nave llevaba en orbita varios meses, desde que había sido arrastrada allí desde la colisión, algunos estaban preocupados por lo ocurrido, pero la mayoría solo vieron nuevos horizontes de caza, la raza humana solo había servido como entretenimiento o como preparación para los más jóvenes, era cierto que en ocasiones había habido accidentes y el cazador había muerto, pero el riesgo era insignificante... hasta ahora.

Unos cuantos incluso hablaron a favor de partidas de caza, pero los ancianos lo consideraron excesivo, finalmente se acordó una decisión entre los ancianos, se tomarían algunas presas y regresarían para informar de los cambios en este sector.

El más viejo eligió primero, de todas las presas disponibles eligió la que consideró más peligrosa, un superhombre capaz de generar electricidad con su propio cuerpo y arrojarla, capaz de recuperarse de heridas mortales en segundos, una presa casi imposible de matar, era el más anciano de la nave, si debía morir lo haría contra una presa que no le robara honor si fracasaba, si, quizás esta fuera su última caza, no quería una presa que no fuese digna de su reputación.

Medió en los conflictos que surgieron entre los jóvenes deseosos de superar a sus mayores que surgían siempre en estos casos, algunos propusieron de nuevo partidas de caza para obtener presas más prestigiosas pero una sola mirada del más viejo bastó para que se retractaran y eligieran una presa conforme a lo establecido, la caza empezaría en breve, todos se retiraron a prepararse.


El más anciano se había preparado para su propia muerte, estaba en paz consigo mismo y con los suyos, si hoy salía victorioso llevaría mucho honor a su familia, si era derrotado, su muerte no empañaría el honor de sus hermanos y hermanas, era la hora de matar o de morir, abrió los ojos a la noche y tomó de nuevo consciencia de todo a su entorno, llevaba casi tres ciclos completos colgado exactamente en la misma posición observando, cuando el partió solo había llegado el resultado del primer cazador, aunque seguramente ahora todos habrían regresado ya y estarían observando, como él.

Los informes desde la nave eran útiles, pero este tiempo aquí le había permitido conocer de verdad a su presa, él era uno de los pocos que comprendía el extraño dialecto de los humanos, incluso era capaz de decir algunas palabras y escribirlo de manera comprensible, sonrió cuando la presa detuvo su vehículo donde solía hacerlo y encontró su nota, haría caso de ella o se habría equivocado al elegir su primer movimiento.

El más anciano escribió:

Explosivos destruir todo aquí, muchos muertos, hembra muerta, si tu no venir a parque (junto a la palabra parque aparecen unas coordenadas que indican un punto en Central Park)
si usar comunicador o avisar, todos muertos
si no venir, todos muertos
solo, sin decir a nadie

Quizás su presa hubiera creído que la nota era falsa de no estar escrita con sangre humana, el cráneo de aquella presa ni siquiera había sido digno de adornar su cinturón, pero había cumplido su cometido, ahora tenía la atención de la presa que había elegido cazar, el cráneo cayo entonces junto a Planaria, que no pudo ver de donde había salido, pero disipó cualquier duda en cuanto a la veracidad de la nota que parecía haber escrito un niño sádico.

Hacía calor. Mucho calor. No tenía ni idea de que Nueva York pareciese un horno en verano. En el centro de Europa el verano era cálido, pero no como para abrasarte la piel o ahogarte con el vapor. Pero allí... Madre mía. Y para mayor INRI no podía bañarme ni meterme en una piscina ni nada por el estilo. Lo único que podía hacer era pedirle a Sasha que me enfriase un poco con sus poderes o que me enfriase la cerveza hasta el punto que dolía al beberla. Aquel día era especialmente caluroso, pero estaba a punto de llegar a casa para descansar un poco. Sasha había salido con sus amigas y no volvería hasta tarde, de manera que lo más probable es que avisase a Billy o a Tony para hacer algo, o a Draco. Sí, seguramente a Draco. Unas cañas en algún bar cercano siempre entraban, y sabía que a mi compañero le gustaban. Sin embargo, en cuanto fui a aparcar donde siempre encontré lo que parecía una nota. Me quité el casco y bajé, con el ceño fruncido. ¿Sería algún aviso de que iban a cortar el agua o algo parecido?

- Lo que faltaba, que nos corten el agua o algo así... A pasar más calor. Bueno, afortunadamente tengo a Sasha, sino ya podría ir dándome con un canto en los dientes.- Sin embargo, en cuanto empecé a leer la nota mi ceño se frunció aún más y abrí la boca sin decir nada.- ¿Pero qué...?

Parecía que la hubiese escrito algún niño o algo por el estilo. No tenía sentido en sí, pero se entendía el mensaje. ¿Muchos muertos? ¿Hembra muerta? ¿Parque? Había unas coordenadas junto al mensaje. ¿Qué demonios era todo eso? Resoplé y arrugué la carta. Estaba a punto de intentar encestar en la papelera cuando algo cayó a mi lado. Hizo un ruido seco y roto, como cuando se cae un jarrón o algo por el estilo. Miré qué había sido, y encontré un cráneo. Sí, sí, una calavera. Me agaché para mirarla bien, y me llevé la mano a la boca, tapándomela. Rápidamente busqué el origen del proyectil, pero allí no había nada ni nadie. Volví a abrir la nota y la releí de nuevo. Fui consciente entonces de que lo que habían usado para escribir el mensaje era sangre. El olor fue lo que lo delató. ¿Así que algún cabroncete quería jugármela? Muy bien, pues si quería guerra iba a tenerla. Apunté las coordenadas y apreté el mensaje con fuerza. Lo guardé en mi bolsillo y me subí de nuevo en la moto, arrancándola con un fuerte rugido, y me lancé calle abajo como alma que lleva el diablo en dirección al parque más famoso del mundo.


Andé algunos minutos, y por fin encontré el sitio donde en teoría se me había citado. No llamé a nadie, ya que era lo que decía la carta. No iba a poner vidas en peligro a lo tonto. Quien sabe, lo mismo sólo era algún estúpido que me conocía. ¿Algún enemigo del pasado? ¿Quizá Zenn? No, él estaba muerto, y además su mensaje habría sido mucho más provocativo y personal. Habría sido capaz de reconocer una nota suya a la legua. Le encantaba la puesta en escena y ser el protagonista. Fuera quien fuese, me conocía, o conocía mis poderes y debilidades. Allí en medio, lleno todo de árboles mis poderes tendrían menos efecto. Era cuestión de esconderse tras un tronco y evitaría mis relámpagos sin problema. Apreté los dientes, mirando a mi alrededor. Me concentré, cerrando los ojos para aumentar mi sentido interno de las corrientes. Una onda azul invisible para el ojo salió de mí, con un radio de cien metros. Localicé varias farolas cerca por si las necesitase. El único sonido que llegó a mis oídos fue el del viento, meciendo las hojas de los árboles, provocando un ligero vaivén en ellos. Llevaba "El catalizador" en la espalda. Mis músculos estaban tensos, preparados para cualquier ataque sorpresa. Los años de enfrentamiento en Ginebra y Europa a toda clase de enemigos me habían ayudado a ser muy observador y ágil. Calma y concentración. Respiré hondo y abrí los ojos.

El más Anciano lo siguió saltando de azotea en azotea hasta llegar al parque, la presa había aceptado el reto y eso era bueno, jamás hubiera cumplido la amenaza, pero había estudiado lo suficiente a este humano para saber que él jamás se arriesgaría a que la hembra o inocentes murieran, lo conocía y lo respetaba, una lástima que tuviera que morir.

Dejó que su presa se internara en la zona boscosa antes de seguirla, aprovechando la espera para recuperar el aliento; la corta carrera de no más de una decena de kilómetros le había hecho sudar, definitivamente ya no estaba en plenitud de sus facultades, disfrutaría al máximo de esta última caza, pesaba para sí mientras saltaba a las copas de los arboles en dirección al lugar acordado para iniciarla.

Tres pequeños puntos de láser aparecieron en la espalda de Planaria sin que el pudiese darse cuenta de lo que ocurría, el blanco estaba fijado, como requería la tradición el más Anciano desactivó su camuflaje antes del disparo y esperó unos segundos absolutamente inmóvil, el sonido del disparo alertó al mutante, pero era demasiado tarde cuando consiguió girarse la bola de plasma le golpeó de lleno destrozándole la carne y abrasándole los pulmones, a pesar del dolor su presa consiguió arrojar un rayo que él no se esperaba y lo derribó de donde se encontraba.

Antes de tocar el suelo el dispositivo de camuflaje ya estaba de nuevo conectado, en un ágil movimiento utilizó la fuerza de la propia caída para rodar y saltar hacia otro árbol, si, esta presa sería un oponente digno, rápido, fuerte, honorable, ambos habían sufrido heridas en este primer contacto, las de la presa más graves, pero según lo que había averiguado pronto se recuperaría lo suficiente para continuar la caza, aunque nunca llegaría a recuperarse por completo de esa herida ya que en unos minutos extraería su cráneo y su columna vertebral para sus dependencias.

Un sonido fuerte, como un disparo, a mi espalda. Me giré a toda velocidad para evitar el disparo, pero fui demasiado lento. Pude ver a mi agresor, subido en un árbol, a unos cincuenta metros. Disparé un rayo que se desvió ligeramente, pero conseguí alcanzarlo. Noté entonces un horrible dolor intensísimo que me abrasó todo el pecho. Salí disparado un par de metros y me quedé boca arriba, agonizando, notando como las primeras lágrimas caían por mi rostro. Me llevé las manos al pecho, y las ví cubiertas de sangre. Tuve que hacer un esfuerzo titánico por no mojar mis pantalones del dolor. Me arrastré como buenamente pude, dejando un río oscuro en mi camino, y me oculté tras un árbol. Mi factor de curación comenzó a hacer efecto, pero mi respiración era entrecortada. Tosí con fuerza, llenándome la barbilla y los labios de sangre, así como el pecho. Me miré donde había impactado el proyectil y vi un agujero sangrante. Con cada latido, un nuevo charco abandonaba la herida. Comencé a delirar ligeramente, debido al dolor y la pérdida de sangre. A medida que se iba cerrando, el dolor se atenuaba lentamente. Empecé a pensar con claridad y me centré en buscar una solución. Me asomé ligeramente, pero no vi nada. Nada de nada. O mi enemigo era muy bueno ocultándose, o tenía algún poder de camuflaje.

Se me ocurrió entonces una idea que podía funcionar. Agonicé en alto, cerciorándome de que mis gritos se oyesen, me froté sangre fresca alrededor de la herida y por encima de esta para que pareciese abierta aún, y me tumbé boca arriba, gesticulando, agonizante. Tal vez, si hacía que estaba gravemente herido, pudiese captar su atención y localizarle. Tenía ambos ojos vigilantes, mirando cada árbol o rama a mi alrededor. Y estaba preparado, cualquier luz o movimiento sospechoso, y se llevaría una potente descarga eléctrica. Doscientos mil voltios. Con eso habría bastado para dejar fuera de combate a una vaca. Aún me dolía el pecho, pero el dolor iba lentamente desapareciendo. Aún estaba humeante, pues la ropa se había quemado con el impacto, lo cual daba más realismo a mi farsa. No veía nada de nada. ¿Qué demonios era lo que me había atacado? Fuera lo que fuese, era algo muy peligroso y sabía cómo moverse. Me había pillado una vez, no habría una segunda.

El más Anciano observó unos instantes a su presa desde su posición, un movimiento muy inteligente por su parte fingir más daños de los recibidos, si el Depredador hubiera sido más joven quizás hubiera tenido una oportunidad de que funcionase, pero el Yautja llevaba más tiempo cazando del que el humano llevaba vivo y había estudiado su presa a conciencia, aún así para asegurarse incrementó la visión de su mascara y utilizó el sistema de diagnóstico, el cuerpo de su presa se recuperaba bien de las heridas, estaría dolorido y con un rendimiento menor durante un tiempo, pero esa herida no le mataría ni le incapacitaba como quería hacerle creer.

Se acercó a su presa saltando entre las copas de los árboles y buscó una buena posición, opto esta vez por concentrar la energía del disparo pero liberarlo en forma de una ráfaga de bolas de plasma de menor potencia pero que cubrirían toda la zona, en el momento en el que El más Anciano comenzó el bombardeo de plasma su presa reaccionó y arrojó un poderoso rayo, poderoso pero inefectivo, ya que el Depredador se cubrió antes de que la descarga pudiera impactarle, el árbol comenzó a arder y la madera estalló por el impacto, pero el Cazador ya había saltado lejos de allí y conectado de nuevo su dispositivo de camuflaje.

En el claro que habían creado la decena de explosiones, los restos de los arboles también ardían, el maltrecho cuerpo del mutante se recuperaba lentamente, pero las quemaduras de plasma se regeneraban despacio y eran muy dolorosas, tardaría algo de tiempo en poder ponerse en pie y necesitaría al menos un par de minutos para poder caminar, su presa se retorcía de dolor, desde la distancia vio como levantaba su brazo izquierdo, su mano eran colgajos de carne quemada, según sus sensores biométricos tardaría varias horas en recuperar la funcionalidad de los dedos, este asalto había sido un completo éxito, pero debería dejarle recuperarse un poco si quería que la caza no perdiera emoción.

"Vamos cabronazo, ¿dónde estás?". Miraba los árboles pero no veía nada. Fuera como fuese, tuve la sensación de que mi plan no estaba funcionando. ¿Sabría que me podía regenerar? Si era así estaba jodido, ya que conocía mis poderes y no no tenía ni idea de a qué me estaba enfrentando. Fue visto y no visto. Unos nuevos disparos aparecieron a mi lado y lancé un potente rayo que impactó en el árbol. Había vuelto a fallar. ¿Cómo era posible? Era capaz de acertarle a una mosca en el ojo. Pero claro, cuando acertaba a la mosca sabía dónde estaba. Aquella cosa se movía a la perfección y era prácticamente invisible. Activé con mi brazo izquierdo un escudo para bloquear los disparos. Sin embargo, aquellos proyectiles eran distintos a nada que me hubiese enfrentado hasta entonces. Pude pararlos, o al menos reducir un poco el impacto. Esta vez ninguno me dio de pleno en el pecho como el primero, pero consiguiero atravesar parcialmente el escudo, mandándome algunos metros lejos de mi posición.

Todo me ardía. El cuerpo entero, pero especialmente la mano. Notaba como si la hubiese metido en ácido o lava. Levanté lentamente el brazo y pude ver como tenía toda la carne quemada, y en el dorso de esta pude ver un par de huesos. El dolor era enorme. Me quemaba el alma y apretaba los dientes. No recordaba un sufrimiento así en mucho tiempo. Intenté levantarme, pero me fallaron las piernas, cayendo pesadamente contra el suelo. Mis ropas humeaban y mostraban mi carne y piel. Comencé a maldecir por dentro. ¿Cómo había sido tan estúpido como para lanzarme allí? Mi enemigo tenía toda la ventaja sobre mí. Los árboles estaban llenos de fuego, iluminando la zona, y dándole un aspecto más devastador. Aquello era un problema. La policía no tardaría en venir atraídos por el humo, y la nota indicaba que si traía refuerzos muchos inocentes morirían. No los traía yo, ¿pero cómo sabía que aquel fuera lo que fuese lo sabía? No era humano, eso estaba claro. Aquellos disparos no eran humanos o habría sido capaz de frenarlos sin problema.

Me levanté como pude y cojeé, alejándome del fuego. Lo que faltaba, que las llamas me quemasen. Aunque pensándolo bien... Yo podía regenerarme las quemaduras. Si me quedaba cerca de las llamas podía obligarle a venir a por mí. Si también se regeneraba no le importaría adentrarse en ellas, pero si no lo hacía sería más prudente. Era una manera de saber si a lo que me enfrentaba era sensible al calor o no. Ya podía andar mejor, pero notaba que seguía sin estar al máximo. Mi mano se iba regenerando, pero todavía la notaba medio adormilada. El calor era intenso, pero estábamos en verano, lo cual hizo que fuese más llevadero. Esos días habían sido horribles. Un poco de calor por la noche no era el fin del mundo. Me volví a concentrar en busca de algún dispositivo eléctrico. El chasquido del fuego sobre la madera era lo único que me rodeaba, así como una pequeña brisilla veraniega. Localicé una pequeña fuente eléctrica. Muy pequeña, como si proveniese de unas pilas o una batería. Era nueva, y parecía moverse. Abrí los ojos y sonreí ligeramente.

- Ya te tengo hijo de puta...- Y esperé a su siguiente movimiento, preparado para soltar una poderosa descarga en cuanto le viese prepararse.

El más Anciano se alejó un poco y volvió a acercarse desde otro ángulo, algo fallaba, su presa se estaba recuperando como esperaba, pero parecía más confiada de lo que cabría esperar de alguien que está siendo acosado hasta la muerte, a pesar del dolor que sin duda sufría y de los importantes daños que su cuerpo luchaba por reparar se mantenía firme, como si tuviera un truco guardado, esperando que el Cazador cometiera un error y cayera en su trampa.

Pero el Depredador había participado en cientos de cazas, había derrotado a oponentes que harían que un humano muriese de terror al verlos, incluso había sido capaz de capturar viva a una reina Xenomorfa en una ocasión, ganando un gran prestigio para si mismo, para su familia y para su clan, aquella caza le había permitido liderar varias expediciones desde entonces, el más antiguo sabía cuando le tendían una trampa y aunque no supiera exactamente que ocurría, era muy distinto caer en una que entrar en ella.

Rodeó el pequeño claro que se había formado en torno a su presa por las explosiones de plasma y se acercó por detrás, pero cuando se aproximó a distancia de tiro y desactivó su camuflaje antes del disparo como la tradición exigía, su presa se giró al instante y descargo una poderosa ráfaga de energía hacia él, consiguió evitar el rayo en parte gracias a la cobertura de los arboles, pero cayó al suelo pesadamente, levemente aturdido, de algún modo su presa había descubierto donde se encontraba.

El más Antiguo arrojo entonces tres pequeñas esferas en dirección a su presa antes cubrirse de nuevo entre los arboles para evitar un nuevo ataque de Planaria, él también tenía un par de trucos guardados y cuando el mutante activó su escudo energético para detener las bolas metálicas estas detonaron con el impacto, liberando un poderoso ácido que cayó sobre el brazo y el rosto de su presa, cegándolo y derribándolo por el dolor, entonces el Depredador se acercó para dar el golpe de gracia y acabar con su presa, entregándolo al descanso eterno, había luchado bien, esperaba que encontrárselo en su próxima vida, tal vez como compañero de clan.

Cerré los ojos y aguanté la respiración. "Pum, pum"... "Pum, pum"... Escuché mis latidos mecerse con el calor y el sonido crepitante de la madera a mi alrededor. Localicé el pequeño punto eléctrico en movimiento. Se paró, a unos metros detrás de mí. Me giré a toda velocidad y pude verlo. Fue apenas un segundo. Era algo horrible. Un ser que no era de este mundo seguro. Era grande, de color verdoso, con unos músculos muy desarrollados y lo que parecía una armadura. Lancé un poderoso rayo que impactó con él, pero no directamente debido a los árboles. Maldije por lo bajo y comencé a correr a toda velocidad hacia él. Tenía que acercarme para poder darle bien con mis relámpagos. Los putos árboles me estaban jodiendo los disparos y eso empezaba a quemarme mucho. Vi como lanzaba desde el suelo unas bolitas metálicas y sonreí. Una cosa eran disparos, pero el metal lo paraba más que de sobra. Activé el escudo y las bolitas chocaron contra él. Pero al hacerlo, se abrieron, y me llenaron la cara y el brazo de ácido. El dolor me abrasó el alma, y quedé totalmente ciego. Caí al suelo de bruces, restregándome contra él un par de metros debido a la velocidad que llevaba. Grité, como nunca lo había hecho, poniéndome boca arriba. Toda la carne se me derretía, tanto la del brazo como la de la cara. Y para mayor INRI, a medida que mi factor de curación me regeneraba la piel y carne muertas, la nueva se quemaba con el ácido.

Nunca recuerdo haber experimentado algo igual. Me puse a cuatro patas y vomité del dolor y el mareo. Me oriné encima del miedo y el sufrimiento que estaba experimentando. Al apoyar el brazo quemado las fuerzas me fallaron, y caí de morros contra el vómito, y una nueva arcada me hizo vomitar de nuevo, esta vez tumbado de lado. Si hubiese tenido ojos habría llorado. Habría llorado de miedo y dolor. ¿Era así como iba a acabar todo? ¿Era ese el final de mi viaje? ¿Cubierto en mi propio vómito y orina en medio de Central Park? Los sonidos fueron poco a poco desapareciendo, así como el olor a quemado y pota. Estaba boca arriba, y las fuerzas me flaquearon por fin. Tanto dolor, tanto sufrimiento, era demasiado para mí... La adrenalina no era suficiente para mantenerme despierto, y supe que la muerte me acechaba ahí mismo. Se había acabado. Era el fin. Una sensación total de paz me invadió, y el sufrimiento desapareció, convirtiéndose en algo lejano y como del pasado. Recordé a Sasha. Sus ojos. Su rostro. Su pelo enredándose entre mis dedos. El latido de su corazón... Y lamenté no haberle dicho una última vez que la quería... Y perdí el conocimiento.

El más Anciano había cometido un error importante en esta caza, su presa al parecer no solo utilizaba la energía eléctrica para potenciar sus ataques, sino que de algún modo la necesitaba y se nutría de ella, el Depredador había hecho al mutante llevar su cuerpo al limite y gastar casi todas sus reservas en los rayos que le había lanzado y en regenerar su cuerpo, pero ahora se curaba más lentamente, una vez agotadas sus reservas su presa estaba indefensa, había estado a punto de matarlo sin pretenderlo, ¿que debía hacer ahora?

Se empezaban a escuchar sonidos de sirenas y no tardarían en llegar otras personas ¿debía abandonar la caza y darla por perdida? ¿debía cobrarse su trofeo a pesar de que la cacería no había resultado tan buena como había esperado? Los demás seguro que estarían viéndole en este momento, debía decidirse rápidamente o su error quedaría pronto en evidencia ante todos, seguro que le acusaban de haberlo hecho de forma intencionada para asegurarse la victoria, adoraba la caza, pero odiaba la política, era hora de acabar con aquello.

Se acercó a su presa inerte y la arrastró al interior del bosque, alejándose de la posición en la que les buscarían mientras pensaba que paso dar a continuación, su plan inicial de esperar a que se recuperara lo suficiente para entablar un combate final quedaba descartado, la “carga” que parecía alimentar los poderes de su presa estaba agotada; tomar su trofeo en estas condiciones también, no había honor en aquella victoria; pero volver con las manos vacías no solo sería un deshonor para él, sino para su familia y su clan ¿que podía hacer?

Tras unos minutos arrastrando el cuerpo tomó una decisión, su presa no debía sufrir más por su culpa, pero tampoco su familia, haría algo que jamás se hubiera sentido capaz de hacer pero que en este caso parecía ser la única opción viable, la culpabilidad sería el precio que él pagaría por su error, solo esperaba no volver a equivocarse con su presa, utilizó la visión electrostática para encontrar el lugar apropiado, y dejo el cuerpo de su presa en el suelo, de un fuerte puñetazo clavó su garra en la tierra y extrajo unos cables, eligió uno de ellos y dio una leve descarga a su presa, ayudandole a recuperarse, pero solo lo justo para que no muriera en el proceso que iba a seguir a continuación.

Con su cuchillo cortó limpiamente desde la base del cuello hasta la frente, dividiendo en dos el cráneo y extrayéndolo sin apenas dañar el resto de tejidos, después de eso junto de nuevo las dos piezas del cráneo y utilizó con ellas los cables, como había esperado el craneo volvió a soldarse de nuevo, sus hermanos no podrían saber lo ocurrido, aplicó entonces los cables sobre su presa y se alejó rápidamente de allí para que la nave le recogiera, esperaba haber dejado suficientes trozos del cráneo para que el cuerpo de su presa los regenerara, pero en tan poco tiempo era lo único que se le había ocurrido.

Nunca te dicen cómo es la muerte en realidad. Muchos opinan que es un estado de paz y felicidad, donde recuerdas momentáneamente todos los grandes momentos de tu vida, viéndolos pasar ante ti, sonriendo con algunos, llorando con otros. Hay gente que te dirá que un largo pasillo aparece ante ti, con una luz cegadora al final del mismo, embriagado por una cálida sensación hogareña y agradable. Pero la verdad, es muy distinta. Al menos lo fue conmigo. Lo que sentí fue miedo, soledad, sufrimiento. Sentí frío y tiniebla, como si todas, hasta la última luz existente, hubiesen desaparecido para siempre del mundo. Escuché ruidos, sonidos metálicos y mecánicos. Olí la tierra mojada, el césped recién regado y el frío del agua nocturna. El sabor a hierro me invadió la boca, y un líquido resbalaba por mi cuerpo, caliente al principio, helado justo después. No notaba ninguna parte de mi cuerpo, y al mismo tiempo notaba cada pequeño nervio sufrir, intentar zafarse de la oscuridad que recorría todo mi cuerpo. Ningún pensamiento agradable me vino a la mente. Ninguna alegría, ningún calor. No había nada, salvo la más absoluta negrura...

Y entonces, cuando me preparaba para lo que se avecinaba, mi factor de curación lentamente comenzó a hacer efecto. Poco a poco, recomponiendo el dolor que sentía en cada parte de mi cuerpo, reorganizando mis tejidos y mis venas. Era lento, pero efectivo... Hasta que ocurrió. No sé si fue un milagro, una muestra de piedad del creador o simplemente una metedura de pata de mi enemigo, pero un cable tocó mi pecho, quedándose prendido a él. Millones de voltios recorrieron mi cuerpo al instante, mientras mi poder latente absorbía toda la electricidad que podía. Mi factor de curación se multiplicó al instante, cerrando cualquier herida, quemadura, fisura o rotura que tuviese. Apenas fueron unos pocos segundos, y abrí los ojos con la respiración entrecortada. Noté la hierba húmeda bajo mi espalda, y me incorporé repentinamente. Estaba en el parque aún. Me toqué la cara y el cuello, y encontré sangre templada ahí. Era reciente. Todavía podía notar su olor y su intenso sabor. A unos pocos metros de mí vi de espaldas a mi enemigo. A ese que me había convertido en su esclavo durante unos minutos en los cuales fui incapaz de hacer nada. Apreté los dientes y mis ojos se tornaron completamente rojos. Unos pequeños rayos morados salieron de mi pecho y recorrieron mis brazos hasta la yema de los dedos. Había cometido un error garrafal. Un error que le había costado lo que se debería haber convertido en una auténtica masacre. Me había proporcionado una fuente ilimitada de electricidad, recargando absolutamente todo mi poder, convirtiéndome en una maquina de matar perfecta. Me levanté, llevado por la ira y el odio, dispuesto a cobrarme mi venganza. Tan sigiloso como un ratón me acerqué a mi enemigo, y cuando estaba a su altura, le di dos pequeños golpecitos en el hombro, como quien llama a alguien desde atrás. Apenas se giró, mi mano derecha agarró su cuello con fuerza, y le miré a los ojos.

- Mi turno...- Lo levanté y con todas mis fuerzas lo estampé contra el suelo. Planté mi pie sobre su espalda y descargué miles de voltios contra su cuerpo. Eso le dejaría completamente aturdido sin duda alguna. Mientras le electrocutaba con la mano izquierda pegada a su cuerpo, arranqué con fuerza un cable de electricidad del suelo, abriéndolo de un mordisco, provocando que unas chispas amarillas saliesen de él, y sonreí con malicia. Lo enrosqué alrededor de su cuello, haciendo un puente, quedando presa de un arco voltaico. Me bajé de su espalda, y le di la vuelta, dejándolo boca arriba. Sus ojos rojos me miraban con odio y sorpresa. Le mostré mis dientes, y con un rápido movimiento, le golpeé con todas mis fuerzas su fea cara con el Catalizador. Una, y otra, y otra vez, hasta que un fuerte crujido cambió los sonidos metálicos de mi arma al golpearle. Un chorro de sangre verde fosforita abandonó su boca, y me agaché hasta estar a su altura.- Parece que ya no eres tan machote...

Cogí su brazo derecho y encontré un pequeño aparato electrónico. Le pegué una fuerte descarga y se lo arranqué del brazo, aplastándolo entre mis manos, quemado antes de ello. Encontré una cuchilla y la saqué. Era larga, de medio metro más o menos. Agarré la especie de rastas que llevaba, cercenándolas con un rápido y fuerte corte. Las tiré a mi lado, escuchando un aullido proveniente de él. Comencé a concentrar electricidad en la hoja, hasta que la punta se volvió de un tono rojo. La temperatura debido a la gran cantidad de voltaje con que la calenté era enorme, y le dibujé un relámpago en el pecho con ella. Se la clavé en el brazo izquierdo, y volví a sujetar su fea cara por los laterales de sus mandíbulas, levantando su vista hacia mí.

- Esto es para que nunca te olvides de mí... Y por cierto. Esto es mío.- Dije cogiendo mi cráneo y rompiéndolo entre mis manos. Saqué un pequeño aparato electrónico de mi bolsillo y registré su radiación, así como su sangre. Gracias a ello, no podría volver a sorprenderme, puesto que le vería como una nube solitaria en el cielo.- Si se te ocurre volver a acercarte a la tierra, aunque estés en el otro extremo del planeta, te buscaré, te encontraré, y entonces desearás nunca haber nacido hijo de la gran puta... No vuelvas o no seré tan amable contigo la próxima vez.

Y le liberé de la cárcel eléctrica. Su cuerpo humeante se relajó, pero no podría levantarse hasta dentro de unos largos minutos. Estaba totalmente entumecido, y a punto de perder el conocimiento. Activé el localizador por si intentaba atacarme por la espalda, pero no lo hizo. Me subí en mi moto después de abandonar el parque. La arranqué, y volví a casa, aún iracundo perdido por lo que me había hecho, pero satisfecho al saber que no volvería a joderme nunca más.

El más Anciano había cometido pocos errores a lo largo de su dilatada existencia, había cazado criaturas que le hubieran helado la sangre en las venas a otros con menos valor, había superado con creces todas las pruebas que se había encontrado... hasta ahora, esta presa le había hecho confiarse, esta presa se había levantado contra todo pronóstico y finalmente le había derrotado, el dolor de su cráneo y sus mandíbulas fracturados no era nada en comparación con su dicha, si había cometido un error, pero dudaba que hubiera sido registrado.

Había extraído el cráneo como mandaba la tradición, había derrotado a su presa y después de ello esta le había vencido y herido de gravedad, no estaba seguro de como quedaría escrita esa caza, pero no le importaba no saberlo nunca, tenía su oportunidad y no pensaba cometer el mismo error por segunda vez, mientras se alejaba Planaria pudo escuchar la extraña risa del ser, aún demasiado aturdido para ponerse en pie, pero no lo suficiente para activar el dispositivo de su brazo izquierdo, tendría su gran final, su muerte sería recordada y cantada por los jóvenes.

Un pitido intermitente se escuchó procedente del Depredador mientras continuaba riendo, el pitido se iba acelerando poco a poco hasta que unos segundos después una gran explosión creó un profundo cráter en medio del bosque, los árboles que antes habían sido los enemigos del mutante se tornaron entonces en sus aliados, frenando la onda expansiva y protegiendole de lo peor de la explosión, ya no tendría que preocuparse más de aquel ser.