Sucesos ( Vanquishers ) 12-11-2018

Dalae observó, sorprendida, cómo su compañero de equipo se desplomaba en el suelo con un ruido sordo. La reacción fue casi instintiva: Sin decir nada, la asgardiana saltó de su asiento y se agachó junto al herido, buscándole el pulso en el cuello. Seguía vivo. Aunque cualquiera lo diría por su aspecto, la verdad.

- Rip, ¿Crees que puedes curarlo?

Ante la respuesta afirmativa, Dalae creó una figura de hielo bastante grande, con apariencia humana, que cogió al albino para llevarlo a la enfermería, siguiendo a Rip. Mientras tanto, la asgardiana se aseguró de que nadie le hubiera seguido hasta allí. Peinó el terreno junto con Superpredador y Rifen, en busca de cualquier señal de intrusos en la zona, sin encontrar ni rastro de vida. Por suerte, el infalible olfato de Superpredador facilitó mucho esa tarea.

Slyferius estubo 2 días más inconsciente, mientras se recuperaba de sus heridas. A veces, murmuraba cosas incomprensibles, por lo que tubieron que esperar a que despertara para descubrir todo lo que había ocurrido: La transformación de Hulk, la pelea... Y lo más inquietante, el robot que el doctor Banner había estado fabricando. Por suerte, parecía ser que los agentes de SHIELD no lo habían visto. Pero era seguro que investigarían aquello, y el riesgo estaba ahí, en algún lugar.

- Disculpadme un momento. Tengo que pensar esto con calma.- Respondió, cuando empezaron los murmullos entre los miembros del grupo.

Inmediatamente, salió de la sala principal, donde estaban reunidos, para ir a la terraza. Necesitaba tomar el aire para pensar con claridad, para encontrar alguna solución a todo eso. Sus ojos se posaron sobre el anillo que siempre llevaba encima. Loki. Solía ser la solución a todo, pensó. Por poco que le gustara recurrir a él, esta vez era algo realmente grave, y él tenía que saberlo todo en primera persona. "¿Loki?" La verdad es que Dalae aún no había utilizado nunca el regalo de su maestro, así que no estaba segura de si podía oírla. "Necesito que vengas. Es importante."

Estaba reunida con  los miembros del grupo cuando sintió Como entraba sly y caí al suelo luego de emitir unas palabras dalae le pregunto si podía curarlo a el pues lo habia hecho en varias ocasiones rip asintió y de inmediato lo trasladaron a la enfermería de inmediato y al instante fue en busca de sus ungüentos curativos y pócimas para ponerse a trabajar de inmediato mientras los demás se  ponían a constatar e que nadie lo había seguido, aquellos duro 2 largos  días en los cuales sly no despertó y en los cuales ella no durmió tratando de que su compañero se recuperara y despertara finalmente  despertó y ahora lo que había escuchado no era  nada alentador pero s increíble lo que le hacia un milagro el que estuviera vivo vio a dale preocupada salir afuera  de la sala ella solo se quedo mirando pensativa a cada uno de los presentes y un pensamiento recorría su cabeza.

Espero que esto no  Sea una bola de  Nieva Que nos aplaste a todos

Mientras mostraba su sonrisa   infantil tratando de que nadie adivine sus Pensamientos

- Jaque...- susurró Loki mientras movía el alfil hasta una casilla blanca, quedando en diagonal con rey negro. Leah tenía varias opciones para salvar a su rey, moverlo a la siguiente casilla segura dónde quedaría acorralado en las siguientes jugadas, o sacrificar a la reina negra. Loki se llevó la mano al mentón, sonriendo divertido mientras observaba el frío e imperturbable rostro de su contrincante. La diosa era bastante buena jugando al ajedrez y no se daría por vencida fácilmente, aún tenía varias maneras de contraatacar.

Pero los pensamientos de Loki quedaron perturbados cuando la voz de la hechicera Dalae llegó a sus pensamientos.

- Hablando de piezas en el tablero...- comentó el dios mientras se levantaba de la silla de hueso y se acercaba a una mesa con tablero más grande que había instalado en medio de la sala del trono de Niflheim. En la superficie podía distinguirse un enrome dibujo de los nueve reinos, y otro más grande todavía de Midgard. Encima del tablero habían varias figuras que se reconocían bastante bien y se identificaban con personas reales. En Asgard estaba Odín y su madrastra Frigga, sentados en el trono de la ciudad dorada. La figura de Thor había abandonado su hogar y Loki la había colocado en la ciudad Nueva York, dónde ahora se encontraba. Al parecer el hermano del Dios también estaba buscando lo que le pertenecía...

Loki se acercó a las figuras de Nueva York, allí estaban representados los Vengadores, bastante dispersos y desorganizados. El dios sonrió divertido al verlos y llevó sus dedos hacia dónde se encontraba la figura de Steve Rogers y con un golpecito la tumbó en el tablero. Con otro chasquido, aparecieron nuevas figuras ocupando el lugar que parecían proteger los Vengadores. Loki modeló a una chica de cabellos largos negros y un bastón de dragón, a su lado otra muy parecida pero con una pistola. A la izquierda de ésta había un hombre deforme y bastante corpulento. A la derecha del último otro hombre con la boca más grande que su cuerpo, y en medio una figura con gabardina roja y el pelo blanquecino.

- Curioso equipo el que ha reunido Dalae... tendré que ir a echar un vistazo a ver quienes son... - comentó, girándose de nuevo para mirar a Leah.- mientras te lo piensas, iré a hacer una visita a Dalae, parece que tiene algo importante que decirme...

Loki había estado muy ocupado los últimos meses con sus planes y conspiraciones, así que no había tenido tiempo para hablar con Dalae de sus misiones, sobretodo después de los acontecimientos de Fearland. Por suerte, se había despachado a varios de sus enemigos por el camino...

A demás de cumplir los objetivos que Omega tenía marcados para los Vanquishers, el dios de las mentiras le había pedido a Dalae que reuniera a un cierto perfil de personas que estarían dispuestas a luchar por sus objetivos y que fueran fáciles de persuadir.  Ahora que estaban todos, había llegado el momento de conocerlos y hacer un trato con ellos. Un buen momento para buscar el nombre de su propia armada.

Tras despedirse de la diosa de los muertos, Loki se teletransportó a un castillo abandonado en Europa, dónde sus aliados habían construido su propia base de operaciones. 

El hombre se materializó a espaldas de la hechicera sin que ella se diera cuenta y con una sonrisa malévola susurró como una serpiente a espaldas de su ayudante:

- ¿Me has llamado...Dalae? ¿Qué es eso tan urgente que tienes que contarme?

La aludida sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando oyó la voz de su maestro. ¿Por qué se empeñaba siempre en aparecer por sorpresa?

- Un miembro del grupo ha vuelto de su última misión medio muerto. Lleva dos días inconsciente, y trae malas noticias. Será mejor que lo veas en persona.

Dalae hizo un resumen rápido y sin rodeos, y condujo al dios hasta la enfermería donde reposaba el mutante herido. Allí, escucharon en silencio el relato de Slyferius. Hulk de por sí ya representaba un grave peligro, así que un ser que lo redujera con esa facilidad... Además, parecía ser que habían intervenido agentes de SHIELD, y era de suponer que no habían podido hacer nada. No estaban preparados para algo como aquello.

Dalae recorrió con la mirada a su compañero. Parecía agotado, aunque había mejorado mucho gracias a los cuidados de Rip. De todas formas, el mero hecho de contarles aquello le había dejado sin aliento. No lo reconocería nunca, pero estaba sinceramente preocupada por el midgardiano. Pero había que ir paso a paso. Los Vanquishers no conocían a Loki todavía.

- Creo que, antes de nada, deberíamos hacer las presentaciones. Él es Loki, el legítimo rey de Asgard y mi maestro.

Antes de que les diera tiempo a asimilar eso, la joven presentó rápidamente a todos los Vanquisher, explicando brevemente sus poderes y habilidades desde la telequinesis y las explosiones de Slyferius hasta las invocaciones y espejismos de la hechicera conocida como Rip. Incluyó también una descripción de lo que se sabía de Superpredador, lo cual no era demasiado, y del gothamita Bane. Este último, aclaró, era un aliado externo al grupo, pero en principio se podía contar con él.

Al escuchar el comentario De sly No pudo evitar sonreír se había acostumbrado a la actitud Bad Boy de él y solo se limito a Mirarlo y luego responderle usando su elegante carácter

Sé Que muy en el fondo me quieres sly por eso lo dices Creo que hasta puede que te guste quieras conmigo pero eres muy joven para ti no como niños no soy el cuco

Al ver La expresión desagrado de él se limito a sonreír hasta que alguien arribo a la sala Se quedo helada Y se Saco los anteojos y los limpio y se los puso, se los saco y se froto los ojos varias veces muchas veces había soñado con ese momento y por fin había llegado Sus ojos Mostraban una emoción sin igual tantas veces había discutido Con los Mejores eruditos Su expresión era más infantil que nunca Parecía una niña que vio La cosa más maravillosa del mundo Por fin había confirmado lo que siempre creyó había dioses En otros panteones Su mirada y expresión eran las de su mejor día de la vida escucho todo y solo se limito a mirar

El dios asintió a Dalae y la siguió con su siempre semblante tranquilo a dónde se encontraba costado Slyferius y el resto de miembros de los Vanquishers.

El hombre escuchó con cautela la historia, analizándola punto por punto y sonriendo ligeramente divertido el escuchar varios nombres que le resultaban muy familiares.

- Así que el doctor Bruce Baner... - susurró Loki ligeramente divertido - veo que ese hombre sigue siendo una marioneta idiota. - comentó, recordando como si fuera ayer cuando su antigua personalidad había querido invadir Midgard por primera vez usando a Hulk como carne de cañón. Había sido tremendamente fácil lavarle el cerebro a aquella criatura descontrolada, pero tuvieron que intervenir los Vengadores para fastidiarle el plan...

- Es muy interesante lo que has hecho Slyferius, ahora mis antiguos conocidos... "los Vengadores" se estarán peleando entre ellos y perderán su valioso tiempo buscando una solución al ataque de Ultron. Mientras están distraídos nosotros podemos iniciar el siguiente paso...

Loki colocó sus brazos detrás de su espalda y dio un pequeño paseo por la habitación bastante pensativo. Entonces se detuvo y empezó a dar su discurso.

- Como bien sabéis, las cartas que habéis estado recibiendo con los atentados son obra de una organización llamada Omega. No se quién está detrás de esa organización ni qué es lo que quieren, pero he hablado con uno de sus integrantes que ha descubierto que no sigo muerto... - en un pequeño instante, el rostro de Loki se contrajo ligeramente. Al parecer no le gustaba que alguien hubiera averiguado que todavía seguía vivo. - La conclusión de esto es la siguiente: Ellos me ayudarán a mi y yo les ayudaré a ellos. Será una alianza temporal hasta que mis planes se cumplan...

Loki dio un paso a delante y se situó al lado de su aprendiz.

- No se que os habrá contado Dalae de mi, pero os voy a dejar las cosas claras. Estoy formando un ejército y necesito a gente como vosotros que lideren al resto de tropas. Cuando estemos preparados entraremos en guerra con los nueve reinos, hasta entonces tendréis que seguir una serie de órdenes mías. Si vuestra lealtad hacia mí va por encima de la organización a la que ahora trabajáis, es decir, la organización Omega, seréis recompensados con mis servicios y protección. De momento Omega y yo hemos llegado a varios acuerdos, pero si se diera el caso en el que rompiéramos el trato tendréis que escoger un bando. Seguir a Omega o seguirme a mí.

La voz de Loki se volvió dura y sus palabras estaban tan afiladas como cuchillos. El dios de las mentiras miró a cada uno de los miembros de los Vanquisher y sus ojos verdes terminaron posándose en Slyferius.

- Decidme pues... ¿de qué lado vais a estar? 

"-No... "

Dalae se mordió el labio para evitar decir lo que su conciencia le espetaba a voz en grito. Por si no fuera suficiente con que ella estuviera en las manos de Loki, además había arrastrado sin apenas darse cuenta a otros a esa situación. Eso no podía ser bueno. Y Slyferius se había metido de lleno en el problema, alegando, encima, que estaba en deuda con ella. Bravo. Por una parte, se sentía muy contenta: Después de todo, Loki le había encomendado la misión de reclutar oficiales para su futuro ejército. En el fondo de su ser, sabía que llegaría el día en que entregaría a sus compañeros, abandonándolos a la voluntad del legítimo rey de Asgard. Sabía que eran mercancía, el pago de la deuda que había contraído con el dios al ponerse bajo sus órdenes. Después de todo, eran midgardianos. Seres inferiores, que no se podían comparar con los dioses. Pero a pesar de todo, no podía quitarse de encima una sensación amarga que se parecía demasiado a la culpabilidad. Un sentimiento del que alguien como ella debía huir como de la peste, antes de que pudiese ablandarla. No podía permitirse ser tan humana como para compadecerse de los mortales.

El albino no parecía estar en su mejor momento precisamente, por lo que no sería difícil que Loki lo manipulara. Rip creía en los dioses, siempre había defendido su existencia. Conocía las leyendas midgardianas sobre ellos, pero no tenían no punto de comparación con la realidad. Solo podía imaginar el destino que se le venía encima a partir de historias distorsionadas por el tiempo y la imaginación de los hombres. Y Superpredador... Directamente, los "argumentos" para influenciarlo no eran muy complicados. La dosis justa de comida, amabilidad y confianza y la criatura se daría por convencida.

Pero, por supuesto, Dalae no era quién para interrumpir a su maestro. No podía decir que no había sido avisada de lo que pasaría con los elegidos. Pero eso no era lo peor. Loki había sido descubierto. Dalae había actuado varias veces para salvaguardar ese secreto, arriesgándose a afrontar cosas que ni siquiera habría podido imaginar hacía tres años. Entre ellas, su primera misión: El horror vivido en Chicago no se olvidaba con facilidad. Sin embargo, aquella sociedad había destapado todo. Dalae sabía, sin embargo. Había tratado con Cráneo Rojo, miembro de Omega y a su vez líder de HYDRA. Sus objetivos parecían curiosos a los ojos de la hechicera: Tanto odio hacia seres tan parecidos a tí mismo no era lógico, a menos que hubiera algo más. Bueno, ya tendría tiempo de estudiar con tranquilidad ese tema en qualquier otro momento. Pero no ahora.

En silencio, para no interrumpir la labor del Dios de las Mentiras haciendo uso de su arte, se apoyó en la pared con ademán pensativo. ¿Realmente quería eso?¿De verdad ellos tenían que pagar con su vida por la de ella? No sabría decirlo. Solo sabía que estaba viva. Que era libre. Pero tenía que pagar de algún modo, sin importar el precio.

Luego de escuchar las palabras de loki recupero su compostura se saco los lentes y se los limpio le tiro un poco de aliento y saco un pañuelo para luego de limpiarlos Poner en su lugar su corbata y tomar un trago de agua, cerró los ojos y tomo una bocanada de aire antes de finalmente contestar.

Estoy totalmente dispuesta a ayudarlo señor Loli tengo muchas cosas que acumule en mis años de investigación que será un honor probar para usted y ponerlas a su completa ayuda para hacer lo que sea necesario por usted yo no puedo morir sin cierta Cosa, tengo muchos contactos en el inframundo Y con mi maestro seigram que pondré a su disposición pero….

En ese momento hizo un silencio y volvió a hablar.

Quiero estar a la altura de las circunstancias quiero ser más útil me gustaría aprender a luchar cuerpo a cuerpo y con armas así estaré preparada para la batalla.
Hizo otro silencio y dijo algo Más

Lo puro se ensucia, lo sucio se purifica, lo bueno se vuelve malo, lo malo se vuelve bueno, todo lo que vive muere y lo que muere renace.
Es la vedad de todo.

Se quedo en silencio

Interesante, todo se volvía cada vez más interesante. El dios de las mentiras sonrió satisfecho para sus adentros mientras escuchaba a los nuevos miembros de su armada.

- Bien pues, si ambos estáis de acuerdo con las condiciones, podéis firmar el contrato...

Loki chasqueó los dedos, y de la nada aparecieron dos pergaminos dorados junto con su pluma del mismo color. La magia en el material era evidente, y era tal la grandeza el poder de la palabra que todo lo que estaba grabado en el papel era irrompible.

- Entregadme vuestra voluntad y yo os protegeré. Traicionadme y solo os quedará la muerte...

El dios de las mentiras observó a cada uno de los miembros de los Vanquishers firmar su contrato de servicio y una vez hubieron terminado, los pergaminos desaparecieron con el mismo chasquido de dedos. 

- Bienvenidos a mi nueva armada. - sonrió divertido mientras miraba a sus nuevos miembros. Slyferius y Rip eran buenas piezas que usar para su guerra.

- A partir de ahora os dirigiréis a mi por el nombre de Lygiherr. Mi identidad será totalmente secreta y nadie fuera de este círculo podrá saber que Loki Laufeyson sigue vivo. Por consiguiente, tenéis una nueva tarea...

Loki volvió a chasquear los dedos, pero esta vez no aparecieron pergaminos, si no una imagen en tres dimensiones de algo parecido a un cubo.

- Esto es el cubo cósmico, o también llamado Teseracto. Hace ocho meses perdí este artilugio mágico cuando aterricé en Midgard y anda desaparecido desde entonces. Es de vital importancia que lo encontréis antes de que alguien más lo haga. Si lo encontráis, avisadme lo más pronto posible, pero sobretodo no intentéis cogerlo. Si lo hacéis, es posible que muráis trágicamente. Sólo alguien con una fuerza mágica como la mía podría controlarlo...

Aclarado aquel punto, Loki dio por terminada la reunión con su grupo y dio las últimas órdenes para que se pudieran poner las cosas en marcha. Una vez Slyferius y Rip se hubieron marchado, el dios se acercó a Dalae y con sencillo gesto le cogió los cabellos negros y después los deslizó suavemente por sus dedos

- Te has portado muy bien, Dalae... - sonrió con picardía - me has traído a unos sujetos muy interesantes. Quiero que pongas tus ojos sobre ellos y si ves un mínimo índice de traición... quiero que los elimines. ¿Entendido? 

El dios se alejó de la hechicera y le dio la espada durante unos momentos mientras el hombre quedaba pensativo. Después volvió a girarse con una sonrisa traviesa en la boca.

- ¿Hay algo más que quieras contarme?

A Dalae le entraron ganas de sacudir a ese par. Literalmente. "-Son imbéciles. Los dos." "-Totalmente. Tienen otra salida, y aún así firman. ¿Por qué?" La incredulidad se veía retratada en la cara de la pupila de Loki mientras le veía pactando con Slyferius y Rip. En ese momento, el dios sonriente les explicó lo que debían hacer. Oficialmente, Loki era Lygiherr, un anciano mago humano de vida modesta. Sabio, pero agotado y sin poderes fuera de lo común: La clase de persona a que nadie del mundo mágico miraría dos veces.

Claro que había que mantener esa imagen. Todo el mundo creía que el hermanastro de Thor había caído por el Bifrost el día en que la mundos chocaron, pero los que mejor conocían al dios de las mentiras sabían que no se daría por vencido con tanta facilidad. Otras veces se había encontrado su cuerpo o había expirado ante miles de testigos, para reaparecer a pesar de todo, así que era lógico que ciertos seres se interesaran por el tema. Aparte de esa cuestión, se les reveló su misión principal: Recorrer Midgard en busca del Teseracto. Dalae veía solamente un problema a esto. Ella se creía capaz de soportar la tentación de reclamar el cubo. Pero, ¿y ellos? Los midgardianos eran conocidos por su soberbia y su ambición desde siempre, y aquellos dos en particular tenían una sed de poder muy poco conveniente para sus planes. Lo más probable es que su maestro ya hubiera pensado en ello: Poseía la rara habilidad de tener siempre un plan para todo. Dalae había oído algunas cosas sobre las conocidas como Gemas del Infinito, entre ellas, que destruían a sus portadores si no sabían manejarlas, lo cual ocurriría si Rip o Slyferius sucumbían a las ganas de tener más poder. No le extrañaría mucho si eso fuera verdad completamente.

Al fin, Loki despidió a sus nuevos soldados. La chica sintió tentaciones de irse también, pero no lo hizo. Se quedó clavada en el sitio, preparada para escuchar las instrucciones de una misión suicida o información secreta sobre la élite mundial. Lo que fuera. Pero, en lugar de eso, notó como Loki se le acercaba mucho más de lo que había hecho hasta entonces. Atrapó la mirada azul de Dalae en sus ojos color esmeralda, sonriendo como si estuviera disfrutando lo indecible cada palabra. Para qué engañarnos: Lo más seguro era que para él esto fuera realmente divertido. Pero no más que ella disfrutaba la fugaz caricia, enrojeciendo muy a su pesar.

-Gracias. Sabes que no me importa hacer lo que haga falta, Loki.

Después de todo, matar a sus conocidos no sería lo peor que había hecho. Y más si eran ellos los que ponían en peligro al plan y a ella misma. Cuando acabó de decir esto, se giró, rompiendo el contacto visual. El sentido común de la hechicera lo agradeció mucho en el fondo. Aunque ella no lo reconocería nunca, Loki le daba miedo, y no quería parecer débil ante él. También preguntó por si había otra cosa importante que tuviera que contar. Oh, sí. Claro que la había, y no le iba a gustar precisamente.

-Hace tiempo, Omega nos encomendó la misión de preparar un método para neutralizar metahumanos. Blair Van der Woodsen, la tecnópata que necesitábamos para los últimos ajustes acabó escapando con vida gracias al Capitán América y un héroe del otro mundo. Me vió la cara, y es posible que me reconociera si me volviera a ver. Además, el héroe del otro mundo fue el que me atacó en la Antártida. Empiezo a ser un rostro conocido en Midgard, y eso puede complicarme el trabajo.

Respiró hondo, preparándose para recibir la ira del dios más cruel de Asgard. Sabía de sobras que Loki no toleraba los errores de ningún tipo.

FDI: Y Loki dice adiós a Sly y Rip, que se han muerto después de este tema xD si es que persona con la que hace tratos persona que se muere... xDDDDD

- No espero menos de tí, Dalae... eres mi más fiel servidora. Espero que esta actitud siga así por mucho tiempo y te prometo que serás recompensada por ello...

Dalae conocía muy bien lo que Loki era capaz de hacer, y podía sentirse segura de cualquier peligro a su lado. De cualquier cosa, menos de lo que él emanaba.

- Interesante, así que Omega pretendía neutralizar metahumanos... muy interesante... - los ojos esmeralda se movían de izquierda a derecha, cómo si estuviera calculando algo mentalmente. Era obvio que la organización de villanos Omega no le iba a contar todos sus planes a Loki, así que el dios agradecía el más mínimo detalle de cualquier información que Dalae pudiera ofrecerle de aquellos malvados. La aprendiz del embaucador había aprendido durante el poco tiempo que había estado con su maestro, que la información era lo que realmente dominaba el mundo.

- ¿Qué has dicho? - dijo entonces el joven dios acercándose peligrosamente a Dalae. - ¿ELLOS te vieron la CARA?-

Loki apretó ligeramente sus dientes afilados y su mandíbula se tensó.

- ¿Es que no has pensado en las consecuencias? ¡Esta nimiedad podría estropear MIS PLANES! -

Para Loki cualquier detalle era importante, pues todo lo tenía pensado y calculado hasta el extremo. Un grano de arroz era capaz de desequilibrar una balanza. El Capitán América y el misterioso hombre de verde ya conocían el rostro de Dalae, y si la perseguían o la atrapaban tendría que dar la cara por ella. El trato era el trato, y mientras Dalae le fuera fiel Loki iría a dónde fuera para sacarle las castañas del fuego. Una ventaja por una desventaja, y así era cómo todo estaba equilibrado y en perfecta armonía. 

Dalae notó la fuerza mágica de Loki aumentar con rapidez, y sintió por un momento que el dios descargaría toda esa gran energía sobre ella para castigarla. Pero el embaucador se encontró con los ojos azules y temerosos de la mujer, y entonces recuperó la compostura. Se llevó una mano a su frente y empezó a masajearla mientras dejaba escapar un suspiro frustrado.

- Esa estúpida organización Omega puede ponerte en peligro... - el hombre chasqueó los dedos y sacó del tejido de la realidad una pequeña pulsera de color esmeralda. Las preciosas piedras estaban todas colocadas en fila y dentro de una fina cuerda de oro. El hombre alargó su mano y le colocó a Dalae la pulsera en su muñeca derecha.

- Mientras lleves esto podrás cambiar tu aspecto. La próxima vez que te vean esos dos hombres serás alguien totalmente diferente para ellos... -explicó- pero ten cuidado, la pulsera es frágil y alguien podría quitártela si no vigilas.

El hombre se separó de la hechicera y después de otro largo suspiro se decidió a hablar de nuevo.

- Espero que no vuelvas a fallarme, Dalae - 

FDI: Loki es un gran inventor y puede crear miles de artilugios. Te abriré la ficha ahora para que puedas colocarte la pulsera en el inventario.


Pulsera de Esmeraldas: Permite a su portador cambiar su aspecto físico a ojos de los demás durante 12 horas seguidas. El objeto es mágico, por lo que será una ilusión que envuelve a Dalae y le da la forma que ella desee. El objeto necesitará recargarse las siguientes 12 horas, con lo que sólo podrá utilizar la pulsera una vez al día (o una vez por tema), y cambiar como máximo tres veces su aspecto mientras está usando la pulsera. Si el conjuro se acaba ella lo sabrá porqué empezará a verse a sí misma en espejos o materiales reflectantes.
- Un mago poderoso podría darse cuenta de que está usando un objeto mágico para ocultar su identidad.
- La pulsera es frágil, un estirón o un golpe fuerte en la muñeca podría romper el hilo y dejar sueltas las cuentas. El hechizo se rompería y sólo podría arreglarse la pulsera si se recogen todas las piedras esmeralda. 

OOC:

Dalae había estado a punto de morir varias veces a lo largo de su (para ella corta) vida. Más que varias, muchas. Pero sabía que lo que Loki le daría sería cualquier cosa menos una muerte rápida e indolora. No, eso era todo un privilegio, uno al que no tenía derecho en ese momento. Si por algo se preciaba su maestro, aparte de por su afilada lengua y su magia, era por su vasta creatividad, siempre paralela a la crueldad de sus acciones en esos casos. Si sobrevivía a aquella noche, seguiría siendo útil para continuar el juego del dios, aunque el castigo sería doloroso. La visible satisfacción que Loki había sentido momentos antes se había disuelto en una expresión de ira. Ya daba lo mismo lo que hubiera descubierto, el plan de el Mentiroso se había visto distorsionado, por su culpa. Y eso, por lo que sabía Dalae de su señor, era algo intolerable. El ambiente se cargó de magia, como la electricidad que se nota en el aire cuando está a punto de desatarse una tomenta. En un parpadeo, la joven y el encolerizado príncipe quedaron a un palmo de distancia el uno del otro.

Ella se mordió el labio, nerviosa. No iba a gritar, se prometió a sí misma. Pero no ocurrió nada. Loki se apartó, relajándose de nuevo, pero ahora sus facciones se habían tornado serias y pensativas. Por su parte, la cabeza de Dalae trabajaba a toda velocidad, buscando el modo de adivinar lo que pasaría a continuación. ¿Tendría que ir a dar caza a quienes la habían visto? Eso sólo podía dar problemas, más que soluciones.

-Esa estúpida organización Omega puede ponerte en peligro...

Ella prefirió no responder a aquello. Si cumplía los encargos de Omega era por hacer honor al acuerdo al que habían llegado ese grupo de villanos y Loki. Lo cual no significaba ni muchísimo menos que ella sintiera la menor simpatía por ellos o sus "ideales". O intento de ideales: Conquistar el mísero mundo de Midgard era una meta pobre bajo su punto de vista. No era nada comparado con los mundos que se extendían más allá. Pero un trato era un trato: Ella simplemente estaba allí donde se la necesitaba, y además se beneficiaba de tener a unos aliados poderosos cubriéndole las espaldas. Era toda una pena que esa misma Omega no tuviera las espaldas cubiertas contra su supuesto aliado.

Dalae pudo sentir como la realidad se convulsionaba ligeramente sobre la mano derecha del dios, quien usó sus poderes para crear una pulsera de dos vueltas de cuentas verdes. Brillaba, con esa luz especial que tienen todos los objetos mágicos a los ojos de quien sabe apreciarlos. Ya sabía lo que tenía que hacer: Extendió mansamente la mano, para que él pudiera colocarle la joya con comodidad.

-Mientras lleves esto podrás cambiar tu aspecto. La próxima vez que te vean esos dos hombres serás alguien totalmente diferente para ellos... Pero ten cuidado, la pulsera es frágil y alguien podría quitártela si no vigilas.

-Le daré buen uso. -Deslizó sus dedos sobre las pequeñas esferas del color del jade. Aún estaba calientes al tacto, recién forjadas. Miles de planes diferentes bullían dentro de su mente. Ahora, podía ser cualquiera. Eran tantas las posibilidades... Y así podría pasar ante las narices del mismísimo Thor con total tranquilidad. Por último, dirigió su mirada hacia el lugar nde se encontraba el embaucador. Suspiraba, como meditando sobre las últimas noticias que habían llegado a su conocimiento. Nuevos soldados con una nueva misión, nuevos detalles de ese nuevo mundo... Todo tenía que ser tenido en cuenta para predecir y cambiar el destino.

-Espero que no vuelvas a fallarme, Dalae.

-No lo haré, mestro."...por la cuenta que me trae", pensó.-Por otra parte, no es lo único que ha hecho Omega en este tiempo. También han estado bastante interesados en la zona conocida como Estados Unidos. Hace no demasiado, tuvimos una pequeña misión en su capital, Whasington.-Dalae procedió a contar con todo lujo de detalles lo sucedido el día en que Lex Luthor dio su discurso en la capital de su país. País al que trataba de convencer para que se le permitiera gobernar durante unos pocos años. Pero en poco tiempo, las cosas podían cambiar, y mucho.

- A partir de ahora vas a informarme de cualquier cosa que hagas para esa organización Omega. Quiero saber dónde estás y qué haces en cualquier momento, así que dejaré nuestro vínculo telepático abierto. Pero ni se te ocurra llamarme para tonterías, ¿de acuerdo? No toleraré ningún pequeño fallo más... - dijo el viejo dios de las mentiras, con la cólera aún retumbando en su voz.
 
La furia de Loki se apaciguó, y Dalae pudo sentirse algo más tranquila. A pesar de lo molesta que había resultado para su maestro, no lograba entender si en realidad hacía todo aquello porqué se preocupaba por ella o porqué un trato mantenía su peligrosa alianza. Loki era el rey de las mentiras, y fuera cual fuera la verdadera razón, nadie jamás la sabría. Ni siquiera él mismo.
 
Cuando la aprendiz le explicó los acontecimientos políticos que ocurrieron en Washington, Loki Laufeyson no pudo evitar soltar una carcajada.
 
- Entiendo... - dijo para sí mismo - al parecer a la organización Omega también le gusta jugar un poco con sus aliados... Bien, continúa con tu labor con ellos, estaré esperando a que den el siguiente paso...
 
- Si no necesitas nada más, me marcharé a seguir con mis asuntos. Buenas noches, Dalae...
 

Y tras aparecer la singular humareda verde que siempre acompañaba a Loki, éste desapareció entre el humo y la magia. Dalae se quedó sola en la base de los Vanquishers, a tiempo para meditar todo cuanto había sucedido aquella noche...

Tener el vínculo siempre abierto era algo realmente incómodo para Dalae. Significaba que en cualquier momento y lugar, su mente podía ser leída como un libro por ese ¿hombre o dios? Ya era difícil decirlo, pues tenía un poco de ambos, y a la vez no era ninguno de ellos. La cabeza de la chica era un lugar muy frecuentado,  por desgracia para ella. Entre las constantes intrusiones de Raden, y ahora esto, la privacidad de la aprendiz de Loki había quedado tirada por tierra. O más abajo aún, por el sótano o así. Suerte que no tenía nada que ocultar, de momento.

-No habrá más fallos, Loki.-Apenas un susurro brotó de de los labios de Dalae. No hacía falta alzar la voz para oírse entre ellos. De hecho, a veces la hechicera pensaba que hablaban en voz alta por pura costumbre, pudiendo comunicarse en silencio. Podía resultar inquietante, pero sin duda era más práctico para mantener secretos. Aunque si su maestro gritaba, ella podía pasarse un rato con dolor de cabeza, lo cual no era demasiado agradable.

Sin embargo, cuando mencionó a Omega, su actitud cambió radicalmente a una especie de híbrido entre cautela, meditación y... ¿Preocupación por ella? Las dos veces que la organización terrorista había sido nombrada, el embaucador había reaccionado de manera extraña. Por una parte, le pedía que siguiera en su posición, como si no le importara; pero por otra, le aconsejaba que tuviera cuidado.

-Nada más de momento. Las cosas van lentas en Midgard para ser un mundo tan vivo... Buenas noches.-Sabía de sobras que preferiría por encima de todo algún trabajo en otra dimensión, pero si la necesitaba allí, por algo sería. Normalmente, Dalae era puesta al corriente de esa clase de planes pocos días antes de su ejecución, cuando no unos minutos: Por supuesto que no sabía todo lo que le gustaría. Cuando el humo disipado, una neblina blanca ocupó su lugar. Raden salió de ella, bajo la mirada de odio que Dalae le dedicaba. El maldito cobarde.

-¿Qué? Siempre me dices que te dé algo de intimidad.

-Te dije eso, no que huyeras como un gallina en cuanto vieras algo serio.-Respondió ella, con un bufido. Con amigos así, quién necesita enemigos...