La Despedida [Libre]

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De vuelta en la calle, de vuelta a los viajes sin sentido sin rumbo sin fin, sin nada que hacer en la vida, sin nada que importe, había conseguido aquello que deseo desde el día que supo de sus poderes, control, evitar la posibilidad de dañar a alguien, pero no solo había conseguido eso gracias a Tony Stark, también había conocido la verdad sobre si, o al menos una verdad, no era un mutante, nunca lo fue, y por ende no tenía derecho a estar entre ellos, o eso siempre pensaba él.

Llevaba varias horas caminando, el camino era algo largo desde la mansión de los vengadores hasta la mansión X, más a pie, distraído casi sumergido en sus propios pensamientos, en aquel lugar también había enfrentado varios fantasmas de su pasado que hubiese deseado no despertar, y eso lo mantenían bastante ocupado en su mente, eso y claro, la decisión que había tomado, lo que estaba a punto de hacer.

Finalmente llego a la mansión, intento pasar de la mayoría, simplemente saludando, a los que quizá preguntaron por dónde se había metido en la noche simplemente no les contestaba, se dirigió a su habitación, llevaba aquel papel en sus manos, aquello que atestiguaba que él no estaba hecho para estar ahí, que no tenía derecho a sentirse parte de aquella gran familia que parecían ser los mutantes de la mansión.

Allí al menos había aprendido a no temer a sus poderes, a sentirse más cómodo a usarlos cerca de otros, y había recuperado en parte un cuerpo más decente debido a la comida diaria, aunque eso seguramente lo volvería a perder pronto.

Recogió sus cosas, su bolso que lo había dejado, adentro con su segundo cambio de ropa, se dio un baño aprovechando la situación, y luego salió, vestido como para irse, mochila con todas sus cosas colgada en la espalda, con casi el mismo aspecto con el que había llegado, paso por la puerta de la oficina de Tormenta, deslizo aquel papel, aquella prueba de ADN que daba la prueba de no ser lo que creía ser, y comenzaba a retirarse, buscando la salida, buscando perderse de vuelta, buscando volver a aquel bucle infinito en el que había vivido ya más de un año, ahora al menos con algo que podía evitarle cometer graves errores...

OOC:

Frenaba al escuchar la voz de Ororo, respiraba profundo, tranquilo, pensativo. -No tengo otra opción, no pertenezco a este lugar, nunca estoy cien por cien seguro de lo que hago, pero simplemente no veo otra opción, y siempre tendré un lugar a donde ir, la calle fue siempre mi lugar seguro, donde puedo estar más tranquilo...

Se giró, quedando frente a Tormenta cuando esta se acercó, levanto levemente la mano, pero solo para dejar caer la manga de su capa y mostrar el pequeño aparato que ahora tenía en la muñeca. -Con esto encima no podre lastimar a nadie, es lo que quería, es lo que tengo, y en parte me dio una respuesta, incompleta o no, respuesta al fin.

No tengo otras opciones, no pertenezco a este lugar, no soy uno de ellos, nunca lo seré, podría pasar años entrenándome y quizá ni siquiera sirva porque no soy un mutante, quizá lo único que me hacía progresar era mi creencia de serlo, un simple y patético efecto placebo, pero con esto ya no existe peligro de que lastime a alguien, puedo vivir en paz, puedo alejarme en paz de las personas, de la gente, mis poderes no son un peligro ya, pero mi mente siempre existió, siempre existe, y siempre existirá, y esta si lo es, un peligro que he controlado desde que recuerdo...

-Gracias por todo.

Dejo aquellas palabras con sinceridad, con tranquilidad, raro verlo tranquilo, siempre con ese aspecto medio nervioso, pero no era una tranquilidad como la que se veía solo cuando entrenaba, cuando estaba en contacto con la naturaleza, era una tranquilidad que solo se asemejaba a la frialdad, a la tristeza, cuando la mente llega a aquel punto en el que ya tomo una decisión, que no le gusta, pero que no ve otra opción, es tranquilizante en parte, y triste, necesitaba pensar, necesitaba algo, una razón de ser, una razón de existir, de necesitar aquellos poderes que tenía, pero mientras no tuviese eso, era la vida de vagabundo que el mismo había elegido para sí mismo, la única respuesta, y la única solución...

PD: si nadie tiene más que decir, lo puedes mandar a cierre