[Mini-evento] Buenos vecinos [Ubicación: USS Corageous]

El portaaviones se encontraba justo en las coordenadas que le habían sido entregadas. El Blackbird era de despegue vertical, por lo que no tuvo ningún problema en aterrizar sobre la superficie del gigantesco navío. Una vez realizado el despegue había puesto el avión en modo automático y había aprovechado para ponerse el uniforme. Esta vez no le ocurriría como en la noche de Halloween, iría preparado. El uniforme de los X-Men estaba reforzado con kevlar, lo cual le proporcionaría mayor protección si llegaba verse en situación de combate directo, aunque esperaba no tener que llegar a eso. También había cogido las tonfas, sólo por si acaso.

Varios soldados acudieron a su encuentro cuando bajó la rampa del avión. Los hombres le inspeccionaron y le pidieron que entregara sus comunicadores. Inicialmente se mostró receloso, pero finalmente accedió a sus demandas e hizo lo que le pedían. Cuando todo estuvo en orden, se ocuparon de escoltarle hasta la sala de reuniones, donde había varias personas; la mujer a la que había visto en el comunicador, un hombre al que no conocía, el superhéroe mundialmente conocido como Iron Man y una hermosa mujer a la que no había visto en su vida, pero que iba vestida de una manera ciertamente peculiar y que parecía profundamente dormida. No vio al tal Batman por ninguna parte, ni a Batwoman, pero al menos tampoco estaba Furia.

- Buenas tardes, señor Stark, señora Waller... Soy Dragoslav Katich.

Dicho esto, aguardó en silencio a que alguien le explicara qué estaba él haciendo allí, sin quitar la vista de encima a los soldados armados en ningún momento, preparado para volverse invisible a la menor señal de peligro.

El hombre ataviado de murciélago llegó al fin, pero Eclipse apenas tuvo tiempo de fijarse en él porque tal y como entró en la sala de reuniones se precipitó sobre la mujer a la que había creído dormida y le tomó el pulso.

Lo siguiente sucedió muy rápido; El murciélago se incorporó, agarró al hombre que había intentado detenerle el paso y le estrelló la cabeza contra el borde de la mesa con una violencia totalmente inesperada y repentina. Acto seguido, y antes de que Eclipse pudiera terminar de procesar lo que acababa de suceder, ofreció una clara explicación para sus actos con sus siguientes palabras: la mujer no estaba dormida, sino drogada, y había sido Amanda Waller la culpable.

Eclipse no cabía en sí de asombro. No, definitivamente aquella organización no se parecía en nada a S.H.I.E.L.D. Nick podía tener muchas faltas, y sin duda estaba dispuesto a muchas cosas para conseguir sus objetivos, incluido el engaño, pero... ¿drogar y secuestrar a alguien? Lo dudaba. Incluso el viejo Furia tenía sus límites. Limites que por lo visto Amanda Waller estaba dispuesta a superar sobradamente. La cuestión era por qué no estaba Furia allí si aquello era, tal como había escuchado en el vídeo, un intento de colaboración entre las dos organizaciones.

La situación no hizo más que mejorar cuando la tal Waller sacó una pistola y encañonó con ella al vigilante. Las manos de Eclipse se afianzaron en torno a las empuñaduras de las tonfas. Momentos más tarde, la mujer apartó el cañón de la pistola del justiciero y apretó un botón que provocó la aparición de dos sujetos más en la escena, con intenciones más que obvias. La mentalidad analítica y fría del mutante los examinó con precisión quirúrgica; uno de ellos tenía fijados a las muñecas lo que parecían ser dispositivos de disparo (el cristal con forma de mirilla que tenía en el ojo reforzaba esta impresión) mientras que el otro se mostraba, en apariencia, desarmado. Eso sólo podía significar que, o bien tenía un arma oculta en alguna parte, o su verdadera habilidad era el combate cuerpo a cuerpo. Lo que estaba claro era que no podían tratarse de tipos normales si Waller pretendía utilizarlos para reducir a tres (no, cuatro, la muchacha estaba empezando a despertarse) héroes.

Durante todo el discurso de Amanda se dedicó a observar disimuladamente a los dos tipos, más pendiente de sus movimientos que de las palabras de la mujer. Cuando hizo su última pregunta, se habría quedado inmóvil y en silencio, pero entonces Stark hizo su movimiento. Independientemente de lo prudentes o no que le parecieran sus palabras, desde luego no le faltaba razón.

Eclipse había estado todo el tiempo en tensión, preparado para saltar a la menor señal de alarma. En el mismo instante en que los dos miembros del Escuadrón Suicida se movieron, sucedieron tres cosas;

La primera fue que Eclipse desapareció. Sin más. Sencillamente se desvaneció.

La segunda fue que la armadura de Iron Man procedió a encañonarles con sus armas como si tuviera vida propia.

La tercera fue que tanto el Capitán Boomerang como Deadshot hicieron amago de intentar apartarse de la trayectoria del robot para atacar, pero un súbito fogonazo de luz estalló justo delante de sus ojos, deslumbrándolos y haciéndoles gritar de dolor. Justo después se escuchó un golpe sordo y el Capitán Boomerang se desplomó inconsciente al suelo, como si le hubieran golpeado con fuerza en la nuca. Finalmente, Deadshot, todavía ciego y aturdido, echó la cabeza hacia atrás y se llevó las manos a la garganta, como si algo le estuviera estrangulando.

Eclipse reapareció en ese instante. Tenía la tonfa atravesada sobre la nuez del villano, apretando la empuñadura con la mano derecha y el extremo contrario con la cara interna del codo izquierdo al tiempo que apoyaba la rodilla en su espalda para otorgar mayor presión a su agarre, conformando una poderosa prisión de la que le sería muy difícil librarse.

Era hombre de pocas palabras, así que no dijo nada. Sencillamente miró a Iron Man en señal de apoyo, a Batman en busca de instrucciones y a Waller para ver si recapitulaba. Al fin y al cabo, no la conocía. No sabía lo que era Cadmus y ni siquiera tenía la más remota idea de lo que estaba él haciendo allí o por qué había sido escogido, siendo como era uno de los mutantes menos conocidos de la Patrulla. Lo único que sabía era que, nada más llegar, había encontrado a una heroína drogada que parecía haber sido conducida allí en contra de su voluntad (lo cual le traía por cierto recuerdos muy malos de cuando combatía las mafias de prostitución en Colombia), que al compañero de Batwoman lo habían encañonado y que la tal Amanda Waller había hecho venir a sus perros para amedrentarlos. Era suficiente como para mosquear a cualquiera, y él no era conocido precisamente por su paciencia, o porque acostumbrara a dejarse avasallar.

Ra's Al Ghul... Vandal Savage... A Eclipse no le sonaban ninguno de esos nombres. En realidad contaban con muy poca información como para poder idear un plan bien estructurado.

- Nos estamos basando demasiado en conjeturas -opinó-. Por norma general me gusta hacer un estudio previo del enemigo y sus defensas antes de proceder a actuar sobre el terreno.

Una vez se había precipitado llevado por sus deseos de venganza. Una vez. Y le habían arrancado los ojos.

- No sabemos a lo que nos enfrentamos, pero por lo que he oído parece demasiado como para ser resuelto entre cuatro personas. Estamos hablando de que han sido capaces de derribar drones, que todo apunta a que son bases fuertemente armadas y que muy probablemente contarán con un número elevado de soldados defendiéndolas.

Miró a sus improvisados compañeros. A la mujer no la conocía de nada. Si Batman usaba un estilo similar al de Batwoman, entonces era bueno, pero seguía siendo humano y vulnerable a las balas, al igual que él. En cuanto a Iron Man, sabía que era poderoso (¿quién no conocía a los Vengadores en su mundo?), pero no le gustaba confiarse sin saber exactamente lo que se ocultaba en esas bases. Demasiada experiencia ya combatiendo Centinelas y robots asesinos.

- Si están coordinadas entre sí, sería bueno realizar un asalto simultáneo para que no tengan tiempo de advertirse mutuamente y desaparecer, o esperar nuestra llegada. ¿No podemos contar con refuerzos de algún tipo? Si tenemos que dividirnos habría que decidir quién va a ir a dónde, y para eso estaría bien saber exactamente cuáles son nuestras habilidades. Yo soy bueno en combate cuerpo a cuerpo y mi poder mutante me permite controlar la luz, por lo que puedo volverme invisible, generar ilusiones y realizar descargas de energía. También puedo crear sombras absorbiendo luz, y condensarlas según la necesidad. Y puedo mantener las ilusiones mientras se mantengan en mi rango visual, lo cual significa que puedo volveros invisibles siempre y cuando permanezcáis en mi radio de manipulación del espectro visual.

>> Y hablando de todo esto... ¿tenéis idea de por qué hemos sido escogidos nosotros cuatro en concreto? Me intriga el hecho de que me hayan escogido precisamente a mí de entre todos mis compañeros de la Patrulla, ya que no soy uno de los mutantes más conocidos. Se me ocurre que puede deberse a mis habilidades para la infiltración. Si eso es así, quizá Batman y yo deberíamos estar en el mismo grupo, pues creo que podemos tener estilos similares de actuación. Si estáis de acuerdo con esta distribución, sólo quedaría decidir qué grupo irá a qué objetivo. Si hay sospechas de que la base del Sahara podría contener armamento pesado, así como acceso a bombas nucleares, quizá deberían encargarse Iron Man y Wonder Woman, y Batman y yo ocuparnos de la exploración de la isla... ¿O sugerís otra cosa?

Una organización internacional, que cuenta con un ejercito, uno que emplea armas de fuego, y dos bases desde las cuales están preparando lo que seguramente son armas de destrucción masiva, sean cuales fueren, pero que no están buscando llamar la atención, al menos no de momento...

Eclipse sintió que un estremecimiento le recorría la columna vertebral. H.Y.D.R.A. Las odiadas siglas se dibujaron en su mente con trazos de sangre, pero fue finalmente Tony el que dijo en voz alta lo que ambos estaban pensando. Todo estaba más claro y el plan comenzaba a tomar forma con suma rapidez. Finalmente, la tal Diana (que acababa de asegurar tener poderes divinos, pero después de ver a los Vengadores en acción de poco se asombraba) dictaminó que era hora de ponerse en marcha y salió a toda prisa sin dedicarles una mirada a Batman o a él.

- Bueno, Tony... Supongo que puedo llamarte Tony. Nos pondremos en contacto cuando lleguemos a nuestra posición. Buena suerte -dijo finalmente estrechándole la mano a modo de despedida.

Una vez fuera, se giró hacia Batman:

- ¿Vamos en tu avión o en el mío?

Éste se limitó a dirigirle una mirada inexpresiva antes de continuar caminando hacia su avión, como si la respuesta fuera tan obvia que ni siquiera mereciera articularla.

Sí que son simpáticos en la Liga de la Justicia, pensó el mutante con frustración. Caramba, desde que había llegado lo único que había encontrado habían sido exigencias y un trato más que cuestionable, y ni una sola palabra de agradecimiento por parte de Diana por haberla defendido, o de Batman por haberle apoyado. Caramba, el tipo parecía frío como un témpano. Le sorprendía que Batwoman pudiera ser su compañera.

Batman había seguido caminando y ya le llevaba una ventaja de varios metros. Eclipse simplemente pulsó el botón del comunicador que le pondría en contacto con sus compañeros de la Patrulla.

- Aquí Eclipse. ¿Alguien me recibe?
- Eclipse, aquí Bobby. ¿Dónde estás?
- Escucha, Bobby, necesito que vengáis a recoger el Blackbird.
- ¿Qué?
- El Profesor tiene las coordenadas con su localización. Enviad a dos de los nuestros en uno de los jets y que el segundo traiga de vuelta el avión.
- Pero... ¿cómo vas a regresar?
- Me las apañaré. Corto y cierro.

Dicho esto echó a correr para alcanzar al murciélago, que ya había subido al Batplane y estaba activando una serie de controles. Eclipse se encaramó al ala del aparato y ocupó su lugar a su lado.

- Eres poco hablador, ¿eh? -constató mientras se abrochaba el cinturón de seguridad. Algo le decía que aquél iba a ser un viaje muuuy largo.