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Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018]
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Matthew Murdock Marvel Universe
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Tema: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 5th Octubre 2021, 02:42
ACOGIDOS A SAGRADO
El potente aroma del café inundaba las fosas nasales de Matt Murdock. Aunque hacía unos minutos que se lo había servido y ya se había enfriado bastante, sus sentidos aumentados hacían que su aroma fuese igual de intenso al que cualquier otra persona percibiría si estuviese recién hecho. La hermana Maggie dio un pequeño sorbo a su propia taza, mirando a Matt de reojo mientras fingía centrar su atención en un documento de cuatro folios grapados por la esquina superior izquierda. Llevaba escrutándolos un tiempo equivalente al que el café de Matt llevaba sobre la mesa. Cuatro folios, por interesantes que fuesen, no daban para tanta relectura. Pero así eran siempre las cosas entre Matt y Maggie. En cada encuentro, como en el resumen de sus vidas, se libraba la misma absurda batalla por ver quién daba el primer paso. En aquella ocasión, fue Murdock quien se dignó a romper el hielo.
- Gracias, otra vez, por acceder a lo de hoy- dijo con tono educado mientras daba el primer sorbo al amargo líquido. Para cualquiera estaría demasiado frío. Para alguien con el tacto hipersensible de Matt Murdock, estaba a la temperatura perfecta. Más aún con la tendencia de la hermana Maggie a servir el café a la temperatura óptima para fundir hierro.
- No hay de qué, Matthew- respondió sin apartar la vista de sus cuatro folios.
- Te prometo que Drago y los niños no serán ninguna molestia. Ni notaréis que están aquí.
- Bueno- dijo dirigiéndole la mirada por primera vez desde que habían tomado asiento- es eso último, espero que te equivoques.
- ¿Perdón?- replicó con extrañeza el abogado.
- Matthew- siguió la hermana dejando a un lado, por primera vez, su pequeña pila de folios- Estoy segura de que las hermanas agradecerán el pequeño caos que traigan esos niños a este lugar, aunque sólo sea por unas horas. No sabes lo silenciosas y monótonas que puede ser las horas de quien ha dedicado su vida a Dios. Más aún cuando muchas de nosotras aún recordamos los tiempos en que la misión también hacía las funciones de orfanato. Estoy segura de que tú también lo recuerdas Matthew, no fue hace tanto tiempo que tú también contribuías al caos dentro de estos muros, aunque para un hombre joven parezca que ocurrió hace una vida.
- Sí… aunque yo ya no era precisamente un niño cuando vine a vivir aquí. Dejé de serlo cuando ocurrió lo de papá…- respondió Matt algo extrañado- Y por la forma en que algunas nos tratabais no habría aventurado nunca que os gustasen tanto los niños.
- Je…- la hermana Maggie sonrió irónica y miró las oscuras gafas de Matt, aunque él no fuese capaz de saberlo- Supongo que esa actitud pasivo-agresiva te será de gran utilidad en los tribunales, pero no es la más adecuada para dirigirse a quien te está haciendo un favor. Que todos podamos amar no implica que todos sepamos cómo hacerlo. Únicamente tratamos de hacer por quienes queremos lo que creemos que es mejor y, a veces, nos equivocamos.
- Conmigo se han equivocado muchas veces entonces. Además, el favor no me lo estás haciendo a mí - dijo algo más seco- Sino a Drago y los niños y…- Matt bajó el rostro y suspiró- … y supongo que eso está por encima de las heridas del pasado.
- Brindo por eso- concluyó Maggie chocando con delicadeza ambas tazas- En cualquier caso, si tan malos recuerdos te trae este lugar ¿Qué haces aquí? Ya les he dado mi permiso hace tiempo, no hace falta que vuelvas a convencerme.
- Quiero… asegurarme de que todo va bien. Ya sabes, esta iglesia ha sido foco de muchos eventos desagradables en el pasado. Y a todo ello se suma que esos niños son…
- Son niños, Matthew y, como todos, son hijos de Dios.
- Y también son mutantes. No todo el mundo comparte nuestro enfoque de tolerancia. Ni siquiera dentro de la propia Iglesia.
- La casa de Dios está abierta a todo el que desee entrar en ella. Y si alguien, dentro o fuera de estos muros, tiene un problema con eso, que venga a decírmelo. No puedo saltar de azotea en azotea pero tengo mis métodos para lidiar con indeseables.
- Estoy seguro de ello…- bufó Matt divertido mientras apuraba la taza, tras lo cual, volvió a sumirse en sus propios pensamientos.
- En serio, Matthew ¿Qué haces aquí? Descarto que hayas venido por el placer de mi compañía.
- Ya te he dicho que quiero asegurarme de que todo sale bien. Además, Drago es amigo mío.
- Vaya- replicó ella sorprendida- Eso sí que es una novedad.
- Tengo muchos amigos- contestó Matt sombrío.
- Aún tienes muchos más enemigos.
- Eso es verdad- suspiró el abogado mientras recogía ambas tazas y se acercaba a lavarlas en el pequeño fregadero de la sacristía.
- ¿Sabe lo tuyo?- preguntó inquisitiva la hermana Maggie mientras Matt le daba la espalda centrado en su labor- Matthew…
- No, por supuesto que no.
- Pues si quieres que tu amistad con ese hombre sea auténtica no puedes tener secretos con él. Más tarde o más temprano terminará por enterarse, o tu “otra vida” se interpondrá entre vosotros, o te hará hacer algo que, aunque justo, le hará pensar que le estás fallando por falta de información. No puedes seguir guardándotelo, no para las personas que quieres.
- ¿No te parece un poco hipócrita que seas precisamente tú quien me esté dando ese consejo?- dijo Matt frío como el hielo, negándose a enfrentarla de nuevo.
- Para nada. De hecho, es un consejo desde la experiencia. El consejo de una auténtica autoridad en la materia de guardar secretos demasiado tiempo. La verdad siempre acaba saliendo a la luz y, si no eres tú quien la revela, terminarás haciéndole daño.
- Todo el que ha conocido mi secreto ha acabado bastante mal por culpa de ello, como podrás recordar. No quiero hacer sufrir a Drago por la misma causa.
- Yo lo conozco y aquí estoy…- dijo tratando de bajar el tono de la conversación- Aunque puede que yo sí me merezca sufrir un poco por ello.
- Puede que un poco sí…- susurró volviéndose al fin y sonriendo.
- Matthew… todos los días veo gente acudir a esta iglesia buscando el perdón de Dios y, te lo aseguro, para las personas con verdadera conciencia el único perdón que vale es el más difícil de conseguir, el que se concede uno mismo. Y eso también lo digo desde la experiencia- Maggie miró el reloj de la pared y se levantó con parsimonia- Venga, vamos saliendo. Ya casi es la hora. Y no te preocupes, tu amigo y los muchachos se sentirán como en su propia casa. Cuando termine la clase, las hermanas han preparado la comida, por si quieren quedarse.
- Sin mucho bacon, espero…- dijo Matt sardónico.
- ¿Qué quieres decir?- preguntó la monja extrañada.
- ¿No te lo había dicho?- la sonrisa de Matt se hizo aún más evidente- Drago es musulmán.
- Desde luego…- resopló ella también con una sonrisa en el rostro-… va a ser verdad eso de que eres el Diablo, Matthew.
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 20th Octubre 2021, 01:04
Por lo general no solían realizar muchas excursiones a la ciudad porque North Salem quedaba a una hora y media de Manhattan utilizando el transporte escolar, pero Drago había insistido mucho, así que aquél viernes por la mañana lo habían dedicado a viajar a la Gran Manzana y a visitar los vestigios de la herencia art decó y gótica en la arquitectura de Manhattan, encarnados principalmente en el edificio Chrysler y la catedral de St. Patrick. La última parada de la mañana fue la pequeña Iglesia de la Misión Clinton, un refugio humilde ubicado en un barrio aún más humilde que parecía curiosamente fuera de lugar rodeado de tantos enormes e impersonales bloques de viviendas.
En la puerta les esperaban Matt, la hermana Maggie y un sacerdote afroamericano, y Drago se adelantó a saludarlos.
- Muchísimas gracias por permitirnos dar la clase de hoy en vuestra iglesia -dijo, una vez hubieron terminado las presentaciones-. Como supongo Matt os habrá ya informado, doy clases de música y en éstos momentos estamos viendo el período medieval, en concreto la música religiosa del período gótico y quería enseñarles en persona algunos instrumentos. En Estados Unidos no existen iglesias medievales, pero con que nos permitáis estar aquí y que puedan ver en persona un órgano de iglesia ya es un favor inmenso, especialmente después de lo que... lo que ocurrió. Imagino que la perspectiva de tener aquí a un grupo numeroso de personas con poderes y una cuestionable reputación no debe de ser muy atrayente -dijo, en referencia a la terrible tragedia que había tenido lugar en aquella misma iglesia no hacía tanto-. No hace falta que os vayáis, podéis quedaros si queréis. Matt -yendo hacia su amigo le dio un abrazo-. Muchas gracias una vez más. Tú también puedes quedarte si quieres.
Drago llamó a los estudiantes y entraron en la Iglesia, que en aquellos momentos no se encontraba realizando ningún oficio, pero aún así siempre había parroquianos que acudían a rezar o a tener un momento personal con Dios, así que el mutante les llamó a un rincón apartado para que se colocaran a su alrededor, lejos de los bancos.
- Nos encontramos en un espacio sagrado, así que os ruego que procuréis hablar lo menos posible y que mantengáis un tono de voz bajo para no molestar a nadie -les pidió-. El padre Jordan y la hermana Maggie nos han hecho un gran favor permitiéndonos estar aquí hoy, así que no les hagamos arrepentirse, ¿de acuerdo? Bien... Si recordáis lo último que vimos en clase, en el período gótico, se produjo una gran proliferación de instrumentos con respecto a etapas anteriores, pero ¿cuáles eran los más habituales en la Iglesia?
- El órgano -dijo un chico alzando la mano.
- Sí, el órgano, el instrumento por excelencia de la Iglesia. ¿Alguno más?
- ¿El arpa? -inquirió una chica de cabello castaño con gafas.
- El arpa, sí, es menos común, pero muchas composiciones religiosas clásicas, como el "Ave María", fueron escritas pensando en el arpa. Muy bien, Irene. ¿Qué más?
- Las campanas -dijo otro, provocando un coro de risitas entre sus compañeros. Drago sonrió.
- No os riáis, las campanas están consideradas como instrumento también. Muy bien, Albert. ¿Sabíais que algunas iglesias tienen juegos de campanas en varios tamaños que utilizan para tocar melodías? El que quiera investigar sobre ésto durante el fin de semana tendrá un positivo de clase el lunes. ¿Se os ocurre algo más? ¿No? Os estáis dejando una de las partes más importantes, venga...
- La voz, profesor -intervino la chica rubia a la que Matt había conocido durante la gala del domingo.
- Exacto, muy bien, Dianne. La voz humana ha sido sin duda la piedra angular de la música religiosa a lo largo de los siglos, e incluso hoy día persiste en la forma del Góspel que estoy seguro muchos conocéis. Por favor, acompañadme.
El bosnio guió a los niños hasta la sección de la iglesia dedicada al coro, donde podía verse un impresionante órgano de cuerpo de roble que se extendía verticalmente hacia arriba. Drago apoyó suavemente una mano sobre la caja, acariciando la madera.
- Éste, obviamente, no es un órgano gótico -aclaró con una sonrisa que arrancó algunas risas entre los alumnos-. Y aunque está confeccionado al estilo barroco, en realidad es bastante moderno... posiblemente de mediados del siglo XX, aproximadamente, y tiene en torno a 1400 tubos. No es de los más grandes, ni de los más antiguos, pero aún así es una belleza, ¿no creéis? Acercáos a mirar.
El alumnado se acercó, fascinado. Una cosa era ver aquellos majestuosos instrumentos fotografiados en los libros de música y otra muy diferente sentarse en la banqueta, escuchar la poderosa vibración de sus notas, oler los secretos mensajes que evocaban los aromas de su interior, a madera antigua e incienso.
- Cerrad los ojos y sentidlo -pidió Drago tocando algunos breves acordes únicamente para que sus alumnos pudieran escuchar cómo sonaba-. Con el espíritu abierto.
Una vez hubieron terminado de estudiar el instrumento, Drago se volvió hacia la monja.
- La hermana Maggie, aquí presente, nos ha dado permiso para examinar una partitura orquestal original encontrada en una catedral gótica que actualmente se encuentra aquí, en ésta misión, y que probablemente sea lo más valioso que custodian. ¿Alguien puede explicarme por qué? ¿Cuál es su significado histórico? No hace falta que os diga que algo tan antiguo debe tratarse con sumo cuidado, pero el que responda correctamente podrá acercarse a observarlo más de cerca. ¿Qué me decís? ¿Bryndar?
La mayoría de los alumnos tenían una apariencia humana bastante corriente, con ligeras anomalías fácilmente disimulables, como heterocromía en los ojos u orejas ligeramente puntiagudas, pero el chico al que acababa de preguntar era claramente reconocible como mutante. De complexión bastante más grande y fuerte de la que debería corresponderle por edad, tenía la piel dorada y resplandeciente como el mismo sol, al igual que sus cabellos, y se cubría como podía con una sudadera ancha con capucha de color negro para pasar lo más desapercibido posible.
- ¿Puedes nombrarme a un compositor que haya influido en el período gótico?
El chico se llevó la mano a la nuca, confundido.
- Uuuh... No sé... ¿Marilyn Manson?
La clase se echó a reír y Drago se lo quedó mirando con cara de póquer.
- Incluso aunque me estuviese refiriendo a esa clase de gótico, Marilyn Manson sería más bien metal industrial en el mejor de los casos. ¿Alguien puede darme un nombre? ¿No? ¿Hermana Maggie? ¿Matt? ¿Alguno de los dos quiere hacer los honores de explicar a éstos chicos las características del periodo gótico?
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 2nd Diciembre 2021, 01:04
Matt aceptó de buen grado el abrazo de Drago sorprendido y, a la vez, contento por ver cómo había evolucionado su amistad. De aquel joven educado y, pese a su aplomo, tímido casi hasta el exceso a una persona que era capaz de mostrar su afecto en público. Puede que el ambiente sacro, aunque no perteneciese a su misma fe, le diera más confianza o le predispusiera a mostrar sus sentimientos. Maggie sonrió también a la vista del gesto, como siempre guardando con discreta emoción la alegría que le provocaban las victorias y pequeñas alegrías de su hijo.
- No hay de qué- dijo quitando importancia al agradecimiento de Drago con un leve gesto de la mano- Sí, creo que si no es molestia me quedaré un rato a escuchar la clase.
Matt y Maggie se alejaron un poco del resto de alumnos, para atender con recato a la lección de Drago. Aunque no les sorprendía la forma delicada y comprensiva con la que el líder de la Patrulla X dirigía la clase, sí les admiró la atención que los alumnos daban a las explicaciones de su profesor. No era normal que unos chicos de aquella edad estuvieran tan callados y mostrasen tanto respeto por su maestro y por el entorno. En aquella época de la vida uno era una constante revolución armada de hormonas y de cada cinco ideas que se le pasaban a uno por la cabeza cuatro no eran demasiado buenas. De hecho, los chicos no sólo prestaban atención sino que, por las respuestas que daban, parecían bastante aplicados.
- Vaya…- susurró Matt- No recuerdo que nos explicaseis todo esto cuando estudiaba aquí.
.- Oh, recuerdo dar una lección similar. Lo que no recuerdo es a ti asistiendo a ella. Si no me falla la memoria, por aquel entonces ya preferías el tejado al interior de la Iglesia.
- Bueno- sonrió Matt- Un método de estudio más cercano al de Drago puede que me hubiese mantenido dentro.
- ¿Ah sí? ¿Tanta diferencia ves?
- Advierto un número notablemente inferior de capones.
Con los brazos cruzados, Matt siguió asistiendo a la lección de Drago, disfrutando de las interacciones de los alumnos, las risitas y los leves murmullos. Matt se preguntó si, debido a la vida que habían vivido muchos de esos niños, siempre señalados y apartados de los demás, es que tenían un talante tan dispuesto a aprender. Aunque no sea algo deseable, la tragedia hace a uno madurar antes. Estaba claro que aquellos niños estaban dispuestos a aprovechar cualquier oportunidad que les diesen, dado que no mucha gente estaba dispuesta a hacerlo.
En esos pensamientos se encontraba sumido Matt cuando Drago lo interpeló junto a la hermana Maggie.
- ¿Hermana Maggie? ¿Matt? ¿Alguno de los dos quiere hacer los honores de explicar a éstos chicos las características del periodo gótico?
Matt salió de su ensimismamiento y alzó las manos.
- A mí no me miréis, la hermana Maggie acaba de recordarme que no vine a clase el día que explicaron esto. Será mejor que ella me repita la lección. Es una buena oportunidad para refrescar conocimientos.
Maggie alzó la ceja con condescendencia y, retomando su papel de antigua educadora, dirigió una leve sonrisa a la clase y comenzó con la exposición.
- Bueno chicos, el rasgo característico más importante del periodo gótico es el paso de la monodia a la polifonía. Toda música europea que se conserva con anterioridad al siglo IX es monódica pero a partir de ese siglo en los manuscritos que hemos podido estudiar, como el que vuestro profesor a mencionado, aparece la polifonía como nuevo método de composición. Es importante destacar que lo que comúnmente conocemos como periodo gótico abarca los siglos XIII y XIV, un espacio de tiempo muy extenso como para hablar de una sola forma de hacer música. Así podemos distinguir entre el ars antiqua, es decir, el método empleado en los siglos XII y XIII y el ars nova, corriente musical que floreció durante el siglo XIX. Como los propios vocablos latinos indican se trata del antiguo y nuevo modo de hacer música. Del primero, sus representantes más descollantes son los músicos de la escuela de Notre-Dame, como Leonín, organista de la catedral y su sucesor Perotín. Del segundo destaca por encima de todos Guillaume de Machaut que superó la rigidez de las antiguas composiciones e introdujo grandes novedades técnicas. De forma paralela se desarrolla el llamado trecento italiano aunque no es menester dedicarle ahora mucho tiempo pues se trata de música secular.
Tras su exposición, la hermana Maggie hizo un leve asentimiento con la cabeza y volvió a retirarse al lado de Matt.
- Joder con la esposa del boxeador…
- Matt- se quejó ella entre susurros- No blasfemes…
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 2nd Enero 2022, 00:56
Drago asistió con una sonrisa a la exposición de la mujer, y, cuando ésta se retiró, se dispuso a incorporarse de donde se había sentado.
- Bien, después de ésta magnífica explicación, ¿alguien tiene alguna duda o algo que aportar? ¿Sí, Alice? -inquirió, al ver que la castaña tenía la mano alzada.
- Bueno... también... era una pregunta trampa -empezó la muchacha con timidez-. Cuando preguntó acerca de un compositor que hubiera influido en el período gótico.
Drago asintió, mirándola con orgullo. Había estado seguro de que a la chica no se le pasaría por alto el detalle. La muchacha era una de sus alumnas más brillantes, y se estaba planteando seriamente darle clases particulares para que pudiera compaginar el conservatorio con la escuela.
- Adelante, Alice, continúa, por favor -la animó, a sabiendas de que el mayor enemigo que podía encontrar la joven eran sus propias inhibiciones.
- Lo más característico del período gótico son los cantos gregorianos, que tenían como fin último la búsqueda de humildad, razón por la cual los monjes gregorianos permanecieron siempre anónimos, por lo que no se podría decir el nombre de un compositor influyente.
Drago asintió, sonriente.
- Eso es relativamente cierto, pero te estás olvidando de algo.
- No, no me estoy olvidando -la muchacha tomó aire, armándose de valor para continuar-. Los cantos gregorianos obtuvieron su nombre del papa Gregorio I, así que, técnicamente, él sería el compositor más famoso de éste período.
- Bravo -Drago aplaudió a su alumna y la animó a subir con él al podio-. Ven. Creo que te has ganado echarle un vistazo a ésto.
Cuando la chica subió a su lado, el bosnio le ofreció un par de guantes para poder manipular la antigua partitura sin dañarla. Una vez tomadas las precauciones pertinentes, la adolecente hojeó la partitura, con los ojos agrandándose cada vez más ante la vista de las notas centenarias, que parecían hechizos garabateados sobre las páginas.
- Nunca había visto nada tan excepcional -musitó, maravillada-. Es impresionante. El hecho de que haya sobrevivido tanto tiempo es increíble, y el detalle con el que están dibujadas las notas es...
- Impresionante, sí -se rió Drago.
Era raro verlo con sus alumnos, con aquella familiaridad e incluso cierta calidez viniendo de una persona que se mostraba tan distante en apariencia. Por lo general, el mutante intentaba siempre crear barreras entre él y los demás, pero en ocasiones como aquella se le olvidaba, y era cuando podían vislumbrarse retazos de su verdadero ser.
La clase transcurrió de manera agradable y relajada, y, cuando finalmente llegó a su fin, el grupo de mutantes siguió a la monja y al abogado hasta el lugar dentro de la misión donde se serviría la comida.
- Os agradezco el detalle de permitir que los chicos se queden a comer -le dijo Drago a la hermana Maggie-. La mansión está bastante lejos, así que de haber tenido que estar de vuelta para la comida no habríamos podido aprovechar igual la mañana.
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 30th Mayo 2022, 02:56
Matt y Maggie se mantuvieron en un discreto segundo plano mientras la clase de Drago continuaba. En el rostro de la monja podía verse la añoranza de tiempos pasados mientras el abogado disfrutaba de ver a su amigo ejerciendo su profesión. Si bien la primera vez que se habían visto estaba en compañía de una de sus alumnas, aquello era completamente distinto. Era evidente que sus alumnos atendían a sus explicaciones, en mayor o menor medida, pero absolutamente todos lo respetaban. Su tono era didáctico, pero no condescendiente y, aunque buscaba en todo momento la participación de sus alumnos no los forzaba a exponerse si no querían. Sabía usar un muy peculiar sentido del humor y en ningún caso humillaba a aquellos que no estaban a la altura. Matt pensó que debía ser especialmente difícil educar a muchachos como aquellos, tan distintos a los demás, siempre perseguidos y odiados por el resto tan sólo por lo que eran. Jóvenes que, seguramente, se habían visto obligados a crecer demasiado rápido y que, tras la lección, mientras atacaban el pequeño ágape que las hermanas les ofrecían, parecían poder permitirse de nuevo ser… niños. Dos de los muchachos corretearon un poco frente a Matt, a lo que parecía por apropiarse un último emparedado de atún, y el abogado no pudo más que sonreírse.
- Esto me suena…
Al poco, Drago se acercó a ambos, de nuevo con palabras de agradecimiento. Puede que para cualquier otro aquella pequeña excursión y esa nimia muestra de hospitalidad no fueran demasiado, pero para una clase entera de mutantes… cualquier gesto era un regalo precioso. La hermana Maggie sostuvo las manos de Drago entre las suyas y bajó la cabeza con semblante amable:
- Basta de agradecimientos, por favor, señor Katich. Somos nosotras las que deberíamos dar gracias por la oportunidad de volver a tener tanta vida en nuestros muros. Estamos más que encantadas de poder ofreceros lo poco que tenemos.
Acto seguido, la Hermana señaló con la mano dos sillas y tanto ella como los dos amigos pudieron sentarse, un poco alejados de los niños pero con estos a la vista, para departir y comer con un poco más de calma.
- Señor Katich, tiene usted una mano estupenda con los jóvenes ¿Sabe? Yo no tuve nunca vocación docente pero, cuando el señor me llevó por ese camino, descubrí que había pocas tareas más edificantes que instruir esas mentes tan vivaces y ávidas de conocimiento. Por mi experiencia en la enseñanza puedo decirle con conocimiento de causa que tiene usted un método extraordinario de llevar la clase. Ya habríamos querido nosotras tanto orden y disciplina en nuestros tiempos… Dígame ¿Siempre ha sido su objetivo enseñar o, al igual que ocurrió conmigo, ha terminado ejerciendo llevado por los caminos del Señor?
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 17th Julio 2022, 18:28
Drago partió un mendrugo de pan con las manos mientras escuchaba las reflexiones de la hermana, meditando con pesar sobre su propia experiencia de vida.
- Los caminos del Señor... -repitió, reflexivo-. Nunca me lo había planteado, pero... sí, supongo que es lo que mejor lo define. Nací en un hogar humilde de Srebrenica... Mi madre era pianista, y me enseñó los principios fundamentales cuando era muy pequeño. Nunca me planteé en ése momento que sería a lo que me dedicaría de mayor. Supongo que son cosas... en las que no piensas a esas edades -explicó llevándose a la boca el mendrugo de pan para acompañar la comida-. Y, realmente, nunca lo habría hecho de no ser por el Profesor... Si aceptamos que los caminos del Señor son inescrutables e insondables sus designios... Quizá el Profesor no fue sino la encarnación de Su voluntad, enviada a mí para abandonar el sendero de autodestrucción que había emprendido. De no ser por él... creo que me habría perdido para siempre. Después de la guerra me hice cazarrecompensas, y después me convertí en algo mucho más oscuro... hasta que Xavier me encontró. Fue él quien me ofreció la oportunidad de enseñar en su escuela. De alguna manera supo ver más allá de toda esa oscuridad y descubrir lo que una vez me enseñaron... Lo único luminoso que había en mí: la música.
- Xavier siempre fue un hombre extremadamente perceptivo... Aunque en tu caso, como en el de tantos otros jóvenes mutantes a su cargo, pecó de ser un tanto corto de miras -dijo de repente una voz grave surgida de no se sabía dónde. Una voz que Drago conocía muy bien...
Se incorporó como movido por un resorte, girando rápidamente sobre sí mismo a tiempo de ver a Magneto, el principal enemigo de la Patrulla X, junto a una mujer de seis brazos armada con espadas y cuchillos y un cerebro flotante encerrado en una urna de pie ante un portal de luz azulada. Fue lo último que fue capaz de distinguir antes de que sus ojos se apagaran.
- ¡Profesor Katich!
La oscuridad se abatió sobre él y cayó al suelo. Escuchó los gritos aterrorizados de sus alumnos y trató de reunir el valor para incorporarse en un suelo que de repente parecía tan inestable como un puente de cuerdas sobre un abismo insondable.
- Yo que tú no lo haría -informó Magneto-. Parece que no eres capaz de verlo, pero todos los tenedores y cuchillos de éste comedor están apuntando a los presentes en ésta sala. No quiero matar a nadie, pero si alguien se mueve no dudaré en efectuar la orden.
El terror amenazaba con devorarle, como cada vez que perdía la capacidad de visión, pero hizo un esfuerzo por tranquilizarse para hacer un análisis de la situación. Magneto, Espiral y Martha Johansson...
- ¡Sunbreath! -prosiguió la voz de Magneto-. Me pediste tiempo para reflexionar y te lo he proporcionado. Han pasado más de tres semanas, hijo... Hora de tomar una decisión.
Tierra... Oscuridad, tierra, sangre y muerte... Sus dedos se crisparon sobre lo que pareció tierra húmeda y sofocante. Estaba enterrado... enterrado vivo.
No... No estaba enterrado, estaba... estaba en el comedor de la iglesia, y lo único que había entre sus dedos era aire. Tuvo que inspirar profundamente para convencerse y tratar de expulsar los recuerdos.
- Vaya, mira quién se ha dejado caer...
Esa voz... trató de aferrarse a aquella voz. ¿Fiona? Bryndar había estado muy enamorado de ella... Su primer amor adolescente antes de que ella se pasara al bando de Magneto, y no le costó nada imaginar el rostro que vino acompañado de la sorprendida exhalación del muchacho. No era consciente de que Magneto hubiera hablado anteriormente con Bryndar, pero no era difícil imaginar por qué la había traído consigo en éste segundo encuentro.
- Así que... ¿vas a dejar por fin tus jueguecitos? Porque... la verdad... todo ese rollo de caballero de brillante armadura es muy peliculero.
Fiona, o Fauna, una cambiaformas animal. Espiral, una teletransportadora. Ella debía haber abierto el portal. Martha... Poseía la capacidad de anular los poderes de los mutantes que estaban cerca... Había desactivado su gen X, le había vuelto humano... Un humano inútil y ciego. Ciego... Oscuridad...
- ¿Estás listo para unirte a los mayores? ¿A los que sí peleamos de verdad?
El olor de la sangre en la tierra húmeda, el tacto frío del cadáver de su madre...
- La guerra abierta acabará por estallar, y no se ganará en mansiones. Tú lo sabes.
¡No! Volvió a apretar los puños, desesperado. Tenía que hacer algo, tenía que reaccionar, por sus alumnos, pero... ¿qué podía hacer? No podía hacer nada, no podía ver... Se puso de pie, vacilante. Había... ¿había cubiertos de metal flotando ante él? No podía verlos, no podía...
No le escuchó acercarse. O lo había hecho flotando o el ensordecedor latido que retumbaba en sus sienes le había impedido oírlo, pero sí que sintió su mano elevando su rostro. El hecho de que hubiera sido capaz de acercarse tanto a él no hacía sino destacar lo indefenso que estaba.
- Quién lo hubiera dicho, Eclipse... Que tu cascarón humano estaba así de dañado... Y, sin embargo, persistes en tu empeño de abrazar ésta carcasa defectuosa en lugar de aceptar tu verdadera y gloriosa naturaleza.
Su mano aferró la del mutante más mayor en una presa de hierro, apartándola de sí con una llave, pero tuvo que soltarle cuando notó el filo de un cuchillo en su garganta.
- Eres un cobarde -dijo la voz de Sunbreath, repleta de desprecio, y de alguna forma supo que el insulto no iba dirigido a Magneto-. Me das pena. Te has pasado todos éstos años ocultándote detrás de una ilusión que aparentaba ser terrorífica, ¿para qué? ¿Para darnos miedo? ¿Para ocultar que en realidad eres un lisiado? Un pobre lisiado cobarde y patético, como todos los que os escondéis en la mansión mientras la guerra se desarrolla fuera.
- No... Bryndar... -se apoyó como pudo en la mesa del comedor. No podía saber dónde estaban Matt, o las monjas, aunque podía escuchar pequeños gemidos asustados y algún que otro sollozo.
- Basta, hijo -intervino Magneto-. Éste hombre ha sido torturado, y a pesar de eso ha seguido luchando como un soldado. Si quieres unirte a mi grupo deberás aprender respeto -se giró para mirar a Eclipse una vez más-. Mutante, bosnio, musulmán... Cualquiera de ellos motivo suficiente para suscitar el desprecio y el odio de los humanos -dijo, y en su voz le pareció distinguir un toque de amargura-. Si fueron ellos los que te hicieron ésto, ¿por qué sigues tratando de defenderlos?
El aludido apretó los labios, furioso.
- Quien me hizo ésto no era humano, Lehnsherr. Pero hubiera dado igual que lo fuera. Mutante, alienígena o humano, la oscuridad no hace distinciones. Puede anidar en el corazón de cualquiera, independientemente de su sexo, etnia, raza o religión, como ha hecho contigo. Crees que tus fines son nobles pero eres tan despreciable como aquellos a los que combates -giró el rostro hacia donde creía que se encontraban sus alumnos-. No escuchéis sus palabras. Su discurso puede parecer bonito, pero sus palabras están envenenadas -aún sin verlo, se volvió hacia Magneto en un desafío directo-. La justificación de cualquier genocida.
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 11th Agosto 2022, 18:45
Todo ocurrió demasiado deprisa. Incluso para los sentidos y reflejos especiales de Matt. Los cubiertos y demás elementos metálicos precedieron la llegada del Amo del Magnetismo. Un “hombre” (aunque ni siquiera él se sintiese cómodo con esa definición) que no dejaba nada al azar. El corazón de Matt se disparó y la auténtica desesperación le abatió cuando escuchó su voz…
Magneto.
El primer impulso del abogado fue buscar una apertura para escapar y vestirse de Daredevil pero… ¿De qué serviría? No sólo le superaban en número sino que, además, aunque no reconocía a todos los acompañantes del terrorista era más que probable que todos fuesen mutantes, mutantes cuyos poderes desconocía por completo. Ya sólo Magneto era una amenaza inabarcable para él, mucho más con su escolta. No… sólo podía ser un mero e impotente oyente de la escena, presenciando cómo el menaje se convertía en un arma a su alrededor. Incluso aunque quisiera hacer algo, en su traje había demasiados elementos metálicos que servirían a Magneto para zarandearlo como un muñeco. Y pondría en peligro la seguridad de Maggie y de los niños.
Matt apretó los dientes mientras el terrorista mutante maltrataba a Drago, y una bola de rabia se alojó en su garganta cuando le escuchó hablar, con esa impotencia, así como recibir los insultos del muchacho a quien la Hermandad había venido a buscar. Se había encontrado con Magneto en el pasado, aunque no le conocía mucho. Creía saber cómo pensaba y que nunca sería capaz de hacer daño a los muchachos al tratarse de sus congéneres mutantes. Pero… no podía estar seguro. Vivían unos interminables minutos de calma tensa que podía descontrolarse en cualquier momento.
Tal vez, si conseguía alargar la mano a su teléfono móvil sin que Magneto se diese cuenta, podría intentar contactar con alguien ¿La policía? No… No solían estar preparados para circunstancias como aquella y cualquier intento de detener al Amo del Magnetismo acabaría, con toda seguridad, en una masacre. Además, si se hubiera tratado de cualquier otra persona, podría haber deslizado los dedos por el teléfono, buscando la persona adecuada a quien llamar. Pero estaba el pequeño detalle de que… era ciego. Necesitaba escuchar la guía sonora a medida que se deslizaba por el menú, y sin duda el sonido alertaría a los invasores. Necesitaba una distracción, de hecho, mucho más que una distracción. Necesitaba que alguien se convirtiese en el centro de atención para poder obrar con libertad. Ahora estaban centrados en Drago, pero no sabía cuánto duraría aquello. Tampoco es que le hiciese especial gracia que todas las miradas, tanto de Magneto como del resto de su grupo de chalados, estuviesen dedicadas a su amigo.
- Quien me hizo ésto no era humano, Lehnsherr. Pero hubiera dado igual que lo fuera. Mutante, alienígena o humano, la oscuridad no hace distinciones. Puede anidar en el corazón de cualquiera, independientemente de su sexo, etnia, raza o religión, como ha hecho contigo. Crees que tus fines son nobles pero eres tan despreciable como aquellos a los que combates. No escuchéis sus palabras. Su discurso puede parecer bonito, pero sus palabras están envenenadas. La justificación de cualquier genocida.
Drago… ¿Qué coño estás haciendo?
Matt lo entendía. Entendía ese impulso de lucha, que hiciera todo lo posible por proteger a sus alumnos. Por defender ante ellos los ideales de Xavier y todo aquello por lo que habían luchado hasta el momento. Enseñarles cuál era el auténtico camino. Pero provocar a Magneto era una auténtica locura.
- Qué duro…- suspiró Magneto, sin que Matt pudiese advertir si su afectación era genuina o impostada- Qué duro es ver a unos mutantes tan capaces con sus jóvenes mentes ya envenenadas por la ponzoña idealista de Xavier. Os susurrará hermosas mentiras sobre tolerancia y, cuando llegue el momento, os enfundará un ridículo traje y os lanzará al matadero, a morir por aquellos que os desprecian. Pero yo os traigo otra cosa. Más cruda y dolorosa, pero falta de toda condescendencia. Os traigo la verdad. Una verdad incómoda. No hay posible coexistencia entre nosotros y ellos. Esta es una lucha por la supervivencia, hermanos y hermanas ¿Por qué malgastar vuestras vidas luchando por quien preferiría que no existierais?
- Porque “quien salva una vida, salva al mundo entero”- se plantó Maggie.
No… Maggie, no… Contigo no tendrá tanta paciencia.
- ¿Qué has dicho, mujer?- preguntó Magneto visiblemente extrañado, totalmente sorprendido de que aquella humana se hubiese atrevido a hablar.
- ¿No es ese uno de los preceptos de la fe judía? “Quien salva una vida, salva al mundo entero”. Mishná 4:5, si el recuerdo no me falla. La fe que un día profesaste. La fe de tus padres. Tu historia es bien conocida, Erik Lensher. Te has convertido en una celebridad, aunque sea por las razones equivocadas.
- Nadie te ha dado permiso para hablar. Y menos para dirigirte a mí por mi nombre de esclavo.
- No necesito tu permiso para hablar. Esta es la casa de Dios. Con el suyo me basta.
Matt se apresuró a extraer uno de sus airpods de la chaqueta. Afortunadamente, el sonido de los mismos siempre estaba al mínimo, debido a su oído súper-desarrollado no podía tenerlos con más altura. Deslizó la mano por los menús, hasta dar con el teléfono que estaba buscando. Se aseguró de poner el altavoz, de tal forma que aunque los demás no escucharan la llamada el interlocutor sí se enterase de todo lo que estaba ocurriendo allí. Acto seguido presionó el botón.
Llamando a: NAT
Si tenía suerte, Natasha cogería la llamada, y no tendría que hablar mucho para que se percatase de que Magneto estaba allí con ellos. Si la cosa se descontrolaba, existía la posibilidad de que un grupo de asalto de SHIELD se presentase allí con armas de plástico y demás equipo de contención para amenazas súper-humanas.
- Ya…- bufó Magneto. Parecía un bufido divertido y Matt no podía saber si eso era una buena o una mala señal- Dios puede ser compasivo, anciana. Pero también castiga con dureza a aquellos que lo merecen. Y como en su día hizo Moisés, sólo tengo una frase que deciros a vosotros, los humanos: Dejad ir a mi pueblo. Eso, o ateneos a las consecuencias.
- Ese “pueblo” al que apelas, o al menos la parte del mismo que se haya en estos muros, ha venido aquí por voluntad propia. Y ningún daño se le hizo hasta tu llegada. Así que dime ¿Qué harás si no quieren ir contigo?
¿Matt? Mira, no es que no me alegre de oírte, pero igual no es el mejor momento…
- ¿Qué haré?- magneto apenas alzó dos dedos, pero el crucifijo de oro de la hermana Maggie se alzó lentamente hasta quedar frente a los ojos de la anciana- Digamos… que Dios obra con demasiada lentitud.
¿Ese es…?
- ¡¡Magneto!!- exclamó al fin Matt- De momento tan sólo has entrado a una iglesia. Nada podemos hacer si el muchacho quiere irse contigo…
Vale, es él. Dale cuerda Matt pero intenta no provocarlo. Vamos, intenta no ser tú.
- … pero si haces algún daño a cualquiera de nosotros. Nadie ha levantado la mano contra ti o los tuyos. Habrás atacado sin provocación a una monja, un abogado ciego y un grupo de niños indefensos. Niños mutantes, que tan sólo pasaban el día visitando una iglesia. Piensa en lo que eso hará para la propagación de tu mensaje…
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 22nd Agosto 2022, 01:59
No habría sido posible predecir la reacción de Magneto ante su acusación. En cierto sentido eran, cada uno, reflejo del otro, puesto que ambos habían visto a todo su pueblo perecer en un genocidio fruto de la intolerancia, los prejuicios y el racismo humano. Eclipse sabía perfectamente lo que podía llegar a afectar que te acusaran de genocida después de haber vivenciado en tu propia carne semejante horror; sólo tenía que imaginar que se lo dijeran a él. Era la principal razón por la que intentaba no repetir los trágicos errores que habían provocado el final de su gente, y el motivo por el que jamás podría congeniar con Magneto. Lo sorprendente era que el mutante estuviera dispuesto a hacerle daño a humanos inocentes tras lo que le habían hecho a él. ¿Cómo alguien que ha experimentado tamaño dolor puede estar dispuesto a infringirlo a otros de la misma manera? Al menos, cuando él era el Ángel de Venganza, no se dedicó a perseguir a toda la raza humana, sino tan sólo a los culpables, y, eventualmente, había terminado comprendiendo el error de sus acciones.
Quizá él estuviera físicamente ciego... pero Magneto también lo estaba, sólo que aún no se había dado cuenta.
Por todo ello, habría sido imposible prever si reaccionaría de manera agresiva o no, pero el bosnio había sopesado sus posibilidades y había decidido que merecía la pena arriesgarse. En el mejor de los casos, cumpliría con su deber y su responsabilidad para con aquellos niños que estaban a su cuidado, dándoles un consejo más que necesario; En el peor... si Magneto decidía acabar con él... al menos enseñaría a sus alumnos la verdad que se escondía tras sus bonitas palabras: la verdad de un asesino.
Tenía que admitir que la intervención de la anciana le sorprendió; no había esperado tal muestra de valeroso desafío en alguien que no tenía absolutamente nada que hacer ante un mutante del nivel de Magneto. Sería como una hormiga tratando de rebelarse ante el sol, y lo hizo con una frase que Drago conocía bien, pues se trataba de uno de los principios fundamentales del Corán, y de su motivación diaria para hacer lo que hacía.
No sabía qué pretendía conseguir con su temeraria acción, pero el caso es que consiguió desviar la atención del mutante hacia ella, posiblemente haciendo que se olvidase de él. Drago maldijo para sus adentros. Estaba ciego, y a causa del temor que la oscuridad le producía nunca había tratado de entrenar sin el más valioso de sus sentidos, por lo que no tenía la menor idea de cómo orientarse, y sin saber exactamente en qué punto se encontraban los cubiertos asesinos no podía moverse. Si se ensartaba él mismo en un cuchillo no podría ayudar a la anciana, así que, lamentablemente no le quedó más remedio que aceptar que se había visto reducido a un estorbo inútil. No podía hacer nada más que escuchar... y rezar.
Sus palabras fueron tan acertadas e hirientes como lo habían sido las suyas... sólo que ella tenía muchas menos probabilidades de sobrevivir si se le encaraba así, y, a juzgar por el tono de alarma en la voz de Matt, parecía que su amigo había deducido lo mismo.
- Magneto, basta -intervino, tratando de devolver la atención del mutante a su persona-. Sabes que el humano tiene razón; no te conviene realizar una matanza en un convento. Serían otros quienes pagarían las consecuencias. Ésta gente no te ha hecho nada.
El mutante dejó escapar un bufido despreciativo.
- Como sea. ¿Te has decidido ya, Sunbreath?
El adolescente de piel dorada alzó la mirada desde donde estaba, entre los cálidos brazos de Fiona, y asintió.
- Estoy con vosotros, Magneto.
- Muy bien. Espiral...
La guerrera de múltiples brazos abrió un nuevo portal y Magneto llamó a todos sus protegidos para que se reunieran con él.
- Si alguno de vosotros, niños, dispone del valor y el coraje para luchar por el cambio, está invitado a seguirnos. Los que no... eventualmente llegaréis a daros cuenta de vuestro error, y sabed que ese día está más próximo que nunca...
Sin más, los indeseados visitantes desaparecieron y todo volvió a la normalidad. Los cubiertos cayeron al suelo con un tintineo y todos los mutantes recuperaron sus poderes. Lo primero que hizo Drago entonces fue comprobar, con alivio, que Bryndar era el único que había seguido el tentador llamado. Era de esperar, supuso. El chico tenía un carácter conflictivo y rebelde, con una tendencia más que marcada a desafiar la autoridad, y desde hacía algún tiempo venía observando en él ciertas actitudes despectivas y arrogantes que no le gustaban nada, especialmente desde que su gran amor de infancia se había trasladado a Genosha. Había llegado a comentarlo incluso con Xavier, pero realmente había poco que pudieran hacer; si el muchacho quería marcharse no podían obligarle a quedarse. Lo único que se podía hacer en éstos casos era esperar que el buen juicio terminase ganando la batalla. Y, quien sabe... quizá aún no fuera tarde para él. Quizá recapacitara.
- Lo lamento muchísimo, hermana Maggie. Aún sin pretenderlo, os hemos puesto en peligro otra vez. Sé que su intención era buena cuando le habló así... pero no debería haberlo hecho. Magneto es un hombre muy peligroso, como ya sabe. Todo ésto podría haber terminado extremadamente mal... -echó un vistazo en derredor, repasando todas las caras-. ¿Cómo estáis los demás? ¿Matt? ¿Te encuentras bien? Gracias por lo que dijiste ahí, fue muy valiente. Lamento mucho haber convertido una amable invitación en una amenaza potencialmente letal...
- Profesor Katich... -intervino una atribulada Dianne, acercándose-. Lo que dijo Bryndar...
- No te preocupes -la interrumpió con una sonrisa-. Todo está bien.
Y, si no lo estaba, tenía que estarlo, porque tenía la firme intención de continuar su día a día como si nada de aquello hubiera pasado. Como si nadie hubiera visto las terribles cicatrices que tanto se había esforzado siempre en ocultar. Al menos, ni su amigo ni Dianne habían podido verlas, ya que era con los que más confianza tenía y los únicos que podrían haberle hecho preguntas incómodas que no deseaba responder. Sólo esperaba que la hermana Maggie supiese leer entre líneas y no comentara nada.
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 10th Octubre 2022, 20:58
OFF: Post escrito en colaboración con Natasha Romanoff. Chistes de ciegos incluidos ________________________________________________________________________________________________________________________________________________
- No hay nada que perdonar Sr. Katich- respondió Maggie con severidad, demostrando la misma entereza de la que había hecho gala hacía tan sólo unos instantes frente al líder de la Hermandad de Mutantes- Sólo demos gracias al Señor porque no haya ninguna pérdida que lamentar ni más heridas que sanar que aquellas con las que entramos.
La última frase, tan extraña, tan críptica. Matt torció el gesto, pensando en su significado. Con ella, Maggie aseguraba a Drago que su secreto estaba a salvo con ella. Y era toda una experta a la hora de guardar secretos. Sin embargo, por muy intrigante que todo aquello resultase para el abogado había poco tiempo para distraerse con enigmas. Tras quitar importancia a las palabras de Drago con un gesto de la mano y una sonrisa giró ligeramente el rostro. A poca distancia de allí, fuera, a menos de una calle, pudo escuchar las botas de los agentes de SHIELD. No podía escuchar el tráfico, sin duda lo habían cortado en toda la calle. Tampoco se arriesgarían a aparcar los vehículos cerca de la Iglesia. Sería dar a Magneto más elementos con los que atacarles. Un equipo completo de SHIELD que se acercaba esperando hallar dentro a un terrorista mutante. AL terrorista mutante.
- No me des las gracias tan pronto, Drago. Aún hay que solucionar un asunto- Matt corrió hacia la puerta de la Iglesia como alma que lleva al diablo- ¡¡No os mováis de aquí!! ¡Que nadie salga!
Matt entreabrió con cuidado la puerta del templo y, al instante, varias decenas de armas de plástico apuntaron a la entrada. El abogado asomó primero el bastón para, después, ir saliendo despacio. Escuchó los latidos acelerados. Debía de haber unos treinta agentes. Finalmente los encaró y esbozó una sonrisa tímida.
- ¡Si hay algún arma apuntándome, pueden bajarla! Se ha marchado…
…
- ¿Y dice entonces que se fué? ¿Así sin más?- interrogó a Matt uno de los agentes, ya en el interior de la Iglesia.
- Así sin más. Se llevó a uno de los chavales, pero no fue exactamente un secuestro. Se marchó con él por voluntad propia.
- ¿Cree que podría identificarlo?-
El rostro del abogado mostró una mueca y se señaló las gafas
- Está de coña ¿No?
- Bueno... me refiero a su voz.
- Supongo que sí...
Justo en ese instante, Natasha Romanoff entró en el lugar. Había hecho un breve reconocimiento rutinario en el exterior y ahora recorría la nave con la mirada. Cuando localizó al abogado, se aproximó a él con paso decidido.
- Harris, yo me encargo a partir de aquí –dijo, tras lo que el agente de SHIELD asintió y procedió a retirarse- Reconozco que no me esperaba a Lensherr atacando una Iglesia- dijo, cruzándose de brazos- ¿Algún herido? - añadió, escaneando a Matt con la mirada
- Solo mi orgullo... Y supongo que también el de Drago. No hemos podido hacer nada...
- No "poder hacer nada" contra Magneto no es algo de lo que avergonzarse -contestó, relajándose visiblemente- ¿Por qué piensas que he traído un equipo? Dices que se ha llevado a uno de los chicos ¿A quién?
- Creo que Drago lo llamó Bryndar. Y no se lo llevó, se fue con él. Era como si ya se conociesen de antes. A saber cuánto tiempo lleva ese pirado lavándole el cerebro -Matt se sentó en uno de los bancos, con las manos sobre las rodillas- No es simple orgullo, Nat... Es que... ¿Te he contado alguna vez que pasé parte de mi juventud dentro de estos mismos muros? En esta Iglesia… Aquí, en la Cocina del Infierno. Mi barrio… El lugar que juré proteger. No sé, tenía la absurda idea de que los chicos se sentirían... seguros, aquí.
-Sabes tan bien como yo que no puedes proteger a todo el mundo... Especialmente si no quieren ser protegidos -dijo, sentándose a su lado- ¿Quieres que lo investigue? SHIELD no moverá un dedo si piensan que el chico se ha ido voluntariamente. Ya sabes, esto es América. Pero puedo hacerlo por mi cuenta.
- No...-le apoyó la mano en el hombro con afecto- Ya has hecho más que suficiente. No te busques un enemigo como Magneto. O mejor... Tengamos compasión de Magneto y ahorrémosle tenerte como enemiga- sonrió- Solo es que... Ya estoy un poco harto de los "intocables". Ya se escondan en una isla al otro lado del océano o en lo alto de una torre delante de mis narices- Matt se mantuvo un raro en silencio para después, señalar con la cabeza en dirección a la voz de la hermana Maggie, que prestaba declaración cerca de allí- Aunque parece que hay a quien no le asustan... Ella... Es mi madre... – susurró- ¿Te lo había dicho?
Nat esbozó una media sonrisa divertida al oír la afirmación de Matt.
-No... Nunca lo mencionaste – murmuró, mirando a la mujer con renovado interés.
- No lo he sabido hasta hace poco...
- Pues si os parecéis en algo, Matt, no me sorprende en absoluto que haya desafiado a media docena de mutantes
- La "Monja Sin Miedo" ¿Eh?- rió él- Bueno… creo que sí había un par de cosas que le daban miedo hace años. Pero ya hace mucho tiempo de eso -Matt se restregó la mano por la cara- Espero que no tengas que hacer mucho papeleo por esto.
- Oh, no te preocupes por eso. Se lo dejaré todo a Harris- la mano de la espía se posó sobre el hombro de Matt- ¿Y sabes qué pondrá? Que no ha habido bajas. Los has protegido a todos. El chico puede tomar sus propias decisiones. El tiempo le enseñará si se equivocó. Y supongo que a todos consiguen lavarnos la cabeza alguna vez - su expresión se endureció ligeramente al decirlo- Pero no dura para siempre
- Gracias por todo Nat. De verdad- pasó suavemente la mano por su espalda, tratando de reconfortarla a ella también- Espero no haberte sacado de nada importante.
- Una reunión con Furia y Hill que se parecía demasiado a una auditoría. Nunca te lo agradeceré suficiente. Debería plantearme enviar un cheque a la Hermandad de Mutantes ¿Cómo los llama ahora? ¿Partido Democrático de Genosha?
- Frente Genoshiano Popular - rió Matt- Sí, al final vamos a tener que darle las gracias al cabezacubo y todo…- Matt se levantó- No nos vemos nada últimamente... -la apuntó con el dedo- Y ahórratelo... Voy a comprobar cómo está Drago. Hazme el favor e intenta que tu gente no atosigue mucho a los chicos. Ya han tenido muchas emociones por hoy.
-Tranquilo, no quiero problemas con ese bufete del barrio del que todo el mundo habla - dijo, divertida, mientras se levanta a su vez- Podrías llamar más a menudo. Y estaría bien que no lo hicieras sólo para darme trabajo- añadió- Nos VEMOS, Murdock.
- Nos vemos Tasha…- susurró Matt.
El abogado se quedó de pié, escrutando la sala. Buscando la voz o el latido de Drago, a fin de localizarlo. Aprovechó para fijarse en el resto de conversaciones. Había miedo, pero no sólo por parte de los chicos. También en la voz y los corazones de alguno de los agentes de SHIELD. Cuando, finalmente, consiguió localizar al profesor, se acercó lentamente y bajó la cabeza.
- Pe… perdona todo esto. Estoy seguro de que os podréis ir enseguida. Yo… eh… conozco a la Señorita Romanoff de hace tiempo. La representé en una ocasión y hemos seguido en contacto desde entonces. Yo… la llamé en secreto cuando la cosa se puso fea con Magneto. No se me ocurría qué otra cosa hacer…
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018] 22nd Octubre 2022, 01:00
Drago asintió en silencio y miró a la anciana, agradecido. Durante uno o dos segundos no pudo decir nada a causa del nudo que tenía en la garganta, pero al final sacó de una mochila un pequeño dispositivo electrónico circular con una X que lo cruzaba y lo sintonizó.
- Aún así, siento que la tragedia se ha cebado especialmente en éste lugar santo repleto de buenas personas que sólo viven para ayudar a los demás -señaló la X central-. Es un comunicador. Si se presiona, envía una señal de emergencia directamente a la mansión, y siempre hay personal de guardia. Si alguna vez volviérais a encontraros en una situación peligrosa, llamadnos y acudiremos.
Tras depositar el aparato en la palma de la mano de la mujer, cerró sus dedos sobre él y sostuvo su mano entre las suyas, mirándola a los ojos para susurrar una vez más un gracias inaudible antes de volverse hacia Matt.
La repentina y súbita aparición del personal armado le tomó tan de sorpresa como la curiosa coincidencia de que el abogado hubiera abierto la puerta en el momento preciso, avisando de antemano a los presentes para que no se movieran, casi como si hubiera podido predecir lo que había al otro lado... Pero no era posible, ¿verdad? Las puertas de la iglesia eran bastante gruesas, y los muros de la misión eran de piedra antigua. Además, los soldados, que esperaban encontrar a las fuerzas enemigas en el interior, habían sido extremadamente cautelosos. ¿Cómo demonios lo había adivinado?
Cuando superó aquellas dos sorpresas se fijó en otro elemento inusual... Las armas de los soldados eran de plástico, lo cual sólo podía significar que sabían a quién iban a encontrar allí. Pero, ¿quién les había avisado? El logotipo de S.H.I.E.L.D. era perfectamente visible en sus uniformes, y los simples civiles no tenían forma de contactar con ellos por medios tradicionales...
Tendría que aparcar todas aquellas cuestiones por el momento, ya que los agentes habían entrado en la iglesia para interrogar a los presentes, y como el único adulto que acompañaba a los mutantes su testimonio sería de los más importantes. No llevaba mucho tiempo prestando declaración cuando una agente pelirroja entró en el lugar y, tras dar un par de indicaciones a sus subalternos para que aseguraran la zona, se dirigió directamente hacia él, tendiéndole la mano.
- Profesor Katich -le saludó-. Soy la agente Romanova. ¿Se encuentran todos bien?-inquirió, mirando a su alrededor.
Él correspondió a su saludo con idéntica firmeza, asintiendo en señal de reconocimiento. Sabía quién era, por supuesto, de la misma forma que ella sabía quién era él. Antes de la Colisión, el bosnio no era demasiado conocido, pero desde que había surgido Omega se había convertido, sin pretenderlo, en la cabeza visible de los X-Men al verse prácticamente obligado a representar a los mutantes en todos los encuentros que habían tenido con los grupos de otros universos debido a la ausencia o indisposición de sus compañeros tras la catástrofe. A decir verdad, el músico no terminaba de sentirse cómodo con su nuevo rol, ni estaba seguro de poder llegar a acostumbrarse nunca a su recién adquirida notoriedad, pero había asumido sus funciones y hacía todo lo posible por cumplir con lo que se esperaba de él.
- Encantado, agente, es un honor. Sí, estamos todos bien. Lehnsherr no tenía intención de hacer daño a nadie, si bien nos amenazó a todos para poder llevarse a uno de los chicos, pero éste marchó con él de propia voluntad. Según pude deducir, llevaba algún tiempo tratando de convencerle. Daré todos los detalles que sean necesarios, pero dudo mucho que podamos hacer más.
La mujer asintió, y le habría gustado poder decir que le sorprendió que justo a continuación fuera a hablar con Matt, pero después de todo lo anterior parecía simplemente lógico. Lo que no pudo dejar de notar fue la familiaridad que había entre los dos. El trato con él había sido correcto, profesional. En cambio la conversación con el abogado se alargó bastante más, y tanto la actitud de ambos como su lenguaje corporal implicitaba alguna clase de relación previa entre los dos. ¿Pero qué clase de relación podía tener un abogado ciego con la Viuda Negra? Había pocos contextos que podrían haber compartido más allá de la profesión del primero, así que supuso que sería algo relacionado. Sería el propio Matt quien se lo confirmaría pocos minutos más tarde, despejando así todas sus dudas.
- No hay nada que disculpar -negó antes de apoyar una mano afectuosa sobre su hombro-. Hiciste lo correcto, Matt.
Si no se hubiese quedado ciego y entrado en pánico habría tratado él de hacer lo mismo llegando hasta el comunicador, aunque le quedaba fuera de alcance y no podía moverse a causa de los cubiertos asesinos. Tampoco habría sabido hacia dónde dirigirse de haber podido, en cualquier caso.
- Sé que las intenciones de Magneto no eran agresivas, pero la situación podría haber escalado fácilmente y haberse vuelto mucho más desagradable. Trajo consigo a una mutante capaz de desactivar temporalmente el gen X. Sin mis poderes... Sin mi capacidad de controlar la luz... Estaba ciego. No pude hacer nada -se mordió el labio, avergonzado-. Esos niños estaban a mi cargo, se suponía que debía cuidar de ellos. Era mi responsabilidad también protegeros a todos, pero no pude, y a causa de mi debilidad podríais haber terminado heridos... O peor. A Magneto le preocupan los mutantes, pero la suerte que corran los humanos no podría importarle menos, así que me siento en parte responsable -se metió las manos en los bolsillos de los pantalones, abrumado. Xavier había depositado demasiada responsabilidad sobre sus hombros en muy poco tiempo-. En definitiva, Matt, pensaste rápido bajo presión y actuaste, y si las cosas se hubieran salido de control nos habrías salvado la vida a todos, así que, gracias.
Una furgoneta completamente negra hizo sonar el claxon desde fuera y vio a Sam haciéndole gestos con la mano. Echó un vistazo hacia los chiquillos desmoralizados que se encontraban dispersos por la estancia antes de devolver su atención a su amigo.
- Bueno, supongo que ya es hora de irnos. Han sido muchas emociones para un día y voy a tener muchas cosas que explicar con lo de Bryndar -estrechó la mano de Matt-. Si no has quedado completamente escarmentado, me gustaría volver a quedar otro día. Hasta entonces.
No había mucho más que decir; parecía que, fueran donde fueran, los mutantes estaban condenados a sembrar el terror y la destrucción a su paso. Así que, sintiéndose aún incómodo y responsable por todo lo sucedido, reunió a sus alumnos y se metieron en la furgoneta. Nunca se había alegrado más de tener los cristales tintados.
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Tema: Re: Acogidos a Sagrado (Eclipse/Matthew Murdock) [06/04/2018]
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