Martha R. Marvel Universe
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Mensajes : 429 Fecha de inscripción : 08/06/2017 Humor : Tan oscuro que absorbe luz
Ficha de Personaje Alias: Dead eyes Nombre real: Martha R. Universo: Marvel
| Tema: {Autoconclusivo} "si el mundo quería a un Kotska" [02-05-19] 10th Junio 2021, 16:13 | |
| El piar de los pájaros se escuchó a través de los finos cristales de la ventana por la cual asomaban los primeros rayos de luz del día. La habitación era pequeña, solo tenia una mesa, llena de papeles a medio escribir y libros a medio leer con una guitarra apoyada en una de sus patas, un armario, lleno de premios de actividades físicas y mentales y dos camas, la una al lado de la otra, mostrando que ese cuarto fue una vez habitado por más de una persona a la vez. En una cama se podían encontrar montón de peluches, de osos con tonos rosados, elefantes morados y peces de múltiples colores, mientras que en otra yacía un uniforme de karate y figuras de acción, una del capitán américa a borde de caerse miraba con sus inertes ojos de muñeco la figura que en el suelo acolchado de la habitación dormía.
Como la gravedad era una amante caprichosa, el muñeco acabó cayendo, golpeando la frente de la mujer, sacándola de su ensueño. Perdida y confusa miró a su alrededor, intentando recordar los hechos pasados que la llevaron a donde fuera que estuviese… sus ojos no necesitaron más que unos segundos para darse cuenta del lugar en el que se encontraba; era su cuarto y el de su hermana, al menos lo fue hasta que el incendio se lo arrebató todo ¿Cómo era posible? Los libros de su hermana, sus anotaciones, la guitarra… nada de eso se salvó , no podían estar igual que como ella lo recordaba años atrás, no… tenía que ser un sueño, debía serlo.
Sin embargo algo no encajaba; si era un sueño ¿Por que seguía teniendo el rostro deformado? Cuando se llevó la mano a la cara ante la sorpresa del lugar donde se encontraba, noto sus dientes, la dureza de su piel encarnada, la falta de nariz… si fuera un sueño, mismamente se podría haber arreglado el rostro, más ahí estaba, como si del mundo real se tratase. Intento recordar lo que pasó estos últimos días, recordaba una discusión con su tío y luego un frío estremecedor y… se acordaba de una cosa más, de algo que querría pensar que fue nada mas que una pesadilla. La voz que escuchó a su espalda le recordó que aquella pesadilla era muy real
-Al fin despiertas, niña
Entre temblores de miedo, ansiedad y sorpresa, volteo la cabeza hacia el lugar de donde provenía la voz, afirmando sus sospechas; el Ente. Al ver aquella tenebrosa aparición, cayó de culo en el suelo, arrastrándose en la dirección contraria hasta no poder mas y chocar contra las patas de la mesa, mientras el Ente la miraba con un rostro inexpresivo, sin labios ni cejas que mostraran su estado de ánimo, lo único que se pudo discernir fue como cruzo los brazos
-¿Es así como tratas a la familia?
Proclamo en tono burlesco, mientras que, ante los atónitos e incrédulos ojos de Martha, empezaba a transformarse en … su tío, al menos en algo parecido a su tío ya que aún seguía teniendo un color azulado y parecía algo translúcido. Sus ojos temblorosos se cerraron con toda la fuerza que le permitían sus músculos faciales, negando con la cabeza de lado a lado, no aceptando aquello que se mostraba ante sus ojos
-No… tu no eres mi tío ¡El me quiere! Tu solo eres… un ser despreciable
Sorprendentemente, el Ente, aun con la forma del tío de Martha, sonrió, soltando una carcajada que retumbó por toda la habitación, repiqueteando en los cristales y asustando a los pájaros que en el árbol cercano anidaban
-Chica lista… no, no soy tu tío, pero si que soy el… veras, los dos somos mutantes que no podemos morir y en mi lin… mi universo, yo llegue al fin del universo y logre viajar al pasado para poder poner fin a mi vida, como llevamos haciendo desde la eternidad, un bucle constante y eterno- la figura se acercó a la habitación, asomándose a ella y apretando la palma contra el cristal -pero… algo salió mal esta vez, el universo ya no es el mismo, el efecto Omega lo ha cambiado todo...
Siguió apretando el cristal, provocando que empezaran a aparecer grietas en el, mientras Martha, que aún no estaba segura de sí creerse lo que veía, se levantaba del suelo, apretando los puños, frunciendo el ceño, desafiante ante lo que el Ente le contaba
-¿Cómo sé que todo eso que me estás contando es verdad? ¿Cómo sé que no es otro de tus engaños?
Con una extraña delicadeza en sus movimientos, se giró hacia “su sobrina” y… ¿Sonrió? No era una sonrisa de burla, no, era una… melancólica, una sonrisa que parecía añorar tiempos pasados. Levantó la mano, chasqueo los dedos y la habitación en la que estaban se desvaneció, transformándose en un campo abierto, pero no cualquier campo abierto; era la parte trasera de su casa, donde, aún recordaba, celebraban las fiestas con su familia, a la sombra que le proporcionaba su casa.
-Esta era mi vida, esta podría haber sido tu vida, si el efecto Omega no hubiera ocurrido...
Apareció una alargada mesa, una enorme paellera adornaba el centro, platos de plástico llenos de patatillas y algunos frutos secos sirven como tapas, unas gotas de agua bajaban por la botella de coca cola fría, recién sacada de la nevera, al igual que los botellines, guardados en una pequeña nevera debajo de la mesa. Tras esto, aparecieron las mesas de plástico, una, dos, tres… hasta cinco sillas aparecieron delante de sus ojos… y para terminar, aparecieron las personas; su madre, con un aspecto más mayor del que ella recordaba, colocando los platos para repartir el arroz, siendo ayudada por su marido, su padre, que canturreaba una cancioncilla, provocando una agradable sonrisa en ella.
Las apariciones continuaron, primero fue su tío que estaba igual a como ella lo recordaba, luego apareció ella, que aparentaba estar compartiendo una conversación con él, aunque aquella aparición casi no parecía ser ella; su piel tenía un color sano, su cabello era corto y bajo su ropa parecía estar más tonificada que la Martha que miraba aquella figura, como si no se hubiera dejado de cuidar nunca… nada de eso importó cuando, delante de sus ojos, apareció su hermana pequeña, que se mostró conversando con ella y su tío. De sus labios temblorosos, humedecidos por las lágrimas que aparecieron en su rostro ante aquella visión, no pudieron expulsar palabra ¿Cómo era posible esto? Su familia… su hermana, todos estaban vivos
-Esta era mi línea temporal, aquella podrías, no, deberías haber sido tú- le dijo el Ente, señalando a la otra Martha -el efecto Omega nos lo arrebató, nos lo arrebató todo
Bajo la cabeza y todas aquellas visiones desaparecieron, transformándose en un carbón grisáceo que desapareció arrastrado por el viento, volviendo a aparecer una vez más en el cuarto. Martha apretó los puños, sentía una enorme… rabia, un odio insaciable que recorría sus venas y le envenenaba el cerebro; era culpa del universo, si no fuera por el efecto Omega, su familia aún seguiría viva, tenían que pagarlo, todos, todos lo pagarán.... sin embargo, pudo sacudirse la cabeza, recordando la sonrisa de su hermana, a la que no le habría gustado que pensara esas cosas tan horribles
-No… mi familia a muerto y no puedo cambiar eso- dijo con más decisión de la que tuvo en toda su vida -Siento que hayas perdido tu vida pasada, pero eso no tiene que ver conmigo
El ente la miró de arriba abajo, quedándose callado unos segundos para, poco después, suspirar
-Entonces supongo que te debo enseñar una cosa más
Volvió a chasquear los dedos y esta vez, en vez de transportarse a otra ubicación, llamas empezaron a aparecer por toda la habitación, calcinando los bonitos recuerdos que la adornaban. Martha, nerviosa y asustada, miró a su alrededor atemorizada ante las llamas, mas no tardó en descubrir que no le hacían ni el más mínimo daño, como si no estuvieran ahí ya que, obviamente, no eran más que otra aparición creada por el Ente
-Acompáñame
El Ente atravesó la puerta sin necesidad de abrirla y ella le siguió, pasando por la puerta al igual que él, aunque ella sí que se quedó unos segundos mirando hacia atrás, sorprendida de lo que acababa de hacer. Aun así continuó bajando por las escaleras, siguiendo a su… al Ente, llegando a la planta baja donde vio el cadáver de su madre, lo mismo que vio cuando entró años atrás… aunque ahora había alguien mas, un hombre encapuchado con un cuchillo de hoja afilada y ardiente, con rastros de sangre en la hoja
-Este es el hombre que asesinó a tu familia, un pirómano
Se paralizó al completo; desde siempre pensó que el Ente provocó el incendio, pero si resulta que el Ente era en verdad su tío, tenía sentido que no fuera él quien lo provocó sino este hombre que enfrente suya se encontraba, de rostro tosco, calvo, con dientes sucios, un piercing en la oreja y el tatuaje de un escorpión con motivo tribal en la frente. Todo lo que sintió momentos atrás no se podían ni comparar a lo que su corazón sufre al ver el rostro de aquel hombre; sus venas se ennegrecían de dolor y rabia, en su mente solo aparecian pensamientos de odio, de venganza, ganas de acabar con la vida de aquel monstruo con sus propias manos
-Esto no es todo
Confesó el Ente, que chasqueo los dedos, convirtiendo la casa en unas restos carbonizados, haciendo aparecer delante de Martha una carpeta marrón, dejando que la cogiera y buscara entre sus páginas, encontrando en ellas la ficha del hombre que acababa de ver; era español, arrestado en Colombia y enviado a España para su encarcelación, delante de sus ojos apareció la policía Colombiana arrestando al hombre, ayudados por… ¿Quién era ese? Martha reconoció su rostro, era aquel hombre que conoció meses atrás en el puerto… suya era la culpa de que su familia, su hermana, hubiesen muerto en el incendio
-Y aun no termina- en la carpeta que tenia Martha en las manos empezaron a aparecer unas letras rojas; era el nombre de su tío -él lo sabía todo este tiempo, sabía quién era el culpable de la muerte de su familia… y no hizo nada
Esa fue la gota que colmó el vaso. Las apariciones desaparecieron, el suelo empezó a temblar, resquebrajándose, mientras que el Ente se echaba poco a poco hacia atrás, alejándose de Martha hasta no quedar más que su sombra, acompañada de unas sombras que la mujer desconocida; una que parecía ser de una reina con una corona rota y las de un fornido hombre con un anticuado sombrero, que miraban a la mujer con ojos orgullosos, mas ella no prestó atención a nada de esto, pues sus ojos aún miraban con una intensa furia, más intensa que el interior de un volcán, la carpeta con el nombre de su tío ¿Por que no le contó la verdad? ¿Por qué no hizo nada para vengar a su familia? El hombre culpable de que asesinaran a su familia aún seguía vivo, sin preocuparse de lo que hizo, sin pagar las consecuencias… no podía soportarlo y las emociones al fin tomaron control de su psique, lanzando un desgarrador grito al cielo.
Los ojos de Martha se volvieron a abrir, mas ya no estaba en un sueño sino en su piso, con el enorme agujero provocado por los demonios que le atacaron a ella y a su tío… aunque ella desconocía estos hechos y ya ni siquiera llamaría a su tío “tío”, pues ya no lo veía como familia… solo como el hombre que la engaño y no actuó al descubrir el culpable de la muerte de su familia. Fue al baño, sacando unas tijeras del pequeño armario de detrás del espejo del lavabo y, sin pensárselo dos veces, comenzó a cortarse el pelo, inundando el suelo del baño con enormes jirones de pelo castaño, hasta que ella consideró que lo tenía suficientemente corto. Una vez terminó de acribillarse el pelo, fue al armario de su habitación y se puso una de las muchas bandanas que allí guardaba, camino al enorme agujero que portaba su salón tras el ataque y, con las manos cruzadas a la espalda, se quedó mirando el paisaje hacia sus pies, en su corazón solo quedaba espacio para la rabia y el odio, pero en su mente aun cabían planes para la venganza… si el universo quería un Kotska… tendría un Kotska. | |
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