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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
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Ficha de Personaje Alias: Predicador Nombre real: Jesse Custer Universo: DC Universe
Tema: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 1st Abril 2020, 00:50
Llevaba cuatro horas en la carretera desde que había salido de Jasper y empezaba a tener bastante hambre, así que aparcó el coche en una estación de servicio que tenía al lado una tienda de alimentación checa, y, tras rellenar el depósito del coche, entró dentro de la tienda. Si los deliciosos olores que le asaltaron nada más entrar no eran un indicativo de que había elegido bien el lugar, la inmensa cantidad de gente que recorría los pasillos escogiendo productos de las estanterías desde luego lo era.
A Jesse se le hizo la boca agua al acercarse a los expositores y comprobar que vendían kolaches, un tipo de pastel típico de la República Checa relleno de compota de frutas y otros ingredientes salados como queso que se había hecho popular en algunas pastelerías de Estados Unidos gracias a la inmigración, especialmente en la zona de Texas, donde había pasado a convertirse en un elemento fundamental en cualquier desayuno que se preciara.
La cola era larga, pero pasó rápida. Cuando le llegó su turno, pidió dos kolaches salados relleno de salchicha, jalapeños y queso y dos dulces, uno relleno de queso y crema de arándanos y otro relleno de queso y mermelada de fresa antes de sentarse en una de las mesas a disfrutar de su almuerzo. Los kolaches salados estaban más picantes de lo que había esperado, pero de una manera agradable que cualquier nacido en Texas sabría apreciar. En cuanto a los dulces, resultaron ser igualmente sabrosos, con la proporción justa de crema de queso y relleno de fruta en perfecta armonía sin que ningún sabor anulara al otro.
Se estaba tomando unos segundos de bien merecido descanso para reposar la comida antes de volver a meterse en carretera cuando un grupo de unos diez o doce motoristas irrumpieron de repente en la tienda portando pistolas y bates de béisbol y empezaron a arrasar por las diferentes secciones de la tienda, arramplando con lo que se les antojaba, amenazando a la gente con sus armas, golpeando las estanterías y derramando por los suelos los productos que no se llevaban, como una marea de destrucción y caos humana. Los dependientes se escondieron asustados detrás de sus mostradores, y la mayoría de los clientes recogieron rápidamente sus cosas y salieron de la tienda a toda velocidad.
- ¡Tú! -exclamó el que parecía ser el jefe, encañonando con la pistola a la dependienta que estaba en la caja-. ¡Dame todo el dinero, chicana de mier...!
Se escuchó un golpe seco y violento cuando la cabeza del tipo se estrelló repentinamente contra el mostrador y el cuerpo del motorista se desplomó inconsciente contra el suelo. Tras él apareció Jesse, quien, con actitud tranquila y calmada, sacaba del bolsillo de los pantalones la cartera para pagar la consumición, ante la atónita mirada del resto de motoristas, que no daban crédito.
Al ver que Jesse seguía liado con la transacción y no le respondía, fue hacia él y le cogió del hombro.
- ¡Eh! ¿Estás sordo o qué?
Tuvo apenas tiempo de distinguir un alzacuellos y unos adornos de metal en las puntas de la camisa del hombre antes de que éste se girara y le hundiera el puño justo debajo del esternón, dejándolo sin aliento. El hombre cayó de rodillas, doblado sobre sí mismo y vomitando en el suelo. Tras él, una decena de matones formó un semicírculo en torno a Jesse preparando bates de béisbol, navajas y pistolas.
En fin, suspiró para sí el predicador; Here goes nothing...
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Última edición por Jesse Custer el 25th Mayo 2020, 19:37, editado 1 vez
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 3rd Abril 2020, 00:24
Los motoristas habían aparcado sus vehículos motorizados en la entrada de la estación de servicio y mientras los demás entraban para arrasar con el establecimiento, uno de ellos se quedó atrás, sentado en su moto, para hacer de vigía por si venia la policía. Tenía que tener una buena vista para poder ver desde lejos cualquier coche que se acercara y, sin embargo, se quedó pasmado cuando lo que vio de lejos fue un solo caballo que trotaba de camino a la estación de servicio con la sonata de un banjo tocada por lo que parecía una mujer de zapatos marrones, pantalones vaqueros negros sucios y desgastados, una camisa azul oscuro igual de deplorable y un gorro de vaquera que, a diferencia del resto de su ropa, parecía estar en mejor estado.
Cabalgaba en un caballo sin montura que parecía más un caballo salvaje que se dejaba llevar por sus instintos que por uno que estaba siendo montado por su dueño. El animal estaba claro que provenía de alguna granja de caballos en la cual la mujer que lo cabalgaba estuvo tiempo atrás, claro que no había comprado ni el animal ni las ropas que llevaba, tampoco el banjo que tocaba que parecía sacado de un basurero más que otra cosa. Al llegar al aparcamiento de la estación de servicio, ante la atónita mirada del motorista, dejó de tocar y se bajó del caballo, justo cuando fue a entrar a la tienda el motorista que ejercía de vigía le dio un grito, acercándose a ella blandiendo un bate de metal
-Mi banda está ocupada ahí dentro, así que sera mejor que te vayas por donde has venido, viejales
Se paró en seco, se giró hacia donde estaba el tipo, un muchacho de apenas veinticinco años y se quito el sombrero, dejándolo en el suelo junto al banjo. Dio unos pasos hacia el motorista y este, como cobarde que era, no dudo ni un segundo en alzar su bate y blandirlo hacia la cabeza de la anciana sin ninguna dilación. Por sorpresa de este la mujer de la mano paró el arma como si no fuera nada y, quitándoselo de las manos con un tirón y sujetándolo ella con las dos manos, lo dobló como si se tratara de plastilina.
Lo último que vio el hombre fue el cristal de la tienda antes de ser lanzado a través de él dándose de bruces contra una de las estanterías quedándose inconsciente en el proceso y haciendo que los motoristas que se encontraban rodeando a Jesse se giraran por unos segundos a fin de ver a la mujer que entró por el mismo cristal que segundos atrás reventó con el cuerpo del hombre, con el sombrero de nuevo en su cabeza
-¿Eto e vuetro?
Dijo señalando con el pulgar al hombre que yacía en el suelo con algunos cristales clavados en el cuerpo. Los hombres, enfurecidos, se dividieron en dos grupos uno contra Jesse y otro contra Gray. Esta última suspiro cuando vio a los hombres acercándose
-Ega ya, que zolo queria un “Baglel”, cago en to
Uno de los hombres aprovecho para darle un “latigazo” con la cadena apuntando a su cabeza, más el ataque falló y solo le dio en el hombro, cosa que no quito el daño que eso le hizo a la mujer, teniendo que ponerse la mano en donde la cadena le golpeó
-¡Coño!
Exclamó ante el dolor y el mismo hombre aprovechó de nuevo para lanzar otro ataque, más esta vez Gray agarró la cadena con la mano evitando que le diera y tiró de ella trayendo al tipejo hacia ella el cual dejó k.o. de un cabezazo.
Al ver esto, dos más se lanzaron a por ella con bates de béisbol mientras otro, que parecía estar algo nervioso y le temblaban las manos, intentaba apuntar a la mujer con su pistola. La anciana detuvo a ambos hombres con una mano cada uno, los dos quedando impactados por la fuerza que tenía la mujer la cual lanzó a uno hacia el que la estaba apuntando, no sin antes el poder dar un tiro que, a pesar de que fallase, le rozó uno de los lados del abdomen haciéndole sangrar.
Esto no hizo más que enfurecerla y, como hizo con el primer hombre que le ataco, le quito el bate de las manos lanzandolo detrás suya, tiro al hombre al suelo y, antes de que pudiera levantarse, le dio un fuerte puñetazo en toda la cara dejándolo fuera de combate. Tras esto, la mujer se incorporó y se pasó la mano por la herida que tenía cerca del abdomen, llenándose un poco la mano de sangre
-God danm, ¿No o han’señao a no dipara a'na dama?
Eso ultimo lo dijo en tono de broma, estaba bastante claro que a ella esa situación no le suponía ningún problema, al igual que tampoco le era un problema pelear con los hombres que intentaban atacarla ya que con su fuerza era como si unos niños intentasen atacar a un culturista; no tenían muchas posibilidades de tumbarla, lo único que podían hacer era intentar disparar sus pistolas y rezar para que eso la detuviese, ya que con lo fuerte que era y lo que estaba aguantando no sabían si eso lo haría, aunque la respuesta era una afirmación; unos tiros podrían pararla, seria mejor que ella y el desconocido se ocupasen de los bandidos antes de que eso pudiera suceder.
Off:
He pensado que a este tema le vendría bien algo de música de western, ¿no? aunque sea de uno moderno ^^
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 8th Abril 2020, 00:55
Cuando la situación parecía más jodida, una de las puertas de cristal reventó en mil pedazos cuando un cuerpo pasó a través de ella sin la deferencia de esperar a que se abriera, yendo a empotrarse directamente en la balda de los cereales, donde quedó con bolitas de arroz inflado chocolateado resbalándole por encima.
-¿Eto e vuetro?
La voz provenía de la puerta rota, por la que en aquellos momentos estaba entrando una anciana de cabellos blancos. Jesse inicialmente se preocupó cuando vio que la mitad de los matones se dirigía hacia ella, pero sus preocupaciones se desvanecieron en cuanto vio cómo noqueaba al primero de sus atacantes, de un cabezazo al más puro estilo lucha libre.
No pudo ver mucho más porque tenía sus propios problemas de los que ocuparse; el primero de los motoristas fue hacia él empuñando un cuchillo; Jesse lo bloqueó con una mano y con la otra le asestó un puñetazo que le llevó al suelo. Acto seguido echó el cuerpo hacia atrás para esquivar una patada alta, se desvió hacia un lado agarrando el tobillo del tipo y después se dejó caer con todo su peso sobre la rodilla, que se rompió con un doloroso crack, dejando al tipo aullando de dolor en el suelo. El tercer motorista consiguió asestarle un puñetazo que le hizo retroceder hacia la barra, sobre la que se encaramó un cuarto para engancharle por la garganta. Jesse jadeó y trató de aflojar la presión en el cuello, que le impedía respirar, y, por supuesto, hablar. El que le había pegado el puñetazo sacó un cuchillo.
- Te voy a sacar las tripas, cabrón...
Antes de que pudiera terminar la frase, Jesse le asestó una patada en las pelotas con sus botas de cowboy, y cuando el tipo se dobló sobre sí mismo agarró al que le sujetaba por detrás por los hombros y se inclinó hacia delante, usando la ventaja que le daba que estuviera subido en lo alto de la barra junto con su propia fuerza para conseguir la inercia necesaria, haciéndolo caer sobre el que estaba en el suelo. Jesse se giró justo a tiempo para frenar con el antebrazo izquierdo el golpe del quinto motorista, asestándole un derechazo que le hizo retroceder sangrando por la nariz y con varios dientes menos.
Los que aún podían seguir luchando estaban empezando a incorporarse. Jesse fue hacia una de las estanterías, cogió una botella de licor y se la estrelló en la cabeza al primero que vio, haciendo que volviera a desplomarse, ésta vez inconsciente. Después echó mano a una de las sillas y se la reventó en la espalda a otro, pegándole una patada en la cara cuando volvió a caer. Una vez se hubo asegurado de que ninguno más se levantaría en un buen rato, miró a Gray. Antes había escuchado un disparo, pero en aquél momento estaba demasiado ocupado intentando no morir como para que su cerebro pudiera procesarlo de manera adecuada. Ahora que el peligro había pasado, en cambio, el color rojo en las ropas y en la mano de la mujer resultaron dolorosamente visibles.
- ¡Santo cielo! -exclamó corriendo hacia ella-. ¿Se encuentra bien, buena mujer?¡Llamad a una ambulancia! -pidió a los dependientes, que justo estaban empezando a volver a asomarse desde detrás de la barra.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 11th Abril 2020, 18:18
Que te den un balazo no es gusto de nadie y Gray no era diferente, por suerte la bala solo le rozó el costado y solo le hizo una sangrienta herida, nada que ella no pudiera soportar. Al haber estado ella peleando contra los tres hombres que fueron a atacarla se perdió la pelea de Jesse con los hombres restantes, lo que sí vio fue el después de la pelea; a varios hombres tirados por el suelo uno con la boca sangrando, otro con licor,cristales y sangre por toda la cabeza y el último en el suelo, inconsciente como el resto.
Miró al hombre con una cara de aprobación, sabía muy bien que ella lo tenía más fácil por eso de ser muy, pero que muy fuerte y su poder regenerativo, pero que un hombre normal y corriente fuera capaz de enfrentarse contra tres tios armados, vencerlos y sin siquiera mancharse la camisa, eso tenía arte. Iba a saludarle, sin embargo el hombre fue más rápido que ella cuando exclamó al ver la sangre de su abdomen, tuvo Gray que agachar la mirada, recordando que, en efecto, estaba sangrando
-No te procupe, eto no e na zolo ma rozao… anque man manshao la camisa, cago en dio
La regeneración de Gray era lenta, aunque con una herida como esta no es que tuviera mucho peligro, aunque seria buena idea parar el sangrado de alguna manera antes de hacer otra cosa, además las manchas de sangre en la ropa era algo que a Gray no le entusiasmaba llevar encima. Como si no hubiera nadie delante se fue desabrochando la camisa dejando ver no solo su cuerpo desnudo, que eso era lo evidente, si no la cantidad de cicatrices que tenía, desde las del abdomen hasta la del pecho.
Agarró la camisa y la enrollo haciendo uso de ella a fin de parar el sangrado, atándosela al abdomen con fuerza. Aunque a Gray no le importaba ir haciendo topless por la vida, el sol del sur pegaba fuerte y seria mejor no salir sin algo de protección en el cuerpo, asi que se acerco a uno de los hombres que yacía en el suelo, le quitó la camiseta blanca que llevaba conjuntada con un chaleco de cuero negro, le puso unos segundos su sombrero en la cabeza y le usurpo las ropas, quedándose el hombre sin nada encima y Gray con unos nuevos ropajes.
-Azi ta mejo, ¿No?
Dijo mientras se ajustaba la camiseta, que no era del todo de su talla. Echo el guante a su sombrero de nuevo volviendolo a poner en la cabeza y centró su atención de nuevo en Jesse, no sabía si le miro mientras se estaba desvistiendo y la verdad es que le daba bastante igual. Miro al hombre, luego a los hombres que yacían en el suelo y de nuevo a Jesse, sonrió
-Danm, tene wüen arte pa defendete, mushasho
Le halago mientras se dirigía al mostrador para dar dos golpes en la mesita, haciendo que un asustado dependiente se levantó muy despacio con las orejas cubiertas por sus manos mientras miraba a todos lados, cerciorándose de que los moteros estaban fuera de combate. A diferencia de el, Gray sonreía con la mano en el mostrador mientras miraba en el cristal los dulces que en él se encontraban
-Un bagel, po favo… bueno do, que vengo jarta de hambre
Con una mano temblorosa el hombre cogió las pinzas, le puso los dos bagels en una bolsa pequeña de papel y se lo entregó, aclarandole con una voz igual de temblorosa que sus manos que le debía cinco dólares por los dos dulces. No iba a pagar, sin embargo en uno de los bolsillos del chaleco noto un bulto y, al meter la mano, sacó unos billetes sucios y agarrados que le lanzó al chico, agarrandolo este con la mano
-Queate con la vuerta
Le giño el ojo, ni sabia cuanto le había lanzado y tampoco es que se fuera a poner a contar el dinero, tuvo la suerte de que en el bolsillo del chaleco hubiese algo de pasta y eso ya era suficiente para ella, que no le gustaba el dinero. Saco uno de los bagels de la bolsa y empezó a comérselo, mientras los dependientes salian de detrás de los mostradores para ver los desperfectos de la tienda tras la pelea, uno de ellos casi se desmayó al ver el agujero donde antes hubo una puerta de cristal. Gray miró a su alrededor, ella estaba bastante más tranquila que los dependientes o que los clientes que empezaban a asomarse por los ventanales de la tienda, curiosos espectadores que querían saber lo sucedido ahi adentro
-La que za liao, ¿Tan weno tan aqui los bollo?
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 27th Abril 2020, 00:50
Ahora que estaba cerca de ella podía ver que, en efecto, la lesión no parecía grave. Cuando entendió lo que quería hacer apartó la mirada con pudor. Puede que Gray no se encontrara en sus mejores años en cuanto a lozanía se refería, pero seguía siendo una mujer, y Jesse era cortado para esas cosas. Aún así, pudo captar de refilón alguna que otra cicatriz, no tanto por fijarse en ellas sino porque parecía imposible no hacerlo, dada la inmensa cantidad que tenía. No pudo evitar preguntarse la clase de pasado que habría tenido. Al menos en eso tenía que darle las gracias a la matriarca de los L'Angelle; las torturas que sufrió él no le dejaron marcas. No de las visibles, en cualquier caso.
Se dio la vuelta para darle privacidad, y mientras esperaba a que terminara de curarse y volviera a cubrirse se encendió un cigarrillo. Había un cartel en el exterior que decía que no se podía fumar dentro, pero qué coño. Después de la que les habían librado seguro que no les importaba hacer un poco la vista gorda.
-Azi ta mejo, ¿No?
Ante la pregunta se volvió, con el cigarrillo en una mano y la otra en el interior del bolsillo de sus pantalones negros de predicador y se quedó observando, con cierta sorpresa, el cambio de vestuario. Su mirada extrañada pasó alternativamente de Gray al motero descamisado.
- Hum -carraspeó, algo turbado-. Y digo yo... ¿No habría sido más fácil usar la camisa, o un paño limpio de la tienda para vendar la herida sin necesidad de... bueno, desnudarse?
No es que a él le importara en lo más mínimo que lo hubiera hecho. Jesse realmente creía en la libertad de cada uno para hacer lo que le diera la santa gana, y no tenía el menor problema con la manera en que cada uno quisiera exhibir, o no, su cuerpo. De hecho Tulip había sido siempre bastante desvergonzada en ese sentido, y a él le encantaba. Pero era una cuestión de practicidad, más que nada. Le parecía que habría sido más rápido y menos complicado.
- Bueno, en cualquier caso te sienta bien -resolvió, curvando los labios en una sonrisa cómplice-. Gracias -respondió ante el elogio-. El tipo que me enseñó a pelear era uno de los mayores hijos de puta que ha existido. Eso ayuda a concentrarse.
No pudo evitar notar que la mujer no había reaccionado lo más mínimo ante el hecho de que él llevara alzacuellos. Normalmente lo que más le impactaba a la gente era que un ministro de la iglesia fuera capaz de defenderse de aquél modo.
Se quedó en su sitio observando cómo la mujer desconocida se pedía el desayuno como si tal cosa, y no pudo evitar formar una sonrisa. Había algo en ella que le recordaba a la sincera despreocupación que tenía siempre Cassidy.
- Es la primera vez que paso por aquí -dijo, dando unos golpecitos para hacer caer la ceniza del cigarro en la boca abierta de uno de los moteros inconscientes-, pero los kolaches que he comido yo estaban de puta madre, y a juzgar por el número de coches aparcado ahí fuera tiene que ser un buen lugar para detenerse en el camino a recuperar energías -avanzó hacia ella y le tendió la mano que hasta ahora había permanecido en el bolsillo-. Jesse Custer, un placer.
- Buenos días -dijo una voz con marcado acento sureño desde la entrada.
Pertenecía a un tipo de mediana edad con pelo y bigote canos que vestía una camisa blanca con la tradicional corbata de bolo, una gabardina gris claro a juego con los pantalones y un sombrero de cowboy al estilo tejano. El hombre acababa de pasar a través de la puerta rota y en aquellos momentos observaba con sumo interés la escena y el estado en el que habían quedado los asaltantes.
- Guau, ¿ésto lo habéis hecho vosotros solos? ¡Y siendo uno un pastor, nada menos! -avanzó hacia ellos, ofreciéndoles la mano de la misma manera que acababa de hacer Jesse-. Me llamo Thomas Pickett, y soy el dueño de la planta de fertilizantes del pueblo. Me gustaría tener unas palabras en privado con vosotros, si no os importa...
Jesse enarcó una ceja, intrigado, y miró a Gray para ver qué opinaba ella.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 30th Abril 2020, 17:41
Se sacudió un poco la camiseta que le acababa de tomar prestado, una forma más bonita de decir “robado”, al motorista. Le estaban un poco apretadas ya que a pesar de ser un hombre grande y con algo de músculo, Gray tenía una forma física que si se tuviera que describir con dos palabras sería “Tanque humano”, estaba hecha para pegar fuerte y aguantar. Claro que las peleas eran más fáciles para alguien como ella, un mutante; cuando eres capaz de levantar un coche con solo una mano una pelea de bar no es más que un espectáculo para ti, ver qué pueden hacer tus contrincantes antes de dejarlos ko. A la anciana le gustaban las peleas y siempre las solía ganar, a veces deseaba que alguien la pusiera contra las cuerdas.
Puede que ese dia llegue en algún momento, más no sería hoy o al menos no con los motoristas que recibieron tal paliza por parte de Jesse y ella que más les valdría empezar a portarse bien de ahora en adelante. Curiosamente, Gray cometió varios delitos mientras y despues de despachar a los moteros; le robo la ropa, el dinero y pagó con ese dinero, que lo más seguro es que fuera robado, tampoco es que importarse ya que esos delitos empequeñecen comparando con entrar armados a robar a una tienda, que no podrían haber elegido un banco o algo con más dinero en la caja, no…los pobres no daban para más.
Gray se miró la camisa cuando Jesse le dio a entender que habría sido mejor, y más sencillo, hacerlo de otra manera a fin de evitarle el desnudo. Se quedó unos segundos pensativa, mirandose la ropa cuando volvio a subir la mirada hacia el hombre
-Po tene rashon… weno, me gutaba zu ropa, azi que da igua
Si no hubiera recibido un balazo seguramente se habría acabado llevando la ropa del tipo de todas formas, así es como vivía Gray al fin y al cabo; si se metia en una pelea y le gustaba la ropa de su rival se la solía robar una vez termine el combate. Si no tambien solia “coger prestada” ropa de algún supermercado o la que la gente tiraba porque “ya no le queda bien” o “es un modelito del año pasado”, a Gray todo eso le daba igual; la ropa era ropa y ella llevaba puesto lo que le daba gana, o lo que podía conseguir; en los años 20 y 30 siempre solía llevar trajes ya que no era insólito que se cruzara con algún que otro gangster que, “amablemente”, le cedía su vestimenta.
Respondio al elogio de Jesse cogiendose el sombrero con los dedos, dejando primero el bagel que se estaba comiendo de nuevo en la boca, haciendo un saludo de Cowboy. Volvió a sacar el bollo y de nuevo se lo empezó a comer. Escucho la microhistoria de Jesse sobre quien le enseñó a pelear, asintió con la cabeza
-A mi me’nzeño la calle- se metio el ultimo cacho de bagel en la boca y se lo tragó -Y no e parao dede tonses
No podía decir que aprendió a pelear de alguien en exclusivo, simplemente aprendía de todos contra los que se enfrentaba, Gray era experta en peleas callejeras y, al no tener un estilo definido de pelear, era algo difícil predecir sus movimientos… o al menos así era antes; con la vejez sus movimientos se hacían cada vez más lentos y predecibles si su enemigo se trataba de alguien joven y más rápido, menos mal que seguía igual, o incluso más fuerte que antes.
- No tego ni idea, la veda- respondió ante lo que le dijo de los kolaches y lo de que este era un buen lugar para detenerse -Yo zoi ma de bare de carretera
No era muy dulcera, donde hubiera un buen vaso de whiskey y un filete bien grasiento que se quite todo el chocolate del mundo. Correspondió el saludo de Jesse con un fuerte apretón de manos, de los que a ella le gustaba hacer y una sonrisa
-Un plashe- una vez terminó el saludo, saco el otro bagel de la bosa y la arrugó en su mano derecha -Podes llamame Gray, Gray Fox
Que aunque no fuera su nombre y ella le daba igual usar nombres, ya tanta gente la llamaba así, o Red, que se le había quedado ya para siempre; si a la gente le gustaba llamarla asi, alla ellos, a ella le daba igual qué nombre le pusieran. Arqueo una ceja cuando vio al hombre del bigote, que rápidamente se le convirtió en una sonrisa; a ella le gustaban los hombres así. Cuando este dijo que uno de ellos era un pastor, miró confusa a Jesse y fue entonces cuando se dio cuenta de su alzacuellos y recordó que eso era algo que solían llevar los pastores, al menos los pocos con los que se ha encontrado
-¿Ere pator? Ni ma’bia fijao
No dudo en corresponder al saludo del hombre al igual que hizo con el de Jesse, con un buen apretón de manos, escuchando a posteriori la proposición del tal Thomas. Miro a Jesse y al ver que este parecía querer saber qué pensaba ella, sonrio y asintio con la cabeza
-Po mi vale, no tengo na ma que ashe ¿Tu que dice, Jesse?
Le pregunto sonriendo, la verdad es que su forma de vida le permitía hacer lo que le viniese en gana y ahora mismo le apetecía ver que les quería decir ese hombre, claro que eso no significaba que a Jesse le apeteciera hacer lo mismo, él era libre de elegir al igual que hizo ella.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 12th Mayo 2020, 01:16
La observó apreciativo mientras devoraba su bagel. Si le había enseñado la calle quería decir posiblemente que era huérfana, o que, como mínimo, había tenido una vida dura. Quizá tanto como la suya, pero ya habría tiempo para hablar de eso más adelante, si surgía la ocasión.
- Sí, yo también soy un asiduo de los bares de carretera, pero ya sabes, no se es un verdadero tejano si no disfrutas de un buen kolache en tu desayuno -sonrió con un encogimiento de hombros-. Gray Fox, ¿eh? Es curioso, me suena a indio. Estuve en Monument Valley una vez, buscando la sabiduría de los indios navajo.
Lo cual era un eufemismo para decir que había ido para conseguir un poco de peyote, pero tampoco había necesidad de dar todos los detalles, ¿no?
- Es un sitio precioso, no sé si has estado alguna vez... Me encanta la meseta del Colorado, es mi lugar favorito. Mi... Empire State, por así decirlo. El único sitio en donde me siento verdaderamente en paz.
Entonces apareció Pickett y Gray se sorprendió ante la mención de su profesión actual.
- No pasa nada -respondió el aludido con una sonrisa agradable y un guiño cómplice-: Mi padre siempre decía que había que juzgar a las personas por lo que hay en su interior, no por lo que aparentan ser. Así que no me cabe duda de que te habrás fijado en lo que realmente importa, Gray Fox.
Porque desde luego él no era un predicador convencional, y ni siquiera era lo que él habría escogido si le hubieran permitido elegir libremente en lugar de coaccionado.
Al ver que Gray le devolvía la pregunta sobre lo de Pickett se volvió hacia el tipo del bigote y se cruzó de brazos, creando distancia.
- Bueno, depende. ¿De qué quería hablar, amigo?
- No llevará mucho tiempo, os lo prometo. Tiene que ver con estos amables señores a los que acabáis de apalizar -dijo señalando a los moteros.
Jesse miró a los caídos y después de nuevo a Pickett con la ceja enarcada.
- ¿Conoce a éstos hijos de puta?
- No exactamente... Pero conozco al tipo para el que trabajan.
- Está bien... tiene nuestra atención -confirmó Jesse, intrigado.
- Veréis... -empezó Pickett una vez hubieron tomado asiento en una de las mesas de la panadería-. Como ya os he dicho, soy el dueño de la planta de fertilizantes de West, el pueblo que está aquí al lado, a dos minutos en coche. Y, como acabáis de daros cuenta, para ser un pueblecito tan pequeño y tranquilo hemos estado teniendo últimamente bastantes problemas de orden público.
- ¿Robos en pequeños comercios? -inquirió Jesse reclinándose en su asiento con el cigarrillo colgando de entre sus labios.
- No sólo. Tenemos una larga historia de robos de amoníaco anhidro en la planta de fertilizantes, presumiblemente por su uso en la fabricación de metanfetaminas, que es una droga con la que se ha estado traficando últimamente en el pueblo.
- ¿No tenéis sistemas de vigilancia en la planta?
- Lo instalamos en 2009, cuando empezaron los robos -respondió el hombre, encendiéndose a su vez un cigarrillo-. Pero los robos se han seguido sucediendo desde entonces. Sea quien sea el responsable tiene que tener ayuda desde dentro.
- ¿Y qué pasa con el Sheriff? ¿No cumple con su trabajo?
- El Sheriff, y la mitad de West, se encuentran en la nómina de Thaddeus West, el bisnieto del fundador del pueblo, un exitoso y respetado empresario que actualmente es el dueño del hotel del pueblo, el banco principal y varias tiendas. La mayoría de la gente le apoya porque con sus negocios ha traído mucho dinero y trabajos al pueblo, pero para ser honestos, reverendo, creo que su más reciente línea de negocio es de todo menos legal. Creo que está llevando a cabo operaciones de tráfico de metanfetamina con los productos que roba de mi planta, y creo que tiene contratados a los pandilleros y moteros que frecuentan últimamente el pueblo trayendo nada más que problemas. Os he visto pelear, y, viendo que no voy a obtener ayuda del Sheriff me preguntaba si tal vez podríais ayudarme a terminar de una vez por todas con éste problema. Evidentemente se os recompensaría sustancialmente por vuestros esfuerzos... ¿Qué me decís?
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 19th Mayo 2020, 13:49
Se limpió la boca con su mano derecha y luego se la sacudió en el pantalón para quitarse todas las migas de encima, claramente Gray no era una damisela muy educada en algunos términos. Arqueo una ceja cuando Jesse le comento lo de “no ser un verdadero tejano” y, aunque sabía que él lo decía sin mala intención, es frase le disgustaba ya que la gente que solía decirla lo hacía a malas y con los años que tenía Gray la escucho dirigida hacia ella y hacia otras personas, sin embargo, no iba a culpar a Jesse por usarla en ese momento además, no iba a malas, dedicándole una sonrisa placentera
-Yo no zoi musho de dulshe, ni de desaiunóh
Cuando Jesse mencionó Monument Valley a Gray le vinieron algunos recuerdos, de cuando era joven, muy joven, y se encontró con una tribu que vagaba por Monument Valley que al parecer venían desde Canadá. La tribu era una de las pocas que aún vivía como llevaban haciendo miles de años atrás y recuerda que cuando se encontró con ellos, le invitaron a fumar de una pipa muy larga y estuvieron hablando con ella sobre cosas que ya no era capaz de recordar, al igual que tampoco se acordaba del nombre que esa tribu decidió ponerle
-Zi que e preshiozo, zi- le decido una sonrisa a Jesse -Mi luga favorito e cuarquiera en er que tenga un shielo zobre mi cabeza
Ella se encontraba igual de a gusto en una ciudad que en el campo, para ella todo el planeta era su lugar favorita en el que poder caminar, relajarse tumbada en un mullido césped o refrescarse la garganta con el agua de un río, desde el árido desierto hasta las montañas nevadas. Había caminado por casi todo Estados Unidos y aún mantenía la idea de que era un lugar maravilloso y cada parte de él merecía ser apreciado. Asintió con la cabeza al escuchar lo que Jesse dijo sobre su padre
-Tu padre zabia lo que ze decia
A continuación, Gray pasó a escuchar atentamente al tal Thomas Pickett a ver que quería contarle ese hombre, arqueando una ceja cuando el hombre pareció admitir que conocía al hombre que envió a los atacantes. Casi ni entendió cuando dijo “metanfetamina” y si no fuera porque dijo que era una droga podría haber pensado que era una comida exótica o algo así, y lo de “amoniaco anhidro” eso ya ni hablarlo, esa palabra le entró por una oreja y le salió por otra como si ni la hubiera escuchado.
Lo que sí le estaba quedando claro era que el hombre necesitaba ayuda para detener a los maleantes que asaltaban el pueblo. Gray no es que fuera una “heroína” ni mucho menos; ella había robado durante toda su vida, aunque para ella no era robar, considerada una criminal por muchos agentes de la ley, al menos tenía la suerte de que su época ya pasó pudiendo relajar más, no como antes que era entrar en un bar y tener a varios policías y cazarrecompensas esperándola tras cada jarra de cerveza.
No era la primera vez que escuchaba hablar sobre un Sheriff corrupto o que trataba con uno. Cuando aparece un criminal famoso siempre le seguían algunos policías que veían en él, o en este caso ella, la oportunidad para un ascenso o, incluso, llegar a la política y, aunque ella no culpaba a los que pensaban de esta manera, algunos hacías cosas más que despreciables a fin de capturarla, como poner en riesgo a mucha gente solo para conseguir atraparla. Ella no era fan de la ley, pero sabía que mucha gente les veía como personas a las que admirar y seguir, los que las protegen ante todo peligro, le enfadaba cuando alguien que podía llegar a ser un modelo a seguir se comportaba… peor que ella, que era una “don nadie” que no se preocupaba por lo que los demás pensaban sobre ella
-Te aiudare- le dijo Gray, con una voz firme y decidida -Io no quero recompenza, me bata con darle de otias a unos tipejos como etos, ¿A ti no?
Señaló con el pulgar a los motoristas mientras le hacía la pregunta a Jesse. A ella le daba igual el dinero, siempre le dio igual, pero una buena pelea… eso era una recompensa en sí, al menos para ella. Aun así, se le vino una sonrisa a la cara
-Dihame… ¿Hay una zeñora Pickett? Po que depue de to podriamo coparti una cena ¿Que le pareshe?
Gray ya no estaba como para perder el tiempo y si se le ponía enfrente un hombre que ella consideraba atractivo no iba a esperar mucho más, a pesar de que podía parecer demasiado lanzado tanto para Pickett como para Jesse. Al menos pregunto primero si estaba casado, no sería la primera vez que, sin querer, se mete en medio de una relación y esa era una pelea que Gray prefiere no pelear ¿Un montón de motoristas y los secuaces de un sheriff corrupto? Que se le pongan delante ¿Una mujer celosa? Eso ya no.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 25th Mayo 2020, 20:09
- Hmmm -Jesse sonrió. Le gustaba la actitud de la mujer-. Cualquier lugar que tenga un cielo sobre la cabeza, ¿eh? -repitió-. ¿Has subido a lo más alto del Empire State en Nueva York? Porque si no has estado tengo que llevarte. Es lo más cercano a tocar el cielo que vas a encontrarte por éstos lares.
Pensar en el Empire State le ponía melancólico al recordar los buenos momentos que había compartido allí con Cassidy, pero no por eso iba a privar a alguien de deleitarse con sus gloriosas vistas.
Otra cosa positiva de la mujer era que tenía las ideas claras y un buen corazón, ya que no vaciló en aceptar la petición de ayuda que les hacía el desconocido. Jesse tardó un poco más en responder porque estaba ocupado encendiéndose un nuevo cigarrillo, y no pudo evitar echarse a reír al escuchar la última pregunta que su improvisada compañera planteaba con aquella refrescante sinceridad. El aludido se puso rojo como un tomate y se ajustó el lazo de la corbata de bolo mientras recuperaba las palabras que se le habían ido vete a saber por dónde.
- Ehm... sí, claro -respondió-. Soy viudo, así que os podría invitar a cenar en mi casa ésta noche, y, si os quedáis unos días en el pueblo...
Estaba empezando a trabarse, así que Jesse decidió hacerle un favor e interrumpirle piadosamente.
- ¿Por qué no nos lleva a la planta de fertilizantes? Hoy es viernes, y a ésta hora deben de estar trabajando todos, ¿no? Tengo una idea clara de por dónde empezar.
* * * *
La planta estaba constituida por una serie de almacenes dispuestos uno al lado del otro: fertilizante en bolsas, cinc paletizado, balas de heno, etc. Para llegar a donde se encontraba el nitrato de amonio había que subir a la planta superior, pero el lugar apenas contaba con protección efectiva. No debía de costar gran cosa robar allí.
Siguiendo las indicaciones de Jesse, el dueño de la planta reunió a todos los trabajadores en la zona de albero que se encontraba justo delante del almacén de balas de heno. Una vez estuvieron todos, Jesse se plantó delante y, con las manos en los bolsillos negros de sus pantalones y el cigarrillo entre los labios pronunció una simple frase:
- Que los que estén participando en los robos de amoníaco anhidro den un paso al frente.
La frase pareció retumbar en los tímpanos de todos los presentes como si tuviera presencia física, como un cañonazo en una cueva.
De inmediato, uno de los hombres dio un paso al frente y Jesse se puso ante él.
- ¿Cuál es tu nombre, muchacho? -preguntó, sacándose el cigarrillo de la boca para pronunciar mejor.
- A... Anderson, señor -el chico tendría unos treinta y muchos, ojos saltones y el pelo de color pajizo. Parecía increíblemente asustado-. Joseph Anderson.
- Bien, Joseph, ve ahora mismo a la oficina del Sheriff, entrégate y confiesa tus delitos. Dile que te manda Jesse Custer y que me voy a hospedar en el hotel del pueblo.
De nuevo aquél efecto en la voz del Predicador reverberó por todo el patio. Los ojos se le habían vuelto de un color rojo escarlata, pero éso solo lo pudieron ver los que estaban delante de él, como Joseph.
En cuanto el sonido de sus palabras se apagó, el trabajador se encaminó diligentemente hacia su vehículo, sin detenerse a cuestionar ni a discutir nada. Jesse regresó junto a Gray y Pickett. Sus ojos eran de nuevo de color marrón y una suave y calmada sonrisa se dibujaba en sus labios.
- ¿Qué...? ¿Qué ha pasado? -inquirió el hombre, atónito.
- Pasa que acabo de poner en funcionamiento la máquina, amigo. Llévenos al hotel, me muero por tomarme un buen vaso de whiskey.
El hotelito no estaba nada mal. Era humilde pero grande, lo cual era lógico considerando que era el único que había en todo el pueblo. Jesse le dijo a Pickett que se marchara y, después de reservar dos habitaciones contiguas que pagó de su bolsillo pidió una botella de whiskey y se dirigió con ella y un par de vasos a la pequeña terracita que había en los soportales frontales del edificio, donde había unas pocas mesas con sillas en las que te podías sentar y observar el pueblo.
Jesse ofreció asiento a Gray, le sirvió un vaso de whiskey y sacó del bolsillo de la chaqueta una baraja de cartas.
- ¿Hace un póker? -preguntó, sonriendo con el cigarrillo entre los labios.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 30th Mayo 2020, 19:30
-¿Que zi he zubio?- le preguntó retóricamente con una sonrisa levantándose el sombrero con el pulgar -Mushasho, yo taba ahi cuando lo inaguraron
Claro que entonces era mucho más joven y no tuvo problemas en ver el edificio al completo desde abajo, si fuera ahora lo vería pero borroso aunque eso era lo de menos. Desde su juventud las ciudades, sobretodo Nueva York, habían cambiado y, al menos para ella los edificios tan altos empezaban a perder su magia; si todo es así de alto, ya no hay ninguno especial
-Anque zi quere podemo ir argun dia, hashe musho que no me pazo por “La Gran Manshana”
Gray se quito el sombrero de la cabeza y se lo apretó contra el pecho, dándole el pésame al hombre por su difunta mujer. Claro que, a pesar de que una muerte nunca era algo bueno, eso abría la oportunidad a la mujer de tener un “tango” con el señor Pickett sin meterse en una relación
-Weno, yo creo que zi me quedare unos diah
Le contestó con una sonrisa y un guiño mientras se volvía a colocar el sombrero en la cabeza y menos mal que Jesse cortó la conversación que si no a este paso Pickett iba a acabar evolucionando a hortaliza. Por lo que dijo pudo entender que tenía un plan, algo que ella no solía utilizar, de hecho pocas veces necesito un plan a fin de resolver una situación; ella entraba, daba cuatro tortazos al que lo necesitase y ya estaría, a veces salia mejor otras… buen, a todos nos acaban disparando alguna vez. Antes de marcharse le dio un silbido a uno de los dependientes y les pidió que se ocuparan del caballo, vaya ser que un coche viniera sin mirar y acabase atropellandolo.
Gray miraba el lugar en el que estaban como un niño que está ahí de excursión; todo eso era nuevo para ella. Lo que si le dejo impresionada fue la “habilidad” de Jesse con las palabras, ya que lo que vio ella fue a un montón de hombres que siguieron lo que le decía el hombre al pie de la letra llegando a tal punto que el supuesto responsable de los robos se entregó cuando el se lo exigió, al terminar todo a Gray noto que la voz de Jesse vibraba con potencia casi como una guitarra en un concierto, una vibración extraña que duró hasta que el hombre dejó de hablar a los empleados, sin embargo pensó que solo era imaginación suya, que eran problemas de su oído venidos por la edad y sonrió a Jesse cuando volvió con ellos, con una actitud más relajada que el atónito Pickett aunque eso no quitaba que estuviese sorprendida por lo acontecido
-Joe, zi que ze te dan ben lo dicursos
Bromeo la anciana, claramente no se dio cuenta del poder que ejerció Jesse sobre los trabajadores de la planta de fertilizantes. Jesse les explico que lo que hizo formaba parte de su plan, claro que como no explicó de qué se trataba Gray no lo había pillado del todo, aunque si hubiera prestado más atención sabría que mando al criminal al Sheriff avisándole de quien le mandaba y donde estaría con el mero conocimiento de que irían a buscarle.
Para Gray ese hotel era un lujo, al menos cuando lo comparaba con la roca sobre la que durmió la noche anterior y es que al fin y al cabo esa era la vida de una vagabunda; a veces te tocaba una cama caliente y otras veces tenías suerte si no dormías sobre un charco de barro. Salió a la terracita junto a Jesse, no sin antes dejar su sombrero colgado en un perchero que tenía en la habitación, agradeciendo el vaso que le entregó su compadre con una sonrisa y un gesto leve con la cabeza
-Pueo intentalo- le respondió, añadiendo una carcajada -Pero no ze me da mu wen
Alguien como Gray, que no tenía concepto de la “propiedad privada” y de lo material los juegos como el poker, el blackjack y demás no le atraían mucho; era de las pocas personas que en las vegas no se gastaba ni un duro… que tampoco es que tuviese un duro, era más una metáfora; incluso si tuviera dinero no se lo gastaría ahí
-De esho en mi primea partia gane zin quere- dio un trago a su bebida a fin de continuar la historia -Y a uno de lo que gane no le zento mu wen ¡Y ezo que no quishe er premio! Luquiano o Luziano ze llamaba, “Lucky Luciano” creo, no zupe ma de e
Solo Gray era capaz de haber jugado su primera partida de poker con uno de los mafiosos más famosos de toda la historia de Estados Unidos sin saber quien es y, mucho peor, ganarle sin querer. Como era obvio, Gray no acepto lo ganado ya que a ella todo eso del dinero, y las otras cosas que se apostaron aquella noche de verano, ni le va ni le viene, cosa que no sirvió para relajar al mafioso, que si no fuera porque en esa época Gray, o mejor dicho Red, era casi tan conocida como el habría pedido su ejecución… o al menos lo habría intentado
-Amo a ello, a lo mejo recuerdo argo de la urtima ve que juge
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 9th Junio 2020, 17:34
Jesse enarcó las cejas, el cigarrillo olvidado a punto de caer al suelo. ¿Que estaba allí cuando lo inauguraron en 1931? Igual que... igual que... El corazón le dio un vuelco al acordarse una vez más de su amigo muerto. ¿Acaso ella era...? No... no podía ser... Estaban allí en pleno mediodía y la luz del sol no le estaba afectando así que no podía ser un vampiro. Tenía tantas preguntas que hacerle... Pero tendrían que esperar hasta que volvieran a estar a solas, porque, por el momento, tenían otros asuntos que atender.
Cuando la anciana le felicitó por su "facilidad" con los discursos, él simplemente sonrió de manera enigmática y algo engreída, respondiendo de pasada mientras se dirigían hacia el coche, con las manos en los bolsillos:
- Bueno... forma parte de la profesión... ¿no?
Mientras repartía las cartas, cuando por fin estaban cómodamente instalados en los soportales del hotel, Gray mencionó haber jugado al póker con un tal "Lucky Luciano". Jesse tenía la suficiente cultura general como para saber quién era Lucky Luciano y saber que era tan poco probable que Gray hubiese jugado a las cartas con él como que hubiera estado en la inauguración del Empire State en 1931. Lucky Luciano estaba considerado como el padre del crimen organizado estadounidense y había sido condenado en 1936, por lo que para que Gray hubiera podido coincidir con él tendría que haber sido antes de esa fecha... Hace un par de años habría estado convencido de que la mujer deliraba a causa de los achaques de la edad, pero la había visto luchar, y también había visto y experimentado un montón de cosas locas en los últimos tiempos.
Tras terminar el reparto observó las cartas que le habían tocado con el ceño fruncido: el seis de tréboles y el nueve de corazones. Las cartas del centro de la mesa eran el rey de tréboles, la reina de picas, el dos de tréboles, el seis de corazones y el diez de tréboles. Estaba claro que tenía que tirar por tréboles, así que cogió el diez de tréboles del centro.
- La verdad es que yo no tengo mucho dinero, y por lo que he podido deducir de ti antes en la panadería, tú tampoco -dijo, haciendo alusión al intercambio de ropas casero y a cómo había utilizado el dinero de los motoristas para pagar-. Así que, en lugar del vil metal, propongo apostar otra cosa: el que gane tendrá derecho a formular tres preguntas al otro, ¿te parece? Porque no creo que sea el único con un millón de incógnitas sobre ti...
PD: ¡La que saque la tirada más alta gana!
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 9th Junio 2020, 17:34
El miembro 'Jesse Custer' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 21st Junio 2020, 14:17
Cualquier ser humano que escuchará las historias de Gray sería capaz de darse cuenta de que algo no cuadraba; si por ejemplo estuvo presente cuando se inauguró el Empire State y se acordaba de haberlo visto significaba que no era un bebé si no digamos, como mínimo, una niña pongamos que con diez años; eso le pondría con una edad de 97 años, como mínimo. La mujer se podía ver que tenía una buena forma física, más a esa edad era casi imposible para una personal normal tener el aspecto que tenía ella y hacer lo que hacía sin romperse todos los huesos en el intento.
Gray era una mutante, algo que la gente que la conocía bien acaba pillando; cuando la ves levantar un coche y ver como una herida de bala se le cura sin más te acabas dando cuenta, sin embargo, ella no sabía que era un mutante; nadie nunca se lo dijo en su vida y si se encontró con alguno a lo largo de su vida tampoco sabia que era un mutante; para ella había gente “diferente” que podía hacer cosas que otras personas no podían y en esa categoría entra desde un mutante capaz de crear fuego con sus manos a un feriante que se pueda “tragar” una espada, claro que no es que se hubiera encontrado a ningún mutante que pudiera sacar fuego con las manos.
Es como si Gray hubiese sido diseñada para no tener una “vida fácil”, claro que a ella todo esto le daba igual. Era una mujer y, si bien todos sabemos, en su época las mujeres… no es que estuviesen muy bien que digamos e incluso después de que las mujeres consiguieran sus derechos, como el de votar, ella podría seguir teniendo “problemas” al ser una mutante; el nuevo racismo del siglo veintiuno. Claro que todo los problemas que le vinieron en su vida eran más por su personalidad, por como actuaba y por su, entre tantas comillas que sería imposible escribirlas todas, mala fama. Cuando Jesse comento lo de la profesión se acordó de que era un pastor, no de animales si no de almas, y recordó que los que se dedicaban a eso solían ponerse delante de mucha gente y dar discursos y cosas así.
Tras el reparto Gray miró su mano; no tenía ni idea de que era cada carta; tenía una que era como una hoja negra y otra, la que más le gustaba por el color, que parecía un rombo, una con el número dos y otra con el 5 ¿Sabía que estaba haciendo? No ¿Le importaba? Bastante poco. Miro las cartas del centro de la mesa y cogió el seis de corazones por, otra vez, el color que le gustaba, una buena estrategia si estás intentando pintar tu casa no tan buena si lo que quieres es ganar al poker. La idea de Jesse le pareció buena, claro que ella no es que tuviera muchas preguntas para él; era más de dejar a los demás con lo suyo y no molestarse en preguntar…. aunque si ganaba a lo mejor se podía currar alguna para hacerle
-Asheto, peo zi gano me ejas tempo pa que pense que preguntate
Aunque claro, eso no ocurrió ya que su estrategia de “Uh, color bonito” no era la mejor y aunque no hubiera hecho eso, tampoco habría sido capaz de ganar ya que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. No le importo mucho perder, eso era algo que a ella le daba un poco igual, cogió su vaso de Whiskey y le dio un buen trago antes de seguir hablando
-Zeñora y zeñore, tenemo un ganao- dijo en tono humorístico mientras le dedicaba una sonrisa a su acompañante -A ve que pregunta me ashe, mushasho
Soltó una carcajada, ella no pensaba que fuese interesante, que no tenía nada “digno” de preguntar sobre su vida, no era más que una persona normal, una anciana como tantas otras… y eso que de su vida se podrían sacar tres libros y tropecientas películas. Ella era humilde y no se veía como nadie especial, algo en lo que mucha gente estaría en contra, sobretodo los que la conocían bien.
PD: ¿Se me permite asumir que no saco un 10? xd
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 21st Junio 2020, 14:17
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 29th Junio 2020, 01:00
Jesse no era particularmente aficionado al juego. Para él no era más que una manera de pasar el rato con los colegas. Disfrutaba como el que más una buena partida de billar, y de una partidilla de cartas de buen rollo con los amigos, pero nunca en su vida había apostado dinero ni había jugado con verdaderas pretensiones de ganar, por lo que no era ningún experto. Sin embargo, conocía los fundamentos del juego, y, al parecer, eso fue suficiente para ganarle a Gray.
La observó durante unos segundos, tratando de formular en su mente lo que quería preguntarle. Para cualquier otro de los universos principales que se habían fusionado en Omega habría resultado evidente al ver pelear a la mujer lo que era en realidad. Pero en el universo del que Jesse procedía, no existían los mutantes, ni absolutamente nadie con poderes. Él era el único, y había sido sólo por la tremenda carambola de haber sido escogido por el fruto prohibido de la unión entre un ángel y un demonio que se había escapado del cielo. El buen predicador acababa de aterrizar en Omega, y Gray era literalmente la primera persona con poderes que se encontraba. Lo que había ocurrido con Génesis en su universo era algo terriblemente excepcional. Algo que jamás debería haber pasado. La idea de que pudiera haber más gente con dones en aquél universo era algo que no se había planteado por el momento.
Y luego estaba la otra cosa... En su universo no existían los mutantes, ni la gente con poderes, pero lo que sí que existían eran los vampiros. Su mejor amigo lo había sido, y, al igual que Gray, había estado en la inauguración del Empire State y no aparentaba más de treinta y pocos cuando lo había conocido. Sin embargo, si algo tenía claro Jesse, es que Gray no podía ser un vampiro, porque llevaban horas y horas a pleno sol y aún no había salido ardiendo. Nada. Ni una pequeña llamita. Entonces, ¿qué era? ¿Se trataba de algún tipo de magia india? Lo que sí tenía claro es que Gray no era una mujer normal. No había que ser un lince para darse cuenta de eso.
Bueno, a la mierda. Empezaría por el principio.
- Ok... Para empezar... ¿cuántos malditos años tienes? -dijo sonriendo amigablemente mientras volvía a barajar las cartas-. No eres un vampiro, ¿verdad? ¿Qué eres? No es que de verdad me importe... Yo nunca juzgo a nadie por cosas tan triviales como etiquetas, sino únicamente por sus actos, y hasta ahora me gusta un montón lo que he podido ver de ti. Pero diablos, en el universo del que procedo nunca vi nadie como tú que no estallara automáticamente en llamas a la luz del sol, y la verdad es que me muero de curiosidad. Qué le vamos a hacer... era el cura de un pueblo pequeño, y ya se sabe cómo son en los pueblos con los chismorreos -bromeó repartiendo una nueva ronda.
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Última edición por Jesse Custer el 29th Junio 2020, 01:01, editado 3 veces
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 29th Junio 2020, 01:00
El miembro 'Jesse Custer' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 5th Julio 2020, 19:35
De un trago se bebió lo que le quedaba en el vaso, limpiándose la boca con la muñeca. No sabia que le podía querer preguntar Jesse, ella no era nada del otro mundo, sin embargo no se sorprendió cuando le preguntó por su edad ya que, curiosamente, esa si que era una pregunta que había escuchado más de una vez y siempre que se le hacían ella respondía lo mismo, con un encogimiento de hombro cogio la botella de Whiskey y se echó otro vaso
-Diesiosho- ante la cara que se le quedo a Jesse cuando ella dijo que tenia esa edad, Gray se vio en la necesidad de aclarar las cosas -Weno, a eza eda deje de conta, azi que ezo le digo a tos lo que me lo pregunta
Si no celebrabas cumpleaños ni contabas tu edad desde los dieciocho años se podría decir que tenias esa edad y no la que te correspondía por los años pasados… o puede que eso no fuese más que una tontería. Jesse continuó con sus preguntas, esta vez preguntándole que era ella a lo que ella respondió arqueando una ceja y bajando la otra, para segundos después bajar la mirada hacia su cuerpo y mirarselo de arriba abajo
-Po zoy una perzona ¿No?- eso ultimo lo dijo con algo de duda en su voz, por lo que prosiguió con otra explicación -No zoi etupida, ze que he vivido ma tempo que mucha de la gente que conosco- había conocido a niños cuando ella ya era una mujer adulta y vio a esos mismos niños morir de ancianos mientras ella seguía viviendo, con un aspecto mas joven que los de aquellos a los cuales le sacaba bastantes años -Tamben me curo lah herias ma rapio, mira
Para mostrarselo se subió la camiseta blanca que llevaba y se quitó el vendaje que se hizo, mostrando una herida totalmente curada dejando atras una pequeña, pequeñísima, cicatriz, al menos comparada con las demás que tenía en el resto del cuerpo. Sabía que se curaban rápido por todas las veces que rompió algo a alguien y tuvo que acompañarles al hospital; a la fuerza aprendió que los demás no eran como ella, que eso lo tenía diferente… y aun asi seguia pensando que no era nada especial, que solo era una persona más. Volvio a arquear la ceja al escuchar eso de “mi universo” ya que no entendía esa palabra ni sabía lo que significaba
-Zi quere- dio otro trago al vaso -podemo ir al sitio onde me crie, no ta mu lejo… pue que ahi tengan argo zobre mi, cuando naci y to eso
No sabía si Jesse aceptaría la invitación de ir con ella a ese corto viaje a fin de dar con algo que le responda a su pregunta, ya que ella no fue capaz de respondersela, pero si lo hacía no estaría mal hacer un viajecito con un amigo, llevaba mucho tiempo andando sola y algo de compañía siempre venía bien. La partida continuó y, esta vez, a sorpresa de al menos Gray, ganó ella, por la suerte claro esta ya que en cuanto a “habilidad” se refería, incluso un niño era mejor que ella al poker, de todas formas esos significaba que le tocaba a ella preguntar
-Po ahora no ze que preguntate- ella no era de entrometerse en la vida de los demás, por eso le costaba más trabajo buscar preguntar personales que hacerle a una persona, más un vistazo al rostro de Jesse hizo que una se le viniera a la cabeza -Ya ze… ¿Po que lleva eze parshe en el ojo?
Las pocas veces que conoció a alguien con un parche en el ojo era por tener alguna herida y eso conllevaba una historia la cual a Gray siempre le solía gustar escuchar, así que tuvo que suponer que a Jesse le paso algo parecido, una “historia” que le dejó sin ojo o sin visión en este y por eso se lo tapaba
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 5th Julio 2020, 19:35
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 13th Julio 2020, 00:45
Se rió de buena gana al escuchar la respuesta que le dio la mujer.
- Ahí me has pillado, amiga -respondió, barajando de nuevo las cartas-. Respecto a lo de que eres una persona, esa es una verdad incuestionable que nadie te podría negar.
El tema de la regeneración y la fuerza sobrehumana era algo que también compartía con Cassidy, y eso le tenía confundido. A todas luces parecía un vampiro... salvo porque podía caminar sin problemas bajo la luz del sol. ¿Sería alguna especie diferente? Cassidy no había conocido apenas a ninguno de los suyos a lo largo de su extensa vida, y las cosas que sabía las había tenido que aprender él mismo, nadie se las había enseñado. Quizá había más sobre el tema que lo que dictaba la sabiduría popular, o quizás así eran los vampiros en éste universo.
- Perdona que te lo pregunte, pero... ¿no beberás sangre, verdad? -preguntó con simpatía, guiñándole un ojo para darle a entender que estaba de broma... o quizá no-. Es que una vez conocí a un vampiro que también se regeneraba y podía vivir mucho más tiempo que la gente normal, pero a él le afectaba la luz del sol y a ti no. Me parece bien lo de ir al lugar donde te criaste cuando hayamos acabado aquí. La verdad es que ya tengo curiosidad, y tampoco tengo ningún itinerario estricto prefijado.
La siguiente ronda le tocó a él perder, y a Grey plantear su interrogante.
- Caramba, esa es una muy buena pregunta -replicó al escucharla-. Podría darte la respuesta corta o la larga. La corta es que Dios me arrancó el ojo de un mordisco, pero eso sería igual que contar el desenlace de una buena película sin tener la más mínima idea de cómo se llegó hasta ahí, y eso me obliga a contarte la versión larga, que, curiosamente, es un resumen de todo lo que me ha ocurrido hasta llegar a éste punto, así que... sí, es una buena pregunta. Veamos...
Meditó un par de segundos para poner en orden el hilo de la historia.
- Yo era el pastor de un pequeño pueblucho de mala muerte en Texas llamado Annville (no te molestes en buscarlo en el mapa; en éste universo no existe, lo he comprobado). Un día, durante el sermón del domingo, una entidad cósmica fruto de la unión prohibida entre un demonio y un ángel decidió que mi cuerpo era el mejor lugar posible para vivir. Entró en mí, y de la explosión resultante la iglesia entera quedó arrasada hasta los cimientos, y, con ella, el pueblo entero de Annville, porque, fíjate tú que cosas, esos cabrones que no pisaban la iglesia aunque les apuntaran con una pistola, ese jodido día decidieron ir todos por culpa de un numerito que justo había montado yo borracho en el bar por un tema que no viene a cuento ahora -hizo una pausa para tomar aire-. Así que bueno, podían ser un puñado de cabrones hijos de puta, pero eran mis cabrones hijos de puta. Yo sabía que la culpa no era mía. Yo no había hecho nada para provocar la explosión o para que esa entidad malcriada decidiera escogerme como su nueva casa. Pero estaba furioso por lo que había ocurrido y necesitaba descargar mi ira sobre algo, o alguien. Pero ahí está la cosa... no había nadie a quien culpar más que a Dios. Así que decidí subirme en mi coche y patearme Estados Unidos hasta encontrar al viejo cabrón para pedirle explicaciones, y...
El sonido de la sirena de un coche patrulla cortó su historia cuando el vehículo se detuvo abruptamente en el parking del hotel. Un oficial de policía se dirigió hacia ellos. Tendría unos treinta y pocos, el cabello de color miel con una perilla cuidadosamente recortada, y llevaba prendida al pecho de su chaqueta azul la placa que le identificaba como el Sheriff del pueblo.
- Y aquí empieza -musitó Jesse-. Antes incluso de lo que pensaba... No nos ha dado tiempo ni a hacer la segunda ronda. ¿Qué hay, Sheriff? -saludó cuando llegó ante ellos-. ¿Va todo bien?
- ¿Jesse Custer, imagino? -dedujo el Sheriff señalando su alzacuellos. Cuando el aludido asintió continuó-. Soy el Sheriff Blaine. Joseph Anderson ha sido asesinado. Se presentó en comisaría diciendo que un predicador loco le había estado amenazando, y poco después fue tiroteado en un callejón.
Jesse frunció el ceño con evidente disgusto.
- Eso es horrible, pero yo no he disparado a nadie. Hace meses que no cojo un arma de fuego.
- Pero admite que sabe usarlas. ¿Es cierto que habló con Joseph y le amenazó? Me temo que ahora mismo es el principal sospechoso. ¿Tiene alguna coartada de lo que ha estado haciendo la última hora?
- Sí. Mi amiga y yo no nos hemos movido de ésta mesa, a la vista de todo el mundo.
El Sheriff parecía contrariado, pero no trató de cuestionar la veracidad del argumento.
- Igualmente voy a necesitar interrogarle, señor Custer. Acompáñeme o tendré que pedir refuerzos.
- Está bien... -Jesse se puso en pie y se dirigió hacia la mutante-. Tendré que terminar la historia en otro momento, Grey...
Parecía bastante tranquilo, dadas las circunstancias. El Sheriff le escoltó hacia el coche patrulla y se puso en camino hacia la estación de policía, y, en ese momento, la mutante se dio cuenta de que Jesse se las había ingeniado para dejarle las llaves del coche en el regazo antes de que se lo llevaran.
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Última edición por Jesse Custer el 8th Agosto 2020, 19:33, editado 1 vez
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 19th Julio 2020, 00:09
Esa pregunta que le hizo le tomó por sorpresa ya que no entendía cómo algo así había entrado en la conversación o, mejor dicho, cómo es que a Jesse se le ocurrió preguntarle algo asi, tan raro. Le miró algo confusa mientras el hombre se explicaba aún más, dándole la exposición de que el conoció a un vampiro y tenía algunas características parecidas a ella
-¿Wampio? ¿Como Noferatu?- hizo esa anticuada y anárquica referencia al ser la única película que vio tratando vampiros -Pa mi que no… amo, nunca e bebio zangre
La anciana asintió con una sonrisa cuando Jesse aceptó acompañarla al lugar en el que se crió una vez todo esto hubiera terminado. Al parecer la pregunta que le hizo le pareció más interesante de lo que Gray se hubiera podido imaginar, lo que trajo una larga y, todo sea dicho, interesante explicación de la historia de que le había pasado en el ojo. Gray evito hacer preguntas sobre las palabras que no entendía, cómo universo y cosmos, centrándose más en lo que le fue posible entender
-Lo angele… zon lo der sielo ¿no?- no sabía mucho de religión, solo lo más básico de lo básico -De toa forma, ziento lo que le pazo a tu pueblo
No se podía imaginar el dolor que podía sentir una persona al ver a todos sus vecinos morir y sobretodo si es por su culpa. Quería seguir escuchando la historia de Jesse, sobretodo porque hablaba sobre “Dios”, una “entidad” que la mujer se había preguntado muchas veces si existía de verdad y como no tenía razón alguna para desconfiar de su colega la historia de este parecía confirmar que, en efecto, había alguien mirándolos ahí arriba… no es que eso le entusiasmase la verdad.
Más el destino quiso que en ese mismo instante llegase el Sheriff en busca de Jesse, Gray respondió al saludo de este con un leve gesto de la cabeza, menos mal que este hombre de la ley no tenía mucho conocimiento de la historia “criminal” de la anciana, porque sino se hubiera puesto bastante nerviosa al verla. Al escuchar que habian asesinado al hombre que Jesse mandó a avisar al Sheriff Gray frunció el ceño; no existía cosa peor que el asesinato, era un acto deleznable el cual ella odiaba.
Al parecer Jesse era el principal sospechoso, cosa que extraño a la mujer ya que, como él más tarde dijo, había estado con ella ahí todo el rato a plena vista de todos… Gray no era muy lista ni cultivada, pero sabia cuando un agente de la ley abusaba de su poder para llevar a cabo un fin
-E verda- replico la mujer -llevamo aqui to er timpo
Más no sirvió de nada ya que el Sheriff insistió en llevarlo a comisaría y, cuando Jesse se levantó para irse con él y se despidió de Gray ,ella pudo notar que algo no iba bien; que ese coche no iba a llegar a ninguna comisaria. Se despidió de Jesse con una sonrisa y otro gesto de la cabeza, esté más gentil que el que le dedicó al Sheriff cuando llegó y, esperando unos segundos después de que se fuera el coche por la carretera, saltó por la terracita en la que minutos atrás se encontraban jugando al poker y comenzó a seguir el coche desde lo lejos, lo suficientemente como para no ser detectada por el conductor. Si le iban a hacer algo a su nuevo amigo, se lo tendrían ver con sus músculos antes.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 9th Agosto 2020, 00:48
- ¿Nosferatu? -ahora le tocó a Jesse alzar una ceja-. ¿Qué es eso?
Cuando era pequeño, su padre lo único que le ponía eran westerns, y cuando llegó a la casa de su abuela, fanática religiosa, era más que evidente que lo último que le pondría a su nieto eran películas sobre criaturas sacrílegas e impías. Cuando se escapó de casa estaba demasiado ocupado robando coches para sobrevivir y ni siquiera tenía tele propia, y los últimos años los había pasado en la carretera, así que Jesse no había tenido muchas oportunidades para ampliar su cultura cinéfila.
El término le sonaba a latín, idioma que había tenido que estudiar cuando se había dedicado al sacerdocio. "Nos" significaba "nosotros", "fera" significaba "bestia"y "tú" era "tú", así que, la definición más parecida que se le venía a la cabeza era la frase "tú eres nuestra bestia salvaje". También podía estar relacionada con el verbo "spirare" (respirar), pero nada de eso le aclaraba realmente gran cosa.
En cualquier caso era indiferente, porque parecía que la anciana no tenía ni idea de lo que le estaba hablando. Sonrió, haciendo un gesto con la cabeza para indicar que no tenía importancia.
- Da igual, era una tontería, déjalo. Sí... -asintió a la siguiente pregunta de la peliblanca-. Existen dos tipos de ángeles, los serafines, los soldados de Dios encargados de patrullar la frontera entre el cielo y el infierno y los adelphi, que son algo así como los administradores y burócratas del cielo -se encogió de hombros cuando Gray dijo que lo sentía-. En verdad eran todos unos cabrones falsos e hipócritas, y estaba bastante amargado de tener que estar allí, pero supongo que nadie se merece acabar churruscado como un pollo frito, y menos por culpa de una irresponsabilidad cometida por poderes cósmicos muy por encima del entendimiento humano -dijo mientras se metía un cigarrillo nuevo entre los labios.
Entonces fue cuando se lo llevaron, y Gray, espoleada por un mal presentimiento fruto, tal vez, de la experiencia, decidió seguir el coche, aprovechando que Jesse le había dejado las llaves de la pickup que estaba aparcada justo delante de donde habían estado sentados. Tal como la mutante sospechaba, el vehículo no se dirigió a ninguna comisaría, sino que tomó la salida del pueblo por una carretera que llevaba hacia algún lugar a las afueras, un lugar totalmente agreste, abandonado y salvaje. Como acompañando el presentimiento de la mujer, un cúmulo de nubes negras se había ido arremolinando en el cielo, y, para cuando finalmente llegó a su destino, caía una fina aunque intensa llovizna.
El coche de policía se había detenido frente a una casa de aspecto barroco que no cuadraba demasiado con el estilo general de las casas del pueblo. La propiedad estaba rodeada de bosque, y hacia allá se llevaron al pastor a punta de pistola. Gray se bajó de la pickup y les siguió, ocultándose entre los arbustos. En un claro no muy lejos encontró a varios hombres reunidos; uno era el sheriff, acompañado por otro que también tenía uniforme policial, los demás eran diez, y todos vestían igual que los que les habían atacado en el frustrado atraco a la panadería. Gray incluso pudo reconocer a varios. Uno de ellos, que fumaba un cigarrillo, estaba hablando con el Sheriff, y otro mantenía una pistola apuntada a la cabeza de Jesse, que estaba esposado y arrodillado en el suelo. Finalmente, el hombre que estaba hablando con el Sheriff se dirigió hacia él. Era fornido, de hombros anchos y cabello y barba muy cortos de color castaño. Iba vestido con una camiseta roja a rayas negras y una chupa de cuero con tachuelas y puntas metálicas.
-¿Te pensabas que podías venir a nuestro pueblo y ponerte a husmear en nuestros negocios? -imprecó a Jesse antes de patearle en el estómago. Después se volvió hacia el Sheriff-. ¿Dónde está la mujer que iba con él? Deberíais haberla traído también. ¿Qué pasa si se pone a hacer averiguaciones?
- Yo no me preocuparía por eso. No parecía demasiado inteligente. Diría que ella era el perro y él el entrenador que le decía dónde morder. Sin el entrenador, el perro no supone ningún problema...
Jesse alzó la mirada del suelo y sonrió de una manera que resultó aún más inquietante por el hecho de tener los labios manchados de sangre.
- Ah, amigo mío... Tus padres deberían haberte enseñado que no se debe juzgar a la gente por las apariencias...
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 16th Agosto 2020, 23:41
La verdad es que tampoco sabía muy bien explicar que era un “Nosferatu”, ella solo se acordaba de que era un vampiro y nada más, bueno sí que se acordaba de que le hacía gracia el aspecto que tenía
-Po… era un tio mu feo, un vampio de ezo que tu dishe, de una peli antegua
Y eso era lo único que podía decirle de “Nosferatu”, si se acordara mejor de la película le podría dar más detalles. Escucho con atencion la explicacion de Jesse sobre los ángeles y la respuesta a sus condolencias y en algo estaba muy de acuerdo con el; nadie merece ser churruscado, o mejor dicho, nadie merecía morir por muy hipócrita y cabrón que fueras… eso si, algo le tenia que decir a Jesse sobre todo lo que le acababa de contar
-Po arguna ve me tiene que erpica tu que finizican to eza palabra como “Brocata” o “Comíco”
Cuando el, para nada corrupto, Sheriff se metió en el coche con Jesse, Gray sacó las llaves que le había dejado su colega. Espero un poco más y, saltando la valla de la terracita, se dirigió a la camioneta, a fin de subirse en ella y ponerse en marcha hacia las luces del coche del Sheriff, visibles gracias a la oscuridad que ya se cernía sobre esas tierras y a los pocos coches que había por esas carreteras; si hubiera más a la anciana le sería difícil conducir al no tener una visión muy buena, de hecho es que no debería de conducir en absoluto y podrá confesar que pocas veces lo hizo a lo largo de su vida; ella solía estar detrás de la camioneta tocando una guitarra y disfrutando de la brisa.
Claro que no iba a dejar que se llevarán a Jesse así sin más, metió la llave y escucho el motor rugir; ahora solo tenía que seguir al coche lo suficientemente lejos como para que no se dieran cuenta, con las luces apagadas y todo para que no le viera por el retrovisor, si total ¿Quien le iba a poner una multa? ¿El Sheriff? Ese pensamiento casi hizo que se riera y perdiera el control del vehículo por unos segundos, más retomar el control y centrar el coche en la carretera, aunque sí que escucho un golpe con lo que asumió sería un coyote… bueno, ya le explicaría a Jesse porque su pickup tiene una pata incrustada en una de las ruedas.
Al llegar a “la escena del crimen” Gray camino entre los árboles, con cuidado de no hacer ruido, como el zorro que observa a su presa… aunque ella veía más un cuadro impresionista que otra cosa, teniendo que estar alejada para que no la vieran. Si se dio cuenta de la pistola apuntando a Jese y de la ropa que llevaban puesta, parecida a la de esos capullos a los que patearon ese mismo dia y, en cuanto vio como uno de esos cabrones le atizaba a su colega, no dudo ni un segundos más y la anciana entró en acción.
Llegados a este punto, cualquier otra persona habría pensado en una estrategia, alguna forma de distraer a los malos para sacar a su colega sin que sufriera daño alguno, a lo mejor hacer algo de ruido en un sitio para que fueran a investigarlo o lanzar una piedra a la cabeza del hombre armado, dejándole fuera de combate sin nisiquiera tener que acercarte… Claro que Gray no era cualquier persona.
De entre los árboles y los arbustos apareció la musculosa mujer, que en menos de un segundo se abalanzó sobre el hombre armado, que pudo reaccionar levantando el arma y pegándole un tiro antes de que la masa de músculos y arrugas que era Gray le diera un placaje haciendo que su arma saliera volando de sus manos y fuera a parar a unos arbustos cercanos. El Sheriff fue rápido, ordenando a sus hombres que sacaran sus armas y acribillaran a la mujer, claro que ella sabia que algo asi pasaria, por lo que agarro a Jesse de las esposas
-Lo zento, Jesse- y con fuerza le lanzó, con cuidado de no romperle nada, a unos arbustos para cubrirle de los balazos -Peo eto zon to pa mi
Y a continuación se abalanzó sobre los hombres armados, contra los diez, mientras estos sacaban sus armas y, los que ya las tenían encima, empezaban a disparar hacia ella. Al que ya había noqueado lo agarro de las piernas y lo lanzó contra dos que estaban juntos, haciendo que se tropezaran y cayeran de boca contra el suelo, dio un, no muy rápido, sprint hacia uno de los que se acordaba haber apalizado antes e intento darle un puñetazo en toda la nariz, más este pudo esquivar el puño de la anciana y le proporcionó un derechazo en toda las costillas.
Esto no detuvo a la mujer que respondió al golpe con otro más fuerte aun, dejando K.O. al hombre y usando su cuerpo para lanzarselo a tres que, como no eran muy listos, pensaron que sería buena idea ponerse a disparar los tres juntitos. El resto fue un espectáculo de golpes, empujones y placajes que, poco a poco, acabaron con los once malvados hasta dejar solamente al Sheriff, que se había quedado sin balas en el revólver dejándose la mitad en el cuerpo de Gray y la otra mitad en los árboles cercanos. El cañón del arma le tembló en las manos, antes de lanzarselo a la anciana al pecho
-¿¡Que cojones eres tú!?
Su voz sonó rabiosa e indefensa, como un animal arrinconado que no encuentra otra forma para defenderse que no sea gritar y chillar. Gray dio un paso, reventando el rifle vacío del Sherrif con una de sus botas y lo agarró del cuello de su chaqueta, acercando su cara contr al suya
-Arguien a quein no tene que jode
Aun sujetándolo, con una sola mano, del cuello de la chaqueta lo llevó hasta donde había dejado a Jesse; al menos tuvo la suficiente estrategia como para intentar no moverse por delante de su amigo, librándose así de cualquier bala perdida que podría haber acabado con su vida por un simple golpe de mala suerte. Al llegar junto a Jesse golpeó al Sheriff contra el suelo con fuerza y, con la mano que le quedaba libre, reventó con un fuerte chasquido las cadenas
-Weno- levantó al hombre de nuevo y lo golpeo contra una árbol, levantandolo en el aire -Tenemo arguna pergunta que asherte ¿No?
Giró la cabeza levemente hacia Jesse, que se acababa de levantar y ya se había sacudido todo el polvo y la tierra de encima. En ese momento a la mujer le dio un temblor y dejó caer al Sheriff a sus pies, que si no fuera por los golpes que había recibido se habría echado a correr, para a continuación arrodillarse en el suelo ante los ojos de Jesse que acudió en su ayuda, sus ropas estaban ensangrentadas y prácticamente inutilizables… sin embargo no tenía ni una herida en la espalda, pero sí algunas en los costados por las balas que fallaron. La mujer le dedico una sonrisa placentera
-Tu tranquio, encagate de ete malaje- le dijo mientras se levantaba e iba lentamente hacia uno de los hombres noqueados, agarraba una navaja que llevaba en su cinturón y se la metia en el brazo izquierdo sacandose con el filo una bala -Yo nezezito decanza un poco, zacame la bala y ya ta
Se apoyó en el tronco de un árbol, dejando a Jesse encargado de interrogar al Sheriff mientras ella se seguía sacando balas del cuerpo… eso tardaría en curarsele.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 18th Agosto 2020, 17:18
A Jesse no le gustaba usar Génesis por dos motivos. El primero es que disfrutaba de una buena pelea tanto como la propia Gray, y prefería resolver las cosas con sus propios puños. El segundo y más importante era que Génesis era el equivalente a tener una escopeta cargada. Desde el momento en el que anulabas la voluntad de una persona, sus efectos eran impredecibles, y demasiado a menudo hacer uso del poder había terminado en tragedia. Por ejemplo, lo que le había ocurrido al pobre desgraciado que robaba en la planta de fertilizantes. El tipo se habría merecido unos cuantos años de cárcel, pero desde luego su delito no era tan grave como para justificar el terminar cosido a balazos. Jesse había supuesto acertadamente que, haciendo lo que hizo, se pondría a sí mismo en el punto de mira para atraer a los malos, pero no había podido anticipar que el chaval terminaría criando malvas. Eso no había sido bonito, y, en parte, la culpa había sido suya. Si no le hubiera obligado a ir a ver al sheriff aún seguiría vivo. Por eso Génesis era tan peligroso, porque te obligaba a obedecer sin dejarte elección, incluso aunque peligrara tu integridad física.
Mientras estaba allí, arrodillado con una pistola apuntándole a la sien, había considerado la idea de ordenarle al matón que se metiera el arma en la boca y apretara el gatillo, pero se había contenido porque para él Génesis era un recurso de último minuto. Siempre que era posible prefería salir de las situaciones por sus propios medios, y, en aquellos momentos, prefería esperar a ver si su as en la manga (Gray) aparecía. En ése sentido, la anciana no le defraudó, pero sí en el sentido de privarle de toda la diversión.
- ¡Hey! -protestó cuando ella le alzó en volandas para arrojarle fuera del rango de tiro de las pistolas.
El moreno aterrizó pesadamente entre un lecho de arbustos que amortiguó su caída en una posición bastante incómoda considerando que tenía las muñecas esposadas a la espalda. Durante un momento sólo suspiró con resignación mientras veía pasar silbando las balas por encima de su cabeza. Podría haber ordenado terminar con todo aquello en un segundo, pero algo le decía que la peliblanca era perfectamente capaz de desenvolvérselas sola, y que, de hecho, lo estaba disfrutando, y al contrario que ella, él no era tan mala persona como para privarle de la diversión. ¿No? Esbozó una media sonrisa mientras se giraba para quedar de lado y poder distinguir una mierda de lo que estaba ocurriendo.
Lo que vio le dejó sin respiración. La ropa de la mujer presentaba desgarros por heridas sangrantes de bala en un montón de sitios diferentes. ¡Joder!
- ¡Gray, maldita sea!
Se arrastró como pudo hasta el cuerpo del que en teoría era el líder, tratando de ver si él tenía las llaves de las esposas, aunque sabía que lo más probable era que las tuviera el sheriff, y, de todas formas, con las manos a la espalda era difícil buscar.
- Ostia puta -masculló dándose la vuelta para tratar de tantear, de espaldas, los bolsillos del tipo sin éxito.
Desde no muy lejos le llegó el grito aterrorizado del sheriff y la respuesta de Gray, lo cual quería decir que, sorprendentemente, su amiga aún seguía en pie. Como para confirmar su teoría, la mujer apareció en ese momento delante suyo arrastrando al otro hombre por el cuello de la chaqueta, aún consciente y pataleante. Arrojando violentamente al tipo contra el suelo, agarró sus cadenas y las partió con la misma facilidad que si estuviesen hechas de papel. ¡Y con una sola mano!
- Joder, Gray -se quejó frotándose las muñecas-. Si tan fácil era, podías haberlo hecho desde el principio. No me gusta quedarme de espectador en las peleas.
Se quedó mirando las marcas de la camiseta de la mujer con absoluto pasmo mientras ella sostenía al sheriff contra el árbol. ¿Qué cojones? Si no le dolieran tanto los sitios donde le habían golpeado se pellizcaría para asegurarse de que no estaba soñando. ¡Y luego se sorprendía de que la hubiese confundido con un vampiro!
Y, entonces, como confirmando sus peores temores, la anciana se estremeció y cayó contra el suelo. Jesse se arrodilló de inmediato a su lado, olvidándose del sheriff. La camiseta estaba completamente agujerada, pero, sin embargo, no parecía haber heridas abiertas en la espalda ni en el pecho...
- No vuelvas a hacer nunca una cosa así -le recriminó mientras le miraba las heridas-. Podrían haberte matado. Sé que es difícil de creer viendo el alzacuellos, pero créeme, se me da bastante bien defenderme y cuidar de mí mismo sin necesidad de que otros se jueguen el tipo por mí.
-Tu tranquio, encagate de ete malaje.
Ok... Casi se había olvidado de él. Jesse se volvió a buscarle con la mirada y le encontró arrastrándose por el suelo del bosquecillo, dejando un rastro de barro allá donde iba rozando la humedad de su entrepierna. Apestaba a miedo y orín.
- Tsk... Qué asco.
Jesse se incorporó, le alcanzó en dos zancadas, le agarró desde atrás por el cuello de la chaqueta y le arrastró sin muchos miramientos hasta una roca grande, donde le sentó.
- Vale, hijo de puta... Llama ahora mismo a tu jefe y pásame el teléfono.
El hombre obedeció, y Jesse le arrebató el móvil de la mano en cuanto dio la señal.
- ¿Thaddeus West, imagino? -inquirió, bastante cabreado.
Se produjo un silencio de unos cuantos segundos al otro lado de la línea, hasta que al final se escuchó la respuesta:
- Y tú eres Jesse Custer, ¿no? El párroco entrometido que ha venido a meter las narices en mis negocios.
La voz era suave, venenosa como la de una serpiente.
- Mira, hijo de puta...
- No, escúchame tú. Vais a venir a la planta de fertilizantes tú y tu amiguita india si no queréis que el bueno de Thomas Pickett y la mitad de su plantilla terminen decorando el pueblo con sus entrañas.
Jesse guardó silencio.
- Oh, ¿qué pasa? ¿Ya no eres tan gallito? Quiero que estéis aquí antes de media hora, de lo contrario... Bum. Y venid solos.
Un click, y, al momento, se sucedió el sonido que marcaba el fin de la llamada. Jesse aún se quedó unos segundos con el teléfono en la mano antes de volverse hacia el sheriff.
- Escúchame bien, pedazo de mierda -los ojos se le encendieron con el color rojo que indicaba que estaba usando Génesis-. Cuando te despiertes, vas a coger tu coche, vas a conducir directamente hasta Waco sin detenerte, y, cuando llegues, vas a ir a entregarte a la primera comisaría que pilles, enumerando uno por uno todos delitos que has cometido empezando por el asesinato de Joseph Anderson. Vas a explicar también todos los trapos sucios que conozcas sobre Thaddeus West.¿Está claro?
El hombre pestañeó un par de veces, confuso.
- ¿Cuando despierte?
No bien hubo terminado la frase y el puño de Jesse se estrelló directamente contra su nariz con un satisfactorio crujido. El hombre cayó al suelo, inconsciente, y Jesse se giró a mirar a Gray, que estaba apoyada contra el tronco sacándose las balas con la navaja.
- ¿Cómo estás? El mamonazo de West ha puesto bombas en la planta de fertilizantes. Tiene a Pickett y a los trabajadores, y quiere que vayamos antes de media hora -se acercó a la mujer, estudiando el aspecto de sus heridas. No parecía estar en buen estado, al menos no como para meterse en otra pelea inmediatamente-. Pero no te preocupes, lo tengo todo controlado. ¿Te acuerdas de la entidad que te dije que había entrado en mi cuerpo justo antes de que saco de estiércol nos interrumpiera? Cuando hablo con su voz, la gente que la escucha se ve obligada a obedecerme, y ese mamón no lo sabe, así que... ¿qué dices? -sacó un cigarrillo del paquete del bolsillo, se lo puso en los labios y le prendió fuego con el mechero de su padre. Exhaló una vaharada de humo y volvió a mirar a la mujer-. ¿Estás lista para la traca final?
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 20th Agosto 2020, 00:46
En el fragor de la batalla, la anciana fue incapaz de escuchar las quejas de Jesse que exclamaba desde el seto cuando vio la camiseta de Gray llena de sangre, de su propia sangre. Solo cuando la cosa se calmó y le rompió las esposas que pudo escuchar lo que decía, no pudo evitar sonreír y soltar una carcajada temblorosa, por sus heridas que manchaban el suelo con gotas de sangre
-Lo ziento colega, no he poio evitalo; una wena pelea e una wena pelea
Cuando se le ponía una buena pelea por delante, de esas que le hacían sudar la gota gorda, o mejor dicho sangrar, no podía pensar en otra que no fuese darse el gusto de pegar unos cuantos puñetazos y a veces eso tenía la mala fortuna que dejaba a sus compañeros de riña sin diversión, como era el caso de Jesse que, sin él quererlo, se tuvo que quedar como espectador.
En el suelo, Gray escuchó unas palabras que le eran muy familiares; no era la primera vez que hacía algo arriesgado delante de alguien y esa persona se lo recriminaba, que podía haber muerto y cosas así. La mujer nunca tenia ese pensamiento en la mente, que su vida podía acabar en un segundo por un balazo ya que, francamente, no era la primera vez que recibía balazos en su vida, algunos de joven se los llevo en la cabeza cuando su poder regenerativo aún funcionaba correctamente y no le dejaba marca, e incluso de armas con más potencia que un simple revólver
-La proima ve, te dehare argun tipejo pa que le de de otia tu tamben- dijo en tono de broma, mientras volvía a meterse la navaja en el cuerpo -A mi no ze me mata tan fasirmete, colega
Cuando Gray, inevitablemente, se marche de este mundo… se iría como vivió; de pie.
Mientras seguía sacándose balas del cuerpo, lanzándolas al suelo cada vez que lograba quitarse una, escucho la conversación, mejor dicho el interrogatorio, de Jesse con el Sheriff que apestaba más que el baño de un bar de carretera. Le hizo gracia ver a su colega así, por momento le recordaba a los policías de antaño cuando intentaban detenerla… y curiosamente, estaba interrogando a un sheriff, o al menos alguien que vestía como tal y eso que a ella eso de la ley no le iba, pero la gente que se vestía como policía, que mucha gente los veía como un ejemplo a seguir, que luego hacía “maldades”... eran de lo peor.
Esta vez sí que vio el extraño poder de Jesse, al menos lo tuvo tan cerca que pudo escuchar la voz que le ordenaba al Sheriff a seguir sus ordenes y a la anciana sus palabras le dieron una sensación rara en la cabeza, como un hormigueo que le era difícil de explicar. A la pregunta de cómo estaba, Gray respondió con una sonrisa y sacándose otra bala más del cuerpo; estaba perfectamente. Su sonrisa desapareció del rostro al escuchar que el cabrón tenía a Pickett, y a sus trabajadores, secuestrados con explosivos; no solo es que hubiera gente en peligro de muerte, que eso a Gray le gustaba bien poco, sino que aquel hombre tan agradable estaba en peligro… eso no, eso si que no, que por un dia que encontraba un buen hombre cercano a su edad, relativamente hablando, no iba a dejar que le pasara nada
-¿Po que ashemo aqui toavia?- se levantó de sopetón, quitándose la última bala que se le había quedado en una costilla -Amo a aiudarleh cago en to
La mujer, que parecía tener ganas de guerra o más bien ganas de rescatar a su “príncipe en apuros”, escuchó la explicación del poder de Jesse sin poder evitar arquear una ceja mirando a su colega con una mirada levemente preocupada; ese poder, a alguien como ella que creía en la libertad total, le dejaba bastante intranquila. Pero bueno, si lo usaba para salvar a Pickett… bueno, era un mal menor
-Weno… po amo pa ya- empezó a caminar hacia donde tenía aparcado el coche esperando que Jesse le siguiera, aunque se giro un segundo y miró a su colega directamente a los ojos -Epeo que no uze ezo conmio, que me cago en dio- volvió a girarse, prosiguiendo su camino , mas segundos después volvió a girarse hacia Jesse, esta vez señalandole con el dedo como cuando un adulto reprende a un niño -Y no uze ezo pa… pa mata a gente, que como lo vea io te pego una coieja que ze te van a zali lo diente, son
Sonó un poco dura y era raro en ella darle “órdenes” o mejor dicho consejos a alguien, pero es que un poder como el que le había explicado Jesse… Era la primera vez que escuchaba algo así, alguien que podía ordenar a los demás hacer lo que él les pida solo con la voz y con algo así no se podía ir jugando. En ese momento, Gray pareció más una madre que una simple anciana, regañando a su hijo de que si hacía lo que no debía se llevaría una buena hostia. Gray amaba la libertad y la muerte era la forma más bruta de acabar con ella, por eso que alguien matase, fuera quien fuese, no lo podía permitir.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 25th Agosto 2020, 19:00
A pesar de todo, Jesse no pudo evitar sonreír al escucharla.
- Así que una buena pelea es una buena pelea, ¿eh? -le apretó afectuosamente el hombro- . Tengo la sensación de que nos vamos a llevar bien, chica... Siempre y cuando me dejes a mí parte de la diversión -añadió en tono de broma.
La descripción de su poder pareció impactarle de alguna manera, pero, aunque era evidente que algo la estaba molestando, no le contestó inmediatamente, sino cuando ya habían empezado a dirigirse hacia el coche, momento en el que se giró mirándole a los ojos, como si acabara de acordarse de que habían dejado a medias la conversación.
- Chica... ¿te parezco la clase de persona que abusaría de ése poder alegremente? Quiero decir... mírame -dijo extendiendo los brazos para englobar toda su persona- . Soy un predicador muerto de hambre que vaga por América teniendo sólo una pickup vieja y prácticamente nada aparte de la ropa que llevo puesta. Con éste poder podría ser asquerosamente rico. No tendría más que entrar en un banco y ordenar que me dieran unos cuantos millones y que después no se acordaran de nada. Podría tener un porsche, una casa en el Gran Cañón y dedicarme a no hacer nada en la vida en lugar de tener que ir de pueblo en pueblo trabajando en algo que no me gusta. Gray... -avanzó hacia ella sin interrumpir en ningún momento el contacto visual. Su mirada era afectuosa y cálida cuando le cogió la mano del dedo acusador y se la bajó con delicadeza- . Para mí el libre albedrío es sagrado. Acabo de permitir que esa gente me pegara una paliza para no usar Génesis. Joder, la mandíbula aún me duele -dijo, acariciándose la zona amoratada- . Una vez una nazi loca intentó violarme y tampoco usé la Palabra. Créeme, Gray, éste poder me gusta tan poco como a ti, y procuro no usarlo a menos que no me quede, literalmente, ninguna otra salida. Tómatelo como una bala en la récamara por si todo sale mal... ¿de acuerdo?
No le prometió que no lo usaría con ella porque no podía hacerlo, pero esperaba que con todo el discurso que le había dado la anciana no se diera cuenta de ese detalle. No podía prometérselo porque una vez le había hecho esa misma promesa a su mejor amigo, y tuvo que romperla cuando, por querer salvarle la vida a él, había estado a punto de perder la suya. Jesse había tenido que ordenarle entonces que le abandonara, que se pusiera a salvo. No podía por tanto hacerle la promesa a la anciana porque él siempre anteponía la vida de los demás a la suya propia, y Gray ya le había demostrado que era capaz de arriesgar la suya por la de él.
- Respecto a lo de no usarlo para matar... -se alisó las solapas del traje, que habían quedado arrugadas con la trifulca, aunque con la lluvia que caía era prácticamente imposible- . Normalmente siempre prefiero resolver las cosas con mis propios puños, pero si llega el momento y no me queda otro remedio, si tengo que escoger entre la vida del otro y la nuestra o la de algún inocente... entonces lo usaré -dijo con seriedad- . Lo único que te puedo asegurar es que intentaré no llegar a eso. Bueno, vámonos. Ya hemos perdido demasiado tiempo.
Cuando finalmente llegaron a la planta de fertilizantes, la lluvia arreciaba. Un par de matones les estaban esperando armados con escopetas. Uno de ellos llevaba una tirita para enmendar un tabique nasal roto que parecía reciente, y a juzgar por la mirada de odio que les dedicó parecía que era uno de los que habían apalizado en la panadería. Los dos hombres les esposaron las muñecas a la espalda y les llevaron al interior de la planta, donde aguardaba un tipo alto, delgado y vestido elegantemente a la manera tejana: chaqueta marrón, camisa negra con adornos de metal en el cuello y sombrero cowboy. Tenía los ojos ligeramente rasgados aunque estaba claro que su ascendencia era puramente caucásica, y para ser aún más cliché, sostenía entre los labios un palillo de dientes. En su cinto se veía asomar la empuñadura de un revólver.
- Así que... ¿un cura y una anciana son los que han armado todo éste alboroto? -inquirió, dirigiéndoles una mirada escéptica.
- Deduzco que tú eres el bastardo que mandó matar al chico de la planta, ¿verdad? -replicó Jesse. El otro tipo parecía aburrido.
- Ya, ya... La lista de mis crímenes es interminable, bla, bla, terrible monstruo, etc, etc. Bueno, dado que vosotros sois los héroes, supongo que tendré que informaros de lo que os espera. Donny, Mike... Traed a nuestros invitados.
Los matones les condujeron hasta el almacén principal, donde estaban todos los trabajadores de la planta sentados en el suelo y maniatados. Thomas Pickett tenía la camisa empapada de sangre, y un pequeño charco de color carmesí se agrandaba en torno a él. Parecía que le habían pegado un tiro, pero aún estaba consciente, y se mantenía con bastante entereza a pesar del dolor. Todos los demás parecían extraordinariamente asustados.
Los sicarios golpearon a Gray y Jesse con la culata de las armas para obligarles a ponerse de rodillas, y West les mostró un detonador con temporizador.
- Mis chicos y yo hemos plagado la planta de bombas -dijo con tranquilidad-. En cuanto nos hayamos alejado presionaré el interruptor y entonces dispondréis de tres minutos para rezar vuestras plegarias, padre, antes de reuniros con vuestro Dios en el cielo. No tendría que haber sido necesario llegar a ésto... podríamos haber seguido como siempre, pero al meter vuestras narices no me habéis dejado más remedio, empezando por ese vejestorio de Pickett. Bueno... Mis hombres y yo nos vamos. Hasta nunca.
Mientras los hombres se alejaban y se disponían a trabar las puertas del almacén, Jesse miró a Gray, haciéndole una pregunta muda que básicamente venía a decir: ¿Tú o yo?.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 28th Agosto 2020, 21:01
-Weno, ezo e verdad- alguien con un poder así que se aprovechara de él podría ser, literalmente,el rey del mundo y Jesse parecía no serlo -E que a mi la ordene no me entuziama, mushasho, peo veo que a tu tampoco te guzta musho eze poer tuio
Hizo una mueca de desagrado cuando Jesse le conto lo de la nazi que intento profanarle a la fuerza, mas cuando Jesse le dijo que su poder era “la ultima bala en la recamara” no pudo evitar soltar una carcajada mistosa
-Mi do bala’n la racamera zon mi do amiga eta- y flexiono los músculos, dejando ver su impresionante musculatura, por sus brazos corría el agua de la lluvia que los limpiaba de toda la sangre -zempre man sarvao de to los poblemas
La lluvia empezaba a embarrar su camino, menos mal que Gray no era una de esas personas que se preocupan por no ensuciarse; no solo era que los zapatos se le podían marchar sino que tenía la camiseta destrozada y llena de sangre. No le importaba, pero si fuera a ir ahora después a una gran ciudad tendría que cambiarse primero, ya que los policías se ponen muy pesados cuando ven a una anciana con la ropa llena de sangre y eso lo ha aprendido a la fuerza. Cuando se montaron en el coche, esta vez fue Jesse el conductor y la verdad es que era para mejor que con esta lluvia y la mala visión de la anciana acabarian estrellados en un árbol.
Gray tuvo que aguantarse las ganas de reventar a los dos pavos de las escopetas, y Jesse bien sabía que podría hacerlo después de ver como se tanqueaba tantos balazos, más se acordó de que su colega le dijo que usaría su poder para resolver esto así que, de momento, contuvo sus ganas de partirles la cara y meterles las escopetas por… un sitio no muy agradable. Dejó que la esposaran, las esposas siempre le gustaron bien poco, más al tener la fuerza necesaria como para hacerlas trizas eso las convertía en un mal menor. Arqueo una ceja al escuchar al hombre llamarla anciana
-Faq u
Le dijo con un tono duro y sincero, dejandole claramente que le gustaba bien poco. Y menos le gusto cuando, tras ser conducida junto a Jesse hacia el almacén principal, vio a Pickett sentado encima de un reducido charco de sangre a su alrededor. Frunció el ceño, con los dientes apretados y un rostro que indicaba pura furia, dirigida hacia aquel hombre que manejaba el cotarro
-Seraz hio puta- Si no fuera porque pondría en peligro no solo a Pickett si no a Jesse tambien ya le habría pegado tal puñetazo en la cara al tío ese que la nariz le saldría por la nuca -Ti voi a mete er revorve por onde te quepa
Eso era una promesa, aunque el hombre se rió con una carcajada pensando que eso era imposible al estar ellos a punto de morir en la explosion que él había preparado. Solto un gruñido cuando recibio el golpe de la culata, poniéndose de rodillas junto a Pickett a fin de preguntarle si se encontraba bien; por como estaba no pudo dedicarle muchas palabras, pero sí las suficientes como para dejarle claro que aun seguía ahí con ellos y aun no estaba bailando en el gran prado eterno.
Gray odiaba a poca gente, pero ese tipejo… le hacía hervir la sangre. Se encontró con la mirada de su colega y ella le hizo un gesto para que se acercara y pusiera su espalda contra la de ella, susurrandole a la vez en voz baja
-Amo lo do- agarro las esposas de Jesse con la mano y las rompió con cuidado de no dejar que las cadenas rotas hicieran ruido al caer al suelo -Peo tu etra mia
Levantó los brazos y con un tiro sus cadenas se deshizo de sus esposas, lanzándose con toda la rapidez que su anciano cuerpo le permitía hacia los hombres que intentaban trabar las puertas del almacén, y casi lo habrían conseguido si no fuera por Gray que reventó un cacho de la gran puerta con su fuerza bruta. A los hombres, que seguían con su trabajo de trabar la puerta, les faltó poco para cagarse encima al no esperarse que la anciana atravesara la puerta así como así. Si hubieran estado preparados a lo mejor podrían haber tenido alguna mínima oportunidad, pero al no esperarse nada Gray pudo dar un puñetazo en la cara al que tenia mas cerca, justamente al de la tirita en el tabique que se desmayó al instante por el dolor, un poco por la contusión también, cayendo redondo en el suelo.
Su colega agarró su escopeta y la apuntó hacia Gray, sin embargo, el cañón empezó a temblar como una gelatina cuando se vio de frente con la imponente mujer; llena de músculos, con la ropa manchada de sangre, su sangre, con los puños apretados fuertemente con ganas de marcha. El hombre tragó saliva mientras sudaba como si fuera el día más caluroso del verano; acababa de ver como la mujer atravesaba la puerta usando su fuerza… si sus piernas pudieran temblar más se convertirían en un flan. Pero él no era el que importaba, West era el personaje principal, un personaje que se encontraba en plena huida
-Ve tu a poh Wezt- le dijo a Jesse sin mirarle, manteniendo la mirada fijamente cruzada con la del hombre de la escopeta, que seguía temblando -Io me ocupo de ete
Lo que vería Jesse al volver sería a ese mismo hombre con la cabeza incrustada en la misma puerta que antes quería trabajar, y dos escopetas hechas trizas en el suelo. Se notaba que a la mujer le había disgustado un poco ver a Pickett así… si West creía en dios, ahora mismo estaría rezando que eso de meterle el revólver en donde le quepa fuera una amenaza sin sentido de la mujer
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 3rd Septiembre 2020, 01:10
Jesse suspiró poniéndose en pie, tomándose el tiempo para alisarse la chaqueta mientras Gray embestía contra la puerta. Caminó con calma hacia donde la mujer ya estaba trabada en combate, dando un par de toquecitos en el hombro a uno de los que la rodeaban, el cual, al volverse, se encontró con un derechazo de lleno en la cara. Otros dos que fueron a por él recibieron el mismo tratamiento; primero uno y después el otro, haciéndoles trastabillar aturdidos por la potencia de los golpes. Un cuarto intentó engancharle un puñetazo, pero él se agachó con la agilidad de un luchador experto, asestándole un golpe en la boca del estómago que le dejó doblado por la mitad y una patada al que venía detrás, volviéndose para golpear a uno que intentaba atacarle por la espalda.
Las palabras de su compañera le hicieron darse cuenta de que el cabrón que había organizado todo aquello estaba huyendo... y si le permitía alejarse lo suficiente como para quedar fuera del radio de explosión era probable que activara el detonador sin importarle el llevarse a sus hombres por delante, así que Jesse cogió lo primero que pilló a mano, una botella de fertilizante, y se la arrojó a la cabeza, acertándole de pleno. Thomas West cayó al suelo de bruces, dejando caer al suelo el detonador. Desesperado, manoteó por el suelo tratando de recuperarlo, pero Jesse lo alejó de una patada. El hombre acertó entonces a desenfundar la pistola y, girando sobre sí mismo, la disparó en dirección a Jesse, que pudo esquivarla por los pelos arrojándose sobre él.
- Hijo de puta -exclamó, forcejeando con él hasta conseguir sujetarle la mano armada con las dos suyas, golpeando su muñeca brutalmente contra una piedra que sobresalía en el suelo, rompiéndosela en el proceso y provocando que el hueso astillado atravesara la piel con un desagradable sonido de desgarro, arrancándole un aullido inhumano-. Se acabó, cabrón -dijo, obligándole a incorporarse manteniéndole la muñeca lesionada doblada a la espalda, provocándole un dolor agónico que no estaba dispuesto a mitigar-. No me cabe la menor duda de que todos los trabajadores de esa planta estarán más que encantados de denunciar lo que has estado a punto de hacer, y ahora que nos hemos deshecho de tu sheriff corrupto las cosas seguirán el orden que deberían haber seguido hace mucho. Y si no, yo me encargaré de que así sea -tras decir éstas últimas palabras, le estrelló la cara contra el suelo, dejándolo inconsciente y con unos cuantos dientes menos.
Se puso de pie, jadeando. Sobraba decir que los pantalones que habían sido blancos aquella mañana ya habían dejado de serlo. Ahora estaban completamente echados a perder entre barro, tiznes verdosos de hierba y sangre. Aquello ya no saldría en la lavadora, seguro, así que, tras hurgar en los bolsillos del empresario le quitó la cartera y sacó de dentro un generoso fajo de billetes. Tras guardarse en el bolsillo dinero suficiente para comprarse un par de pantalones nuevos, recuperó el detonador del suelo y fue hacia Gray, que ya había dado buena cuenta de todos los matones y estaba liberando a los prisioneros. Jesse le ofreció el dinero restante.
- Toma... por si quieres comprarte ropa nueva -le dijo guiñándole un ojo. Después fue hacia uno de los trabajadores liberados-. Llama a la policía y a una ambulancia, rápido.
Acto seguido se dedicó a maniatar a los criminales usando las mismas cuerdas que ellos habían usado para inmovilizar a los trabajadores. Cuando llegó la ayudante del Sheriff y preguntó los cargos que se les atribuía a aquellos hombres, Jesse comenzó a enumerar:
- Robo, daño a la propiedad privada, asalto, posesión de armas de fuego posiblemente sin registrar, intento de asesinato... Cualquiera de éstos hombres ratificará mi versión, señora. Por no hablar de las heridas del señor Pickett. Ah, y los trabajadores de la Little Czech Bakery, a las afueras del pueblo. Estos cabrones intentaron robar allí ésta mañana, seguro que estarán encantados de identificarlos.
Jesse la observó atentamente mientras hablaba, atento a cualquier indicio que pudiera indicar que la joven mujer también era corrupta, pero no le dio esa impresión. De todos modos, aunque así fuese había demasiados testigos y demasiadas pruebas como para que pudiera salirse con la suya otra vez, así que fue a reunirse con Gray, que estaba al lado de Pickett, al que habían subido a una camilla después de hacerle un vendaje provisional para contener la hemorragia.
- ¿Qué tal se encuentra, Pickett? -le dijo al acercarse, encendiéndose un cigarrillo.
- He tenido días mejores -contestó el hombre con una mueca de dolor-. Pero saldré de ésta. Hace falta algo más para quitarme de en medio -se quedó mirando a Gray con una sonrisa triste-. Lo único que lamento es no poder cumplir la promesa que os hice de una cena... Pero tenéis que prometerme que volveréis de nuevo, cuando esté mejor. No tengo palabras para agradeceros lo que habéis hecho por mí, por el pueblo y por mi fábrica...
Jesse se inclinó sobre él y le susurró al oído:
- Entonces no lo diga con palabras... -y, con una sonrisa, les dio a ambos un par de palmadas en el hombro y se alejó para dejarles intimidad.
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Tema: Re: Wild Wild West (Gray Fox) [23/03/2018] 7th Septiembre 2020, 22:53
Habiéndose encargado de dejar K.O. a los dos hombres de la puerta y destrozado sus armas, la anciana no perdió ni un segundo en ir de vuelta a los rehenes a fin de desatar sus ataduras, o mejor dicho romperlas de un tirón. Pickett fue el primero, teniendo que ayudarle Gray a levantarse que le miraba con unos ojos preocupados, más el hombre le repetía una y otra vez que estaba bien, que de esta salia. A la anciana no le gustaba ver a gente sangrando de esa forma, sobretodo cuando era debido a un arma de fuego que tenían la tendencia de ser mortales; que a alguien le sangrara la nariz o la boca después de un buen mamporrazo o después de partirle algún hueso lo veía menos peligroso.
Tras Pickett, que fue socorrido por la ambulancia que acababa de llegar, Gray liberó a los demás prisiones dejando que salieran de la fábrica aterrados tras aquella experiencia. Fue en ese entonces cuando Jesse le lanzó el fajo de billetes, ella lo tomó en sus manos y le sonrió, guardandoselo en el bolsillo del pantalón. No recordaba la última vez que tenía tanto dinero encima y hacía mucho más tiempo que no se compraba ropa, en vez de “robarla” o ponerse lo que encontraba por ahí.
Se acercó a Pickett, que le habían postrado en una camilla, tomando de la mano con suavidad mientras le miraba a los ojos con algo de ternura, se alegraba de que el hombre estuviese bien compartiendo los dos una sonrisa. Al llegar Jesse, Gray le puso la mano que le quedaba libre en el hombro, acercondole hacia ella. Las palabras de Pickett provocaron que la anciana le apretara la mano con más fuerza, el mero pensamiento de que podría haber muerto… no, no podía pensar en eso… tenía otras cosas más importantes en las que ocupar sus pensamientos.
No escucho lo que susurro Jesse en el odio al hombre, pero cuando se marchó escucho a Pickett carraspear, aclarándose la garganta en el proceso
-Bueno como… como he dicho- Gray no sabía si el hombre estaba rojo por lo que intentaba decir o por que le habían puesto el vendaje muy fuerte, pero no podía evitar sonreír hacia el hombre -No tengo palabras para expresar mi agradecimiento pero yo, bueno yo...
Estaba claro lo que le estaba intentando decir, pero a veces la mujer era un poco… intimidante y costaba expresarse bien en su presencia sobretodo si… bueno, si ella ya había expresado sus ganas… de ti. Gray suspiró, un suspiro alegre, agachándose hacia la cara de Pickett y, tirándole un poco de su corbata de bolos para que se moviera hacia su cara, le plantó un besazo en toda regla. Tanto Pickett como todos a su alrededor se sorprendieron del gesto de la anciana, aunque claro, el hombre se llevó la mejor parte de la sorpresa.
Tras un tiempo, que para los dos fueron unos largos minutos aunque no fue ni un minuto siquiera, la anciana se separo con una gran sonrisa en el rostro
-Tu ahoa tene que euperate, io me voi con mi coega Jesse a ve er luga donde nashi, pero tranquio que vovere pa eza “cena”- le sonrió y le volvió a dar otro beso, que esta vez le pillo menos de sorpresa y pudo corresponder correctamente, al separarse Gray se acercó a su oido con la misma sonrisa que antes, susurrandole -Euperate, que cando vuerva va a tene que i otra ve ar hospita
Y le guiño el ojo con una sonrisa picarona, dejando al vaquero con una mezcla de sonrojo, estremecimiento y… bueno, estaba claro que era lo último que estaba sintiendo en ese momento. Se despidieron con un saludo de manos y Gray se dirigió hacia su colega, que sonreía ante la escena que acababa de ver
-Weno, io tego zueño ¿Tu no?- le pregunto, estirandose los brazos y el cuello con un fuerte bostezo de por medio -Que te paeshe zi no vamo a domi y mañiana no vamo de vihita a onde nashi ¿Eh? Mañiana iremo a po ropa nueva
El día estaba llegando a su fin, la luna iluminando lo poco que podía y dejando paso a las estrellas que se veían en ese pequeño pueblo tejano. Jesse aceptó sus “condiciones” y, juntos, se dirigieron hacia el hotel en el cual tenían alquiladas las habitaciones; esa noche descansarían y mañana irían a buscar información sobre el nacimiento de la anciana… y pasado mañana, Gray volvería a echar abajo la casa de Pickett, en el buen sentido.