Nada como volver al hogar. (Rocket Raccoon, Risty Keikodi, Singularity (NPC)). 3 de Junio de 2018.

3 de Junio de 2018.
11:45 de la mañana (hora terrestre).
Nave espacial "Milano", de los Guardianes de la Galaxia.
Flotando en la atmósfera terrestre (pero ¡shhh! Es un secreto...).


Acaricié el interior de la Milano como si fuese el primer día. Aspiré su aroma a nuevo pero familiar al mismo tiempo, sonriendo para mí. Le tenía demasiado cariño a nuestra nave, y haberla perdido en el bosque aquel fue un duro golpe. Por suerte el cuerpo Nova, no sin una buena bronca y demás, nos dio una nueva, con los diseños exactos de la antigua. Habíamos recogido las cosas de valor y habíamos redecorado de nuevo nuestro hogar. Gamora seguía negando con la cabeza cada vez que veía las cositas que tenía apiladas por las estanterías, como una bailarina hawaiana o uno de esos muñecos con el pelo de punta de colores brillantes.

- ¿Qué se supone que es?- Miraba aquel juguete con el ceño fruncido y cierto deje de agotamiento en la voz. Yo me encogí de hombros con media sonrisa.

- Los llaman "muñecos troll". Es gracioso, no puedes negarlo... ¿Qué te parecería que me tiñiese el pelo de azul y me lo pusiese de punta?- Dije en tono bromista y alzando las cejas. Gamora negó con la cabeza y se marchó, descruzando los brazos de camino. Yo me reí y me dirigí a los mandos de la nave. Me recliné en el respaldo, con un suspiro de puro placer y una enorme sonrisa que acompañaba a mis ojos cerrados, dejando que los otros sentidos disfrutasen de la sensación. Miré a Rocket, sentado a mi vera, y asentí.- ¿Haces los honores?-

En cuanto la nave arrancó, avanzamos un poco, alejándonos de Terra hasta nuevo aviso y saltamos al hiper espacio. La visita había ido mejor de lo esperado, pero todavía le daba vueltas al hecho de que nadie sabía nada de las gemas ni nada de Thanos. Drax no le había sentido desde antes de la colisión, y eso me preocupaba. No era normal. Drax tenía ese sexto sentido gracias al cual sabía dónde estaba su enemigo, y si no era capaz de sentirlo, una de dos. O estaba muerto (y sabía que no tendríamos tanta suerte) o había encontrado algún modo de evitar a Drax, y esta segunda posibilidad no me gustaba ni un pelo. Pero bueno, supuse que el tiempo nos daría las respuestas. De momento, vuelta a Sapiencial a hablar con Cosmo a ver si había notado algo relevante.


En los confines del universo, justo el punto donde hay un enorme choque interdimensional, una gigantesca cabeza de celestial flota a modo de puerto espacial y observatorio. En el pasado, este lugar, conocido como estación Sapiencial, o Knowhere (haciendo un claro juego de palabras) decidimos que sería nuestra base de operaciones. Gracias a su situación era muy difícil acceder a ella a menos que sepas exactamente dónde está o tengas mucha suerte. En ella vivía un ser conocido como Cosmo, un perro soviético con poderes mentales que se perdió en alguna misión rusa espacial, y era el encargado de la seguridad de esta gigantesca estación. Además, era miembro de los Guardianes de la Galaxia, pero muy raras veces nos acompañaba a nuestras misiones de campo. Prefería quedarse allí, tranquilamente vigilando que todo estuviese en orden y para comunicarnos cualquier emergencia o destino al que tuviésemos que ir en mitad de uno de nuestros viajes. Un fiel y leal compañero que siempre tenía palabras de ánimo. Me resultaba especialmente graciosa la relación que tenían él y Rocket, de amor odio total, y que más de una vez había acabado en bronca. Pero nunca habían llegado a dañarse mutuamente. Era divertido.

En cuanto salimos del hiper espacio, la gigantesca cabeza apareció flotando ante nosotros. Activé la comunicación por radio y la puse en altavoz para que todos escuchásemos.

- Aquí Guardianes de la Galaxia a estación Sapiencial. Cosmo, ¿puedes oírnos?- Un crujido anunció la respuesta de nuestro compañero perruno en nuestras cabezas, mientras ladraba con alegría.

- *¡Cosmo se alegra de oír al camarada Peter! ¡Cosmo deseando veros, camaradas Guardianes! ¿Qué tal reunión en la Tierra? ¿Habiendo encontrado información útil?*-

- La verdad es que menos de la que nos habría gustado, pero bueno. Lo importante es que estamos de vuelta.-

- *Cosmo abriendo compuerta para que vosotros aterrizar y contar a Cosmo todo.*-

- Perfecto compañero. ¡Muchas gracias! ¡Ahora nos vemos!- Y corté la comunicación mientras virábamos, rodeando la estación en dirección al hangar que siempre usábamos.

Una vez en la base pusimos al pequeño perro al corriente de todo lo que habíamos vivido, desde nuestro encuentro con la JLA hasta la pérdida de la nave y la nueva que los Nova nos habían dado. Le hablamos también de el joven Sam, quien tal vez terminaría uniéndose a nosotros, dependía un poco de él, y de que no habíamos encontrado nada de las gemas ni Thanos. Cosmo escuchó atentamente, con el gesto serio (todo lo serio que puede estar un perro, claro está) sin mediar palabra alguna. Bueno, en realidad no mediaba nunca palabras, ya que se comunicaba a través de telepatía, pero ya me entendéis.

- *Veo que habéis estado ocupados. Cosmo ha tenido trabajo aquí también. Solucionando muchos problemas. Gente nueva apareciendo cada día, algunos muy agresivos para Cosmo. Tenemos las celdas llenas de gente.*-

- Bueno, estoy seguro de que no es nada que tú no hayas podido manejar perfectamente. Y ahora, con vuestro permiso, voy a irme a tomar algo al bar. ¿Quién se viene? ¿Rocket? ¿Gamora?-

- *Yo queriendo hablar con camarada Rocket primero, si no importarle. Tener nuevas armas y cosas que al camarada Rocket gustar.*- Asentí y miré a mi pequeño compañero. Cosmo se lo llevaría a la sala de armas o algo así.

- Tranquilo, me iré pidiendo la primera a tu salud. Luego te invito a una. ¿Y vosotros chicos?- Drax, Gamora y Groot decidieron ir primero a hacer no se qué y luego se me unirían. Bueno, pues yo iría calentando el bar y pidiéndome la primera. Qué gozada estar de nuevo en casa. No me malinterpretéis, la Tierra me gusta, pero nada como una estación espacial en mitad del cosmos. Esa sensación era única sin duda alguna.

OOC: Disculpad la tardanza, y que sea tan cortito. Acabo de estrenarla y como aun se están conociendo, tampoco podía hacer mucho más... ¡Perdón!

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Practicamente, no hace ni un par de días desde que regresé a Terra, a entregar La Milano a Los Guardianes; y ya me tengo que marchar de nuevo. " Señor Alexander, dirigase al punto XXX de la galaxia; destino: Estación Sapiencial. Debe mimimimimi " ¡Diablos! Si apenas pude avisar de mi regreso a mi madre y mi hermana, ¿Y ahora tengo que despedirme de nuevo de ellas? A veces ser un Nova, apesta. Me siento como un miembro del ejercito estadounidense, que sale de un conflicto para meterse en otro.

Por suerte, mi destino no es una zona hostil; o al menos, no para mí. Al fin y al cabo, la mayoría de los habitantes de la "gran cabeza robótica" me tienen un gran aprecio desde que liberé a Cosmo y a un numeroso grupo de alienígenas de un asalto perpetrado por Skaarn; con el que pretendía hacerse con la teleportadora continuum cortex.

Así que, tras atravesar la galaxia cual cometa, alcanzo mi destino; Knowhere.

- Cosmo, soy Nova - comunico a través del intercomunicador, con intención de ser escuchado por el cánido gracias a sus asombrosas habilidades

- *¡Da! Cosmo contento de tener tantas visitas de viejos amigos de Cosmo hoy* - contesta a mi llamada, con sus poderes telepáticos y su marcado acento ruso

- ¿Tantas visitas?

- *¡Da! Camaradas Guardianes también venir a estación a ver a Cosmo*

- ¿Los Guardianes están aquí?

- *¡Da! Eso diciendo Cosmo... A veces joven Nova ser un poco lento*

- Genial, hasta un perro cree que soy tonto...

Me encamino hasta las puertas del hangar, las cuales mi viejo amigo abre muy amablemente; por las que entro al interior de la gigantesca base espacial.

- Bueno, si mi instinto no me falla, lo más seguro es que al menos algún miembro de Los Guardianes se encuentre en el bar - me digo a mi mismo, encaminándome hacia allí

- *¡Da! Ese ser lugar donde camarada Quill asegurando ir*

- Estaba hablando solo

- *¿Y por qué Nova hablar solo? Eso hacerlo parecer a un más estúpido*

Un leve refunfuño emerge de lo más profundo de mi garganta; el día parece mejorar por momentos.

En cuanto entré en el bar el olor a alcohol, humo y toda clase de aromas me llegó como una fuerte bocanada de aire fresco... Que no estaba tan fresco naturalmente. Pero bueno, tampoco me importaba demasiado. En cuanto estuviese cinco minutos allí me habría acostumbrado al olor y ya no resultaría desagradable, y menos tras la primera copa. Las puertas se abrieron y muchas caras se volvieron a ver quién entraba. Pude reconocer a algunos de los parroquianos habituales, pero también había muchas caras nuevas, y más de una raza que no había visto en mi vida. Seguramente serían los que venían del otro universo, así que me tocaría hablar con Cosmo y el cuerpo Nova, o yo mismo con la gente para aprender de ellos y ver en qué consistían sus razas y costumbres. Supuse también que el traductor que llevaba implantado no funcionaría con ellos ya que en teoría estaba preparado para las razas conocidas, pero a saber. Lo mismo tenía hasta suerte. El propio tiempo lo diría.

Me acerqué a la barra, esquivando un par de cosas que lanzaron y sonreí al tío que había tras esta.

- ¿Qué pasa macho? ¿Cómo lo llevas? Sírveme un buen copazo. De lo que tengas más a mano.- Me volví para ver qué teníamos hoy en el bar con más detenimiento. Cerca de mí había una tipa con la piel azul que no recordaba haber visto en mi vida. Le hice un gesto cómplice con las cejas mientras cogía mi copa y daba un buen y refrescante trago. Sentí la quemazón del alcohol bajar por mi garganta acompañado al ácido sabor de aquella bebida que muchos usaban como energética para activarse. Y la verdad es que activaba de verdad. Al menos despertaba. Agité la cabeza resoplando ligeramente por el impacto de la bebida y sonreí. Lo echaba de menos.

Y entonces, más allá de la mujer azul, por otra puerta distinta a la que había usado yo para entrar, apareció una niña. Su apariencia era totalmente distinta a nada que hubiese visto en mi vida. Tenía forma de mujer, pero su cuerpo era como una galaxia, donde podías ver miles y millones de pequeñas estrellas. Sus cabellos flotaban como en uno de esos anuncios de perfumes y demás. La verdad es que me quedé embobado un par de segundos al verla. Luego volví a la realidad y sonreí para mí. En el fondo el universo estaba lleno de cosas preciosas.


Cosmo se llevó a Rocket a la sala de armamento mientras meneaba alegremente la cola. Su traje espacial de astronauta ruso le daba un toque cómico. A decir verdad, cualquiera que hubiese visto a la pareja habría sonreído y seguramente se habría llevado un tiro en la cara de haberse dado cuenta Rocket de ello. Por suerte para los transeúntes el mapache estaba más ocupado pensando en qué podía enseñarle aquel perro con quien no se terminaba de llevar del todo. Curiosamente, lo consideraba un animal. Ironías de la vida.

- *Ser aquí. ¿Cómo ir viaje a la Tierra? ¿Encontrar lo que buscabais? ¡Cosmo echar de menos a sus amigos Guardianes! Qué bueno que ya estar aquí, camaradas. Ahora, las armas... Esta ser arma de corto alcance. Núcleo de plasma, diez disparos de recámara. Capaz de atravesar metal. Aquí tener también fusil de repetición. Doscientas balas en dos cargadores, doble cañón, buen ritmo. Usar para asaltos. Esta ser muy interesante. Disparar proyectil flecha explosiva. Buena para abrir puertas o rastreadora... Ser algunas armas que encontrar Cosmo tiradas en la estación. Yo arreglar y limpiar para camarada Rocket. Saber que él gustar armas.*- Cosmo movió la cola con alegría mientras sacaba la lengua. Era cierto que no se llevaban demasiado bien, pero él intentaba hacer lo posible para que el equipo estuviese bien equipado y conectado con la base en todo momento.

No me demora demasiado tiempo alcanzar el susodicho antro; donde, ya desde fuera, puedo sentir el "embriagador" aroma a sudor y alcohol barato. La combinación favorita del grandioso héroe y forajido, Star-Lord.

Empujo con relativa suavidad las puertas de este, y entro en su interior; un rápido vistazo me sirve para ver a, al menos, 30 o más delincuentes buscados por el cuerpo Nova. Aunque es bien sabido que Knowhere es prácticamente "terreno neutral", y ninguno de ellos se trata de un asesino; solamente delitos menores, como robos y demás.

- Ahí, esta Quill - me digo para mi mismo, en cuanto mi mirada capta al medio Spartoi; quien se encuentra en compañía de dos mujeres de raza extraterrestre

Un breve escaneo y una rápida consulta a la base de datos presente en el casco, me sirve para averiguar un poco sobre las "amiguitas" del líder de los Guardianes; la primera de ellas es una asari, nativa del planeta Thessia, y la segunda parece tratarse de una especie única, pues no existe un registro claro de esta en dicha base. Sin duda, una información de lo más interesante.

Normalmente, no me entrometería en "la caza" de Quill, y menos aún cuando la hace "a dos bandas"; pero los asuntos que me atañen son más que una simple visita de cortesía.

- Siento interrumpirte, Quill; es un placer, señoritas - me dirijo al nombrado, haciendo un leve gesto con mi cabeza para saludar a las otras dos - Pero el Cuerpo me ha pedido que hable contigo y el resto de Los Guardianes; pues tenemos asuntos que atender

La chica que parecía una galaxia se acercó a la otra y le habló, con una enorme sonrisa y abrazándola por el cuello para después sentarse junto a ella. Supuse entonces que serían amigas. La chica parecía divertida a juzgar por su gesto inocente y sonriente. La mujer entonces volvió su mirada hacia mí y me ofreció sitio junto a ellas para beber. Bueno, desde luego no les iba a hacer ascos. Ella era bastante guapa, y la otra podía ser la que te hiciese reír. Puede que hasta me llevase yo también un abrazo. Y a juzgar por todo lo que habíamos vivido en Terra no me vendría mal. Estaba un poco tocado por haber perdido las gemas y todo lo que sucedió en el rancho de la vaquera rubia. También porque no habíamos sido lo que yo llamaría recibidos con los brazos abiertos, y aunque la unión con los Vengadores y la Liga de la Justicia parecían haber salido a pedir de boca, no dejaba de sentir cierto rechazo por el mundo en general, como si mi propio planeta me hubiese dado la espalda. No era una sensación agradable, no os mentiré, pero bueno. Nada que un par de copas y un par de noches en la estación no pudiesen arreglar. Y si encontrábamos algo que ir a buscar, como un artefacto cósmico o algo del estilo mejor que mejor.

Cogí mi copa y, con una sonrisa, me dirigí a donde se encontraban las dos chicas. Acerqué uno de los taburetes hasta estar a su lado y alcé la copa.

- Señoritas... Os agradezco la invitación. Habría sido un tonto de no haber venido con dos bellezones como vosotras... Permitid que me presente. Soy Peter Quill, aunque en algunos lugares se me conoce como Star-Lord. Vosotras no me sonáis de nada... ¿Sois de esta parte de la galaxia o es que dos estrellas han caído del cielo?- Algo cliché pero divertido. Seguramente les sacaría una sonrisa o me mandarían a la porra. Nah, la segunda no lo creo ya que me habían dicho que me uniese a ellas, y la chica azul... Vale... Será mejor que las empecemos a llamar chica azul y chica galaxia. Bien. La chica galaxia me sonreía mientras sus cabellos flotaban sinuosamente en todas direcciones. Ella me saludó efusiva y señaló a la otra mientras decía "amiga". Entonces alargó la mano y cogió una copa que a saber de quién era. ¿Iba a bebérsela? Si, en efecto. En cuando yo di un sorbo ella hizo lo propio. Entonces me preguntó si era su amigo.- Eh... Sí, claro, amigo. ¿Por qué no? ¿Y vosotras como os llamáis?-

Tenía una sonrisa para ambas cuando escuché la voz del joven Nova detrás de mí. Me volví y alcé mi copa hacia él con una sonrisa.

- ¡Sammy! ¿Qué tal? ¿Cómo estás? Ven, siéntate y tómate una con nosotros. Te invito por hacernos el favor de llevarnos la Milano hasta la Tierra. Chicas, este es Sam Alexander. Que no os engañe su aspecto, es un buen amigo.- Sin embargo la alegría no me duró mucho, ya que dijo que la razón por la que había ido a saludarme fue porque el dichoso cuerpo Nova quería hablar conmigo y los Guardianes. Puse cara de fastidio y di otro sorbo.- ¿Alguna vez te han dicho que eres un aguafiestas? ¿Tiene que ser ahora mismo, en este preciso instante? Mira, no es que no me emocione eso de salvar la galaxia, pero acabamos de llegar y llevamos meses fuera de casa. Danos un respiro y déjanos descansar. Mañana hablaremos todo lo que quieras con el cuerpo Nova y demás... Y tú no deberías rechazar una invitación. Es de mala educación.-


- *No hacer falta que tú agradecer, camarada Rocket. Cosmo está encantado de poder ayudar a sus amigos, ¡da! Yo alegrar de que te gusten pistolas nuevas que Cosmo guardar para ti.*- El alegre perro sacó la lengua y lamió con cariño al pequeño miembro de los Guardianes. Sabía que Rocket detestaba eso, pero estaba alegre y no podía evitarlo. Además, ellos eran sus amigos y poder tenerlos por la estación de nuevo le llenaba de energía y ganas de prepararse para cualquier misión. Fue entonces cuando Rocket dio en el clavo, y Cosmo bajó ligeramente las orejas.- *Por desgracia no ser todo buenas noticias como  tú deducir. Camarada Cosmo venir a estación Sapiencial. ¿Vosotros no saber? Querer hablar con todos los Guardianes. Cuerpo Nova muy preocupado con la situación. Acompañar a Cosmo.*-

El can vestido de astronauta se alejó de la zona de las armas y se dirigió a lo que podría considerarse como su despacho, seguido de Groot y Rocket. Con todo el tema del choque de universos había tenido muchísimo trabajo los últimos meses. Reconstrucción de partes de la enorme cabeza, descubrimiento y recopilación de información de nuevas razas alienígenas, actualización de los sistemas de comunicación y defensa, amenazas por parte de la Inteligencia Suprema* de nuevo por permitir la entrada en Sapiencial de algunos de los criminales más buscados por el imperio Kree, un nuevo comunicado de Ronan advirtiendo de las medidas que se tomarían contra cualquiera que se atreva a amenazar la paz... Lo que suele suceder cuando dos universos chocan y estás en el límite de uno de ellos, haciendo las veces de puerto espacial para toda clase de viajeros. Sapiencial era terreno neutral, y no se juzgaba a nadie que pisase aquel lugar a menos que sus intenciones fuesen bélicas o fuesen criminales verdaderamente peligrosos para la galaxia. Además, encontrar aquel lugar no era tarea fácil, y sólo aquellos que ya habían estado antes sabían como llegar.

Los pasillos estaban abarrotados de un montón de nuevas razas que Rocket no reconocería, y que Cosmo estaba en proceso de memorizar. Cambiar la lista de razas no era tarea fácil y no se hacía de un día para otro. Cosmo llamó entonces mentalmente a Drax y Gamora, quienes le respondieron casi al instante. Sonaron cansados, como si les acabasen de fastidiar las vacaciones. Y, para qué negarlo, en parte era así.

- *¿Recordar a Thanos, camarada Rocket? Cuerpo Nova estar preocupado ya que no saber nada de él desde antes de la colisión. Nuestros exploradores no han encontrado nada, y Cosmo no ha sido capaz de percibir su olor ni rastro en meses. Si Thanos no aparecer ser gran peligro para todos. ¿Vosotros haber sabido algo? Yo recordar que Drax ser capaz de localizarle en cualquier parte de la galaxia...*-

El casanova me recibe con su habitual buen humor, y me presenta a sus hermosas y extrañas acompañantes; aunque este pronto desaparece cuando escucha que me trae hasta él.

- Sabes perfectamente que no es cosa mía - contesto a su pregunta retórica, mirándolo con cierta molestia - Yo solo cumplo ordenes - continúo, suspirando - Bueno...Por una copa - concluyo, con una sonrisa de medio lado en el rostro; aceptando así la invitación de mi viejo amigo

Es entonces cuando una de las mujeres, o al menos eso es lo que parece, me obsequia con un alegre y energético saludo; que respondo moviendo levemente mi mano, y dedicando la más amplia y sincera de mis sonrisas. Acto seguido, la otra pregunta que cómo es La Tierra y si ambos venimos de allí.

- Pues justo vengo de allí - le contesto tranquilamente y con completa franqueza - Es un lugar bastante bonito, aunque está a años luz de la tecnología del resto de "civilizaciones avanzadas" de la Galaxia - continúo, encogiéndome levemente de hombros - Claro que lo que nos falta en progreso, nos sobra de esto - le digo, posando mi dedo indice sobre mi pecho; señalando el corazón - No por nada todo aquel que se acerca a Terra en busca de problemas, acaba lamentandolo

Y es cierto, pues por muchas veces que Thanos o Galactus han atacado el "gigante azul", nunca han conseguido sus propositos.

Fruncí ligeramente el ceño cuando la chica dijo lo de las estrellas caídas y sonreí negando con la cabeza.

- No, no es literal, es una forma de llamaros bellas... Como las estrellas son bonitas y... Es igual.- La mujer de azul dijo llamarse Risty, pero la jovencita no me dijo su nombre, así que volví a preguntárselo con tranquilidad, sin que pareciese que la estaba interrogando ni nada.

Por suerte para todos Sam se comportó bastante bien y aceptó una copa. No quiero sonar borde ni nada, pero ahora mismo tener que hablar con el cuerpo Nova no me apetecía nada, y si Sam había decidido aceptar la copa es porque no estaba pasando nada grave. Además, nosotros no trabajábamos para los Nova. Les ayudábamos a defender la galaxia, sí, pero también estaban a la espera de que metiésemos la pata de algún modo para atraparnos y mandarnos a la prisión más asquerosa del universo para que nos pudriésemos allí. Era una extraña relación de amor odio. Nosotros alegábamos que a pesar de las meteduras de pata y el daño que de vez en cuando causábamos era siempre menor que las cosas buenas que venían con nosotros. Es cierto que solíamos hacer las cosas a nuestra manera, pero qué demonios, somos los Guardianes de la Galaxia. Nunca dijimos que fuésemos a ser los niños buenos ni los número uno de clase. Hacíamos lo que hacía falta para proteger la galaxia, lo que significaba que si yo en algún momento determinado tenía que robar un cristal cósmico o Gamora tenía que matar a alguien para conseguir la paz...

La conversación tiró entonces hacia la Tierra, y Sam habló de ella como un orgulloso patriota mientras yo sonreía.

- Si, bueno, no es que tengan la mejor tecnología de la galaxia, eso es cierto. Pero tienen mucho aplomo y algunos de los seres más poderosos que yo he visto nunca, de ahí que hayan sido capaces de frenar amenazas externas más de una vez.- Temía por mi planeta natal. Veréis, cuando eres un devorador de mundos o el titán más temido del universo, si un planeta consigue pararte los pies te cabreas, y mucho. Hasta el punto que gente como Thanos había desarrollado una especie de necesidad total de conquistar mi planeta. Al parecer y según había oído por ahí, él estaba convencido de que la Tierra guardaba en su interior una fuerza o poder tales que le permitirían conquistar el resto del universo como ya hizo en su momento, y que por eso era el planeta que más veces había rechazado sus ataques o las invasiones. No debemos olvidar que los skrull lo intentaron en el pasado, sin éxito, así como los phalanx. Entre la gente que vivía allí y los que la protegíamos desde fuera nadie sabía cómo habían sido capaces de frenar tantas amenazas estando tan retrasados tecnológicamente. Y por cosas como esa yo me sentía orgulloso de ser terrano. Eso sí, tenía la mitad buena.- Es un planeta bonito. Deberíais visitarlo. Eso sí, os recomiendo que si lo hacéis os ocultéis o llevéis algún dispositivo de camuflaje. Los humanos se ponen muy nerviosos con los temas del espacio.-

Di otro sorbo a la copa y eché un rápido vistazo a la gente que allí se había congregado. Había razas nuevas que nunca había visto antes, debido seguramente al choque de universos. Desde que este ocurrió estaba más preocupado por la Tierra que de costumbre. Antes sabía más o menos qué amenazas pululaban por el espacio. Ahora no tenía ni idea de qué era una de cada dos especies que veía. Las dos chicas que nos acompañaban eran un claro ejemplo. Nunca había visto nada como ellas.

- Bueno, ¿y vosotras? ¿De dónde venís?-


- *Muchas teorías, ninguna buena. Cuerpo Nova creer que puede estar preparando nuevo ataque como pasado. Cosmo creer que puede que Thanos ya no estar en el universo. Ser demasiado bueno, pero dejarme explicar. Thanos siempre estar obsesionado con las gemas y la Muerte. Ahora después de choque no haber ni rastro de él por ninguna parte. ¿Crees que ser posible que Thanos haber muerto? Raro, pero no imposible. Él no ser inmortal. Poder morir. Cuerpo Nova pensar que Cosmo está loco, pero Cosmo no está tan seguro de estar loco. Es posible que Thanos no estar físicamente aquí. Es posible que Thanos estar en otro universo o en otra realidad. ¿Tu entender, camarada Rocket?*- Cosmo parecía preocupado, serio, más que de costumbre, lo cual nunca era buena señal. A lo que el perro se refería era a que era muy extraño no haber recibido ni media noticia ni nada del titán desde la colisión. Incluso en sus momentos de menor actividad siempre había alguien que sabía dónde estaba o alguien sentía algo. Mas no ahora. Ahora nadie sabía nada. Eso no era habitual ni siquiera para el titán.- *También poder ser que Thanos haber aprendido a ocultarse de nuestros sensores, lo cual ser muy peligrosos. Única razón por la cual haría es es porque estar preparando algo grande, un ataque o algo gordo. Eso preocupar mucho al cuerpo Nova y a Cosmo, por eso yo alegre de que camaradas Guardianes volver a estar aquí. Vosotros saber que Cosmo cuenta con vosotros y Cosmo querer ayudar siempre.*-

>> *¿Así que tú decir que Drax no ser capaz de ver Thanos? Entonces teoría de Cosmo parecer más cierta, ¿no creer? Decirme camarada Rocket qué piensas tú. Yo estar preocupado. Temer que Thanos vuelva a conseguir todas las gemas del infinito. Eso sería catastrófico. ¿Haber descubierto algo interesante en la Tierra? ¿Nuevos aliados o enemigos?*-

La extraña y enigmática criatura cósmica de aspecto de mujer parece, según sus propias palabras, haber visitado ya nuestro planeta; también hace un breve comentario sobre mi forma corporal de expresarme que me hace soltar una pequeña risa. Parece que la joven interpreta la mayoría de las cosas de manera literal.

- Me refería al corazón - comento alegremente sin perder la alegre sonrisa de mi rostro - Quiero decir que a pesar de nuestra "desventaja", somos realmente valientes y no dudamos en luchar por defender lo que es nuestro

Tras esto, mi compañero Quill deja ver también su orgullo terrano; para luego preguntar a nuestra compañía por su lugar de origen.

La conocida como Risty parece provenir de un planeta lejano, de avanzada tecnología, y cuya población es solo femenina; un dato bastante curioso. la verdad. Algo que suscitas ciertas preguntas que pronto son realizadas por la otra mujer presente; quien contesta a la pregunta anteriormente realizada simplemente alegando que proviene del espacio ¿Acaso se trata de un ser singular y único, emergido de la nada, y sin planeta al que llamar hogar?

- Perdona, no quisiera importunarte pero...¿A que te refieres con eso de "Espacio"? - le pregunto a la joven con un notable tono de curiosidad - El universo es bastante amplio, así que sería de agradecer si pudieras ser algo más concreta - continúo en un tono desenfadado, soltando una ligera carcajada - ¿Posees planeta natal?

La chica azul con estrellas se levantó y besó mi mejilla. Fue un beso tierno, inocente, cálido. En cuanto sus labios rozaron mi piel en mi cabeza pude oír como si mis pensamientos gritasen. "Singularity". Murmuré la palabra para mí, mirando aquellos pequeños ojos blancos llenos de vida y aparente alegría. Sonreí y asentí. Singularity. Sin duda alguna lo era.

Volví entonces mi rostro a Risty quien preguntó si yo pertenecía a uno de esos seres con poderes que habitaban la tierra, y tras reír y negar le contesté.

- No exactamente. Es decir, yo carezco de poderes aunque sepa sacarme las castañas del fuego. Y con respecto a si soy de la Tierra, sí, nací allí, pero hace mucho tiempo que no vivo en ella. Muchos años ya.- Recordé cuando abandoné mi planeta natal siendo apenas un veinteañero que viajó al espacio en busca de su padre. Años más tarde le conocí, y la decepción que me llevé al hacerlo fue grande, sobre todo porque siempre que mi madre había hablado de él lo comparaba con un ángel. Un ángel y una mierda. Era todo menos un ángel. Puede que con ella fuese bueno, pero también la abandonó, dejándola tirada y olvidada en la Tierra sin volver nunca a por ella ni a interesarse por ella, y aunque él me había dicho que nunca deseó que fuese así yo no me creía nada, y menos aún cuando intentaba hacer daño a mis amigos con tal de que me fuese con él. ¿Qué clase de ideas tenía en la cabeza? ¿De verdad pensaba que las amenazas me harían cambiar de opinión? "Sí, claro padre. Has matado a mis amigos y me has demostrado que lo que realmente importa es tu imperio. ¡Abrázame y dame amor!" Venga ya... Para ser un famoso e influyente líder carecía de tacto para algunas cosas, y el trato con su propio hijo era una de ellas.

Sonreí al ver la conversación aparentemente absurda que mantenía Sam con Singularity. La chica parecía entender las cosas al pie de la letra, lo cual hizo que Sam se quedase confuso y aturdido un breve instante, del mismo modo en que me había quedado yo haría apenas un par de minutos. Risty continuó hablando acerca de su planeta que se encontraba muy lejos de allí, habitado únicamente por mujeres. Bueno... No sonaba mal, pero también pensar en cabrear a más de una y por tanto tener a un planeta entero en tu contra no era algo que me apeteciese añadir a mi lista. Ya me tenían mucha manía los kree, los badoon, los skrull... Otro planeta más no, por favor.

- Jajaja, seguro que sí me lo pasaría bien. Y con respecto a lo lejos que estás... En teoría estamos en el punto más alejado del universo. En el último rincón de nuestra dimensión. Pero no os fiéis demasiado de eso. La gente dice muchas cosas de esas para parecer interesante.- Apuré la bebida y dejé el vaso en la barra con una ligera agitación de mi cabeza provocada por el calor de esta al bajar por mi garganta. La pregunta de Singularity acerca del pecho me descolocó un poco.- ¿Bueno? Eh... Depende del gusto creo yo...-

Fue una pregunta extraña, y entonces señaló al cielo mientras respondía "espacio". Me quedé pensativo, intentando encontrar entre mis recuerdos algo o alguien parecido a esa chica que teníamos delante, pero no se me ocurrió nada de nada... Pero nada. Bueno, con el choque de universos había un sinfín de nuevas razas que surgían cada día y se descubrían. Algunas eran buenas, otras malas. Algunas eran agresivas y otras totalmente inofensivas. Singularity parecía del segundo grupo. Y había estado en la tierra. Bueno, al menos ella ya sabía dónde estaba.

- Cuando queráis os llevo. A las dos. Puede ser divertido, aunque ahora está todo un poco patas arriba. Cuando se calmen las aguas de un salto os enseño mi planeta... Y por lo demás no hay mucho que decir. Acabamos de llegar y seguramente nos quedemos aquí una temporadita, al menos hasta que decidamos cuál va a ser nuestro siguiente paso. ¿Vosotras qué planes tenéis?- Aquel era lo más parecido a un hogar que teníamos si no contábamos con nuestra nave. Era lo suficientemente grande como para que todos viviésemos en ella, pero de vez en cuando estaba bien pisar algo más grande que ella, y la estación Sapiencial nos había acogido en numerosas ocasiones. No era un mal sitio para vivir.


- *Si. Ser buena idea volver con camarada Peter para contar toda nueva situación. Cosmo aún no haber tenido tiempo de leer informe, camarada Rocket. Sentir. Cosmo ha estado muy liado con todas las nuevas razas que han aparecido de repente en Sapiencial. La mayoría ser pacíficos, pero siempre haber problemas. Nuevos contrabandos peligrosos que no gustan a Cosmo.*- El perro gruñó mostrando los dientes, enfadado por todo el caos en que aquella estación se había convertido durante los últimos meses. Aún no tenía ni idea de qué estaba pasando ni qué era el choque de universos. Lo único o de lo poco que sabía es que de repente la galaxia parecía una autopista en plena hora punta, con cada vez más gente que llegaba sin saber dónde ni cómo lo habían hecho.- *Cosmo creer que Thanos estar en otra dimensión. Tal vez haber sido absorbido por un agujero negro que mandarle a otra parte del universo, muy lejos, lo suficiente como para no poder verle. Cosmo esperar que ser así, pues si está escondido trama algo malo seguro.

>> Es bueno saber que haber nuevos camaradas que luchar contra los malos en Terra, pero si haber héroes que luchan es porque hay malos contra los que hacerlo. Si hay otro grupo como los Vengadores Cosmo temer que ellos existir para frenar amenazas como las de nuestro universo. Quién sabe, tal vez haber otro Thanos u otro Galactus. Cosmo esperar que no. Con uno tenemos más que suficiente. No preocupar camarada Rocket, Cosmo se encargará de ello.*- El can lanzó un fuerte ladrido que seguramente pondría los pelos de punta a Rocket por su potencia y por haber sido tan repentino. Un enorme ser con cuatro brazos y cara de pez apareció con cara de pocos amigos. Cosmo habló con él, indicándole que subiese las nuevas armas y dispositivos que había guardado para sus amigos los Guardianes a la nave naranja y azul que había en el hangar. El ser gruñó como lo haría un enorme sapo de doscientos kilos y después cogió una enorme caja, dirigiéndose al monta cargas con ella. Cosmo movió el rabo y se volvió a Rocket.- *Camarada Quill estar todavía en la cafetería. ¿Ir?*-

OFF: Siento la tardanza

Según comenta la mujer de azulada piel su especie tiene una curiosa, y a la vez de lo más práctica, manera de reproducirse; y es que son capaces de coger los genes más aptos de la pareja a través de una conexión sitémico-neuronal, y unirlos a su genoma para dar paso a una futura gestación. Lo cual explica la existencia de un sólo género en su especie.

Por otro lado, el hermoso ser de aspecto cósmico, cuya alegría y energía parecían hasta este momento inalterables, cambia completamente su gesto a uno de completa tristeza; cual infante al que acaban de darle una mala noticia. Algo que provoca en mí un extraño sentimiento de malestar y preocupación; que se hace más que palpable en mi rostro, mientras mi mirada se clava en la faz de la "chica galaxia".

¿Sabes esa sensación que tienes cuando observas a un niño? ¿Esa pureza que te transmite? Cada centímetro de su resplandeciente cuerpo transmite esa calidez única; ese sentimiento que te hace querer protegerlo de todo cuanto lo rodea.

Y es, en ese instante, cuando sus manos se extienden lentamente hacia la mía; tomándola con suavidad, y desplazándola hasta el centro de su cuerpo. Acabando así mi mano en su pecho; y mi rostro levemente ruborizado.

Sin embargo, no me muevo; no hablo. Mis ojos permanecen fijos, casi perdidos, en su rostro; no puedo apartar mi vista de ella, perdido en las facciones casi imperceptibles de su cara.

Sus simples palabras, que hubieran sido en otra situación de lo más contradictorias e incomprensibles, cobran un sentido completamente claro para mí. Jamás me he sentido así; esta sensación de absoluto entendimiento.

Finalmente, la joven separa lentamente mi mano de su cuerpo; para luego deslizar sus dedos hasta separarlos de esta.

Por unos instantes, me quedo completamente absorto en el momento; ajeno a lo que sucede a mi alrededor. La voz de Rocket, reclamando de mi atención, me saca de mi ensoñación.

- Eh, si, si; claro ¿Que sucede? - le pregunto al mapache

Alcé las cejas cuando la mujer nos contó la manera de reproducirse que tenían en su especie. La verdad es que era curiosa... Y muy práctica, pero no sabía si intentaba seducirme o qué para tener un hijo con ella. Desde luego eso no entraba entre mis prioridades actuales ni de lejos. ¿Me imagináis de padre? Ya, yo tampoco, y con todos los problemas que tengo yo con el mío como para meterme en un embrollo así. A saber si sería tan mal padre como él o por suerte sería uno bueno. De momento no lo sabremos. Sin embargo, nunca hay que olvidar los modales, y puesto que ella nos lo contaba de manera muy entusiasta le ofrecí una cálida sonrisa y asentí a sus palabras.

- Es... Un método muy práctico... ¿Y siempre salen niñas guapas? Si son como la madre seguro que sí. En cualquier caso, ¿qué prisa hay en conocer a toda una especie si aún no conozco ni a un miembro de esta? Aún tenemos tiempo de sobra para conocernos mejor, ¿no te parece?- Dije alzando mi copa hacia ella y guiñándole un ojo cómplice. Poco a poco Peter. Juega bien tus cartas y quién sabe dónde acabará la noche, o el día siguiente. ¡Ah, como me gustaba estar en el espacio! Aquí la gente te respetaba, o por lo menos te conocían, no como en Terra... Esa espinita estaría clavada en mi corazón un tiempo, por lo menos hasta que volviese a ir a visitarla y la gente fuese un poco menos... ¿Imbécil? Sí, era una buena palabra para definirlo. Muy pocas habían sido las personas que no nos habían mandado a hacer puñetas, y habíamos guardado los contactos para cuando repitiésemos nuestro viaje.- Espera espera... ¿Que el espacio es tu origen? ¿Eres del espacio, tal cual?-

Fruncí el ceño ante las palabras de la joven niña azulada. Los engranajes de mi cabeza hacían "click" mientras pensaba en lo que había dicho. ¿Podía ser...? ¿Y si ella era producto de la fusión de universos? Es decir, una niña que dice que su origen es el espacio, sin nombre y sin que nadie la haya visto antes, con apariencia estelar... ¿Por qué no? Tal vez fuese el resultado de una variación de dimensiones que había cobrado vida. Miré a Sam y luego a la niña con una sonrisa.

- Eh, si dices que el espacio es tu planeta natal es que lo es, así que sonríe.- Mientras bebía de nuevo vi que la muchacha sonreía y nos decía que podía llevarnos a la tierra si así lo deseábamos. La verdad es que a mí lo que me apetecía en ese momento era quedarme ahí de tranquis, sin moverme. ¡Acabábamos de llegar! No dudaba que las intenciones de la joven eran amables y sinceras pero no era el momento. Pero lo que hizo me dejó con los ojos muy abiertos. De hecho miré mi copa a ver cuánto había bebido al ver lo que acababa de hacer la niña.- ¡Wow! ¿Creas portales? ¡Qué guay! ¿Y cómo de grandes pueden ser?-

Céntrate Peter.

- Oh, eh, muchas gracias de corazón... Oye, ¿cómo te llamas? Perdona, no te había preguntado por tu nombre. Verás, acabamos de llegar de la Tierra así que de momento no necesitamos volver. Pero gracias. Cuando necesitemos volver te podemos avisar, ¿te parece bien? De momento quédate aquí con nosotros tomando algo. ¿Quieres otra copa? Invito yo pequeña.- Mi mirada se centró en la puerta que se abría más allá de la niña y la mujer, enfocando para ver quiénes eran las figuras que entraban. Allí estaba nuestro compañero Rocket que llevaba el gesto semi torcido. Conocía lo suficientemente bien a mi compañero como para saber cuando algo no andaba bien. "Por favor, que sólo sea algo de la nave...".- Si, claro, cuéntanos. Pídete algo mientras tanto. Por cierto, te presento. Esta es Risty y ella es...-

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