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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Mensajes : 564 Fecha de inscripción : 13/11/2013 Localización : Arkham Asylum Empleo /Ocio : Cómico Humor : ¿que se pone Batman para ver sus culebrones? ¡Su BAT-amanta!
Ficha de Personaje Alias: Joker Nombre real: desconocido Universo: DC Universe
Tema: Nada vale más que la sonrisa de un niño [Batman] 19th Abril 2016, 15:17
21 de Junio, hora del desayuno.
Estaba sentado en el gran sofá, el mas cómodo que había en toda la guarida. Sólo llevaba puestos sus calcetines, los calzones a rayas con los que estaba cómodo y una camisa interior de algodón. Si hubiera ido con aún menos ropa habría sido imposible quitarse a la pegajosa de Harley de encima. Con la cabeza echada hacia atrás, y los ojos cerrados, se mantenía en un estado de vigilia mientras en el cúmulo de su mente se iban formando poco a poco los rescollos de algo que acabaría por ser todo un espectáculo de fuegos artificiales. Con las lecturas tan provechosas que había sacado de su experiencia con la doctora Belmont, ahora estaba desarrollando todo un nuevo esquema que sería como una tarta en la cara de todo ese caos que por sí mismo se había montado con el acontecimiento del choque. Eso es, siempre innovando, siempre a contracorriente. Si el universo crea algo grande, satirízalo, y convierte algo pequeño en lo más importante. La perspectiva tenía una ironía tan deliciosa que la comedia misma se mearía encima.
Se levantó del sofá, con una sonrisa inmensa en los labios. Salió, encontrando a Kurt y Rocco desayunando. Cogió el chocolate en el que había dibujada una enorme J, y cogió el donut que siempre compraban para él. Mientras la crema se le deslizaba por la comisura de los labios, ando por la guarida, mientras mascaba para sí unas cuantas travesuras. Hacía mucho tiempo que le apetecía hacer una pequeña escapada, y después de haber trabajado tanto en su nuevo juego, no todo iba a ser trabajar para el Príncipe payaso del crimen. Al fin y al cabo, todo genio necesita despejar la mente para desarrollar su genialidad.
Limpiándose con el reverso del guante, se bebió el resto de chocolate y fue derecho al estudio, donde su ropa esperaba impecable, almidonada y planchada. Enfundó su flaco cuerpo fibroso dentro de ese smoking violeta a medida, y se contempló en el espejo, metiendo la chaqueta por dentro, colgando su flor de ácido favorita en el ojal de la pechera, y asegurándose de que las cartas, las peras y los hilos estaban donde debían estar, por si necesitaba usar su pericia en el juego de manos. Cuidado de no apretarla sin querer, no fuera que se desgraciara los zapatos importados italianos. Peinó su hermoso cabello verdoso hacia atrás, y después, aplicó el maquillaje cubriendo las grietas de su rostro, perfiló sus cejas, y pintó sus preciosos labios de un rojo tan fuerte como el de la mismísima sangre.
- Que triste resulta que nadie mas pueda comprender lo que significa la perfección. - dijo poniendo una mueca y luego ampliando su enorme sonrisa, que había limpiado, enjuagado, y a la que había pasado hilo dental con mimo. - Y qué divertido, también. HAHAHAHAHA. - se carcajeó, dándose a sí mismo una buena perspectiva antes de abotonarse la chaqueta y salir del despacho. - ¡Hoy es un gran día para reír! Me siento generoso. ¿A qué causa podemos apuntarnos?- rió, mientras alargaba la mano hasta el periódico, y pasaba las páginas. - ¡Ah, perfecto! Cargad el camión con los bártulos. - una sonrisa desquiciada hizo estremecer a los presentes, mientras Joker temblaba de la emoción. -Hagámos felices a esos niños.
[...]
21 de Junio, hora de la cena.
La alarma se notificó a media tarde, antes de que perdieran toda comunicación con el interior del edificio. Las cámaras de seguridad habían sido deshabilitadas, las salidas y entradas, bloqueadas desde dentro. En dos intentos previos de incursión, habían encontrado bloqueadas incluso las entradas del sótano, y un tiroteo se había encargado de reducir las ganas de intentar entrar por allí. Los móviles seguían activos, y había sido fácil para la tecnología de la policía hackearlos y utilizar los localizadores para intentar sacar algo en claro. Pero lo que vieron a través de la activación de las cámaras de móvil no dejó lugar a dudas. En el interior del edificio en que se había preparado la obra benéfica había un grupo de niños maniatados, y sobre sus cabezas, flotaban enormes globos con grandes sonrisas pintadas. Alrededor de ellos, un hombre andaba haciendo malabares con media docena de pelotas pequeñas de colores. Tras subir mucho la claridad del fondo, de tal manera que el traje violeta casi quemaba las retinas, podían verse unos cuantos hombres armados con metralletas, vigilando. Joker no se había pronunciado aún, pero cuando se trataba de él, nada de lo que hiciera seguía el procedimiento habitual. Tratándose de un secuestro con rehenes, cabía esperar una llamada con peticiones. Pero la policía al completo dudaba de que fuese a realizarse. No. Estaba claro porqué estaba el payaso allí.
- Alguien debería avisar a Batman...- se rumoreó entre los presentes, al ver que la situación no avanzaba ni lo mas mínimo durante unas pocas horas. Era su mejor opción. Quizá la única si querían conseguir algo, para bien, o para mal.
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Última edición por Joker el 23rd Junio 2016, 17:01, editado 1 vez
110BruceWayne
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Mensajes : 670 Fecha de inscripción : 30/08/2014 Localización : Gotham City Empleo /Ocio : Chief Executive Officer de Wayne Enterprises Humor : No hay tiempo para eso.
Ficha de Personaje Alias: Batman Nombre real: Bruce Wayne Universo: DC Universe
Tema: Re: Nada vale más que la sonrisa de un niño [Batman] 31st Mayo 2016, 08:16
Batcave, 20:00 PM
Los convectores están adecuadamente puestos, acaricio una de las tuercas maestras del árbol de levas para ubicarla y poder llevar la linterna allí. Está correctamente ajustada, lo que es más, hay cables conductores y conexiones de las baterías que están ordenadas de una manera diferente a la de los planos. ¿Un cambio hecho adrede o un error? Ilumine todo el camino del cableado desde donde se conectaba hasta la batería, pensando en las temperaturas del Batmobile y las situaciones a lasque se veía expuesto. Efectivamente, la conducción era mejor de esa forma y se reducía bastante el riesgo de que los cables se cortaran accidentalmente, casi volviendo a las baterías redundantes innecesarias. Apagué la linterna y tome un mi mano libre el borde del vehículo, deslizando la tabla con ruedas en la que me había recostado para revisar a la mole metálica a espaldas de la cual me ponía de pie para mirar a la pelirroja que se dedicaba a limpiar sus lentes engrasados con suma delicadeza y cuidado.
-¿ Y bien? – Me sonrió, yo entorné la mirada, pensativo, hasta que asentí y me acerqué a ella, con un atisbo de sonrisa. - ¿Cómo lo lograste? – - Oh, nada Jefe, solamente estudié los planos durante un tiempo, me recosté debajo del coche durante horas cada vez que pude, y de tanto practicar como repararlo, empecé a tener ideas, y no quería que saliéramos a la calle sin que estuvieras seguro de que el coche respondería, no sería de buena Robin dejarte sin Batmobile…- Me crucé de brazos, mirando una única vez al vehículo, ella solo llevaba unos meses conmigo. - Impresionante…- Solo un Robin antes de ella habia podido hacerle algo al vehiculo, y había sido quitarle una rueda. Suspiré largamente, me pesaba, no querría haber recordado eso. -…y Lucius, claro, ya sabes, por ser el que tuvo la idea y todo eso…- Me sonrió, pero ambos miramos enseguida a la pantalla cuando las imágenes del noticiero aparecieron en pantalla. La computadora buscaba palabras claves y las extrapolaba junto con tono de voz del anunciante y otros factores para detectar las emergencias televisadas. Puse mis manos sobre el borde del teclado.
- No puede ser…- - Joker…- Por primera vez, noto en Caroline cierto rastro de duda. ¿Esta…asustada? - Ponte tus gafas y busca tu cinturón, salimos de inmediato a la dirección en pantalla…- - Jefe…- Me giré, ya estaba a unos pasos de alcanzar el compartimiento de mi traje, la miré, ella desvaneció su expresión de duda y me sonrió confiada. -…vamos a devolver al payaso a Arkham…- Se bajó de la silla y se fue a buscar sus cosas, no sin antes esperar a que asintiera. El se había llevado a Jason, todo era su culpa, pero no puedo dejar que se vuelva personal, es lo que él quiere, lo que espera. Corrimos con nuestros trajes ya puestos y nos subimos al Batmobile para partir rumbo a Gotham. Efectivamente, tardaba unos tres segundos menos en alcanzar carga completa de baterías. Aceleré y salimos disparados por la rampa hacia fuera de la cueva.
Suburbios de Gotham, 21:00 PM
Estacioné el Batmobile en las cercanías del lugar, cerrándolo y caminando con Caroline hasta el cordon policial que rodeaba el humilde edificio. La tensión se respiraba el aire, me acerqué al que parecía ser el encargado de la operación, necesitaba algunas respuestas, solo me detuve una vez antes de alcanzarlo. - Robin…- - ¿Si? – - Ve a buscar una ruta de acceso, no te acerques demasiado, evita las ventanas, no pruebes accesos subterráneos o a sótanos, estarán bloqueados…- - A la orden Jefe, pero necesitaré tiempo, unos…no se, quince minutos…- - Te los daré – Caroline se dio la vuelta y se retiró hacia un edificio cercano, seguramente para subir a la azotea y de allí aproximarse sigilosamente al edificio. Yo terminé mi recorrido y me quedé de pie frente al oficial a cargo, ocupado en una conversación telefónica.
- Lo sé, comisionado, lo sé, pero a veces quiero llenarlo de tiros, es un jodido lunático que siempre encuentra una manera de…ya llegó, lo llamaré en cuanto tenga alguna noticia – El hombre colgó el teléfono y me miró de lleno a los ojos. - Llegas algo tarde…-- No pareces haberme necesitado antes, o habrías llamado… ¿Qué datos tienes? – El policía frunció el ceño, pero un compañero le trajo una tableta especial, la cual me puso en las manos. - Entramos en las cámaras de los celulares, todo lo demás está muerto, y como verás, el tipo se ha montado una especie de escenario improvisado, y ahí se queda, quieto y en silencio, lo que ves allí son niños, maniatados y debajo de unos globos, no tenemos idea de rellenos con que exactamente…- Cuando acabó de decir aquellas palabras, me enfoqué en los detalles de la imagen: No hay aberturas explotables, las bolas con las que se están haciendo los malabares no tocan nada más que las manos del hombre que las mueve, los globos limitan mucho el posible contenido por su ubicación en el espacio. ¿Tendrán acido dentro? ¿Qué contienen las bolas de malabares? No puedo entrar sin más, necesitaré mucho más que un método de entrada. - ¿Qué? – El oficial parecía contrariado. - Son niños…en una jodida beneficencia…no hay un solo dólar ahí dentro, nada de valor…- Me lo quedé mirando. - A él no le interesa eso…-- ¿Y cómo voy a saber yo que le interesa a ese sujeto? – - Por eso es que tienen que llamarme desde el principio…¿Hay manera de contactarlo? – Parecía molesto por lo que le había dicho, la verdad duele. - Frecuencia cinco, hará sonar el celular que está en la mesa más cercana a él en altavoz...- Asentí y abrí mi brazal para ajustar con mi computadora de muñeca el comunicador de mi máscara a esa frecuencia especifica.
Me llevé los dedos al interruptor oculto del comunicador, pensando con detenimiento. - Joker, soy yo…esperaba que no hubiese llamada para hacer peticiones, pero permitir que la policía diera contigo no es lo habitual… ¿Qué pretendes esta vez? – Inútil, seguramente recibiré otra de sus histriónicas y erráticas respuestas, pero Caroline necesita tiempo y es imposible que no me haya visto llegar o no tenga el canal de la policía intervenido. Sabe que estoy aquí, eso es seguro.
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Tema: Re: Nada vale más que la sonrisa de un niño [Batman] 23rd Junio 2016, 20:44
Había cambios en la programación habitual. Harley se había marchado en algún momento que no sabía determinar con exactitud, así que no podía contar con su escudo humano favorito. Pero en ocasiones estaba bien darle un rato de esparcimiento, mas que nada para que el genio pudiera descansar del continuo y agotador esfuerzo de aguantar sus persecuciones, sus llamadas y sus constantes reclamos de atención. Había muy poca gente que comprendiera de verdad la labor humanitaria que él hacía al permitir que alguien con la capacidad de Harley permaneciera a su lado. A veces rozaba lo irritante hasta sobrepasarlo con creces, y entonces ¿quién estaba ahí para aplicarle un correctivo que volviera a encarrilarla hasta su verdadero cometido? Desde luego no eran esos tipos con bata de Arkham, ni tampoco esa plaga de secundarios con placa y pistola. Era él. Como era él quien daba sentido a la absurda y aburrida vida de la rata con alas que, si no le fallaban los cálculos, estaría siendo reclamada en ese mismo momento. Manejaba las pelotas de malabares como un auténtico profesional, sin centrarse en nada mas que la linea de horizonte que permitía a su vista periférica hacer el trabajo de cálculo necesario para poner sus manos en la trayectoria de caída de las esferas. Obviando todo lo demás; los hombres armados con metralletas que esperaban tensos como el payaso que se sabe a punto de recibir un tartazo en la cara porque es parte de su número, los sonidos externos de las sirenas de coches que continuaban llegando planeando envolver por completo el edificio, y más de primera mano, los gemidos y lloriqueos de su entregado público voluntario. Su genialidad le permitía pasar mas allá de eso para dejar la mente divagar entre sus intenciones, sin necesidad de prestarle ninguna atención al trabajo mecánico. ¿y cuales eran sus intenciones?
No, no, no. Ningún maestro de la farándula comparte así sus secretos.
Esperaba, con paciencia, que su némesis se presentara. Podía tolerarle un desplante, como ese que había osado hacerle durante el atraco a una sede del banco. Bueno, no. en realidad no. Aquello había sido intolerable a todos los niveles. No era que la repugnante rata con alas no hubiera podido detenerle a causa de su torpeza, ya que eso pasaba en muchas ocasiones y lo convertía en algo siempre divertido. Es que el desgraciado ni siquiera había tenido el valor de personarse allí, cuando comenzó todo. Al recordarlo, una sonrisa comenzó a ampliarse más y más en su rostro, creando una expresión maniaca y desencajada, que produjo escalofríos entre sus hombres y gritos entre el público. Ahora pagaría por eso.
Un crujido anunciador hizo que el principe payaso del crimen frunciera el ceño, soltando una carcajada entre dientes, mientras la conocida voz del murciélago distorsionada a causa del altavoz del móvil, que era una birria por cierto, se levantaba por la sala. Cayó una bola, y otra y otra. Los malabares se detuvieron, y las respiraciones se aceleraron de manera simultanea. Aterrados los armados, esperanzados los maniatados. Ah, además de maestro de ceremonias, poeta. ¿Qué había hecho ese desgraciado y desagradecido mundo para merecer una refulgente estrella de sus proporciones?
- Ah, mirad quien se ha dignado a aparecer. - expone, distendido, mientras deja las esferas sobre la mesa, para poder coger con su mano enguantada el teléfono. - Holaaaaaaa, jijijijijiji. ¿quien llama? hahahahaha. - pregunta con retintín, antes de asomarse hacia la pantalla. Tiene la certeza de que un muchachote de recursos como la maldita rata alada seguro que tiene un precioso primer plano de él, así que le oferta una de sus mejores sonrisas a través del aparato, mientras la mano que no sostiene el teléfono hace juguetear cuatro de las pelotas de malabares en un equilibrio perfecto, que delata hasta qué punto está tranquilo. Todo lo tranquilo que puede estar un artista como él con un espectáculo por empezar. - ¡Pero si es Batman! JA,JA,JA. ¿Qué ha sido de ti todo este tiempo? has estado ocupado, ¿no? - comenta de pasada, mientras se mueve por su escenario, dejandole ver sus globos, sus niños, y sus chicos armados como si no le importara ni lo más mínimo. - ¿y como es que nos honras hoy con tu presencia? ¿Es que has hecho un hueco en tu apretada agenda para apuntarte a mi fiesta? HAHAHAHA. - rie, con una de sus carcajadas y arroja las bolas al suelo, haciendo un fuerte ruido ensordecedor que produce chillidos en su interior. La cámara se centra en solo uno de sus ojos verdosos, que está inyectado en sangre y con la pupila dilatada. - Pues resulta que ¡NO ESTAS INVITADO! - se oyen ruidos de fondo, y mas gritos. Su ojos verdoso se mueve por la superficie de la cámara con una avidez tal que parece querer meterse a través del teléfono y saltar sobre el murciélago, el ruido ambiental queda cubierto por una risa histriónica.
Es lo único que puede llegar a oír antes del crujido, y las vueltas que delatan que el movil ha sido reventado contra el suelo, perdiendo así la señal. El payaso jadea, a causa de la rabia, mientras su público hace todo lo que puede por alejarse de él. Se aproxima a grandes zancadas hasta donde están los hombres con las metralletas. Las aferran con fuerza, pero por algún motivo, cuando se acerca a ellos olvidan que las tienen y que podrían usarlas en su contra. Es como si tuvieran demasiado miedo como para planteárselo siquiera.
- Quiero a dos de vosotros atentos a las ventanas selladas, y a otros dos mirando la ventilación del techo. ¡A partir de ahora aquí no se hace ni un solo ruido, o tendré que echaros a patadas de mi escenario! HAHAHAHAHA. - se rie, mientras todos se ponen en marcha, ocupando sus posiciones estratégicas. Esas son las dos únicas entradas que quedan sin vigilancia. O el murciélago irrumpe por las ventanas, o reptará por el conducto de ventilación. Sea lo que sea, el resultado será el mismo. Lo único que cabe esperar es que el aceite con que ha impregnado el tramo de la ventilación le haga el paseo lo bastante complicado como para que se resbale un poco. Un sólo ruido es todo lo que necesita. Un sólo ruido y en cuanto lo tenga localizado, le dejarán como a un colador. O eso es lo que el tiene que pensar.
Mira a su alrededor, recalculando en unos segundos todo lo que había programado, por cuestiones de seguridad. Al recoger las esferas de la mesa, contempla el movil estropeado en el suelo, y con saña, le pega otro pisotón con sus tacones italianos. Se arregla la chaqueta, colocando la flor en su ojal, quedando impoluto, y se dirige hacia el círculo. A esos condenados niños no hay modo de hacerlos callar. Al verle acercarse, les silban los pulmones, hasta que solo se les oye sollozar. Excelente. El payaso mira hacia el techo, apostando por la ventilación. Vamos, asqueroso roedor. Ya es hora de que nos divirtamos un poco.
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Tema: Re: Nada vale más que la sonrisa de un niño [Batman] 4th Septiembre 2016, 03:46
En cuanto Joker respondió, dejé que hablara. Hay una cierta ventaja en la experiencia, aún cuando se trata de alguien como él, y es que he aprendido a distinguir sus tiempos. Cuando habla de esta manera, tan efusivamente, toma un tiempo suficiente, trata de mostrarme falta de interés, independencia de mi, todo en esta extraña relación que ha construido en su mente para ambos. No me sorprende en absoluto cuando me grita que no estoy invitado a su fiesta y destroza el teléfono por completo. Cierro mi brazal y miro a los ojos al policía, que me devuelve una mirada, cuando menos, escéptica. - ¿Eso fue todo lo que pudiste hacer? - Me acerqué lentamente a él, dejando que mi altura se impusiera por completo a la suya, inclinándome poco a poco hasta que mi rostro estuvo por fin cerca del suyo, lo suficiente como para que viera mis ojos penetrando en los suyos. - Si, pero si tienes una mejor idea, puedes decirle a tus oficiales que salten los patrulleros y corran a la puerta, estoy seguro que obtendrás mejores resultados...- Ni siquiera le dejé responderme, solamente me di la vuelta y caminé lejos suyo, hasta donde me esperaba Caroline, de brazos cruzados.
- ¿Encontraste...? - -...Sí, bueno, es...mira, mejor sígueme para que puedas sacar tus propias conclusiones....- Se dio la vuelta y la seguí lejos del edificio, hasta la acera cercana, justo sobre ella, había una antigua tapa del alcantarillado. La miré, me miró, y me incliné a removerla, permitiendole a ella bajar primero por la escalera. Mis botas chapotearon con fuerza en el agua sucia, Caroline comenzó a caminar, linterna en mano. - Verás Jefe, revisé los acceso aéreos, pero en cuanto pude echar un ojo, unos matones armados aparecieron hablando entre ellos, y aunque fueran dos...- -...Derribarlos alertaría a Joker...- - Exacto, y como las ventanas están tapeadas y ni que hablar de entradas al sotano, pense "Robin, ¿Que es lo mas asqueroso que estarias dispuesta a hacer para atrapar a un payaso maniatico?" Y dí con esto...- Giramos en un recodo a mitad de un tramo y caminamos apenas unos centimetros, hasta un punto donde no parecía haber nada. Miré a mis lados, pero ella se acercó a un tramo de pared y me invito a hacerlo, también. Acerqué mi oreja a la mugre hasta que ella dio un suave golpe con el mango de su resortera y pude entenderlo. - Hay una estructura...- - Exacto, Jefe, y por lo que escuché, sería estable si derribamos esta pared...- Encendió su computadora de mano y me mostró una sección de trazado urbano mapeado hacía unas décadas. - Una fosa séptica...- - Me gusta la idea tanto como a tí, pero esta está en desuso, construida hace muchos años, cuando las cloacas no llegaban hasta esta parte de la ciudad, y como no es exactamente legal, da exactamente a la cocina de nuestro objetivo...- Me quedé en silencio unos instantes, ponderando. - Tendremos que ser silenciosos...- - Trabajaremos con tus explosivos plásticos, son mucho más precisos que cualquier cosa que yo lleve en este cinturón...¿Qué me dices? - Hizo silencio, mirándome con confianza, aunque con una expectativa que era innegable. Palmeé un momento su hombro, sonriéndole y buscando en mi cinturón, refuerzo positivo, esa es la manera de que ella no acabe muerta. El explosivo plástico hace su trabajo enseguida y pongo pie en el borde de la fosa, y luego salto, hundiendo mi bota hasta la mitad, lamentablemente, a ella le llega hasta las pantorrillas. - Iugh...que sepas que el olor va a durarme una semana al menos...- Disparamos nuestros ganchos hacia el techo y saltamos a la pared de la gran fosa, trepando lentamente hasta alcanzar el techo, que empiezo a tocar con cuidado. - ¿En qué punto de la cocina...? - - El centro...creo...- - Iluminame, lo haremos ahora, estate preparada para entrar de inmediato...- Tomo de nuevo mi pistola aplicadora y marco lentamente los contornos de un cuadrado en el cemento, cuento hasta tres y ambos nos apartamos cuando presiono el botón y una explosión suave, de sonido ahogado, causa que un trozo del techo caiga y podamos trepar para entrar en la cocina. - Ugh...eso fue dificil...tenemos unos diez o quince minutos hasta que se den cuenta, no creo que nadie venga hasta la cocina....- El sonido se habia dispersado por la fosa, apenas era perceptible el hueco que habiamos abierto en el suelo para quien no estuviese en la cocina misma, la cual estaba completamente vacia. - Entonces no los desaprovechemos...Joker debería estar en el salón principal, y tenemos el elemento sorpresa...-
Prrrft
-...No me la puedo...- - ¡Corre y no te separes de mi! - Abrí la puerta trasera de la cocina, y mi intuición no me fallaba, habia una escalera de servicio que conducía al segundo piso. Con suerte, no nos encontrarían, quizás ni habrían oido el sonoro ruido que había hecho el saco de aire posado con una delicadeza extrema justo debajo de una baldosa. La instalación había sido hecha con una precisión milimétrica, con perfecto conocimiento de como solía yo observar el entorno. Las luces estaban apagadas en la planta superior, no había nadie, esperaba que fuese de esa forma, electrifiqué mi guante para abrir la segunda puerta del corredor, pero no había ningún mecanismo que quemar al otro lado, cerré detrás mío y nos ocultamos en la esquina más oscura y cercana a la puerta. - Esperaremos aqui, ten tu resortera a mano, yo me acercaré...- Caroline asintió y yo me preparé mentalmente. No importaba que entrase por aquella puerta, si tenía la posibilidad de tacklearlo, lo haría.
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Tema: Re: Nada vale más que la sonrisa de un niño [Batman] 27th Noviembre 2016, 19:31
En el espectáculo, hay un elemento muy importante, llamado ritmo. Por encima incluso de la escenografía y el atrezzo, el ritmo marca una constante vital de todo show que se precie, porque sin el, todo se vuelve tedioso y se pierde el interés. Cualquier persona es capaz de reconocer cuando algo le aburre. En ese aspecto, la rata con alas era algo así como un crítico profesional. Desde la almenara de su posición contempla a quienes cree que están bajo su juicio, tratando de comprender, analizar, valorar y medir todo lo que el resto de mortales hace, convencido de que esa extraña superioridad es su lugar natural. Pero desde tan lejos, olvida lo que el intérprete si sabe, y debe tener en cuenta a la hora de transmitir al público que los rodea. Que por mucho que la gente hable, él y sólo él sigue siendo el ejecutor de la grandeza. De hecho, la mayoría de críticas no merecen ni el tiempo que se invierte en leerlas.
La cuestión era que tras el desplante que había sufrido el día del atraco al banco, ese desagradecido había roto el ritmo, y ahora, tenía que compensarlo. El principe payaso del crimen pegó una patada a los restos del móvil destrozado con sus tacones italianos, el trasto rebotó y golpeó la pierna de uno de los niños anudados en el centro del escenario. Dio un respingo y volvió a sumirse en ese horroroso sonido de gimoteos, con los ojos a punto de salir de las órbitas y los mocos en la nariz. El Joker les dirigió una mirada superficial, y después se recolocó las solapas de su chaqué violeta, repasando su indumentaria seguro de estar impecable para la ocasión. El sonido del llanto empezó a resultar irritante, así que se acercó a ellos a grandes zancadas.
-¡CALLAOS!- bramó, haciendo que todos se encogieran, y temblaran, produciendo en el una risa de lo más macabra. - Escuchad, niños y niñas, tenemos que estar muy atentos. Alguien necesita el pie para hacer su gran entrada. - sonrió, cogiendo los pequeños tubos que comunicaban las bombonas de gas de la risa a los globos sonrientes. Comenzó a tirar haciendo que los globos se golpearan entre ellos con un sonido tronchante, y los críos comenzaron a gritar, con los ojos desencajados. En una ciudad como Gotham, era complicado mantener a los niños lejos de su genialidad. Todos reconocerían su firma, porque allá donde iba, no causaba mas que sonrisas, y más sonrisas. Se rió aún mas alto, mientras las criaturas se encogían. Luego, todo volvió a quedar en silencio. En ese momento de quietud en la que sólo se escuchaban los crujidos de las armas cuando los matones cambiaban de posición, un grito, seguido de otro se escuchó a través de la estructura, y a continuación un sonido de peso, como de fardo al caer. Los hombres armados levantaron las ametralladoras como por instinto, delatando la inquietud con que recelosos miraban las esquinas ensombrecidas, las puertas, los accesos, y cada zona que el Joker se había negado a iluminar preparando el terreno para tan esperada ocasión.
- ¿¡A qué estáis esperando?! ¡TRAEDME A LA RATA VOLADORA!- exclamó mirando hacia un pequeño grupo, que se dispersó hacia la salida, armas en ristre, esparciéndose por los pasillos como cucarachas al dar la luz.
El rostro pintado de blanco se inclinó hacia abajo ensombreciendo sus ojos, y su sonrisa se amplió hasta límites que no parecían factibles para los músculos de un rostro humano. En un ataque repentino, oprimió los cables de gas con fuerza, con una emoción rabiosa que parecía palpitar bajo las marcadas venas y tendones de su muñeca expuesta. Con un solo movimiento de la mano, habría arrancado esos cables, exponiéndolos al gas. Pero no era eso lo que quería, y soltó los largos tubos, dirigiendo su mano a las llaves de paso que abrían las válvulas internas de los tanques del gas.
- El dulce sonido de un cuerpo cayendo al suelo. - Canturreó para si, mientras maniobraba girando las llaves, haciendo sonar el suave “Psssssst” que causaba el gas al elevarse hacia los sonrientes globos sobre sus cabezas. - Así es como comienza el espectáculo. - continuó bailoteando en torno a las bombonas, abriendo una tras otra las llaves, sin calcular cuanto. Porque un hombre cuerdo y calculador, habría echado cuentas, para tener la situación bajo control. ¿Pero qué monstruo sin alma podría haber desaprovechado una oportunidad así para improvisar algo grandioso? Una vuelta, dos, tres vueltas. Caras que se hinchan a ritmos diferentes. - ¡LUZ, MUCHACHOS!- gritó mientras chasqueaba a cada paso el tacón italiano de sus zapatos, y los focos preparados se encendían dejándole un gran espacio circular, iluminado por una luz cegadora. A consecuencia, los rincones ensombrecidos se transformaron a espacios en la mas absoluta penumbra. Los hombres armados se colocaron en el interior del círculo de luz, observando con cautela las sombras. El Joker recobró sus juegos malabares, mientras su risa maníaca se hacía eco en cada planta y pasillo.
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Tema: Re: Nada vale más que la sonrisa de un niño [Batman]