Lo blanco no siempre significa pureza (Arturo, XIII y una vacante mas)

Con nula visibilidad y todo en contra, se topan contra un río negándoles cualquier oportunidad, ahora solo pueden ver unos ojos de inquietante pertenencia se dejan ver a pesar de la blanca tempestad.










Falta medio día para el crepúsculo, yo sé que no encontrare cuerpos…bueno tal vez algunas partes desparramadas pero en general nada de los cuerpos que uno podría identificar.

-Solo debes eliminarlo, esa maldita cosa esta haciendo que todo mi dinero se valla a la mierda!!! Entiendes?
El joven se encontraba en un gran despacho escuchando sin atención las palabras de aquel viejo que se creía la gran cosa por tener mucho dinero, seria un buen bocado, pero seguramente su carne tenia un gusto horrible, ya que con su mascara puesta podía sentir aquel horrible olor.
Dentro de su chaqueta su pequeño amigo estaba escondido y el fue el que respondió un si cortante y frió.
El trabajo era simple, había una criatura que estaba matando turistas en una zona donde aquel anciano quería poner un hotel, era una selva, así que para el joven seria como su propio hogar, no tardo mucho en llegar al sitio en un helicóptero de la empresa de su cliente, bajo lentamente al suelo, y quedo parado mientras el el vehículo se alejaba, ni siquiera su cliente sabia de las habilidades del joven, solo sabia que era un asesino que muchos conocían como "El Cazador".
En total soledad en medio de la nieve observo su alrededor, con esa nieve las huellas eran casi nulas al igual que el olor de algo, pero para el olfato entrenado de aquel asesino no era tan difícil sabia que muchos animales sienten el olor por capas lo que le hace mas fácil cazar, ademas de poder sentir el calor de todo allí.
Coloco su katana en su sitio y comenzó a caminar lentamente, luego de varios minutos reconociendo la zona pudo sentir un grupo de personas acercándose, estaban a unos kilómetros pero sabia que venían en su dirección, busco un sitio desde donde observar y espero con curiosidad para ver si su presa venia a el.

Un viaje fácil al norte me habían dicho cuando emprendí mi camino hasta Canadá después de encontrarme con una información que me tenía completamente obsesionado. Me fui viajando por mis propios medios. Utilizando trenes y autobuses tanto como el dinero que consiguiera me lo facilitara o sino devoraba kilómetros a pie sino conseguía nadie que se detuviera a darme un aventón en la carretera. El clima comenzó a volverse más hostil pero eso no era una dificultad para mí salvo cuando la nieve me impedía moverme con normalidad. No puedo precisar en qué lugar pero después de cruzar Augusta yendo por la carretera 95, me desvié y termine en un área para acampar completamente desierta con un cartel que decía: Cerrado durante la temporada baja. Había un mapa que indicaba desde donde estaba por donde debía seguir para llegar hasta el pueblo más cercano, dando un gran rodeo por el bosque que me llevaría lo que me quedaba del día y parte de la noche.

Si alguien hubiera estado por los alrededores hubiera escuchado el pequeño exabrupto de palabrotas en italiano que use para desahogar mi frustración y luego observe más detenidamente el mapa. Si avanzaba por el bosque en dirección al río siguiendo un par de kilómetros por la orilla me ahorraría unas valiosas horas y con suerte llegaría al pueblo antes de que anocheciera. Me enfunde en mi ropa táctica, que había traído conmigo porque la tela era más resistente y las botas me darían mejor movilidad que un par de zapatillas en la nieve aunque ya no llevaba los protectores de kevlar, y me aventure en el bosque con mi pistola en la funda que llevaba sujetada a la pierna lista para disparar solo en caso de toparme con algún animal salvaje.

El tramo hasta el río fue tranquilo aunque me moví con precaución, atento a cualquier movimiento con la mano cerca del arma, en caso de que aparecieran lobos o cualquier otro carnívoro que decidiera convertirme en su cena. Después de recorrer varios kilómetros por la orilla un sonido extraño me hizo ingresar de nuevo al bosque. Llegue a un claro donde un grupo de hombres avanzaba  como si estuvieran al acecho de alguna clase de animal, probablemente serían cazadores de la zona así que guarde mi arma y me dispuse a salir del cobijo de la sombra desde la cual los acechaba cuando uno de ellos apunto hacia mí. En una fracción de segundo escondí  mi cuerpo detrás del grueso tronco  bajando la cabeza justo para sentir como la madera explotaba donde el proyectil había impactado, lanzando astillas sobre mi pelo y si no me hubiera agachado ese disparo le habría agregado un nuevo orificio a mi cabeza.

Se escucha la voz de un miembro del grupo preguntando que sucedía mientras que seguramente el tirador se excusaba diciendo que había visto algo. La primera voz volvió a hablar para decir que dispararan cuando tuvieran un tiro claro mientras hubiera luz.

-No disparen-.Grite desde la seguridad del tronco.- Solo estoy tratando de llegar hasta el pueblo. Voy a salir de detrás del árbol, no soy peligroso pero si abren fuego me voy a ver obligado a defenderme-.

Ellos eran entre 7 u 8 personas y toda llevaban rifles o escopetas así que no era favorable que los amenazara pero si llegaba al caso y resultaban ser hostiles tendrían que vérsela contra mis poderes, lo que llevaría a que algunos de ellos volvieran a casa con unas cuantas quemaduras graves.

Observaba desde su escondite toda aquella escena, que hallan disparado ante la primera señal de alarma significaba solo una cosa, Miedo, y mucho, era muy claro no sabían a que se enfrentaban...
Los siguió por varios kilómetros, hasta que se detuvieron.
Se acerco a unos troncos, dejo su katana apoyada en el mientras hablaba en algún idioma con un águila que se encontraba en aquel árbol.
Comenzó a correr hacia aquellos individuos, transformándose en un perro de caza, muy comunes en tierras frías, y comenzó a correr hacia el sitio donde se encontraban aquellos, si todo salia bien su camuflaje serviría para poder atravesar aquellas tierras, con aquel grupo y poder conocer mejor a sus enemigos temporales, llego agitado hacia ellos, uno de ellos le apunto con un arma.
-Señor Arturo, ha llegado un animal, que hago?-
Aquel perro parecia indefenso, aunque solo esperaba la orden del un tal arturo para atacar o quedarse en paz.

Salí lentamente de mi escondite provisional solo para recibir una respuesta que me desconcertó, ¿cómo sabía aquel individuo que era parte del consejo? No pude ver su cara porque en ese momento un perro salido de la nada avanzó hacia ellos pero pude notar el color de su pelo, lo que me daba una sospecha de quién podría tratarse haciendo mucho más inverosímil la situación por los informes que había llegado hasta la biblioteca antes de que tuviera la misión que me trajo aquí.
Cuando me aparto del todo de los árboles para que la escasa luz que aún restaba del día me diera se giró hacia mí confirmando mis sospechas incluso antes de ese comentario sarcástico que parecía no haber perdido después de todo este tiempo.

-El mismo que viste y calza, Razor el falso mago, o quieres que repita la misma maniobra de desarme que use la primera vez que nos conocimos para probártelo-. Dije sonriendo mientras me quitaba las astillas de la madera de encima.- Y estas en lo cierto, ni el Consejo ni los tres grandes existen en este mundo, aunque parece que el resto sigue igual. Un poco raro ¿no?-.

Un ruido cercano hizo que todo el Grupo de Arturo se girara alarmado en esa dirección, por esa razón imite su reacción y lleve la mano a mi pistola para estar preparado. El peligro no resulto ser más que un pequeño animal y por esa razón todos  se relajaron, incluido yo. Así que la cacería de un wendigo era el motivo de esta excursión en el bosque, no me sorprendía que estuvieran tan nerviosos pero era una oportunidad que podía aprovechar para conseguir un poco de información sobre este mundo además de un favor que quizás hiciera que mi viejo amigo de Gaia me hiciera pagar cuando terminara todo.

- Vale, cuenta conmigo. Pero si son como los que conocemos me estarás debiendo un gran favor. Espero que recuerdes eso-. Dije mientras comenzaba a estirar mis músculos y me ajustaba la mochila para que la correa me cruzara sobre el pecho con los ojos cerrados.- Bueno, si no tememos tiempo es mejor que nos pongamos en marcha ya-.

Cuando abrí los ojos mi expresión era la misma que sabía mantener cuando estaba en la biblioteca o durante las misiones, había dejado las frases chistosas y el sarcasmo guardado para ponerme en el papel del soldado profesional del Consejo de Venecia, había desempolvado a mi antiguo yo.

-A los tipos con capa no los estoy contando, porque puede que vinieran aquí a causa de la colisión ya que es un evento por demás extraño y en cuanto a cómo llegue, bueno al parecer solo destruiste uno de los portales de Orochi y fue tarea nuestra ir a limpiar el desastre solo para toparme con un agujero negro que se tragó todo lo que había a su paso. Creo que con mi grupo logramos cerrar la brecha pero no antes de terminar succionados aquí-. Luego pasa a preguntarme que he estado haciendo hasta ahora y si ahora me había vuelto un superhéroe, a lo que respondí poniendo expresión de poker antes de hablar.- ¿en serio crees que me vestiría así de llamativo y andaría recorriendo la ciudad como un vigilante? ¿Qué me dices de ti?, todo ese show es tu estilo, haciendo cosas vistosas y creando problemas-.

Mientras la noche se cernía sobre nosotros y Arturo pedía que suspendamos la búsqueda hasta mañana la enorme bestia que buscábamos salió a nuestro encuentro y mató a uno de los miembros del grupo, tan rápido y fácilmente que no pudimos hacer nada al respecto así como lanzando al perro que había encontrado como si fuera un dibujo animado porque su contorno desapareció en el horizonte. Retrocedimos corriendo esquivando los árboles y ramas que nos golpeaban a medida que nos alejábamos de la nube de humo buscando un lugar para reagruparnos, necesitábamos un plan para matar esa cosa y es cuando recuerdo el arroyo.

-Arturo, ¿tienes alguna idea para poder detenerlo o matarlo?-. Le hablo mientras avanzamos en el fondo del grupo.- Porque tengo una idea pero necesitamos debilitarlo primero y luego una fuente muy grande de agua, algo donde poder ahogarlo-.

No estaba muy seguro que mi idea fuera a funcionar o que tuviéramos los medios para hacerlo pero era cuestión de hacerlo o morir en el intento, porque si no esa abominación no nos dejaría bajar del bosque con vida.

Logramos aventajar un poco a la criatura entre los árboles, con ese cuerpo esquivar las ramas y las estrechas separaciones de la fauna silvestre se le dificulta un poco, por lo que puedo contar con un respiro suficiente para comentar mi plan y dejárselo claro al resto del grupo, Arturo y yo tenemos pasado combatiendo juntos así que podemos entendernos más fácilmente pero los demás pueden cometer algún error si no soy claro y eso significa que ninguno regrese de esta aventura. Mientras mi compañero dragon busca la atención de nuestro perseguidor yo me llevo a los cazadores conmigo mientras les pregunto si conocen algún lugar del río donde sea más profundo, una vez que comprendieron eso me guiaron hasta una especie de laguna natural creada por la corriente del río donde la correntada del deshielo de verano socavo el suelo dándole una profundidad de varios metros.

Una vez en el borde el río les explico mi plan: la idea era atraer a la criatura hasta la superficie del lago, debilitarla lo suficiente como para que no pueda escapar y después ahogarla dentro de las heladas aguas, lo cazadores se pararían en la orilla opuesta para disparar a la bestia y de esa forma distraerla mientras Razor y yo la dañábamos lo suficiente para luego hundirla hasta el fondo. La reacción de ese grupo de gente fue mirarme como si se me hubiera zafado un tornillo alegando que a pesar de la nieve el río aún fluía con normalidad y no había forma de que alguien pudiera moverse sobre la superficie sin hundirse.

La discusión se acabó cuando me aproxime a la orilla y metiendo la maño izquierda dentro del agua esta comenzó a convertirse en hielo mientras creaba un camino blanco sobre las aguas cada vez más oscuras por la falta de luz, eche a andar sobre el camino con normalidad mientras les pedía que me siguieran sin correr para no quebrar mi recién creada estructura. Ayude a los hombres a llegar hasta el otro lado indicándoles donde debían posicionarse además de entregándole mi arma al dueño de la escopeta para no recibir una lluvia de perdigones encima cuando tratara de dañar al monstruo. Una vez ubicados ellos regrese sobre mis pasos hasta la mitad de mi puente y depositando mi mano de nuevo en el agua continue con mi tarea. Venas blancas comenzaron a extenderse hasta todas las orillas a medida que el agua se solidificaba hasta abarcar toda la superficie.

Continúe con mis construcciones tanto sobre como bajo el agua para así preparar mi terreno de juego mientras sentía como el líquido vital pasaba a estado sólido para moldearse a mi antojo. Una vez terminada la preparación era hora de que llamara a mi compañero para que trajera a su perseguidor, así que lance una bola de fuego al aire que exploto como un fuego artificial que iluminaba el cielo. Cualquiera que estuviera a unos kilómetros a la redonda lo podría ver, solo esperaba que él lo viera mientras corría.

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