Apoyé los pies contra el escritorio para coger impulso, la silla de ruedas recorrió todo el despacho conmigo encima pasando por detrás de donde se encontraba Reed, volteé e hice lo mismo esta vez impulsándome con los pies en la pared. Menudo aburrimiento, Reed nos había reunido a todos para hablar sobre lo que estaba ocurriendo alrededor del mundo, pero más bien lo veía como un "chicos, quedaros aquí mientras yo descubro que sucede y podamos solucionarlo", típico de él. Me levanté de mi asiento para ojear el monitor donde estaba trabajando, todo lleno de cálculos y más noseque científico que él iba introduciendo...
- Ahora vuelvo... - Le comenté saliendo poco a poco de la sala, pero él ni se percató, estaba demasiado fascinado con sus cifras.
Me dirigí a las afueras del edificio y...
-¡LLAMAS A MÍ!! - Mi cuerpo se envolvió en llamas y despegué cual torpedo dirección a la ciudad, debía encontrar algún entretenimiento y sabía que no tardaría...
En la lejanía podía avistar otro de esos portales abiertos cercanos a la ciudad, gritos de civiles llegaron a mis oídos e imaginé que el caos se estaba formando. No dudé en dirigirme lo más rápido posible hacia allí sabiendo en las repercusiones que me causaría por no avisar a mis compañeros.
En medio de la calle se encontraba una criatura de unos cuatro metros de alto, una musculatura perfecta, la piel rojiza como la sangre con unos gigantescos cuernos negros y unas garras capaces de cortar metal. Aterricé a unos metros detrás suyo y lancé una bola de fuego que impacto en su espalda pero solo le hizo tambalearse ligeramente.
- Vaya, y yo que pensaba que no podía haber nadie más feo que Ben... Hasta podrías quitarle su lugar como mascota. - Llamé su atención, para que el resto de civiles pudiera alejarse suficiente de la zona de combate.
Aquella criatura se lanzó corriendo hacia a mí con una velocidad que no esperaba, sus garras cortaron el aire cuando esquivé su ataque.
- ¡Eso estuvo cerca grandullón! - Empecé a dar vueltas a su alrededor, provocándole a que me atacara y hacerle enfurecer cada vez más. Mis bolas de fuego solo conseguían tambalearle mostrando su inmunidad al fuego, debía pensar en otra cosa para derrotarle... Así que eché un vistazo a mi alrededor para probar otra estrategia.
Volví al suelo con el siguiente movimiento en mente. Mi enemigo se encaró para volver a cargar, esta vez tenía intenciones de embestirme con los cuernos, esperé, esperé... y en el último segundo me enlairé esquivando su embestida y haciendo que se estampara contra el edificio, lancé una bola de fuego cerca suyo que impactó en una boca de incendios consiguiendo que empezase a salir una bocanada de agua para dejarlo todo empapado, otra bola de fuego le rozó pero buscaba otro objetivo, impacto contra un poste de la electricidad haciéndolo caer en la zona, los cables tocaron el agua y la electricidad se expandió hasta la bestia soltándole una buena dosis de corriente eléctrica. Un grito de dolor y rabia salió de su garganta hasta caer desplomado al suelo.
- Y yo pensaba que esto iba a durar más... - Renegué viendo como su cuerpo se consumía en pocos segundos.
Los refuerzos llegaron poco tiempo después, tarde como siempre, y los ciudadanos habían salido al ver que ya no corrían peligro. "¡Viva la antorcha humana!", se escucharon algunos gritos alabándome, levanté la mano saludando con orgullo, total, ese era el momento que más me gustaba, la fama que te daba ser un superheroe y lo que te llegaba a querer la gente.