La melodia del silencio (libre) (01/11/18)

Muy lejos tuve que viajar hasta dar con el solicitante que me habia enviado aquella misteriosa carta holografica, una escuela de mutantes ni mas ni menos, reclamaba mis servicios y conocimiento de la música invitandome a dar unas cuantas clases particulares a jóvenes mutantes con poderes especialmente ligados al sonido.

Pensé en que podría resultar no solo útil para recabar información sino ademas muy reconfortante ayudar a jóvenes con dificultades como las suyas, así que ante la pregunta del hombre en el holograma a si aceptaba accedí con bastante rapidez.

Como si aquella carta pudiera saber cual iba a ser mi respuesta, nada mas dar mi afirmación a la propuesta del holograma, un jet apareció en el cielo de Florencia de la nada oculto en un escudo de invisibilidad. Sorprendido, me di prisa en hacer alguna maleta: cogí los volúmenes de mi estudio que consideraría mas útiles para lecciones básicas y mis efectos y equipo mas personales y embarque, el jet tenia el piloto automático puesto, no paso demasiado tiempo antes de que aterrizara en un hangar camuflado.
Una vez en tierra desembarque y observe con interés el lugar antes de empezar a caminar. Algo me decia que si me equivocaba de dirección lo sabría, así que recorrí el túnel que considere el principal y me llevo derecho a la entrada de una gran mansión. Observe con interés aquella preciosidad arquitectónica.

Ahhhh, una construcción bellísima una lástima contemplarla en estos tiempos de caos, aun así, creo que disfrutare el tiempo que pase aquí sea el que sea - me dije con optimismo, cogí mis efectos personales y cruce el jardín camino de la puerta principal.

Llegaba tarde, de eso estaba segura.

Convencida de que tenía el tiempo en su favor y podía permitirse el lujo de ir despacio, Alice había salido nuevamente a seguir explorando todos los recovecos de la mansión con la mala suerte de que había terminado perdiendo.
Para cuando logró encontrar la puerta de entrada a su habitación, quedaban a penas unos minutos para que empezara la clase que tenía programada.
"Tarde el primer día. Olé Alice, tú sí que sabes quedar bien". Entra corriendo a su habitación, dispuesta a coger la mochila y salir corriendo cuando su reflejo en el espejo le devuelve una mirada de reproche. Una de sus trenzas colgaba destartalada a un rato, medio deshecha tras haber estado correteando por los pasillos. Abriendo ambos ojos desmesuradamente, hace un sobreesfuerzo para no sentarse en su escritorio a peinar su melena debidamente, logrando poner en orden sus prioridades.
Tras recoger todo lo que necesita, y salir al pasillo (cerrando la puerta de la habitación debidamente) Alice se hecha a la carrera una vez más, con la mochila colgada a un lado de la espalda y pasandose los dedos por el cabello, separando las hebras de las trenzas casi con fiereza.
Para cuando llega a la zona de las aulas, su cabello cae suelto y levemente rizado a su espalda, cubriendo la mochila. Avanza hasta una de las puertas, posando las yemas de los dedos en el primer picaporte, pero incapaz de abrir la puerta.

"Memória, Alice, memória... ¿Era esta la puerta del aula de música?... No, creo que no." Alice retrocede, hasta quedarse de pie en medio del pasillo, mirando las puertas con la cabeza levemente inclinada, los ojos entrecerrados y los labios entreabiertos. Podría entrar y comprobarlas una a una, pero tenía miedo de interrumpir una clase, una reunión o cualquier otra cosa que allí pudiera realizarse. Al final, llevada por una corazonada, decide andar con paso decidido hacia una de las puertas y tras golpearla levemente con los nudillos, la abre.

"¡Bingo!" Sonriendo para sus adentros Alice entra en lo que efectivamente parece el aula de música. El estilo de la habitación coincidía armónicamente con el resto de la mansión, pero no había mesas, y parte del aula estaba dedicada a una hermosa tarima donde descansaban gran variedad de instrumentos. Suspira aliviada al percatarse de que no hay nadie más alrededor, y se permite el lujo de caminar por el aula, observando su alrededor con verdadera curiosidad, para finalmente dejarse caer en una de las sillas de la primera fila, dejando la mochila a sus pies, y empieza a juguetear con su melena, rehaciendo pequeñas trencitas aquí y allá.

"Tanto correr al final ha valido la pena... ¿Me pregunto qué clase de profesor será?"

Tras recorrer el lugar, una voz masculina resonó en mi mente. El mismo hombre del holograma me hablaba ,al parecer de forma télepatica. Me indicó que me dirigiera al aula de música en la primera planta en el ala este del edificio y sorprendido pregunté en mi mente si ,antes, no podria verle para hablar directamente. La voz replicó que podriamos hablar cuando llegara la media tarde pues habia llegado a la mansión ,al parecer algo justo de tiempo, y me dijo además que no me preocupara que conocia bien mis aptitudes músicales y estaba al tanto del tipo de instrucción que yo mismo recibí. Así que, sin siquiera dejar las cosas en una habitación o recamara me dirigí al lugar indicado. Observe a mi alrededor montones de jovenes que corrian de allá para aca en busca de su próxima clase, algunos eran de lo mas particulares: colores de piel extraños, vi a una traspasar la pared y algunos tenian apendices tan raros como podian ser aletas en los brazos o manos palmeadas y a ninguno parecia extrañarles la presencia de un extraño como yo en el edificio.

- Desde luego es claramente un lugar interesante...veaaaamos...creo que es aquí.- me dije abriendo la puerta con lentitud, por suerte al haberme preparado para entrevistarme personalmente con el hombre del holograma, el profesor Charles Xavier, mi aspecto era mas que presentable. Dentro de la habitación había solo unas cuantas caras, que se giraron al unísono al escucharme entrar.
El señor Xavier, telepaticamente, volvió a decirme que efectivamente aquel era el lugar y los muchachos ante mi eran mis primeros alumnos. Mas aliviado me dirigí a la mesa que presidia la sala ante las pizarras, a un lado en la habitación razonablemente amplia habia una tarima con diversos intrumentos y atriles bien distribuidos, finalmente y antes de hablar me aclare la garganta.

- Buon giorno chicos, me presentaré, me llamo Ancel Dario Wetzler. El profesor Xavier, me ha contratado durante un tiempo para que os de clases especiales a todos los presentes que, según tengo entendido, poseeis habilidades relacionadas con el sonido o la voz. E' un piacere conoceros a todos, espero que nos llevemos bien y pueda ayudaros en lo que necesiteis.- dije mirandolos con una sonrisa.

Esperando en silencio, algún que otro alumno había ido llenando la sala alrededor de Alice. Sintiéndo las miradas de otros alumnos a su espalda, empezaba a mecerse de un lado a otro de la silla, nerviosa. Sentarse a primera fila no había sido tan buena idea, al fin y al cabo. "¿Y si el profesor hace alguna pregunta? ¿Me quedaré aquí delante, en silencio, sin responder?"

Hechando atrás una mirada furtiva, decide moverse de silla antes de que la sala siga llenándose, encontrando un hueco perfecto en un rincón al final de la clase. Sin dar mucho valor al hecho de que todos los ahí presentes la vieran cambiar repentinamente de lugar, Alice se acomodó en aquella solitaria silla, al fondo a la izquierda del aula, y sonrió agusto ante las vistas de la sala delante de ella.
Al fin y al cabo, llevaba ya ahí unos días y la gente empezaba acostumbrarse a sus excentricidades.. Pues de lejos, había gente mucho más peculiar en aquél lugar. De hecho hasta podría considerarse de las chicas más normales.

Pasados unos minutos y con el aula visiblemente más llena, Alice se lleva una libreta a la falda y empieza a escribir su nombre en mayúsculas, y de manera que sea visible desde cualquier punto de la classe. Finalmente, un hombre entra en la sala y todas las miradas se giran a observarle. Siguiendo a la multitud, ella también levanta la mirada, siguiendo los pasos del profesor hasta el frente de la habitación, donde procede a presentarse ante el resto de alumnos.

"Ancel Dario Wetzler... ¿Eso era italiano?" Repite para sí, escribiendo el nombre del señor Wetzler en un lateral de la libreta. Dispuesta a prestar toda su atención a la nueva clase, Alice pasa página, inclinándose levemente hacia adelante y fijando la mirada en el nuevo profesor, preparada para tomar nota de todo aquello que le parezca interesante.

Un susurro lejano llegó a mis oidos desde el fondo de la clase. Dificilmente se me escapaba algún sonido aunque no logré identificar a la autora de aquella pregunta hecha en un susurro apenas audible casi imposible de escuchar y entender para un oido común. Para aclarar dudas decidí responder para ver si así incentivava mas adelante la curiosidad de mis pupilos.

- Para el que se lo pregunte, mis raices efectivamente estan en la lejana Florencia en Italia, pero no me considero un ciudadano de un solo pais sino del mundo. Bien ahora me gustaria conoceros a todos un poco, así que me gustaria que fuerais tan amables de presentaros uno a uno y me explicarais brevemente vuestras habilidades - dije con un tono amable y conciliador.

Los muchachos soltaron algún que otro murmullo de curiosidad y empezaron a levantarse y a decirme sus nombres y poderes, algunos con cualidades tan interesantes como ondas de choque a traves de las cuerdas vocales, un oido sobrehumano o control y modulacion de su voz para transformarla en cualquier sonido imaginable.

Finalmente llegue hasta la última rezagada al fondo a la izquierda del todo del aula, e hice la misma pregunta que al resto de mis alumnos anteriormente: -Bien segnorina solo quedas tu, adelante como te llamas y cual es tu habilidad- dije sonriendo con mucha amabilidad.

Alice se tensa al escuchar cómo Ancel responde a su pregunta. "Ostras, que casualidad. Igual se lo preguntan a menudo..."

Uno a uno todos los alumnos empiezan a presentarse, y sabe que tarde o temprano también le tocará a ella. Sus labios se tensan levemente en una sonrisa, pues pensando que esto podía ocurrir, ya tenía preparada la primera página de su libreta. En la segunda y mientras el resto de alumnos tomaban turnos explicando sus poderes, Alice garbateó una segunda página.

Cuando el señor Wetzler se dirige a ella, muestra la primera página de su libreta.

Alice Emily Delaney,

Seguidamente pasando a la siguiente página, donde se lee;

Todavía no controlo mi poder, pero esta altamente atado a la sugestión. Puedo alterar levemente a aquellos que me rodean.

Tras mostrar ambas páginas, pone la libreta entre el codo y su costado, moviendo las manos en varios simbolos, "Aunque de hecho dudo que pueda entenderme, al menos reconocerá que es un lenguaje..." Las manos de Alice dicen 'Mi voz es mi poder, no debo usarlo a la ligera".

Esta última alumna me sorprende mas que el resto, pues no puede hablar o al menos parece no poder hacerlo lo cual despierta mucho mi curiosidad. Evidentemente si la muchacha esta en mi clase quiere decir que sus poderes son sin duda derivados del sonido y sobretodo de la voz. Asi que procedo a leer el texto que me muestra, en la primera pagina:

- Alice, un nombre precioso - le sonrio un poco y ella me muestra una segunda pagina en la que me explica que su poder puede alterar a los demas de alguna manera....Significaria eso que la muchacha le tenia miedo a su propio poder y por ello evitaba hablar en voz alta o algo así?

Di por hecho en ese momento al menos que así era ya que inmediatamente después de leer empezo a usar el lenguaje de signos de los sordomudos para comunicarse conmigo.
Siendo franco no dominaba ese lenguaje pues nunca lo habia estudiado hasta ese momento pero lo anoté mentalmente, porque presentí que aquella chica usaba ese metodo de comunicación a menudo y se sentia mas comoda con el, así que en aquel entonces me limité a asentir y a dirigirle una sonrisa:

- No te preocupes, veras como pronto aprenderás a tener un mejor control sobre tu poder, igual...-digo subiendo la voz un poco- que el resto de tus compañeros. Todos...-digo pausadamente- teneis un melodioso don en vuestros cuerpos pero como la buena música y el arte en general necesitareis tiempo y adiestramiento para aprender a usarlo. Esa será mi principal función mientras este con vosotros -digo dirigiendome a la pizarra y empezando a escribir.

- Bien, ante todo debeis saber que yo no soy mutante, sino uno de los llamados místicos, alguno de vosotros sabe que significa eso? -pregunto paseando la mirada por el aula.

El nuevo profesor sonríe y con la facilidad que estas cosas se contagian en Alice, su presentación termina acompañada por una sonrisa entusiasta de la joven, quien ríe con dulzura ante los ánimos que le transmite el profesor al reconfortarla.
Al volver a sentarse, la muchacha estudia al hombre con curiosidad. ¿Qué tipo de poder debía poseer para que le hicieran venir desde Florencia?

Cuando el señor Wetzler se dirije a la pizarra, Alice mira con curiosidad lo que el hombre va a escribir en ella cuando este afirma no ser un mutante...

Haciendo un sobreesfuerzo para que no se refleje en su rostro la incertidumbre, Alice se mantiene alerta. Últimamente estaba descubriendo mil cosas que no comprendía y su ya pequeño mundo se ensanchaba por momentos. ¿Místicos? Jamás había escuchado esa palabra. Tal vez hubiera pensado que era una subcategoría de mutantes si el profesor no hubiera especificado que se trataba de algo enteramente distinto...
Su mirada se pasea por el resto del aula. ¿Habrá alumnos que no son mutantes también?

Al ver la cara de desconcierto de la mayoria, sonrio. Era normal que se vieran desconcertados ante gente como yo, al fin y al cabo eran muy jovenes y para ellos el mundo aun era extraño, asi que me dispuse a explicarme, cuando tocaron a la puerta repentinamente y el hombre que me habia citado se presentó en la sala. Entró saludando a los alumnos y se adelanto en su silla para estrecharme la mano.

- E' un piacere profesor Xavier - le dije estrechando su mano - y no se preocupe entiendo que tiene otros asuntos importantes que tratar - le sonrio cordialmente antes de dirigirse al grupo de alumnos. Explicó el porque de la ausencia del professor vigente de música, pues segun parece, el señor Katich habia servido de defensa de la ciudad de Nueva York ante una amenaza, justo la noche anterior. Según el señor Xavier sus heridas no eran graves pero le imposibilitaban la docencia un tiempo y por eso me contactó.

No obstante mi mente empezó a dar vueltas a la idea de que las heridas del profesor fueran leves, solo fuera una mentira piadosa del señor Xavier para con los niños, ya que me parecia muy extraño que nadie , incluido el mencionado profesor, solo resultara herido levemente en un combate que parecia haber sido de proporciones biblicas considerando el caos y los destrozos provocados en la ciudad, ademas el hecho de que no mencionara al autor de la amenaza también me hizo ponerme la gorra de pensar. De cualquier manera solo eran conjeturas asi que tendria que preguntarle mas tarde al propio profesor y no preocupar a los niños.

A continuación me deseo suerte y me insto a reunirme con el en su despacho tras la clase.
- Desde luego señor Xavier, no se preocupe seguro que los muchachos son buenos chicos y nos llevaremos bien y descuide en cuanto la clase finalice me presentare ante usted en su despacho- le dije dirigiendole una sonrisa y una cordial reverencia con la cabeza y mano en pecho en señal de cortesia.

- Bien chicos, para el que también se preguntara donde estaba el señor Katich, ahi lo teneis, como os dije yo solo estaré un tiempo como suplencia. En fin sigamos con la clase de acuerdo?- me aclaro la garganta - ejem, bien como iba diciendo yo no soy mutante, sino mistico, y por la cara que habeis puesto mas de uno creo que no sabeis lo que eso significa, si me lo permitiis procedere a explicaroslo. - me dirigi a la pizarra y empece a escribir un esquema simple de varias categorias.

- Bien...eh, como todos sabeis en el mundo hay al menos dos tipos de seres que todos conoceis- indico con el dedo las dos primeras indicaciones - los primeros son los humanos comunes, ya los conoceis, gente corriente sin ningún tipo de poder especial, pero no hay que juzgar a un libro por su cubierta, con el debido entrenamiento o tecnologia y conocimientos suficientes existen humanos tan capaces de obrar prodigios tan excepcionales como los poderes de cualquier metahumano.- dije deteniendome un poco asegurandome de que me seguian y vi con gusto que alguno que otro tomaba apuntes.

- El segundo grupo son gente como vosotros, mutantes. Son gente que nace con habilidades, poderes y rasgos extraordinarios que les dan acceso a cosas imposibles para los humanos corrientes, existen también mutantes derivados de experimentos genéticos o accidentes. Imagino que hasta ahí todo bien. - les hecho una pequeña mirada sonriendo - pero....como reaccionariais si os contara que existen otros muchos seres a parte de las dos categorias que os he mencionado? - indico los demas apartados - pues si, existen muchos otros seres en el universo ademas de nosotros y eso incluye alienigenas, entidades o los que como yo, son místicos. Todos ellos son tan reales como vosotros y todos tienen sus propias habilidades y rasgos únicos- vuelvo a detenerme un poco para darles tiempo a apuntar antes de proseguir.

- En mi caso y el del resto de los misticos, la gran mayoria empezamos como humanos normales o al menos creemos que lo somos pero llevamos el don de la magia en nuestro interior, y con el estudio de ciertos conocimientos antiquisimos y de antiguas fuerzas inamovibles podemos llegar a obtener conocimientos y poderes mas allá de los limites terrenales con el debido adiestramiento, algunos de nosotros podemos ser hibridos de entidades mayores y otros reencarnaciones de otras personas que fueron misticos en su momento por poneros un par de ejemplos.- termino de explicar y les doy un tiempo para apuntar y para que puedan preguntar - alguna duda hasta ahora? Alice si tienes dudas no te preocupes y solo alza el brazo y apuntalas en la libreta y yo las leere, no hay problema alguno- digo coordialmente a la muchacha al fondo del todo.

Alice contempla el intercambio entre los dos profesores levemente sonrojada por la directa mención hacia ella cuando se habla de nuevos alumnos. "Entonces... Este profesor no es el de música, es únicamente un suplente. Por un instante pensé que no tenían profesor de música y le hacían venir exclusivamente cuando había alumnos como yo..." todavía le faltaba mucho por aprender tanto del lugar como del mundo en sí, y no pudo evitar sonreír.
Cuando el profesor Xavier se retira, y Wetzler resume la clase, no sin antes aclarar como bien ha hecho Xavier, que el profesor de Música estaba temporalmente ausente... Alice procede a anotar en la libreta tantas cosas como puede, copiando incluso el esquema que ha dibujado en la pizarra y varias anotaciones sobre lo que Wetzler explica de los místicos. "Entonces... realmente son muy parecidos a nosotros, pero donde nuestros poderes provienen de los genes lo suyo es algo... mágico. Aunque ya me parecía mágico ver lo que hacen algunos aquí..."

Al escuchar la mención a los aliens, Alice dibuja un pequeño cabezón verde en una esquina del cuaderno . Había llegado a la mansión haciéndose a la idea de que podía esperar cualquier cosa de este mundo ahora que estaba descubriendo que realmente existian las cosas sobrenaturales y tal vez, ser ella misma poseedora de esos poderes le hacía más fácil dar credibilidad a lo que le estaban contando... Eso y el hecho de que por si, era una chica bastante fácil de convencer.

Finalmente el profesor pregunta por sus dudas, y Alice relee sus apuntes. Había incluso escrito y subrallado la palabra ENTIDADES y aunque el señor Wetzler no había hecho mucho incapié en esta... Raza, su nombre parecía bastante autoconclusivo. Llevada por la curiosidad pasa una página de la libreta, escribiendo en ella;

Y usted, señor, ¿qué habilidad tiene, si podemos preguntar?

Al fin y al cabo, él había preguntado a todos y cada uno de ellos por su poder, pero no había presentado el suyo própio y si estaba especializado en música... ¿Podía ser que fuera algún tipo de cantante?

Como esperaba, algunos entre los que se encontraba Alice preguntaron cuales eran mis caracteristicas especiales, le dirigí una especial sonrisa a la muchacha, me alegraba que la joven se implicara de aquella manera aunque no pudiera hablar por el momento.

- Pues bien, como mas de uno habrá podido deducir, mis habilidades estan muy relacionadas con el sonido, o mas bien con la música. Mi ocupación real es director, cantante y compositor de grandes simfonicas - les dedique una sonrisa a todos antes de proseguir - poseo la habilidad de realizar hechizos varios a raiz de la música que toco gracias, especialmente a...-me agacho un momento para poner el maletin arcano sobre la mesa a la vista de todos - la caja de las musas y a...-saco la batuta de un bolsillo en mi chaleco - esta batuta especial, la batuta de Mozart.
Gracias a ellos puedo canalizar mi magia y realizar mis hechizos, la batuta es mi canalizador de magia principal y la caja es mi medio y amplificador mas poderoso- expliqué con tranquilidad - con la batuta puedo realizar todos mis hechizos con o sin la caja, por ejemplo este.. - retrocedi un poco y airee la batuta ligeramente preparado y entonces empece a realizar el hechizo.

Emití un alegre silvido y batuta en mano uno de los atriles de la sala se elevo unos metros y fue a posarse en la otra punta de la tarima - es un hechizo muy simple, por eso no he necesitado la caja para realizarlo, los hechizos realizados con la caja son de mayor calibre - vuelvo a sonreirles guardando la batuta.

Alice observa atentamente como el atril se mueve solo de una punta de la tarima a la otra. "¿Telequinesis? Dudo que sólo sea eso... ¿Tal vez su poder no está limitado a un sólo campo?" La mirada de Alice se posa en el profesor con respeto. "Y yo pensaba que los mutantes era una fuerza a tener en cuenta... Parece que hay otros seres tan o más poderosos que nosotros ahí fuera..." Recordando lo que ha sucedido al profesor de música de la escuela, Alice baja la mirada a sus manos y juguetea levemente con sus mangas. Era demasiado ingenuo pensar que todo aquél que ostentaba poder estaría unido al bando de los "buenos" incluso para alguien tan inocente como Alice. Pensar que uno de esos seres... Entidades y alienígenas podía realmente intentar traer desgracias a este mundo.

Ese conocimiento no era si no otro motivo para que Alice tratara de controlar su poder. "Protegerme, y proteger a quienes me importan..."

Con este pensamiento en mente, Alice se inclina ligeramente hacia adelante, dispuesta a sacar el máximo partido posible a esas clases. Su determinación, lejos de quebrarse ante el descubrimiento de las otras razas no había hecho más que volverse más fuerte, más sólido y Alice se sentía más inclinada que nunca a dar su mejor esfuerzo para aprender a controlar su poder...

...y tal vez, incluso a hacerse más fuerte.

Nunca lo había pensado antes. Tal vez, su voz pudiera servir para algo más que dar órdenes inconscientemente. Tal vez con el tiempo pudiera controlarla y que esas órdenes sólo se activaran cuando ella lo desee... Agitando levemente la cabeza aleja esos pensamientos de su mente. Por ahora, lo importante, era lo que tenía delante. La clase había empezado, y Alice siempre había sido una alumna aplicada.

Algunos alumnos, me miraron tras la demostración y algun que otro jovencito me pregunto si mi poder no seria realmente telequinesis y solo le tomaba el pelo haciendo ver que el silbido tenia que ver para algo en ello.
No me enfade, como culparlos de creer algo asi? Constantemente veian cosas muy similares en la escuela, solo habia que fijarse en el mismo profesor Xavier y sus poderes telepáticos, todos a esas alturas seguro que sabian que podia hacer.

- No, muchachos esto no se trata de telequinesis ni mucho menos, sino de artes arcanas. Quiza para creerme querriais alguna prueba mas solida imagino, bien en tal caso seguidme de acuerdo? Coged vuestras cosas iremos a un rincon en los terrenos y allí os hare una demostración algo mayor y finalizaremos la clase directamente.-les digo con tranquilidad cogiendo mis propias cosas.

En cuestión de un minuto, aguardo en la puerta esperando que todos salgan antes de conducirlos a los terrenos de la mansion. Una vez allí espero a que todos esten reunidos antes de hablar.

-Bien muchachos, aqui no nos molestara nadie como podeis ver, así estaremos mas a gusto. Vereis..- saco un par de partituras - estos son mis hechizos, varian en potencia y duración segun la complejidad de la pieza y voy a usar dos con vosotros.- un murmullo se extendió entre los alumnos que se miraron unos a otros con algo de aprensión.

-No os preocupeis no os haran daño alguno, nunca dañaria a inocentes y menos aun a mis propios pupilos.- les digo en tono cariñoso y conciliador para tranquilizarlos - Ambos hechizos afectaran a vuestro estado de animo. La música en si ya es magia muchachos, vosotros seguro que lo habeis sentido alguna vez: Cada melodia nos produce una sensación distinta alegria, gozo, placer, misterio, tristeza, miedo... cualquier cosa es posible y eso solo con la música normal, podreis imaginar entonces que el potencial mágico del sonido, de la melodia para alguien diestro en su uso puede ser enorme y muy extenso.

Bien y ahora esto... - saco la caja de las musas - esta va a ser la primera y única vez que os haga una demostración con la caja asi que prestad atención de acuerdo? Mis hechizos van colocados aqui - les enseño una muesca grande en el maletin - una vez que la caja reconoce el hechizo yo debo dirigirla, comprovareis que cuando lo haga me comunicaré con vosotros por telepatia, es un don que solo puedo usar cuando manipulo la caja (pronto entendereis porque) y para que veais que no es broma me situare a una distancia muy razonable de vosotros. Observareis que pese a la distancia a la que me encontrare, la música y mi propia voz se escucharan como si estuviera a vuestro lado incluso aunque os tapeis los oidos. Veamos dos, cuatro, ocho mmm si creo que los llevo por aqui....- me detengo un momento y saco un paquete de pañuelos de mi maleta repartiendolos a los muchachos.

- Los necesitareis. Bien voy a usar con vosotros dos hechizos que simplemente amplifican los efectos de estas melodias, ambos afectaran a vuestro animo: el primero os hara sentir tristeza, esa tristeza que recordamos cuando perdemos un ser querido, el dolor que supone la exclusión o la soledad, hara brotar ese sentimiento de tristeza aumentando su intensidad.
El segundo será por el contrario un hechizo de serenidad, os sentireis serenos, valientes, con ganas de luchar y de aguantar todo lo que venga, sentireis que el sentimiento anterior se aleja y pronto vereis os sentireis revitalizados con el. Son dos hechizos muy sencillos y me serviran para demostraros que mis poderes son algo mas que mover cosas de un lado a otro. - les sonrio un poco para calmar nervios.
- Bien estad preparados de acuerdo? Me colocare a distancia y en cuanto me deis una señal entre todos levantando los brazos cuando esteis listos, empezaremos. - dicho esto me alejo a una distancia considerable de mis alumnos cruzando hasta mas allá de la fuente quedando a unos 100m de ellos en un sitio donde estuviera bien visible para ellos y esperé a que me hicieran la señal convenida.

"¿Una demostración? ¿Tan pronto? ¡Uf!" se levantó ágilmente, guardando las notas en la libreta y poniéndose la chaqueta en previsión al frío que haría en el exterior en pleno Noviembre. "Maldigo el momento en que decidí ponerme una falda... Ahora no creo que pueda ir a mi habitación a cambiarme... Bah, sobreviviré." Una vez decidida a seguir adelante, Alice espera a que todos los alumnos hayan abandonado el lugar antes de salir, cerrando la puerta tras de sí. Caminando un poco rezagada, aprovecha el pequeño momento de intimidad para seguir paseando la mirada por la mansión, embelesada por la belleza de la misma, incapaz de creer que algún día llegaría a acostumbrarse.
El camino hacia los jardines el profesor les dirije con paso seguro y Alice fija la mirada en su espalda, sorprendida. "Parece saber mejor que yo dónde encontrar cada cosa... Qué envidia.". Al darse cuenta de que lleva un rato mirandole fijamente, pasea la mirada por el resto de alumnos. "¡Hay gente tan peculiar en este lugar...! Pero aún no he encontrado nadie que utilice la lengua de signos... Así me está costando socializar, parezco hasta tímida... O tal vez lo soy..."
Ensimismada en sus propios pensamientos, se choca con el alumno que tiene delante al parar toda la clase en un rincón de los terrenos. En voz muy baja, como siempre que hace uso de sus cuerdas vocales, Alice susurra una disculpa al muchacho quién, al escucharla, esboza una sonrisa.

- Lo s-siento...

Tras lo cual intenta colocarse entre el resto de alumnos de manera que pueda llegar a ver la caja de las musas y todo lo que el profesor esta preparando, cuando este empieza a repartir pañuelos. Explica entonces que va a utilizar dos hechizos, uno que les hará entristecer y otro que le shará sentir felices. "Empiezo a no estar segura de querer participar en la primera parte...". Cuando finalmente el resto de alumnos alzan los brazos, haciendo acopio de valor y con una sonrisa, Alice alza el brazo derecho.

Los vi finalmente alzando sus brazos al cielo y lentamente me agache y puse la primera partitura en la caja, al momento un gran resplandor me iluminó como siempre, y mis ropas cambiaron al instante a mi traje de heroe, respire hondo cuando teclas resplandecientes de piano aparecieron ante mi, sostuve la batuta con la mano izquierda y empece a tocar con la mano derecha las primeras notas al poco de empezar a tocar, la batuta se solto de mi mano pues sabia que necesitaba ambas manos para tocar y se puso a dirigir mientras tocaba la estrofa de la canción y la caja la memorizaba, poco a poco surgieron el resto de instrumentos y entonces si, me dispuse a dirigir a la caja mientras ella sola tocaba la cancion con infinito cuidado como siempre hacia, disfrutando de mi propia música con cada nota.

https://www.youtube.com/watch?v=nb7Qs11aCIQ

- Escuchad la musica chicos, dejadla fluir hasta vuestro corazón - les dije telepaticamente al momento en que un violín de energia se me apareció para tocar su parte como en cada parte clave, moviendome sin parar para poder hacer cada cosa en su momento. Ciertamente cuando usaba mi caja era como danzar, dirigir y tocar todo a la vez desde mi imaginación y simplemente yo me deje llevar como siempre sin perder la concentración hasta el final de la pieza.

Alice cierra los ojos, dejando que la melodía la transporte...

Inevitablemente siente como los sentimientos se vuelcan en ella y con ellos vienen los recuerdos de años atrás, cuando ella misma se negó el derecho al contacto humano, cuando sus poderes empezaban a mostrarse, el miedo a ser diferente, poco a poco se agacha, abrazándose las rodillas. La voz de su profesor en su cabeza, 'Dejadla fluir hasta vuestro corazón'...
Pensó en su padre y en su madre, lo preocupados que habían estado por ella. En todos los amigos perdidos, en el joven que se mudó por alejarse de ella. Incapaz de contener las lágrimas, esconde la cabeza entre los brazos y entonces recuerda el pañuelo que ha repartido el profesor. ¡Qué conveniente! Sé de lejos que no soy la que lo está pasando peor, que mi vida ha sido sencilla en comparación a lo que he llegado a escuchar en la mansión, pero aun así... Aun así..."

Incapaz de seguir el propio hilo de sus pensamientos, Alice deja la mente en blanco, sobrecogida por la sensación de tristeza y nostalgia que está anidando en su pecho. Cuando la música llega a su fin y la última nota queda suspendida en el aire, Alice recupera lentamente, la compostura, hilvanando poco a poco su pensamiento, recogiendo ideas como si se tratara de un pequeño puzzle.

"Mi poder no es así. No puede ser así. Yo no quiero... Alterar el corazón de las personas. No quiero afectarlas, aunque pueda. Nadie debería perder su libre albedrío..."

El hechizo se desvanece pero no sus recuerdos, y haber revivido esas sensaciones le ha afectado. Por un instante, se plantea alzarse e ir a su habitación, demasiado triste y débil para quedarse a seguir con la clase. Pero la lógica le insta a quedarse. El profesor afirmó que no les haría daño y también que el segundo hechizo sería feliz. Si confiaba en él, la mejor manera de reponerse del choque era, en efecto, quedarse ahí. Y si Xavier les había asignado este profesor, es que desde luego se podía confiar en él.

Y ese fue el único motivo que mantuvo a Alice ahí, sentada en la hierba, abrazándose las rodillas mientras los ojos llorosos asomaban entre los brazos.

Lentamente mi primer hechizo se desvaneció, vi a mis alumnos en la lejania, como esperaba el primer hechizo les habia afectado, a algunos mas que otros, esperé que no fuera demasiado para ellos. Suspire un poco y con un movimiento fluido de mano la partitura anterior se materializo en mi mano y la caja volvio un momento a su forma original. Rapidamente puse la nueva melodia en la caja.

Y empece a tocar de nuevo, lentamente pero con algo mas de energia, la pieza era una poderosa inspiradora de serenidad y de nuevo volvi a dejarme llevar empezando a tocar con delicadeza al principio y mas tarde a dirigir como una sola simfonica mientras mis intrumentos de energia se movian a mi alrededor, flautas, violines, clarinetes y tambores se mezclaban a mi alrededor mientras dirigia.

https://www.youtube.com/watch?v=75QC59i-dIY

- No os dejeis vencer por la tristeza chicos, vosotros sois fuertes y teneis a gente a vuestro lado- mi voz volvio a resonar en sus oidos.

Una segunda melodía empezó a sonar, y Alice nuevamente cerró los ojos, tratando de dejarse llevar, evocando a la vez recuerdos algo más alegres de su vida. Al principio resultó difícil, pero a medida que avanzaba la canción, su respiración fue cada vez más pausada, su semblante más relajado y sus pensamientos menos oscuros.

Las notas invocadas por el profesor Wetzler eran una guía que la mecía por la parte más serena de su mente, sus recuerdos menos agitados, y sin proponerselo, aquella permanente sonrisa que solía danzar en su rostro había vuelto, relajada, despreocupada.
Se permitió entonces abrir los ojos y disfrutar del movimiento del profesor, de los instrumentos que se movían armónicamente a su alrededor, como si se tratara de una danza... Y cuando terminó, Alice fue la primera en aplaudir, animando al resto de alumnos a que recompensaran de la misma manera la actuación y muestra que les había ofrecido Wetzler.

Antes de levantarse, mira a su alrededor para ver qué van a hacer el resto de alumnos, si volver al aula de música o desbandarse desde donde estaban.

Una vez acabada mi actuación lentamente camine hacia mis alumnos y con un fogonazo de luz volví a mi aspecto anterior y habitual sonriendo desde lejos. Muchos aplaudian y me sentí algo halagado, me acerque al máximo y me dispuse a hablar antes de que se fueran:

- Bien chicos, ahí lo teneis, espero que no os haya hecho sentir demasiado mal, como dije no volvere a usar la caja para demostraros nada, como habeis podido comprovar sus efectos son muy poderosos aun con hechizos de nivel leve o medio. Sin embargo hay algo que debeis recordar: la música solo ha avivado vuestros sentimientos, jamas podrá alterar vuestra voluntad o lo que sois, solo podra daros un empujón para ayudar, al menos la mia. Como he dicho mis hechizos nunca dañarian a un inocente y menos a mis alumnos - les sonreí con cariño y volvi a hablar - Bien quiero que para la próxima clase me hagais un resumen de lo que recordeis sobre lo explicado anteriormente de las criaturas del universo y que me hagais un resumen algo mas extenso de vuestra personalidad, gustos, sueños, ilusiones y poderes. Me servirá para poder daros un trato mas personal a todos yo hare lo mismo y distribuiré copias para todos en la proxima clase, ademas pondremos en común lo que hagais y haremos copias para todos, es la mejor forma de conocernos todos. Si alguno tiene problema en explicarme como es personalmente no importa, solo poneos en contacto conmigo primero, y luego haced solo lo de las criaturas y vuestros poderes. Bien ya podeis marcharos muchachos, un gran inicio, gracie- justo entonces suena el timbre de fin de clases en la mansión.