La reunión está apunto de comenzar; Todos los líderes de estado deben estar esperando con impaciencia mi llegada, o quizás esperan que no haga acto de presencia alguno. Si es así, es que no me conocen.
La imponente limusina comienza a detenerse a las puertas del congreso, ante la atenta mirada de los transeúntes y de numerosos fotógrafos y periodistas; quienes parecen bastante interesados por conocer quien se haya en su interior.
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Insignificantes...Carroñeros...Necios - refunfuño, con cierto tono de aversión, mientras observo a través del tintado cristal de mi ventana -
Pronto se arrodillarán... Poco a poco, la puerta del auto comienza a abrirse; provocando que la luz del exterior invada el interior de este.
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Señor, hemos llegado - dice el chofer con una actitud de respeto, mientras sujeta la puerta; inclinándose levemente ante mi persona
Con un leve gesto de mi cabeza, dando a entender mi agradecimiento, me levanto de mi asiento y me encamino hasta las puertas del edificio gubernativo; mientras los flashes bañan mi figura, y la multitud se aglomera a mi alrededor. Las preguntas del gentío llegan a mi de forma poco clara, casi como un balbuceo; por lo que decido ignorar a cada uno, pues se trata de gente que no merece ni tan siquiera mi atención.
En apenas unos segundos, ya me encuentro atravesando las puertas del lugar; tras lo cual, me encamino hasta la sala de reuniones. A la que llego poco tiempo después, provocando que todas las miradas se posan en mi.
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Buenos días, caballeros - digo con tono serio y solemne mientras tomo asiento en el lugar
Tras un par de minutos, el resto de los miembros toman asiento y comienza a propagarse el silencio por la sala. En ese momento, el portavoz comienza a hablar; los hechos y acuerdos son expuestos en la sala, ante la atención completa de todos los presentes.
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El Reino de Latveria no aceptará semejantes condiciones - interrumpo con el puño alzado en señal de enojo
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Pero, señor Von Doom...-
¡Jamas! - grito, interrumpiendo nuevamente al interlocutor -
Mi pueblo no aceptará nunca algo asíTras estas palabras, y con notable enojo, me reincorporo de mi asiento y me encamino hacia la salida con paso firme.
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Y si este consejo no está conforme con mi decisión...Que se atreva a desafiarme - digo con un notable tono de soberbia y bastante prepotencia -
Les estaré esperando...