Preludio White Spider!...[Libre]

Martes 20 de Marzo del  2018


-Uno…dos….tres- Siempre que observo  el amanecer me pregunto tantas cosas, una estela de caos se deslinde sobre el mundo  y aunque muchos solo tratan de acostumbrarse yo me pregunto porque deberíamos de hacerlo, escucho el rítmico caer de las  gotas de agua  que se filtran en el lavabo del baño a estas horas de la noche cuando el silencio devora por completo mi casa y las sombras se apoderan de ella, esa sensación de pesadez y nostalgia me acosan, me siento aun algo…traumada creo que sería el termino adecuado, buscando en mis memorias el día que todo sucedió, el miedo en el rostro de MJ por lo que sucedía, mis ojos se cierran y recrean  los gritos el caos y el sufrimiento y sin embargo tras abrirlos contemplo el grisáceo  techo liso de mi habitación como si todo hubiese sido solo un sueño pero por dios Gwen, todo es o fue real y estas en un mundo mezclado quizá debas salir a distraerte un poco, a pensar un poco mañana será un día importante aquel casting para la nueva película sobre el espacio si logras eso te dispararas al estrellato y la tensión sumada a los recuerdos desvelan tu sueño.

"Sé que soy linda pero, ando algo preocupada,  mañana se dará la oportunidad de mi vida pero dado los recientes acontecimientos no se si deba volverme una Shakspiriana *saca un cráneo* o simplemente tratar de no se, hacer servicio a la comunidad *se imagina ayudando a una anciana a cruzar la calle* sea como sea  soy genial asi que no dejen de ver lo que pasa *sonríe y se pone su máscara* aunque no me vean depravadamente D: "

El silencio se apodera de la habitación desordenada de la rubia, los recientes acontecimientos la rubia no a echo sino llenarse de dudas sobre el futuro de sus acciones, por mucho tiempo deseo ser parte del espectáculo incluso más allá de su banda de Rock solo MJ sabe su identidad como White  Spider  pero el día que todo eso recuerda muy bien las palabras de esta.

-Gwen…gracias, como viste ayudaste a mucha gente, quizá….debas hacer lo mismos día con día- ambas jóvenes estaban de pie en un callejón y la rubia solo miraba a MJ unos momentos  sintiéndose sermoneada por ella -Hablas de hacer esto día con día, vamos  pelirroja si hago esto a diario no poder estudiar  además de la banda….eso sin mencionar que todos querrán matarme - musito mientras se cruzaba de brazos  sin dejar de ver a su compañera la cual solo arquea una ceja -No seas egoísta Gwen, aquel que posee el poder y no lo usa es casi tan villano como aquel lo usa para hacer el mal- la rubia  le miro seriamente  -Me dices egoísta ahora, te salve MJ- exclamó con sorpresa -No niego que me salvaras y lo agradezco pero mientras hablamos mucha más gente en la ciudad necesita ayuda, ve el caos- la pelirroja señalo la calle la cual tenía a personas corriendo por todos lados- bien tu ganas ayudare a la gente más solo será esta vez - supero mientras lo desea con algo de pesadez sin embargo la pelirroja la abrazo  para decirle al oído -Confió en ti Gwen, haz lo correcto….

-Lo correcto, hay muchos súper héroes…siento que yo ya estoy de más en esos grades grupos - se dijo a si misma mientras se sentaba en su cama -Pero si MJ tiene razón, Tener poderes me dice que debo ser responsable- la rubia contemplo sus manos un momento en la oscuridad de la habitación y se levantó caminando hacia su ventana, estaba  aun con aquel pantalón de mezclilla con el cual llego del colegio, abrió la cortina y las luces de la ciudad se reflejaron en su rostro, se veía tan magnánima por la noche quizá como menciono antes deba salir a dar un paseo nocturno así que camino hasta su closet y sacando algunas cajas saco una caja de zapatos color gris, al abrirla estaba el traje que MJ le hizo para su presentación en el concurso de talento, aún recuerda ese día si no fuese por MJ  no sabe si habría tenido el valor de presentarse ante toda esa gente,  la pelirroja siempre le a apoyado y debido a sus comentarios es la incertidumbre de la rubia,  se colocó el traje entallado y saco su I Phone 6, abrió la ventana con mucho cuidado y se colocó su máscara, subiendo un pie al marco de la ventana contemplo la ciudad un momento y salto por su ventana hacia el vacío, vive en una torre apartamento   en el 43avo piso  por lo que una caída así podría matar a cualquiera, la fémina ve la precipitación  y siente la adrenalina de la caída , la velocidad y el vértigo más casi a 10  pisos de impactarse contra el concreto levanta su mano y dispara su telaraña la cual se aferra al edificio de enfrente y le permite columpiarse con agilidad saliendo gatillada a la azotea aledaña, ella misma diseño los disparadores de telaraña para el espectáculo  así en el silencio de la noche se columpio unas 4 manzanas hasta quedar sentada sobre un edificio de oficinas donde se sentó y saco su teléfono para poner un poco de música, siempre esta le ayudaba a relajarse y esta vez no sería diferente.
 
"Se que esto se ve mal, pero seamos sinceros  ay demasiados héroes por ay, ejemplo…el sexi tony stark, dios no sería malo una cita con ese millonario…creo MJ dice que es un ególatra engreído y eso le cae mal, volviendo al punto ay demasiados héroes como para que se considere que soy irresponsable no lo crees?, vamos apóyenme un poco y les regalare boletos para la próxima tocada de  mi banda, se nos da bien el escandalo *juguetea con sus batacas*  asi que ya saben si están de acuerdo conmigo manden un mensaje  con la palabra GWEN RULES al 555 777 888 si están desacuerdo con MJ manden MJ SEXI al 555 777 888 esperamos su cooperación retomemos"

La rubia escuchaba música tranquilamente con la máscara un tanto levantada, se notaban sus bellos labios tarareando lo que escuchaba mientras su cuerpo bailoteaba ligeramente, era una noche tranquila y realmente estaba comenzando a relajarse, pensaba por un momento porque MJ se lo toma tan personal, quizá sea por la muerte del Tío de Parker, no la culpa el era su  amigo también y no había considerado hasta este momento tal situación, quizá ella este un poco afectada situación que en verdad le preocupa sin embargo pensar en eso no ayudaría en este momento por lo cual la rubia se recostó en dice estaba sentada y saco sus audífonos subiéndole un poco a la música, por unos momentos perdió su vista en el enorme cielo contemplando las estrellas imaginando cosas sin sentido y algunas con sentido , se encontraba realmente muy sumida en sus pensamientos tanto que no se percató que debajo de ella se llevaba a cabo una persecución.



"Gweeeeen! Reacciona bonita  están apaleando..*mira abajo* vaya que linda chica, se parece un poco a mj aunque claramente más madura  no me importaría ser uno de esos sujetos,  uyy son demasiados Gweeennnn  ya se quizá *llega con un megáfono* despierta Gweeeeen después escuchas a linkin Park!, ey amigos ayúdenme grites Gweeeenn…ahh jajaja ni que fuera la exploradora esa  jajaja"

En ese momento  el sentido arácnido le advirtió de algo y observo como algo cayó del cielo, acaso será….Iron Man, la rubia se sorprendió de ver la situación y de contemplar como la armadura le había expulsado por lo que se quitó sus audífonos,  se tomó un respiro eran cerca de 30 personas contra una chica y tony, al parecer su armadura esta predispuesta.

"Asi es mucho mejor Gwen, llevemos a ambos a casa será divertido!"

La rubia solo se levantó contemplando la situación mientras los nervios se apoderaban de ella, claramente no podrían ganar  el combate ellos solos, quizá ella deba intervenir pero por otro lado eran como 30 como ella sola acabaría con tanta gente, nunca fue de las jóvenes que peleaban, una cosa era regañar a Peter o a flash sabía que estos nunca tratarían de golpearla -Yo, dios-  se estaba exasperando pero en su indecisión esos sujetos estaban ya cerca del sr Stark y su joven acompañante, en ese momento la rubia recordó a MJ y  lo que le dijo -Gwen haz lo que es correcto…- no negaba que moría de miedo pero no podía solo cruzarse de brazos así que miro a su alrededor  observando algunas macetas en un balcon -vamos chiquita  tu pasara bien, en cuanto al Sr stark seguro pagan buen dinero por el- dijo el que encabezaba y cuando estaba por atacar una maceta le cayó en la cabeza quebrándose  y dejándolo inconsciente todos miraron arriba y estaba White Spider sobre una lámpara con varias macetas  amarradas con la telaraña, eran alrededor de 5 y  funcionarían como lanzadores -Bien chicos, se que ordenaron plantas aunque me resulta extraño no parecen ser del tipo que gusten de sembrar- tomo una y girándola cual reguilete la arrojo contra uno, mas este se retiró, pronto la atención se centraba en la rubia la cual se dejó caer de la lámpara y se vio rodeada, solo sonrió -si se rinden no saldrán lastimados- estaba alardeando por dentro se moría de miedo más igual podía funcionar, un par trataron de agarrarla solo se quitó y con una de las macetas golpeo a uno de los sujetos, mientras giraba sobre si misma  tomo impulso y estrello otra maceta en uno para finalmente arrojar las que quedaban sobre un tipo alto el cual  se levantó como si nada -Uy…amm…perdón?- el sujeto grande se trono los nudillos viendo a la pequeña gwen con una sombría sonrisa.

"Gwen huye este tío nos va a dar violin!"

Gwen se colocó en guardia, su padre le enseño defensa personal y pronto los vándalos crearon una bolita alrededor de ellos incitando a la pelea, se veían muy emocionados más de momento un silencio muy extraño los invadió, se escuchó un tiple y el grandulón estaba en el suelo, la rubia solo sacudía su mano -OK eso me dolió…- musito mientras  en ese momento todos se le fueron encima, la rubia salto pasando sobre el primero, al caer  se agacho mientras otro pasaba sobre ella entonces se impulsó al frente y derribo a otro de los sujeto mientras de una patada de reversa derribo al sujeto que esquivo antes, hacía gala de sus altos reflejos combativos más eran demasiados.

OOC:

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Aquel grupo de ejemplares de fracaso social se movían de manera patética. No eran más que camorristas buscando pelea en la salida de un bar y el hueco entre dos piernas que les solucionase lo que su inmadura vida les ponía de por medio. Si no hubiesen sido un grupo tan numeroso, el trabajo habría resultado mucho más fácil, pero incluso la mierda cuando es demasiada puede resultar molesta. Respondí rápido a sus movimientos, el sentido arácnido no paraba de hacer estallar alarmas a mi alrededor, pero sabía tener preferencia. Todo quedó desactivado cuando un tipo sacó un arma de fuego y me encañonó directa, soltando un disparo que conseguí esquivar agachándome, pero recibiendo una patada en la mandíbula desde el suelo. Me derribó haciendo que me llevase una mano al dolor, acariciando mi cara y obligándome a levantarme con un impulso de las piernas, describiendo una hélice antes de apoyar la planta de los pies para esquivar otra patada. Perfecto. El dolor otra vez....

El dolor siempre me ponía de mala ostia y me hacía pegar más fuerte y cuando me incorporé batallando junto a la pelirroja me sentí como si estuviese sumergida en la danza de apareamiento de dos mariposas venenosas. Admirable a la vista, tóxico de cerca.

Cuando todo hubo terminado contemplé la intervención de mi compañera con una ceja levantada oculta bajo la máscara. -Esto...- dije algo atónita, señalando la escena mientras giraba la cara hacia el multimillonario - es normal o...? - y volví la mirada a la pelirroja que se levantaba ahora. No era mi estilo, algo excesivo para mi gusto, pero todos teníamos días malos, y no hacía falta más que mirarle al rostro para comprender que lo tenía. No era motivo tampoco para alarmarse, a esa gente le gustaba marcarse la piel con recuerdos, y aquel tatuaje le salió gratis.

-Bien hecho- dije asintiendo mirando los ojos azul brillantes de la pelirroja. Era de pose firme y de una presencia imponente. Que había sido entrenada era evidente y tenía las manos fuertes, sabía manejar armas. Mientras consideraba si había hecho bien en decirle lo evidente tomé un segundo de mi tiempo para enorgullecerme del trabajo que había hecho papá conmigo. Definitivamente me había enseñado cosas útiles - Creo que te echaré una mano,y no te preocupes Tony, nos lo hemos pasado bien juntas - dije asintiendo de nuevo, tomándome la libertad de llamarle por su mote. No prestaba mucha atención a la prensa ni a su vida, pero quien no hubiese oído hablar de Stark en este último mes se había esforzado mucho. Mientras soltaba la retahíla de nombres, conceptos y lugares que no conocía me incorporé tras la axila de la pelirroja agachándome mientras le colocaba el brazo en sus corvas, de un impulso la cargué sobre mis brazos, como si se tratase de una novia de boda. Era evidente que a las personas que demostraban tener ese tipo de carácter no les gustaba resultar visibles a modo de “damisela en apuros” pero no me importó una mierda. A veces hay que escoger por los demás para protegerles. - Sé que esto no te va a gustar, pelirroja, pero dudo que tengas el cuerpo como para resistirte y sólo quiero ayudarte. Ya has demostrado ser incombustible, date un momento Kit Kat y déjame conducir... Además no querría acabar con una enorme N en mi culo - dije mientras la colocaba de tal manera que no se hiciese daño, formando una escena bastante curiosa en cuanto al contraste de cuerpos. El mío es más atlético, estilo gimnasta. Su cuerpo aparte de desmotrar mayor madurez, estaba tonificado por lo que quedaba perfectamente reflejada la fuerza extra que la mutación me había hecho adquirir.
Caminamos al banco y fui de oyente todo el camino. Parecían necesitados de ese reencuentro, y yo no era quien para inmiscuirme en él. La dejé reposar en el banco, escuchando atenta su historia, aunque pareciese distraída o al margen. Me senté en el suelo con las plantas de los pies en el suelo y las manos juntas con los codos sobre las rodillas, mirando cómo explicaba todas esas cosas sobre las que yo no tenía ni idea.
Cuando la vi llorar me salió el impulso de quitarle la lágrima con el pulgar del traje, pero además de estar sucia de la tierra de las macetas, no estaba segura de si eso le haría sentir mejor o sería otro gesto como el de cargarla en brazos que le pudiese hacer sentir frágil, y permanecí quieta.

-Oh, descuida- dije cuando Tony inquirió en el “sin ofender” agitando el aire con una mano y negando con la cabeza. - Y no, no os hubieran dado para el pelo. Siempre acabáis encontrando una manera de salir de todo, aunque no sepa cómo lo hacéis, aunque no lo sepáis ni vosotros. Simplemente lo hacéis. - dije encogiéndome de hombros, como si fuese algo tan evidente que se vuelve innegable.
Empecé a pensar en todo el caos, en la gente volviéndose loca, los que no sabían aún qué había pasado, la gente intentando contactar con los desaparecidos... Pero quedarme estancada ahí haría que muriese la poca actitud alegre que había en el ambiente, y era necesario sacar a relucir la alegría en ese momento. Así que agité la cabeza cuando ambos esperaban algo de mí. Mi presentación y mi historia.

Me levanté sacudiéndome el culo con las manos para limpiarlo mientras pensaba en la propuesta de la copa. Alcohol gratis y sin que me pidiesen el carné de edad... era lo que necesitaba. -Un placer, Anthony, White-spider- dije mitando el mismo acento de manera absurda, ya que mi acento neoyorkino era demasiado evidente, mientras ejecutaba una reverencia a lo victoriano, pasando una pierna por detrás y doblando las piernas mientras fingía levantar los laterales de un vestido imaginario. - Para lo que haga falta.- dije enfocando mi rostro hacia la mujer cuyo nombre seguía sin conocer. Me acerqué a ella para ayudarle a levantarse, pasando un brazo bajo su axila y cargando así con parte de su cuerpo mientras echamos a andar siguiendo a Tony, dando por hecho que conocería un sitio cerca. -  Yo siempre he estado aquí. Durante la locura de hace un par de semanas me quedé aquí intentando establecer contacto con mi familia - sí, “familia”.  #Familia #PapáYYoSolos – y cuando todo estuve bien, saliendo a proteger y a ayudar a todos los que pude. Supongo que como todos los que nos dedicamos a esto- dije sin darle más relevancia a mi historia. Al fin y al cabo, era la única que llevaba máscara. Eso implicaba que no tenía la capacidad, como tenían ellos, de comprender mi identidad de “heroína” al margen de mi persona. Y esperé que lo respetasen, porque de verdad que no quería hablar de ella. La experiencia de este mes no estaba siendo agradable para nadie, lo que me incluye. Además la situación pedía a gritos distracción y sonrisas, no hablar de miserias.

- Por cierto, ¿Pauki? - dije levantando una ceja. Tenía un acento potente y llamativo que contrastaba mucho con el bien pronunciado inglés que demostraba luego.
Aproveché la cercanía de los rostros para mirarle. Tenía los ojos rojizos y las comisuras hacia abajo.  
Escuchando su historia no me había parecido tan terrible, todo el mundo ha tenido situaciones críticas estos últimos días, pero al ver a una mujer de lenguaje tan potente, físico y nativo, tan decaída... Sí debió ser duro. Sin embargo Tony Stark aparentaba estar contento. No tenía muy claro si por intentar animar la situación o porque tal vez esa faceta graciosa fuese su segunda armadura de cara a la gente. - No me malinterpretes, no me molesta en absoluto, de hecho me parece que suena bien, sólo me gustaría saber qué significa. Pero sí, es pegadizo... Pauki..- dije como pensando en el concepto, en la palabra cuya traducción desconocía – Pauki... - y alcé la mano libre hacia el techo, como si estuviese leyendo un gran cartel de cine. - Spider-Pauki- dije leyendo las letras imaginarias – Seeeeh- dije sonriendo y asintiendo con la cabeza. Luego miré a Tony que caminaba a nuestro lado – ¿Qué opinas? - dije de nuevo volviendo a girar la cabeza hacia la pelirroja – Por cierto, no sé tu nombre.- dije intentando llevar las cabezas a otro sitio lejos fuera del caos y la violencia. Esperaba llegar pronto al bar, allí todo sería más fácil.

OOC: Dejo la descripción del local a vuestro gusto y lo corto aquí porque no sé si queréis hacer algo de camino. Si no podéis seguir la acción en el local a vuestro gusto.
¡Bienvenida al post, por cierto! <3

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Cuando me dijo su nombre toda la cabeza me estalló en pequeñas partes. ¿Viuda Negra? ¿La de la tele? ¿La pro? ¿Mi jodida ídola? Me quedé desde la distancia contemplando su cuerpo a distancia, el rostro, el acento... OH MY GOD. TODO TENÍA SENTIDO. Estoy casi segura de que me sonrojé, y me habría puesto a dar saltos de emoción de no llevar el traje de Spider. ¡HABÍA LLEVADO EN BRAZOS A NATASHA COMO SI FUESE MI NOVIA! DIOS MÍO.

Pero justo después vinieron las explicaciones y el drama. Me mantuve al margen durante sus narraciones, observando el cuerpo de la pelirroja y el millonario de forma intercalada con sus intervenciones, sin poder creerlo. Tenía dos vengadores delante de mí, y no solo eso, IBA A BEBER CON ELLOS. ¿Hay algún contexto mejor para definir el hype?
En estos momentos me gustaba pararme a pensar sobre cómo la sociedad veía a los mutantes y a la gente con poderes. Curiosamente nos tachan de peligrosos y agresivos, nocivos para la sociedad y frente a mí, los héroes más famosos, eran dos humanos con muy buenas capacidades.
Dejé que se presentasen sus versiones con calma mientras yo me quedaba en mis pensamientos, aunque no parecía que estuviesen conociéndose. Me recordó un poco a una reunión de Ex-alumnos donde te hablas con gente que has conocido durante años y que de repente te encuentras con que tiene siete hijos, tres perros, trabaja de ingeniero industrial y se ha quedado viudo dos veces. Pero con más coches volando, más heridas y más pupas. Y... más choques universales. Ese suspiro de la pelirroja me hizo soltar la frase que me planteé soltar después de escuchar su historia.

-Qué putada de día, pelirroja.- dije con comprensión pero intentando hacerle pasar del tema y que no lo guardase más en la cabeza. - Y no, no me debes la vida, si no hicieses todo lo que haces habría muerto en más de una ocasión casi seguro- y luchando contra todo el respeto y la intimidación que esa mujer me inspiraba dirigí mi brazo en una caricia enérgica en su hombro. Poco quedaba que yo pudiera hacer después de lo que había hecho, así que sonreí para mí satisfecha. Yyyyyyyyyy ahí está. Widow saliendo de nuevo, no dejándose rescatar. -No puedes serlo- dije ante su comentario de ser una damisela, encogiéndome de hombros - Simplemente no puedes- dije sonriendo y girándome a Tony.

- ¡Nope! No he estado nunca, pero si pagas tú te sigo al fin del mundo.- dije echando marcha a la entrada del parque, donde ya estaba una limusina preciosa y brillante, limpia, impoluta... Contrastaba totalmente con el espectáculo que la ciudad había estado ofreciendo estos días. Unos nervios me recorrieron el corazón -Nunca he ido en limusina, voy a sentirme como en mi luna de miel... Aunque bueno, ya he llevado a la novia en brazos- dije soltando una carcajada y entrando en el coche. -Gracias por la invitación, Tony, la verdad es que me apetece demasiado- Me quedé imaginándome el local por dentro, seguro que tenía sillones por todas partes y olería genial. Las luces serían tenues, habría música de Jazz... Esas cosas que no me podía permitir.

OOC: Saco a Tony del post ya que los dos usuarios que lo han tomado durante la duración del post, han abandonado. Lo llevo de PNJ y le saco del post para hacerlo más fluido.

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Cuando me pasó el brazo por encima y me revolvió la capucha me entró el pánico. Lo único en lo que pensé, quedándome en tensión, era que seguramente la máscara se me descolocara, pero al retirarme y comprobar que todo seguía bien, solté una carcajada leve, intentando quitarme peso de los hombros. No era que no supiera disfrutar de esas situaciones, pero... La identidad oculta era algo que necesitaba mantener a toda costa. Me recoloqué la capucha y me quedé sentada a su lado con las piernas algo abiertas y los codos apoyados en mis muslos. Mientras charlaban, #AvengersStuff, jugué con mis manos, entrelazando y soltando los dedos, perdiéndome en el patrón del traje. Por un momento mi vista se desvió al fondo y la tapicería de la limusina. Nunca pensé en encajar demasiado en ese mundo. Ni en el de heroína ni en el de alta gama. Estoy hecha para salir, salvar a un par de pringados que están en el lugar equivocado en el momento equivocado, volver a casa, dormir lo que pueda e ir a la universidad después de haberme bebido un café con leche de marca blanca. La fama, el reconocimiento, pósters con mi careto en él y una vida de lujo eran cosas que nunca quise. ¿Qué estaba haciendo ahí?
Empecé a debatirme, en una lucha interna entre las ganas que tenía de relajarme y seguir con el plan, y la incomodidad personal de sentir que estaba en un sitio donde no encajaba. Que era la pieza gris del puzle, puesta al revés rompiendo un dibujo que podría ser precioso.

Giré la cara para decirles que me retiraba, que puede que en otro momento, pero entonces vi a la rusa bebiendo vodka como el agua que aparentaba ser. Creo que ni siquiera parpadeé en todo el proceso. Aquí mi amiga se había bebido prácticamente un vaso sin separar los labios de la botella. - Eh… Te vas a poner mala- dije soltando una risa suelta después de su comentario agarrando la botella fingiendo estar todo lo confiada posible. Porque esa era la magia del traje. Gwendolyne habría cogido la botella con duda, la habría mirado mil veces, habría olido y puede incluso que la hubiese rechazado. White-spider es la puta ama y bebe sin dudar. Deslicé mis manos entre la capucha y mi cuello, soltando ligeramente el broche y levantándome la máscara solo hasta justo por encima de la nariz, enseñando mi piel clara y unos labios ni muy finos ni muy gruesos, de tono rosado claro. Apoyé el morro de la botella en mis labios y dí un trago, demasiado convencida. Un ardor me llegó a la nariz y a la garganta, cerré los ojos con fuerza, conteniendo escupirlo todo por la limusina y retiré la botella al instante, evidentemente había dado un trago ridículo, pero recé para que hubiesen estado distraídos durante mi absurdo intento de beber a pelo.

Llegamos al sitio, bajé de la limusina con toda la dignidad que pude y eché un vistazo a la fachada del local, pero antes de darme cuenta tenía de nuevo el brazo de la rusa sobre mis hombros. Vi cómo el puerta hacía el amago de no dejarme pasar, supuse que por la máscara, pero la mirada y actitud de la mujer bastó para que quedase en eso, un amago. Llegamos a la barra y Tony, después de pedir la primera ronda, se quedó mirando con el gesto torcido a una especie de dispositivo que llevaba en la muñeca. Parecía un reloj multiusos de apple.

-Mis dos chicas favoritas, me temo que tengo que dejaros. Los billetes no se manosean solos- Soltó una carcajada hilarante, de las suyas y dejó sobre la barra quinientos… qui...nien… quinientos… ¿¡QUINIENTOS DÓLARES!?!??

Mis ojos se quedaron clavados en los billetes de los que el millonario se deshizo. Había soltado medio sueldo como si se hubiese dejado un pañuelo usado.

-Esta noche la patrocina Stark Industries… No os cortéis. ¡Nos veremos en otro momento! Nat, quedamos para esa charla pendiente- Señaló a la pelirroja haciendo forma de pistola con los dedos y con un chasquido y un guiño se despidió de las dos, abandonando el local.
Moví la mano a modo de despedida y me quedé boquiabierta, insistiendo alucinada en la CANTIDAD de dinero que eso suponía para mí, cerrando la boca que se me había quedado abierta.-Creo..que deberías guardarlo tú. No se me ocurre quién tiene huevos para robar a Black Widow- Agité la cabeza y agarré la carta de cócteles. - ¿Me recomiendas algo, pelirroja?- realmente no sabía qué mierda pedir. La cerveza no me gustaba y nunca había probado ningún cóctel. Vi uno recargado de dulce y frutas con tres tipos de zumo diferentes. -Quiero uno de estos- señalé el cóctel que tenía más colores, esperando con calma a que me lo sirvieran. No debía beber demasiado, y menos sin cenar nada…

- Es la primera vez que vengo a un sitio así… El jazz no es lo mío. Prefiero la música más ruidosa.- dije apoyando ambos codos sobre la barra, de pie, junto al sitio donde estaba ella sentada. Crucé las piernas por delante, dejando mi pie derecho al lado izquierdo. Aproveché para mirar más de cerca la cara de la pelirroja, recordando cuando mi padre me traía los retratos robot de la comisaría y hacíamos análisis de las fotos correspondientes y luego dibujábamos nuestros propios retratos identificativos. Pensé un segundo en lo que el rostro de la rusa decía de ella. Tenía unas cejas potentes, parecía que se mantenían fruncidas ligeramente. Los labios eran gruesos, carnosos, apetecibles para cualquiera, pero también por la forma de cerrarlos delataban su potencia. Encajaban perfectamente repletos de sangre de haberte mordido y arrancado un cacho de brazo. La nariz realmente es lo que menos dice de una persona y luego… Los ojos. Me quedé reflexionando sobre la inmensa cantidad de información que esos ojos claros retenían.

Pero me separé de su mirada cuando me llegó la bebida. Le di las gracias, esperé a que Natasha pagase, y tomé la bebida, dando un sorbo suave, recordando la experiencia con el vodka, pero para mi sorpresa, sabía a fruta y muy muy dulce, empecé a beber con más celeridad, bajaba como agua. - Oye, quiero proponerte algo. Aquí al lado hay un par de locales de rock. ¿Qué te parece si nos tomamos aquí el cóctel pijo de turno y luego vamos a escuchar música que no sea para tener sexo con la primera dama?- dije mordiendo la pajita, haciéndome la interesante.

Porque como siempre, White-spider era un papel.

Arqueé una ceja cuando vi a la rusa bajarse del asiento y acercarse al multimillonario. Por un instante pensé que le iba a devolver el dinero y mi corazón se me paró. ¿Estás de coña? Con lo que sobraría de pasar la noche juntas podría estar dos meses pagándome la comida en la universidad. Pero lo cierto es que mi padre me crió muy bien. Giré el rostro intentando concentrarme en el sabor intenso y palpitante de mi bebida, tratando de beber lo máximo posible para no poner cara cuando ella volviera, si es que volvía. Di un sorbo grande desde la pajita, ventilándome medio vaso mientras me llevaba ambas manos a las sienes apretando con fuerza - AAAAARG- Brainfreeze. Si es que soy idiota. Puse cara de asco y agité la lengua justo antes de recuperar la compostura y ver cómo se acercaba, con la cara larga y una copa nueva llena.

Solté una carcajada cuando reconoció lo de la música. Me apoyé con confianza sobre la barra, dándome cuenta de lo bajita que era y de que nunca había estado en una barra. ¿Qué se supone que había que hacer con los pechos? ¿Ponerlos por encima? ¿Por debajo? ¿Apoyarme con ellos? ¿¡QUÉ!?

Pero me acomodé de una manera sorpresivamente natural, para terminarme la bebida entre mordiscos a la pajita, como antes. - ¡Eso! ¡Voyó sorovi! - dije en un intento tremendamente patético de imitar su ruso mientras me bebía mis tristes dos dedos de bebida con un esfuerzo sobrehumano por no toser ni poner cara mientras ella se tragaba su copazo de Vodka como si fuera agua. Luego vi el dinero. ¿Guardarlos yo? ¿En serio? -Como quieras- cogí los billetes y los metí por dentro de la capucha para engancharlos en el sujetador afianzándolos bien. Era MUCHO dinero. Además… No tenía otro sitio. Con esa postura algo ortopédica coloqué el dinero y la miré sonriendo. -Aunque tú lo tienes más fácil- evidentemente, con esos pechos de modelo de Victoria´s Secret - Sí, eres una mujer, sí, te he salvado en un parque… pero eres una mujer muy alta y muy rusa. Impones más que yo - mantuve todo el rato las comisuras anchas, quería que estuviese algo más contenta de lo que estaba, y había tenido un día muy muy jodido.

Me quedé unos segundos paralizada ante la mano tendida de Widow delante de mí. ¿Íbamos a caminar juntas de la mano? En plan… Osea… ¿Qué?

Como fuese, le di la mano y caminé feliz detrás de ella para salir de aquel sitio. Su mano se sentía sorprendentemente cálida a pesar de que tenía la tela del traje de por medio. Tenía una agarrada firme y sin temblor, a diferencia de la mía que por los nervios quizá temblase un poco. Al salir no sabía si soltarle la mano o dejarla, así que esperé una reacción de su parte para seguirla con normalidad. - Lo tenemos aquí al lado - caminé esperando a que me siguiera. Pero entonces se me iluminó la bombillita. - ¡NO! Ya sé a dónde vamos- me bajé la máscara que tenía subida hasta la nariz y subí la capucha tapándome de nuevo por completo. Le di la espalda, de pie y apoyé las manos sobre mis propios hombros dándome dos palmaditas como indicativo de que se agarrase. -Está aquí al lado para las arañas- sonreí echando aire por la nariz y esperé con ganas que se enganchase, preparada para corregirle el modo en que se agarrase. Debía pasar un brazo sobre mi hombro derecho y el otro bajo y brazo izquierdo, en diagonal y agarrarse con fuerza en mi esternón. - ¡Una dos y..!- empecé a corretear por la pared de un edificio, trepándolo en vertical como si estuviese haciendo escalada pero a ritmo de carrera, empezando con las risas suaves de niña tonta que se deja llevar. De lo que soy, vamos.

Al llegar a la azotea suelto una carcajada relajada, apenas he empezado a jadear de esfuerzo, estoy acostumbrada a muchísimo más ejercicio que este. - Esto era lo fácil.. ¡Agárrate fuerte! - Salté del edificio con la poca carrerilla que su cuerpo me permitía y me dejé caer en picado con los brazos extendidos hasta que a media altura lancé una telaraña que se enganchó a la esquina de un edificio, de nuevo empezamos a subir mecidas por una parábola y el aire frío del marzo de Nueva York. - ¡Jajajajajajajaja! WOOOOHOOOOOOO- lo repetimos unas cuantas veces, hasta que localicé el local. Un sitio cerca de las afueras donde en la misma calle había garitos de todo tipo. Rock, karaokes, sitios para bailar, como ella había pedido… Solté lo que nos sostenía del último edificio y la separé de mí dejándola volar libre por un rato, cayendo con una voltereta y esperando con los brazos preparados para cargarla en un salto de la caída y dejarla en el suelo, sin permitir que se sintiese una carga de nuevo. Ahora sí.. tengo el pulso a mil y la respiración ultra agitada - Ah… ¿Qué…? Habías… volado...antes? ah…- me llevé una mano al abdomen controlando y bajando el ritmo de respiración. - ¡Infinidad de locales!- dije abriendo los brazos, como acogiendo el lugar. MJ habla mucho de este sitio, yo la verdad es que dedico mis noches a otra cosa- ¡Escoge! En ese, ese, y ese se pueden bailar. Esos cuatro son de rock y punk y aquellos para los hipsters que se creen rockeros viniendo aquí- dije señalando las zonas notándome viva con el corazón palpitando en el pecho.

Durante todo el camino pareció disfrutar conmigo. No podía creerme que fuese la Natasha que yo conocía. Parecía tan… tranquila. Tan feliz. Sincera a un nivel tan humano...Supo aferrarse a mí, y lo hacía con fuerza. Sabes que alguien tiene experiencia cuando te hace daño en los momentos de caída al aferrarse, es como se tiene que hacer. Cuando susurró esas palabras me recorrió un escalofrío a lo largo de toda la columna vertebral. No… no se refería a eso… ¿O sí? ¡¡AAAAAH!! MALDITA PELIRROJA
No. No podía ser. Se trataba de ELLA y de MÍ. Las chicas como ELLA nunca ven nada en las chicas como YO. ¿Además qué me ocurre? Siempre me han gustado los chicos.. no comprendo el problema.

Disfruté del vuelo con ella. No recuerdo la última vez que volé con alguien por placer y no por un rescate o salvamento. Era ingenuamente feliz, al menos durante el viaje. Se supo manejar en el aire, cosa que me sorprendió gratamente. Tenía control completo y total sobre su cuerpo, parecida a mí. Sabía colocar su posición estando suspendida en el aire y quedar como una diosa.
Suelta uno de esos gritos que salen del corazón, como cuando te descuelgas de uno de los rascacielos más altos. Evidentemente, no entiendo nada, seguramente sea algo como “Me chifla el vodka” o “Estoy tri-buena” o una de esas cosas que dicen las rusas. Hace una caída perfecta. Casi me dan ganas de sacar un cartelito olímpico con un 10.
Que huelo bien… otro escalofrío.. ¿Por qué se comporta así conmigo? Quizá es a la sensualidad de esta mujer a la que se referían. Quizá sea de manera pasiva o inconsciente… Tengo entendido que hay gente a la que le pasa… Aunque me costaba mucho creer que no supiese lo que me estaba diciendo. -Repetimos cuando quieras[/b]- reaccioné con distancia para aparentar seguridad. No puedo mostrarme débil y tímida. No con el traje, vestida así no soy yo. -[mediumvioletred] ¿Agitando?[/color]- pregunté en serio, hasta que me cogió la mano. Oh.. ESE agitando.

Me quedé mirando el contraste de mi traje blanco con su ropa oscura. Mi brazo fino, unido a una chica esmirriada y sin experiencia en la vida caminando entrelazada con una mujer más que madura y comprensiva. ¿Qué estaba haciendo allí conmigo?

Dirigió nuestros pasos al primer local. Obvio, no me dejaban pasar. Noté cómo alzaban mi mano y me quedé perpleja, mirando. Pero… ¿¡Y YA ESTÁ!? Dios, qué fácil tenían la vida las tías buenas. Si me hubiesen dado un centavo por cada vez que me habían dado la patada en un local sería rica. Y estaría buena. Y sería rica…
La música decente me hizo suspirar de alivio, además de todas las miradas clavadas en la pelirroja, y cuando dejaban de mirarla, en mí. De nuevo me llevó, como llevaba conduciéndome toda la noche.

Después del infarto ante la palabra “invitar” y recordando que si tenía pasta (que no era mía) me propuso entrar al pogo, a lo que reaccioné abriendo mucho los ojos. -Bromeas, ¿verdad? Si entro ahí echo a la mayoría fuera- dije con sinceridad. Los spiders teníamos muchísima fuerza, de hecho a veces tenía que contenerme tocando la batería para no tocar más fuerte de la cuenta. Mi nueva batería contaba con membrana ultra resistente y ya había roto la primera la semana pasada.

Pero no hubo opción, antes de darme cuenta estaba entre toda la gente. Algunos se salieron al verme. Sólo se quedaron los más altos, corpulentos. y sudorosos que había en todo Nueva York. Me dejé llevar, como haría White-Spider, alzando los brazos con los cuernos bien puestos y saltando por encima de sus cabezas, girando la cabeza de un lado al otro, como si llevase el pelo suelto y haciendo headbanging. Golpeé ligeramente los cuerpos que se me ponían en medio, con los hombros, no como esos despreciables hijos de la gran puta que entran con los codos. No comprenden que hay gente bajita y que su altura codo es tu altura ojo. Qué asco de gente.


YYY AHÍ ESTABA Un codazo en la sien que me dejó parada en seco. ¿Queréis jugar? Perfecto.

Empecé a dar saltos laterales descontrolados, echandándoles poco a poco, chocando con los hombros a los metaleros más altos que no paraban de incordiar y de golpear con los codos. Una melena rubia pegada a un vikingo cayó al suelo, luego un rapado, uno con una cresta, otras dos melenas… y...sí. Me había quedado sola con Nat. -¡CON LOS HOMBROS!- Grité señalándoles mi hombro izquierdo. -¡NO SE BAILA CON LOS CODOS, INEPTOS! Sid Vicious se revolvería en su tumba y te partiría la cara después de recuperar el tiempo perdido sin coca- dije de camino a la barra, llevándome a la pelirroja de la mano, esta vez yo. Guiando indignada y furiosa. - Dos cervezas, las más grandes que tengas- dije cabreada. ¿A esto es a lo que se referían cuando decían que los adultos bebían por problemas?

Después del silencio súbito que se generó, la música cambió a un grupo que no escuchaba desde el inicio de mi adolescencia. Algo más relajado.

-Lo siento, me pone enferma que la gente no pegue los brazos a su cuerpo en los pogos- añadí mirando hacia la barra cómo venían dos jarras de…¿¡MEDIO LITRO!? ¿PERO LA GENTE BEBE TANTO? Osea.. sí. MJ y Naisha solían pedírselas pero… Crap.

Me subí la máscara hasta la nariz, como antes, asegurando que solo se me veía la barbilla, parte del cuello, los labios y los agujeros de la nariz. Noté una tensión de unos segundos de la gente de mi alrededor cuando me vieron hacer eso.
Agarré la jarra, con naturalidad claro, cediéndole la suya y levantándola para un brindis - Por… ¿Las arañas que salen de fiesta?- Dije chocando mi jarra con la suya y metiéndome un buen buche en la boca. Al fin podría relajarme, estar tranquila con ella y beber un trago de esa cosa que todo el mundo decía que estaba delic-

……..

No. Vomites. No lo escupas. Traga rápido, cuanto antes te lo quites de la boca antes se pasa el sabor.
….

MENTIRA

¿Pero qué regusto es este? QUÉ ASCO POR FAVOR
Siempre había oído eso de que “a la cerveza te acostumbras”. ¿Pero por qué va a querer nadie acostumbrarse a eso? Era más amargo que la suela de zapato de un pocero. Y ahora.. tenía que acabarme medio litro para aparentar… “Chin chin, Gwen… Eres imbécil”

Pagué sacándome el dinero del sujetador, dejando propina y volví a guardarme los billetes en su sitio.
Estas cosas sólo me pasan a mí.

Empecé a sentir el calor propio de la fiesta, pero aumentado over 9000 gracias al traje. Ventilaba bien, y era más fresquito de lo que aparentaba, pero una vez empiezas a sudar… no existe dios del hielo que sea capaz de bajar este calor. Ni todo el hielo del mundo ni la piscina olímpica de invierno más grande ni… JODER QUÉ CALOR.
La gente, el ambiente, el pogo… Nota mental, salir de fiesta con el traje es mala idea.

Aun así no perdí de vista a mi ídola rusa. Sabía más que de sobra que era capaz de defenderse y que desde luego era más independiente que yo, pero no me gusta despistarme ni dejar atrás a quienes me acompañan… a diferencia de las que suelen acompañarme.
Pero por suerte hoy no estaba con ellas. Hoy era White Spider.

Y me di cuenta de lo sorprendentemente fácil que resulta olvidarte de lo malo de tu vida “normal” cuando nadie me vincula con mi padre, ni con las MJs ni con la universidad. Era como si de verdad llevase otra vida. Una en la que sólo pateaba a los malos y podía ser la chica chistosa y burlona que hacía el bien. Podía ser quien yo quisiera.

Así que lo poco que duró el pogo sí lo disfruté, a pesar de cómo acabó. Y tengo que decirlo… No existe sujetador suficiente que me impida ver los efectos secundarios de que la pelirroja saltase a mi lado. Dios santo… Esta mujer era una maravilla de la genética. No sé si sentir ganas de verlas o envidia.
Pero cuando me la llevé a la barra enmudeció. Quizá la hubiese cagado, pero no pensaba quedarme ahí más tiempo entre esos imbéciles. Que se revienten la boca a codazos.

Sin embargo cuando la vi con más calma mientras llegaban las bebidas no me pareció que estuviese mal, y me hablaba contenta o eso parecía, así que sin más me despreocupé, que con el traje era fácil.

Más fácil al menos que controlar la cara al beber la cerveza. En serio, sé que suena exagerado pero es… TAN amargo. Tú lo ves desde fuera y parece un delicioso y espumoso vasito de limón, algo cítrico, fresquito, algo que buscarías en un día de verano.. Y en absoluto. No le desearía el sabor a nadie. ¿Te imaginas besar a alguien que acaba de beber de esto? Puaj…
Así que le acerqué la jarra a la pelirroja. Aparentar que me había gustado ya era caso perdido. Saqué la lengua moviendo la cabeza de lado a lado y contraje la nariz tratando de librarme del aroma. -Toda tuya…- dije mientras pedía una cocacola para quitarme el sabor y de nuevo, sacaba los billetes, pagaba el refresco, esta vez sin propina, y volvian a mi sujetador. Le di un trago como agua en el desierto. ¿Ves? Dulce, burbujeante, fresco… Eso sí es beber.

Cuando me centré de nuevo en ella percibí un guiño… Que por un instante no me pareció un guiño falso o de pasada, juraría que se había detenido solo para guiñarme el ojo y me hizo sonreír ampliamente. Ser WS me facilitaba sentirme cómoda en cualquier situación, pero creo que haber visto a Natasha en una situación así como en la que nos habíamos encontrado también. Pensar que había podido ayudar a una de las personas que más admiraba… y ver lo bien que estaba ahora me satisfacía por completo. - Las patadas en la entrepierna también son molestas al principio, luego te acostumbras al dolor, pero no veo a la gente practicándolo en la calle…- dije a modo de broma, pero tratando de cargarme de razón. Si algo no te gusta ¿Para qué forzarte a que lo haga? Aunque sus susurros me daban ganas de hacerlo… - Si, hablabas del pogo- dije volviendo a la realidad donde el dilema de si me bebía la cerveza o no, no importaba… ¿Siempre había estado tan cerca?

Me apoyaba en lo que había hecho y me miraba realmente orgullosa, como si fuese lo que tendría que pasar. Era como si me siguiese la corriente en todo con esa actitud tan… genuina y presente que tenía. Vivía el momento, independientemente del pasado o de lo que pudiese ser el futuro. Disfrutaba del pogo, del vuelo...gritaba como no pensaba que lo haría una mujer fuerte, hecha y derecha como ella. ¿Eso era un susurro…?

No, definitivamente antes no estaba tan cerca. Oh, dos canciones seguidas de Sonata…Eso, distráete. Deja de mirarle a los labios Gwen… Pero es que su boca y sus ojos… Y sus pestañas y sus cejas y el puente de su nariz… Eso parece un lunar minúsculo…
Antes de que me diese cuenta sonreía con esa cercanía, además sus palabras se estaban volcando en lo que había hecho y yo no me había percatado. Cierto, la había llevado de la mano como si fuese MJ… Tal vez hubiese perdido un poco el control aunque ella ahora estaba tan cerca y tan… ¿Abajo? ¿Cuándo he crecido?.  Bueno Gwen, puedes arriesgarte, no eres Gwen ahora, ¿Verdad? y White-Spider puede ser un poco ligona, al menos esta noche.

Así que me sentía segura bajo mi máscara y disfraz. Con toda la brabuconería y valor que tenía estiré un brazo para colocarle un mechón de pelo detrás de la oreja y deslizar otra mano por su cintura. Una pena no poder disfrutar de el tacto de una forma más directa. La otra pelirroja siempre me dice que salga, que viva, que a ver si encuentro un novio. Lo cierto es que nunca había disfrutado de algo así. Nunca he sido capaz de ir a una discoteca o a un local y hacer lo típico de chico conoce a chica, se caen bien, se ríen, toman unas copas y luego surge algo. Era demasiado… tímida. Pero mientras no estuviésemos en un sitio privado con una cama podría mantener la calma siempre y cuando tuviese el traje puesto. Quería probar por una noche el sabor de la despreocupación. - Si… Quién lo diría - dije susurrando imitando el tono suave que había usado ella.

Agarré la jarra de cerveza que aún seguía intacta gracias a que nos habíamos “distraído” y una vez se separó, me la tomé entera sin dejar de tragar. Apreté los ojos con fuerza mientras esa cosa asquerosa bajaba por mi garganta. Apoyé la jarra con un ruido seco y desvié la cara para echar sutilmente uno de los eructos más serios de toda mi vida. Me giré y noté sus manos en torno a mis mejillas…¿Qué..?

PumPum...

Se está acercando, Gwen haz algo.. GWEN ¡MUÉVETE!

PumPum…

Y entonces me besó la punta de la nariz. Sin percatarme se me había cortado incluso la respiración que se me escapó en el momento en el que ya separaba sus labios. Ok, quizá me cueste un poco acostumbrarme a esto…  

PumPum…

Me había… Creía que iba a darme un beso y… No me hubiese apartado. ¿Por qué me había paralizado? Ya había hecho alguna que otra cobra…

PumPum…

Suspiré mientras sonreía de medio lado recuperando el control de mi cuerpo. Esos segundos se me habían hecho eternos y habían bastado para acelerar lo suficiente mi pulso. Parpadeé un segundo despejando mi cabeza del todo. De no ser porque era Natasha pensaría que estaba tonteando conmigo...Pero soy malísima para ver esas señales, así que símplemente lo descarté.
Por cierto, Gwen.. ¡Te está hablando, atontada!
-Ah, Karaoke, sí. Hay uno en la calle de aquí al lado- No. No es justo. Siempre soy la tonta paradita que nunca tiene labios que besar. La MJ que siempre se va a casa, la niña de papá que lo hace todo bien, la estudiante que se esfuerza por un triste notable… Hoy me toca hacer lo que me de la gana y no pienso perder esta pelea. Me recompuse por completo y volví a adaptar esa seguridad no tan real.
- A la señorita se le antoja cantar… - Le volví a tomar de la mano, sonando confiada y la moví entre la gente de nuevo hasta que salimos para fuera, ya que estamos comprobando de reojo en los cristales qué miraba mientras salíamos. Si a la gente, al techo, el local, a mí…

- Tienen de todo, Country, Jazz, Rock, Pop por su puesto…- DIje recordando los libretos de canciones de la última vez que estuve en ese garito con MJ y las demás. Glory se puso tan pedo que acabó dejando una canción de Rihanna a medias para potar en el baño. Hice un rolleyes con ese momento en la cabeza y entonces agarré a mi acompañante de la cintura. - No tenemos que volar, está cruzando la calle- dije como indicación y también recalcando que el hecho de que me aferrase a ella de ese modo no era TAN necesario…

Lo cierto es que agradecí con locura esos instantes de aire en la calle. Aproveché para dejarme la media cara al descubierto, como la había dejado para beber y que me diese un poco de aire. Por suerte el ambiente del karaoke estaba mucho más despejado, más tranquilo. Cada grupo de amigos en sus mesas y sillas, bebiendo tranquilamente y escuchando a los que cantaban. Cuando entramos había una chica cantando una cover de Titanium. No estaba mal, tenía control de la voz y por el aspecto podría pertenecer a nuestro grupo. Fuimos sutiles hasta una mesa haciendo esquina. No quería que nadie se fijase en nosotras, no al menos hasta que tuvieran que hacerlo cuando subiésemos a cantar.  Yo no era cosa del otro mundo cantando, aunque hacía coros en la banda, por lo menos sabía afinar.
Por fin nos sentamos y esperé buscando a un camarero con los ojos mientras sin darme cuenta cantaba la letra de la música sólo con los labios. Un camarero vestido con jeans y una camisa se acercó - ¡Buenas! ¿No tendréis vodka de importación verdad? Si la respuesta es sí, tráeme el más fuerte que tengas - Y en ese instante, aunque ella no pudiera verlo, desvié la mirada para ver su reacción, valía oro. Para su suerte, la respuesta fue sí. - Tenemos una reserva de White Gold. 40% de graduación alcohólica y un vodka que se lleva cosechando más de 500 años perfeccionando la receta -  Sonreí ampliamente casi como si fuese algo para mí. - Entonces la copa más grande que te sea permitida servir de esa delicia y a mí me mezclas el vodka más barato que tengas con Mucha cocacola.- Repetí de nuevo el proceso del dinero, dejando más que de sobra para pagarlo todo y ya sólo tocaba esperar.

Después de esa chica se subieron dos hermosuras a cantar otra canción. Me fijé de nuevo en ella. ¿Eso era otro lunar? Cada vez tenía que esforzarme menos por sonreír con seguridad. En un ambiente más musical me sentía más cómoda. Además estábamos sentadas, tranquilas, ya no tenía que disimular que era una bebedora empedernida, y podía jugar con que estaba en mi zona de confort. Las luces del escenario jugaban con el rostro de la rusa haciendo que a veces su pelo pareciese rosa o morado depende del foco que le diese. La piel le brillaba bajo el pequeño foco apuntando sólo para nuestra mesa. Desvié la mirada un instante y vi al camarero con una tablet y las copas en otra bandeja. Por suerte no había mucha gente y podríamos pedir canciones y salir relativamente pronto.
- El vodka seco, el vodka con cocacola y aquí tenéis. Ahora tenemos un nuevo servicio electrónico mediante el cual disponéis de toda nuestra lista de canciones disponibles. La seleccionáis, ponéis el número de mesa que lo podéis ver en esa placa de ahí- dijo señalando una pirámide metálica que estaba en nuestra mesa donde se veía un 17 en color negro. - Y le daís a Aceptar. Cuando os toque aparecerá vuestro número y el título de la canción que habéis pedido en la pantalla. Podéis cantar las dos a la vez o subir en solitario. Y si lo preferís podéis ordenar las canciones por título, por género o por artista. Por favor si necesitáis cualquier cosa no dudéis en llamarme- terminó sonriendo mientras deslizaba la tablet suavemente sobre el mantel.

Esperé a que se fuera y le acerqué el dispositivo con dos dedos deslizándolo hacia ella. - Todo tuyo chica- y luego agarré mi copa con cuidado para chocarla con la suya en un “chin” suave. Acabamos de empezar, poco a poco, disfrutemos de las pequeñas cosas.

No pude evitar fijarme en que sonreía… todo el rato. Era como notar dos agujas en la nuca cada vez que yo desviaba la mirada y sabía que ella seguía mirándome. El camarero llegó más pronto de lo que me esperaba y una vez servidas sostuve mi vaso de tubo frío y con hielo entre las manos, me quedé quieta para observar bien su reacción. Primero lo olió… Joder, ¿En serio huele a algo el vodka? A mí nunca me ha llegado un aroma particularmente distinguido. Alochol de enfermería, quizá. Pero su rostro cuando le llegó al paladar y al tragar me dijo bastante antes incluso de que hablara y sonreí de medio lado. - Me alegro… - me encojo de hombros-Total, paga Tony- digo divertida y le doy un trago a mi vodka supermegahiper rebajado. Quizá fuese 80%cocacola 10% vodka malo y 10% hielo. Di el primer sorbo, definitivamente la cocacola lo eclipsaba todo y no sabía a alcohol...gracias a dios. Me giré para escuchar a las chicas terminar de cantar y no pude evitar sentir una punzada de envidia. MJ siempre controlaba la voz, los coros de Glory eran muy buenos… y luego estaba yo que sólo hacía intervenciones puntuales y con cosas que ensayaba cada dos por tres por la voz de mierda que tengo. La batería es lo mío. Cerrar la boca y golpear cosas con fuerza es mi mejor talento… Bien Gwen, bien.

Por suerte las expresiones no se transmiten a través de la máscara. Solo vería a una White-spider que apoyaba la mejilla sobre su puño, mirando dirección al escenario.

“Por nosotras” era un buen brindis. Al fin y al cabo era todo lo que teníamos esa noche. Sonreí dejando entrever los dientes en un espacio diminuto y asentí, conforme a sus palabras. Junto con la combinación de luces que ya tenía su rostro apareció la luz de la tablet que le ponía un foco blanco-azulado en la frente, los ojos, la nariz y los pómulos. Era incapaz de encontrar un defecto físico en ella. MJ era preciosa, pero a base de entablar cada vez más y más relación hace que dejen de gustarme ciertas cosas de ella. Es como si cuanto peor me cayera más fea la viese. Pero Natasha… Era increíble la perfección con la que sus cejas estaban perfiladas. El puente de su nariz, los ojos rasgados lo justo para dibujar un rabillo perfecto…
Agité la cabeza mientras miraba las canciones.
Y súbitamente levantó la cabeza, así que acudí a la técnica que todos sabemos que no funciona pero aun así seguimos haciendo. Esa de mirar a alguien mucho rato y cuando él nos mira, desviar la mirada. Como si no se notase nada.

- Agradecería no tener el traje pegado, pero no se nos está dando mal- dije respecto a la noche, también sonriendo y dando otro trago. Era como beber cocacola normal.

Cuando terminaron aplaudí con fuerza para que la tela no amortiguase mucho el sonido de los aplausos. Si hay algo que conozco es la sensación de mierda que se te queda en el cuerpo cuando actúas y tu público no reacciona. Así que aprovechando que tenía la máscara por la nariz me llevé los dedos corazón y pulgar a la boca formando un círculo y silbé con fuerza. Ya no por la “piedad”, las chicas lo habían hecho de puta madre. Y no fue hasta que ya estaba aplaudiendo que no procesé la frase. Estaba… ¿elogiándome? Me quedé bloqueada y dejé de aplaudir. Me tapé la boca un instante mirándola a ella. Mi… ¿boca? Pero si no tenía los labios demasiado… Vamos que no eran… Tampoco estaban oscuros como las chicas de instagram… Noté el corazón bombeándome el pecho con ansia. -G...gracias…- Dije antes de que volviese a hablarme.

Ponerlo de otra forma… ¿Poner? ¿Poner qué?

Me quedé un poco aturdida. Había tenido la sensación de que Natasha Romanoff me estaba echando flores y no precisamente por ser mi amiga o por subirme la moral. Pero evidentemente tuvo que ser impresión mía. No me miraban ni los chicos de la universidad. Era la chica invisible en clase, en las MJs, incluso entre los spiders…

Me abaniqué con la mano dándome aire un par de veces y le sonreí cuando se levantó dandole un like con el pulgar arriba, deseándole suerte aunque algo me decía que no iba a necesitarla.
Pero entonces se quitó la gabardina. Nunca pensé que una tela pudiese cubrir tanto de una persona.
Bueno, soy spider, osea.. si lo sé. Pero.. no en ese sentido. Yo acostumbraba a llevar ropa ancha y cómoda porque es… Pero su uniforme…  Las curvas y los brillos de la tela y… ¿Está moviendo las caderas mientras se aleja?

GWEN. Vamos a ver, céntrate. Eres consciente de quién es… Sabes lo que hace. Seguramente este sea un numerito de espía rusa. La típica mierda que hacen en un momento para seducir a un tipo y sacarle toda la información. Además es una mujer hecha y derecha. Seguro que le gusta ser el centro de miradas… Con un cuerpo así, ¿Quién no querría?. No entres en su juego, no vas a ser la única que clave los ojos en su cuerpo… y ella lo va a disfrutar aun si tu mirada no se pasea por su volumen. Eres prescindible, como en todo.

Me coloqué con las piernas a lo indio sobre mi asiento. Apoyando la espalda en la pared y el codo en el respaldo de la silla. Hizo los típicos gestos, ajustar el micro a su altura, apartarse un mechón de pelo de la cara… No tenía nervios, o no los aparentaba. Claro que cuando trabajas matando para no ser matada, qué miedo te iba a dar un estúpido micro. Cuando estaba acomodada escuché su suspiro. Me dio un escalofrío que me recorrió el abdomen y la espalda, soltándome las piernas. Me quedé finalmente con las piernas bajadas. Ese suspiro tenía algo… ¿Qué me había detonado esta reacción…?

Música de piano. Bastante… light. No sé por qué me esperaba algo más cañero viniendo de ella. Era muy relajado, muy melódico. Y yo que creía que lo primero que escucharía sería guitarra eléctrica. Carraspeé y di un último trago antes de que empezase a cantar.

JO-DER!

Tiene una textura en la voz, un tono grave bien controlado… Es… increíble. No mete vibrato porque sí, no le tiembla la voz, no desafina… Y es… ¿Vulnerable…?
Sólo durante los primeros versos, por un instante, pude verla. No era la asesina ni la espía. No era en absoluto todo lo que dicen de ella o lo que la gente que “la conoce” asegura saber. Era como si al percutir la canción de sus labios se escapase su verdadera esencia. La vi frágil, cantando sobre el amor, sosteniendo el micrófono con cariño fuera de un papel.. de SU papel. Estaba siendo ella… solo ella. No parecía medir los movimientos, no parecía haberlo tenido practicado ante un espejo hasta convencerse… En esa voz luchando por liberarse había una Natasha que poca gente había visto. Y recé para que no fuese una paranoia mía.

Luego vuelve la actitud sensual con ese giro en la barra. Parpadeo durante un par de segundos, con intensidad. No. Ha debido serlo. Nadie que tiene tan conocido su propio cuerpo como para hacer eso y manipular con que lo miren dejaría escapar su esencia así.

Simplemente me dedico a contemplarla y escucharla. Disfrutar del espectáculo que quiere dar. Al fin y al cabo quiere esa espectación. Su mano se desliza por secciones de su cuerpo que envidiaría tener tanto para mí como en mí. Me atrae muchísimo… pero es Black Widow… ¿A quién no?

Tengo que reconocer que no me esperaba esa elección. Una especie de baladita de local lounge con piano y letras de amor…
Pero creo que con esa voz podría cantar lo que quisiera.

Espera. Se había equivocado. En las letras de la pantalla ponía “man”.¿Se ha dado cuenta? Además la que canta es Aguilera… Ella no le dedicaría una canción de amor a una mujer. No soy la única del local que se ha dado cuenta… Supongo que un error lo tiene cualquiera.

Me.. está señalando. No para de mirarme… ¿Qué quiere? Si piensa que voy a salir a cantar está muy equivocada.

Estaba.. contorneándose de una forma en la que no tengo claro que yo pudiese. Se le remarcaron los músculos del muslo y los bíceps… Ahg… ¡BASTA! Esto es injusto para mí…. Si sabe que me atrae está jugando conmigo. Y si no lo sabe… ¿Para qué me señala si no quiere mi atención?

Para cuando quiero darme cuenta está caminando fuera del escenario. Me fascina que el micrófono no sea de los que se cortan, bien hecho técnico de sonido, bien hecho.

Por su parte… era su ambiente por completo. Se le veía cómoda, como si lo hubiese hecho miles de veces...Definitivamente era un papel. Había vuelto la Widow que lo tenía todo bajo su control. Estaba tejiendo una red teniendo la total certeza de que caerían todos, de que la mirarían. Tenía una seguridad que yo no sería capaz de alcanzar en la vida. Y cada paso que daba se crecía más y más. ¿¡POR QUÉ LE ACARICIA LA MEJILLA A ESE TÍO!?... Y… ¿Por qué me importa tanto como para apretar el puño…?

Oh, sí, siéntate encima de la barra. Ahora échate el vodka por encima y monta una escenita a lo bar coyote…
Desvié la mirada a la puerta. Por un momento me molestó esa actitud. Me sentía fuera de lugar. Y me planteé marcharme. Escabullirme como siempre hacía y que no importase nada, como siempre.  
Pero entonces me miró. Directa. Era como si nuestro entorno hubiese dejado de existir. Sólo sentía sus grandes ojos claros mirándome directamente a los míos. Azul con azul. Tensé la espalda y lo poco encorvada que estaba se corrigió automáticamente.

Bound to you…

No.. Gwen. no. En serio. Lo está haciendo porque es un papel. ¡Le habrá cantado esta canción a mil hombres! No es.. No va por ti… Pero.. me está mirando como si lo fuera. No sé qué sentir...yo….
Para mi suerte vuelve al escenario. Una parte de mi desea que esto acabe ya. Que termine, se vuelva a sentar, nos terminemos las copas y me largue al apartamento de mi padre. Estoy cansada, agotada, y esto me empieza a molestar. No sólo la situación sino el enfrentamiento que me produce y el choque de sensaciones.

Pero vuelve a mí...A LA MESA. Vuelve a nuestra mesa…  y el corazón se me acelera. Soy vergonzosa por naturaleza así que a la que le veo las intenciones de acercarse y que me enfoquen con ese tremendo halo de dios, me bajo la máscara recolocándola de nuevo a toda prisa. Ella estará acostumbrada a ser el centro de las miradas. Yo no y decir que me ponía nerviosa era decir poco.

Noto el roce de su mano en mi hombro. Suave pero firme… Y su calor sobre mis piernas. Mi uniforme es elástico y cómodo...Puedo notar absolutamente cada relieve. Los pliegues de su uniforme, la textura de la tela, los volúmenes de sus músculos… y eso me distrajo de que la canción llegaba a su fin. No podía pensar con claridad y me tensé cuando noté el contacto de sus dedos en la piel de mi cuello, deslizando mi máscara de nuevo hacia la nariz, víctima de un pliegue que me había dejado abierto con los nervios. ¡QUE NO VOY A CANT….

Sus...labios… ¿Qué…?
El corazón no paraba de machacarme el interior del pecho. Era lo único que sentí. La oscuridad de mis ojos cerrados, la humedad sobre mis labios, los nervios de mi inexperiencia y… su aliento agresivo a alcohol.
Todo pasó muy rápido, aunque a mí se me haya paralizado el tiempo. No oigo los gritos ni los aplausos. No noto la tensión en mis piernas ni el temblor de mis manos…

Solo recuerdo volver a la realidad cuando se separó de mi. Estar jadeando, acelerada… y notar su frente con la mía.
Me quedé muda.
Parecía saber dónde estaban mis ojos perfectamente hasta el punto en el que palpé la máscara con ambas manos para asegurar que aún las llevaba puestas. Me quedé embobada, con la boca entreabierta para respirar. Todos los sentimientos negativos me golpearon a la vez, luchando contra la parte excitante y exploradora de nuevas sensaciones que batía sus alas con fuerza.

Todas mis inseguridades y cuestiones sobre el por qué yo. Mi autocrítica de quién me estaba creyendo. La certeza de que Natasha sólo quería experimentar, como hacían muchas chicas en la facultad, y le había tocado a ella vivirlo. La sensación de vulnerabilidad, de que había hecho conmigo lo que quería…

Deslicé la mano dentro del traje, saqué dinero para pagar dejando en la mesa más que de sobra, guardando lo que quedaba y me levanté, sosteniéndola del brazo para sacarla de ahí. No era una caricia. No era un gesto amable. La sostenía de la muñeca como el padre que se lleva a su hija adolescente castigada a otro sitio. Salimos del local y doblamos la esquina para tener más intimidad. El aliento cálido y aun algo acelerado echaba vaho en pequeñas nubes que se disipaban. La solté, dándole la espalda y llevándome las manos a la cabeza respiré todo lo hondo que podía. Me giré tensa, gesticulando con violencia. -Mira. Yo… Entiendo que tú estés acostumbrada a ser el centro del mundo. Que todo el mundo quiera tocarte, hablarte, conseguir tu número…- Suspiré, tratando de organizar todas mis ideas-Pero yo no. ¿Vale? No lo llevo NADA bien. Soy siempre la “mejor amiga”, la simpática y no la guapa, soy batería de un grupo, osea.. Si hay definición perfecta de que nadie te hace caso, ese es el ejemplo perfeco. La gente ni me llama por mi nombre. Soy “Spiderman pero en chica”- Aclaro distante. No sé si estoy tensa, enfadada, dolida…

- A mí… no me va todo ese rollo de que jueguen conmigo y yo siga el juego y entonces tú me permites tocarte porque todos te desean y me dejas alcanzar lo que no voy a alcanzar nunca y…- Gwen, estás diciendo gilipolleces sin sentido- A ver…- Tomé aire. Me rasqué la nuca y tensé los músculos de mi cuerpo para luego relajarlos.- Me mirabas cantando. Lo sé. Te has abierto.. o esa sensación me ha llegado viéndote. Pero has… No sé qué quieres… ¡No sé! ¿Qué quieres de mí? Por favor, Natasha yo… Esto escapa a mi control totalmente y no soporto el lenguaje confuso.- Me estoy explicando como el culo… Pero es todo lo que soy capaz de hacer ahora mismo… Mirar al suelo y al cielo intercaladamente sin pararme en lo que hay de por medio, abrazarme los codos y tratar de no mirarla muy fijamente… Aparte de rezar para que lo que me responda no sea mentira. - Por favor… Sé sincera…- Ya. Dile a una mujer que es capaz de adaptarse a cualquier piel que sea sincera, seguro que funciona sólo porque tú se lo digas- No juegues conmigo- Y ahora tengo ganas de echarme a llorar…
Premio, Gwen. Primer beso en una situación en la que cualquier persona habría deseado estar y tú… Lo estropeas. Como todo lo que tocas…
A veces me lo pienso, otras veces paro y me quejo porque no es justo… Pero cuando pienso en cómo me comporto en estas situaciones… Es más que obvio el por qué soy invisible.

No pude evitar hablar como una imbécil. Trabarme, molestarla, quejarme… Escupía palabras sin más que intentaban hacerme sentir mejor sin conseguirlo. Y encima le había hecho sentir mal a ella. Tomé aire una vez más con fuerza, relajándolo luego con calma.




Ni siquiera me estaba mirando a los ojos… Parecía un cachorro, abrazándose los brazos yEH, espera… ¿Y si es otro papel? Ella conoce muy bien los roles sociales, era espía joder… ¿Y si está intentando darme pena?



Me ha pedido perdón.
Se… ha… disculpado.
Natasha Romanoff se ha disculpado conmigo por… hacerme sentir así…
La verdad, no sabía si por haberla prejuzgado, cosa que odiaba hacer, o si símplemente desconocerla me había hecho una ingenua… Pero no me la imaginaba como la típica persona que pide perdón a la primera de cambio.
Busqué su mirada con la mía, pero ella no levantaba el rostro.





Hasta que pronunció las palabras de dsiculpa de nuevo. Donde vi en sus ojos que era real. Estaba verdaderamente arrepentida, parecía dolerle la situación. Solo cuando se apoyó en la pared y la luz de la farola le enfocó medio rostro pude ver el hilo de sangre de sus labios - No seas idiota, no te hagas daño- dije con un leve tono de regañina involuntario. Dios, parecía mi padre. Me acerqué a ella y apoyando una mano en su hombro y la otra suave sobre su mejilla le retiré la sangre con el pulgar impregnando la tela blanca de un color ya conocido.
Pienso que no debería dejarme usar así. Pienso que…


Que me gusta aunque lo odie… Reconoce que ha jugado a seducirme, y no puedo evitar sentirme más sucia y más un objeto bonito que quería para su colección. Desvía la mirada y la reencuentra con la mía de nuevo, la miro implacable, pero los suyos están llorosos.



Me impacta la forma en la que habla de sí misma. Está llorando frente a mí, y el pulgar ensangrentado seca su lágrima. Analizo bien sus palabras. Jugar a ser mi novia… ¿Darme la historia de mi vida? Ella misma se estaba tratando como si nunca fuese capaz de nada más. Como si ella fuese ese trofeo que pasear, esa historia que contar, esa foto que enseñar o publicar… Cosas etéreas que aguardaban quince minutos de fama para luego diluirse en polvo. Ella tenía también la autoestima destrozada, aunque quizá ni ella lo supiera. Una mujer como ella era capaz de cualquier cosa. Cualquiera. Incluso la visión que tenía ella de una noche feliz se había convertido en algo sin importancia frente a lo que podría ser una charla interesante con un café. Sin juegos, sin coqueteo y sin nada falso de por medio. Pero si hay algo de lo que yo sé… es de no tener autoestima - No- sentencio firme cuando se aleja.




Empieza a gritar. A liberarlo todo. Realmente cree de ella misma que es un objeto vulgar y pasajero del cual presumir. Prefiero dejarla tener su espacio. Nada me pone de peor humor que cuando siento que no puedo tener intimidad y secretos. Grita, patea el contenedor, llora. Quiero que vacíe por completo lo que tiene dentro y luego decirle todo lo que tengo que decir.
Se sienta. Y cuando veo que está más relajada, o al menos ha dejado de gritar, me siento frente a ella, en la pared opuesta, con las rodillas apoyadas sobre los tobillos opuestos. Cuando le pasa eso, me doy cuenta de que esta sensación, sentirme usada y un objeto que todo el mundo puede tocar, es lo que ella lleva sintiendo años de su vida, y automáticamente pasa a no tener importancia mi dolor. Cuando no te quieres solo miras por los demás. Me importaba solo ella, mis cosas las arreglaría en la cama, pensando y con un poco de música. Pero ella no. Sólo pensaba en cuidarla, que dejase de llorar y ayudarla y cargarla como había hecho antes, aunque no fuese de necesidad primordial para ella. Sabía que la ayudaría.


Se levanta y se acerca acariciando mi mejilla. Noto lo frías que están sus manos incluso a través de la tela. Está alejándose de mí, y con ello la oportunidad de ayudarla y conocerla. Por un instante me entra lo que me gusta llamar sordera emocional. No oigo que ha reconocido que le gusto (además, seguro que he oído mal) y tampoco lo del dinero (no importa ahora, aunque me ayudase un mes a seguir con mis cosas). Lanzo una telaraña directa a su muñeca y tiro hacia mí. No me he levantado desde que me he sentado cuando ella lo ha hecho. Así que si se desequilibra, que no lo creo, la cogeré antes de que toque el suelo. -Siéntate- digo con firmeza. Ruda. Esto le tiene que entrar bien en la cabeza. No me fijo en dónde se sienta, si a mi lado, enfrente o encima de mí, eso tampoco importa.


- Voy a decirte algo Natasha Romanoff y espero que me escuches bien- Sonrío aunque no se note y le punteo la nariz con el dedo índice- Vamos… Soy White Spider, ¿De verdad crees que tengo historias tan cutres para que una noche de copas sea lo mejor que contar?- digo con un leve atisbo de carcajada. La risa siempre es buena, aunque no sé si tuvo mucho efecto… Hora de ponerse serios, carraspeo y suspiro, relajando el tono a dulzura. Intuyo que todo lo que le han enseñado ha sido con mano dura y quizá, en este terreno desconocido para ella, necesite otro aprendizaje. Bajo el volumen y la firmeza hasta que deja de estar presente. Le seco otro hilo de sangre de los labios y la barbilla- Los que te enseñaron a ser un objeto querían que lo fueses. A todos los que sedujiste y a todos con los que te has acostado les interesaba que fueses su objeto. Incluso a los vengadores les interesa que seas ese objeto que mata, no creo que ninguno ingrese en avengers por su gran personalidad- digo expresando la realidad del mejor modo posible sin dejar de ser fiel a lo que vivo. - Quizá tu táctica no ha funcionado porque soy una persona que no quiere que seas su objeto. Yo no te quiero para seducir, ni para que mates a alguien por mí. No me interesa tu información ni tus “dotes”- Aseguro con cariño, pasando un brazo por sus hombros, tiene frío y se le nota. - Lo que a mí me hacía ilusión era conocerte. Eres mi heroína y poder saber qué hay más allá que el objeto que mata era mi verdadera motivación para hoy. Y acabo de verlo, llevándome una inesperada sorpresa- Uno espera a una mujer rusa, fuerte y ruda como nadie, buena bebedora, amante del alcohol y de las peleas en un bar… Pero resulta que Natasha era una mujer rota por dentro que no sabía tener una charla emocional, cuyo autoestima estaba más lesionado de lo que nunca lo habían estado sus huesos. - Has dicho que sólo sabes jugar con las personas. Y es mentira. Sabes sentir. Porque si no no habrías expresado toda esa rabia, tristeza e impotencia hace tiempo - Increíble. Suelo ser abrumantemente torpe en estas cosas… Pero esta en particular la entendía, así que podía hablar de ello con soltura- Hazme un favor. Mírate al espejo desde otra perspectiva. Deja de analizar tus ventajas, los ojos rudos, los labios carnosos y la dentadura fuerte. Empieza a analizar tu sonrisa, tus lágrimas y esto - Apoyé un dedo sobre su corazón mientras con la otra mano retiraba la máscara donde siempre, por encima de los labios.


Sí, es cierto, Gwen es una imbécil sin autoestima… Pero WhiteSpider no.


Me incliné sobre ella y volví a unir mis labios con los suyos como ella hizo conmigo, pero mucho más suave, cuidando sus heridas y secando las pocas lágrimas que le quedaban. Sonreí, volví a cubrir mi rostro y le acaricié el pelo - Pórtate bien, o nos volveremos a ver- dije mientras lanzaba una red al tejado contiguo, saltando fugaz. - Cuídese, señorita Romanoff, y no se meta en más líos - dije desde arriba despidiéndome al estilo militar mientras me alejaba de ahí a toda velocidad sintiendo el aire en la parte inferior de mi cara.


Había sido una noche… demasiado particular y emocionalmente intensa. No me creía lo que acababa de pasar, ni lo que me acababa de decir… y me quedaban semanas de intentar asimilarlo hasta que lo consiguiera. Ahora solo faltaba aclarar mi telaraña emocional y saber si de verdad quería que ella se portase bien, o volver a verla. No sabía cómo sentirme, y cuanto más me acercaba a casa, más volvía Gwen, pensando que lo que acababa de pasar no era real. Que yo solo pertenecía a un puñado de gente que le gustaba y no había ido particularmente a por mí. Que para ella sería sólo una noche más... Y sin saber muy bien por qué, lloré hasta quedarme dormida.