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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
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Se busca: Gato blanco, ojos verdes, cariñoso... [Kim - Preomega]
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Midnighter DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Midnighter Nombre real: Desconocido Universo: DC Universe
Tema: Se busca: Gato blanco, ojos verdes, cariñoso... [Kim - Preomega] 22nd Enero 2015, 04:23
- ¿Sabes cuál es tu problema? -le amonestó el capullo de Hawksmoor mientras soltaba en el suelo el cadáver que llevaba en el hombro-. Que has perdido el contacto con la gente corriente.
Acababa de detener al Rey del Suicidio, incendiando en el proceso el virus entrópico que había estado a punto de liberar sobre la ciudad y que habría provocado una oleada de suicidios en masa por todo Shanghái, y simplemente porque había terminado empalado en la aguja de la Oriental Pearl Tower ante un montón de ciudadanos cotillas le tocaba sermón del autoproclamado líder de The Authority. Que si no era necesario... que si había niños mirando... ¡por favor! El mundo era un lugar jodido, y cuanto antes se dieran cuenta de ello, mayores serían sus probabilidades de sobrevivir en él.
- No es verdad, nunca estuve en contacto con ellos, y es algo por lo que doy gracias cada vez que veo la basura que dan por televisión. ¿Te has parado alguna vez a ver Gran Hermano? ¿O Drag Race?
Bendito fuese su marido, pero sus gustos a veces eran indistinguibles de los de un adolescente promedio.
- Hablo en serio; cada vez que sales ahí fuera es para partirle los dientes a alguien, ¿no piensas que es un problema?
Hastiado, se volvió para mirarle a la cara.
- No, pero claramente tú sí. ¿Qué es lo que propones que haga para remediarlo? ¿Unirme a un club de lectura?
Las habilidades sociales no eran su fuerte y con frecuencia cuando se sentía atacado reaccionaba con sarcasmo.
- Quiero que ayudes a alguien. Y no me refiero a salvarles de un tsunami o de alienígenas caníbales. Quiero que ayudes a una persona corriente, con un problema corriente.
- ¿Como qué?
Ya se veía teniendo que pedir dinero para las hermanitas de la caridad, o ayudar a las monjitas en el comedor social, pero al final resultó ser incluso más ridículo...
- Ya está, esto es perfecto -proclamó con tono ominoso Hawksmoor después de echar un vistazo a lo que retransmitían las cámaras de tráfico de la ciudad.
El teletransporte les dejó en una calle concurrida donde una mujer y su hija pegaban por las paredes y farolas carteles de "se busca".
- Allí -señaló Hawksmoor-. Ayuda a esa niña pequeña a encontrar a su gato.
- Estás de coña -supuso, escéptico.
- ¿Tengo cara de estar de coña? Vamos, te reto a lograrlo.
- ¿Que me retas? -explotó finalmente-. ¿Qué tenemos, ocho años? ¿Realmente crees que puedes hacerme perder el tiempo con ésta soberana...?
Y, entonces, vio las lágrimas de la niña. Y un nudo se le formó en la boca del estómago.
Iba a matar a Jack.
Así que allí estaba, como un auténtico gilipollas ofreciéndose a ayudar a la señora, y su hija le había preguntado con un hilillo de voz si podía encontrar a su gato Pàocài entre lágrimas. Lo dijo en chino, pero era bastante fácil de entender por el contexto. Midnighter sabía que lo más probable era que el gato hubiera terminado atropellado en alguna carretera, y tenía muy clara su propia filosofía: el mundo es jodidamente duro, no hay razón para darle a los niños falsas esperanzas, cuanto antes se enteren de lo que hay, menos sufrirán y bla, bla, bla. Sin embargo se encontró a sí mismo mirando las lágrimas de la niña, incapaz de decirle aquello. Por fortuna la madre sabía chapurrear algo de inglés, y pudo explicarle que con sus sentidos aumentados podría seguir el rastro de olor del animal si le daban algún objeto suyo. La mujer le llevó hasta su casa y le entregaron uno de esos juguetes de goma que pitan cuando los aprietas. Y así era como había utilizado sus implantes neuronales para algo tan heroico como seguir el rastro de un gato en una ciudad hiper poblada durante una cantidad inconcebible de tiempo. Tiempo que podría haber invertido en cosas mucho más valiosas y útiles, como patear cabezas de gilipollas por el mundo o contrarrestar invasiones alienígenas. Pero no, claro que no, tenía que dejarse convencer por el capullo de Hawksmoor.
Porque era imbécil. Porque no pudo resistirse al verla llorar. Porque la niña se parecía demasiado a Jenny de pequeña. Y porque era imbécil, pero eso ya lo sabia de antes.
Lo único claro de todo, aparte de lo de ser gilipollas, era que los gatos son seres del averno y nadie iba a hacerle cambiar de opinión. Un bicho como ése no debería ser tan escurridizo, tan desconfiado y tan condenadamente desquiciante, aunque al menos había conseguido arrinconarlo cerca de un contenedor de basura, pero estaba lo suficientemente cabreado como para no poder sacarle de ahí. A saber que tenía el contenedor dentro, pero lo que se dice buena pinta no tenía y oler… olía bastante peor.
- Eh, minino del demonio… pss, pss… ni tú ni yo tenemos todo el día para estar con ésta tontería -dijo, tratando de alcanzarlo-. Los dos sabemos que estás deseando salir de ahí, así que deja de hacerlo más complicado, joder.
En un último intento acabó por sentarse delante del contenedor a esperar, más que nada porque era la mejor opción hasta el momento. Si intentaba sacarle por otro lado iba a salir corriendo y ya había gastado demasiado tiempo corriendo tras él. Si intentaba sacarle por el agujero como llevaba intentando un rato se escondía más dentro y no había manera de engancharlo. Así que nada, que saliera cuando le saliera del rabo.
-Aquí podemos esperar todo el día, así que tú verás, gato infernal.
Después de todo, se encontraba en una de las ciudades más seguras del mundo y sus sentidos no le indicaban que estuviera sucediendo nada alarmante cerca, así que suponía que podía esperar, aunque no fuera la persona más paciente. Sería como acechar a tu víctima hasta encontrar el momento oportuno para asestar el golpe de gracia... salvo porque su víctima era un gato enfadado y su papel en todo aquél escenario estaba siendo mucho menos digno.
Menos mal que no estaba allí Apollo para verlo o las bromas a su costa no habrían tenido fin. Mucho ir de duro por la vida y, al final...
Esperó. Y esperó. Y ¡Ah! Esperó un rato más.
Primero apareció una pata, luego una oreja y por último un ojo verde intenso le devolvió la mirada. Cuando levantó una ceja, el gato se metió rápidamente en el agujero de nuevo. Bueno, eso era un avance. La siguiente vez sacó medio cuerpo y le bufó, molesto.
-Te dije que tenía todo el día para esperar, pero era mentira.
Aprovechó ese momento para engancharlo del pellejo y cogerlo en brazos. El demonio en cuestión se revolvió intentando salir corriendo de nuevo. Cuando quiso darse cuenta tenía una pata del gato en la mejilla clavándole las uñas y gruñendo.
- Te guste o no, te vienes conmigo y te jodes. Tienes a una dueña preocupada, y a mí, hasta los huevos.
Iba a necesitar un buen baño, y no se refería sólo al gato.
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Kim HwaJae Marvel Universe
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Tema: Re: Se busca: Gato blanco, ojos verdes, cariñoso... [Kim - Preomega] 30th Enero 2015, 14:24
Hay muchos inconvenientes de no poder experimentar, a mis veintiocho años de edad, algunos placeres de la vida adulta. Muy desesperado tienen que estar para venderle a alguien con mis pintas una botella de Jack Daniels. Lo perverso de la situación era que me había despertado con el equivalente a una resaca del copón, o al menos con lo que me imagino que será una cosa parecida, totalmente desorientada y en un sitio que no conocía ni de lejos. Imagino que es lo que se experimenta cuando te levantas de la cama, con la boca seca, sabor a vómito, y una figura desnuda a tu lado, y tu, contento pero incrédulo, te piensas que has triunfado sólo para descubrir que la persona que hay allí es de tu mismo sexo... Y fijo que era un coco además.
Es una experiencia que no le recomiendo a nadie, aunque no es la primera ni va a ser la última. Es bastante difícil controlarse, sobretodo cuanto tienes la sensación constante de que tienes un deber que cumplir que cada vez te urge más, y en tu fuero mas interno NO TE DA LA GANA HACERLO.
A base de mucho aguantar, acabas como yo, perdida en un país que no es el tuyo, sin tener ni idea de dónde estas ni dónde vas a poder conseguir un plato de comida caliente. Casi es un palo, hasta que me acuerdo de porqué lo hago. Entonces se me pasa un poco, y me anima pensar que el cabronazo de Mephisto va con mucho retraso, y que esos cinco o seis días que he rapiñado le han dado un buen dolor de huevos. Seguro que me lo hará pagar, pero merece la pena. ¿Como es eso que dicen? Roma no se construyó en un día.
Como todo bicho viviente (Que gracia, ¿no?) lo que uno hace en terreno hostil, es moverse por sitios que le sean familiares. Eso no era difícil de encontrar, en mi caso, suburbios, callejones pequeños, sitios donde nadie quisiera estar. Hogar, dulce hogar.
¿Lo malo?
Que llevaba casi todo el día sin comer. Había encontrado medio sandwich que una señora había tirado. ¡En serio! ¡De queso con nueces! Le daban ganas de ir detrás de ella y sermonearla sobre tirar la comida. De todas maneras de eso hacía lo que parecía una eternidad, y estaba dando la ronda a los basureros más suculentos cuando encontre una escena cuanto menos dantesca. Un adulto discutiendo con un gato que, de haberle dado la opción de estar allí o meterlo en una picadora de carne encendida, aún se lo estaría pensando.
- ¿Vas a comerte eso?- pregunté con una ceja alzada.
Llevaba los patines colgando del cuello, la ropa destrozada, la cara sucia y una sonrisa estandarte con el diente partido. Los gatos tienen un sexto sentido para detectar a la gente chunga, y ese tío apestaba a problemas. Y a gato.
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Tema: Re: Se busca: Gato blanco, ojos verdes, cariñoso... [Kim - Preomega] 31st Enero 2015, 02:39
Tras unos cuantos malabares gatunos, intentos de arañazos, también arañazos en cuestión con muy buena puntería, y bufidos varios parecía al fin que se había rendido el dichoso gato. Al final acabó ronroneando todo tranquilo después de comprobar que por mucho que arañara no iba a conseguir que le soltara. Gato listo, sí señor. Ahora ya si dejara de intentar morderle la máscara y llenarlo de barro sería la polla. Aunque barro lo que se dice barro… no tenía muy claro que era, pero vamos, entre la sangre del imbécil de antes y lo que fuera que tenía el gato Apollo no iba a dejarle entrar en su habitación aquella noche.
- Espero que tu dueña te quiera mucho porque para bañarte va a necesitar un ejército de jabón del asco que das -nada más decirlo se llevó un buen arañazo de agradecimiento por sus bonitas palabras- Joder, ya lo he pillado, ahora quietecito, bicho.
Si es que, quién demonios le mandaba a hacer buenas acciones de ésas cuando podía partirle el cuello a algún asesino gilipollas que se lo mereciera. Quizá después de devolver el gato a su dueña podría encontrar a alguien con quien desquitarse y sacarse de encima toda la frustración antes de...
- ¿Comerme el qué? -una vocecita le hizo darse la vuelta para encontrarse con una niña de unos siete u ocho años. Miró alrededor para ver si encontraba algún adulto cerca, pero nada. Alzó una ceja bajo la máscara, aún intentando mantener al gato controlado-. ¿Al gato? No, creo que no voy a comérmelo, tiene dueña hasta donde sé, y no se parece a ti.
No es que no se hubiera encontrado con personajes curiosos en su vida, de eso tenía historias para aburrir, pero hasta el momento ninguno le había pedido un gato como desayuno.
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Tema: Re: Se busca: Gato blanco, ojos verdes, cariñoso... [Kim - Preomega] 31st Enero 2015, 14:37
No es que le decepcionara, pero habría sido bastante divertido haber visto a un tipo de esa guisa intentando comerse un gato a mordiscos. Aunque de momento el que parecía que iba ganando en esas lides era el minino. Me apoyé en el container como si el olor que saliera de allí no fuese diferente al de las flores del campo, o al pato Wc net. Vamos que mi olfato estaba acostumbrado.
- Vaya. Habría estado bien.- dije, sonriendo ampliamente.
Luego me acerqué con pasos alegres, un poco como aquella serie de dibujitos de Heidi y el abuelo. Estaba claro quien era quien ¿no? Cuando llegué a su altura alargue la mano hasta el gatito y le pellizque el pellejo del cuello, sujetándolo despacio.
- Si lo coges de aquí no se mueven. Las madres los cogen de aquí y se quedan tranquis. - añadió haciendo que el gato se quedara paralizado durante un momento, con los ojos cerrados.
Luego miró al tipo envuelto en traje negro de arriba a abajo. La verdad es que dejaba muy poco a la imaginación. O era uno de esos con mayas que iba por ahí partiendo la cara a los buenos, o era uno de esos que iba partiendo la cara a los malos, o era uno de esos que partía la cara a los que le daban dinero y lo hacían porque les gustaba. No quería especular del todo, así que mejor dejarlo. Tampoco quería tener esa imagen grabada en la retina. No gracias.
- ¿No tienes algo de comer por ahí?- pregunté después de soltar al bicho. - Ya sabes, unas patatas, unas nueces, unos kikos, o lo que sea. - ladeó la cabeza en un gesto mono.
Eso casi siempre te hacía ganar puntos. De todas maneras esos tipos solían tener un montón de bolsillos desperdigados por los trajes. Es difícil creer que tienes un bolsillo para los cuchillos, otro para las balas, otro para las bombas de humo y demás chorraditas, y no tienes uno que tenga unos pocos frutos secos por si te da el bajón durante la noche.
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Tema: Re: Se busca: Gato blanco, ojos verdes, cariñoso... [Kim - Preomega] 6th Julio 2023, 21:17
Y cuando toda ésta absurda odisea parecía terminada al fin, la niña liberó al gato. Lo único bueno era que, como le bloqueaban el paso, no volvió a refugiarse en el contenedor. Lo malo fue que echó a correr callejón abajo en su lugar.
- ¡Mierda! ¡Maldita sea! -exclamó el vigilante. Sin prestar atención a lo que fuera que la niña acababa de decir echó a correr detrás del condenado animal, pero éste se paró en seco al ver que una furgoneta blanca se detenía atravesada a la entrada del callejón, cortándole la retirada. Tres tipos con pinta de moteros se bajaron de la misma, equipados con redes.
- Ése parece sano, aún lleva el collar puesto -dijo uno de ellos en chino, indicando al que llevaba la red que lo atrapara. Después se volvió hacia Midnighter y le habló en un ingés bastante decente-: Control animal, hay una plaga por la zona que está afectando a perros y gatos con riesgo de zoonosis. Tenemos orden de recoger a todo animal que encontremos suelto por la calle. Si el gato le pertenece, déjenos su número de teléfono y, si está libre de infección contactaremos con usted.
- ¿Control animal en China? -se mofó Midnighter sacando sus dos bastones-. Cuéntame otra. Soltad ahora mismo a ese gato si no queréis...
Las palabras murieron en su garganta cuando los brazos del tipo que le había hablado se conviertieron en lanzallamas y de la boca del que estaba detrás emergió el cañón de un rifle. El que había atrapado al gato se incorporó, y, al abrirse la chaqueta dejó al descubierto una especie de cañón láser.
Toda aquella historia había pasado oficialmente de absurda a surrealista.
Ciborgs. Putos ciborgs. Desde luego explicaba el fuerte olor a gasolina y aceite que había percibido en ellos al bajarse de la furgoneta, pero lo había atribuido inicialmente a lo que había interpretado con la relación simbiótica que algunos moteros mantenían con sus vehículos. Lo que no explicaba era por qué narices había ciborgs robando gatos en los callejones de Shanghai.
El del lanzallamas y el del rifle dispararon al mismo tiempo, obligándole a saltar y arquearse en el aire para esquivar ambos tiros. Mientras rodaba por el suelo no podía hacer más que pensar en la niña que había tras él. El callejón era demasiado estrecho y el potencial destructivo de aquellas armas demasiado grande. Tenía que inutilizarlas como fuera o terminaría atrapada en el fuego cruzado.
Rápidamente retrocedió hasta donde ella estaba, y, al tiempo que la empujaba detrás del contenedor de basura cogía la tapadera metalizada de uno de los cubos y la arrojaba contra el tipo del cañón láser, que se había estado calentando y emitiendo un zumbido que cualquiera habría podido interpretar sin necesidad de contar con una computadora de combate en el cerebro. La tapadera voló rauda por el callejón, incrustrándose con precisión milimétrica en la boca del cañón en el preciso momento en el que se disponía a disparar. El tipo sólo tuvo ocasión de iniciar lo que no podía ser más que un insulto en chino antes de que la explosión resultante hiciera volar la mitad de su cuerpo por los aires. Bien, había inutilizado el arma de mayor rango y que mayores probabilidades tenía de acertar a la pequeña. El resto ya era pan comido.
Lo único de lo que iba a tener que preocuparse era de dejar uno vivo para interrogarlo.