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Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
 
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 Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)

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Dick Grayson
Martha R.
Edward Johns
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Edward Johns
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MensajeTema: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime22nd Julio 2020, 14:25

El sol abrasador del mediodía caía sin piedad sobre la polvorienta  y desértica ciudad de Tijuana, lo que antaño fue una amplia calle, llena de comercios y residencias, era ahora un polvoriento sendero, lleno de arena del desierto, en el que apenas quedaban en pie unas pocas edificaciones, el terrible calor de casi 40 grados centigrados provocaba ondulaciones en el aire, en las calles no había más ruido que el que provocaba el poco viento que corría y una guitarra que llegaba desde uno de los edificios de la avenida.

El susodicho era un local de 2 plantas, con un aspecto ruinoso, la pintura verde pistacho de las paredes estaba prácticamente desprendida, había grietas e, incluso, faltaban algunos trozos de la estructura que decoraban el suelo del porche sin ningún decoro, a la fachada del edificio le daba el toque final de decoración un ruinoso cartel de madera, con unas letras doradas que se habían oxidado y ennegrecido por el paso de los años sin cuidados donde ponía ‘Taberna Chicano’, tenía las ventanas tapiadas con listones de madera que dejaban pasar poca luz al interior, la puerta era maciza y metálica, aunque estaba entre abierta, y de su interior venía música latina, se oyó un golpe, un cristal que estalló en mil pedazos y una rata se escapó por la rendija de la puerta con un trozo de carne en la boca:

- ¡Puta zorra! – Un hombre se asomó un momento por la puerta, llevaba el pelo largo y con algunas canas, una barba espesa le surcaba el rostro, sus ojos, algo enrojecidos iban adornados por unas profundas ojeras, murmuró entre dientes mientras cerraba la puerta de la taberna, volviendo a su interior: - Putas ratas… - Con un movimiento torpe del pie, que llevaba dentro de unas botas, pateó unos cristales que había en el suelo, un vaso que había lanzado contra el animal al ver que le intentaba robar comida, el vidrio se deslizó hasta un rincón del bar, dónde había una radio de la que salía la música que se oía desde el exterior.

Spoiler:

El hombre caminó con dificultades hasta la barra, llevaba una camiseta algo raída y sucia y unos pantalones marrones, con el mismo aspecto que la camiseta: - Deberías desinfectar este puto antro José…- Murmuró mientras se sentaba en un taburete y apoyaba todo su peso sobre los codos al colocarlos en la barra, desde esta, un joven de rasgos latinos, con un bigote muy bien cuidado y con la ropa limpia e impecable le observaba con una ceja levantada y los brazos cruzados: - Lo dice usted como si pudiera hacer eso señor Johns…O como si alguien más aparte de usted entrase en la taberna. – Edward soltó una risotada, le parecía fascinante que aún hubiera personas que usaran el apelativo ‘señor’, suspiró y dijo: - Si, tienes razón…Anda, ponme otra copa de lo mismo. – El otro negó con la cabeza y dijo: - Me temo que tendrá que hacerlo usted mismo. – Señaló con la cabeza la botella de Whisky que Edward tenía a un palmo de su lado, junto con un vaso: - Tienes suerte…- Murmuró Edward mientras cogía la botella, su forma de hablar era lenta y pesada, cogió la botella y la abrió, sirviéndose una generosa ración de whiskey: -…De que el dinero ya no existe, si no, te habrías quedado sin propina.

OFF: ASPECTO DE EDWARD:
Spoiler:

Dio un largo trago del vaso mientras el hombre de la barra le miraba, sin decir palabra, de repente, la música que sonaba en la radio empezó a perder volumen, mientras era remplazada por interferencias, Edward dejó el vaso en la barra: - No… - Se puso en pie: - Otra vez no ¿Esos putos carroñeros están desmantelando la puta emisora otra vez? – Se acercó tambaleándose a la radio, la música quedó interrumpida por interferencias de forma definitiva y Edward empezó a gritar con rabia:

- ¡Hijos de puta! ¡Dejadme en paz de una puta vez! ¡¡¡¡Solo quiero emborracharme hasta perder el senti…!!!- Su rabieta de borracho quedó interrumpida cuando una voz empezó a oírse en la radio, era la voz de una mujer y repetía las mismas palabras, una y otra vez: - … tamos refugiados en el Paso, hemos encontrado el origen de todo, necesitamos ayuda, si alguien oye este mensaje, si aún existen héroes, os necesitamos. – El mensaje sonó en bucle, una y otra vez durante unos 5 minutos: - Somos el poblado Scar, estamos refugiados en el Paso, hemos encontrado el origen de todo, necesitamos ayuda, si alguien oye este mensaje, si aún existen héroes, os necesitamos. – Frunció el ceño ¿Acaso era posible? La radio empezó a emitir de golpe un agudo pitido al terminar el mensaje, que se fue intensificando, Johns se llevó las manos a los oídos y cerró los ojos, el pitido continuó durante unos 12 segundos, y luego, de golpe, la música volvió.

Spoiler:

- Que coño era eso…- Edward abrió los ojos y separó las manos de los oídos, se dio la vuelta hacia la barra y lo que vio le provocó un sobresalto, detrás suyo estaba José, el camarero, le miraba fijamente, pero no estaba solo, iba acompañado de una veintena de personas, que también le miraban fijamente, eran personas de todas las razas y edades, el camarero se acercó a Edward y con uno voz grave murmuró:

- No puedes correr para siempre, es hora de que afrontes lo que hiciste. – Johns dio unos pasos hacia atrás, su espalda chocó con la pared: - Puedes redimirte, Edward, tu sitio no está en la oscuridad, entre los muertos. – Las figuras que estaban delante de el empezaron a desaparecer poco a poco, diluyéndose en el aire hasta que finalmente el exorcista se quedó solo en el lugar, cómo siempre había estado, llevaba 10 años escondido, huyendo y sobreviviendo como podía, con la única compañía de los muertos, que, desde el incidente, iban a verle caminó pesadamente hasta la barra y cogió el vaso, lo miró fijamente, pensativo: - Mierda…Tenéis razón, como siempre. – Frunció el ceño y lanzó el vaso contra la pared, los cristales saltaron añicos y el contenido se desparramó por el suelo, miró a su alrededor los escombros de la taberna: - Es hora de volver a la acción…- Murmuró mientras se acercaba a la puerta del local y salía por ella.

Llegar al Paso le llevaría un par de días, eso, si tenía la suerte de no encontrar ningún grupo de moradores o carroñeros por el camino, antes, tendría que pasar por su refugio para prepararse, y, tal vez limpiarse un poco.

Off: Este primer post es una presentación de vuestro personaje y su contexto de cara al evento, la segunda ronda de Post empezará directamente en El Paso, eso, lo dejo a libertad vuestra, los personajes llegarán al paso solo con los objetos que describisteis en vuestras fichas, la comida y la bebida, nos la proporcionarán allí junto a una sorpresa para el evento.

La entrada a este tema definirá el orden de los turnos de los personajes, aún quedan plazas libres para el evento y personas que no han publicado su ficha, por lo que, pasar por El Paso no será un requisito indispensable para formar parte del evento, si se quiere entrar de forma diferente a la trama, por favor, contactarme por mp.
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Martha R.
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime22nd Julio 2020, 17:50

El polvo del desierto era levantado con la procesión de soldados que, en línea recta de tres , seguían el paso a la mujer cyborg que les guiaba por el camino desértico por el que se encontraban desfilando. La mujer, que todos la conocían como Kotska, era la mano derecha del “Escorpion Emperador” y todo lo que ella decía y hacía era como si lo ordenara él mismo, al menos de eso le habian avisado a los soldados que la acompañaban. El imperio de los escorpiones fue fundado poco después del “incidente” y prometia unificar a todas las Américas en un gobierno fuerte, dando seguridad a sus ciudadanos, prometiendo un mundo mejor para todos en el que no e vuelva a temer la aparición de ningún villano o de alguna catástrofe.

Claro que eso no era lo que querían de verdad, lo unico que querian era el poder y si tenían que matar a cientos y miles a fin de conseguirlo… lo harían. Muchos de los soldados que la acompañaban ese día no eran más que jóvenes que se “alistaron” pensando que estaban luchando por traer la estabilidad a un país destrozado, cuando solo estaban luchando para el poder y las ganancias de unos pocos. Kotska, que sabía que todo eso era una farsa y le daba igual ya que lo único que a ella le llenaba en ese punto de su vida era dar muerte a todos aquellos que se interponiensen en su camino o en el de su amo, marchaba a paso lento, con los brazos cruzados detrás su espalda cubiertos por la capa negra que le colgaba de las hombreras.

Llevaba días recibiendo información de que estaban atacando algunos campamentos de su ejército y como ya parecía estar alta de la inutilidad de sus soldados y generales, decidió acudir ella misma con un pelotón de soldados a ver que se encontraban. Odiaba tener que llevar a soldados con ella en sus viajes; a ella le gustaba hacer las cosas solas, incluso si tenía que enfrentarse a varios enemigos a la vez prefería hacerlo sola… claro que sabía fingir que trabajar en equipo no le traía molestia alguna si lo necesitaba para conseguir un fin mayor. Además los soldados, a ser mercenarios y gente joven que se apuntaba porque pensaba que hacía lo correcto, no es que fuesen los mejores tiradores y a la mujer lo que más le gustaba de matar a alguien era mirarle a los ojos, mientras su vida iba poco a poco dejando su cuerpo.

Como era de esperar, cuando llegó a las cercanías del campamento construido sobre un pozo de agua subterránea no vio más que humo y tiendas destrozadas con algunas manchas de sangre. Con sus soldados se acercó y empezaron a mirar lo que había quedado de sus antiguos camaradas; cuerpos tirados por el suelo hacían del paisaje un cuadro terrorífico y apestoso, con algunos cuervo que como buenos oportunistas se alimentaban de los cadáveres a plena luz del dia.

Ya empezaba a parecer que no encontraria respuesta alguna sobre lo que paso aquí, más un movimiento debajo de una tienda caída le demostró lo contrario. Mando a dos de sus hombres a que levantaran la tienda a ver qué era lo que se movía debajo de ella, hallando en ella un joven soldado muy asustado que rápidamente acudió a los brazos de sus camaradas, mientras lloraba de miedo

-¡Gr… gracias al señor!-
exclamó, mientras se arrodillaba ante ellos -¡Pensaba que estaba muerto!

La mujer de cabello negro miró al joven con una mirada fría, examinando cada parte de su cuerpo antes de acercarse a él y ayudarle a levantarse con su mano derecha

-Tranquilo, soldado- le dijo con su voz que sonaba algo metálica al salir de su respirador -Dime, ¿Qué ha pasado aquí?

Con esa pregunta, el destino del joven fue sellado. El no lo sabía aún, pero lo que estaba a punto de decir le cambiará la vida… pero al menos no por mucho tiempo

-No… no lo se, cuando empezó todo yo me escondí tenia… tenia mucho miedo


Kotska, con los brazos cruzados tras su capa, se giró y miró el cielo azul sin ninguna nube para cubrir el sol. Sacó su brazo derecho y se lo empezó a mirar, como si estuviera buscando desperfectos en las metálicas uñas de su traje

-Me alegro que siga con vida, se ve que es usted alguien con recursos- esto último sonó casi como un cumplido sincero de verdad -Sin embargo… en nuestro ejército, los cobardes son castigados

De un giro, agarró del cuello al joven y lo levantó en el aire, alzandolo por encima de su cabeza. El joven intentó escapar de las garras metálicas de la mujer, pidiendo ayuda a sus camaradas que apartaban la mirada sabiendo que estaba a punto de suceder. Como último recurso, miró directamente a los ojos de la mujer, pidiendo clemencia con el poco aire que le quedaba, más lo único que vio, y lo último que vio, fueron los ojos llenos de odio de la cyborg. Un crujido puso fin a la vida del chico, el cual tiró al suelo como si de basura se tratase

Los solados, después de unos segundos de silencio, siguieron con sus tareas de buscar entre los escombros del campamento, encontrando que muchos de los recursos de este seguían intactos y podían volver a reutilizarse así que empezaron a trabajar en llevarse todo lo posible, mientras Kotska los miraba desde lejos cruzada de brazos sobre las ruinas de la tienda bajo la que estaba el soldado que acababa de asesinar con sus propias manos. Fue entonces cuando una radio, que se encontraba a unos metros de ella, empezó a emitir el críptico mensaje del poblado Scar.

No tardo ni unos segundos en fruncir el ceño, sacar su espada cubierta por su energía y cortar la radio por la mitad. Escuchar la palabra héroe le enfurecia y escucharla repetidas veces más todavía, sin embargo, el mensaje había captado su atención; si algunos héroes sobrevivientes de la catástrofe escuchaban ese mensaje y acudían en la ayuda del pueblo, puede que si ella fuera también y fingiese ser uno de ellos le confiesen donde hay más héroes, para dar con ellos…. y aniquilarlos, como su amo quería, aunque eso llegaría mucho más adelante, de momento tendría que ayudar a ese pueblo a fin de conseguir su premio y si tenía que hacerlo acompañada de unos bonachones… que así fuera

-Capitán- llamó a uno de sus soldados, que dejando todo lo que estaba haciendo fue corriendo a su presencia -Recojan todos los recursos que puedan llevar y quemen el resto, yo partiré sola hacia el Paso, creo que ahí pueden hallarse algunos enemigos del Imperio que deben ser eliminados

Le mintió a sus hombres, ya que ellos reportarian todo a su amo y a él no le gustaría lo que iba a hacer en realidad. El soldado asintió a las órdenes, más se quedó a  fin de hacerle una pregunta sobre las órdenes que acababa de recibir

-¿Qué hacemos con los muertos, mi señora?

Kotska arqueo una ceja, sacando su espada de la vaina que llevaba atada al cinturón e imbuyendola de energía se la acercó al hombre a la cara, casi apoyándola en su hombro y le miró fijamente a los ojos

-¿Quiere que repita mis órdenes, capitán?-
el hombre, con algo de sudor frío que le caía por la frente, negó con la cabeza rápidamente -Asi me gusta.

La mujer se giro, dándole la espalda al capitán que siguio con sus tareas y se saco la brújula que llevaba en la muñeca izquierda a fin de ver a donde se tenía que dirigir para encontrar el Paso. Tenía un destino y una “misión” y aunque tuviera hacer cosas que no le gustaban para completarla, haría todo lo necesarioa para hacerlo; llegar a El Paso era la primera parte.

_________________
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Dick Grayson
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime2nd Agosto 2020, 16:51

...

...

...

“Despierta, pajarito”

Dijo ella, con una voz dulce, calmada, mientras sus finos dedos me acariciaban la frente. Sus hermosos ojos verdes, brillantes como la esmeralda, fijos en mí. Su cabello rojo como el fuego caía como una caricia sobre mi rostro, aún joven y sonriente. Inspiré, y su suave perfume de rosas me embriagó los sentidos. Una sensación de calma y tranquilidad inundó nuestra habitación de matrimonio, recién iluminada por los brillantes rayos de sol de la mañana.  De pronto, sentí una inmensa felicidad que ya creía haber olvidado para siempre.

Cinco minutos más...— protesté, susurrando con la voz algo ronca. Acaricié con cariño el delicado cuerpo de Barbara hasta tomarla entre mis brazos y abrazarla con fuerza contra mi pecho. Ella sonrió, con una calidez inimaginable, y sus dedos se enredaron en mi oscuro cabello para continuar acariciándome.

“Los Titanes nos están esperando. Hay que organizar el  cumple de Johnny… ¿O es que ya no te acordabas?”

Johnny. Johnny Grayson. Claro que me acuerdo. Es mi hijo de cinco años. Mi hijo...

“Cada día se parece más a tí…”

Barbara siempre me lo decía. Johnny era clavadito a mí cuando era Robin. Era el más alto de sus amigos, el más avispado, y tenía el cabello negro azabache como su padre. Pero yo… yo seguía sin ponerle cara. Seguía sin ser capaz de ver su rostro… Tan sólo una espiral distorsionada que desdibujaba los rasgos faciales de mi hijo… de nuestro hijo. El hijo de Barbara y mío… él no...

Johnny no llegó a nacer… — y de pronto me acordé. La mujer que había estirada en la cama, a mi lado, volvió a sonreír. Pero su sonrisa no llegó a alcanzar sus hermosos ojos verdes.

“Te has dado cuenta…”

Susurró, con tristeza en su aterciopelada voz. Volvió a acariciarme, y sentí su calidez, casi real, palpable.

No quiero despertar… — No quería volver a perderla. No quería volver a perder al hijo que había en su vientre.

“Mi Dickie-bird…tienes que abrir los ojos. Hay alguien que te necesita…”

— No. No me dejes, por favor…

Supliqué, pero ero ella sólo me sonrió. Nuestros labios se rozaron en un cálido beso un instante, y de pronto…

Me desperté.

***


Diez años… Diez años han pasado y todavía no he podido olvidar el terror, la muerte, la desesperación…

Las pesadillas me acompañaban todas las noches, entretejidas y a veces camufladas en hermosos sueños tan reales como la vida misma. Algunas incluso eran recuerdos. Recuerdos de los años anteriores al cataclismo, momentos felices de mi vida con mi mujer y mis seres queridos. Otras, en cambio, hablaban de muerte. Volvía a revivir las pérdidas de mis amigos, los Titanes, de cómo cosían a balazos a Jason Todd, de cómo atravesaban la cabeza de Damian Wayne con una arma blanca, de cómo Barbara desaparecía entre el humo de las explosiones en la caída de la ciudad de Gotham.

Y cada vez, con más intensidad, deseaba volver a ese cuchitril de choza a las afueras de la ciudad de Blüdhaven después de un largo día, y entregarme a los dulces recuerdos que me brindaban los hermosos sueños. Porqué en mi cabeza, podía sentirles, hablarles, tocarles… todos ellos seguían viviendo dentro de mí, en alguna parte.

Era una dulce tortura, que me envenenaba lentamente y alimentaba mis ansias de venganza. Ya no quedaba nada para mí en aquel desierto desolador. Pero tampoco tuve el valor de quitarme la vida. De terminar con todo de una vez por todas. De dormir eternamente y perderme en esos hermosos sueños. De robar unas pastillas o pegarme un tiro en la cabeza y hacer desaparecer el sufrimiento de un plumazo. No, todavía me quedaba algo por hacer.

Lo sentía, muy dentro de mí. Aún había una razón por la que seguía existiendo en aquel mundo devastado. Aún me quedaban fuerzas en este cuerpo viejo y cansado.

***

Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) CIUHXSU75RHJ3HPJXKZVAFV3TM

Había gritado el nombre de mi mujer muerta en sueños. El sudor recorría mi cuerpo hasta empapar las sábanas raídas del colchón viejo. Me sequé las lágrimas con el antebrazo, sintiendo el intenso vacío de mi pecho y la calidez reciente de aquel beso. Me estaba ahogando y la ansiedad me golpeó en el estómago.

Me levanté corriendo hasta el baño, para echar por el váter lo poco que había comido la noche anterior. Eran las seis de la mañana, y el sol empezaba a despuntar por el horizonte, bañando con su luz la choza destartalada que me había agenciado hacía un par de meses.

Todavía seguía ayudando a los chicos que se escondían en el centro comercial del 'Haven, y me pasaba por allí un par de veces por semana para ayudarles e intercambiar trabajo por víveres. En varias ocasiones me ofrecieron quedarme con ellos, protegerlos… pero yo prefería seguir viviendo solo. No sé en qué momento sucedió, pero la gente empezaba a agobiarme. Las cosas funcionaban mejor si seguía trabajando solo, si me arriesgaba yo solo. No quería poner en peligro la vida de los que me rodeaban nunca más...

Quedaban ya lejos los días en que yo había sido Nightwing, el líder de los Titanes. El eterno optimista que siempre sonreía a pesar de los problemas. Yo ya no era nada de eso. Mis propias decisiones habían llevado a mis amigos a la muerte. Era el líder de un grupo muerto, y me había convertido en lo que más había temido ser: un fracaso.

Encendí la radio, y mientras escuchaba las palabras distorsionadas y sin sentido que salían por el altavoz, abrí la nevera portátil para arrancar una botella de whisky de su interior. Me senté en mi butaca tras dejar escapar un quejido sobre mi dolorida espalda y arrugué la nariz cuando escuché la palabra "héroes". Hacía mucho tiempo que no escuchaba esa palabra. ¿Quién era el pobre iluso que creía que aún quedaba gente así en este patético universo?

Fui a darle un trago al líquido transparente, cuando de pronto apareció una humareda de color gris plateada en mitad del salón y dos sombras surgieron repentinamente de su interior.

Aquello me pilló tan desprevenido, que del susto, recliné tanto el respaldo de la butaca que caí de espaldas contra el suelo. Y en vez de levantarme, mire cómo la mitad del whisky se había desperdiciado en el pegajoso suelo de madera podrida. Ni siquiera me había dado tiempo a darle un sorbo...

Joder… creo que estoy volviendo a delirar...

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime4th Agosto 2020, 02:05

Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Ihk6v410

Lian llevaba un tiempo portándose arisca. Malas contestaciones, faltaba a los entrenamientos y salía de casa sin decir a dónde te iba o a qué hora de iba a volver. Su padre estaba muy preocupado. Por las venas de su hija corría sangre de adictos. Él y su padre biológico lo eran. El cantante tenía miedo de que hubiera adquirido la misma forma de evadir sus problemas que ellos. Cuando la preadolescente llegó a casa, el hombre fue a su encuentro.

- ¿Dónde has estado?
- A ti que te importa.
- No me hables así.

Un bufido se escapó de los labios de Lian. Estaba hastiada. Su tutor legal le estaba haciendo un interrogatorio. Ese hombre que de cara a la galería era tan defensor de las libertades individuales.

- Respóndeme, pajarito.
- Odio ese sobrenombre infantil.
- Cariño, te he preguntado que a dónde habías salido - volvió a insistirle el cantante.
- A donde me ha dado la gana.
- Lian, no respondas así a tu padre.
- Déjame en paz, no eres mi verdadero padre.

Lian salió corriendo tras ese comentario hecho con todo el rencor y frustración que llevaba dentro. En un principio comenzó a caminar por las calles sin rumbo fijo. Pero cuando se serenó un poco acudió a la única persona que podría entenderla.


Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) IMG-20200716-WA0013


"Moonbird: Un año en el viento con el gran superviviente". Tumbado en la cama de su habitación, el chico ojeaba las páginas del libro que hablaba sobre el ave que había llegado a convertirse en fuente e inspiración para su nombre, un playero rojizo que había vivido más de veinte años, pasando a convertirse en el miembro más longevo de su especie. El pájaro había nacido en la Tierra del Fuego, en Argentina, y, tras haber sido anillado, a lo largo de todos sus años había sobrevolado libremente el planeta recorriendo una cantidad de kilómetros que superaba el total de la distancia hacia la luna y había pasado a convertirse en un símbolo de esperanza para las aves costeras en peligro de extinción.

Su madre había insistido en no darle un nombre humano en el momento de su nacimiento, otorgándole un apodo en su lugar, como habían hecho con ella en el Templo de Azarath. Ella decía que, llegado el momento, prefería que él fuera libre para escoger el nombre que mejor resonara con su alma, de la misma manera que ella había escogido llamarse Rachel. Cuando Raven nació, le habían otorgado el sobrenombre de un pájaro de mal aguero relacionado con el mal y el demonio. Ella, por el contrario, había querido ofrecerle a él el nombre de un pájaro relacionado con la esperanza.

Siempre había pensado que había sido por el característico tono del plumaje de los playeros rojizos, tan relacionado con la naturaleza de sus propios poderes, pero ahora comprendía que iba más allá. Hacía muy poco que el muchacho había descubierto la identidad de su verdadero padre y se había enfurecido muchísimo, porque, a lo largo de toda su vida, había tenido que ver como todos en la base de los Titanes le trataban con preocupación, recelo e incluso miedo, y nunca había sabido por qué. Cuando su madre le había explicado cuál había sido el origen de su concepción (la unión profana entre una demonio y el sirviente de otro) así como la maldición que pesaba sobre él, había comprendido que, desde el mismo momento de su nacimiento, había sido marcado con aquél estigma. Que no importaba cuánto hiciera, siempre se le asociaría con el Hermano Sangre y con la maldición que había afectado a todos los descendientes varones de su línea de sangre desde la Edad Media, una maldición que los condenaba a caer presa de la violencia y de sus anhelos y ambiciones. En ese momento, los había odiado a todos ellos, incluida a su madre, por pensar que también ella había actuado con él de la misma manera que la habían tratado en Azarath, cuando todos pensaban que seguiría los pasos de su padre a causa de la oscuridad que anidaba en su interior, una oscuridad que ahora, también, formaba parte de él. Pero entonces, su madre le había regalado aquél libro, para hacerle entender que ella siempre había confiado en él. Que por eso había elegido para él el nombre de un pájaro que era la mayor representación de la libertad dentro de su especie. Un pájaro que había pasado a convertirse en símbolo de esperanza.

Saber que su madre aún creía en él había calmado un poco su ira, pero aún seguía herido. No podía olvidar todos los años de haber sido tratado como una especie de bicho raro o animal peligroso por absolutamente todos los demás miembros de la base. Excepto Lian, claro. Ella era unos años mayor que él, pero se habían criado juntos, por lo que eran prácticamente como hermanos. Ella había crecido a su lado, y se había convertido en su principal amiga y confidente. Ella nunca le había rechazado ni había mostrado temor hacia él, y a menudo pensaba que era la única que le comprendía.

Estaba tan unido a ella que no le costó reconocer el sonido apresurado de sus pasos por el pasillo, su aura característica, su tensión y su agitación. Se incorporó cuando la puerta se abrió y ella empezó a hablar:

- …Es tan hipócrita …

Sabía que estaba hablando de su padre. La adolescente y él llevaban un tiempo teniendo problemas, pero lo que fuera que la estaba afectando tanto debía de ser de naturaleza demasiado personal para que se decidiera a compartirlo con él. Sin embargo, parecía que finalmente había reunido el valor, o las fuerzas para hacerlo. Sabiendo que su amiga tenía que decirle algo importante, permaneció en silencio. No le hacía falta el talento empatico que compartía con sus padres para saber que en aquellos momentos lo que Lian necesitaba era ser escuchada, comprendida y valorada. Y eso hizo, con su profunda y penetrante mirada gris fijada en ella para que supiera que tenía su atención.

Liam suspiró y miró al techo. Intentaba ordenar sus pensamientos. Estaba alterada y enfadada.

- Mi pa.. - se corrigió-. Me ha estado engañando siempre -un pequeño gruñido de frustración salió de sus labios-. Todos, en realidad -poco a poco se fue tumbando en la cama, a su lado-. Nunca nadie me había dicho que no era mi padre biológico. Siempre me dio lecciones sobre la importancia de ser sincero y lo importante que es decir siempre la verdad. Me ha mentido desde el principio, y aún peor. El otro día descubrí que antes de adoptarme oficialmente fue un villano.

Se sentía tan traicionada. Siempre había estado muy unida a su padre. Sentía que tenían una relación muy especial. Que estaban muy unidos. Pero ahora ya no podía saber qué había sido real y qué no.

- ¿Te han contado quién es tu verdadero padre? -quiso saber Moonbird, sorprendido. Lentamente, la muchacha procedió a explicarle todo-. No me lo puedo creer -se indigno él.

Desde su óptica, no había absolutamente ningún motivo para ocultarle aquello a Lian. Podía entender que no le hubieran querido contar a él quien era su verdadero padre, posiblemente por no confiar en que no terminaría siguiendo sus pasos al enterarse y convirtiéndose en un loco psicópata bebedor de sangre o algo por el estilo. Pero Lian... ¿Por qué? Por lo que le había contado la chica parecía mucho mejor referente a seguir que el hombre que al final había terminado criándola.

- Estoy harto de los mayores. Es muy injusto. Estoy harto, harto de todo -poco a poco, sus propias frustraciones fueron empezando a relucir-. Siempre me he sentido desplazado aquí, y ahora ya entiendo por qué. Se piensan que voy a ser como mi padre -lágrimas de rabia comenzaron a aflorar a sus ojos-. Estoy harto de ser condenado por los pecados de otros. Yo soy mi propia persona, y aquí nadie me ha dado la oportunidad de demostrarlo. Me han tratado igual que trataron siempre a mi madre en Azarath, con esa asquerosa condescendencia, sabes? Se creen que son moralmente superiores al resto por ser héroes, y, sin embargo, ahí los tienes, engañando a sus propios hijos...

Lian asintió. Su madre biológica era mercenaria y terrorista. Ella desde muy pequeña había sabido que Jade había hecho y hacía cosas malas. Dinah no le había ocultado eso. Incluso a veces la había llevado a la cárcel para que mantuviera el contacto con ella. Pero entonces... ¿por qué no le había contado todo lo que su padre había hecho?. No tenía ni idea de cómo funcionaba la cabeza de las personas que les estaban criando.

- Sólo pagan con nosotros sus propias frustraciones -al percatarse de que el menor estaba afectado, le abrazó, brindándole su apoyo-. Yo tampoco soy como Jade. Ni como los Crocks. Artemis demostró que se puede salir de un familia malvada. Tu madre también. ¿Por qué tienen tanto miedo? -dejó pasar un momento antes de continuar-. Quizá no deberíamos hacerles caso nunca más. No hacen más que mentir y desconfiar.

Moonbird se secó las lágrimas. Era curioso, pero, aún siendo hijo de Raven y compartiendo con ella sus aptitudes empáticas, Lian era infinitamente mejor que él en todo aquello del contacto físico. A él se le daba fatal consolar o confortar. Claro que también era cierto que su habilidad no fluía de manera natural como la de su madre, sino que él necesitaba primero establecer un vínculo con la sangre de la otra persona para poder percibir, sanar o influenciar sus emociones. Sus poderes estaban todos más limitados; Tampoco era capaz de desvincular de su cuerpo su ser-alma, como hacía ella.

De pronto, alentado por las palabras de la chica, se le ocurrió una idea.

- Oye, Lian; ¿Por qué no nos escapamos de casa unos días? Así les daríamos una lección.
- ¿Qué? -ella le miró, sorprendida-. ¿Y a dónde iríamos?
- Podríamos ir a ver al tito Dick en Blüdhaven. Estoy seguro de que, si se lo pedimos nos haría el favor de no decirle nada a nuestros padres.

Dick era el que menos rechazo había mostrado siempre ante él, y el que se había mostrado también más comprensivo y afectuoso. De todos los amigos de su madre era con el que más a gusto se había sentido siempre.

Lian sopesó su propuesta. Dick seguramente era el que menos tenía que ver con todo lo concerniente a ella. Artemis y Wally habían debido estar de acuerdo en ocultárselo. Los más jóvenes del equipo estaban demasiado ocupados con el inicio de sus proyectos familiares.

- Él siempre le ha dicho a los demás cuándo se estaban pasando. Seguramente pueda hacer que se den cuenta de sus contradicciones -asintió.

- Vale. Pues ve a tu habitación y recoge todo lo que te quieras llevar. Yo voy a hacer una breve incursión a la cocina para coger algo de comida y bebida y nos reuniremos de nuevo aquí mañana al amanecer, antes de que se despierten.

Los dos adolescentes se abrazaron de nuevo y se separaron.

Al día siguiente, ya con todo preparado se volvieron a reunir en la habitación del joven, quien se concentró, cerrando los ojos y sosteniendo su cayado mientras Lian se situaba de pie a su lado. El joven se esforzó en localizar y percibir en su interior la familiar sensación que le evocaban las emociones de su tío Dick. Esa era otra de las limitaciones de su poder; a diferencia de su madre, él no podía teletransportarse a donde quisiera, sino que necesitaba seguir el rastro emocional de una persona a la que conociera, como si se tratara de una cuerda que podía ir siguiendo hasta llegar a su destino. Había hecho aquello mil veces, aunque nunca había tratado de desplazarse a tanta distancia llevando consigo a otra persona. A causa de su inexperiencia y juventud, al chico no se le ocurrió pensar que podría ser peligroso, o que podría producirse algún fallo.

Inicialmente, todo fue bien. Localizó el rastro emocional del tío Dick y se aferró a él, llevando consigo a Lian. Empezó a tirar del hilo, pero entonces, a medio camino, algo se torció. Una súbita explosión emocional, desgarradora e intensa, les sacudió con la violencia de un tren en movimiento. Moonbird sintió, literalmente, como si estuviera dando vueltas en el interior de la dimensión de bolsillo que él y su madre usaban para caminar entre dimensiones. Una sensación de temor creciente comenzó a aflorar en su interior. ¿Y si no encontraba el camino para regresar? ¿Y si se perdían para siempre en aquél limbo? De manera absurda, comenzó a pensar en la Raven que había desaparecido mientras se teletransportaba cuando su madre había despertado del coma inducido por el Fenómeno Omega. Nunca más se había vuelto a saber nada de ella. ¿Y si nunca más volvía a ver a su madre? ¿Y si nunca tenía la ocasión de decirle que lo sentía?

Poco a poco, la oscuridad dejó de girar, y, con una sensación de alivio casi demoledora, volvió a percibir el hilo emocional que habían estado siguiendo, como si nunca se hubiera ido. Sólo que... había algo... distinto. Sin lugar a dudas eran las emociones de Dick, pero el hilo de aquellas emociones estaba... como roto. Desgastado y deshilachado, sin fuerzas. Su propia naturaleza era... conflictiva, convulsa y desgarradora. Sin poderlo evitar, sintió una oleada de preocupación y angustia apoderándose de él. ¿Qué había pasado? ¿Estaría Dick en problemas? Nunca antes había percibido algo como aquello, así que se apresuró a cubrir la distancia que les separaba de su destino.

* * * *

Un enorme pájaro gris plateado se materializó en el hogar improvisado de Dick Grayson, sumiendo toda la habitación en una densa neblina del color de la niebla en un día de luna llena. El chico observó confundido a su alrededor. ¿Dónde estaban? Aquello no se parecía ni remotamente al apartamento del tito Dick. ¿Y dónde estaba él?

Una imprecación resonó por detrás de una vieja butaca volcada, seguida por una frase pronunciada por una voz muy familiar, aunque diferente a la vez. Extrañado, el muchacho dio la vuelta al mueble caído y se quedó mirando al hombre que se encontraba al otro lado, tirado en el suelo en medio de un charco de alcohol.

- ¿Tito Dick? -inquirió, en tono escéptico.

Aquél hombre tenía un vago parecido con el amigo de su madre, pero era bastante más mayor. Como mínimo debía de tener quince o veinte años más (o eso pensaba él con su mente infantil), y además, apestaba a alcohol.

- Tú no eres el tito Dick -dictaminó, volviendo a incorporarse mientras le miraba con una mezcla de confusión y desprecio-. ¿Qué has hecho con él? -exclamó, apuntándole con su cayado.

No podía estar muy lejos, dado que era allí donde le habían llevado sus emociones.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime5th Agosto 2020, 11:56

OFF:


La castaña miró al desconocido que estaba frente a ellos. No le recordaba a la persona que era Richard Grayson en sus mundo. Su aspecto estaba muy desmejorado y ya no estaba imbuido por aquel atractivo que le caracterizaba.

- Obviamente el tío Dick ha debido alojar a un mendigo en su casa.- comentó Lian sin ningún tipo de escrúpulo.

La joven arquera estaba ojeando el apartamente. ¿Tan desordenado era Dick? Pasó sus dedos por los muebles cubiertos de polvo. "Qué suicio" pensó. Su entrecejo se empezó a fruncir. No por enfado sino porque sentía que algo no estaba bien ahí. Cuanto más miraba el lugar menos le parecía el piso de su "tío".

- Yo creo que no estamos en la casa de Dickie.- Sabía cuales eran los poderes de su amigo. Él necesita conectar con una persona para trasladarse. Es decir, que Dick tenía que estar allí. Pero qué hacía en ese basurero a aquellas horas. De con una rapidez digna de Roy, sacó su arco y le desplegó.

Estaba apuntando al desconocido cuando, de repente vio una foto. Era la clásica foto de los cinco Titanes originales pero había un aspecto que había sorprendido enormemente a la muchacha. Se acercó para ver las de cerca la imagen y la tomó entre sus manos. No podía ser.

- Moon ... mira esta foto- comentó muy sorprendida.- ¿Por qué mi padre tiene un brazo metálico?- Un cúmulo de desconcierto, miedo y angustia empezó a anidar en su interior. Pero esa fotografía no fue la que más la impactó. Había una fotografía de todo el elenco de los Titanes. Donde incluso aparecía ella y otros descendientes del grupo. Había personas en la imagen que sólo conocía por menciones de su padre & CIA: Donna, Kori, Joey ...  Cassie y Conner aparecía tomados de la mano y en una actitud muy íntima. Nunca les había visto así. Su relación era cortés amigable ahora pero antes no había sido así. Estaba muy segura que cuando ella tenía la edad de su homóloga en la fotografía, Cassie no se llevaba tan bien con Kon. En contraste a esta imagen el novio y padre de su bebé recién nacida de la amazona honorífica no estaba. Tampoco estaba la pareja de  Conner. Bart estaba sonriéndole a una chica que le miraba en plan si serás idiota. ¿Quién era? Se parecía a su tía Artemis. Raven estaba al lado de Garfield Logan. Era bastante raro.

Dejó caer la imagen al suelo. Todo eso era muy extraño. ¿Qué estaba sucediendo? Era un nuevo fenómeno Omega. Esa fusión de mundos que vivieron sus progenitores y fue una catástrofe a nivel cósmico y del universo. ¿Era una nueva crisis del infinito y vasto universo? estaba confusa, desorientada y tenía muchas ganas de gritar.
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime5th Agosto 2020, 14:23

La humareda plateada reveló la figura de dos chiquillos. El primero no debía tener más de diez años, por el aspecto frágil y aniñado bajo esa capa verdosa. La otra chica era más alta que él y parecía más mayor que su compañero, pero no mucho más. La capucha roja y el arco me resultaron desagradablemente familiares…

¿Tito Dick? — preguntó el muchacho, igual de confuso de lo que yo estaba en aquellos momentos. Hacía diez años que nadie me llamaba así. Aquel diminutivo sólo lo habían usado mis seres queridos, y ahora, después del cataclismo, todo el mundo me llamaba Richard o Ric.  

Obviamente el tío Dick ha debido alojar a un mendigo en su casa.— le contestó su amiga, con un tono de ligero desprecio en la voz.

Ey ey… parad el carro… —empecé, dejé la botella de Whisky en el suelo y me incorpore, ayudándome con el peso de la butaca. — Para empezar… ¿Quién puñetas sois y cómo habéis logrado encontrarme?— miré entonces al chiquillo de los ojos grises, que parecía ser el verdadero culpable de la situación.

Tú no eres el tito Dick — inquirió — ¿Qué has hecho con él? — y después ambos desconocidos me apuntaron con sus respectivas armas. Genial… ¿Tan bajo había caído como para ser intimidado por dos chiquillos?

Dejé escapar un leve suspiro y entonces me empecé a desabotonar, con toda la tranquilidad del mundo, la camisa de cuadros que había quedado empapada por el alcohol. Frente a ellos, quedó revelado mi torso lleno de cicatrices y heridas de bala, que salpicaban la piel sin apenas dejar un espacio vacío en el que se pudiera respirar.

Analicé la situación con suma tranquilidad. El renacuajo seguía apuntándome con el bastón, mientras que la chica había cambiado su posición y ahora se encontraba absorta mirando la fotografía que había encima de la mesa. Mi mirada se afiló cuando la encapuchada llamó la atención del tal “Moon”.

Brazo metálico… padre... ¿Era la hija de Roy Harper? No, no era posible… Lian era tan solo una niña de ocho años cuando murió. A menos que...

La chica pareció asustarse con algo y dejó caer la fotografía al suelo. El marco se partió en dos, y fue entonces cuando aproveché el momento de distracción de ambos para convertir la camisa empapada en un arma.

Enredé la camisa en el cayado del chico de ojos grises y se lo arranque de las manos, obligándolo a retroceder con la inercia. Y gracias a mi fuerza bruta, conseguí que chocase con la chica, que seguía a sus espaldas. Cuando los dos estuvieron juntos, agarré la camisa de punta a punta y los até entre ellos, para que se estuvieran quietecitos durante al menos un minuto. El arco de Roy cayó al suelo por el forcejeo y le di una patada para alejarlo del alcance de su dueña, así los mantendría alejados de atacarme, y ya de paso de que dejaran de tocar mis cosas sin mi permiso.

Volveré a preguntar… ¿Quiénes sois y qué hacéis aquí? Porqué me da la impresión de que no tenéis ni idea de lo que ha pasado… — mientras terminaban de forcejear para deshacerse del agarre de la camisa, me dio tiempo a coger otra camisa del baúl y volver a vestirme sin perderles de vista.

El mensaje de radio volvió a romper el silencio de la choza, repitiéndose en bucle hasta pasados los 12 segundos.

Somos el poblado Scar, estamos refugiados en el Paso, hemos encontrado el origen de todo, necesitamos ayuda, si alguien oye este mensaje, si aún existen héroes, os necesitamos. 

Si queréis un consejo… será mejor que volváis por donde habéis venido. Este lugar es demasiado peligroso para que dos menores de edad campen a sus anchas… — dije, mientras me colocaba la chaqueta y terminaba de llenar la mochila de víveres. — Volved a casa ahora que todavía estáis a tiempo...

Me agaché a recoger la foto de los Titanes, y terminé de romper el marco para poder sacar la imagen y guardarla en el bolsillo interior de la chaqueta. Después, me dirigí por última vez al baúl, ya casi vacío de pertenencias, y me saqué los Escrima Sticks para después atarlos al cinturón. 

Lo último que quedaba en el interior del baúl era la máscara de mi antigua identidad heroica. La máscara de Nightwing… que me devolvía una mirada vacía y llena de decepción desde sus cuencas...

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime6th Agosto 2020, 03:11

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Van Horn, Texas
Lunes, 23 de junio de 2031
23.00 h



Su rostro reflejaba a una mujer curtida en todo tipo de experiencias inimaginables. Su mirada fría y profunda parecía abocarte a un abismo de crudeza y desesperación en el que no querrías ahondar. La luz de la hoguera iluminaba ahora su figura. Un chasquido procedente de su izquierda la hizo agudizar el oído, tomando el rifle entre sus manos en un gesto rápido mientras apuntaba en la dirección del ruido. Un coyote. Suspiró con hastío volviendo a colocar el arma a su vera mientras veía alejarse al animal en la oscuridad del desierto.

«Malditos coyotes», pensó mientras atizaba el fuego.

La albina mujer puso a calentar una de las últimas latas de conserva que le quedaban. Como mucho tendría sustento para un día más. «Tengo que espabilarme en encontrar alimento cuanto antes», pensó.

Veamos si hay gente cerca... —comentó consigo misma, mientras encendía la radio que la acompañaba buscando algun tipo de señal o transmisión para interceptar.

Felicia llevaba un par de semanas tras la pista de un grupo organizado que se estaba dedicando a masacrar y exterminar poblaciones enteras. Se les conocía bajo el nombre de “Los Hijos de la Luna”. Ella conocía esta información gracias a esa radio que llevaba siempre consigo. No era la primera vez que lograba captar mensajes de otros Moradores del Desierto que, como ella, luchaban por sobrevivir en un mundo como ese. Ahora, tras lo acontecido por aquel grupo de sádicos cada vez quedaban menos. Y los que quedaban estaban moviéndose a otros sitios.

Hardy, por su parte, se había cansado de huir siempre de aquí para allá como una rata; al fin y al cabo ella era una Gata. Y su objetivo era acabar de una vez por todas con aquella plaga; aunque aquello le supusiera la vida. Ya no tenía nada que perder. Ya lo había vivido todo. De pronto la radio captó una señal:

~Ya hemos hecho lo que nos pedía... *sonido de gaviotas* ...-samos de nuev-...a la base... *extraños gruñidos* ¡Pero qué coj-...! *ruido blanco*

«¿Gaviotas?», se preguntó mentalmente, «¿Entonces se encuentran en la costa...?»

¿¡Y qué cojones ha sido eso último!? —gritó contrariada mientras movía el dial de la radio en busca de alguna nueva señal que le permitiese resintonizar el canal. Entonces, captó otro mensaje muy distinto:

~Somos el poblado Scar, estamos refugiados en el Paso, hemos encontrado el origen de todo, necesitamos ayuda, si alguien oye este mensaje, si aún existen héroes, os necesitamos.

El mensaje se repitió varias veces, hasta que Felicia decidió apagar la radio. El Paso se encontraba a muy poco tiempo de dónde se encontraba ella. Aproximadamente a 39 horas a pie. Por otro lado, la señal que había captado antes parecía provenir de un lugar con mar; algo que dedujo gracias al sonido de las gaviotas que se escuchaban de fondo. Seguir aquella señal probablemente la condujera a una muerte segura antes de llegar a su destino, ya que se encontraba muy retirada de la costa más cercana y no contaba con alimento suficiente. Así que tras barajar sus escasas opciones, Felicia decidió acudir hacia la señal de socorro, ya que probablemente allí podría reponer fuerzas y continuar más adelante en pos de su venganza contra el líder de los Hijos de la Luna.

En el fondo, Felicia deseaba que alguna vieja cara conocida hubiese recibido también aquella señal para así reencontrarse con algo que le devolviera fragmentos de recuerdos pasados.  

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime6th Agosto 2020, 13:26

La adolescente castaña estaba tan impactada por aquellas imágenes que mostraban una narrativa muy diferente a lo ocurrido en su historia que no percibió los movimientos de Richard. Por algo decía su padre que hay de despistar al enemigo.

-Joder- dijo cabreada al verse amarrada. - Qué vergüenza reducidos por un cutre borracho.-
Lian había heredado la habilidad de la supervivencia de sus ancestros. El mismo Vándalo Salvage había sido un superviviente  de una catástrofe mundial. Ella recogió como Roy y muchos otros ese legado. En situaciones complicadas su mente se desenvolvió más rápido y de forma más tenaz. Llevaba una navaja suiza en el bolsillo de su pantalón. Si tan sólo pudiera alcanzarla.  Solo tenía que tomarla y cortaría la camisa que les apresaba. Pero quizá había una opción más rápida.  Dado que la tela de las camisas no estaban diseñadas par apresar a nadie. Las camisas principalmente se componían de lino o algodón fibras que en su mayor parte son celulosa. por lo que no eran muy resistentes a la tensión. Sus hebras no estaban muy compactadas, así que cada hilo aguantaba la tensión casi exclusivamente.

- Necesito que te quedes muy quieto, voy a producir una tensión.- comentó en su susurro a su amigo, esperando que el mayor no lo captase. Lian empezó a moverse, balanceándose. Se movía vigorosamente porque estaba muy enfadada porque ese borrachuzo hubiera chutado el arco que la había regalado su padre cuando había conseguido tener una puntería perfecta. Esperaba dos resultados; que el nudo se aflojase o que la tensión partiera las fibras de la camisa. Al realizar ese movimiento durante un rato la camisa se partió. Justo en el instante en que cuando empezó a sonar una extraña grabación.

¿Poblado Scar?¿Refugiados del Paso? No entendía qué eran esos conceptos. Tras escuchar la grabación ese vagabundo se atrevió a darles consejos y a Lian se le hirvió la sangre. Estaba visto que era quien menos debía hablar sobre cuidados y peligros. ¿Se había mirado en un espejo? Su imagen era espantosa y distaba mucho de lo que era un persona sana física, psíquica y emocionalmente.

- Mira desde mi perspectiva, eres tú quien necesita nuestra ayuda. Suciedad, alcoholismo y auto culpabilización. -  Tragó saliva cuando una realidad se le hizo muy evidente. Dick se agachó a recoger la foto de los titanes que ella había dejado caer por el asombro.Esos gestos de aquel hombre. Sus actitudes. Le parecían muy similares a cuando los mayores hablaban sobre personas desaparecidas o muertas. Siempre guardabas como un tesoro la fotografía que te tomaste con esa amiga a la que la muert apartó de tu lado. Entonces la arquera se dio cuenta de una terrible realidad. Se llevó las manos a la boca.

- Todos están muertos, ¿verdad? por qué guardarías una imagen con tanto empeño sino.- intentó mostrase serena pero su voz se quebraba al pensar en esa situación. Su padre, su familia y sus amigos … No ver la carita sonriente de los más pequeñines. Si hacía nada más que un par de días que habían ido todos en manada a casa de Cassie y John para conocer a la pequeña Grace.  Todas esas personas  que a pesar de no estar directamente ni sangrientamente relacionada con ella la había tratado siempre como si fueran su familia más cercana.

Dio unos pasos para adelante y recogió su arco. En un acto involuntario lo acercó a su pecho. Estaba enfadada con su padre, con Dinah y con sus tíos pero no quería que les ocurriera nada malo. No quería dejar de ver a su familia para siempre.
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime7th Agosto 2020, 23:39

Un mendigo... parecía lo más lógico, sin embargo... ¿por qué no le terminaba de encajar? ¿Y por qué el tito Dick estaba viviendo en una choza?

-No sé, Lian... Hay algo que no me encaja...

La chica le llamó entonces la atención sobre una foto, y el mundo se le vino encima cuando la vio. Roy con un brazo metálico, gente a la que nunca había conocido, la tita Cassie con el tito Conner, su madre con... ¿Garfield? Pero si no tenían nada en común y casi ni se hablaban... Frunció el ceño en un gesto de desconcierto que fue poco a poco mutando en temor a medida que una sospecha muy concreta se iba adueñando de él. Moonbird sabía de la existencia de universos y dimensiones alternativos. El fenómeno Omega había fusionado varios de ellos, pero no todos. Sabía por su madre, y por su propia habilidad de teletransporte, que existían más universos, con personas similares pero circunstancias y contextos diferentes... Diferentes posibilidades que se elevaban hasta el infinito...

El exabrupto del supuesto mendigo no hizo más que enraizar aún más aquella sospecha. No les reconocía, lo cual significaba que Lian y él no existían en aquél universo, y la pregunta de cómo habían logrado encontrarle indicaba que realmente era Dick, dado que le habían dicho que venían buscándole a él.

- ¿Tito Dick? -alzó hacia él unos enormes ojos grises en los que el temor había reemplazado a la sospecha.

Vio cómo se empezaba a desabotonar la camisa y retrocedió, tan asustado de las horribles marcas y cicatrices de su torso desnudo como de las intenciones por las que el mayor había empezado a quitarse la ropa. Pero entonces a Lian se le cayó al suelo la fotografía, provocando que tanto el marco como el cristal se quebrasen con un ruido fuerte y repentino que sobresaltó al menor, haciéndole desviar la atención hacia la fuente del sonido, momento que el "mendigo" aprovechó para atacar con la velocidad de una serpiente, arrancándole el cayado de las manos y empujándole hacia Lian, provocando que ambos perdieran el equilibrio.

- ¡Ouch! -se quejó.

Mientras aún estaban enredados en el suelo, el hombre mayor les ató juntos con la camiseta empapada que apestaba a sudor y alcohol. Moonbird arrugó la nariz y forcejeó.

- ¡Hey! -se pasó la lengua reseca por los labios al escuchar la pregunta. No nos reconoce... no sabe quiénes somos...-. Hemos venido buscando a nuestro tío Dick... Tú le conoces, ¿verdad? -le miró fijamente a los ojos con sus profundos orbes grises-. Tienes esa foto... -estrechó los ojos, tratando de encontrar un rastro del hombre que tanto había llegado a querer y apreciar en aquel rostro cansado y atormentado-. ¿Eres... eres tú?

Su amiga consiguió liberarles justo cuando el mensaje comenzó de nuevo a retransmitirse. ¿Poblado Scar? ¿Origen de todo? ¿Si aún existen héroes?

- ¿Qué ha pasado? -susurró con un hilo de voz.

"Volved a casa", dijo el mayor, y Moonbird se mordió el labio inferior para contener el temblor que delataba sus ganas de llorar mientras dejaba que Lian descargara sus frustraciones con el mayor.

- No... no puedo... No puedo contactar con la energía de ninguno de nuestros amigos... -dijo en voz baja, justo en el momento en el que Lian llegaba a la misma conclusión que él. La miró a los ojos, con los suyos empañados por las lágrimas-. Están muertos, Lian. Están todos muertos. Mi madre, tu padre, todos... todos menos él -le señaló con el dedo-. No es ningún mendigo, es el tito Dick. No sé cómo hemos terminado en otra dimensión, y no soy capaz de encontrar el camino de regreso. Estamos perdidos entre dimensiones y no está mi madre para llevarnos de vuelta. Ha sido todo culpa mía... Nunca debí haber desobedecido a mi madre -sollozó, cubriéndose la cara con las manos.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime10th Agosto 2020, 14:46

Me molestó que la chica de rasgos vietnamitas hablara como si realmente supiera lo que estaba ocurriendo, en lo que me había convertido… ¿Alcoholismo y auto-culpabilización? Era posible… pero no tenía ni idea de los horrores a los que había sido sometido a lo largo de estos diez años de muerte y destrucción...

Haceros un favor, y largaos de una vez...

Lo mejor era apartarme, alejarme de ellos. No sentir absolutamente nada, ni permitir que los chavales simpatizaran conmigo. No me convenía. Si venían de otro mundo, poco tenían que hacer aquí. Debían volver con sus respectivas familias lo más pronto posible, y agradecer que toda la gente a la que querían seguía viva… y a su lado.

Todos están muertos, ¿Verdad? Por qué guardarías una imagen con tanto empeño sino.

La chica insistió, y aquella frase me traspasó el pecho como si de un cuchillo bien afilado se tratara. No quería decírselo, no valía la pena causarles ningún sufrimiento, ni compartir con ellos mis peores pesadillas… no si podían escaparse de este horrible lugar y no volver a pisarlo jamás…

Les di la espalda y con paso firme, me dirigí hacia la puerta de madera podrida, dispuesto a dejar atrás aquel apestoso lugar. Creí que nada me impediría salir por aquella puerta, pero me quedé congelado bajo el umbral de la choza, tras escuchar las últimas palabras de mis asaltadores adolescentes.

No es ningún mendigo, es el tito Dick. No sé cómo hemos terminado en otra dimensión, y no soy capaz de encontrar el camino de regreso. Estamos perdidos entre dimensiones y no está mi madre para llevarnos de vuelta. Ha sido todo culpa mía... Nunca debí haber desobedecido a mi madre…

Su madre. Teletransporte. Salto entre dimensiones. Esos ojos grises, asustados, que me miraban como profundos pozos de agua. La piel pálida, casi cadavérica, y esa inseguridad en la voz…

Raven. Aquel muchacho era el hijo de Raven. La empata había conseguido ser feliz en otra dimensión...

Joder… — gruñí, protestando para mis adentros. Estaba muy molesto. Molesto conmigo mismo. Y es que algo en mi interior tiraba de mi cuerpo, me inmovilizaba, impidiéndome seguir como si nada fuese conmigo. No podía dejarles tirados, no era propio de él. No hubiese sido propio del antiguo Dick Grayson.

Sí, tenéis razón. — deje escapar un largo suspiro de frustración y me di la vuelta para encararme a los dos jóvenes. — Están todos muertos. Mis amigos, vuestros padres… todos… — me atraganté con el sabor amargo de mis propias palabras— Por desgracia, sólo quedo yo… atrapado en este país de mierda donde todo se ha ido al traste…

Se me encogió el corazón al notar la desesperación en los ojos grises del hijo de Raven, culpándose por lo que había hecho. No podían volver a casa y quedarían atrapados en este lugar si no hacían algo…

Llorar no os va a servir de nada… — dije, con algo más de amabilidad en la voz. No podía enfadarme con ellos después de todo.

Fue entonces cuando la arquera posó su mano en el hombro de Moonbird, con intención de reconfortar al pequeño.

Volveremos a casa y sino, pues este mundo no está tan mal ... —mantuvo la calma, y me sorprendió la seguridad en su voz. — Sí este Dick está muy desmejorado pero no parece mentiroso— suspiró, mirando a los dos hombres de la estancia. Moon arrugó la nariz, no parecía demasiado convencido con lo de quedarse a vivir aquí. Y lo entendía perfectamente...

No podéis quedaros aquí… — suspiré algo más calmado y me llevé la mano a la nuca— Es mejor que vengáis conmigo si queréis sobrevivir. Es posible que en el Paso haya gente que pueda ayudaros, si es cierto que van a reunirse los últimos "héroes" que quedan en el mundo. Aunque puede que también sea todo una trampa... no lo sé. El mundo ahora es un lugar peligroso, pero es mejor que quedarse quieto sin hacer nada…

Está bien —dijo el muchacho, limpiándose las lágrimas con el reverso de una mano sucia— Iremos contigo. Y por el camino nos pondrás al día de todo lo que ha ocurrido aquí y como murieron nuestros padres. Quizá se nos ocurra una manera de solucionar todo esto....

Estamos aquí por algo. Las cosas no suceden de casualidad. — la arquera cerró los ojos un momento, deteniéndose a analizar la situación. — Sí, lo mejor es partir con ... ¿Cómo quieres que te nombremos? Es mejor buscar alternativas que quedarse sin hacer nada.

Hace mucho que ya nadie me llama así… — confesé, con voz cansada. Los miré por un instante con mis intensos ojos azules. A pesar de los años, aún conservaba un poco de ese aire atractivo que me caracterizaba— Pero para vosotros Dick ya está bien...

Suspiré, y dejé que los dos muchachos terminaran de prepararse antes de continuar el camino. Mi intención era dirigirnos primero al centro comercial, donde seguramente podríamos coger algo de transporte que nos acercaría a los refugiados del Paso. Y por el camino... quizás estaría bien entrenarme un poco de sus vidas, y con quién habían tenido hijos la Raven y el Roy del otro universo...

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Última edición por Dick Grayson el 22nd Agosto 2020, 16:06, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime17th Agosto 2020, 12:21

Edward dejó caer la mochila en el polvoriento suelo cubierto de tierra y piedras, ya era su tercer día de camino después de haberse decidido a lavarse, cambiarse de ropa por una más práctica, unas botas de tipo militar, un pantalón del mismo estilo color caqui y una camiseta de algodón verde oliva, jadeaba agotado, el sol estaba en su punto más alto y golpeaba sin piedad sobre la cordillera de la montaña en la que el hombre estaba, el silencio sepulcral junto con el calor hacían de aquel lugar un páramo muerto, Edward sacó la daga que llevaba en una funda ceñida al cinturón, abrió la mochila que había tirado al suelo y de ella sacó un trozo de cecina seca, cortó un pedazo y se lo llevó a la boca, masticando con calma y saboreando.

Estaba sentado en una roca, aprovechando la débil sombra que le proyectaba la pared de la montaña que había a sus espaldas, delante suyo se extendía la ciudad del Paso, muerta, abandonada, sin más sonido que el del fantasmal viento que recorría sus calles vacías, habitadas solo por el polvo y la muerte, cortó otro trozo de cecina y se lo metió en la boca, mientras saboreaba con calma la carne guardó lo sobrante en la mochila en la que llevaba algunos víveres de comida, agua en una cantimplora, una ganzúa que utilizaba para entrar en edificios, un botiquín y unos prismáticos, que retiró de la bolsa y se colocó en la cara, para observar la ciudad que tenía delante:

-Vamos…Ya me tenéis aquí ¿Dónde estáis? – Buscaba alguna señal, algún indicio de gente viva en aquel lugar, sin embargo…Nada ¿Podía tratarse todo de una trampa? Escudriñó las azoteas, pero no veía nada, hasta que a unos 5 kilometros frente a él, o eso calculaba, vio una imponente torre de radio, una emisora, el mensaje debía haber salido de allí…Retiró los prismáticos y tragó la carne, se puso en pie y observó a su alrededor, descendería hasta la ciudad y esperaría a que bajase la luz para acercarse a la torre, al atardecer entraría a ver que encontraba.



La luz del atardecer ya había empezado a iluminar la ciudad, el frío a ocupar el lugar del terrible calor de la mañana, desde el cataclismo las temperaturas eran bastante extremas, altas por la mañana y bajas por la noche…Mientras abría con cuidado la puerta del edificio de la emisora de radio Edward recordaba con cariño el tiempo de Los Angeles, mucho antes de que sucediera todo aquello, un clima siempre agradable y estable…La puerta crujió y dejó al descubierto su interior.

Ante sus ojos se abría un vestíbulo circular con unos amplios ventanales ausentes de cristal, la luz del ocaso daba un tono especialmente nostálgico al lugar iluminando una serie de fotografías que había expuestas en las paredes, ahora, llenas de polvo, en el centro de la sala había un mostrador que estaba partido, el suelo estaba lleno de astillas, Edward se acercó y examinó el mueble, aquella rotura era reciente, como si hubieran golpeado con algo o alguien aquel punto, también había algunas de las fotografías en el suelo, con el marco roto, allí había habido una pelea...Vio que detrás del mostrador se extendía un pasillo, cerca de la entrada al mismo, en la pared, había unas marcas circulares en la pared, eran orificios de bala, Edward desenvainó su arma y se adentró en el pasillo con cautela.

En este no había signos de lucha, aunque era difícil decirlo, apenas se veía nada por la ausencia de luz, por lo que Johns estaba atento al resto de sus sentidos, al fondo del mismo había una puerta entre abierta de la que salía una luz parpadeante azulada que parecía de origen eléctrico…Se deslizó por el pasillo en silencio y observó a través de la rendija de la puerta.

En el interior había un hombre afroamericano, de espaldas a la puerta, parecía algo anciano, su pelo era completamente blanco y parecía bastante delgado, parecía estar sujetando algo que transmitía aquella luz, delante de él estaba la emisora, Johns dio un vistazo rápido, parecía que el hombre estaba solo, entró con suavidad y la voz rasgada del tipo le puso en alerta:

- Ya sabía que estabas ahí…Noto que llevas un arma, si vienes a saquear la emisora, me temo que no puedo permitírtelo…- El hombre se puso en pie, llevaba una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones negros bastante desgastados, iba descalzo, soltó lo que estaba sujetando, unos cables de un tamaño considerable y se dio la vuelta, las manos emitían un brillo azul intermitente:

- No he venido a robarte…- Edward guardó su daga, el hombre era un pobre anciano…Examinó su rostro, los ojos estaban ausentes de brillo, el pobre hombre era ciego y en su cara tenía una cicatriz que le surcaba el rostro desde la frente hasta la mejilla derecha: -…Recibí el mensaje. – Dijo de forma tajante, a pesar de las cicatrices y la ceguera del anciano, Edward reconoció el rostro, era Jefferson Pierce, también conocido como Relámpago Negro, la identidad de varios héroes fue revelada al mundo cuando la sociedad cayó y parecía que a Pierce no le había ido especialmente bien:

- No has sido el primero en llegar…Os están esperando…- Señaló una puerta que había en un lado que parecía llevar a una salida de emergencia hacia el exterior: - Yo…Me quedaré aquí…Debo seguir enviando el mensaje… - Se sentó en el suelo y volvió a coger los cables emitiendo un gruñido cuando las manos empezaron a brillar, el hombre parecía terriblemente abatido, cansado…Edward había visto esa actitud en varios hombres a lo largo de aquel tiempo, él, mismamente, no estaba lejos de ese punto, un punto en el que la vida ya no importaba.

….

Caminó unos diez minutos, primero, a través de un pasillo a oscuras y luego llegó a unas escaleras metálicas que ascendían hasta el tejado de la emisora, subió con cautela, aunque tranquilo, si Relámpago Negro estaba allí quería decir que no eran carroñeros, llegó hasta el tejado del edificio, allí, en el centro había un fuego que iluminaba el lugar, ya era casi de noche…Alrededor del fuego había unas personas sentadas que Johns no conocía:

-Así que aquí estamos…El último resquicio de esperanza…- Dijo de forma irónica, levantando una mano para saludar, se sentó con calma y sacó la cantimplora de agua de su mochila, dio un trago y entonces se dio cuenta que, de pie, alejados del fuego, dos personas conversaban haciendo gestos, no sabía muy bien de que hablaban, pero parecía que discutieran.

Una era una mujer que debía tener más o menos la edad de Edward, a pesar de que la edad le había castigado se intuía que había sido muy guapa, llevaba una túnica de color marrón y el cabello negro hasta la cintura, sus ojos azules se movían con rapidez mientras gesticulaba con la boca y movía las manos para hacer gestos, el otro era un hombre más anciano, estaba apoyado sobre una de las estructuras metálicas, hacía gestos con la mano izquierda, aunque también hablaba, el tipo tenía una larga barba gris y una melena del mismo color que le caía hasta los hombros, tenía un muñón en el brazo derecho a la altura del hombro y otro en la pierna izquierda a la altura de la rodilla, bajo la axila izquierda tenía una muleta:

-Joder…Esto parece le club de los tullidos. – Dijo con un tono de broma hacia las personas que tenía cerca suyo: - Bien, creo que somos suficientes…- Dijo el hombre de la barba larga: -…Vamos a comenzar. -

OFF: Una vez acabada esta ronda pasaré a postear doble, al final de la ronda como 'master' para describir lo que va sucediendo y al inicio de la nueva como Edward.

Aclaración: He asumido que Edward es el último en llegar al punto de reunión, aunque si alguno quiere aparecer después de él, es factible.

También aclaro, los personajes que están arriba discutiendo son Zatanna y Green Arrow (el cojo), Zatanna no puede hablar por algo que aclararé al final de la ronda, si en vuestros posts tenéis que interactuar con ellos, tened en cuenta lo descrito.

Cualquier duda, mp o mensaje de Whatsapp! Suerte!

Orden de posteo:

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- Lian
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime18th Agosto 2020, 00:16

Lejos del punto de encuentro en el paso, donde antes se erguía una gran ciudad se hallaba en su lugar un enorme edificio de cemento oscuro, entre unas hendiduras que no se veían desde los lados se acostaban las únicas, y escasas, ventanas del ominoso edificio. A su alrededor se había levantado un muro en el que se alzaban cientos de barracas de aspecto similar al ya mencionado edificio, en el cual soldados vestidos con un uniforme negro y una marca de un escorpión parecían llevar una vida “normal” a lo que un soldado en ejercito se refiere. El edificio estaba completamente limpio sin ninguna marca ni mancha ; ni siquiera los pájaros parecían tener el valor suficiente como para posarse en su tejado.

Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Evil-building-14a_resize_md

Dentro, en la sala de reuniones, varios hombres, algunos trajeados con unos trajes negros con botones de color rojo que le ataban los ropajes al lado izquierdo del pecho, otros con vestidos de aspecto militar y alguien que estuviese muy puesto en política y en temas militares reconocería el rostro de muchos ellos; antiguos políticos estadounidense y generales del ejercito que se unieron a los escorpiones, ya sea por que lo veían como el verdadero nuevo gobierno, por interés propio o, simplemente, por miedo. En el punto más alejado de la mesa, en el cual se podía mirar a todas las personas de la mesa, se encontraba un hombre vestido con un impoluto traje negro, más negro que aquellos que le acompañaban, con unas hombreras militares de color rojo y un pin en el pecho con el símbolo de un escorpión, aquel hombre era Marek Kotska, el Emperador Escorpión.

Todos en aquella sala estaban sumidos en un frío silencio mientras, mediante un interfono en el centro de la mesa rectangular, escuchaban al capitán que hace un tiempo estuvo hablando con la sobrina de Marek, explicándole a todos los presentes los planes del ciborg. Cuando acabó, hubo un silencio incluso más pesado que el que ya se cernía sobre ellos, más el sonido de la silla de cuero de Marek en movimiento lo cortó como un fino cuchillo

-Gracias capitán, será gratamente recompensado por esto


Y con un botón corto el interfono. El hombre giró su silla, quedando hacia la ventana que, en línea recta, subía por la pared hasta acabar fuera de la vista. Los hombres allí presentes se miraron entre sí, intercambiando algunos susurros y miradas nerviosas pensado que diría su Emperador sobre lo que ese soldado le había contado… la primera respuesta que recibieron fue el sonido de un puño siendo fuertemente apretado

-Está pensando en derrocarme y quedarse el imperio para ella sola- giró la silla de nuevo, poniéndose en frente de la mesa en la cual apoyó los hombros, juntando los dedos por las yemas -Está planeando buscar gente que pueda derrotarme, para hacerse con el poder.

Algo que le pasaba a todos los dictadores, o emperadores, era que al cabo de un tiempo se volvían paranoicos y les entraba la idea de que todo el mundo iba a por ellos. Asesinos en las recepciones, en las fiestas, en los lugares privados, en su mente no estaban seguros en ningún sitio. Sin embargo, él no tenía miedo de la ciborg sabiendo que si se acercaba mucho a él con intenciones de matarle podría, simplemente, desactivar su traje y dejar que muriera, pero si conseguía hacerse con más gente para derrocarle… eso sí que era un problema que tenía que solucionar

-¡Pero, mi señor!- exclamó uno de los allí presentes -Kotska es nuestra mejor arma, gracias a ella hemos ocupado gran parte del territorio norteamericano ¿Y ahora quiere que

La voz del hombre fue cortada al segundo cuando Marek alzó la mano al aire con la palma en forma de pinza; ese era el gesto del emperador y cuando él, y solo el, lo hacia significaba que desde ese momento todo lo que decía se tenía que seguir a rajatabla sin rechistar y aquel que pusiese alguna objeción sería ejecutado al momento

-La gema tiene el poder, ella solo es una marioneta y cuando una marioneta se rompe… se construye otra- con la mano aun en el aire presiono el botón que volvió a encender el interfono de la mesa -Mandaremos a un regimiento para que la encuentre y la extermine a ella… y a todos con los que se haya aliado.

 
~~~~~~~~

Kotska, totalmente ajena a lo que su tío tenía planeado para ella, fue la primera en llegar al paso. Cuando llegó el atardecer aun no se cernía sobre sus cabezas por lo que el calor del día seguía inundando su traje cibernético que se mantenía fresco gracias a su sistema de refrigeramiento. Avanzó por la ciudad que ella remarcaba para sus adentros como “patética”, aunque para ella todo ese catastrófico evento fue una mejora, algo que obligaba a las personas a ser más fuertes, a no depender de los demás siempre y a valerse por sí mismos, claro que sería así hasta que el imperio de su tío tomase el control, unifique todo el continente e imponga nuevas leyes a los ciudadanos, leyes que deberá de seguir por el bien de todos… y por el suyo propio.

Haciendo uso de la energía restante que le quedaba de la gema, dio un empujón a la puerta que se abrió de sopetón, dejando ver unos segundos el interior antes siquiera de entrar en el edificio. No se fijó mucho en el interior, ella no venía a disfrutar de las vistas ni a recordar “tiempos mejores”, estaba ahí por una razón, no quería perder el tiempo. En lo que sí se fijó fue en las notables marcas de una pelea que se hallaban por el edificio; el mostrador partido y los orificios de bala, mas en ningún momento su espada fue desenvainada con la confianza de que los causantes de aquel estropicio o ya estarían lejos o no serán los suficientemente estúpidos como para hacerle frente.

Pero a lo mejor se equivocaba, o al menos eso pensó cuando vio la luz parpadeante que salía de una de las puertas. Aun con la confianza de que no necesitaría su arma, avanzó hacia la puerta y la abrió, de nuevo haciendo uso de la energía, con fuerza haciendo que se diera contra la pared con un fuerte golpe. El hombre afroamericano en su interior se giró al escuchar el golpe, las manos aún brillaban con un color azul intermitente

-Tu… has venido- dijo en un tono incrédulo, casi como si, incluso con sus ojos ciegos, pudiera ver quien se encontraba frente a él -la esclava ha llegado- murmuro en voz baja, evitando asi la furia de la mujer -ha sido la primera… pasa

Kotska miro con odio al hombre, sabía quien era por “La lista”; una larga lista de “personas peligrosas para el imperio” que debían ser cazadas y exterminadas y aquel hombre estaba en ella, junto a muchos de sus antiguos colegas. La política de su imperio era cazar a todo superhéroe y supervillano del “antiguo mundo” y exterminarlo, sin excepciones, algo que también se dirigía hacia los mutantes, al menos los que se negaban a entrar en el ejército a ayudar al imperio a expandirse. Sin embargo no estaba ahí para cazar, eso sería en otra ocasión; ahora debía mezclarse entre ellos, puede que incluso ganarse su confianza hasta poder hallar los héroes restantes y aniquilaros con su ejército.

Entró por la puerta que aquel hombre ciego que antaño fue un gran superhéroe le marcaba con la mano. Al entrar no reconoció al instante las dos personas que se encontraban en su interior, pero ellos sí que la reconocieron a ella, al menos la marca que llevaba en el traje, y en seguida se pusieron a la defensiva, al menos todo lo que pudieron en su decrépito estado

-¿Qué haces tú aquí?- exclamó el hombre en tono furioso -¿No deberías estar sembrando la guerra por todos los territorios? ¿Masacrando a todos los que no se unen a vuestro querido imperio?

Al parecer el hombre de patético aspecto tenía conocimiento del Imperio Escorpión y de lo que era aquella mujer que estaba enfrente suya; una máquina de matar que arrasaba contra todos aquellos que se oponían a ella, junto a su ejército conquistaban tierra tras tierra dejando tras de sí las ruinas de sus opositores. En los ojos de la mujer, el hombre no veía vida alguna; veía los ojos de una muerta, de una persona que no tenía nada más en la vida, nada más que muerte y destrucción. Ante los “insultos”, la ciborg permaneció en calma sin mover ni un solo dedo, metiéndose en su papel

-Nuestro objetivo es unificar el continente, acabar con los grupos que traen la miseria a estas tierras y traer la paz- aunque todo eso a ella le importaba una mierda, era una mentira que estaba acostumbrada a repetir y ya la dictaba como si de una actriz se tratase -No queremos la guerra, pero es una efectiva forma de conseguir nuestros objetivos

El hombre y la mujer fruncieron el ceño, en claro desacuerdo con lo que la mujer les había explicado. Esta ya se dio cuenta de que, si tenían tanto conocimiento sobre su Imperio era porque en los “viejos tiempos”, antes de la catástrofe, fueron héroes, héroes que ella tendría que cazar más adelante… no ahora, no obstante ya tendría tiempo cuando consiguiera la confianza necesaria para encontrar dónde se escondían el resto de sus antiguos colegas

-He venido a ayudar, el Imperio cuida a sus ciudadanos

Ante esa frase el hombre se apoyó con fuerza en la muleta y miró con intensidad a la mujer

-Esto no es parte de tu imperio y seguro que estas esperando el momento perfecto para que venga tu ejército ¿Verdad?... Largo de aquí, asesina

El hombre no perdió ni un segundo con lo que él consideraba una genocida más, aunque Kotska no se movió en absoluto

-Ni mi ejército ni mi emperador saben que estoy aquí- su mirada era seria ya que, por una vez, estaba diciendo la verdad… a medias, pero la verdad -He venido a ayudar, nada más.

El hombre intercambio por unos instantes miradas con la ciborg y con la mujer que estaba su lado, segundos después un suspiro salió de entre sus labios cubiertos por la barba

-Eso ya lo veremos…

Y tomando una pose más relajada, la que tenía antes de que entrase la mujer, se volvió a apoyar sobre la estructura metálica dejando a Kotska que se sentará alrededor del fuego, aunque sabían que si la próxima persona que entraba por esa puerta reconoció a la ciborg tendrían que decirle que no se trataba de una emboscada del temible imperio, si no que ella “de verdad” vino a ayudar como ellos. Una vez se había acomodado, echando la capa tras su asiento, pulso un botón en su muñeca que hacía llevar un poco del agua que tenía guardada directamente a su cuerpo evitando así tener que quitarse la máscara metálica que le ayudaba a respirar; ya estaba ahí ahora solo le quedaba esperar a ver quien más entraba por esa puerta. Cerro los ojos y empezó a... meditar.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime26th Agosto 2020, 21:48

¿En serio? Te vas a meter de cabeza en una trampa, Ric. — protestó la mujer con el rostro pintado con rayas rojas y verdes. La joven que dirigía el centro comercial tenía la cabellera rubia, recogida y adornada con múltiples y pequeños moños que la hacían parecer aún más joven de lo que era.  

Ya sabes como soy, Amber. —sonreí, recogiendo los víveres que me había dejado la chica encima del mostrador, para después meterlos en la mochila. Con lo que había traído Moonbird, teníamos por lo menos agua y comida para tres días entre los tres— Es posible que no vuelva en un tiempo… — me devolvió la mirada con sus preocupados ojos azules. — Cuida mucho de los chavales.

Eso haré. Ve con cuidado...

Me despedí con una caída de ojos y volví junto a los dos adolescentes. Liam y Moon me estaban esperando a las puertas de aquel centro comercial convertido en base. Observaban curiosos a los refugiados que vivían allí. La mayoría eran como ellos y no pasaban de los 16 años. Todos habían perdido a sus familias durante el cataclismo, y los mayores ahora eran los que se encargaban de mantener a los críos.

Este sitio es de los pocos lugares de Estados Unidos en los que aún queda esperanza…— expliqué, levantando la mirada hacia los jóvenes turistas — Estos chavales, están luchando con todas sus fuerzas para poder sobrevivir. No era el futuro que les prometimos… y aún así, nunca pierden la esperanza. Creen que algún día las cosas volverán a ser como antes, mientras se mantengan unidos…

Yo era como ellos. Una persona alegre, siempre positiva y llena de esperanza. Pero eso fue antes de perderlo todo. Me recordaban a mi familia, y no podía culparlos por su inocencia e ingenuidad. Por intentar mantener viva la llama. Pero para mi… el fuego ya se había apagado hacía mucho tiempo.

¡Richard! — gritó Amber desde el otro lado, justo antes de que cruzáramos la puerta secreta que llevaba hasta el exterior — No te olvides… “The dream must stay alive”

***

Uno de los tipos que le traía mercancía a Amber pasaba cada tres días cerca de la frontera con Méjico. Conducía uno de los pocos camiones que seguían activos e insistió en dejarnos cruzar por módico precio. Me debía un favor, pero aceptó después de que le amenazara con partirle las dos piernas. Parece que aquello le terminó de convencer.

Nos escondimos los tres en el camión, y tuvimos bastante tiempo para charlar durante el trayecto, antes de llegar a las afueras de El Paso. Les conté lo esencial, que todo había ocurrido un 16 de julio de 2021 con una explosión que arrasó la ciudad de Nueva York, reduciéndola a un simple cráter. Pero aquello no fue lo peor, no… lo peor vino después. La explosión llegó a ser tan grande, que las cenizas y el humo permanecieron en el cielo durante días. La lluvia ácida y una nube gigantesca de polvo rodeó los Estados Unidos, liberando así un alto nivel de radiación que cambió por completo los biomas. La temperatura del planeta descendió durante los meses siguientes, y la fauna y la flora empezaron a escasear… nuestro país se había convertido en lo que más habíamos temido de las obras de ciencia ficción.

Así que como veis, esto es peor que cualquiera de esos cómics post-apocalípticos que hayáis leído… — traté de hacer una broma, pero hacía demasiado tiempo que no hacía bromas. Me sentía… oxidado. — La gente trató de huir hacia el sur, algunos incluso lograron escapar a Europa. Pero los que quedamos atrapados aquí, luchamos contra las fuerzas que trataron de hacerse con el control del país. Los moradores del desierto... antiguos villanos de los Titanes y la JLA… Ah, y los que no querían cobrarse venganzas pasadas, luchaban por los territorios más fértiles, o por conseguir combustible, comida o agua potable. Como veis, ahora este es el pan de cada día…

Estaba empezando a notar el temblor que venía antes de la ansiedad, así que me llevé las manos a la mochila, buscando una de las cantimploras que había rellenado con Whisky.

Nunca llegamos a descubrir qué fue lo que causó la explosión, y últimamente, corren rumores de que han empezado a desaparecer poblaciones enteras de la noche a la mañana. Todo apunta a una secta llamada Hijos de la Luna… pero lo cierto es que no tengo ni la más remota idea. No es que sea una época en la que te puedas fiar de las noticias.

Desenrosqué el tapón y le di un sorbo, que bajó ardiendo por mi garganta. Aquello me tranquilizaría un rato. Notaba como las pulsaciones empezaban a dispararse y la inquietud se adueñaba de mi cuerpo. No me gustaba hablar del tema, ni recordar los horrores pasados, pero supongo que se lo debía a aquellos dos chavales.

Bueno, creo que ha llegado el momento de las preguntas incómodas… —me sequé los labios con la camisa y me dirigí a Liam.— Jade abandonó a su hija nada más nacer. La crió tú padre, Roy Harper, que más tarde se casó con Donna Troy y por lo que sé, fueron muy felices. Los tres murieron cuando Liam cumplió los ocho años...— Noté la garganta seca y tuve que volver a dar otro trago para poder continuar. — La ciudad de Happy Harbour fue atacada por varios villanos, entre ellos estaban Hermano Sangre y... Raven — dije esta vez, con más cuidado, mientras mi mirada se dirigía a Moonbird. — Tu madre se había dejado llevar por su parte demoníaca tras el cataclismo. Consiguieron salvar muchas vidas aquella noche, pero la ciudad se vino abajo, y con ella vuestros padres...

El traqueteo indicó que ya estábamos llegando al punto de reunión. Un golpe sordo del conductor nos sugirió que abandonáramos el camión sin ser vistos. 

Es hora de irse. Después podéis contarme qué tal les va al Roy y a la Raven de vuestro universo...

Recogimos nuestras cosas rápidamente y continuamos el camino a pie hasta llegar a la ciudad inhabitada. Ya era bien entrada la noche, y no fue difícil descubrir que debíamos dirigirnos hacia la torre de radio, probablemente el lugar donde se habían emitido los misteriosos mensajes. Les advertí a mis dos compañeros adolescentes que estuvieran atentos por lo que podía pasar, pero cuando alcanzamos el vestíbulo, fui el primero en bajar las hostilidades.

 Jeff… ¿Eres tú? — me di cuenta de todos los años que habían pasado al fijarme en el cabello canoso del viejo Relámpago Negro. Nos explicó que había sido él quien había enviado el mensaje de auxilio, y nos hizo pasar a la siguiente sala, donde ya habían varias personas reunidas, discutiendo con una mujer de armadura completa y un símbolo de escorpión en el pecho.

¿Zeta? ¿Ollie? —No podía creerme lo que estaban viendo mis ojos. Eran ellos, no había ninguna duda— Pensé que toda la Liga de la Justicia había desaparecido… ¿Dónde…? …— Las palabras empezaron a trabarse dentro de mi boca. Quería hacer la pregunta clave. Pero aún a día de hoy, le tenía demasiado miedo a la respuesta. — ¿Sabéis algo de mi… de Bruce?

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime31st Agosto 2020, 17:05

Las palabras del mayor no hicieron más que activar el resorte de la ira en el más pequeño, frustrado por haberse permitido aquél momento de debilidad y que otros le hubieran visto en aquél estado de vulnerabilidad. Apartó con rudeza la mano que su amiga le había puesto en el hombro.

- ¿Que no está mal? -estalló-. ¡Mira a tu alrededor, Lian! Mírale a él -añadió en un susurro atormentado refiriéndose a Dick antes de volver a aferrarse a su bastón, como si fuera lo único que podía sostenerlo en aquellos momentos-. Este mundo está mal, muy mal. No podemos quedarnos aquí.

Quizá el hecho de vivir en un lugar donde nadie le conocía y podía empezar desde cero podía resultar tentador, pero para eso le bastaba con fugarse a otro lugar dentro de su propio mundo, no necesitaba uno hecho pedazos donde nada era como él recordaba y no quedaba nadie vivo.

En ésta ocasión, Dick pareció mostrarse de acuerdo con él, y les propuso viajar al Paso, donde podía haber otras personas que pudieran ayudarles. Era cierto... aquél mensaje se había estado retransmitiendo en bucle pidiendo ayuda. Si quedaba algún héroe en aquella dimensión distópica posiblemente lo encontrarían allí, y existía la posibilidad de que quedara alguno con poderes, mecanismos o habilidades capaces de devolverlos a casa. No tenían muchas opciones mejores en aquél momento, así que accedieron a acompañarle.

La primera parada eran los restos de lo que en su día debía haber sido un centro comercial, pero que ahora servía como refugio para un montón de chavales que habían quedado huérfanos tras el cataclismo, junto con un puñado de voluntarios adultos que se ocupaban de cuidarlos y mantener todo el lugar. Dick se detuvo allí para recoger víveres y otras cosas que pudieran necesitar para el viaje, y, después de una corta conversación con una curiosa mujer que tenía el rostro pintado a rayas de colores, prosiguieron su camino.

La visita a aquél lugar había servido para contemplar de primera mano los efectos de la catástrofe que había asolado aquella dimensión, y la contemplación de los huérfanos no hizo más que socavar aún más el estado de ánimo del menor. La desagradable conversación posterior con el transportista y ver a Dick comportarse de aquella forma tan salvaje y tan diferente a como habría actuado el Nightwing de su mundo ayudó a asentar las diferencias entre ambos, hundiéndole todavía más, si es que era posible. Moonbird pasó la mayor parte del trayecto en el camión sumido en un silencio ominoso y lúgubre mientras escuchaba el relato que les contaba el mayor acerca de lo que había sucedido en aquella desafortunada realidad... y resultó ser aún peor que cualquier cosa que hubiera podido imaginar, y eso que su imaginación nunca había sido escasa, ni optimista. No respondió a los patéticos intentos del moreno por aliviar un poco la tensión del ambiente, ni tampoco varió la expresión sombría de su rostro. Estaba demasiado agobiado como para que un estúpido chascarrillo pudiera animarle. Las bromas de Dick no iban a enmendar el inmenso lío en el que estaban metidos. Hasta que llegaran al Paso no sabrían siquiera si algo podría ayudarles... Ahora entendía perfectamente que Dick se hubiera convertido en un borracho.

Sólo pareció volver a la vida cuando el nombre de Hermano Sangre salió a relucir en la conversación. Una mirada gris intensa se clavó entonces en Dick, tan fría como el metal con el que compartía color, y a su vez tan diferente de la calidez que había tenido siempre la de Raven que en aquellos momentos cualquiera habría podido dudar del parentesco existente entre los dos.

- Eso también ocurrió en nuestro universo -hubiera parecido imposible que su tono de voz pudiera superar la frialdad de sus ojos, pero, sorprendentemente, Moonbird lo consiguió.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Es que aquél hombre iba a perseguir a su madre en todas las dimensiones? ¿Y acaso ella iba a ser siempre tan débil como para ceder ante él todas y cada una de las veces? Para sus adentros maldijo a su madre, como había hecho tantas y tantas veces, y, una vez más, sintió crecer en su interior la frustración y la ira. Si tan sólo hubiera sido capaz de mantener el control como le habían enseñado en Azarath, él no habría tenido que cargar con un legado envenenado que emponzoñaba día tras día su alma con la amenaza de la maldición que pesaba sobre todos los descendientes masculinos de Hermano Sangre. La horrible incertidumbre de no saber qué sería de su futuro, si terminaría convirtiéndose en un psicópata sádico que se bañaba en sangre para mantener su fortaleza y se aprovechaba de las pobres idiotas que eran lo suficientemente débiles de voluntad como para caer en su embrujo, y el hecho de saber que, aunque lo consiguiera, todo el mundo le miraría siempre con el mismo temor que si no fuera así. Un terrible sentimiento le asaltó entonces: alegría. Alegría porque la Raven de aquél mundo estuviera muerta y le hubiera ahorrado a otro como él el sufrimiento de nacer. Alegría por no haber llegado nunca a existir en aquella dimensión y un miedo espantoso ante las implicaciones de ésto. ¿Qué significaba? ¿Acaso... preferiría no haber nacido? Aquello era algo que nunca se había planteado. Normalmente siempre se refocilaba en el odio hacia Hermano Sangre y su deseo porque su padre hubiera sido otro, pero hasta ahora nunca se había planteado que, quizás, en el fondo de su ser existiese el anhelo a la no existencia. Pensar en eso ahora le hizo tener un escalofrío.

- La Raven de ésta dimensión merece estar muerta -dijo, con una frialdad que transmitía el resentimiento que albergaba hacia su propia madre, un resentimiento que, quizás, no había permitido nunca aflorar por el amor que inevitablemente le profesaba. Después de todo, Raven siempre le había dado todo el amor que había podido brindar, y nunca había sido otra cosa más que comprensiva y paciente con sus arrebatos.

Se sumió entonces en un obstinado silencio abrazándose las rodillas con los brazos, poco dispuesto a aclarar nada más, ni de lo sucedido en su propia tierra ni en lo concerniente a su historia. Cuando Dick les pidió que le hablaran sobre sus padres, dirigió una mirada de advertencia a Lian, una que quería decir que no debía, bajo ningún concepto, revelarle al mayor cuál era la identidad de su padre. Podía contar lo que le diera la gana, todo excepto eso. Lian le conocía lo suficientemente bien como para saber qué era lo que significaba aquella mirada, incluso aunque no verbalizara la advertencia con palabras.

Al caer la noche llegaron a su destino, pero, a diferencia de Dick, los adolescentes inicialmente no reconocieron al comité de bienvenida. Relámpago Negro no existía en su universo, y Zatanna y Green Arrow habían muerto cuando Lian era prácticamente un bebé y Moonbird aún no había nacido. Cuando el mayor dijo que habían pertenecido a la Liga de la Justicia intentó reconocerlos de las fotos que habían visto de ellos, pero el llamado Ollie estaba prácticamente irreconocible. La llamada Zeta, en cambio, le resultaba más familiar.

- ¿Zatanna? -le preguntó bajito a Lian, a ver si la otra menor lo confirmaba-. ¿Sabes quién es el otro?

Mientras los mayores conversaban, echó un vistazo de reojo al interior de la estancia. Dentro había una mujer vestida con armadura completa y con apariencia intimidante que parecía meditar. Moonbird no la conocía tampoco, así que volvió a concentrarse en la conversación entre Dick y los demás.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime14th Septiembre 2020, 10:32

Ante el estallido del muchacho Lian se acercó a él. Demonios, ¿cómo hacía eso Roy? parecía muy fácil sonreír y dar ánimos a la gente. No sabía lo que había hecho mal. Si había dicho que todo iba wonderful de la vida. Ella tan sólo había conseguido sumir a su amigo en la histeria. La morena puso sus manos sobre los hombros del menor, suspiró y le miró a los ojos. - por favor, tranquilizate. - luego movió los labios muy lentamente sin emitir sonido, intentando transmitirle un mensaje a Moonbird. “Lo necesitamos”. Esperaba que el moreno comprendiese que en un mundo que no conocían de nada, necesitaban a la versión malograda de Dick para poder encontrar una vía de escape.

La adolescente miró disimuladamente lo que hacía Dick y aprovechó que estaba ocupado hablando con la radio para poder transmitir un mensaje oral a su amigo sin que el adulto les escuchase.

- Estamos en un mundo desconocido, tenemos que obtener información para movernos hasta el lugar que nos interese. Buscaremos el mejor método para salir de esta mierda se universo. El arte marcial que practica Roy se basa en utilizar todo lo que tienes contra tu adversario. Nosotros contamos con factor nostalgia. -

Cuando la conversación por radio del mayor terminó, este les propuso ir al Paso. Lian pensó que era una buena opción para proveerse de recursos. Ella era inteligente quizá pudiera obtener, reparar o crear un artilugio interdimensional que les permitiera ir a casa.

Pasaron por un centro comercial donde se refugian unos chavales cuidados por unos adultos. A la arquera le sobrecogió. Tanta gente que había perdido a su familia. No quería admitirlo pero echaba mucho en falta a su familia. -  Parece que estamos viviendo Daybreak- comentó refiriéndose a la serie sobre un apocalipsis protagonizada por adolescentes donde los zombies eran los adultos. Una vez que se abastecieron, continuaron su camino. Lian tenía la tendencia de recurrir al humor para asimilar situaciones peliagudas.

A continuación Dick les pagó un billete para ir en camión a nuevo Méjico. Lian pensó que el mundo debía estar muy mal para recurrir a esos medios de transporte tan primigenios. Subidos en el camión el Richard de ese universo apocalíptico les comentó que en 2021 había ocurrido una gran catástrofe que arrasó Nueva york y sumió al resto del mundo en un ingente Caos. Lian escuchó con atención el relato. Toda la información era buena. Podía ser útil para trazar futuros planes o estrategias. Moonbird estaba callado y apático. Primero aconteció la historia de Roy. Conocía a Donna por las historias orales que relataban los otros titanes.

Que su madre la abandonase, ¡vaya sorpresa! pensó con ironía. Lo que más le impacto del relato fue la muerte de esta Lian a los ocho años. La muerte de la yo de su mundo la había perturbado un poco. Era una niña pequeña cuando su otra yo murió. La vida de los héroes enmascarados tenía esos riesgos. Tú familia se ponía en el punto de mira y podía acabar bajo tierra. Por eso, había que tomar todas las medidas posibles para estar en el anonimato más absoluto.

- La Raven de ésta dimensión merece estar muerta -dijo Moonbird y la joven arquera se quedó impactada. Hacía unas horas que su amigo le había relatado sobre los dilemas existenciales que tenía. Entendía que estuviera enfadado pero no compartía su visión de la muerte.

Lian miró a Moon inquisitivamente. - Nadie está mejor muerto. Cuando mueres no tienes más opción. La muerte no sólo le roba  a la persona. Roba a cada uno de los vínculos posibilidades. - Lo sabía porque a ella también se la había privado de la opción de crecer con su padre biológico. Por cómo hablaba Jason de su experiencia y como el gesto cansado de Bruce relataba lo trabajador e instruido que era el segundo Robin en literatura. Como interpretaba a Shakespeare. Pero la repentina muerte se llevó su futuro como literato y dejó un medio justiciero medio señor del crimen en su lugar.  Por las ilusiones rotas de Cassie cada vez que su embarazo no iba a término. Por Bart hablando sobre que le hubiera gustado conocer a Don, su padre que murió antes de que naciera.

Dick estaba buscando historias de familias felices. Cosa que ellos no le podían ofrecer. A la castaña no le importaba contarle la verdad a ese Dick, total con mentir no ganaban nada pero vio la cara de Moon. Estaba agobiado, enfurruñado y frustrado. No quería contarle nada al mayor. Tenía miedo de ser juzgado.

- Les va bien. Se casaron entre ellos después de perder a sus respectivos en un incidente llamado la Torre de Babel.- mintió hábilmente la muchacha. Pero toda mentira ha de sustentarse con verdades y tienes que distraer la atención de la mentira. Lian sí que sabía una historia de una familia feliz. Una historia de una niña que había sido planificada, buscada y muy querida por sus progenitores.- John y Cassie acaban de tener una niña, Grace. Le pusieron así porque era una niña deseada y querida. Nos hizo mucha ilusión a todos. No fue fácil para ellos ser padres. Cassie tuvo tres abortos. Estaban cada vez más hundidos pero hizo que ellos se acercasen a Kon, hacía años que no se hablaban. Yo soy adoptada, entonces a mi padre se le ocurrió que ellos podían formar un hogar con un niño que alguien no quiso. Cuando estaban a punto de realizar el papeleo, Cassie se dio cuenta de que estaba gestando. El embarazo llegó a término y tuvieron una preciosa y sana niña. Bonito, ¿verdad?Bart y Carol se casaron hace un año. Justo tras recibir su premio Nobel de la paz por su laboratorio que estudia el Metagen y ayudan a los metahumanos que tienen problemas complicados de índole genética.- Había una persona muy importante en su familia que Dick no había nombrado y quería saber si estaba bien.- y mi tía, ¿Artemis está bien?-

De noche llegaron a su destino. Recogieron sus cosas del camión y caminaron un poco hasta llegar al campamento. Al llegar Dick saludó a un señor. Lian le miró de arriba abajo pero no sabía quién diantres era. tampoco conocía a la otra señora que vestía una armadura de escorpión.

- ¿Zatanna? -le dijo Moon con duda. Lian se encogió de hombros. No sabía quién era esa mujer.

-Ollie …- era un nombre muy familiar en su familia. La comentaba Dinah frecuentemente y también Roy. - creo que es Green Arrow.-

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime11th Octubre 2020, 08:26

Desierto, Texas
Martes, 24 de junio de 2031
06.00 h


Felicia llevaba caminando siete horas a través del desierto de Van Horn. Durante su travesía no se había cruzado con nadie por el momento. Había recorrido una gran parte del trayecto de noche dado que no tenía tiempo que perder pero todavía le quedaban por delante unas 32 horas de camino hasta llegar al lugar indicado por la señal de radio. Su cabeza no había dejado de darle vueltas a aquel extraño mensaje captado previo a la señal de socorro que la estaba llevando hacia El Paso. ¿Qué eran aquellos gruñidos? ¿Estaba haciendo lo correcto abandonando aquella pista? El rugido de sus tripas de pronto le dieron la respuesta.

Apenas le quedaba comida. Así que decidió reservar la última provisión de comida para más adelante y decidió engañar a su estómago bebiendo un poco de agua.

«No puedes seguir así...», pensó.

Decidió caminar durante unas tres horas más hasta llegar al siguiente poblado, en Sierra Blanca, donde descansaría un poco antes de retomar su camino hasta el lugar de encuentro citado por la señal de radio. Mientras buscaba un lugar en el que descansar que fuese seguro, escudriñó la zona por la que se adentraba en busca de lugares que todavía pudiesen albergar algún tipo de provisiones. Había poca cosa. Una destartalada gasolinera fuera de servicio y un par de bares de carretera actualmente tapiados. Quizá uno de esos podría ser un buen escondite en el que pasar la noche; y de paso, podría encontrar algo de comer con un poco de suerte.

Felicia forzó la cerradura de la vieja cantina con la última ganzúa que le quedaba y se coló en el interior. Bajó entonces la persiana del local a fin de no llamar la atención. Aquel lugar parecía estar abandonado desde hacía tiempo. Una buena señal. Y así debía seguir siendo.

Revolviendo armarios, cajas y cajones en la despensa, encontró alguna reserva de comida que todavía era comestible. Se lo cocinó y decidió echarse un rato a descansar. Su idea era recorrer el resto del camino al levantarse con el ocaso.

El ruido de un motor la despertó antes de lo previsto. Sonaba más pesado que los quads que había visto manejados por otros grupos de Hijos de la Luna. Se apresuró a levantarse del suelo y decidió echar un vistazo por una de las ventanas tapadas con viejos recortes de periódico. Arrancó un ligero fragmento de un “The Daily Wildcat” y fijó su mirada en la dirección de la que procedía el ruido.

Se trataba de un camión de mercancías.

Vaya, vaya... Así que un camión de mercancías...—comentó para sí mientras terminaba de recoger sus cosas—Habría estado bien tener conocimiento de este camión con algo más de margen, de ese modo...Podría haberme infiltrado en él—suspiró—En fin, supongo que tendré que hallar otra forma de llegar...

Felicia borró todo rastro de ella en aquel lugar y tras tomar prestadas algunas pocas reservas de comida que le permitieran aguantar unas pocas horas más, emprendió nuevamente su viaje.


El Paso, Texas
Miércoles, 25 de junio de 2031
23.24 h


Tras haber terminado con su última reserva de comida, apenas unos kilómetros atrás, Felicia logró llegar hasta el lugar de dónde procedía la señal. Frente a ella, una ciudad fantasmagórica. Una extraña sensación recorrió su espalda y rápidamente se puso en alerta sosteniendo el rifle entre sus manos mientras observaba con detalle los rincones de la ciudad a través de su mira telescópica. No parecía haber ningún movimiento extraño entre las sombras que la luna proyectaba en la ciudad. De pronto, divisó a lo lejos una gran torre de radio.

Ahí estás...

Felicia volvió a guardar su rifle, algo más calmada y con un claro destino en mente. Aquella torre. Claramente la señal que interceptó tuvo que proceder de ahí. Aprovechó que era de noche para infiltrarse y así tratar de pasar desapercibida. En su mente le asaltaban dudas: ¿Habría acudido alguien más a la señal? Y de ser así, ¿lograría encontrarse con alguna vieja cara conocida? Pero... ¿y si todo aquello era una trampa...? Ya era tarde para arrepentirse.

Que sea lo que tenga que ser...

Felicia se deslizó por uno de los ventanales carentes de cristal y fue a parar al interior de un vestíbulo circular con restos de astillas, marcos de fotografías y fragmentos de cristales esparcidos por todo el suelo. En el centro de la sala, el lugar del que parecía proveer todo aquel desastre. Un mostrador roto.  

Alto ahí, saqueadora...¡Aquí no hay nada para ti!

La voz procedía de detrás de Felicia. Y el tono, no parecía muy amable, a decir verdad.

¿Saqueadora dices?—comentó molesta, mientras se daba la vuelta para ponerle rostro a aquella voz —¡Por favor! Si hubiese querido saquear algo, lo habría hecho y no os hubieseis dado ni cuenta... Si estoy aquí es por algo más importante. Al parecer alguien necesita héroes...

¿Eres “La Gata”?—preguntó de forma retórica el hombre al que por fin pudo ponerle rostro Hardy, Relámpago Negro —Será mejor que te apresures a entrar, es posible que hayan empezado sin ti... —sentenció finalmente el hombre señalándole una dirección.

Gracias, Jefferson. —asintió y corrió en la dirección que le había indicado.

Pronto se encontró frente a unas escaleras que subían hasta lo que parecía ser el tejado de la emisora. De pronto divisó una cálida luz que iluminaba la zona. Cuando se acercó un poco más logró escuchar lo que le pareció ser una voz familiar...

Joder… Esto parece le club de los tullidos.

«Esa voz...», pensó Hardy, «¿será posible que se trate de...?»

Una segunda voz desconocida cortó sus pensamientos.

Bien, creo que somos suficientes… Vamos a comenzar.

¡Un momento!—se apresuró a decir Felicia mientras salía de entre las sombras para dejarse iluminar por la cálida luz anaranjada—Por favor... Me gustaría estar presente en la reunión...—se detuvo un instante, como si estuviese debatiendo internamente si decir algo o no hasta que finalmente lo dijo—Puede que tenga información que pueda ser de utilidad...—añadió dando un vistazo general a todos los allí presentes.





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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime15th Octubre 2020, 10:24


Era difícil reconocer a Oliver Queen en aquel anciano ¿Dónde estaba la lucha? ¡El fuego! Aquel era un pobre hombre cansado, demasiado cansado para seguir con la lucha…Suspiró y miró a Nightwing, o, por lo menos, el hombre que tiempo atrás se hizo llamar así: - Os lo explicaremos todo en unos instantes…- Su actitud era algo fría ¿Cómo no iba a serlo? Dick Grayson los había abandonado, perdió Gotham, si, pero todos habían perdido algo después del cataclismo y decidieron seguir peleando ¿Él? Se arrastró cómo una rata y desapareció, era difícil perdonar algo así…Y ahora, años después, se presentaba allí con dos críos…Zatanna miraba en silencio la escena, con la mirada rota y cruzada de brazos.

Una vez se hubieron reunido todos, el antiguo Flecha Verde, justo cuando iban a empezar entró en escena Felicia Hardy, sabían quien era, personalmente jamás había cruzado una palabra con ella, pero sabía por sus compañeros que era de fiar, al menos, más de fiar que la mayoría de aquel grupo:

-Bien…Ahora que, si estamos todos, pasaré a dar las respuestas que habéis venido a buscar…- Zatanna se sentó en el fuego, entre Martha y Dick, observando a Oliver: - Ya sabéis todos lo que sucedió cuando el mundo se fue a la mierda, el caos se apoderó de todo, muchos miembros de la Liga y otros grupos superheroicos desaparecieron o murieron durante el cataclismo…- Guardó unos segundos de silencio, cómo una especie de honra a los caídos en batalla: - Otros conseguimos sobrevivir, luchamos hasta el último aliento por defender nuestras respectivas ciudades, pero, al final, la realidad se impuso, el mundo estaba acabado. – El sonido de la puerta metálica que daba a la azotea le hizo guardar silencio unos instantes: - Soy yo Oliver…Estoy muy cansado…No puedo seguir con la señal. – Jeff subió hasta la azotea y se sentó en un rincón, apartado de todos.

El anciano murmuró algo entre dientes, negó con la cabeza y siguió con su historia: - A través del sistema de comunicaciones acordamos que los héroes restantes nos reuniríamos en el Paso y trataríamos de convertirlo en una fortaleza para proteger a todos los civiles posibles, Zatanna, Relámpago Negro, Hawkman, Paloma, Batman y yo conseguimos llegar hasta aquí, pero las comunicaciones ya no son seguras y para cuando empezábamos a asentarnos un grupo de moradores formados por antiguos enemigos nos tendió una emboscada…- Miró a Dick a los ojos: -…Lo siento hijo…Bruce luchó hasta el final…- Suspiró y miró al resto:

- A mí me cortaron un brazo y una pierna, por lo que no he vuelto a usar un arco desde entonces, a Zatanna le cortaron la lengua con un cuchillo al rojo vivo, así que ella no puede usar su magia y a Jeff…Esos hijos de puta le dieron una paliza tremenda, lo dejaron moribundo, le dañaron varios órganos y le quemaron los ojos con un ácido, si se mantiene vivo es gracias a su poder…- El anciano suspiró y caminó pesadamente hasta una pared, dónde apoyó la espalda y se deslizó, dejando caer su cuerpo con suavidad para sentarse:

-Por eso nosotros no podemos llevar a cabo esta misión y vosotros entráis en juego…Veréis…- Rebuscó en uno de sus bolsillos y sacó una bolsa de piel, se la lanzó a Dick y dijo: - Ve pasándola a los demás, quiero que todos veáis el contenido. – Dentro del saco había un polvo negro que emitía un ligero brillo púrpura: - Son restos del arma que originó todo esto, creemos que la mayoría sigue intacto, tenemos un hombre en la zona dónde la explosión se generó, lleva meses buscando, es él quien nos hizo llegar esto, al parecer, con ese polvo podríais llegar a localizar el resto…- Oliver les miró fijamente, uno a uno: - …No me fío de todos vosotros, pero sois nuestra única esperanza, hace unas semanas perdimos comunicación con nuestro hombre en New York, así que no nos queda más remedio que enviar un equipo para intentar localizarle…-

Oliver hizo una pausa, necesitaba coger aire, Jefferson no le daba demasiada conversación y con Zatanna ya no hablaban usando palabras, se notaba la voz rasgada y cansada, era la primera vez que explicaba toda la experiencia por la que habían pasado, decirlo en voz alta siempre era doloroso:
-Tenemos un vehículo preparado para atravesar el desierto hasta vuestro objetivo, mañana por la mañana a primera hora partiréis hasta allí…Además intentaremos reunir algo de provisiones de agua y comida.- Miró al cielo estrellado, aquella noche era especialmente bonita, estaba despejado y apenas corría aire: - Hoy podremos dormir al raso, cuando amanezca, nos prepararemos.

Charlaron un rato, cada uno dio su punto de vista y observaciones sobre la misión, se presentaron, Felicia informó del extraño mensaje que había captado y estuvieron un rato discutiendo la logística de la misión hasta que la noche les acogió en su seno y descansaron, algunos tranquilos, otros nerviosos, pero todos conscientes de que es probable que no todo el grupo regresaría de su misión.

----

Edward abrió el ojo derecho, suspiró y se dio la vuelta, le dolía un poco la espalda de haber dormido en el duro suelo, también lo hacia la cabeza, pero por motivos diferentes…Cerró los ojos de nuevo y a su imagen venían imágenes desconcertantes y pensamientos de muerte y destrucción ¿Era posible que el arma siguiera intacta? ¿Cómo iban a hacerlo? Aquello era prácticamente una misión suicida…

Finalmente se incorporó, todos seguían dormidos, o, por lo menos, fingían estarlo, caminó entre la gente, la hoguera ya estaba extinguida…Se deslizó con cuidado hasta llegar al borde del tejado, miró hacia el fondo, las montañas cubrían la vista de lo que había más allá: - Tendría que haberme quedado en Tijuana…- Suspiró y se giró hacia el grupo, ya había gente que se empezaba a despertar, Oliver Queen, Zatanna y Relámpago Negro habían desaparecido...Se fijó unos instantes en aquel extraño grupo, miró a Felicia unos instantes, aquella mujer le recordaba a algo...Suspiró.

Edward se acercó hasta su mochila en silencio y se la cargó a la espalda, iba a decir algo al grupo cuando un pitido les llamó la atención, era la bocina de un coche que sonaba abajo, en la entrada del edificio, el grupo se encaminó al lugar sin prisa, algunos aún con legañas en los ojos…El mago se fijó en los dos niños, iban muy limpios y parecían bastante bien alimentados ¿De dónde coño habían salido?

Cuando llegaron abajo un gran vehículo los estaba esperando con el motor arrancado, era robusto y de gran tamaño: - Está preparado para que podáis dormir en su interior, en principio, si no os desviáis mucho deberíais tener combustible para llegar hasta New York…Intentad evitar peleas, este trasto no está preparado para pelear a través de carretera... - Oliver Queen caminó alrededor del vehículo, le dio un toquecito con la muleta, cómo para intentar demostrar que estaba correctamente:

Spoiler:

- Cuando lleguéis deberéis buscar el antiguo Hard Rock Café, en la 43 con la séptima avenida, si sigue vivo…Os encontrará. - El hombre parecía ya incómodo, tal vez por el hecho de sentirse inútil y no poder ayudar, tal vez, porque todo aquel esfuerzo podría bien ser en balde, tenía la cabeza baja y evitaba mirar al grupo: - Será mejor que os marchéis ya, tenéis un largo viaje por delante. – Se apartó del vehículo, invitando al grupo a entrar en este, sin despedidas, ni abrazos, ni palabras de consuelo, era mejor así.

-----

Ya llevaban un par de horas conduciendo, Edward y una parte importante del grupo estaban sentados en la parte de atrás del vehículo, se trataba de una caja metálica en la que habían habilitado unos sacos de dormir, algunos de ellos roñosos y viejos: - Vale, ahora me toca a mí, yo antes de toda esta puta mierda era exorcista, me dedicaba a expulsar demonios de este plano, ahora, con el mundo tan jodido ni los putos demonios quieren venir a la Tierra, así que lo único que me quedaba era jubilarme. – Levantó los hombros en gesto de indiferencia, cómo restando importancia a todo lo que había pasado en el mundo y cómo si estuvieran ante el inicio de un nuevo curso escolar presentándose.

Habían decidido conversar mientras atravesaban el desierto que ahora existía entre las diferentes ciudades, el vehículo iba botando cuando encontraba irregularidades en el terreno, habían acordado que era más seguro moverse campo a través que mediante el sistema de carreteras, las probabilidades de encontrar moradores serían inferiores si lo hacían así, a pesar del ruido que el vehículo generaba y la polvareda que levantaba al desplazarse: - Y…Bueno, eso es todo, no hay mucho más que explicar la verdad, no sé muy bien por qué acudí a esta llamada, pero si hay alguna forma de arreglar el mundo, aunque sea mínimamente, supongo que debo ayudar. - ¿Eran esas sus motivaciones? Ni él mismo lo sabía.
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime23rd Octubre 2020, 13:18

Me sorprendieron las duras palabras que dedicó el hijo de Raven a su propia madre. Su mirada, fría como el hielo, estaba lejos de mostrarse amable y comprensiva frente a las recientes malas noticias. La fragilidad de aquel crío hizo que algo en mi interior se removiera. Quizás fuera ese estúpido sentimiento de padre frustrado que había estado arrastrado durante diez años. Ese amor perdido que nunca pude ofrecerle a Johnny, mi futuro hijo con Barbara, y que claramente estaba tratando de compensar con los muchachos del centro comercial. Pero no quise detenerme mucho más en ese pensamiento. Debía recordarme que todos lo que me rodeaban habían muerto, y no quería ese futuro para los hijos de mis amigos de la otra dimensión.

Tu madre era una buena persona, Moonbird. Nunca dudé de su bondad —contesté, tratando de atenuar la mirada aterradora que el muchacho me dedicaba— Ella no tuvo la culpa de haber nacido con una mitad demoníaca. Y de no haber sido por Hermano Sangre, quizás vuestros padres siguieran con vida… Lo siento.

Pero ni siquiera yo estaba seguro de mis propias palabras. Era el pensamiento más lógico, después de ver morir a Barbara y al resto de la Batfamilia tras la caída de Gotham. Pero durante el derrumbamiento de Happy Harbor... no tuve el valor suficiente para buscar los cadáveres de los Titanes. La sola idea de ver a mis amigos yacer bajo los escombros me aterrorizaba. Tampoco había vuelto a saber nada de la Liga de la Justicia después del cataclismo, ni de ninguno de mis amigos velocistas. Wallace, su mujer Linda y sus dos pequeños habían desaparecido sin más. Por suerte, el mundo del que provenían los adolescentes parecía tener un futuro más luminoso y prometedor que este.

¿Cassie? ¿Te refieres a Cassandra Sandsmark? — apenas conocía a la pupila de Wonder Woman, pero sí que había tratado varias veces con el grupo de la Young Justice cuando Tim Drake los lideraba. — Sabía que Bart y Carol eran perfectos el uno con el otro… —sonreí, tratando de imaginarles de mayores en el día de su boda. Qué extraño era aquel sentimiento de nostalgia que trepaba agradable por mi pecho hasta estrujar mi corazón sin piedad, recordándome que nada hermoso podía florecer en este mundo. Después Lian me preguntó sobre alguien a quién no conocía. —¿Quién es Artemis?

Aquel nombre me sonaba muy vagamente. Creo que era alguna amiga de Jason, pero no estaba seguro. Habían pasado diez años, y me había olvidado de muchos rostros y nombres. Ahora nombres nuevos habían sustituido a los viejos. Ya no se hablaba de la Liga, ni de los Vengadores, ni los X-Men… ahora eran los Escorpiones y los Hijos de la Luna los que debían preocuparnos.

Antes de que empezara la reunión, me fijé de nuevo en la armadura negra de la mujer que meditaba a nuestra izquierda. El gran dibujo de un escorpión coronaba su pecho, y arrugué la nariz nada más verlo. No me había fijado la primera vez, pero ahora que estábamos tan cerca me di cuenta de quién era en realidad...

Eso sí, vais a tener que llevar cuidado con la gente como ella… — susurré en dirección a Lian y Moon. — He oído que es la líder del ejército del imperio Escorpión. Para que os hagáis una idea, es un grupo militar imperialista mucho peor que los nazis. Su emperador quiere unir toda américa a base de fuego y sangre… y masacran a todos los que no aceptan su gobierno. Dicen los rumores que incluso se dedicaron a dar caza a los pocos héroes que quedaban en el mundo...

De pronto, irrumpió en la escena una hermosa mujer de cabellos blancos y de ropajes tan negros que parecían bordados con sombras. Había conseguido atraer mi atención y sentía mucha curiosidad acerca de esa supuesta información que sería de “gran utilidad” para la secreta reunión de héroes.

Tras una breve pausa, Oliver prosiguió con su relato. No hacía falta que se centrara en detalles, todos habíamos vivido las secuelas del cataclismo. Quizás unos más que otros, pero nadie estaba exento de la crueldad del mundo en el que vivíamos. Los únicos que podían angustiarse ante aquel relato eran Moon y Lian, que estaban sentados a mi lado, junto al fuego, tratando de calmar los escalofríos que traían las malas noticias con el acogedor calor de la hoguera.

Cuando Oliver posó sus ojos abatidos en mí, supe la respuesta antes de que la dijera en voz alta. Llevaba diez años pensando que Bruce había muerto, pero resultaba que no sólo había sobrevivido al cataclismo, sino que además había sido incapaz de contactar conmigo. Ahora ya ni siquiera podría reprenderle sobre ello. En aquella desoladora habitación, Bruce había vuelto a la vida para volver a morir en cuestión de segundos. Y aunque quería pagar mi frustración con alguien, en el fondo sabía que también era culpa mía. Había sido un cobarde. No había buscado lo suficiente…no había luchado lo suficiente… nunca había estado a la altura de sus expectativas.

¿Y dónde están ahora Hawkman y Paloma? — pregunté, al ver que del equipo original solo quedaban tres héroes con vida.

¿Tenéis alguna idea de lo que puede ser? — observé el contenido de la bolsa con suma curiosidad y luego lo pasé al compañero que tenía al lado. Nunca había visto nada parecido antes.— Entonces… una vez encontremos el arma… ¿Qué queréis que hagamos con ella? ¿Destruirla?

Había detalles en aquella historia que me escamaban. Tampoco confiaba demasiado en los compañeros que se habían presentado para ayudar, y no iba a quitarles el ojo de encima por si alguno de ellos quisiera sabotear la misión. Especialmente la mujer escorpión. Un arma tan poderosa como la que originó el cataclismo sería una golosina para su emperador. Así que propuse hacer la primera guardia, asegurándome de que todos dormían pacíficamente alrededor de la hoguera. Cuando llegó el cambio de turno, apenas pude pegar ojo esa noche. Me desperté súbitamente, con la sensación de haber dormido a trompicones y la luz del amanecer empezó a despuntar por el horizonte.

Nos despedimos en un intercambio breve de palabras y yo me ofrecí a conducir el vehículo. Una parte de mí quería decirle algo a Oliver, Jeff y Zatanna antes de partir, pero ninguna palabra podría consolar el horror que habían sufrido. Y era mejor así.

¿Alguien quiere ser mi copiloto?— pregunté, antes de subir a lo que parecía un vehículo antiguo paramilitar. Arranqué cuando todo el mundo se estableció en los asientos traseros del todoterreno y fijé la vista en la carretera durante todo el viaje, sin perder detalle de las conversaciones que mantenían mis compañeros en la parte de atrás.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime27th Octubre 2020, 01:01

Apoyó la cabeza contra el lateral del camión ante las palabras de Lian, tratando de mantener un semblante impasible para que no se notara lo mucho que le dolía aquella conversación.

-  Ya has escuchado lo que ha dicho Dick -dijo, tratando de sonar frío- . Se alió con Hermano Sangre... de nuevo. Y destrozaron Happy Harbor... de nuevo.

Furioso, se limpió con rapidez una lágrima esquiva que había conseguido salir.

- ¿O es que has olvidado lo que hizo mi madre durante la invasión demoníaca de 2019 en nuestro mundo? ¿Lo mucho que hizo sufrir a tu padre y a todos nuestros amigos? ¿La cantidad de inocentes que murieron por su culpa? Si hay vida hay esperanza... -parafraseó-. Dile eso a los familiares de todos los que mató estando poseída. Debería haber tenido más autocontrol -le contestó a Dick-. Mi padre también es un monstruo y no lo utilizo como excusa para...

Se calló de golpe, dándose cuenta de que la ira le había llevado a cometer un desliz. Negó con la cabeza, abrazándose las piernas con gesto huraño para dejar claro que no pensaba continuar con aquella conversación, dejando que Lian le tomara el relevo poniendo al mayor al día de las vidas de sus antiguos compañeros en el universo Omega.

Cuando Dick terminó de hablar con Oliver y Zatanna, la reunión comenzó y los mayores se dedicaron a ponerles al día con mayor detalle de la devastadora historia que ya el moreno les había relatado durante el viaje a Nuevo México. Era muy extraño oírles hablar así de personas que conocían, pero que a la vez eran diferentes, y habían vivido existencias muy distintas, y más extraño aún era saber que habían muerto hacía tanto cuando sabían que les estaban esperando vivos en casa, pero al final te acababas acostumbrando a disociar y a pensar en ellos como si fuesen otras personas.

Se estremeció al pensar lo que debía ser que te amputaran los miembros, que te dejaran ciego... o cómo debía haber sido para una maga como Zatanna que le cortaran la lengua... Pero entonces, al pensar en la sangre, un extraño escalofrío le recorrió el cuerpo... y resultó perturbadoramente atrayente.

Observó el polvo negro que le pasó Dick, estudiando interesado el cautivador brillo púrpura. ¿Qué era aquello? ¿Y qué se suponía que tenían que hacer con él? ¿Para qué querían conseguir más? ¿Para crear otra arma? ¿Con qué fin? Dirigió una mirada interrogativa a Dick de soslayo para transmitirle sus inquietudes, aliviándole al ver que él también las compartía. Parecía que el alcohol no le había hecho perder por completo su toque.

Una hermosa mujer de cabellos blancos como la nieve intervino entonces para decir que tenía información de interés y todos la miraron expectantes. A Moonbird no le sonaba de nada, no recordaba haberla conocido en su universo. ¿Quién sería? ¿Y cuál sería aquella información que decía tener? Le intrigaba casi tanto como la misteriosa mujer de la armadura, que todavía no había abierto la boca para decir una sola palabra... Aunque a juzgar por la advertencia de Dick, casi era mejor que no lo hubiera hecho.

Pronto se encontraron viajando en un vehículo blindado dirigiéndose ciegamente hacia una supuesta misión de rescate de la que apenas les habían dado detalles, y Moon continuaba sintiéndose intranquilo. Se suponía que el fin era bueno, pero la falta de información le ponía nervioso. Después de todo, según decían, el camino al infierno se encontraba sembrado de buenas intenciones, y él ya tenía familia esperándole allí...

¿Alguien quiere ser mi copiloto?

Moon se ofreció sin dudarlo. No le apetecía lo más mínimo estar encerrado atrás con un montón de desconocidos de los que no se fiaba ni un poquito. Sentía dejar a Lian sola, pero la chica era bastante más extrovertida que él. Seguro que sabría apañarse.

Alzó una ceja cuando escuchó presentarse al autoproclamado exorcista. ¿Así que se dedicaba a expulsar demonios? Genial... Aquello les habría venido genial en 2019, aunque... ¿no hubo un tío que ayudó a detener la invasión que se dedicaba justo a eso?. Sí... había tenido un papel importante a la hora de ayudar a detener a su madre. ¿Cómo se llamaba? Tenía un apellido de lo más corriente... ¿Smith? ¿Johns?

En cualquier caso, su posición en el asiento del copiloto le eximía de tener que participar en aquella conversación, así que simplemente prestó atención para escuchar lo que los demás tenían que decir.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime19th Noviembre 2020, 12:12

A otras personas la meditación le servía para relajarse, para hacerse uno con su yo interior… para aquella medio mujer medio máquina le servía para encontrar aun mas odio en su interior, la rabia, la tristeza, todas esas emociones que utilizaba para hacerse aún más fuerte, mientras que a otros esas emociones les paralizaron. Mas no era eso lo único que hacía cuando meditaba, no, su meditación tenía otro propósito; mantener a la entidad de la gema encerrada.

Su tío le enseñó cómo hacer para tener tu mente organizada, por eso consiguió encerrar a la entidad detrás de una gran puerta quitándole toda posibilidad de controlarla. Al principio el ente le decía cosas “horribles”, luego intentó convencerla de que juntos podrían hacerse mucho más fuertes y llegó un punto en el que incluso sonaba algo desesperado por controlarla… pero hace ya unos años que, al meditar y hacer la imagen mental de la puerta en su cabeza no escuchaba más que sonidos guturales, gemidos y lo que parecían llantos de una criatura más allá del entendimiento humano, un horror inimaginable que esperaba cualquier oportunidad de una mente débil para entrar en el mundo y traer el caos con el.

Por suerte, la mente de Martha no era débil. La meditación le mantenía a raya, aunque eso acarreaba volver a recordar todo lo que sufrió a lo largo de su vida; la muerte de su familia, todo el duro entrenamiento de su tío que le hizo pelear, con tan solo quince años, contra hombres y mujeres que le golpeaban hasta el punto de romperle los huesos, para hacerla más fuerte… el día que pasó de ser una mujer a una cyborg, todos los gritos, todo ese sufrimiento era como gasolina para ella, un combustible que le hacía tener cada vez más poder.

Una voz, mejor dicho, unas voces la sacaron de su meditación; niños. Por unos momentos sus ojos se sintieron engañados como si esa visión fuera una ilusión provocada por alguno de los allí presentes, pero no, eran niños de carne y hueso, un niño y una niña. La mujer tuvo malas experiencias lidiando con los niños; hace ya unos meses, se encontraba aniquilando un campamento enemigo cuando tenía al líder enemigo tirado en el suelo frente a ella, alzó la espada, se preparó para clavársela en el corazón y… el filo se quedó suspendido en el aire cuando un niño pequeño, de por lo menos diez años, se interpuso entre ella y el líder enemigo. Sus pequeños ojos estaban llenos de determinación, no iba a dejar que su padre muriera y si tenía que ponerse en medio de una asesina, lo haría. Mantuvieron un duelo de miradas, la espada seguía blandida justo por encima de la cabeza del niño, sin embargo, Martha se giró y abandonó al padre con su hijo, incapaz de acabar con la vida de un niño.

Podría haber acabado ahí, un encuentro que habría demostrado que, debajo de su corazón metálico, aún latía el de una mujer buena y compasiva, pero este mundo no es un cuento de hadas y por cada cosa buena que pasa, cientos de cosas malas le siguen. Fue llamada al despacho del emperador que se había enterado gracias a uno de sus informantes que Martha no fue capaz de asesinar a un líder de un campamento enemigo por culpa de no poder asesinar a un simple niño, que la general de su ejército de los escorpiones no fue capaz de llevar una simple tarea como era matar a un estúpido niño sin importancia. El castigo que sufrió ese día aun seguía clavado como un tornillo ardiente en su memoria, como su tío apagó su traje dejandole sin la mayoría de sus funciones vitales, ese dolor inexplicable y la sensación de notar cómo su vida poco a poco se apagaba le hicieron agonizar durante mas de un minuto, su cuerpo luchando por sobrevivir dentro de aquel traje que se empezaba a convertir en su tumba metálica, por suerte su tío volvió a conectar su traje y llamó a unos médicos para ocuparse de que Martha no muriera aquel día, solo fue un castigo,una forma de enseñarle que si volvía a fallarle... puede que no vuelva a conectar su traje de nuevo. Volvió a mirar a los dos niños que ahora estaban ahí con ellos… no volvería a defraudar a su tío. Observo a aquel hombre de aspecto demacrado susurrar algo a los niños mientras la señalaba pensando que no le estaba viendo, no sabía que les estaba contado pero seguramente les estaba llenando la cabeza de ideas erróneas sobre ella y el Imperio Escorpión

Con los brazos cruzados escuchó la “conmovedora historia” del que antaño fue un héroe, para ella no era más que un cuento patético y auto compasivo, esas personas le daban asco, le resultaba repugnante como, prácticamente, se rindieron y pedían la ayuda de otras personas. Ella no permitía la debilidad ni la cobardía en su ejército, si uno de sus hombres huía del combate le esperaba el cálido filo de la hoja de su espada recubierta por energía, que cortaba la carne quemandola en contacto. Bruce… eso significaba solo una cosa, que aquel hombre era uno de los aliados de Batman, uno de sus “Robins”, estaban en la lista de héroes peligrosos que debían de ser eliminados ipso facto una vez encontrados, a su amo le gustará saber que Batman ya no era un peligro para su conquista.

Si que se interesó más por el contenido de esa bolsa; si alguien poseía un arma capaz de hacer lo que sucedió aquel día, era un peligro para el imperio y debía de ser destruida… o al menos, debía de ser puesta bajo su control. En su cabeza, un plan empezaba a dar forma; encontrar aquella arma junto a sus “compañeros”, deshacerse de ellos y llamar a su ejército para poner el arma en manos del emperador, así ya nadie podría detenerles en su conquista… Al final, todo parecía que iba a salirle bien a la cyborg, al menos eso era lo único que se le pasaba por la cabeza; su victoria, la victoria del imperio.

Cuando los demás empezaron a conversar, ella se levantó de su asiento y se alejó, ni siquiera presto atención a la mujer que acababa de entrar, sentándose apartado de todos ellos; no estaba ahí para ponerse a charlar con sus futuras víctimas, no eran más que insectos a los que debía dar una falsa sensación de seguridad antes de aplastarlos bajo sus botas. Cuando la noche se posó sobre sus cabezas, la mujer seguía sentada en la silla con los brazos cruzados y, en esa misma pose, se durmió, aunque no era dormir lo que ella hacía por las noches, no, aquello no se le podía llamar “dormir”; las pesadillas, las horribles imágenes que surcaban su memoria la mantenían despierta cada noche, pudiendo descansar solo unos tres horas como máximo.

~~~~~~

Cuando despertaron fueron presentados al vehículo que utilizaran en aquella misión, Martha no pudo evitar hacer en su mente la comparación con los vehículos de su ejército que eran mucho más superiores a él que le pusieron delante de los ojos, pero bueno, servirá para llevarlos del punto a, al punto b. Una vez empezaron el viaje, las conversaciones volvieron a estar en el menú del día y la mujer cibernética se limitó a escuchar, con la atención suficiente como para escuchar una frase que le llamó la atención “pero si hay alguna forma de arreglar el mundo, aunque sea mínimamente, supongo que debo ayudar.”. Si fuera capaz de reír, ese habría sido un buen momento para soltar una profunda carcajada

-Alguna forma de arreglar el mundo… ¿Y has venido aquí? ¿En la ayuda de unos patéticos “héroes”?- su voz sonó llena de rabia al decir esa palabra -Ellos se rindieron hace mucho tiempo, dicen que lucharon hasta el final… ¿Acaso no están vivos? Ah no, es que perdieron una pierna, un brazo o la lengua, oh, que triste- la ironía marcó sus palabras -Yo he perdido mucho más que eso ¿Y por eso dejó de luchar y me escondo, esperando a que venga alguien en mi ayuda? No, me levanto porque todo aquello que no te mata, te hace mas fuerte

Sentada en su asiento en el vehículo, apretó sus puños metálicos haciendo que las partes metálicas chirriaran al chocar entre sí

-Si quieres ayudar a arreglar al mundo, todos aquellos que quieran unirse al imperio Escorpion es bienvenido, nosotros damos una seguridad a todas las regiones bajo nuestro dominio que jamás podrán ser dadas, ni pudieron, por todos estos patéticos héroes- lanzó una mirada al hombre que conduce el vehículo, traer a dos niños a una misión así… y la gente pensaba que ellos eran los buenos -A diferencia de ellos, nosotros no damos esperanza a la gente, es lo primero que se pierde, no, nosotros le damos algo por lo que vivir, la seguridad de volver a vivir en una sociedad,  algo por lo que seguir adelante cada día... eso es algo que ninguno de ellos jamas podrá dar a nadie

Estaba sacando toda la propaganda del imperio a la vez, aunque a ella le daba poca importancia ya que lo que ella deseaba mas en este mundo era ver caer a la gente a sus pies, montañas de cadáveres apelotonados bajo sus suelas. A pesar de todo esto, si se analizaba detenidamente, ser parte de un imperio no estaba tan mal; tenias una seguridad que no tenías en otras partes sabiendo que tu región estaba protegida por un ejército, los bandidos del desierto dejaban de ser un problema y podrás relajarte, aunque tenias que acatar las estrictas normas escritas por el emperador o si no sufrirás un duro castigo. Volvió a cruzarse de brazos, sabía que lo que dijo no sería recibido con una mente abierta, que aquellos que la acompañaban en ese vehículo seguían aferrándose a la imagen idealizada de los héroes, pero no eran más que eso; una imagen, un recuerdo de antaño que ahora debía de ser reemplazado por un gobierno fuerte que pudiera proteger a sus ciudadanos

-Por eso estoy aquí; me asegurare de destruir esa arma para traer la paz y la tranquilidad a los ciudadanos del imperio de mi amo, no para ayudar a... un recuerdo olvidado de un mundo pasado

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime18th Diciembre 2020, 00:33

El Paso, Texas
Miércoles, 25 de junio de 2031
23.32 h



Felicia escuchó atenta todas y cada una de las palabras de Green Arrow. El sufrimiento y el dolor se mezclaban con unas pinceladas de desolación que empezaron a hacerse más notables a medida que su discurso llegaba a su fin. Hardy no pudo evitar ser cómplice de la mirada de apoyo que algunos de los allí presentes dedicaron a Dick cuando el ex-arqueró reveló el desafortunado suceso con Batman. Tras un breve silencio, algo incómodo, Oliver prosiguió con su discurso y les explicó el plan que tenían previsto para mañana.

Tras la explicación Felicia consideró que era oportuno informar a los allí presentes del mensaje que había captado antes de llegar allí en su radio.

—...Y eso fue lo que escuché. El mensaje en sí es algo incoherente e inconexo. Entiendo que se trataba de un grupo que trabajaban para alguien. Pero lo más llamativo y lo que me dejó más intrigada fueron aquellos extraños “gruñidos” —comentó algo desconcertada al recordarlos— Pero lo más llamativo fueron esas gaviotas...

En aquel momento algunos de los allí presentes la miraron extrañados, puede que algunos incluso pensasen que estaba tocada de la cabeza, si después de todo lo vivido le daba importancia a unas simples gaviotas. Felicia detectó aquellas sensaciones y rápidamente procedió a explicarse.

...Sí, en el mensaje se escuchaba de fondo unas gaviotas y aquello me llamó la atención teniendo en cuenta que cuando capté el mensaje me encontraba en Van Horn y como sabréis el único lugar dónde suelen escucharse gaviotas es en la zonas cercanas al mar...

La mayor parte de los presentes le prestaron atención, otros parecían ya distraídos tras haberla escuchado la primera parte y otros directamente estaban inmersos en sus pensamientos desde el inicio.

A Felicia no parecía importarle que no le prestaran atención. A fin de cuentas llevaba muchos años sobreviviendo sola por sus medios sin la necesidad de aprobación alguna. Poco a poco todos los allí presentes fueron cayendo en los brazos de morfeo. El cansacio era un sentimiento común en los presentes...

Pero aquella noche Felicia no durmió. No pudo dormir dándole vueltas a todo lo hablado, buscando puntos flancos en la misión que se les había encomendado. En principio todo parecía sólido pero algo en lo más profundo de su ser le decía que algo estaba mal...¿pero qué? Necesitaba juntar toda la información de la que disponía.

***
La noche dio paso al amanecer sin que apenas se diese cuenta y de pronto el sonido de una bocina-que les esperaba en la entrada del edificio- la sacó de sus pensamientos y preocupaciones. Supo lo que tenía que hacer, ya se había hablado todo. Comenzó a recoger sus cosas y prepararse para la misión y en un instante fugaz su mirada se cruzó con la de Edward. Esos rasgos le resultaban muy familiares. ¿De qué se conocían...? ¿Realmente habría algun rostro conocido en la vida de Felicia que no hubiera desaparecido de la faz de la “tierra”...? Suspiró y se dirigió hacia el vehículo dónde Green Arrow le terminó de dar unas indicaciones y Felicia le comentó alguna de las dudas que habían surgido en su cabeza durante la noche; después tomó asiento en la parte trasera del vehículo, dejando que Dick y el pequeño Moon qeudasen al mando del vehículo.

***

-Ellos se rindieron hace mucho tiempo, dicen que lucharon hasta el final… ¿Acaso no están vivos? Ah no, es que perdieron una pierna, un brazo o la lengua, oh, que triste-

Tras escuchar aquellas palabras, Felicia levantó la mirada para ponerle rostro a aquellas palabras que sonaron con un fuerte sarcasmo y rabia. Algo en aquellas palabras le recordaron a ella, pues compartía aquella misma forma de pensar.

-Yo he perdido mucho más que eso ¿Y por eso dejó de luchar y me escondo, esperando a que venga alguien en mi ayuda? No, me levanto porque todo aquello que no te mata, te hace mas fuerte

La gata asintió en silencio. Pero se desconectó rápidamente en el momento propagandista. Se limitó a escuchar en silencio, recopilando información mental de los que, al parecer, se habían convertido en sus compañeros de aventura. Pese a todo, ella tenía claro que la única persona de aquel grupo en la que podía confiar era ella misma.

En el trayecto del viaje, Felicia aprovechó para zanjar uno de los temas que tenía pendientes por resolver en su mente. Saber de qué se conocían Edward y ella. Tomó asiento junto al exorcista y lanzó su teoría sin titubeos, con una actitud muy directa pero en un tono de voz suave y relajado:

Museo Smithsonian, 18 de junio de 2019... ¿Le suena de algo?—sus ojos se posaron en los de Edward, apoyándo los codos en las rodillas dejando los brazos en una posición relajada.


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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime18th Diciembre 2020, 09:27

El vehículo avanzaba rápidamente a través de las dunas, la arena saltaba a los lados y en ocasiones repicaba contra el parabrisas, en algunos tramos el vehículo avanzaba torpe y parecía que fuera a dejar de funcionar en cualquier momento, pero aguantaba, y es era lo importante…Las horas fueron pasando y el sol se colocó en una posición alta, vigilante, haciendo caer sus poderosos rayos sin piedad, a ratos pasaban trozos de poblados que se mostraban abandonados y derruidos, no había un alma en aquellos territorios ¿Y quién iba a haber? Las posibilidades de sobrevivir en aquel lugar eran escasas…Un tenso silencio se había instalado en el vehículo después de las palabras de aquella mujer, o robot, o lo que fuera ¿De verdad no había más esperanza que unirse a una banda de milicianos y vivir cómo un saqueador el resto de sus días?

La chica de pelo plateado se acercó a Edward, que estaba ensimismado en sus pensamientos, le miró fijamente a los ojos y el hombre le devolvió la mirada, sus ojos se perdieron en los suyos: - Museo Smithsonian, 18 de junio de 2019…- Cogió aire, cómo si de golpe se hubiera acordado de cómo respirar, recordaba aquel día, su sonrisa burlona, sus movimientos, la pelea con Belfegor…Era cómo recordar de golpe un sueño recurrente de cuando uno era pequeño, sus ojos se iluminaron en un destello breve y fugaz, por unos segundos volvía a ser Edward el exorcista, fue a despegar sus labios para responder cuando de pronto un impacto en la parte trasera de la caja del camión, dónde estaban las puertas, les sorprendió.


Acompañado a aquel impacto le vino un sonido, era un ruido eléctrico, un ruido que muchos hacía tiempo que no escuchaban, una guitarra eléctrica que resonaba con fuerza por las arenas del desierto, parecía provenir de detrás suyo y se aproximaba rápidamente: - ¿Qué cojones? – Murmuró Edward mientras se asomaba a la parte del conductor, intentando vislumbrar algo a través del cristal: - ¿Qué es eso? ¿Ves algo por el retrovisor? – Preguntó a Grayson, examinó a ambos lados, intentando ver los espejos, pero no veía nada…

Volvió a la caja del camión, el sonido era cada vez más fuerte, además se escuchaba el sonido de motores y griterío de hombres: - No me jodas. – La chapa del camión se abolló cuando una bala impactó en este, pudieron ver entonces lo que había causado el primer impacto, debajo del orificio provocado por el disparo reciente había otro que debían de haber provocado anteriormente.

Johns puso el ojo en el agujero, era difícil distinguir algo, la arena que el camión movía y los movimientos del vehículo dificultaban ver, pero pudo llegar a vislumbrar un convoy de coches que les cercaban: - Mierda…Carroñeros. – Se apartó de la puerta y se lanzó a por su mochila para coger su daga, que se puso en la mano derecha.

La chica que iba vestida de rojo se lanzó rápidamente hacia la puerta, preparando su arco con una flecha y tensándolo: - A mi señal, abrid la puerta, acabaré con ellos. – La urgencia del momento hizo que nadie discutiera sus órdenes. Abrir las puertas en medio de una persecución no era la mejor idea, pero ¿Qué otras opciones tenían?

Edward se colocó y cuando ella le indicó abrió la puerta del camión, la fuerza del aire y el cambio de presión súbito al hacerlo casi le precipitó al suelo, muy cerca su cara de la arena y sin nada a lo que amarrarse más que a su propio miedo ya se daba por muerto, suspiró aliviado cuando alguien le agarró y le trajo de vuelta, el corazón le latía a mil por hora, lanzó un vistazo al desierto que ahora se había abierto a ellos.

A unos 300 metros de ellos un convoy formado de 5 Jeeps descapotados y un camión avanzaban a toda velocidad, sobre los vehículos más pequeños iban hombres con el torso al aire, tatuajes y, en la mayoría de casos rapados y con un murciélago pintado en la cara con grasa, en total, debían ser unos veinte perseguidores, algunos de ellos armados con cuchillos, mazas, cadenas…Todo un amplio repertorio de armas que blandían con orgullo y emoción.

Gritaban y silbaban mientras agitaban sus armas con emoción, entre los Jeeps, como escoltado por ellos, iba un camión que en lugar de caja de mercancías llevaba una especie de escenario con unos amplificadores, amarrado con unas cuerdas para no caerse, en esta parte iba un hombre que iba vestido completamente de rojo, con la piel pálida y con una especie de vendajes que le cubrían la cara ,hacía sonar una guitarra de doble asta, que hacía resonar sus notas de forma frenética en los altavoces que el vehículo llevaba, eso parecía animar a sus compañeros, que acompañaban la música con rugidos y alaridos cómo si de animales salvajes se tratasen:

- ¡NUESTRO SEÑOR BARBATOS NOS HA TRAÍDO COMIDA! – Uno de ellos se subió sobre el capó del vehículo, iba vestido con una especie de abrigo de plumones naranja y en el torso tenía una serie de cicatrices con formas extrañas, su cabeza, desprovista de cabello, brillaba con fuerza y en sus manos llevaba una especie de cetro con unos ornamentos que parecían ser huesos colgando del extremo superior en una mano y un rifle en la otra, el tipo agitó el cetro mientras aullaba, como si de un animal salvaje se tratase: - AUUUUU! AAAAAAUUUU! Es el día de la best…- El tipo no continuó con su discurso, una flecha disparada por Liam le atravesó el cuello y cayó por delante del vehículo, que le destrozó el cuerpo cuando le pasó por encima, la luna delantera se empapó en sangre y vísceras, el convoy aceleró el ritmo, casi cómo en respuesta a aquel violento ataque por parte de sus presas, empezaban a acercarse mientras el tono de la guitarra cambiaba a algo más agresivo, ya se encontraban a unos 200 metros.


- Tenemos que hacer algo... – Edward frunció el ceño mientras ella preparaba otra flecha y apuntaba a uno de los conductores, necesitaban resguardarse, pero ahora con la puerta abierta y el vehículo en marcha era imposible: - ¡Tenemos que cerrar esa puerta! – Aunque era más fácil de decir que de hacer, la puerta del vehículo bailaba peligrosamente sobre las bisagras, abriendo y cerrando alternativamente dificultando la conducción e impidiendo que pudieran utilizarla cómo refugio, tras ellos, dos vehículos aceleraron el ritmo y se pusieron a su par, mientras un tercero se colocaba detrás, a apenas 1 metro:

-¡ESTÁIS MUERTOS! – Del vehículo que tenían detrás se pusieron en pie tres tipos, uno armado con un machete, otro con una especie de picahielo y el tercero con un látigo, que hizo chasquear en dirección a Edward y Liam, que tuvieron que apartarse hacia atrás para no recibir el impacto del arma: - ¡LUCHAD HASTA EL FINAL Y NUESTRO SEÑOR BARBATOS OS HONRARÁ! – Se pusieron en pie y saltaron a la caja del camión, dos de ellos lograron llegar, el tercero, el del látigo, perdió el equilibrio al tratar de incorporarse y cayó al suelo del desierto, rodando sin parar y quedándose atrás, muerto y destrozado.

Liam intentó deshacerse del tipo que iba armado con el machete mientras el que portaba el picahielo se lanzaba chillando a por Edward, que empezó un forcejeo violento en el que uno intentaba apuñalar al otro, el tipo puso contra la pared del camión a Edward mientras el que iba armado con el machete logró agarrar a Liam para usarla de escudo humano, poniendo el filo del arma en su cuello: - ¡SOLTAD TODOS VUESTRAS ARMAS O ME LA CARGO! – El tipo miró a la chica con los ojos casi saliendo de la órbita, lascivo y obsesivo, le lamió la cara en un gesto asqueroso y desagradable: - Esta es mía…Es mía…- Murmuró mientras apretaba el filo contra su cuello.

Escucharon unos impactos en los laterales del camión, un ruido metálico en las paredes, un sonido terrible, cómo si algo estuviese cortando las paredes, por los retrovisores Dick pudo ver cómo algunos de los hombres (dos por el lateral derecho y tres por el izquierdo) que había en los vehículos que les habían cercado lateralmente, equipados con crampones y portando armas blancas, habían saltado a la caja y empezaban a escalar a la parte de arriba cómo podían, luchando contra la fuerza del viento, mientras tanto, los dos vehículos se pusieron a la altura del conductor y empezaron a golpear el camión con la carrocería de sus coches de forma violenta, trataban de desestabilizar el vehículo para hacerles parar o derribarlo, tanto daba, la guitarra aceleraba su ritmo y su fuerza, cómo un tambor de guerra que cada vez les embotaba más el cerebro, incrementando su estrés y dificultando su toma de decisiones.

Mientras la violenta persecución se encrudecía y los escaladores alcanzaban cima y empezaban a caminar hacia la cabina de conductor, delante suyo, Dick Grayson pudo ver cómo a un par de kilómetros aproximadamente, dónde terminaban las dunas y se empezaba a ensanchar un camino formado por el trasiego de los vehículos, en el aire, un remolino de arena formaba una potente pantalla que hacía difícil ver lo que había allí, ahora, ante sus ojos se dibujaban dos posibilidades.
La primera, detenerse y tratar de enfrentar al grupo de carroñeros, arriesgándose a lo que una batalla contra un grupo en superioridad numérica implicaba…O la segunda, tratar de despistarlos entrando en la tormenta, con los peligros que eso podría suponer para su vehículo y para el grupo con la puerta trasera abierta, ignorante de lo que sucedía detrás.

El destino del equipo y de la misión estaba en sus manos, ahora debía elegir sabiamente.  

OFF: Las acciones que se tomen ahora irán regidas por dados, describo los supuestos:

- Para liberar a Liam de su captor, hará falta una tirada de dado mayor o igual a 5.
- Para liberar a Edward de su enemigo, hará falta una tirada de dado mayor o igual a 4.
- Para neutralizar el Jeep de la parte de atrás, hará falta una tirada de dado mayor o igual a 6.
- Para que Dick se deshaga de los tipos que hay en la parte de arriba del camión con movimientos bruscos, hará falta una tirada de dado mayor o igual a 4.
- Para que Dick arroye los Jeeps de los laterales y consiga neutralizarlos, hará falta una tirada de dado mayor o igual a 4 (una por vehículo).
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime22nd Diciembre 2020, 20:02

¿Cómo se creaba un monstruo? En el caso de su tío, su amo y emperador del imperio Escorpión, empezó cuando su padre le dio un arma a fin de que asesinara a un pobre hombre que el había apresado; la sensación del gatillo, la sangre que tinto sus zapatos de color carmesí… el poder que sintió, jamás se le olvidó. El odio… nadie nace con el oído dentro de su corazón, el odio se enseñaba y así fue como Kotska llegó a ser lo que era, tras años de entrenamientos, años de odiar a todos aquellos que pudieron pero no hicieron nada para salvar a su familia, odiaba a los héroes que se vestían con capas y decían ser los salvadores, pero que luego dejaban morir a los demás… se odiaba a sí misma, más que a nadie en el mundo.

Ese odio, su furia, su rabia y su deseo de dar muerte a aquellos que se oponen a ella es lo que la llevó a ser la mejor arma en la conquista del nuevo continente, con tan solo verla sus enemigos huían empavorecidos. Eso no se ajustaba a los atacantes que estaban a punto de asaltar su vehículo; ellos eran más bestia que humano y normalmente, si tuviera a su ejército con ella, simplemente los masacran como meros animales… pero este no era el caso, estaba sola y por lo que ella respecta, sin nadie útil a su lado.

Cuando escucho a Edward musitar la palabra carroñeros, no tardó ni medio segundo en sacar su espada imbuida por la energía de la gema. Dos, había dos niños en el vehículo y estaban a punto de ser asaltados por esas bestias, Kotska vio de primera mano lo que estos sub-humanos podían llegar a hacerle a los chiquillos… si morían, todo sería culpa del hombre que los trajo con ellos. Aun así, la cyborg no se iba a quedar de brazos cruzados levantando su espada apuntándola hacia el frente, hacia la puerta por la que estaba segura de que entraron los carroñeros; era el punto más débil del vehículo.

Mas no fueron los carroñeros los que rompieron la puerta para entrar, no; a la niña con el arco se le ocurrió que sería buena idea abrir la puerta para que ella, con un arco, disparar a varios enemigos en movimiento. En su ejército, un error así le traería su ejecución pública ante el resto de los soldados, a ella y al hombre que abrió la puerta a pesar de cualquier razonamiento lógico de que eso fuera una buena idea. El pesado cuerpo metálico de Kotska casi no se movió con el viento de la carretera, firmemente pegada al suelo como una roca, sin embargo el hombre que ayudó a abrir la puerta, de cuyo nombre no se podía acordar, no tuvo tanta suerte y, si no fuera por la agraciada mano que le sujeto, habría acabado cayendo del vehículo y rodando hasta su muerte.

Sintió el peso del carroñero en el techo, o mas bien lo sintió el vehículo que se tambaleo con dos golpes sordos sonando en su techo. No era el del techo el que preocupa ahora a Martha, sino los tres que venían directamente a la puerta, por suerte el del látigo falló el salto y se dio de cara a cara con la muerte, los otros dos… esos si llegaron hasta el vehículo. Uno agarró a la niña del arco mientras que el otro se enzarzó en una pelea con… Edward creía recordar que se llamaba, poco importaba ya que el que sujetaba a la niña la usaba como escudo humano y si hacía algo, la mataría… pero vio algo en la piel del carroñero que le hizo click, algo que llevaba sin ver mucho, mucho tiempo.

Kotska se encontraba en una misión especial cuando el “incidente” ocurrió; su cuerpo aguantó el golpe en parte ayudado por el poder de la gema que la protege de daños mayores, sin embargo no evitó que tuvieran que meter su cuerpo en un traje cibernético que la mantenía con vida, que ayudaba a sus pulmones y corazón a funcionar correctamente. El hombre que diseñó su traje y le “devolvió a la vida” no era otro que su otro tío, Javis, un hombre brillante y, seguramente, el hombre más inteligente de la tierra. El trabajo con la gema para poder hacer que diera energía al traje, para que ayudara a mantener con vida a su sobrina… esto le causo estragos en la mente, cada vez que tocaba la gema, ya fuera un simple roce, su cordura abandonaba cada vez más su mente.

La última vez que lo vio fue el día antes de que desapareciera; se había arrancado los ojos con las uñas, exclamando que no los necesitaba pues veía todo lo que necesitaba ver, se arranco el pelo dejándose meros mechones en la cabeza dejándose las uñas en el proceso y se tatuó a la fuerza con un clavo un símbolo por todo el cuerpo; dos triángulos opuestos como si fueran un reloj de arena. Ese símbolo, ese simple símbolo que podía significar nada importante viniendo de la mente de un enfermo mental, es lo que la cyborg vio en el cuello del carroñero… con un grito, lleno de odio y rabia, se lanzó hacia él apartando a Edward de un manotazo que le empujó hacia la pared del vehículo.

Mientras el otro niño parecía ocuparse de ayudar a la apresada, Kotska clavo su filo en la carne del carroñero que portaba el picahielos; su arma tenía más alcance lo que evitó que se la clavara… aunque no es que pudiera atravesar su armadura, su hoja se hundió en la carne del asaltante, por la parte de su riñón izquierdo como un cuchillo caliente atraviesa mantequilla haciendo sentir a el hombre el inmenso dolor producido por sentir la energía quemar tu carne, desintegrándola y quemándola hasta que no quedaba más que polvo acompañada del punzante dolor de la cuchilla entrando en su carne, claro que no se quedo ahí; apretó aun mas la espada sacándola por el otro lado del hombre y con un fuerte tirón la subió hacia arriba, cortando al hombre desde los riñones hasta los hombros.

El olor a carne y huesos quemados lleno el vehículo, no cayó ni una mísera gota de sangre a pesar del acto tan sangriento de la mujer; el calor de la energía que rodeaba su espada cauterizo las heridas evitando así que ni las venas ni las arterias soltaran ni una gota de sangre. El carroñero se cayó hacia atrás y al llegar al suelo, por la velocidad del vehículo, lo poco de su cuerpo que aún aguantaba junto se rompió, su cuerpo siendo arrollado entonces por los vehículos que tenían tras ellos. Ese era el precio que pagaban todos los que se enfrentaban a ella, todos los que se enfrentan al imperio… todos los allí presentes harían mejor en entenderlo lo antes posible.

Como si no fuera suficiente con los carroñeros que les asaltaban, la cyborg se giró hacia Edward y le agarró del cuello, levantándolo en el aire y sujetándolo con fuerza, sus cejas fruncidas y sus furiosos ojos miraban con rabia al hombre

-Has cometido muchos errores, casi nos matas a todos los de este vehículo- dijo refiriéndose a cuando abrió la puerta bajo la ordena de la chiquilla y cuando no pudo enfrentarse el solo a un simple carroñero armado con un arma ridícula -Espero que no se vuelva a repetir- le soltó el cuello, dejando que se deslizara hacia el suelo del vehículo -la próxima vez, yo misma me encargare de matarte

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime22nd Diciembre 2020, 20:02

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime24th Diciembre 2020, 00:03

No aparté los ojos de la carretera en ningún momento a pesar de participar como oyente en las conversaciones de la parte trasera del todoterreno. De tanto en tanto, comprobaba que el chico que estaba sentado a mi lado se encontraba bien. Por alguna extraña razón, me había hecho feliz que quisiera ser mi copiloto. Supongo que Moon empezaba a despertar la parte de padre frustrado que llevaba dentro, la que había quedado terriblemente enterrada tras el cataclismo. Nunca tuve la oportunidad de ver crecer a mi hijo, y una de las cosas que me hubiera gustado enseñarle... era a conducir.  

Creo que lo mejor sería que nos presentáramos. Más que nada porqué no tengo ni idea de cómo os llamáis cada uno, y necesitaré dirigirme a vosotros en algún momento. — dije desde mi posición, cuando habló el tipo que decía ser un ex-exorcista.— También convendría que habláramos un poco de lo que sabemos hacer, de nuestras “habilidades”... para cuando tengamos que enfrentarnos a alguien— Porqué estaba seguro que ese momento llegaría tarde o temprano. En este mundo, la gente pegaba primero y después preguntaba.— Sé que aún es pronto para que confiemos los unos en los otros, pero si queréis sobrevivir, tendremos que aprender a trabajar en equipo…

Un equipo. Hacía tanto que no lideraba nada ni a nadie… Ya no era ningún pájaro que volara en bandada. Ahora me parecía más al murciélago solitario. Había llevado a mi último grupo a una muerte directa después de perderlo todo. Así que no estaba seguro de poder hacerlo bien, con ese atajo de desechos humanos. Otra misión suicida. 

Cuando quise abrir la boca para presentarme con propiedad, la mujer de la armadura negra tomó la palabra.

Joder con la puta propaganda de los Escorpiones. Parecía sacada de los antiguos anuncios de la Unión Soviética. Estaba soltando una mierda de rollo comunista, que parecía haber memorizado en un cursillo de esos que te lavan el cerebro. Una parafernalia de palabras bonitas como las de “seguridad” y “unión”, que no era más que pura fachada. La morena no habló de de las masacres, ni de las persecuciones a los héroes, ni los putos campos de concentración peores que los de los nazis o los Gulags. ¿Qué hay de la libertad? ¿De tener voz y voto? ¿Y los derechos humanos? Mentiras. Toda una sarta de mentiras y promesas vacías. Todos los que no se unían a los escorpiones acababan muertos. Eso no era ninguna sociedad, eran unos jodidos nazis de mierda.

-Yo he perdido mucho más que eso ¿Y por eso dejó de luchar y me escondo, esperando a que venga alguien en mi ayuda? No, me levanto porque todo aquello que no te mata, te hace mas fuerte.

Tú sigues viva. Y lo último que se pierde en este podrido lugar es la vida. Algunos no pueden decir lo mismo… —Moon podía sentir perfectamente cómo apretaba cada vez más fuerte el volante, a medida que la fulana escorpiona parloteaba allí atrás.

Los héroes lo dieron todo en el momento en que tocaba luchar... pero ya no viven para contarlo.— Por mis ojos vi caer el recuerdo de mis compañeros, sus cuerpos sin vida, retorcidos en posturas antinaturales bajo las losas de piedra y los escombros. Los edificios cayendo, hechos pedazos por la explosión. Y el fuego... la viva imagen de las llamas ardientes, arrasando todo cuanto se interponía en su paso. Mis ojos se humedecieron ligeramente, para después dejar escapar un largo suspiro. Necesitaba tranquilizarme o…

Un golpe sacudió de pronto el vehículo, devolviéndome a la realidad.

¿Pero qué leches…? — Tras pasar unos segundos, la guitarra eléctrica se hizo cada vez más audible. Desde el retrovisor pude ver cómo el convoy avanzaba sin cesar, hambriento de nuestra sangre. — Joder con los putos adoradores del murciélago…

Di un volantazo con la intención de despistar el siguiente cañonazo en el trasero del coche. Por suerte, las puertas habían detenido el segundo golpe y los inquilinos parecían estar a salvo. Pisé aún más el acelerador, y puse toda mi atención en la carretera. Estábamos en un jodido desierto, a campo abierto y sin posibilidad de ocultarnos. Lo único que me quedaba era seguir adelante hasta que nos lloviera la suerte.

El vehículo a esa velocidad era cada vez más inestable. No supe ver el origen del problema, puesto que los gritos de nuestros agresores y el ruido de la arena y los coches en marcha se llevaban toda mi atención. Estaba totalmente concentrado en los peligrosos vehículos que empezaban a acosarnos por los laterales que no supe ver que en el compartimento interior tenían otro tipo de problemas. 

Un ruido metálico me dio el aviso de que ya los teníamos encima. Unos cinco hijos de puta tratando de abrir las puertas con varios piolets y otras armas blancas, perforando los cristales y arrancando las chapas metálicas del recubrimiento con violencia. Si el sándwich de Jeeps conseguía desestabilizarnos, acabarían por volcar nuestro vehículo y estaríamos perdidos. Tenía que pensar en algo. 

Agárrate fuerte, chaval.— advertí al chico, cuando puse toda mi rabia en el volante y giré primero a la izquierda, chocando brutalmente contra uno de los jeeps. Uno de los carroñeros quedó aplastado entre los dos vehículos, y su sangre salpicó la ventanilla. Los otros dos salieron volando, estampándose contra su propio vehículo, con tan mala suerte, que uno de los piolets traspasó el pecho del conductor, haciendo que el vehículo se fuera a la mierda. 

Con la izquierda libre, giré lo bastante para conseguir estabilizarnos, y entonces di otro volantazo en dirección derecha, golpeando varias veces al otro jeep hasta hacerlo volcar. La mala noticia era que todavía quedaban dos tipos anclados en el capó. 

No repitas esto en casa, chico.— le guiñé un ojo a Moon, y de pronto pisé el freno. 

El todoterreno se detuvo en tres segundos y los adoradores de Barbatos salieron despegados hacia delante como si se los hubiera llevado el diablo. Pisé el acelerador lo más pronto posible, aunque sabía que eso le había dado ventaja a nuestros enemigos. Aún quedaban 3 jeeps en pie, más el camión. Nos estaban pisando los talones, y dudaba de que aquel trasto aguantara otra tunda más de golpes. 

Si no conseguíamos deshacernos de los carroñeros antes de que nos hicieran daños irreparables, la mejor opción era adentrarnos en la tormenta de arena que se divisaba en la lejanía… Nosotros íbamos protegidos con el blindaje del vehículo paramilitar, y ellos nos triplicaban en número. Tendríamos más suerte tratando de despistarlos en la tormenta que enfrentarlos en una lucha directa.


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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime24th Diciembre 2020, 00:03

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime24th Diciembre 2020, 00:09

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime25th Diciembre 2020, 00:09


Moon sintió crecer la rabia en su interior ante el desprecio más que evidente en las palabras de la mujer máquina, pero le fue absolutamente imposible distinguir hasta qué punto lo que sentía le pertenecía a él, y hasta qué punto estaba influenciado por las emociones que percibía en Lian y Dick. Ambos estaban igualmente furiosos, y estaba ligado a los dos a través de su sangre, por lo que sus emociones discurrían a través de él como si se tratara de un afluente entre dos ríos. Era casi... insostenible.

Raven había sido criada en un estilo de vida donde la meditación y la relajación primaban por encima de todo precisamente para ser capaz de mantener a raya torrentes emocionales intensos, e incluso ella era incapaz de soportar cuando los sentimientos negativos se desbordaban de aquella forma. Moon no había tenido el mismo entrenamiento severo porque su madre se había negado a privarle a él de la infancia que a ella le fue negada. Se le había permitido vivir, relacionarse y tener amigos como cualquier niño normal, relegando las sesiones de meditación a algo que practicaba en su tiempo libre. El hecho de que sólo pudiera percibir las emociones de aquellos ligados a él mediante contacto sanguíneo hacía que su exposición a aquella clase de situaciones problemáticas hubiera sido también considerablemente menor, así que ahora mismo era incapaz de distinguir sus propias emociones de las de sus dos compañeros, aunque suponía que debían de ser realmente muy parecidas...

Después de todo, Dick había sido un héroe y había visto morir a todos sus amigos, mientras que Lian y él habían sido criados por héroes. Pretender que no les afectaba lo que estaba diciendo aquella mujer habría sido absurdo.

Tú sigues viva. Y lo último que se pierde en este podrido lugar es la vida. Algunos no pueden decir lo mismo…

El pitido que Moon estaba empezando a sentir en su cabeza se fue haciendo más intenso conforme la presión de los dedos de Dick sobre el volante se incrementaba.

Los héroes lo dieron todo en el momento en que tocaba luchar... pero ya no viven para contarlo.

Moon no estaba conectado con la mujer ciborg, pero en el estado en el que se encontraba incluso la mirada de odio y desprecio que le dirigió a Dick bastó para hacerle daño. Se llevó las dos manos a los oídos como si pensara que eso podría mitigar de algún modo la intensidad de las emociones que se arremolinaban en el vehículo, en un fútil gesto reflejo mientras la mujer seguía hablando y las emociones de Dick y Lian se hacían más y más convulsas.

- ¡¡¡BASTA, BASTA, BASTA!!! -gritó, e, incorporándose a medias en su asiento, se volvió para encarar a la mujer máquina con los ojos ardiendo y chispeando por una furia que no sabía si era suya mientras la señalaba con el báculo en ademán acusador-. No te atrevas a hablar así de Zatanna, Oliver y los demás. Ellos lo dieron todo por ayudar a los demás, ¡todo! Tú no eres más que una carcasa vacía impulsada sólo por el odio.

Un súbito impacto en la parte trasera del camión cortó sus palabras, haciéndole tambalearse por su precaria posición, aunque por fortuna pudo aferrarse al respaldo de su asiento antes de caer.

A aquél impacto le sucedió el sonido de guitarras eléctricas que sonaban cada vez más cerca, y, sin saber por qué, Moon experimentó una sensación helada extenderse por donde antes había ardido el fuego.

- ¿Qué cojones? -el exorcista se asomó a la parte delantera tratando de distinguir algo por las ventanas-. ¿Qué es eso? ¿Ves algo por el retrovisor?

Moon intentó también distinguir algo, pero sin éxito, aunque no era difícil adivinar lo que estaba pasando en base a la información de la que disponían y los gritos que les llegaban desde fuera.

Un golpe sordo y repentino les sobresaltó a todos cuando una de las balas consiguió abollar lo suficiente la chapa del camión, inundando de miedo a Moon antes incluso de que Edward llegara por fin a poner nombre a lo que todos se imaginaban. Era la primera vez que se encontraba en una situación de peligro real sin la protección de su madre y los demás, y, durante un instante, sintió que se paralizaba. No así Lian, que siempre había sido mucho más lanzada y arriesgada que él.

La pelirroja corrió rápidamente hacia las puertas, cargando una flecha en su arco, y dio la orden de abrirlas. Parecía muy segura de sí misma, así que nadie se lo discutió, y Moon no fue capaz de encontrar las palabras para hacerlo, así que, en cuestión de segundos, el infierno se desató. Moon se cubrió la boca con las manos, horrorizado, cuando la primera flecha de su amiga atravesó el cuello de aquél hombre, provocándole, al caer el cuerpo al suelo, una muerte particularmente repulsiva. ¿Lian había matado antes? Porque no había sentido en ella la más mínima vacilación, y de hecho no tardó ni medio segundo en volver a cargar la siguiente flecha para apuntar a uno de los conductores.

- ¡Lian! -gritó-. ¡Piensa en...!

Y, de golpe, se calló. Iba a decirle que pensara en sus padres, que ellos no querrían verla convertida en una asesina a sangre fría, pero entonces recordó el motivo que había llevado a Lian a querer escaparse de casa en primer lugar, y lo entendió todo. El que había resultado ser su padre adoptivo había sido un criminal en el pasado, y también sus manos estaban manchadas de sangre, y no sólo de delincuentes... Muchos inocentes habían perdido la vida por culpa de las decisiones que había tomado, y, descubrir aquello, había destrozado a Lian. La muchacha estaba llena de ira, dolor y resentimiento hacia su padre, y eran esos sentimientos los que cargaban su arco y dirigían las flechas. No podría hacerla recapacitar en ese estado porque siempre había sido temperamental. Lo único que le quedaba era rezar porque no llegara a hacer algo de lo que luego tuviera que arrepentirse...

- ¡ESTÁIS MUERTOS! -el grito procedía del vehículo que ahora estaba más cercano, y algo que Moon no llegó a distinguir desde su posición restalló contra el suelo del vehículo desde fuera. Acto seguido, dos tipos malencarados se encaramaron al interior de la caja del camión. Uno de ellos, armado con un picahielos, se abalanzó sobre el exorcista mientras Lian, para el horror de Moon, intentaba placar al segundo, con tan mala fortuna que terminó con el machete que empuñaba apoyado en su cuello.

Lo que sucedió a continuación fue muy difícil de describir. El chico sintió una vaharada de repulsa y náusea que le subió como un torrente desde la boca del estómago como un espejo de lo que la pelirroja experimentó cuando el tipo le lamió la cara. La sensación fue tan intensa que, durante una fracción de segundo, pensó que realmente iba a vomitar, pero la adrenalina y el miedo se impusieron a cualquier otro sentimiento cuando los demás carroñeros empezaron a saltar sobre el camión y los restantes vehículos se dedicaban a golpearles con violencia, haciéndoles desviarse peligrosamente y amenazando con hacerles volcar.

No vio la tormenta de arena. Lo único que vio fue que, en un traspiés provocado por uno de los volantazos de Dick, la cimitarra que permanecía apoyada en el cuello de Lian mordió ligeramente su carne, haciendo brotar un fino hilillo de sangre que recorrió la piel blanca de su cuello.

Fue como si algo se rompiera dentro del adolescente.

No fue consciente de nada más. Ni de la violenta pelea que estaba teniendo lugar entre la ciborg y el otro carroñero, ni de lo que estaba haciendo la mujer del pelo blanco, ni de la broma de Dick, ni de lo que ocurría en el exterior.

No pensó. No habló. Simplemente arrancó la navaja multiusos que colgaba de la mochila de Dick y se abalanzó sobre el tipo que amenazaba a su amiga con la agilidad y destreza de una pantera, arrojándose al suelo para rodar por el mismo y, deteniéndose justo delante de él, clavar el filo de la hoja con todas sus fuerzas en su pie. El tipo gritó, con los ojos desencajados por el ataque que ni se había visto venir y trató de apartarse, pero ya era tarde; Moon desclavó la hoja de la navaja impregnada en sangre, la llevó hasta su boca y la lamió. Al instante, el iris de sus ojos se tornó de un intenso tono del mismo color que la sangre que ahora impregnaba su lengua, y fueron aquellos mismos ojos los que se clavaron en los aterrorizados del carroñero, la misma lengua la que asomó cuando sonrió con sadismo y apretó su puño con fuerza.

El hombre que había sostenido a Lian retrocedió asustado cuando sus ojos comenzaron a sangrar, lentamente al principio, y después a borbotones. Pronto, la sangre continuó fluyendo de sus restantes orificios hasta que la cara entera estuvo teñida de rojo. El carroñero se movió a ciegas, dando tumbos sin dejar de gritar hasta que se acercó lo suficiente al borde y Lian le empujó, haciéndole caer y provocando que el coche que les seguía justo detrás le pasara por encima, destrozándolo en el acto. No había tiempo para recrearse en la momentánea victoria; Lian no tardó en recuperar su arco y volver a cargar una nueva flecha, que apuntó directamente a la cabeza del conductor del jeep que tenían pegado a la cola. Lian soltó la cuerda y el proyectil voló limpiamente hasta ensartar el cráneo del carroñero, provocando que diera un volantazo que hizo que el vehículo que conducía se dirigiera directamente en trayectoria de choque contra otro de los que los perseguían.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime25th Diciembre 2020, 00:09

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime25th Diciembre 2020, 00:11

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime25th Diciembre 2020, 00:11

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime22nd Enero 2021, 01:46

Desierto de Texas
Jueves, 26 de junio de 2031
07.45 h



Tras formular aquella pregunta al exorcista, sus ojos se iluminaron de nuevo con un brillo que daba a entender que aquellas palabras habían desbloqueado algún recuerdo en el interior de lo que antaño fue el gran Edward Johns. Felicia respondió con una sonrisa tranquila. Y justo cuando el hombre se iba a disponer a contestar, un impacto en la parte posterior del comboy en el que viajaban interrumpió la conversación.

Al instante el sonido de una guitarra eléctrica puso a Felicia en alerta. Al instante todos supieron que la cosa no iba bien. Las sospechas de todos fueron confirmadas cuando el sonido de la guitarra se mezcló con los alaridos de los hombres que les estaban dando caza.

Johns aprovechó el agujero que una de las balas había dejado en la chapa del vehículo para vislumbrar quién les estaba dándo caza y respondió de forma involuntaria la pregunta que Felicia se estaba formulando en su cabeza... Carroñeros.

Todos se pusieron en guardia tras los ataques y a la joven caperucita tuvo la brillante idea de abrir las puertas traseras para plantarles cara gracias a su arco. Lo que quizá no había previsto es que aquella acción ponía en riesgo la vida de todo el grupo, quienes quedarían expuestos y arrinconados en aquella caja metálica con ruedas. Justo cuando Felicia iba a decirles que se trataba de una mala idea, una bala perforó el camión pasando cerca de su oído, obligándola a agacharse para que el próximo tiro no fuese directo a su cabeza.

¡Tsk!¡Mierda! -murmuró Felicia tras ver como las puertas del convoy se abrían frente a ella contemplando la escena que se les venía encima —¡Edward!— gritó al ver como su compañero se precipitaba al desierto tras abrir las puertas de forma abrupta y justo cuando se incorporó para acudir a su ayuda, la fiel seguidora de los Escorpiones se adelantó, cogiéndolo del cuello con una reprimenda, no sin antes haber ensartándolo con su espada láser a uno de los carroñeros que habían asaltado el vehículo. Felicia suspiró algo aliviada.

La joven arquera logró cortar el discurso de uno de ellos de un flechazo en la nuez. La joven Felicia se habría tomado su tiempo para dedicarle un aplauso, pero ahora no había tiempo para sus juegos. La cosa estaba torciéndose y pronto algunos de aquellos repulsivos y excentricos seres asaltaron el vehículo, tomando a la joven arquera como rehén. Rápidamente, buscó su rifle de asalto, pues al parecer tendría que utilizarlo antes de lo previsto. Pero el joven niño se encargó de defender a la chica él sólito. Al parecer todo estaba ya bajo control. Felicia se quedó unos intantes pensativa, dudando sobre qué debía hacer con el fusil... ¿Debía utilizarlo? ¿O era mejor reservarlo por si las cosas se torcían aun más?

Un disparo la hizo despertar. Puedo ver como la bala pasaba por delante de sus ojos. ¡No estaba todo controlado! ¡Ni mucho menos! Aún debían cerrar las puertas y frenar a aquellos carroñeros que no se daban por vencidos a pesar de haber visto el aciago destino que habían sufrido sus compañeros.

Preparaos para cerrar las puertas... —ordenó Felicia en un tono firme y sereno. Aquellos que la miraron vieron como la Gata Negra había adoptado una posición de combate similar a la de los militares francotiradores.

Tomó aire. Apuntó a uno de los camiones que les seguían. Por su mente estaban pasando infinidiad de posibilidades sobre cual sería la mejor opción para deshacerse de aquellos carroñeros con el menor número de balas. Una. Una bala estaba dispuesta a gastar contra aquella escoria. No merecían más.

Tres, Dos...

Sonó un disparo. Felicia se levantó rápidamente y ayudó a sus compañeros a cerrar las puertas del convoy, segundos antes de que la gran nube de polvo y arena —que había levantado la caída de una gran roca, a la que Hardy había apuntado justo en el último momento para que cayera tras ellos y de ese modo cortase el paso de los carroñeros y les dificultase ver por dónde se habían ido— entrase por completo dentro de la parte trasera del vehículo. Ahora Felicia contaba con 89 balas.

Eso les detendrá... —dijo observando al resto de sus compañeros en la parte trasera algo más aliviada. Quiso cerciorarse preguntándole al conductor como estaba la situación al frente.

¿Cómo va por ahí delante? —preguntó ajena a la gran tormenta de arena a la que estaban a punto de ser conducidos...




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Última edición por Felicia Hardy el 22nd Enero 2021, 21:34, editado 2 veces
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime22nd Enero 2021, 01:46

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime24th Enero 2021, 16:56

A raíz de los últimos acontecimientos drámaticos, en su antigua colonia, Thorin decidió que no volvería a confiar ciegamente en nadie y que sus buenas intenciones se verían reprimidas para evitar volver a sufrir de la misma forma. Este argumento resonaba de forma repetitiva e insistente en sus pensamientos. Era una lucha interna entre sus valores y la cruda realidad que le envolvía, fustigándolos sin descanso. Demostrando que ser bueno no había servido para nada... Sólo para sentirse humillado y dolido.

La persona que más odiaba en este mundo era a si mismo, por haber sido tan ingenuo. Pese a que Thor, intentaba consolarlo, el chico decidió cerrar su mente al dios tronador.   No tenía ganas de rememorar malos recuerdos y necesitaba un espacio para él. Pactaron  de forma interna una distancia respetuosa. Aunque compartían el cuerpo, eran dos seres con personalidades distintas. El hacedor de tormentas, era un ser que había vivido más tiempo del que cualquiera pudiera recordar y él era sólo un joven, que apenas se encontraba en la flor de la vida. La mente de estos era un amasijo complicado, a veces actuaban como un sólo ser y otras como una dualidad.

Se encontraban ante una situación complicada, en un mundo que no parecía echo para ayudar a ningún ser que estuviera viviendo en estos momentos tan apocalípticos.Se habían planteado ambos, la posibilidad de usar los poderes para sobrevolar la zona y así encontrar algún refugio. Al sopesar los pros y los contras, llegaron a la conclusión de que sólo acabarían teniendo más problemas si alguien los veía volando ( podrían ser considerados un enemigo al cual disparar o linchar). El muchacho pese a su juventud, comprendió que sus poderes no debían ser revelados, puesto que otros querrían aprovecharse de él o extorsionarlo de alguna manera escabrosa. Así que decidió junto con Thor que el viaje hacia la gran nada, sería a pie.

No sabía hacia dónde debía dirigirse ni cuál sería el objetivo de este viaje sin un destino claro.

A medida que avanzaban, el paisaje desolado iba cambiando cada vez a uno más arenoso. Donde la arena cubría el basto terreno, formando dunas inmensas. El viento comenzó a soplar de forma suave, transportando el calor en su dirección. Thor identificó rápidamente el peligro que desprendía esa brisa llena de intenciones y de problemas. Se aproximaba una tormenta de arena de dimensiones apoteósicas, por lo que , sería conveniente buscar un lugar dónde refugiarse o guarecerse hasta que mitigará para así continuar su camino.

Thorin suspiró, no quería estar en medio de la tormenta pero parecía que no había lugar en el cual cobijarse. No quedaba más remedio que aguantarse y tirar adelante hasta encontrar algún sitio. Agarro parte de sus ropajes para cubrirse la cara. No quería alimentarse de granos de arena.

El viento aumento su furia empujando y golpeando su cuerpo, pero esto no aminoro la marcha del forjador. Un paso detrás de otro, se repetía de forma interna. La arena sobrevolaba por todas las direcciones y cada vez le dificultaba más la visión. Estaba claro que estaba en mala racha...

-“Espero que mi día mejore”-se dijo para si mismo- Ya hemos tenido una dosis de grandes problemas. Sólo quiero estar tranquilo porque me noto al limite de mis emociones.

A lo lejos, creyó oír algún sonido pero comprendió que no podía ser que alguien tan estúpido como él se hubiera aventurado a meterse en esta mierda de temporal.
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime25th Enero 2021, 12:02

El vehículo empezó a acelerar a marchas forzadas, emitiendo un ruido en el motor que indicaba que estaba luchando con todas sus fuerzas para mover toda su masa a la máxima velocidad posible mientras Dick apretaba el acelerador todo lo que podía, los enemigos que habían atacado el camión habían sido repelidos y ahora eran cercados por la parte restante del convoy, el camión en el que iban empezó a adentrarse entre las corrientes de arena que el viento levantaba con violencia, el truco de Felicia logró darles una ventaja táctica, mientras sus perseguidores tenían que maniobrar para esquivar aquella roca consiguieron cerrar las puertas del camión para impedir que la arena entrase en la cabina.

Llevaban apenas cinco minutos conduciendo a través de la tormenta y la visibilidad ya era nula, era imposible saber si iban en la dirección correcta, ni siquiera saber donde estaban, lo único que Dick podía hacer era acelerar mientras la arena golpeaba y abrasaba la estructura del vehículo, haciendo que se sacudiera en algunos tramos, a través de la rendijas y daños que los carroñeros habían provocado entraba un poco de arena que les entraba en la boca y aquella situación era, cuanto menos, incómoda, sin embargo habían logrado su objetivo, ya no les perseguían y posiblemente no tendrían que volver a preocuparse de sus enemigos, en la parte de atrás algunos de los miembros del grupo aún recuperaban el aliento mientras en sus adentros rezaban porque el vehículo aguantase.

---

El joven Thorin llevaba unos minutos caminando a través de la tormenta, se cubría la cara con las manos para evitar que la arena se la destrozase y le entrase en los ojos, aun así ¿Cuánto rato iba a aguantar así? No sabía a dónde dirigirse o dónde estaba y, desde luego, seguir moviéndose en círculos allí era un suicidio, tal vez su mejor opción pasase porque su alter ego tomase el relevo y salir volando de allí…Estaba a punto de hacerlo cuando un ruido le puso en alerta, era un motor, el sonido de un motor que se acercaba hacia él:

-¡Eeeeeh! – Chilló como pudo intentando evitar que se le llenase la boca de arena, si no fuera quien era no podría aguantar allí, su voz se perdió entre la tormenta de forma inútil, fuera quien fuera que conducía el camión no iba a escucharle…El ruido del motor era cada vez más cercano, miró a ambos lados buscando saber dónde estaba el vehículo y de repente, de delante suyo, casi cómo una aparición fantasmagórica el camión apareció rompiendo una cortina de arena: - ¡Eee…- Thorin iba a gritar para advertirles que estaba allí, pero no fue lo suficientemente rápido, el vehículo impactó contra el cuerpo del chico con fuerza, sin embargo, su condición física y sus capacidades hicieron que apenas fuera un golpe fuerte para él, esta era su ocasión…Se agarró con fuerza al parachoques del camión y cerró los ojos, deseando atravesar rápido aquella tormenta y, sobre todo, que el camión no se estrellase contra ningún edificio o acabaría hecho puré.

----

El camión tembló al impactar, sin Dick saberlo, contra Thorin: - Mierda… - Murmuró el hombre que intentaba controlar el vehículo cómo podía, no estaba en sus mejores condiciones, en el pasado esto ya no habría sido una tarea fácil, ahora, muchos años más viejo y castigado por la vida se estaba convirtiendo en una tarea titánica, si además sumaba el hecho de que su mente estaba constantemente disparándose a imaginar un vaso de whiskey, el pulso no era firme y su rodilla temblaba nerviosa mientras pulsaba el acelerador. Poco a poco la tormenta parecía que iba haciéndose menos densa, aunque era difícil decir si estaba sucediendo de verdad o se trataba de su síndrome de abstinencia golpeando su mente sin piedad.

Edward se frotaba el cuello, aún le dolía, aquella mujer había estado a punto de matarlo de verdad, maldita sea, el no era un puto héroe ni estaba acostumbrado a liarse a tiros en medio de una persecución, desvió la mirada a sus compañeros, observándolos uno a uno, todos habían conseguido repeler a los enemigos y él casi los mata a todos: - Joder…- Murmuró mientras se ponía en pie y se quitaba la arena del pelo y de la barba, se acercó a los dos jóvenes, Liam y Moonbird: - ¿Estáis bien chicos? – El camión entero se sacudía y temblaba con fuerza mientras se movían a través de aquella tormenta, Johns cogió su mochila y la abrió, sacó su cantimplora y dio un trago corto: - Mas vale que toda esa historia que nos han contado no sea un puto cuento…- Guardó la cantimplora y se retiró a un rincón mientras cada vez la afluencia de arena que entraba por los agujeros iba descendiendo, el camión fue reduciendo velocidad poco a poco, algo sonaba extraño.

El cielo se despejó poco a poco mientras dejaban atrás la tormenta, el sol brillaba con fuerza, aunque ya estaba bajo, había empezado a atardecer, el vehículo poco a poco se iba frenando mientras a unos 250 metros se dibujaba la silueta de un pequeño pueblo, el indicador de combustible les decía que se habían quedado sin ¿Habían sufrido una avería? Bajaron con cuidado, recelosos y en busca de enemigos rodeando el camión y observando los estragos de la pelea sumados a la tormenta, parte de la chapa del vehículo estaba bastante dañada, los neumáticos desgastados…Cuando llegaron a la parte de delante Edward se acercó a un joven que había en el suelo, a un par de metros del parachoques:

-¡Eh! Hemos atropellado a un vagabundo... – Thorin se había soltado cuando el vehículo había frenado del todo y ahora estaba tirado en la arena, se había quedado semiinconsciente del esfuerzo y el impacto y ahora estaba estirado, con los ojos cerrados.

El grupo se reunió a su alrededor: - ¡Eh! ¡Chaval! ¿Estás bien? – Edward le buscó el pulso palpando el cuello, miró al resto: - Está vivo ¿Lo has atropellado? – Miró a Dick, que era el que había estado conduciendo ¿Cómo podía ser que se hubiera llevado al chico por delante y no lo hubiera visto?

*Primera tirada: 8 - El grupo logra cerrar las puertas.
*Segunda tirada: 5 - El camión sufre daños mientras atraviesa la tormenta, pero se pueden reparar.
*Tercera tirada: 10 - Thorin logra subir al camión sin más contratiempos que algún moratón.


Última edición por Edward Johns el 25th Enero 2021, 14:09, editado 2 veces
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime25th Enero 2021, 12:02

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime2nd Febrero 2021, 10:32

Kotska, cuyo rostro era impasible y apenas movía lo poco que le quedaba de cara, arqueo una ceja cuando el vagabundo de los niños dio la idea de que, para “conocerse” mejor y poder trabajar mejor en equipo. Claro que ella, o mejor dicho el Emperador Escorpión, tenía un fichero con todos los ex-héroes que una vez existieron en aquel país e incluso de los villanos; si querías formar un nuevo país tienes que librarte de la escoria que antaño lo mancillo. Además, los “villanos” eran más fáciles de engañar, con prometerles poder, riquezas o, para los más desesperados, comida caliente ya les tendrías en tu puerta… al final los Escorpiones consiguieron lo que los héroes nunca pudieron; librar al país de la escoria.

Claro que ellos libraban a la escoria de “poco poder” ¿A los políticos y militares corruptos? Todos ellos eran bienvenidos en el imperio si estaban dispuestos a jurar lealtad ante el Emperador… de momento, solo uno se negó, aunque no es que fuera precisamente un militar corrupto, por lo que tuvo que ser… eliminado. Frunció el ceño ante lo que le respondieron cuando acusó a los héroes de haberse rendido, mirando a sus acompañantes como seres patéticos, no eran más que insectos a los que aplastaría sin pensárselo dos veces… si no estuviera

-Un sacrificio en vano es una muerte inútil

Si dabas tu vida por una causa y al final no conseguías nada ¿Era un sacrificio? No, era una muerte en vano y todos los héroes que lucharon para evitar este futuro… su muerte fue en vano. La gota que colmó el vaso fue cuando el niño que venía con el antiguo Robin se le encaró… en ese momento tuvo suerte de no ser más que un niño; unas palabras así de cualquier otra persona habría resultado en un corte rápido y limpio de su espada. Sus pesadas botas metálicas retumbaron por el vehículo cuando se acercó poco a poco hacia el niño y se agacho, clavando los ojos llenos de ira del niño con sus ojos muertos, llenos de odio

-No tienes ni idea de lo que soy, little kid

Por suerte, o bueno no suerte sino más bien desgracia, fue entonces cuando los carroñeros atacaron el vehículo. La suerte venían en que detuvieron a Martha, obligándola a centrarse en la batalla y no seguir despotricando o, aun mejor, evitando que se enfadara lo suficiente como para empezar a pegar sablazos a todo quisqui; puede que algunos de ahí, al aire libre, fueran capaces de esquivar sus ataques ¿En un sitio cerrado y pequeño como este? Habría sido una masacre.

La cyborg, acostumbrada al fragor de la guerra y a despachar a patéticos hombrecillos como aquellos carroñeros, no dudo en atacar y despachar rápidamente a su contrincante, lo que le dio la oportunidad de ver… algo más que curioso; el niño, el que antes se le encaró, despacho al otro carroñero con suma destreza incluso pareció disfrutarlo, alguien así sería muy útil para su ejército… tendría que encontrar la manera de acercarse a él. La otra niña tampoco es que fuera mala con el arco, lastima que en su ejército solo ella se permitía llevar un arma del medievo; no había cabida para un arco y flecha en el Imperio. La mujer de cabello sí que le sería más útil que la niña del arco, al menos ella sabía usar un arma moderna.

No era la primera vez que viajaba en un vehículo que atravesaba el desierto, o una tormenta de arena, así que Kotska sabía perfectamente que tenía que hacer en esa situación; sentarse y relajar los músculos, era la única manera de que, si tenían un accidente, no sufriera aún más daños a lo que le quedaba de musculatura orgánica, por esa razón los borrachos solían sobrevivir a los accidentes, al tener el cuerpo relajado y destensado por el alcohol. Se sintió… ¿Aliviada? Al ver que el otro hombre escuchó su reprimenda, ya tenía más cabeza que el conductor o el chavalín que se le encaró.

Mas no era oro todo lo que relucía; la arena que seguía entrando por el dañado vehículo empezó a entrar en la boca de los allí presentes, pero ella no tenía una boca… tenía un respirador y con tanta arena, se le estaba empezando a atascar dificultando la respiración. Cuando al fin pararon, tras salir de la tormenta, lo primero que hizo nada más salir del vehículo fue apartarse un poco de los demás, pulsar unos botones en el cuello de su traje, haciendo salir un poco de vapor de las uniones metálicas de su máscara y un chasquido; con cuidado, se quitó su respirador metálico limpiándolo de la arena, debía ser rápida si no quería ahogarse ya que necesitaba ese aparato a fin de respirar correctamente.

Estaba alejada del resto del grupo, pero no de espaldas sino de lado lo que provocaría que, si uno de los allí presentes se girara en su dirección, viera el horrible y deforme rostro de Kotska, una imagen que pocos vieron en su vida y casi todos los que lo vieron, estaban ahora muertos. Una vez se colocó de nuevo su respirador, acudió junto a los demás que socorrian al joven atropellado, lo que le dio oportunidad a la cyborg para fijarse en algo… aún más curioso que el niño anterior; aquel joven, a pesar de haber sido atropellado, no parecía tener más que algunos rasguños, si era tan resistente como parecía serlo le vendría bien en su ejército, pero antes tendría que ser entrenado, con disciplina, con lealtad… con “honor.”

-Parece ser… más resistente de lo normal, a la velocidad a la que iba el vehículo su cuerpo debería estar destrozado… impressive, most impressive

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime28th Febrero 2021, 16:08

¿Cómo va por ahí delante? — dijo una aterciopelada voz de mujer que provenía de la parte trasera del convoy. Estaba tan concentrado conduciendo que se me había pasado casi por completo la salvaje lucha en el interior del vehículo. Incluso había perdido de vista a Moon, que en algún momento de la persecución se había escabullido de su asiento de copiloto para echarle un cable al resto.  

Este trasto no resistirá mucho más...— advertí, mientras nos adentrábamos de lleno en la tormenta de arena. A pesar de que habíamos despistado a lo adoradores de Barbatos, seguía sintiéndome inquieto, con los latidos del corazón martilleándome la cabeza como un bombo. La subida de adrenalina me había dejado hecho polvo tras la persecución de los carroñeros, y aunque no era grave, la arena de la tormenta que brotaba por las fracturas del vehículo era incómoda y molesta para conducir. Apenas veía lo que tenía delante por culpa del polvo y la humareda, así que me permití echar un vistazo atrás, para comprobar el estado físico y mental de mis compañeros.

¿Estáis todos bien?— pregunté, proyectando la voz para que todos me oyeran. Después escupí algo de arena que se me había metido en la boca. En ese momento, el vehículo se sacudió, como si se hubiese topado con alguna dificultad del terreno. Pero no le di demasiada importancia, estaba más preocupado por el estado anímico de mis compañeros de viaje.

Una vez me sentí más relajado al ver que estábamos todos bien y que ya no había un peligro real, noté como mis manos empezaban a resbalarse con el contacto de la goma debido al sudor. Luché para mantener el volante lo más firme posible, pero me noté desconcentrado. Fue entonces cuando fui consciente de que mi pierna izquierda empezaba a moverse sola y sin control. ¿Era por culpa de los nervios? ¿La bajada de la adrenalina? ¿O empezaba a sentir los efectos de la abstinencia? Joder… necesitaba un buen trago de Whiskey…

Busqué entre mis pertenencias la petaca con mi veneno personal, pero cuando me la llevé a los labios, me di cuenta de que no quedaba ni una sola gota de alcohol. Chasqueé la lengua, bastante molesto, y volví a guardarla sin más miramientos. Joder, qué mala suerte tengo. ¿Es que podían ir peor las cosas?

La velocidad del convoy empezó a descender al ritmo de unos extraños ruidos provenientes del motor. Por suerte, la tormenta se estaba despejando, y cuando el vehículo se detuvo por completo, el cielo ya se había aclarado, y el sol empezaba a esconderse en el horizonte, proyectando un larga sombra sobre la arena. A lo lejos se podía distinguir un pequeño pueblo, y si teníamos suerte, encontraríamos herramientas y combustible para arreglar aquel cacharro. Y alcohol. No hay que olvidarse del alcohol. En estos tiempos difíciles, era lo único que conseguía calmarme los nervios...

-¡Eh! Hemos atropellado a un vagabundo...

Vamos, no me jodas… — volví a chasquear la lengua, de la misma forma que le había visto hacer al pequeño Damian Wayne, y me acerqué a Edward para comprobar el estado del pobre chaval al que había arrollado con el todoterreno.—  Moon, ¿Podrías traerme la mochila? Dentro tengo un botiquín.

Quizás hablé demasiado rápido al asumir que aquel joven estaría bastante herido después del atropello, pero mientras lo colocaba en posición de seguridad, me di cuenta de que no sangraba. No… no tenía ni una sola herida a pesar de que la contusión le había dejado inconsciente. Eso no tenía ningún sentido… ¿Cuándo lo había atropellado? Lo hubiese visto si hubiese sido cuando la tormenta de arena estaba cesando… así que no era probable. Tuvo que ser antes. Tuvo que ser en mitad de la tormenta, pero entonces... a aquella velocidad, el joven estaría ya muerto, es más, seguramente no lo hubiésemos encontrado tumbado aquí en medio…

Aún conservaba las dotes detectivescas de Batman, así que me agaché para revisar el cuerpo y buscarle algo de lógica al asunto. El rubio era aún muy joven, debía rondar la mayoría de edad, pero aunque era delgado, su cuerpo estaba más trabajado para alguien de su edad. Le abrí los puños, y observé la oscura mancha que había marcada en ambas palmas de sus manos. El exterior estaba cubierto de arena, pero el interior… parecía haber estado aferrando algo con fuerza...

Alcé la mirada en dirección al vehículo y confirmé así mi teoría. Se había enganchado a las barras metálicas del parachoques delantero. Alguien con esa fuerza y resistencia… no era normal. Ese chico podría ser un mutante o alguien con habilidades especiales. Entonces, escuché la voz de la escorpión a mis espaldas, susurrando con su voz viperina lo impresionada que estaba con la resistencia del atropellado.  

Este chico se debió enganchar al vehículo en mitad de la tormenta… y parece que no ha sufrido ninguna fractura. Tiene algún que otro moratón… pero por lo demás está perfecto.  

Cuando Moon me trajo la mochila supe lo que tenía que hacer. Nada de botiquín. Saqué la cantimplora y humedecí los labios del joven con un pequeño chorro de agua. Si se había perdido en la tormenta de arena, los más probable es que estuviera deshidratado.

Vamos, chaval… despierta... — le di varias palmaditas en la cara, esperando a que el rubio reaccionara con los estímulos.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime1st Marzo 2021, 00:30

Gracias al esfuerzo coordinado de todos habían conseguido librarse de los carroñeros, y sólo cuando el hombre que había atacado a Lian fue empujado fuera del vehículo y Felicia ordenó cerrar las puertas del convoy fue Moon realmente consciente de lo que acababa de hacer. Tenía la boca invadida por el regusto metálico de la sangre, un sabor que se le antojaba embriagador... y, al mismo tiempo, aterrador. La navaja de Dick resbaló de entre sus dedos y sin saber muy bien cuándo ocurrió se encontró de rodillas en el traqueteante suelo del camión justo cuando se metían de lleno en la tormenta de arena. Lian se agachó junto a él para envolver entre sus brazos su tembloroso cuerpo, y le acarició afectuosamente el cabello al tiempo que susurraba una única palabra en su oído: Gracias.

La joven sabía lo mucho que Moon odiaba recurrir a los poderes que le había legado su padre y que le hacían sentirse más cercano a él que a su madre, y el hecho de que hubiera decidido pasar por aquello por salvarla a ella decía mucho acerca de los lazos que existían entre los dos.

- Vamos, tenemos que agarrarnos a algo -le dijo ella a medida que el vehículo alcanzaba más y más velocidad, ayudándole a llegar hasta los asientos. El exorcista se acercó a ellos para interesarse por su bienestar, pero fue Lian la que respondió diciéndole que se encontraban bien. Moon no hizo más que dirigirle una mirada ausente, como si se encontrara aún muy lejos de allí.

Aguantaron el resto del accidentado viaje como pudieron, cubriéndose boca y nariz con las mangas de sus camisas, hasta que, finalmente, el vehículo comenzó poco a poco a detenerse. Moon se sentía algo mareado después del trayecto por la tormenta de arena, así que no fue de los primeros en bajar, por lo que pudo ver cómo la mujer ciborg se quitaba el respirador para limpiarlo de arena. La visión de su rostro deforme y desgarrado le causó una cierta fascinación macabra que no fue capaz de explicar o entender pero que no hizo sino añadir más preocupación a la mezcla que se cocía en su interior.

Fue el grito de Edward el que le hizo regresar a la realidad con su alarmante noticia, y, rápidamente, se apresuró a descender, llegando fuera justo después de Martha. Se quedó en la puerta de la furgoneta, mirando con los ojos muy abiertos al joven que yacía en el suelo a varios metros por delante del vehículo, sin acercarse. Lian, a su lado, le cogió de la mano como para darle ánimos. Cuando Dick le pidió la mochila asintió y fue a traérsela, quedándose junto a él mientras revisaba el cuerpo. Sabía que no estaba herido incluso antes de que Dick lo dijera porque no había podido percibir sangre alguna en él. No fuera de su cuerpo, al menos...

- Hum... Quizá deberíamos... ¿Subirlo al camión y llevarlo al pueblo? No sabemos cuándo va a despertar y no me gustaría que nos pillara la noche aquí fuera. Podrían volver a atacarnos. Además, así, si es necesario podría verle un médico. A lo mejor tiene heridas internas...

A él le bastaría un simple corte para comprobarlo. No tendría más que tocar su sangre y podría saber con un grado de fiabilidad bastante alto cómo estaban sus órganos por dentro, pero no le apetecía volver a hacer una exhibición pública de sus poderes. No se sentía a gusto recurriendo a ellos y prefería evitarlo en la medida de lo posible, especialmente porque si Dick lo veía sabría exactamente dónde los había visto antes.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime20th Mayo 2021, 14:32

Desierto de Texas
Jueves, 26 de junio de 2031
08.05 h



Este trasto no resistirá mucho más... —contestó Dick algo alterado. Después se giró hacia el interior del vehículo y se interesó por el estado del resto de sus compañeros.

¿Estáis todos bien?

Justo cuando se disponían a contestar, lo que parecía un bache en el terreno les hizo tambalearse en el interior y retrasar su respuesta. Pero por suerte todos estaban medianamente bien. Aunque Felicia reparó en el hastiado rostro de su compañero Johns. Parecía que la reprimenda de la militar le había dejado pensativo.

Eh, Johns... —dijo la gata mientras posaba su mano sobre el hombro de Edward— No te martirices, hiciste lo que consideraste mejor en un momento de tensión.—hizo una pausa para situarse a su altura en un acto de confidencialidad—. La frialdad para actuar de forma calculada es algo que solo se les da bien a las máquinas —comentó dedicándole una mirada de soslayo a la semi-ciborg.

Tras la charla, Felicia se mantuvo en su sitio, pensativa. Todos habían sabido defenderse de un modo u otro. Incluso el pobre Dick, quien tuvo que lidiar con el problema de tener que seguir conduciendo en una situación tan complicada. Pero quien más llamó la atención de los ojos de Hardy fueron sin dudas los más jóvenes del grupo. Ella, había demostrado unas aptitudes increíbles con su arco. Pero el joven copiloto de Dick... Había actuado con una frialdad estremecedora. ¿Quizá estaba movido por la auto-obligación de tener que defender a Lian? Fuese como fuese, ahora parecía haber tomado conciencia de golpe a juzgar por sus temblores. Lian le consolaba. Se notaba que estaban especialmente unidos.

Casi sin darse cuenta, lograron dejar la tormenta de arena atrás. Todos sus compañeros trataban de tapar sus vías respiratorias, dado que la arena y el polvo del desierto que entraban en el camión, les dificultaba la respiración. Felicia por suerte, había vivido demasiado tiempo en el desierto y su atuendo estaba más preparado para ese tipo de problemas. Tan solo tuvo que colocar su pañuelo negro correctamente.

De pronto, y tal y como predijo Dick, “el trasto” no aguantó más y se detuvo. Habían consumido hasta la última gota de combustible y para colmo de males, parecía que habían atropellado a un vagabundo... Johns fue el primero en acercase al cuerpo que yacía en el suelo. Felicia permaneció atenta. Johns confirmó que seguía con vida. Por lo visto el cuerpo no presentaba más que algunos simples moretones y algunos arañazos. A cualquier ser humano corriente, un impacto contra un vehículo a tal velocidad habría ocasionado más que simples moretones. Hardy se interesó más por la identidad del individuo...

Este chico se debió enganchar al vehículo en mitad de la tormenta… y parece que no ha sufrido ninguna fractura. Tiene algún que otro moratón… pero por lo demás está perfecto.

Definitivamente aquel joven no era un simple humano. El joven Moon propuso subirlo al camión y llevarlo al pueblo. Estaba claro que no podían quedarse allí demasiado tiempo. Tarde o temprano podrían alcanzarles de nuevo aquellos carroñeros.

El muchacho tiene razón... No podemos quedarnos aquí demasiado tiempo. Deberíamos hacer dos grupos, no podemos cargar con el muchacho, nos atrasaría demasiado...—Felicia echó un vistazo al horizonte y acto seguido volvió a contemplar a sus compañeros— ¿Quién se viene conmigo?

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime13th Junio 2021, 23:04

El joven se encontraba dentro de la terrible tormenta de arena cuando el sonido de un motor rompía el ulular frenético del viento. Se giró buscando el   origen de dicho ruido cuando de entre las dunas emergió una sombra gigante. Un vehículo monstruoso se acercaba a una velocidad vertiginosa y el muchacho se encontraba justo en medio de la trayectoria. Puesto que lo tenía prácticamente encima, decidió que quizás sería buena idea agarrarse o intentar subirse.

La arena que se le filtraba en los ojos y el aire que le empujaba violentamente el cuerpo, le jugo una mala pasada pues no tubo tiempo de calcular bien el salto y fue a parar justo en la parte delantera, provocando que el transporte arremetiera contra él.

En un momento, antes de poder realizar cualquier acción  recibió el primer golpe del impacto y salió disparado hacía un lateral, dando tumbos hasta que pudo agarrarse a algo. El dolor le irradiaba como un calambre.

No sabía si había tenido una gran idea, el ir sujeto a aquella cosa y las diferentes dificultades del terreno sólo le provocaban más golpes. Empezaba a dudar de su plan.

< Mejor recibir golpes durante el trayecto en el vehículo que morir deshidratado y seco como una pasa en medio de la nada- dijo para sus adentros- quién narices pilota este trasto. Debe perseguirle el mismísimo diablo para ir de esta forma>

Mientras intentaba mantenerse sujeto y no caer por el camino decidió agudizar el oido, pues parecía escuchar diferentes voces pero no era capaz de identificar nada de la conversación. Parecían bastante alterados.



< Cuando caigas hazte una bola e intenta cerrar la boca- dijo Thor con socarronería- CUIDADO!>


Thorin, estaba empezando a maldecir su suerte, cuando noto una sacudida y salió disparado hacía delante. Intento seguir el consejo de su mentor pero no fue suficiente. Recibió varios impactos y acabo en el suelo con un dolor de cabeza.

Varias voces se acercaron corriendo hasta donde él se encontraba semi inconsciente. Debía de haberse mareado durante el recorrido porque no era capaz de levantarse y se mantuvo estirado escuchando las diferentes conversaciones pero no consiguió averiguar nada por lo que tomo las riendas de la situación y decidió actuar. Fue abriendo los ojos lentamente mientras toda su visión se veía borrosa e intento comunicarse con aquellas personas.

- Se puede saber quienes sois?- dijo intentando mantener sus ideas en linea- Podríais haberme matado! Es que nadie os ha enseñado a conducir? La idea principal para aprobar es... no atropellar a los peatones... dios mío que dolor de cabeza... creo que necesito...

Thorin se intento incorporar poniéndose a la defensiva pero su cuerpo le flaqueo y solo consiguió sentarse en la arena. Debía de esperar un poco hasta que se le pasará ese pequeño malestar. De todos los golpes que había recibido ninguno le causo graves lesiones pero el parón súbito que le proyecto y le hizo girar le produjo una sensación de embotamiento mental. Sin ni siquiera pedir permiso aquellas personas lo agarraron, no pudo ofrecer ninguna resistencia.
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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime28th Julio 2021, 21:48

La tormenta a sus espaldas se había ido disolviendo poco a poco, al rato ya no quedaba rastro de la furiosa masa de arena y viento que habían tenido que atravesar y que por desgracia había dejado su vehículo en un mal estado, pronto, los carroñeros se darían cuenta de que allí había un grupo rezagado y un posible objetivo al que saquear, necesitaban moverse, y, aunque el chico no iba con ellos, no podían dejarlo allí abandonado a morir a su suerte, así que entre Edward y Dick lo cargaron mientras el resto del grupo oteaba en la lejanía, a aproximadamente un kilometro se vislumbraba un pequeño pueblo, o los restos de lo que había sido un pueblo, un gran edificio que parecía ser un centro comercial era lo único que restaba de que allí en algún momento hubiera existido población.

Entre todos decidieron que lo mejor era dirigirse allí, eran un grupo numeroso, así que decidieron que podrían enfrentarse a un grupo de enemigos, con suerte puede que hubiera allí recursos que pudieran utilizar para, en primer lugar, alimentarse y curar sus heridas, y en segundo lugar, para intentar reparar su vehículo…A medida que avanzaban hacia el lugar el sol empezaba a caer rápidamente, el frío empezaba a invadir el desierto, si no se daban prisa…Caminaban en silencio, el grupo estaba tenso y nervioso, la lucha de hacía un rato había hecho saltar la tensión y la desconfianza que había entre ellos, si era evidente que no se aguantaban entre sí, ahora esa sensación se palpaba en el aire mientras caminaban.

Para cuando llegaron a la puerta de la edificación la oscuridad ya había invadido el lugar, tan solo la luz de la luna les daba algo de luz y el frío empezaba a ser difícil de aguantar, habían dejado atrás un pequeño cementerio de vehículos que habían sido aparcados de mala forma a unos cien metros de la puerta ¿Gente que vino a refugiarse en el interior? Estaban a punto de averiguarlo…En la entrada del edificio había un gran boquete en lo que antes habían sido las puertas y en lugar de estas había acumulados toda clase de trastos, muebles, vallas, maderas, palés…Todo tipo de cosas puestas a toda prisa con tal de tratar de tapar el punto de entrada al lugar, Dick y Edward dejaron a Thorin un momento con Martha y apartaron algunos de los elementos, el polvo saltaba con cada movimiento y el ruido resonaba en el vacío recibidor del centro comercial: - ¿Crees que hay alguien dentro? – Preguntó Johns mientras acababan de retirar dos sillas que había apiladas para dejar un hueco suficientemente grande para que todos pudieran pasar al interior.

Se introdujeron en el lugar poco a poco y en silencio, tensos y listos para pelear si hacía falta, el silencio era absoluto, el recibidor del centro comercial estaba invadido por la mugre, el polvo y algunas plantas que habían crecido, por el techo resquebrajado se filtraba la luz de la luna dando un toque aún más tétrico el lugar, Edward cogió su arma y la sujetó en la mano derecha, sentía un escalofrío en la nuca, algo le ponía los pelos de punta: - Noto…Noto algo…- Murmuró el hombre en un murmullo casi imperceptible para sus compañeros, un murmullo que obtuvo como respuesta una risa de niño en la lejanía…Johns había sentido esta sensación no hacía tanto, la última había sido en aquel bar de Tijuana…Los muertos le reclamaban…

En la primera planta empezó a sonar un piano, era una melodía dulce a la vez que melancólica, un eco del pasado que resonaba en aquellas paredes, Johns miró a su alrededor, parecía que ninguno de sus compañeros podía escuchar aquella música... Se adentraron lentamente en el interior del edificio, en su mayoría las tiendas tenían las persianas metálicas bajadas, aunque había algunas abiertas ¿Quien sabe? Tal vez pudieran encontrar algo útil en aquellas ruinas de lo que antaño fue la cuna de la civilización norteamericana, el consumismo y el derroche hecho edificio.

Johns miró a la planta de arriba, luego miró de reojo a sus compañeros: - Voy a mirar si hay algo en las plantas de arriba que nos pueda servir. - Frío y distante se dirigió a las escaleras, tal vez aquella música le atraía hacia algo bueno, tal vez a su perdición.

---

- El localizador emite señal, estamos cerca. – Un hombre equipado con una máscara de gas y un equipo de protección de asalto consultaba un aparato electrónico con una pantalla que emitía un pitido y una luz rojiza, iba en el asiento de copiloto de un Jeep de color negro que iba conducido por un hombre que iba vestido igual que él, a los pies llevaba un rifle de asalto y en la parte de atrás iban dos hombres más.

Un total de 6 vehículos y un furgón, con 4 soldados en cada uno de ellos se dirigía hacia el centro comercial a toda velocidad, preparados para entregar a su emperador a la traidora Martha Kotska, iban armados y preparados para capturar a aquellos héroes que la acompañaban, las órdenes eran claras, trasladarlos a uno de sus campamentos y torturarlos hasta obtener la información que necesitaban, después desmantelar a Kotska y extraerle la gema.

Los vehículos se detuvieron en la explanada, Justo delante de la puerta, las puertas sonaron con fuerza al abrirse y cerrarse, los soldados se posicionaron delante del centro comercial, encendieron las luces de sus armas y el comandante hizo una señal con el puño en alto. Empezaba el asalto.

OFF: En esta ronda describireis que hará vuestro personaje, he dejado bastante abierto el tema de las tiendas y establecimientos abiertos para que podáis describir libremente.

La detección de los soldados va a ir en función de una tirada de dados que tendréis que hacer. Cuando la suma de dados sea igual o mayor a 15, la persona que haya sacado dicha suma deberá describir la aparición de los soldados y si da la voz de alarma.

¡Mucha suerte chicos!

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime25th Agosto 2021, 00:43

La frialdad para actuar de forma calculada es algo que solo se les da bien a las máquinas.

Aquellas palabras resonaron en su mente, no porque aquel insulto le hubiera afectado, estaba demasiado lejos como para que unas meras palabras le hicieran el más mínimo daño psicológico, sino por que… le trajeron de vuelta recuerdos, un papel, un dibujo, recordaba su mano dibujando una especie de robot, un superhéroe inventando y a… diciendo unas palabras parecidas a las pronunciadas por la mujer de pelo blanquecino “Un robot es muy frío y actúa de manera muy calculada como para ser un superhéroe”... aquellas palabras, aquella voz, esa dulce voz, parecían tan lejanas ya que era difícil recordarlas.

Pero no era su trabajo recordar, su trabajo era conquistar, derrocar, matar y deshacerse de todos aquellos que se interpongan en el camino del imperio escorpión. En su rostro no apareció signo de molestia y frustración ante lo que le dijo la mujer, un rostro frío e impasible, casi dandole la razón en lo de ser una maquina, mas Kotska no necesitaba las palabras, pues sabía que cuando esto hubiera acabado, todos los aquí presentes morirán en sus manos.

Cuando vieron al muchacho, todos los allí presentes  estuvieron de acuerdo en que sus heridas eran muy leves para haber pasado por un atropello… si, ese chico era especial lo que le llevaba a Kotska a preguntarse ¿Cómo consiguió escapar del radar del imperio? No era un ex-superhéroe al que estaban dando caza, pero alguien con esas habilidades y tan joven sería un soldado excelente, aun así reclutarle… por alguna razón la cyborg no aceptaba esa idea, como si en su subconsciente supiera que un joven así sería su reemplazo.

El joven se levantó, exclamando al grupo sus quejas al haber sido atropellado, viendo esa reacción la cyborg acercó lenta y cuidadosamente su mano al mango de su espada, mientras esperaba con anticipación un enfrentamiento; quería ver lo que ese joven era capaz de hacer… claro que fue decepcionada cuando el rubio cayó al suelo de nuevo, teniendo que ser recogido por los allí presentes, puede que le hubiera sobrevalorado… como si aguantar un atropello fuera poca cosa. Los dos hombres del grupo decidieron cargar con el muchacho, mientras se ponían en camino a pie, el vehículo demasiado dañado como para seguir con él fue descartado como chatarra y se dirigieron al pueblo que otearon en la distancia.

El camino fue silencioso, al menos por la parte de Martha, que no tenía afán de socializar con estas personas, para ella no eran más que herramientas a las que utilizaba para conseguir su objetivo, eran desechables e inútiles… pero no los niños, a ellos… a ellos no podría hacerles nada. Al llegar y ver toda la cantidad de vehículos abandonados, Kotska saco instintivamente su espada, imbuyéndola de energía azul que iluminó su metálica armadura; este lugar parecía estar preparado para una emboscada, de los cristales llenos de polvos de los coches de los cuales no se podía ver el interior por este fenómeno, podrían salir carroñeros en bandadas y acabar con ellos si no estaban preparados… por suerte, ella siempre lo estaba.

Cuando pasaron de los coches y llegaron a la puerta, la ciborg envaino su espada de nuevo, pues no hubo ningún problema del que tuviera que deshacerse. Los hombres le dejaron al joven rubio mientras abrían la puerta, quitando todas las cosas que bloqueaban la puerta, señal de que una vez hubo gente refugiándose en su interior, para poder entrar en el recinto. Una vez el camino estaba libre, Kotska les volvió a dejar el chaval a los hombres mientras en su mente se preguntaba porque necesitaron llevarlo entre los dos todo este tiempo… se olvidaba que su fuerza era mayor que la de Dick y Edward.

Cuando entraron en lo que una vez fue un centro comercial, otro recuerdo vino a la mente de la cyborg, este uno mas reciente, de una antigua operación de los escorpiones, de cuando aún eran un grupo de mercenarios; tuvo que entrar con su grupo en un centro comercial en europa del este, ya que un grupo rival lo usaba para comprar y vender armas, aquel día asesinaron a todos los que se encontraban en las instalaciones y robaron todas las armas que sus enemigos tenían guardadas… por alguna razón, al ver el polvo que llenaba sus ojos al mirar a su alrededor, no parecía que en aquel centro comercial se fuese a repetir algo parecido a lo de aquel día, al menos no de momento.

Con la mano apoyada en el mango de su espada, Kotska camino lentamente por los pasillos inferior, observando lo que antes eran tiendas de ropa, cafeterías, cosas varias, lugares que antes habrían estado lleno de personas a las que no les importaba nada mas que llevaban puesto aquel dia, pasarlo bien con los amigos y que cenarían esa noche… pero el mundo cambió, ella cambio y que todo volviera a ser como antes parecía una imposibilidad absoluta.

Sus sonoros pasos metálicos se detuvieron en seco, su mirada, girada hacia la izquierda, fija en una de las tiendas llenas de polvo… no se veía el nombre, borrado hace ya años, pero su interior estaba claro; instrumentos rotos y discos rotos, vinilos esparcidos por doquier… una tienda de música. La ciborg se adentro en su interior, pues no eran los pequeños tambores rotos ni los vinilos lo que llamó su atención… fue una guitarra, una guitarra eléctrica de color amarillento que resaltaba entre el polvo y los destrozos de la tienda. Los discos crujieron bajo sus pies, llegando hasta la guitarra para la cual se agacho, sujetándola entre sus manos con las mismas con las que le quitó el polvo; solo tenía dos cuerdas, las otras parecían haberse roto y desaparecido, aquel instrumento parecía despertar algo en ella… que ni siquiera podía describir, pasando uno de sus dedos cuidadosamente por una de sus cuerdas ¿Por que sentía la necesidad de detenerse a por aquel objeto? Era un trasto inutil, sin mayor importancia que una piedra en el camino y aun así… allí estaba, en sus manos.

Habían llegado al pueblo y habían procedido a empezar a comprar todas las cosas que podían necesitar para su viaje. Medicinas (las pocas que pudieron encontrar), vendas, antisépticos, comida, agua, mudas de ropa.... Por eso Moon se sorprendió tanto al descubrir, precisamente a la ciborg, frente a una tienda de instrumentos viejos. Movido por la curiosidad la siguió y la observó detenerse ante una deteriorada guitarra eléctrica, pasando los dedos por las cuerdas ausentes con una expresión extraña que no le había visto hasta ahora. Entonces fue cuando cayó en la cuenta.... Aquellas cosas que en su universo era tan cotidiano, aquí eran algo raro, algo extinto. Moon se preguntó cuando habría sido la última vez que alguien habría escuchado el poderoso tañar de una guitarra eléctrica

-Hum...- musito, inseguro, no había tenido muy buenas relaciones con la ciborg hasta ahora precisamente y se le hacía raro iniciar conversación -el padre de Lian es guitarrista, posiblemente ella sabría cómo arreglarla

Al escuchar la voz del chiquillo, sus ojos se giraron instintivamente hacia el y su mano intento esconder la guitarra, mas el comentario de Moon confirmo que ya la había visto

-Hay cosas que es mejor no arreglar

Dicho esto, dejo la guitarra en el suelo con cuidado, aun a pesar de ser un trasto inútil parecía tener... algo, una extraña atracción hacia el instrumento y se acerco al muchacho, hablándole mientras oteaba los alrededores, a fin de confirmar que ningún peligro les acechaba entre las sombras

-¿Has venido con ese hombre, verdad?- pregunto, refiriéndose a Dick, aunque Moon eso ya lo sabia -¿Por que os a traído?

-Lian y yo estamos buscando a nuestros padres y teníamos motivos para pensar en que podrían estar en la dirección donde indicaba el mensaje de la radio

Era una verdad parcial, una mentira por omisión, pero no confiaba lo suficiente en la ciborg como para revelar toda la verdad. Si los padres de los dos jóvenes eran héroes, seguramente estarían escondidos en alguna parte, como los demás que el imperio estaba buscando, se agacho, clavando la rodilla y quedando a la altura de Moon

-Tened cuidado con el, los hombres y mujeres como el... cuando todo esto se fue al garete, se escondieron, dejaron de luchar... y ahora nosotros, el imperio, que intentamos montar una nueva sociedad, ayudar a los que no tienen nada, somos los malos... ¿No crees que un héroe de verdad querría poner todo en orden de nuevo?-

Se levanto, quedándose unos segundos en silencio... los héroes, cuando ella era joven, los... no, no podía recordarlo no debía recordarlo. A Moon no hacía falta que se lo recordara; había muy poco en aquel borracho amargado que le recordara al Dick Grayson de su universo, pero tampoco confiaba en ella.

-Por lo que a mí respecta, el solo es un medio para alcanzar un fin, y es el único que puede ayudarnos. No nos importan vuestras guerras, Lian y yo solo queremos volver a casa.

-Entonces yo te prometo que os ayudare a llegar a casa ¿Sabéis si vuestros padres están en algún refugio o algo parecido? Puede que estén en alguno de los pueblos del imperio y podamos localizarles

-No, no sabemos nada. Si no te importa, creo que tengo que volver con Dick.

Antes de que el chiquillo desapareciera de su vista, la ciborg se giro hacia el y, casi en un susurro, le dijo;

-No confíes en el... no confíes en ninguno de ellos

~~~~~~

A lo lejos, los hombres que salieron del vehículo y se adentraron en el centro comercial estaban siendo observados por… un espectador. Entre los carroñeros existía una leyenda, la de un fantasma que aparecía y desaparecía en el desierto, muchos de ellos jurando habérselo encontrado mirándolos mientras dormía, sin moverse y desapareciendo en cuestión de segundos… aquel ser, que parecía no ser mas que otra leyenda del yermo, se encontraba ahora mismo en el ardiente suelo, contorsionado con parte de la espalda apoyada en el suelo, los pies, por delante, apoyado uno de ellos firmemente en el suelo, con la cabeza hacia el cielo mientras usaba su pie derecho para manejar un catalejo con el que observaba la lejanía. Estaba desnudo, salvo por un pantalón lleno de jirones, su cuerpo era delgado, prácticamente huesos, su cabello no eran más que tiras de cabello castaño que caían por su cabeza y cara, su labios estaban secos y sus dientes podridos, en sus manos y en sus pies se veía una clara falta de uñas y cuando se quitó el catalejo de la cara se pudo ver que ni siquiera tenía ojos, solo una enorme cicatriz en donde antes tendría los dos ojos… una sonrisa sobresalio en su rostro

-Oh, los veo, si, lo veo, las figuras, las caras cambiando, todo moviéndose, fluyendo… empieza el vals, el universo lo sabe, me lo dice, oigo su voz, su llanto...

Una risa macabra resonó por el desierto, un sonido desagradable incluso para los oídos de un psicópata sin sentimientos, una risa que, sin previo aviso, desapareció, al igual que aquella figura, dejando tras de sí nada más que el catalejo… sin cristal


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Última edición por Martha R. el 25th Agosto 2021, 01:30, editado 1 vez

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime25th Agosto 2021, 00:43

El miembro 'Martha R.' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados


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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime26th Diciembre 2021, 00:50

El cuerpo con vida del vagabundo se había convertido en un inesperado contratiempo.

Una parte de mi seguía recordándome que lo ético era llevar al joven con nosotros hasta que despertara, así que por muy buenas intenciones que tuviera, la idea de Felicia no me hacía ninguna gracia. Separarnos en dos grupos conseguiría dividir más aún a la gente teniendo en cuenta los acontecimientos recientes. Era una mala idea. Especialmente teniendo entre nosotros a la mujer escorpión dando por culo día y noche. Ni hablar. No me fiaba de ella, así que evitaría a toda costa que se quedara a solas con cualquiera de nosotros.

Por suerte para mí, no tuvimos que esperar mucho cuando el desconocido abrió los ojos. A pesar del fuerte golpe y de haber resistido la tormenta de arena amarrado al parachoques, el rubio sólo tenía un fuerte dolor de cabeza y deshidratación. Cuando enfocó la mirada, sus ojos azules se encontraron con los míos, y parpadearon con lentitud. Aún debía de estar algo mareado por el agitado viajecito.

Tranquilo, amigo. ¿Cómo te encuentras? — le ayudé a incorporarse, evitando que en uno de sus tambaleos volviera arrojarse al suelo. Pero su cuerpo perdió el equilibrio y le ayudé a sentarse de nuevo sobre la arena. — Vamos a sacarte de aquí, ¿De acuerdo?— El joven asintió, a pesar de su discurso anterior en el que había dudado sobre nuestras capacidades de conducción. Habrase visto. ¿En qué mundo vivía? Más bien tendría que empezar a plantearse qué hacía solo en el desierto en mitad de una tormenta de arena— Edward, ¿Me ayudas a llevarlo?

Entre los dos cargamos con su cuerpo (que por cierto, pesaba más de lo que me esperaba para un joven de su edad), hasta el centro comercial, en completo silencio y bajo el amparo de la fría y oscura noche. Cuando caminamos junto al cementerio de vehículos, la traidora de Kotska desenvainó de pronto su espada, de la cual emanaba un potente halo de luz azulada que rebotaba en su pulida armadura. Rápidamente me puse a la defensiva.

Apaga la bombilla, princesa. O vas a delatar nuestra posición.— dije, casi escupiendo el mote que le había dedicado. Había conseguido ponerme de los nervios, por un instante creí que iba a atacarnos.

¿Crees que hay alguien dentro? – Preguntó Johns cuando empezamos a retirar uno tras otro los muebles que bloqueaban la entrada al centro comercial.

Creo que si hay alguien… acaba de enterarse de que estamos aquí. — respondí. No es que estuviéramos siendo muy discretos, pero no había una forma menos ruidosa de apartar la improvisada pila de mobiliario — estemos alerta.

A pesar de que la luz de la luna alumbraba la entrada del edificio, el vestíbulo estaba completamente a oscuras. La tensión que todos sentíamos al cruzar al interior del recinto era tan densa que podría haberla cortado con mi cuchillo. Saqué la linterna de mi cinturón, para aliviar un poco la sensación de ahogo y romper aquel desgarrador silencio mientras avanzábamos. Sentí como las fuertes palpitaciones de mi corazón martilleaban directamente en mi oído y me impedían concentrarme. Eso y la abstinencia. El puto síndrome de abstinencia, joder. Y para colmo hacía un frío de cojones.

Las condiciones climáticas eran cada vez más extremas desde el cataclismo, y la nieve había viajado hasta los desiertos más cálidos. Las escaleras mecánicas estaban inutilizadas, y un precioso manto blanco descansaba sobre ellas bajo la tenue luz de la luna. El techo de aquella zona del centro comercial estaba derrumbado, probablemente debido al peso de la misma nieve que ahora decoraba las ruinas. Una imagen hermosa y a la vez desoladora.

— Noto... noto algo...

Johns susurró a mis espaldas y un escalofrío me erizó los cabellos de la nuca. Agité la linterna con mayor rapidez, iluminando las zonas más oscuras en busca de algo que hiciera saltar la alarma. Pero no había nada, tan solo el silencio más absoluto...

No vayas solo. — protesté, ante la idea de dejar a mi compañero registrar los pisos superiores. Busqué deliberadamente la mirada de Felicia hasta que entendiera mi mensaje — Sería mejor que alguien te acompañara. Si por un casual no estamos solos, dos serán más fuertes que uno.

Descargué el cuerpo del rubio fortachón en un lugar cómodo y busqué por los alrededores del primer piso cualquier cosa que nos resultara útil para la misión. Principalmente comida, medicinas y gasolina para el coche. Oh, y no nos olvidemos del alcohol. Necesitaba un trago con urgencia si quería mantener a raya la abstinencia.



Mis pasos me llevaron a lo que habría sido un restaurante de comida rápida antes de que todo se torciera. Los cristales de los escaparates estaban esparcidos por el suelo, y las sillas y las mesas las habían movido de su sitio, bloqueando la zona de las cocinas. Lo más probable es que este lugar hubiese sido saqueado cientos de veces a lo largo de estos diez años, pero debía comprobarlo de todas formas.

Moví una de las mesas que hacía de cobertura hasta llegar a la parte trasera del local. Algunos utensilios de hierro, como sartenes y cazos seguían en su sitio, pero estaban en muy mal estado por culpa del óxido. Chasqueé la lengua de nuevo, sintiendo que era un esfuerzo inútil. Además, la vegetación había llegado incluso a taponar los armarios, por lo que tuve que apartar algunas enredaderas para poder ver bien los fondos de los cajones.

Nada.

Dejé escapar un largo suspiro mientras me apoyaba en una de las encimeras de metal. Fue entonces cuando me di cuenta de los signos de violencia que había a mi alrededor. Aquí hubo una pelea, quizás no fuera reciente, pero había dejado un rastro. Las trazas de un arma blanca que habían arañado el mobiliario y unas pisadas de suciedad y barro que llevaban a quién fuera a esconderse en el baño. Hice caso a mi instinto detectivesco y caminé hacia el aseo de chicas, que parecía estar mejor conservado que el resto del restaurante, y me percaté de que una de las baldosas del techo no encajaba bien con el resto de la formación. Agarré lo primero que tuve a mano para que me hiciera de escalón y destapé la improvisada trampilla de cerámica. Palpé el hueco del altillo hasta enganchar lo que debía de ser una pequeña bolsa de tela. En su interior, quedaba algo de comida; una lata de frijoles, una de maíz, dos botellas de agua mineral y media botella de whisky. Le acababa de joder los suministros de emergencia a alguien, pero de eso iban las cosas ahora, ¿no? De sobrevivir.

Lo siento, colega… pero gracias por esconder esto — dije, llenando la mochila con las nuevas adquisiciones, y vaciando el alcohol en mi petaca personal, no sin antes echarle un buen trago. Dios, sabía a gloria.

Arrojé la botella de cristal al suelo y cuando me disponía a abandonar el local, fui consciente del empapelamiento del restaurante. En uno de los mostradores, todavía se podían distinguir algunas letras de los menús de comida rápida. Entre ellos, conseguí descifrar la Bat-burger Deluxe, los Robin-Nuggets y la ensalada de Ivy (sin veneno). Joder, había estado en uno de la misma franquicia en Gotham, junto a Bruce y el resto de mis hermanos. Recuerdo perfectamente cuando le pedí el menú de niños a Damian sólo porqué me parecía guay que llevara un juguete de plástico. Nunca olvidaré las protestas del pequeño Robin cuando le tocó la figura de acción de Red Hood, y de cómo acabó peleándose con Jason, lanzándole parte de su hamburguesa a la cara. Esbocé una sonrisa al recordar esos tiempos tan felices en los que quedábamos todos juntos, como una familia. Mi sonrisa se esfumó con la misma rapidez al ver que esos años jamás regresarían.

Con la mochila ya cargada, me acerqué a donde se encontraba Moon para preguntarle al resto si habían encontrado algo de utilidad. El muchacho acababa de salir de la tienda de música, y la mujer cyborg estaba observándonos desde su interior, con los CDs y los vinilos resquebrajados bajo sus pies. Le devolví una mirada afilada y llevé una de mis manos a los hombros de Moon, tratando de reconfortarlo.

Ey, chaval, ¿Estás bien?

A lo largo de estos diez años, he visto como otros jóvenes han confiado en miembros de los escorpiones, en sus fútiles promesas de un mundo mejor… y eso sólo les ha traído desgracias. Algunos de los adolescentes refugiados a los que ayudaba en el centro comercial de Amber en el ‘Haven, habían perdido a muchos amigos por su culpa. No iba a permitirme el mismo error. Ya no era el confiado y siempre optimista Nightwing. Y puede que ahora entendiera más que nunca a mi mentor Bruce Wayne. 

Tenía que lograr por todos los medios que aquellos chavales volvieran a sus respectivos mundos junto a sus familias. Así que si esa zorra intentaba hacerle daño al hijo de mi amiga Raven y a Lian… no iba a encontrar lugar en el mundo donde esconderse de mí. 

Aunque sea lo último que haga.

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime26th Diciembre 2021, 00:50

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MensajeTema: Re: Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031)   Mini evento: El fin de los días (1ª Parte) (23 de Junio de 2031) Icon_minitime29th Diciembre 2021, 16:41

El hecho de que hubiera sido capaz de sobrevivir a un impacto tan brutal, propinado por un vehículo de la envergadura del que llevaban y a la velocidad a la que habían salido de la tormenta de arena ya decía mucho acerca de las capacidades sobrehumanas de aquél chico, pero cualquier duda que les pudiera quedar al respecto se vio disipada cuando se incorporó como si tal cosa y comenzó a reprocharles sus habilidades de conducción cuando debería estar en coma y con la mitad de los huesos del cuerpo rotos.

- Bueno, supongo que eso nos quita un problema -musitó Moon, retractándose de su propuesta inicial de subirlo al camión para que lo viera un médico, ya que parecía bastante claro que no lo necesitaba,

El muchacho preguntó quiénes eran, pero tanto Moon como Lian estaban acostumbrados a dejar que fueran los mayores quienes se ocuparan de manejar esos asuntos, por lo que ambos se limitaron a mirar al antiguo líder de los Titanes. Éste no respondió inicialmente a su pregunta, pero le aseguró que se ocuparían de él, así que Moon desvió su atención hacia la ominosa silueta del pueblo que se adivinaba a lo lejos.

En el poco tiempo que llevaban allí, había podido comprobar que aquél era un mundo peligroso y hostil, y no tenía muy claro que fueran a encontrar en el pueblo la solaz que necesitaban o tan sólo más amenazas, pero pronto quedó claro que no les quedaban otras alternativas cuando Edward anunció que el vehículo había quedado inutilizado.

Así, entre Dick y él ayudaron al joven, aún algo aturdido, a caminar, seguidos por el resto del grupo hasta que llegaron a lo que quedaba del pueblo, apenas un conjunto de ruinas que se aglutinaban en torno a lo único que aún quedaba en pie: los restos de un antiguo centro comercial.

Un enorme agujero ocupaba el lugar donde antes se habían encontrado las puertas, agujero que alguien se había ocupado de taponar concienzudamente empleando mesas, sillas, y otros tipos de mobiliario. La sensación de intranquilidad de Moon aumentó cuando, tras abrir camino, penetraron hasta un silencioso hall principal que parecía completamente abandonado, con la nieve cubriéndolo todo como un sudario silencioso. Se estremeció, abrazándose a sí mismo invadido por una súbita sensación de frío y alzó la mirada hacia las plantas superiores cuando Edward manifestó su intención de ir solo. Moon le frenó cuando empezó a moverse, rodeando con sus pequeños dedos el brazo del hombre. Parecía asustado.

- Johns… Los muebles que bloqueaban la entrada no se pusieron solos… Quien fuera que los puso aún tiene que estar dentro, porque la entrada estaba obstruida a nuestra llegada.

Por fortuna, Dick le apoyó insistiendo sobre la necesidad de mantener una cierta cautela, indicándole a la mujer albina que le acompañara, y Moon liberó al hombre para dejarle marchar. Una vez él y Felicia hubieron desaparecido, el muchacho se quedó solo en mitad de la desangelada planta, mirando a su alrededor mientras tiritaba. Lian se había marchado, posiblemente a buscar algo que pudiera servirle para improvisar nuevas flechas, Dick se había metido en lo que había sido un antiguo restaurante a buscar avituallamientos, el chico rubio estaba sentado aparte, recuperándose del golpe y la ciborg… ¿la ciborg se encontraba frente a una tienda de instrumentos?

Aquello le chocó mucho. Estando en la situación en la que se encontraban, de pura supervivencia, perdidos, solos, hambrientos y ateridos, necesitando armas, comida, medicinas y ropa de abrigo, que se detuviera ante una tienda de instrumentos musicales era lo último que habría esperado de la que se suponía que era la más prágmática y desalmada de todos ellos.

Entonces fue cuando cayó en la cuenta.... Aquellas cosas que en su universo eran algo tan cotidiano, allí eran algo raro, extinto. Moon se preguntó cuándo habría sido la última vez que alguien habría escuchado el poderoso tañer de una guitarra eléctrica.

Sin saber muy bien por qué, se adentró en la tienda a buscarla, iniciando un torpe intento de conversación:

- Hum… El padre de Lian es guitarrista… posiblemente ella sabría cómo arreglarla -dijo, en alusión al instrumento que la mujer escorpión sostenía entre sus manos.

- Hay cosas que es mejor no arreglar -fue su enigmática respuesta antes de devolver el objeto a su lugar-.¿Has venido con ese hombre, verdad? ¿Por qué os ha traído?

En ese punto, Moon se arrepintió automáticamente de su decisión de seguir a la mujer. Estaban solos, apartados del resto, y ni Dick ni Lian sabían que estaba allí con ella. ¿En qué estaba pensando? Lo único que sabía de esa mujer es que era peligrosa. Su actitud ausente y nostálgica al contemplar la guitarra le habían hecho bajar la guardia, evidenciando que en ocasiones era, al igual que su madre, demasiado confiado, pero los derroteros que estaba tomando la conversación nada más empezar no le estaban gustando en lo más mínimo. Daba toda la sensación de que la mujer estaba aprovechando el hecho de encontrarse a solas con él para sonsacarle información, y eso le ponía incómodo. Automáticamente volvió a activar sus defensas, y su tono se volvió de nuevo tenso y frío:

- Lian y yo estamos buscando a nuestros padres y teníamos motivos para pensar en que podrían estar en la dirección donde indicaba el mensaje de la radio -dijo únicamente, reacio a dar más información de la necesaria a la mujer, que se agachó, clavando la rodilla en el suelo para quedar a la altura de Moon.

- Tened cuidado con él, los hombres y mujeres como él... cuando todo esto se fue al garete, se escondieron, dejaron de luchar... y ahora nosotros, el imperio, que intentamos montar una nueva sociedad, ayudar a los que no tienen nada, somos los malos... ¿No crees que un héroe de verdad querría poner todo en orden de nuevo?

A Moon no hacía falta que se lo recordara; había muy poco en aquel borracho amargado que le recordara al Dick Grayson de su universo, pero tampoco confiaba en ella, y no le gustaba nada las estrategias que estaba utilizando para manipularle, posiblemente en la creencia de que, al ser un niño, podría ser más influenciable.

- Por lo que a mí respecta, él sólo es un medio para alcanzar un fin, y es el único que puede ayudarnos. No nos importan vuestras guerras, Lian y yo solo queremos volver a casa -dijo, utilizando, una vez más, una verdad parcial que le permitiría salir de aquella situación no deseada.

- Entonces yo te prometo que os ayudaré a llegar a casa ¿Sabéis si vuestros padres están en algún refugio o algo parecido? Puede que estén en alguno de los pueblos del imperio y podamos localizarles.

Los continuos intentos de la mujer por sonsacarle información le incomodaban cada vez más y más. Se sentía atrapado y lo único que deseaba era escapar, salir de allí. Maldijo el momento en el que se le había ocurrido quedarse a solas con aquella mujer. En aquél mundo hostil, Lian y él estaban solos. No podían confiar en nadie.

-No, no sabemos nada -la cortó, tajante-. Si no te importa, creo que tengo que volver con Dick.

Cuando salió, temblaba ligeramente por la tensión y el estrés contenido. De repente la sensación de frío era aún mayor, y ni siquiera se apercibió de la cercanía de Dick mientras reproducía una y otra vez en su cabeza la conversación que acababa de mantener para asegurarse de que no había metido la pata revelando algo que no tendría que revelar. Cuando la mano de Dick se posó sobre su hombro se sobresaltó, pensando que se trataba de la mujer escorpión, pero al mirar hacia atrás, su mirada asustada se encontró con los tranquilos ojos azules del hombre al que tanto apreciaba en su universo. Y sí, no se trataba del mismo hombre, pero en aquellos momentos, en aquella situación, a Moon ya no le importaba.

Todas las emociones que había estado bloqueando desde que se escapara de casa le sacudieron de golpe, como una marea; la sensación de sentirse desplazado en su propio hogar, las expresiones de temor y miedo en los que consideraba como su familia cada vez que algo le molestaba, el permanente peso de la herencia de su padre ondulando sobre su cabeza como la espada de Damocles, su infantil y estúpida llamada de atención al escaparse de su casa que les había terminado conduciendo tanto a Lian como a él a otro mundo peligroso donde era muy probable que terminaran muertos o, como mínimo, sin poder regresar a casa nunca más… Todo por su culpa… Y ahora estaban perdidos, y solos, y acababa de hacer que un hombre se desangrara hasta la muerte utilizando los poderes de su padre, y aunque había tratado de ocultarlo y negarlo, y no lo había hablado con nadie, era aterrador, y daba tanto, tanto miedo…

No, aquél hombre no era su tito Dick, pero Moon sólo era un niño de diez años, y por mucho que intentara disimularlo, había llegado a su límite. Por eso, cuando el primer sollozo hizo estremecer su frágil cuerpo, se abalanzó sobre el del adulto, pasándole los brazos por el cuello y apretándose fuertemente contra él, buscando el calor que a él le faltaba.

Y allí se quedó, llorando en silencio.

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Desierto de Texas
Jueves, 26 de junio de 2031
19.36 h


Habían pasado muchas horas desde que salieron de la base de supervivientes situada en aquella vieja antena de radio. Y desde aquel momento, no habían tenido ni un segundo para hablar y conocerse mejor. Vale que no podrían ser descritos como una pandilla locuaz y dicharachera, pero también es cierto que habían combatido con todas las posibles adversidades del desierto (carroñeros, tormentas de arena, atropellos...) y todo con el estómago vacío. Así que pese a todo lo vivido, no dejaban de ser unos desconocidos unidos en una misión suicida hacia lo que probablemente sería su muerte.

En eso se encontraba pensando Felicia, mientras dejaban atrás el vehículo que les había llevado hasta el momento. El mismo vehículo que ahora necesitaba algo de cuidados si querían seguir dependiendo de él. Pero el transporte no era el único que necesitaba atención, Dick y Edward cargaban con el joven atropellado que había vuelto a perder el conocimiento tras despertarse del atropello y criticar la temeraria forma de conducir de Dick. El resto, necesitaban un lugar dónde poder descansar y reponer fuerzas, aunque sólo fuera por un breve lapso de tiempo.

Pese a permanecer callada durante la improvisada excursión, hubo muchos detalles que no se le escaparon a Felicia. Los coches, a simple vista abandonados, cubiertos de polvo y arena de los cuales posiblemente podrían rescatar alguna pieza... La improvisada y precaria barricada construida en la puerta del centro comercial... Aquello le resultaba familiar. Toda esa estampa ya la había visto anteriormente en sus hazañas por encontrar provisiones, alimento y supervivientes. A su mente vinieron recuerdos de una familia que había construido una barricada en un viejo restaurante. Y mientras observaba como Dick y Edward apartaban aquellos muebles, las imágenes de aquellos carroñeros haciendo lo mismo para saquear y matar a aquella familia se iban intercalando con la actualidad. Hardy tuvo que cerrar los ojos y apartar la mirada hasta que sus dos compañeros terminaron y recogieron nuevamente a Thorin. Una vez dentro del centro comercial, el grupo llevó a cabo lo que era de esperar; se disolvió. Cada cual se dirigió al lugar que consideró más oportuno para reunir las provisiones que de igual modo cada quien consideraba más indispensables.


Centro Comercial Abandonado
Jueves, 26 de junio de 2031
21.45 h


Los ojos de Dick y Felicia se cruzaron en el mismo instante en el que esta se disponía a comprobar el estado del chico atropellado con más detenimiento. Felicia entendió el mensaje y asintió con la cabeza. Tras pasar al lado de Dick, posó su mano sobre el hombro del superhéroe de cabellos oscuros, en un gesto tranquilizador.

Yo iré contigo Edward —respondió con la mirada puesta aun en Dick, al que le dedicó una última sonrisa antes de llevar sus manos al fusil que colgaba de su espalda.

Tomó de nuevo el fusil entre sus manos, para estar preparada si era necesario, aunque con la esperanza de no tener que volver a usarlo; todavía estaba caliente: quizá por el disparo o bien por la cantidad de horas que estuvo expuesto al sol durante su camino hacia aquel gélido centro comercial despojado —a simple vista— de todo atisbo de vida. Y es que en aquel punto, el frío de la noche acaecía de forma sibilina sobre la desoladora y oscura construcción. Caminó junto a Edward durante unos largos minutos sin mediar palabra. Éste parecía estar buscando algo muy concreto. Felicia, por su parte, simplemente buscaba algún tipo de alimento que todavía fuera comestible y de paso algo que fuese un poco más terapéutico que su improvisado botiquín, que sirviera para el joven muchacho atropellado. Pero tras observar, por una de las cúpulas de cristal de la planta superior, como la luna les iluminaba, decidió romper el silencio.

La luna nos enseña que no hace falta estar enteros para poder brillar... —añadió mirando a su compañero de forma significativa, su voz sonaba limpia y serena.

Si aquella señal de radio no les hubiese interrumpido, Edward quizá habría tenido tiempo de observar durante una fracción de segundo aquella sonrisa tan caracterísitca de la antigua Felicia Hardy. O quizá realmente sí había llegado a verla... Quizá ya la estaba viendo desde que intercambiaron aquellas palabras en la parte trasera del accidentado vehículo que les había llevado hasta allí. Fuera como fuera, aquella sonrisa se había disipado con las interferencias captadas por la radio que guardaba en su riñonera. Felicia hizo un gesto a Edward para que guardase silencio y sintonizó la radio para lograr captar mejor aquella inesperada señal.

~*sonido de interferencias* ...-lizador *interferencias* ...-ite *interferencias* ...-ñal, estamos cerca.

Mierda... Esta señal suena muy cerca de aquí así que es posible que sea de nosotros de quienes están cerca. ¡Debemos avisar al resto! —añadió con voz firme.

El problema al que se enfrentaban ahora era que, pese a estar desolado, el centro comercial era enorme y habían andado unos cuantos pasos, por lo que se habían distanciado considerablemente del resto del grupo. Pasados unos largos minutos, y movida por la desesperación, Felicia aligeró el paso dejando —de forma involuntaria— algo rezagado a Johns.

De pronto escuchó un ruido de cristales, y unas haces de luces de un color similar a la de su compañera cyborg se asomaron por uno de los pasillos laterales que tenía justo en frente. Hardy paró en seco y decidió esconderse en una de las tiendas.

«O esa cyborg tiene una puta bola de discoteca o aquí hay más de un soldado del imperio...», pensó.

Al ver pasar a Johns corriendo por delante lo agarró por sorpresa para evitar que se encontrase de cara con los soldados y, tapándole la boca para que no emitiera ningún ruido, lo trajo consigo hacia su escondite. Una tienda de ropa con algunos maniquíes algo deteriorados.

Shh...soy yo... —susurró acercando los labios al oído del exorcista— Creo que nuestra querida cyborg nos ha tendido una magnífica emboscada... —afirmó dejando ir a Johns, manteniendo el volumen de voz en los decibelios apropiados para un susurro.

Ella trataba de vislumbrar alrededor algo de aquel lugar escogido para esconderse que les pudiera servir de ayuda llegado el momento. Aunque no parecía haber gran cosa de utilidad. Probadores, montones de ropa tirada en el suelo, ropa interior, perchas, maniquíes... «Un momento... Quizá esos maniquíes con ruedas, podrían servir como distracción... » Puede que Felicia tuviera alguna descabellada idea en mente. Puede que le saliera mal... Pero tenía que intentarlo ya que aquella opción quizá le daba el tiempo suficiente como para avisar a alguien más... Especialmente ahora que estaban mucho más cerca del grupo.

¿Confías en mi Johns? ¡Tendrás que hacerlo!

Sin mediar palabra, Hardy se fue hacia uno de los maniquíes, lo vistió con algunas prendas holgadas que desdibujaban un poco su silueta y tras taparle la cabeza con una capucha, le movió los brazos colocándolo en una postura similar a la de un corredor olímpico. Tras mirarlo observarlo algo dubitativa por distintos ángulos, se encogió de hombros y suspiró.

Ya no les quedaba más tiempo, los pasos de los soldados estaban cada vez más cerca. Felicia llevó el maniquí hasta la puerta de la tienda. Hizo un gesto a Edward para que se colocáse junto a ella y dedicó una mirada significativa a Edward esperando que este permaneciera atento. Alzó su mano, en ella solo 3 dedos estaban alzados. Y en silencio pero gesticulando con sus labios hizo una cuenta regresiva bajando cada uno de sus dedos muy lentamente hasta llegar al uno. Fue entonces cuando empujó con todas sus fuerzas el curioso títere que había creado para hacerlo al otro lado del pasillo. El títere cruzó el umbral de la tienda y exactamente seis segundos más tarde...


Parece que alguien no empieza muy bien en su primer día...

El títere había salido disparado de la tienda de ropa, y había entrado de lleno en la cafetería que se encontraba justo enfrente armando un gran alboroto de sonidos de cristal y porcelana rompiéndose. Hardy deseaba que no solo los soldados hubieran oído el estruendo. Para que, de ese modo, al menos el resto del grupo pudiera estar alerta... Tras eso Felicia volvió junto a Johns y permaneció escondida en un extremo oscuro de la tienda con el ojo puesto en la mira de su rifle de asalto, apuntando a la puerta por si las cosas se torcían. No sabía a cuantos soldados se enfrentaban, pero lo que sí sabía era que ellos eran tan sólo dos y que solo ella estaba armada. Así que las cosas iban a ponerse muy feas si les daba por entrar allí.




Última edición por Felicia Hardy el 4th Enero 2022, 19:13, editado 5 veces

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