Prueba de rol: Zatanna Zatara

Los aplausos estruendosos se escuchan por todo el escenario, las rosas carmines llovían entorno a la mujer, se encorvó como saludo final y se marchó. Los fans estuvieron sastifechos con sus autógrafos. Todo había terminado muy bien en el espectáculo de Las Vegas. Luego, se presentó en el show de Zachary realizando el truco de Huidini, ése del tarro de leche. La idea de ir a casa sonaba estupenda porque 48 horas ensayando un nuevo acto por estrenar la próxima semana fueron el calvario.

En su vuelo no hubo demasiadas dificultades, excepto cuando una bandada de gaviotas obstruyeron uno de los motores provocando los gritos de sus pasajeros despertándola en el acto.

“ Rotom le algerra”.

Conjuró la hechicera sin inmutarse. El problema se resolvería con su magia haciendo lo suyo.
¿01:06 a.m? Las horas de viaje le sentaron eternas constantemente interrumpidas al igual las ganas de tomar una siesta. Llegó al vestíbulo quejándose por una pequeña jaqueca, sentía una gran pesadez en su cuerpo.
El arduo día de trabajo la había dejado tan agotada, no sólo el espectáculo sino por una misión junto a otros agentes místicos. Necesitaba recuperar fuerzas, sus poderes estaban débiles. Con cierta tranquilidad fue subiendo los escalones conduciéndola a su habitación. Por fortuna su hechizo no fallaba, invocó a la servidumbre; mucamas y mayordomos que se presentaban cuando ella lo necesitaba. Estos comenzaron a ordenar la sala de invitados, asear y otras tareas hogareñas durante toda la noche.

Uno de ellos, le llevó una taza de café y una Magdalena de melocotón. Nada mejor como llegar a casa.
Zatanna avanzaba con decisión a lo largo del pasadizo, entusiasmada por poder llegar a sus aposentos del mejor modo. Unos ruidos, sin embargo, atrajeron su atención en el área de vestuario llevándola a verificar. La puerta estaba entreabierta, lo que facilitó la entrada de la maga que entre sus dedos dejaba visible destellos azulados para atacar al intruso. El lugar, un completo desorden.
— ¡Nev! — Mencionó, alzando la diestra que efectuaría el hechizo.

De la montaña de ropas, dónde se movían las prendas del montón, se alzó una gigante silueta pataleando por no tener los pies sobre la tierra. No más que la Momia fuera de su sarcófago, ¡Debió notarlo cuando pasó por el pasillo! El cansancio no le daba tiempo de lamentos.

— ¿En serio?

Le preguntó con tono áspero.
A lo que la momia sólo levantó ligeramente los hombros como respuesta.
— ¡ecenetrep ednod a olasérger y otse algerra!
Todo se acomodaría, como era de esperar, en sus respectivos lugares y su curioso amigo retornaría a su lugar. Salió cerrando la puerta apresurada.
Por fin, la puerta de su habitación, se adentró a ella respirando hondo y soltando el aire con tanta relajación. Cambió su traje por una pijama, se arrojó a la cama consolidando el sueño. El encantador sueño de su estadía en Francia y ése atractivo príncipe se iniciaba. ¡Nada dura para siempre! Ni siquiera cinco minutos.
Tan pronto como se relajó, el sonido del tiembre la despertó despavorida, luego enojada al tomar conciencia. El sonido no cesaba. Con el ceño fruncido por la exasperación, ojeras remarcadas por la falta de sueño, decidió bajar para encontrar a la fuente de ese alboroto tras la puerta.

—¡¿Qué demonios?! ¿Qué haces aquí a estas horas, Harley?

La chica de colores llamativos y de gran sonrisa esperaba afuera, con esa enorme sonrisa típica en ella.
Harley Quinn, más bien Harleen Quinzel, con anterioridad era la "Reina" del Joker, en la actualidad es una amiga de Zatanna. Todo comenzó con un extraño evento que incluían eventos paranormales, más que nada porque el Señor Castor estuvo involucrado, la mascota difunta de la payasa.
La arlequín aún presionaba el botón, lo que hizo encoger de brazos a la maga. Empeoraba su dolor de cabeza tal bullicio.

— ¡Detén esa tortura!

Le pidió colocando las manos sobre los oídos cerrando los ojos.

Difícil era comprender cómo lograron ser amigas, las dos eran dos gotas de distintos vasos. Lo único que le importaba saber era, ¿A qué había ido a su casa?
Otra cuestión, ¿La noche estaba maldita? Dormir era un deseo lejano y inalcanzable a estas alturas.

Aún así, confieso que me ha costado un poco entender algunos fragmentos del texto. Las frases son muy cortas y escuetas, los acontecimientos no están bien encadenados. Para la próxima ocasión, intenta hacer más descripciones de lo que va sucediendo para que el ritmo del texto no sea tan rápido. 

En el futuro, tendrás que prestar más atención a los signos de puntuación y dejar espacios entre un párrafo y otro. También te recomiendo que uses colores durante los diálogos, para hacer la lectura más amena.

Espero que sigas mis consejos para tener una mejor experiencia de rol, y ya verás cómo mejorarás con la práctica. ¡Ánimo!

Ya puedes hacer la ficha cuando quieras. Nos vemos por Omega!