Ficha de Hanzo Hasashi

Nombre: Hanzo Hasashi

Alias: Alastor

Edad: 37

Universo de Origen: DC

Organización: Ninguna

Nacionalidad: Japonesa

Raza: Místico. Como gran maestro de los Shiho pusee grandes conocimientos perdidos y arcanos sobre la magia y el poder que podrían poner en peligro al mundo, conocimientos que nadie debería saber. También domina un estilo de magia de fuego, que según se dice es fuego del infierno. Además es un maestro de artes marciales resultante de muchos años de entrenamiento físico y mental, haciendo uno de cuerpo y mente.

Mentor: Ra's al Ghul (pasado)

Bando: Neutral

Ocupación:Cazador de seres malignos y recolector de objetos peligrosos

Descripción Física: Hanzo es un hombre alto y corpulento, con 1,93 de altura y 90 kilos de peso que lo convierten en un enemigo considerable. Lleva su pelo negro largo y liso en una cola de caballo, a juego con su barba descuidada y sus ojos rasgados, también oscuros, aunque suele tenerlos en blanco al luchar. Sin embargo, siempre lleva máscara para ocultar su rostro, además de una capucha que termina de ocultarlo. Su atuendo común es la ropa de combate, ligera pero reforzada en algunos puntos, hecha a medida para que no le moleste en combate y se adapte a sus movimientos.

Descripción Psicológica: A pesar de sus creencias y su profesión, Hanzo no es un héroe al que pedir ayuda. Cree que el fin que tiene que llevar a cabo justifica cualquier medio que use, los cuales suelen ser poco ortodoxos debido a su entrenamiento como asesino. Es un tipo serio y decidido, que no suele dudar a la hora de llevar a cabo sus planes y que se adapta bien a los cambios que puedan ocurrir. A pesar de su actitud, suele soltar alguna broma si el ambiente es favorable, o si quiere despistar a un enemigo, pero no es muy común. Es un tipo sincero que dirá lo que piensa sin tapujos, y sin importarle las consecuencias, aunque suele guardarse información confidencial. También es bastante fácil de enfadar, pero es mejor no verlo enfadado. Primero golpea, después pregunta mientras golpeas.

Historia: Hanzo nació lejos de la civilación, en las montañas de Kanto en Japón, las raíces de Shiho, la clan de shinobis que lideraba su padre y que se dedicaba a detener a aquéllos que usaban las artes prohibidas, como la magia, en su territorio, el cual era toda la región de Kanto. Desde pequeño fue entrenado y enseñado en los conocimientos de su clan, para convertirlo en el siguiente Gran Maestro, un heredero digno de su padre. Él creía en el propósito del clan y en su padre, por eso entrenaba y se esforzaba cada día más, dispuesto a ser mejor de lo que querían que fuera. Con 13 años se fue por su cuenta a por unos asesinos que atentaban contra la vida de un diplomático, aunque la vida del diplomático no era importante, sí lo era el hecho de que usaran artes prohibidas. Eliminó a uno de los dos asesinos mientras dormía, pero alertó a su compañero. Tras una dura batalla, Hanzo huyó, pues no podía hacer frente a su enemigo, aún no estaba preparado.

Volvió a casa malherido, pero con una caja que robó a los asesinos. Su padre le regañó por su osadía y temeridad, pero luego lo felicitó por el resultado, a pesar del fracaso. La caja contenía valiosos objetos que podrían otorgar de un poder desconocido a quien lo usara, un poder demasiado peligroso para dejarlo suelto. Así fue como Hanzo descubrió el mayor secreto de su clan, un almacén con gran cantidad de objetos mágicos o malditos que quedaban lejor del alcance de aquéllos que no los usarían como debieran. Su padre le permitió estudiar y entender la magia que poseían aquéllos objetos, para que estuviera preparado para la próxima vez, pero con la condición de que no los usara ni los sacara de allí.

Aprendió mucho desde entonces, sobre todo tipo de magia y maldiciones, empezando por las más débiles y pasando poco a poco, a más complicadas y peligrosas. Así fue como descubrió un arcón blindado y cerrado con numerosos cierres y cadenas marcadas con hechizos de contención. Le preguntó a su padre que qué contenía, y su padre le dijo que contenía algo que no debería existir en este mundo, algo que pertenece al infierno pero que no podían devolver allí. El arcón se movía de vez en cuando, como si algo golpeara desde dentro, y si se acercaba lo suficiente, podía escuchar un cáos de voces susurrantes que hablaban desde el interior. Se le prohibió que se acercara y mucho más que  lo abriera, pero hizo caso omiso. Mientras rompía las cadenas las voces se alteraban, nerviosas, y los movimientos del arcón eran más frecuentes. Todo se fue amplificando conforme se acercaba el momento de abrirlo, pero cuando lo abrió todo se tranquilizó. No había nada dentro. Sin embargo, empezó a sentir una ira descontrolada que le ardía en el interior, y que acabó por salir en forma de espiral de fuego que lo rodeaba. Perdió el control, y luchó contra sus compañeros de clan, e incluso su padre, el cual lo derrotó. Despertó en una celda encadenado, recordando vagamente lo ocurrido. Su padre lo estaba observando, decepcionado por no cumplir sus órdenes. Ahora llevaba magia prohibida en su interior, y no había manera de quitársela sin matarlo. Por ello, fue exiliado del clan, a pesar de no ser más que un chaval.

Vagó durante un año por Japón, sin acabar de controlar la magia de su interior, que ardía de vez en cuando, consumiéndolo en un espiral de ira e violencia desmedida y descontrolada. Fue entonces cuando se reencontró con el asesino que lo derrotó, y volvieron a entablar combate. Hanzo volvió a perder, y esta vez no pudo huir. Sin embargo, lejos de matarlo, el asesino le ofreció unirse a él, pues le enseñarían a controlar el fuego que le ardía en el interior. Hanzo aceptó el trato, uniéndose sin saberlo a la Liga de Asesinos.

Con ellos aprendió a controlar su poder y fue entrenado no sólo en el arte de la guerra, sino también otras diversas ciencias y conocimientos técnicos, además de numerosos idiomas para poder actuar en cualquier parte del mundo. Durante muchos años mató y trabajó duramente por la liga, con el sobrenombre de Alastor "el verdugo", pero no acababa de creer en sus propósitos. Con veintiséis años, le llegó un objetivo nuevo tras una misión exitosa en Bagdag y unas merecidas vacaciones. Ese objetivo no era otro que su padre. Al parecer, estaba estorbando a los propósitos de la liga en Tokio. Se marchó de camino al territorio del clan, tal vez podría hablarlo con su padre a pesar de no ser bien recibido, tal vez no tendría por qué morir nadie. Su padre lo recibió como se tiene que recibir a un exiliado, pero no tan frío como podría. Se alegraba de verlo y se arrepentía de haberlo exiliado a una edad tan temprana por el error de un niño. Hanzo le contó su camino y le dijo que era el siguiente objetivo. Sin embargo, antes de terminar de hablar, otros asesinos de la liga irrumpieron en el lugar. Habían usado a Hanzo para guiarlos hasta el escondite del clan, pues desconocían su ubicación. El verdadero objetivo era conseguir determinados objetos ocultos por Shiho hacía mucho tiempo. El joven se negó a aceptarlo, y luchó codo con codo con su padre contra los asesinos de la liga. Ganaron, pero Hanzo fue el único superviviente de aquélla masacre. Con su último aliento, su padre lo nombró Gran Maestro y le pidió que reconstruyera el clan. Desapareció de Japón, llevándose con él todo lo que ocultaba su clan, pues ahora que la liga conocía su paradero podría apropiárselos, y estuvo al margen de todo durante casi 5 años.

En ese tiempo se reunió con varios contactos, pidió varios favores que le debían y vendió algo de información de la Liga de Asesinos para poder salir del paso. Volvió a fundar en clan, pero esta vez en secreto y con otras metas, pues estar en la Liga le había abierto los ojos. No podía limitarse a actuar sólo en una región, pues el mal contra el que luchaba su padre está en todas partes, con un poder y unas formas que nunca habría imaginado. Tras varios objetivos conseguidos, y algunas batallas contra la liga por su vida, todo parecía volver a buen cauce, pero sus poderes de fuego se estaban debilitando, lo que le jugaba malas pasadas de vez en cuando.

Sin embargo todo cambió en 2018, cuando los mundos colisionaron y todo se fue al traste. La base donde se había restituido el nuevo clan parecía deformarse en el espacio, a retorcerse hasta los cimientos. La ira empezaba a arder en el interior de Hanzo, a quemarle como el primer día cuando abrió ese arcón y un espiral de fuego lo engulló hasta desaparecer. Reapareció en una zona ardiente donde los gritos de agonía acechaban por doquier y las sombras de las llamas parecían tener vida propia. Había visto el infierno desde varios artilugios mágicos, pero nunca había estado allí, hasta ahora.

Estuvo vagando durante un tiempo indeterminado por el averno, intentado ignorar una voz que le llamaba y peleando contra demonios que se reían de él mientras le decían que no debería estar allí. Después de más tiempo del que podía calcular, el cansancio, el hambre, la sed, y las heridas de los combates, le hicieron sucumber aa las voces que lo llamaban. Respondió airado a las voces, gritándoles que dijeran de una vez lo que tenían que decir y se fueran, que no haría caso a los demonios, ni siquiera en el infierno. "Es una pena" respondió la voz, materializándose en una versión de Hanzo, pero hecho de fuego frente a él. Inmediatamente el recuerdo de aquel fuego y aquella ira infundiéndolo por primera vez, y detrás de él, un montón de recuerdos que no eran suyos. Aquéllos recuerdos le hicieron entender qué, o mejor dicho quién, era lo que estaba en el arcón de su padre. La esencia de un viejo demonio que ahora formaba parte de él, y que se había completado al ir al infierno. "Ahora que soy tú, pensaba que deberías conocerme." se limitó a decir, mientras desaparecía y su voz se convertía en la de Hanzo.

El shinobi no dijo nada, pues no lo necesitaba, todos los recuerdos del demonio ahora eran suyos, y ahora su poder al completo. Al parecer, un antepasado había derrotado al demonio, que escapó del infierno y se dedicaba a quemar vivos a inocentes sólo por diversión. Al no poder matarlo sin que volviera al infierno, encerró su esencia bajo hechizos que lo debilitaban y lo destruían poco a poco. Había pasado tanto tiempo, que el demonio ya no podía vivir por sí mismo, y al ser liberado por Hanzo no tuvo más remedio que usar al joven para mantenerse vivo. Sin embargo, no tenía poder suficiente para poseerlo, sólo conseguía descontrolarlo. Al no poder controlarlo, le prestó su poder, para mantener vivo al temerario joven en sus misiones de asesino y poder seguir viviendo en él, aunque notaba que su muerte se acercaba. Cuando los mundos colisionaron, el velo que separa el infierno y su realidad se debilitó, lo que el demonio aprovechó para volver al infierno, llevándose a Hanzo con él. Una vez allí, su esperanza de curarse con la energía del averno se esfumó. Es cierto que recuperó fuerzas, pero no podía mantenerlas, estaba condenado. El demonio hizo lo único que estaba en su mano para sobrevivir, fusionarse con Hanzo para no desaparecer del todo, y que su poder siguiera quemando gente, aunque fuera con otras manos.

Hanzo se sentía más fuerte, pero también más iracundo, y el fuego de su interior parecía arder más que nunca. Demasiados recuerdos para asimilar en ese momento. Sin embargo, un recuerdo se iluminó en el fuego del infierno, el recuerdo de como salió el demonio de allí para desgracia de los vivos. Desapareció en una llamarada, para aparecer de nuevo en la ubicación de la base de su clan, ahora destrozada. Al parecer, habían pasado unos meses desde que llegó al infierno, pues allá abajo el tiempo transcurre de manera distinta. El mundo había cambiado, pero no sabía si a mejor o a peor. Tendría que descubrirlo, y si hacía falta, luchar contra las nuevas amenazas que surgieran.


Poderes: Herencia demoníaca. Aquel viejo demonio le otorgó todo su poder y fuerza para que lo usara en aquéllas cosas que él no podría hacer más. Además de una fuerza y resistencia demoníacas es capaz de crear y controlar el fuego, pues es parte de él y no puede herirlo, pudiendo envolverse en el mismo, lanzarlo o hacerlo explotar. También tiene el poder de teletransportarse, desapareciendo con una llamarada y apareciendo en otro lugar de la misma manera, pudiendo llevar consigo cualquier cosa que pudiera cargar normalmente.

Habilidades:

Maestro del ninjutsu.
Perfecto uso de armas de combate cuerpo a cuerpo.
Conocimientos de magia y ocultismo avanzados.
Gran conocimiento del infierno y sus criaturas gracias a los recuerdos demoníacos.
Experto en sigilo.
Forma física excelente.
Sin miedo gracias a su esencia demoníaca.
Políglota en muchos idiomas gracias a su entrenamiento en la Liga de los asesinos. Además del Japonés, habla al mismo nivel Inglés, Ruso, Chino, Árabe, Francés y Español.
Altos conocimientos en venenos, medicina y explosivos dados por la Liga.
Prepara un té maravilloso.

Debilidades:

Su esencia demoníaca le hace compartir debilidades con los demonios, como las armas angelicales.
Es muy irascible, por su esencia demoníaca o por su escasa paciencia, lo que hace que sea fácil controlarle mediante la ira.
Escaso conocimiento de la tecnología por su entrenamiento tradicional y tendencia al ocultismo.
La liga de asesinos lo considera un traidor, y eso no es muy recomendable.

Equipo y recursos: Su equipo amarillo y negro además de las típicas protecciones para el combate, dispone de numerosos bolsillos en los que guarda diversos utensilios útiles para el combate, como bombas de humo o dagas. En sus brazaletes liados, guarda un par de kunais atados con cadenas, que suele usar para alcanzar y traer a enemigos lejanos u objetos y que usa con maestría. También posee un par de katanas que cuelga en su espalda en forma de X.

No hay ninguna referencia a MK a excepción del nombre del personaje, claro. Me gusta echar un vistazo a otras fichas de personaje antes de hacer la mía, así cojo ideas y me inspiro un poco con el espíritu del foro en cuestión. Resulta que hay otros personajes OC cuyo nombre coincide con el nombre real del avatar y no ha habido ningún problema. Yo lo hice así sabiendo que otros personajes lo hicieron antes y que la administración me dijo que sólo tenía que adaptar la historia para no añadir el universo MK. ¿Cuál es la diferencia entre esos personajes y el mío para que sí sea un problema?