¡PROTESTO!
¡Era el momento!¡Jen, es hora de poner fin a esto! Carraspeó antes de dirigirse al estrado.
-Señoría, mi cliente no es el culpable de esta acusación sin fundamento. Está claro que a tenor por las pruebas, los mensajes de texto y los testimonios que hemos recibido, fue la señorita Gladys quien provocó la situación, y además...
¡¡¡AS EN LA MANGA!!!
-La defensa solicita presentar como prueba la declaración de divorcio. Como pueden ver en el texto oficial, fue mi cliente quien la solicitó hará más de un mes. La fecha no les sonará casual... Dos días después, ocurrió el suceso sobre el que trata este juicio. ¿Pura casualidad, o una estratagema para poder sacar la máxima cantidad de dinero a mi cliente? Ustedes deciden...
Dejé el papeleo en la mesa del juez para que lo examinase. El fiscal estaba llevándose las manos a la cabeza. Una pena, Smithers, pero la próxima vez asegúrate que tu cliente dice la verdad y toda la verdad.
...
¡¡¡¡¡¡MI COCHE!!!!!
La quinta vez este mes. ¡LA QUINTA! En serio, le tenía aprecio a ese coche, pero últimamente empezaba a pensar que el universo conspiraba en algún lugar de las entrañas del motor. Ningún taller le encontraba una explicación, y por supuesto la gente más habilidosa se negaba a rebajarse a revisar la mecánica de un coche. A Stark le pegaría la próxima vez en el hocico si le decía que se comprase "uno bueno, como él". El dinero no crece en los árboles ni nos sale del culo como a tí, mister Filántropo Borrachín.
Se quitó la chaqueta y la echó dentro del coche, e hizo lo mismo con la camisa a medida. Su melena verde se desligó del moño en el que estaba aprisionada y cayó con una hermosa cascada de pelo, cubriendo ese trozo de piel que su traje de moléculas inestables no iba a tapar en la vida. Se puso de cuclillas, cogió el coche y lo levantó como si fuera una de esas cajas de mudanza, cargándoselo en el hombro y despegando algunos jadeos de sorpresa en la gente que estaba en la calle. Se encogió de hombros, pero no iba a darle un céntimo a la grúa, que luego tardaba tres horas en llegar y encima se lo cobraba. La verdad es que los atascos de Nueva York eran lo peor del mundo.
Cogió fuerza para impulsarse con sus piernas y en un segundo, una figura blanca y verde cruzaba el cielo de Nueva York a grandes saltos, presa de una obligación más importante que su carrera como Vengadora o como abogada... bueno, siempre que se considere llevar el coche al taller como algo importante...