Bad to the bone (Loki, Joker, villanos en general) [24/03/2019]

Normas.

Las normas, niños, son importantes. Especialmente cuando hablamos de organizaciones criminales.

Las organizaciones mafiosas tienen que hacer frente a una gran cantidad de problemas que podrían suponer la diferencia entre una existencia rica y próspera y el exterminio absoluto, ya que, bueno, como podréis suponer, no se desarrollan en entornos precisamente pacíficos, y, en éstos ambientes, cualquier error, por pequeño que sea, podría derivar en desastre.

Mantener el orden en este tipo de organizaciones no es algo sencillo, ya que en cualquier momento te pueden pegar la puñalada por la espalda, así que tienes que mantener un control exhaustivo sobre los que están por debajo de ti al mismo tiempo que te mantienes alerta ante amenazas externas. Por eso son tan importantes las normas y las reglas, y una de las principales, que te enseñan en 1º de mafioso, es mostrar siempre respeto por el Gran Jefe.

Es muy gracioso en realidad, porque veréis, yo nunca me he caracterizado precisamente por ser bueno cumpliendo normas. Por lo general, cada vez que acepto un contrato, sea del tipo que sea, me aseguro de dejar siempre claro a la persona que me contrata que, a partir de ése momento, y hasta que el trabajo haya sido completado, el que manda y da las órdenes soy yo. Yo soy el que decide qué se hace, cómo y cuándo, y siempre me ha ido bien así. Soy como un animal salvaje, ¿sabéis? No se puede domesticar a un jaguar.

Pero aunque no me gustan las normas, soy lo bastante inteligente como para comprender los motivos que hacen necesaria su existencia, y para poder discernir cuándo es conveniente saltármelas y cuándo no.

Y, sobretodo, para saber que nunca, nunca, debes contrariar al gordo.

Pero eso es algo que, al parecer, no les terminó nunca de entrar en la sesera a los capullos de los irlandeses, acostumbrados a gobernar los bajos fondos de Nueva York desde muchísimo antes de que aparecieran los italianos y empezaran a tener competencia, así que el rollo ese de agachar la cabeza y tal, como que no les terminaba de hacer gracia. Pero uno no llega a ser Kingpin sin ir veinte pasos por delante de tus posibles competidores, así que el jefe se lo vio venir y los hizo vigilar, descubriendo que había cosas que no cuadraban. El dinero que Fisk recibía de sus "negocios" de contrabando de armas no se correspondía con el total de mercancía con la que se suponía que contaban, y, tras una investigación más minuciosa se descubrió que éstos excedentes los estaban vendiendo a una pandilla de moteros de Nueva Jersey sin que el jefe recibiese su parte.

Normas, niños, normas.

Si el jefe permitía éste comportamiento, estaría transmitiendo el mensaje a las demás organizaciones bajo su control de que podían estafarle y salir inmunes, así que, el mensaje que teníamos que transmitir de vuelta tenía que ser claro, directo y conciso.

Así que, bueno, me aseguré, con mi habitual sutileza y buen hacer, de dejar claro el mensaje cuando me presenté en el almacén de Newark donde iban a hacer la siguiente entrega.


Dejé que las cartas fueran por delante, abatiendo a unos cuantos de esos imbéciles, y, cuando empezaron a disparar, tomé cobertura detrás de las cajas y, utilizando las propias astillas que saltaban del tiroteo para cegarles, les fui liquidando uno tras otro. Después, me aseguré de prender fuego al almacén para que los moteros no pudieran tener ni una sola de las armas del jefe. Por desgracia, justo aparecieron cuando yo salía de allí, y, haciendo una fácil asociación debieron darse cuenta de que les acababa de joder el negocio, y... básicamente ése es el resumen que explica por qué me encuentro conduciendo a toda velocidad por las putas calles de éste vertedero industrial mientras una pandilla de moteros me persigue disparando con sus semiautomáticas.


Por fortuna estoy bastante más habituado a la moto que al coche, por lo que soy lo suficientemente diestro como para poder suponerles un problema a la hora de acertar, desviándome a los lados y derrapando para dificultarles la puntería. El sonido de las balas silbando a mi alrededor e impactando contra los muros me acompaña mientras tomo una desviación por una calle lateral cubierta de basura.

El hedor, en cualquier otro momento, habría supuesto una molestia, pero en éstas circunstancias le doy la bienvenida con la mayor de las alegrías mientras dirijo mi moto directamente hacia los cubos y bolsas de basura. Las ruedas de mi motocicleta pasan por encima, reventando el plástico de las bolsas y haciendo que los desechos, por la fricción de las ruedas, salgan despedidos hacia atrás, provocando una lluvia de envases y latas vacíos que impacta contra sus visores y cascos como si fuera metralla, haciéndoles perder el equilibrio. Dos de ellos caen al suelo. Quedan otros tres. Me inclino con la moto al lateral para recoger la tapadera de uno de los cubos, arrojándola hacia atrás como si fuera un frisbee. La rueda rebota ruidosamente por las paredes hasta acertar de lleno en el cuello al motorista más adelantado, partiéndoselo en el acto.

Me las prometo muy felices... Hasta que, al fondo de la calleja, distingo las sombras de otros cuatro motoristas bloqueándome el camino. Sus armas apuntan en mi dirección, posiblemente esperando hasta que me encuentre en rango de tiro para hacer un sandwich de balas conmigo entre ellos y los que todavía siguen a mi cola.

Joder.

Qué bien me vendría una copa ahora.

Y, entonces, la vi. Una puta puerta roja, flotando de la nada en el aire, entre los moteros y yo.

Supongo que pensaréis... ¿cómo pudiste elaborar un plan tan genial? Bueno... He de ser totalmente sincero con vosotros. Cuando vas conduciendo a toda hostia por una calle con varios motoristas pegados a tu culo y otros tantos esperándote delante para acribillarte a balazos y ves que las distancias se reducen en cuestión de milisegundos, no tienes tiempo de pensar un carajo. Simplemente actúas.

Y, para seguir siendo sinceros, estoy bastante acostumbrado a actuar por impulsos sin pensar demasiado, la verdad. Algunos podrían definir mi conducta como "temeraria".

El caso es que, sin pensar una mierda, saqué un explosivo plástico del cinturón, lo enganché a la moto, me puse de pie sobre el asiento y, sencillamente, salté. El impulso que llevaba de la carrera me permitió alcanzar fácilmente la altura que necesitaba, y, mientras daba una voltereta en el aire para pasar a través del umbral, hasta me dio tiempo a hacerles la peineta a esos gilipollas un segundo antes de que la moto les impactara, activando el explosivo. El reconfortante sonido de la explosión me acompañó mientras aterrizaba al otro lado. Fue una lástima que los visores de los cascos no me permitiera ver sus expresiones. Ese preciso instante en el que se dan cuenta de que van a morir suele ser impagable...


Lo primero que escuché fue... ¿música? Un sonido metal industrial que parecía sonar desde abajo, pero no podía ver un carajo... Como si alguien hubiera podido leer mis pensamientos, una serie de antorchas colgadas en las paredes se fueron encendiendo una a una al ritmo de la música, indicando el único camino disponible: unas escaleras que descendían en la dirección de la que provenía el sonido. Por pura precaución, saqué la pistola de la funda y la mantuve preparada mientras descendía los escalones, uno a uno... ¿Cuántos había? ¿Diez? ¿Cien? ¿Mil? Me habría sido imposible asegurarlo.

Las cuerdas de la guitarra gritaban, las voces aullaban el pegadizo y potente estribillo:


Al llegar al último peldaño se abrió ante mí lo que a todas luces parecía ser un bar (y he estado en unos cuantos a lo largo de mi vida), pero los techos se perdían en la inmensidad propia de los castillos europeos, trabajado en piedra y con lámparas de araña.

Supongo que para cualquiera, aquello habría resultado un desafío a la lógica o a la razón, pero en mi caso, considerando que me había encontrado la puta puerta en el aire, la verdad es que estaba bastante dispuesto a aceptar lo que me presentaran por delante. Si me hubieran dicho que me encontraba en la corte de las hadas me lo habría creído también.

Y casi casi, porque el local parecía que tenía vida propia. Había cosas que parecían diferentes cada vez que miraba, reservados que brotaban de las paredes cuando un segundo antes no había habido nada allí, otros que desaparecían, y el escenario, una tarima de bastidores rojos y telón, estaba adornado con motivos horteras de Halloween a pesar de estar en marzo. Pero lo mejor no era eso. Lo mejor era que el grupo eran una especie de alienígenas rarísimos, y no había micros cerca de la batería, ni cables que saliesen de las guitarras.

Y la audiencia que observaba la actuación no era mucho más normal... Monstruos de todo tipo y especies que no había visto en mi vida se daban cita en aquél lugar, y los camareros eran esqueletos que se movían con vida propia.

¿Dónde coño estaba? ¿Y cómo podía salir de allí? La puerta por la que había entrado se había cerrado en el mismo instante de atravesarla. Pero bueno... mientras meditaba sobre éstas cuestiones bien podía permitirme el trago que había empezado todo aquello, ¿no? Después de todo, había terminado satisfactoriamente el trabajo, así que me dirijí hacia uno de los esqueletos y le sustraje un Martini de la bandeja. Todo lo demás podía esperar un poquito más.

 cojones  

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Vaya, una fan. No podía decir que le sorprendiera. Después de todo, era el jodido Bullseye, y en el mundillo en el que se movían no había nadie que no supiera quién era o cuáles eran sus logros.

- Hey, calma, hermana -dijo, riéndose al ver sus evidentes dificultades para mantener la bebida en la boca. Cuando la escupió de vuelta al vaso se la retiró de la mano con naturalidad y la volvió a dejar en la barra-. ¿Qué tal si te pedimos algo más acorde a tu edad, eh? ¿Qué tienes, quince? ¿Dieciséis? ¿Pedimos una coca cola, mejor?

Con aquella máscara era difícil de precisar, pero a juzgar por su nivel de desarrollo no debía haber alcanzado aún la mayoría de edad. No es que a él le importara una mierda lo que la chica se echaba al gaznate o no, claro, pero estaba claro que no toleraba el alcohol.

Ahora que se fijaba bien, aquella máscara le recordaba a algo... o a alguien, pero no fue capaz de precisar quién.

- No me puedo quejar, la verdad -continuó, contestando a su pregunta-. La vida me trata bien. ¿Y tú quién eres? No me suena haberte visto antes por los locales que frecuenta el gremio. ¿Eres nueva?

Era demasiado joven como para que pudiera interesarle a un nivel sexual, pero si había algo casi tan grande como su puntería, era su ego, así que nunca rechazaba la oportunidad de hablar con una admiradora.

Al escuchar el comentario del tipo vestido de verde, hizo un mohín y le pegó un codazo amistoso a la chica de rosa.

- Eh, al amargado ni caso, hermanita. Si yo tuviera esos cuernos también estaría furioso con el mundo.

Lo cierto era que su actitud derrochaba una desconcertante simpatía. Si no llevara el uniforme posiblemente sería alguien que te podría caer bien en un bar. Mientras esperaban que llegara el nuevo pedido, no pudo evitar escuchar la conversación que estaba teniendo el moreno con otro colgado vestido de payaso.

- Perdón, ¿estamos hablando de héroes? -inquirió, sentándose en el taburete que estaba junto al del payaso-. Los Vengadores, ésos sí que son aburridos. Siempre con sus discursitos condescendientes y moralistas, como Daredevil. Dios, qué ganas tengo de matar a ése tío. Al menos Spiderman es gracioso, eso siempre es un punto a favor. Hace que los enfrentamientos sean menos aburridos.


El payaso reparó entonces en su presencia y confundió a la chica de rosa con su sidekick. A Bullseye le pareció lo más normal del mundo, no porque fuera misógino en lo más mínimo, ya que de hecho siempre le habían atraído las mujeres fuertes, sino porque... vamos a ver... era el puto Bullseye. Por supuesto que a cualquiera que estuviera a su lado lo confundirían con su sidekick. No pudo menos que echarse a reír con naturalidad.

- Más quisiera ella ser mi sidekick, amigo, pero yo no gasto de eso. No necesito a nadie que me ande sosteniendo las mallas como todos esos aficionados de segunda y no permitiría que nadie se llevara el crédito por mis muertes. ¿Es que no has visto mi carta en el coleccionable de villanos? Bullseye es marca registrada, colega. Me basto y me sobro para ser el mejor asesino del mundo.

Bullseye hizo un gesto con la cabeza para restar importancia al comentario de la chica sobre su edad.

- Si sabes quién soy imagino que te podrás hacer una idea de lo poco que me importa el cumplimiento de las leyes -se encogió de hombros-. No tengo ningún problema con que bebas más allá del riesgo potencial de que me vomites en las botas. Éso es lo único que me preocupa ahora mismo.

La chica se presentó y Bullseye chasqueó los dedos.

- ¡Claro! ¡Ya decía yo que me recordabas a alguien! ¿Seguro que no tienes nada que ver con él? Hace tiempo que no veo al viejo cara de pizza...

Justo le llegó la Piña colada y ella lo probó, poniendo cara de éxtasis.

- Ésto sigue teniendo ron, así que no te lo bebas muy de golpe que cuando eres un criminal buscado siempre es difícil llevar la ropa a la tintorería -le advirtió, aún preocupado por la integridad de su uniforme.

Sin embargo, la chica decidió ignorar su consejo y se lo bebió de golpe cuando se acercó el payaso. Bullseye se llevó la mano a la cara en un facepalm en toda regla cuando la escuchó arrastrar las palabras, ignorando el comentario del payaso acerca de su beligerancia. ¿Qué hacía él juntándose con crías? Si Wade estuviera mirando se partiría de risa y tendría que cortarle la garganta.

Lo siguiente que dijo debería haber servido como confirmación de su incipiente borrachera... si no fuera porque su cuerpo pareció literalmente desaparecer a la mitad de repente, como si la hubieran cortado por la cintura mientras seguía hablando y moviéndose como si nada. El payaso quiso tocarla como si fuera lo más normal del mundo, pero Bullseye pegó un respingo de pura sorpresa, apartándose un par de pasos mientras se sacaba la pistola de la funda. La magia del local le permitió hacerlo porque no fue un gesto motivado con la intencionalidad de hacer daño a nadie, sino puramente defensivo e instintivo, y no llegó a apretar el gatillo.

- Vale... ¿quién o qué eres tú? -inquirió.

Las cosas que había dicho eran la clase de subnormalidades que podría haber soltado Wade, pero al mercenario no le había visto nunca hacer algo tan raro. Al ver que no parecía peligrosa volvió a enfundarla.

- Querida, nadie necesita a los héroes. Sin ellos mi vida sería mucho más tranquila... aunque también mucho más aburrida, para qué lo vamos a negar -respondió a su comentario.

¿Cómo sabía que Daredevil estaba ciego? No le hacía ninguna gracia que hubiera aireado la principal debilidad de su enemigo ante aquellos villanos. El cuernecitos era suyo, y no le hacía gracia la idea de que pudieran matarlo. Aún tenía muchas posibilidades de hacerle daño...

Entonces sucedió algo infinitamente más aterrador que el numerito de magia chunga que acaba de representar Gwenpool... Aquella risa horrible espasmódica empezó a sacudir al payaso atrayendo todas las miradas, incluida la del asesino, que no podía dejar de mirarle, completamente cautivado y fascinado.

Justo cuando la risa alcanzaba su clímax, apoyó el cañón de su pistola en la frente de la chica y la expresión de Bullseye cambió a una de completa excitación y anticipación ante la perspectiva del derramamiento de sangre. Pero, para su decepción, no fueron pedazos de cráneo y sesos los que salieron desperdigados por el local... sino confetti. 

A Bullseye le dio un ataque de risa tan violento que no pudo parar ni siquiera cuando la chica desapareció del local. En el tenso silencio que siguió a la detonación, su risa absolutamente genuina y desenfadada fue lo único que se escuchó durante varios segundos, hasta que la del Joker, igualmente sincera, se unió a la suya. Se limpió una lagrimita del rabillo del ojo mientras escuchaba la respuesta de Morgan a la pregunta del payaso. 

- De verdad que me flipa... que un tío que regenta un local al que acude gente como nosotros... o como ésos de ahí -especificó, señalando a un grupo de bestias monstruosas, un nigromante con cadáveres reanimados y zombies y otro con criaturas claramente demoníacas-, se escandalice por tener bebiendo a una menor.

Le volvió a dar un ataque de risa, tan fuerte que le hizo doblarse por la mitad dándose palmadas en la rodilla.

- Es la ostia, tú... Me alucina... Que hay que pensar en los niños, dice... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJA 

Asintió cuando el payaso atestiguó lo cómico de la situación, mirándole con nuevos ojos.

- Sé quién eres -musitó, recuperando el aliento-. Te llamas Joker, ¿verdad?

En el transcurso del último mes había estado yendo a Gotham con bastante frecuencia para visitar a Rebecca, y era imposible no oír hablar del payaso del crimen cuando llevabas un tiempo allí. Inicialmente no había hecho la conexión, pero al ver su comportamiento con Gwen se le había encendido la bombilla.

- ¡Qué casualidad! Tengo entendido que Batman es tu Némesis, ¿no? Cuando se produjo la Colisión, el efecto Omega me teletransportó directamente a un almacén donde estaba el murciélago y tuve ocasión de enfrentarme a él -dirigió al payaso una mirada de admiración-. Tienes suerte, es un gran guerrero. No pude vencerle, y eso, te lo garantizo, no es algo habitual en mí.

Les pasó el brazo por los hombros tanto a él como al tipo de los cuernos guiándolos hasta una de las mesas, y Bullseye se dejó llevar sin resistirse.

- ¿Mis números? He salido por la tele, tío, soy una celebridad, todo el mundo me conoce -dijo con satisfacción recostándose en la silla para ponerse más cómodo. Le iba a perdonar que no le conociera porque era del otro universo y además vivía en otra ciudad. A él también le había costado reconocerle a pesar de ser igualmente conocido-. Prueba a buscar mi nombre en Google y verás. ¿Me permites? 

Tras pedirle permiso, le sacó de la funda al payaso la pistola de confetti que acababa de usar contra Gwenpool, se acercó a la barra a continuación y le pidió a Morgan un paquete de palillos de dientes. Una vez se lo dio, disparó la pistola al frente y empezó a arrojar palillos a una velocidad casi imposible de seguir con la vista. Cuando hubo terminado, había un montón de diminutos circulitos dorados clavados a la pared con los palillos. No le había dado tiempo de lanzarlos todos antes de que el último confetti llegara al suelo, pero absolutamente todos los que había arrojado habían alcanzado el centro de uno de los papelitos dorados que ahora decoraban la pared. Una vez terminado regresó a su asiento con aire de suficiencia.

- ¿Qué tal? -inquirió, sonriente y muy pagado de sí mismo.

- Pffff... Ojo de Halcón es un aficionado a mi lado -replicó con desdén ante la comparativa de Loki-. Soy más rápido y tengo mejor puntería que él. No tendría nada que hacer contra mí.

- Buena mano -le felicitó Joker- ¿Te sale sólo o lo haces a propósito?

Bullseye se acercó más a él con aire confabulador, pasándole el brazo por los hombros.

- Un verdadero profesional jamás revela sus secretos. Después de todo... soy mágico -concluyó con un guiño.

Cometió el error de mirar en la dirección de donde se oían los aplausos y se arrepintió al instante.

- ¡Wade, tío, tápate! -exclamó, cubriéndose los ojos con el brazo como quien recibe un fogonazo-. Algunos no queremos tener pesadillas ésta noche.

Bullseye sabía que era más bueno que él, pero no iba a entrarle al trapo porque era la continua pulla que tenían entre los dos, con Wade llamándole novato cuando llevaban exactamente el mismo tiempo en el negocio. Además, Bullseye mataba mejor y más eficientemente, todo el mundo lo sabía.

- Tengo preguntas -replicó en cambio cuando se sentó a su lado, y empezó a enumerar con los dedos-. Primero: ¿Cómo has llegado hasta aquí si estabas en la ducha? Segundo: ¿Cómo es que justo apareces cuando desaparece la pava que se parecía a ti y hablaba como tú? ¿Es que has ganado de repente la capacidad de cambiar de género? Porque seguro que alguien como tú podría encontrarle muchas ventajas a eso. Y tercero y más importante... ¿¿Por qué te duchas con la máscara puesta??

De todas las que había planteado era sin duda la incógnita más importante, aunque no iba a quejarse de que le ahorrara el sufrimiento de tener que verle la cara, desde luego... Resultó que ni el propio Wade sabía cómo había llegado hasta allí, lo cual le encajaba bastante. Tan sólo una más de las continuas bizarradas que constituían el día a día del mutante y a las que cualquiera habituado a compartir alguna que otra copa con él estaba más que acostumbrado.

- Tú ni caso -le indicó al tipo de verde cuando su colega le llamó papá-. Está mal de la azotea, ya sabes a lo que me refiero...

Como para aclararlo, hizo el gesto universal de locura haciendo girar el índice junto a su cabeza.

- Por cierto, gracias por crearle ropas, y creo que hablo en nombre de todos los que estamos en este bar -aseguró, haciendo un brindis en su dirección-. Aquí mi colega es un poco desastre... ¿Cuál es tu nombre?

- ¡Claro que se quien eres! He leído mucho sobre ti, mi favorito es… uh, no se que numero elegir

Bueno, no es que Bullseye en sí tenga un porrón de comics, pero si que sale en bastante y depende de quien haga el guión, da más miedo menos. Claro que si te cae el Hulk encima, no te vas a ponerte a lanzarle cosas, si Hulk me dice que pague impuestos, los pago. Que no es que no pague impuestos, para nada. Uh, no sabéis el escalofrío que me ha entrado por el cuerpo cuando me ha llamado “peleona” el… sigo sin saber quien es, a parte del ex de Harley, pero lo tengo en la punta de la lengua y como el idioma con el que escribis aqui en el foro no me deja expresarme como quiero, lo diré en mi propio idioma

-Oi, you “here's johnny-looking” fucker!

Y ahora vuelvo al español ¿Por qué? Joe, queréis saberlo todo, eh

- Yo soy todo lo peleona que quiera

Otro escalofrío, vale, puede que sea la palabra en sí y no quien la diga, aunque que la diga él no ayuda. No, Bullseye, no… esa pregunta no, que me hace daño en el corazoncito… es bromis, pero exagerar se me da de maravilla, bebes.

- ¡Te lo he dicho! Soy Gwenpool, que nada tiene que ver con Deadpool

No, no estáis enterando vereis; tu, Bullseye saliste primero en el número 131 de Daredevil por lo que sin Daredevil no habrías existido como personaje… o puede que sí, a lo mejor habrías salido más tarde. Tu en cambio, Loki, saliste antes que Thor por lo que… ¿Es Thor el que no existiría sin ti? Eso sí que es raro, aunque cuando tu apareciste no fue oficialmente en Marvel es ¿raro? Ah y tu, why so serious, no se cuando fue tu primera aparición ni nada… si recordara quién eres pues a lo mejor podría… Oye ¿por qué las palabras estas no están en rosa?... ¡Cago en todo! He estado narrando todo lo que quería haber dicho. Vale omegueros, no bebáis y roleeis a la vez, solo puede traer problemas.

Uy ¿Que hace esta pistola apuntandome a la cabeza? No es la primera vez, ¿o sí es la primera vez?, que me apuntan así, pero no me lo esperaba en el bar este… lleno de villanos ¿Estoy borracha? Pues claro que en un bar así habría gresca, pero pasar directamente a las balas es un poco de ser un [MARVEL’S LAWYERS ADVISE NOT TO END THIS JOKE]. Ups, con el alcohol se me suelta un poco la lengua o lo que es lo mismo, los dedos y me tienen que censurar. En fin ¿Como salgo de esta? Ya se, un tirabuzón hacia la izquierda, salto hacia arriba, patada giratoria al estilo Chuck Norris, luego una pose al estilo power ranger y problema resuelto.

¿Oye donde estoy? Espera… ¡ESTOY DE VUELTA AL PRINCIPIO! Aquí esta la puerta roja que he pintado, los tíos estos ¿Por que me han echado?... Oooooh, por que mi user se ausentó del foro… ¡Oye tu! Sí, tu, el que está escribiendo esto; auséntate otra vez y te juro que voy a salir de aquí para darte un par de guantazos bien dados. Mira que no me gusta la violencia, pero es que a veces a una le fuerzan la mano. Ups, le he pisado el brazo a uno de los tíos estos. La cosa ahora es ¿Puedo volver a entrar por mi puerta? A lo mejor, lo más seguro es que pueda pero tengo aquí mi móvil y creo que sería mejor hacer lo siguiente. Aquí, a ver, WhatsApp… empezaba por C… Carmín, Cayena… ¡Carmen, aquí está! Ahora solo tengo que;


¿Veis? Se lo he pedido y me ha dejado volver a entrar ¿No es fantástica? No tenéis por que leerlo muy a fondo, estoy segura de que se ha equivocado al escribir “Si, Gwenpool cariño, puedes volver al tema usando una de mis respuestas, eres el mejor personaje de Omega y a todos nos encanta tener temas contigo”. Venga, yo creo que por entre esta frase puedo colarme, me apretujo por aquí ¡Uff! Casi hecho la papa, romper la cuarta pared es más difícil de lo que parece cuando se va chispadilla, pero lo he logrado y aquí estoy de nuevo. Nadie me ha visto, perfecto, así podre venir aquí sin que me vean y

- ¿¡Wade!? ¿¡Qué haces tú aquí!? Pensaba que tu user se fue del foro ¿Tienes otro user?

Y no me bastaba con tener que convivir con una Gwen Stacy, ahora también se unía un Deadpool ¡Que ya me vale con que me confundan con una, ahora toca el otro! Voy a ver el avatar que se ha puesto, seguro que no es mejor que el… ostia, pero si cambia cada rato ¿Eso como lo ha hecho? Mi user no sabe hacerlo o no a buscado como hacerlo, vaya pedazo de cacho de vago

- ¿Cómo haces para que te cambie el avatar? Que eso esta mu chulo, joe