Soledad en la Atalaya [Pre-Omega] (Superman)

La conversación con Batman había sido... productiva, por decirlo de alguna forma.

Por desgracia, eso no cambiaba lo que estaba a punto de hacer. Kal sabía que lo que tenía que hacer cambiaría mucho las cosas: Iba a abandonar el lugar que se había convertido en su hogar, dejándolo a merced de las amenazas que siempre había combatido, sólo para poder albergar una esperanza de que el día de mañana sería capaz de defenderse incluso cuando él no estuviera, sólo por la promesa de que, cuando finalmente rompiese su exilio, sería lo bastante fuerte para poder detener algo que hasta el momento había sido incapaz. Para su gente, aquellos que lo amaban y que lo habían apoyado en todo momento, sería como si Kal-El hubiese muerto, al menos, ese era el plan, y sólo Bruce sabría la verdad, que se había exiliado en el Sol, donde acumularía fuerzas para el momento final en que aquel mal revelaría su horrible rostro.

Tenía muchas cosas a las que decir adiós. No sabía cuánto tiempo tardaría en volver. Semanas... Meses... Quizá años. Y lo peor de todo era que era perfectamente consciente de que, una vez se expusiese a la radiación del Sol de forma tan directa, todo empezaría a cambiar para él. Quizá no pudiese oirlas, pero las voces de las miles de personas a las que dejaba atrás se convertirían en una sintonía omnipresente en su cabeza, el dolor de aquellos que no podría salvar, el sufrimiento que no podría impedir... Sólo el vacío del espacio impediría que pudiese escucharlos realmente, pero para él eso no supondría una diferencia mayor que la que podría suponer dar un paso con el pie izquierdo o el derecho. Que no pudiese oírlo no significaba que no sintiese que podía hacerlo.

Pero era la decisión que había tomado. No había marcha atrás.

Y, sin embargo, necesitaba visitar un último lugar antes de marcharse definitivamente. Ya había estado en Metrópolis, velando por Lois Lane, por el Planet, por su gente, había visitado las calles oscurecidas de Gotham, incluso había usado su supervisión para asegurarse de que las cosas en el reino de Arthur no estuviesen demasiado fuera de control, había visitado la Torre de los Titanes... Y ahora, ahí estaba. En la Atalaya. Bruce había dicho que tanto Hal como el resto de Green Lantern y J'on habían estado controlando aquellas extrañas lecturas desde hacía tiempo, él también, pero no era esa la razón por la que estaba allí. No, la razón era más... Emocional. La Atalaya era su hogar casi tanto como lo era la residencia de los Kent, como su piso en Metrópolis... Incluso su Fortaleza de la Soledad. Era la última parada en su camino. Sólo un momento para contemplarlo por última vez. No esperaba que se prolongara.

Pero tampoco esperaba que ya hubiese alguien allí.

Cuando sus pies sintieron el metal que construía la impresionante instalación, el sonido de sus pasos fue apenas enmudecido por el correr de la propia base, fácil de escuchar para su superoído... Era una melodía de infinidad de sonidos que podía haber sido cacofónica en otro momento pero, con el tiempo, había aprendido a aceptarla, a integrarla como una parte, casi, de sí mismo. Y fue entonces, cuando sus pies empezaron a sostenerle, cuando ya no el aire quien lo suspendía, que la vio allí, sentada en una mesa, observando con interés aquellos mapas. Casi pudo sonreír al verla. Siempre había sido muy diligente en todo aquello que hacía. No era extraño que ella también quisiera descubrir qué era exactamente a lo que se enfrentaban.

... Quizá debiese haberse ido, sin más. Pero sabía que se habría dado cuenta. Siempre lo hacía. Prefirió no correr el riesgo.


- Diana... No esperaba encontrarte aquí. ¿Va todo bien por Themiscyra? ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?


Aquella conversación no debía arrojar un ápice de luz acerca de lo que pretendía hacer. Nadie debía sospechar nada. Ni siquiera ella.

Estaba conciente de todo lo que pasaba a su alrededor. Los sensores con tecnologia de punta habian detectado una presencia voladora acercarse a la Atalaya. ¿Quizas un Green Lantern? ¿O el detective Marciano? Por alguna razon, no esperaba que quien viniera fuera el mismisimo Kal.

Me sorprendio, claro que lo hizo. Superman siempre sorprendia, tanto a sus amigos como a sus enemigos. Cuando escuche su voz, cerre los mapas que observaba y gire la silla hacia donde estaba Clark.

-Diana... No esperaba encontrarte aquí. ¿Va todo bien por Themiscyra? ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

Escucharle siempre me gustaba. Clark jamas se proclamo lider de la Liga, pero el era uno de nuestros pilares morales. No le decian el hombre de acero por su piel resistente, yo pienso que es el hombre de acero por sus convicciones. Yo sabia que podia contar con el, y el sabia que contaba conmigo. Ahora todos nos necesitabamos, hasta que esa sensacion de tormenta se alejara. Me levante y me acerque a el. Yo llevaba puesto mi traje de justiciera, aunque la situacion no lo requiriese, pero no llevaba mis armas, que estaban junto a la computadora. Nunca me sentia desconfiada con Clark, el era el mejor de mis amigos dentro de la Liga, por lo que ante el podia relajarme mucho, ser menos protocolaria.

-"Kal" - Le dije de forma cariñosa- Me alegra verte, mucho. Gracias por preocuparte, Themyscira esta bien, la Reina Hipolita no me ha mandado a llamar ni he sentido que algo malo ocurriese en mi reino. ¿Como estas tu? ¿Van bien las cosas en Metropolis?

¿Que motivos traeran a Kal-el a la Atalaya? No pensaba que el no deberia estar aqui, claro que no, esta era su casa como la mia. Pero lo senti extraño, todos los miembros de la Liga estaban en algo esa noche, mientras a mi me habia tocado quedarme a guardar la base. Pude haber rechazado la mision sin ningun problema, los sistemas de alerta son lo suficientemente buenos como para operar solos, pero necesitaba algo de soledad. Y en el espacio exterior, la soledad es lo que mas sobraba.

Acomode mi diadema sobre mi cabeza y me lleve el pelo hacia atras al hablar con Superman, sonriendo con clara alegria.

Kal esperó la respuesta de la amazona y, cuando esta llegó, se limitó a mirarla, atendiendo a sus gestos y palabras para intentar captar posibles matices ocultos en las mismas, sin embargo, parecía que, como solía ocurrir, la amazona no tenía nada que ocultar en aquello que decía. Era una de las cosas que más le gustaba, el hecho de que siempre iba con la verdad por delante... Aunque eso también arrojaba una verdad preocupante.

Kal habría esperado que Diana, de entre todas, se hubiese dado cuenta de que algo se estaba preparando, algo que les superaba a todos ellos... Sus instintos jamás fallaban y su conexión con las energías mágicas de su mundo era de las más intensas, particularmente debido a la cercanía de Themiscyra a dichas energías. Y, sin embargo, no parecía que notase que algo iba mal... LO cual sólo podía significar que el asunto era mucho más grave de lo que se imaginaba. Era fácil, relativamente, prepararse para una amenaza, por grande que fuera, que se veía venir, pero sería casi imposible hacerlo si sólo se daban cuenta de que llegaba en los instantes previos a que estuviese a las puertas. Era preocupante, sin duda.

Aunque también podía ser que Diana pretendiese simplemente tranquilizarlo. Quizá...



- Oh... Eso es... Bueno. Me alegro de que las cosas vayan bien. Respecto a Metrópolis, las cosas han estado tranquilas últimamente, aunque eso me preocupa. Ya sabes que el que haya demasiada tranquilidad suele significar que algo está a punto de pasar... Pero puede que sólo sea yo.



Dichas aquellas palabras, Kal-El se dirigió hacia las consolas, para tratar de ver las lecturas que allí había. Como había dicho Batman, no había nada particularmente fuera de lo corriente... Los Green Lantern posiblemente hubiesen desviado la señal hasta Oa para estudiarla de una forma más detallada de la que podrían hacerlo allí, quizá incluso Batman lo hubiese hecho para tratar de hallar más datos de importancia. En aquel momento, la Atalaya estaba operando para monitorizar esencialmente las fluctuaciones energéticas en el espectro circundante a la Tierra, aunque todo parecía estar dentro de la normalidad. Había algún que otro pico anómalo en los puntos donde las energías mágicas se acumulaban más intensamente, como la torre del Doctor Destino, Atlantis y algunos puntos aislados de Themiscyra, pero nada que llamase demasiado la atención. Él mismo no les habría prestado mayor importancia si no hubiese estado los últimos tres meses persiguiendo aquella extraña presencia... Lo cual era preocupante, por otras razones.

Pero prefirió apartar esos pensamientos de su mente, de momento, o preocuparía a Diana. Prefería no hacerlo.


- Por cierto... ¿Cómo es que has venido sola a la Atalaya? No esperaba encontrar a nadie aquí, salvo puede que a Cyborg. Aunque no puedo decir que me disguste. Es agradable poder estar tener una conversación tranquila, para variar.



Sí, al menos en eso estaba siendo sincero. No solían tener mucho tiempo para ello, siempre ocupados monitorizando el mundo que dependía de ellos para su protección. Pero ahora, todo estaba tranquilo. Demasiado, quizá, pero tranquilo al fin y al cabo. Una rara ocasión para poder hablar como dos amigos, como hacía tanto que no habían podido. Era la última ocasión que tendrían en bastante tiempo. Debería aprovecharla.

No me gustaba como es que Kal me hablaba, su tono, sus gestos. Parecia como si dudara de algo. ¿Acaso le incomodaba que estuviera en este momento? No lo creo, pero se acercaba. El no estaba esperando que yo estuviera aqui, ¿pero por que? Era incomodo no saberlo, incomodo que el no se alejara un momento del deber para sincerarse. "¿Que te pasa, Kal?" llegue a pensar


- Oh... Eso es... Bueno. Me alegro de que las cosas vayan bien. Respecto a Metrópolis, las cosas han estado tranquilas últimamente, aunque eso me preocupa. Ya sabes que el que haya demasiada tranquilidad suele significar que algo está a punto de pasar... Pero puede que sólo sea yo.


Me quede callada , mientras el se dirigia hacia las computadoras. Senti de pronto que no queria hablar de algo, como si pudiese yo hacer una pregunta equivocada. Pense en dejarlo asi, pero no, no me gustaba quedarme con la incertidumbre. Me coloce detars de el en la silla, mientras veia los datos que revisaba. ¿Por que solamente los puntos  magicos? Todo estaba muy raro ultimamente. Durante un momento pense en Lex Luthor, quizas el quisiera hacer algo con la frecuencia de energias magicas para algun aparato que conquiste America. Puse mis manos sobre sus hombros suavemente, y cuando intente hablar, su voz me interrumpio.

-Por cierto... ¿Cómo es que has venido sola a la Atalaya? No esperaba encontrar a nadie aquí, salvo puede que a Cyborg. Aunque no puedo decir que me disguste. Es agradable poder estar tener una conversación tranquila, para variar.

Definitivamente, Superman estaba raro. Senti que era mas una indirecta a que lo dejara solo un momento, pero, no entendia. Si queria estar solo,  ¿Por que no iba a la Fortaleza? Nunca le molestaria ahi, ni yo ni nadie de la Liga, mucho menos si me lo pide expresamente. Suspire un momento y le respondi.

-Me he quedado aqui a pensar, aparte de que me tocaba a mi hacer guardia. Cyborg tiene cosas que hacer, dijo que en los laboratorios S.T.A.R. tenian un gran proyecto entre manos, asi que decidi quedarme. Barry dejo unas rosquillas en la cocina, ¿Quieres? -De alguna manera, no se lo daba a elegir. Lo tome del brazo y lo levante de la computadora, si queria hablar con el, no dejaria que estuviera frente a los datos. Podria ser el hombre de acero, con sentidos increiblemente agudizados, pero cuando hablaba con el queria absolutamente toda su atencion. Tras caminar pasos sobre el suelo de metal, mirando hacia el techo, puse mis brazos en mi espalda y dije con voz seria - ¿Te pasa algo, Kal? Te noto extraño, ¿Estas preocupado por alguna razon? Siento como si no quisieras que yo este aqui. -Torci los labios y me cruce de brazos. No dejaria que se fuera sin darme una respuesta

Superman se mantuvo estudiando tranquilamente los datos, intentando encontrar algún patrón que le permitiese anticipar lo que estaba por llegar, sin embargo, este intento no fue más fértil que los muchos que había hecho antes. Tampoco lo esperaba, de todos modos, aunque hubiese estado bien averiguar algo distinto...

En cualquier caso el ofrecimiento de Diana le llegó por sorpresa, y le llevó unos instantes reaccionar, como si hubiese estado profundamente concentrado en dichos datos. El tiempo era un factor extraño: Podía haber estado minutos, incluso horas mirando aquellos datos y le habrían seguido pareciendo segundos aunque, por suerte, no fue el caso. Diana se ocupó de ello obligándole a levantarse antes siquiera de que él pudiese negar el ofrecimiento... La verdad es que no tenía hambre, pero era evidente que el que hubiese o no rosquillas era lo de menos en todo aquel asunto, porque Diana dejó bastante claro con sus siguientes acciones que lo que quería era, junto con su atención, lo único que no podía darle: La razón de que estuviese preocupado.  No era fácil.

Y aún se volvió peor cuando Diana interpretó su forma de actuar como un intento de apartarla.  Kal no pudo evitar un latigazo de culpa por ello, principalmente porque bajo ningún concepto había querido incomodar a Diana y, sin embargo, parecía que lo que estaba haciendo era darle a ella la impresión de ser una molestia, algo que jamás había sido su intención.  Superman la apreciaba, siempre había sido una de las personas más cercanas a él, y nada desearía más que poder decirle la verdad de todo el asunto... Pero en aquellas circunstancias le resultaba imposible.  Le hubiese gustado saber de alguna forma de conseguir desviar la atención de la amazona, pero la conocía lo suficiente para saber que no era la clase de persona que simplemente aceptaba las cosas como estaban.  Si quería obtener respuestas, acabaría encontrándolas antes o después.  No era una cuestión de "si lo haría", sino de "cuándo".

Y, aún sabiéndolo, no quedaba otra alternativa que mantenerse callado, mentirle. Cómo lo detestaba.  En cualquier caso, hizo su mayor esfuerzo por sonreír levemente, intentando ocultar lo que le pasaba de verdad por la mente...



- ¿De verdad soy tan transparente, Diana? Lo lamento...



La sonrisa leve que mostraba su rostro no desapareció cuando se giró a mirarla, intentando establecer contacto con sus ojos. Azules y profundos. Eran hermosos. Pero el contacto apenas duró un instante. Lo hubiese prolongado, de haber podido, pero le hubiese sido imposible hacerlo y ser capaz de desviar la atención de aquel tema, lo hubiese considerado una mentira... Y, con todo, era la mejor forma de ganar tiempo.


- ... Lo cierto es que sí hay algo que me preocupa, pero ya me conoces. Es... difícil no saber cuándo vamos a sufrir un ataque, o si alguna vez nos enfrentaremos a una amenaza que no seamos capaces de detener.  Los extremos a los que llegaríamos para evitar que el mundo desaparezca.  Tienes razón, Diana, estoy preocupado, eso es cierto... Pero...



Exactamente.  No ganaría nada mintiéndole a Diana, no podía, era simplemente incapaz. Era el gran Boy-scout azul. Pero lo que sí podía hacer era no decirle toda la verdad... Decirle algo categóricamente cierto, sin compartir con ella lo único que no podía compartir.  Antes siquiera de darle demasiado tiempo a reaccionar, Superman miró hacia arriba, se permitió elevarse un poco del suelo, flotando en el aire... Su mirada podía estar perdida en el techo de la Atalaya, pero su visión llegaba mucho más allá, al espacio, el gran y hermoso vacío negro, el telón de estrellas que los contemplaba en todo momento.  Contemplando, pensando. Muchas veces se había hecho esa pregunta... No... Más correctamente, no había un segundo de su vida que no se la hiciese.  Había visto muchas versiones de sí mismo perder su esencia, convertirse en una parodia aterradora de sí mismo. Todo por aquella razón, por su intento de evitar que el mundo desapareciese.  Él había mantenido el control, pero el saber que había versiones de sí mismo que no lo habían hecho, que en algún lugar del mundo había personas con sus mismos poderes, pero ninguna de sus limitaciones... Era preocupante.  

Hasta aquel momento, ni siquiera se le había ocurrido que la amenaza que sabía estaba por llegar podía ser una de esas versiones de sí mismo, pero era una posibilidad que no podía eludir del todo.  Suficiente, por fortuna, para crear una ilusión lo bastante convincente, que le permitiese evadirse de su auténtica preocupación lo suficiente para que Diana no tuviese que preocuparse en exceso.  Engañarse a sí mismo, hasta cierto punto.

Sólo entonces volvió a mirarla.


- ...  No hay una sola razón en este mundo por la que pudiese querer que no estuvieras.



Y, con esa frase, le mantuvo tranquilamente la mirada. Después de todo, gracias a Diana, a Bruce, a la Liga, sentía que no estaba solo.  Y aquello era un consuelo, una motivación, mayor que ninguna que se le ocurriese en aquel instante.

Me sentia preocupada. No por lo que pudiera pasar, si no por lo que ahora estaba pasando. ¿Que es lo que no me queria decir Kal? ¿Por que no lo decia? Suspire un momento, todo lo que el me decia no podia contradecirselo, porque sabia que no era asi. Pero estaba conciente de algo, y es que no me estaba diciendo la verdad. La incapacidad de mirarme a los ojos reflejaba que el no podia mentirme, o al menos, no tenia cara para hacerlo. "Ay, Kal". Espere, espere y cruce los brazos, mientras el hablaba con esa sonrisa que a veces usaba cuando algun ladronzuelo o alguien que aspiraba a ser alguien en el crimen se arrepentia. No podia negar que Clark podia a veces sosegar sus pasiones, pero, no podia calmar el hecho de que habia muchas dudas en el ambiente.

Kal miro al espacio, al techo de la Atalaya mientras comenzaba a flotar un poco. ¿Que queria hacer mostrandome eso? Me eleve a la par que el, y cuando hablo, sonrei. No podia juzgarlo, a veces el se sentia mal, cargaba con el peso de ser el hombre de acero, todos cargabamos con el peso de ser alguien en la Liga. Lo tome de los brazos mientras flotaba, y en los amplios pasillos, comence a volar lentamente a la par que el, mientras por las ventanas podiamos ver el espacio, y la Tierra.

-¿Ves eso, Kal? Es la Tierra. Es nuestro hogar, ese lugar que hemos protegido, y protegeremos una y otra vez. La gente cree en ti, como cree en nosotros, como todos creemos en nuestros amigos... Sabes que, tambien, tu debes creer en alguien, hasta en ti mismo. Hemos enfrentado a las hordas de Apokolips, a los males con los que Siniestro ha atacado a la Tierra, a Lex Luthor, a todos hemos luchado, y aunque hemos sufrido, y mucha gente ha sufrido con nosotros, ganamos. Si estas preocupado, te sentiras impotente. Ten fe en la Tierra, ten fe en la Liga.

Si de alguna manera, Kal queria ocultarme algo, no se lo permitiria. Hay personas que no pueden mentir, y el era una de ellas. No necesitaba usar el lazo de la verdad para reconocer cuando alguien con quien habia colaborado tanto, con quien habia librado tantas batallas me ocultaba algo. Puse mi mano suavemente en su mejilla y le gire el rostro hacia mis ojos, a la misma altura que los de el.

-Sabes que no te juzgaria por lo que me dijieras, pero no quiero que me ocultes nada. ¿Que te ocurre, Clark?

Las palabras de Diana eran... reconfortantes, en cierta medida. Sabía que tenía razón, que ese conocimiento debería tranquilizarlo y, sin embargo, no era capaz de hacerlo.

Se habían enfrentado ya a tantos males, habían derrotado a tantos enemigos... No podía llevar la cuenta de las veces que Darkseid había intentado conquistar la Tierra, las veces que se habían enfrentado a Siniestro y otras amenazas llegadas más allá de aquel mundo y, aunque a veces a un alto precio, siempre habían triunfado, incluso cuando todo indicaba que fracasarían y todo sería devorado por la nada. Incluso habían conseguido sobrevivir cuando sus propios muertos se habían levantado para atacarlos en la Noche más Oscura, habían vencido una amenaza tras otra más veces de las que podía contar, incluso cuando el enemigo venía desde dentro de sus propias filas. Y, aún así, esta amenazaba con ser más grande que todas ellas.

Y, sin embargo, tenía que hacer lo que Diana le estaba diciendo, todo su plan se basaba en esa simple idea. Para él, lo que iba a hacer era el mayor salto de fe que jamás hubiese tomado, suponía dejar todo atrás y confiar en que, en su ausencia, todo iria bien. Suponía infligir un golpe de muerte a sus propios aliados y confiar en que se recuperasen más fuertes que antes, suponía dejar a la Tierra sin uno de sus mayores protectores con la esperanza de que nuevos héroes surgirían para suplir a quienes se habían ido... Con la esperanza, incluso, de que alguno de los villanos que conocía decidiese unir sus fuerzas contra un enemigo común. Era una apuesta con un gran riesgo, pero también la única que podía hacer.

Entonces ella le hizo mirarla a los ojos, donde no podría huir. Sus manos eran suaves y sus palabras cálidas, pero todo lo que podía hacer Clark era mirarla a los ojos. Sabía que no podía mentirle, no en esas circunstancias, pero tampoco podía decirle lo que se le pasaba por la cabeza, al menos, no directamente, o todo su plan se iría al garete. Todo era demasiado incierto incluso si salía bien, pero eso sólo hacía incluso más importante mantenerlo todo en orden. El menor paso en falso daría al traste con todo, y no se lo podía permitir. Así que, cuando respondió, lo hizo con toda la calma que podía, con un tono triste, casi.

Tomó la mano de ella y la apartó de su mejilla, acunándola en la suya. Esperó unos instantes a que las palabras se formasen en su mente. Sólo entonces habló.



- ... No estaremos aquí siempre, Diana. Sí, hemos ganado, una vez tras otra, incluso cuando parecía imposible... ¿Pero qué pasará cuando no podamos? ¿Cuando nos enfrentemos a una amenaza lo bastante fuerte para ser capaz de superarnos a todos nosotros? Ese pensamiento... Me aterra. Si la Liga fracasa, ¿quién defenderá la Tierra?



No estaba menospreciando el poder de los otros superequipos, claro. Los Titanes habían demostrado ser lo bastante capaces en más ocasiones de las que podía contar, como los Green Lantern... Pero los primeros eran un equipo demasiado joven y los segundos tenían responsabilidades mucho mayores que la Tierra de las que ocuparse. Para Clark, pese a todas las veces que habían demostrado su valía, seguían siendo algo similar a sus hijos. Sabía que Bruce pensaría lo mismo, como Diana. Y, si la Liga caía, ellos serían posiblemente los siguientes. Eso era lo que más le preocupaba. Saber que no estaría para pararlo.

Y, sin embargo, se detuvo antes de dejar escapar una sola palabra más. Lo que estaba haciendo cada vez le parecía más cuestionable. No quería que "sus chicos" luchasen una batalla que probablemente estaría perdida, pero sin embargo su plan se basaba precisamente en crear una situación donde muchos otros chicos tendrían que alzarse y luchar por sus vidas. Su plan crearía más soldados, sí, pero en el proceso destrozaría las vidas de todos aquellos que no fueran capaces de enfrentarse a lo que estaba por llegar. Incluso en el mejor de los casos, la vida tal como la conocían ya no sería la misma. Iba a forzar a gente que quizá jamás habría luchado de contar con ellos a hacerlo con sus vidas en riesgo, sólo porque creía que eso les daría una oportunidad mayor de sobrevivir.

Cuanto más lo pensaba, menos le gustaba... Y, con todo, no había otra opción. Si esa amenaza era tan grande como esperaba, no podrían combatirla solos. Necesitaban que todo aquel que pudiese luchar lo hiciese. Pero eso no lo hacía más agradable. Él era Superman. Se suponía que estaba ahí para evitar que ese tipo de cosas tuviesen que pasar. Pero en aquella situación no era más Super que cualquiera de ellos.

Sigh...



- Lo siento. Ya sabes cómo soy en ocasiones, ignora lo que acabo de decir. Es sólo que... Es increíble, ¿sabes? Lo grande que es el universo. Los misterios que oculta. No creo que nunca lleguemos a ver todo lo que tiene que ofrecernos. Ni siquiera nosotros. Da un poco de miedo... Eso es todo.



Y, dicho eso, se quedó en silencio contemplando el cielo nocturno. De momento era todo lo que necesitaba.

Se quedaba callado. Su preocupacion me dolia, ¿Y si un amigo de el hubiese muerto, o algun familiar? Kal-El pudiese ser tan Kryptoniano como nadie, pero nada impedia que el fuese un hombre, con los sentimientos de uno. Nada impedia que, pese a ser de otro planeta, tuviera los sentimientos de una persona creada por los dioses. Su preocupacion ante nuestra ausencia podia sentirla, podia casi sufrir con ella, aunque mi inmortalidad me permitiera estar aqui hasta que una batalla acabara conmigo. Pero Batman, Flash, los Linterna Verde que actualmente conocimos, hasta Cyborg, muchos de ellos si faltarian, y el mundo no seria lo mismo sin nosotros.

Aprete mas la mano de Clark mientras el hablaba de nuestra ausencia, y pensaba en todo el crimen que habia en Gotham, la cantidad de fe que el mundo tenia en el hombre de acero, en ella, en cada uno de nosotros. En como eramos simplemente un dato mas para los capitanes de los guardianes del Universo, como solo un sector. J'oon J'ooz solo era el ultimo de los suyos, y las amenazas nunca se acababan. Mientras lo agarraba de la mano, lo jalaba junto conmigo hacia mi derecha, mientras ambos veiamos el cielo estrellado.

- Lo siento. Ya sabes cómo soy en ocasiones, ignora lo que acabo de decir. Es sólo que... Es increíble, ¿sabes? Lo grande que es el universo. Los misterios que oculta. No creo que nunca lleguemos a ver todo lo que tiene que ofrecernos. Ni siquiera nosotros. Da un poco de miedo... Eso es todo.

Me reconfortaba un poco lo que decia, sentia que solo era algo pasajero. Que podia esperar, Clark no era como Batman, no se podia esconder tan facilmente de mi. Aprete mi mano junto con la de el y me pegue lo mas posible, mirando las estrellas, pero concentrando mis pensamientos en mi hogar, Themyscira.

-Aunque ya no estemos, todos dejaremos una huella, ¿No crees? Los hombres construyen estatuas, y hacen libros con la historia de sus pueblos. Ahi figuraremos tu y yo, y la Liga, y todos los que alguna vez han luchado por salvar a este mundo de la oscuridad. Si necesitas pensar, ¿Por que no vas a la Fortaleza de la Soledad? No quiero verte luchar con dudas, Clark.

Lo hice aterrizar, llevandolo con la mano, frente a la sala donde guardabamos los trajes especiales de la Liga. Si el se sentia mal, yo estaria junto con el hasta que se recuperara.

"Bien hecho, Kent... Has esquivado la bala... Pero ha ido de un pelo".


Esos pensamientos se repitieron en su mente, como la sintonía de fondo al suspiro de alivio que nunca llegó a emitir. Sin embargo pronto tuvo otras cosas que atender: Pudo notar el calor de Diana cerca de su cuerpo, el modo en que estrechó su mano con una calidez y dulzura muy propias de ella, después de todo, era el "corazón" de la Liga de la Justicia y ese papel lo cumplía a la perfección. Kal-El no pudo evitar sentir una cierta lástima por hacerla preocuparse de esa forma por él, especialmente cuando sabía que sólo era el preludio, que pronto la sumiría en una preocupación mucho mayor de la que ahora sentía con el fin de perseguir un bien mayor. Pero, por un momento, fue capaz de abandonar esa preocupación, se dejó guiar en su lugar por ella hasta que estuvieron cerca del lugar donde guardaban los trajes que durante tantísimos años habían sido sus símbolos... La señal de la esperanza Kryptoniana que llevaba en su pecho, el emblema de la casa de El, el emblema de las amazonas, el murciélago sobre el fondo amarillo, la enseña del cuerpo de Linterna Verde, el rayo sobre fondo blanco de Flash...

El símbolo que identificaba a los protectores de la Tierra y aquellos que se reunían tras de ellos. Quizá fuera eso lo que eran, realmente: Símbolos. Destinados a inspirar la esperanza en aquellos que, sin tener los mismos poderes que ellos, poseían sin embargo la clave para conseguir grandes cosas, sobreponiéndose una vez tras otra a sus propias debilidades, levantándose más fuertes cada vez que caían y se desviaban de su camino. Eran los símbolos que, en cierto modo, guiarían a aquellos que se desviaban del camino recto... Incluso a ellos mismos, cuando todo había parecido caer, les habían dado motivos para volver a alzarse y seguir luchando. Esperaba, con todo su corazón, que no fallasen cuando la crisis que ya estaba próxima llegase. Pero no podía saberlo. Sólo confiar en que, cuando llegase el momento, su estrategia funcionaría. Era una gran apuesta, pero todo lo que tenía.

Entonces escuchó a Diana. Le dijo que no quería que tuviese dudas. Y, efectivamente, no debía tenerlas pues, de lo contrario, acabaría destrozando todo aquello incluso antes de que pudiese ponerse en marcha. Las consecuencias de ello, sabía, podían ser catastróficas. No podía correr ese riesgo. Aunque eso era algo que debía reservar para sí mismo. Por suerte, Diana le dio la oportunidad de hacerlo con la otra parte de su comentario. Al escucharlo, Kal sonrió tranquilamente y se giró para mirarla con aquella expresión levemente picaresca. Permitió que su superoído escuchase más allá, centrándose en la amazona, los latidos de su corazón, las leves pausas en su respiración... Era, en cierto modo, una forma de disfrutar mucho más lo que estaba a punto de hacer.



- Vaya, Diana, si no te conociera pensaría que quieres echarme... ¿Qué ocurre? ¿Acaso estabas esperando a alguien para un encuentro a puerta cerrada? ¿A Bruce, quizá? Tendría sentido, ahora que lo mencionas. Últimamente se os ha notado más cercanos de lo habitual... Aunque no imaginaba que sería por eso, para ser honesto.



Por supuesto, eran acusaciones sin base, totalmente deliberadas... Aunque levemente fundadas, por otros motivos. Clark sabía perfectamente que Diana y Bruce habían estado en contacto cercano de un tiempo a aquella parte, pero los conocía lo bastante como para saber que las razones de ello eran puramente profesionales. Sin embargo, estaba dispuesto a ignorar ese pequeño detalle para poder disfrutar de la reacción de Diana cuando intentase desmentir la "acusación subyacente" que había hecho. Eso, incluso aunque estuviese mal que él lo dijese, era divertido. Era ver a Diana, que siempre se encontraba en control de sus emociones, cayendo en una trampa de la que tenía mucho interés en ver cómo salía. Sí, era cierto que era el gran Boy Scout azul, pero incluso él tenía una vena maliciosa de vez en cuando. Normalmente era él la víctima. Sería interesante invertir la tendencia, para variar.

Así pues, se quedó esperando la respuesta de Diana, mirándola a los ojos, con todos sus sentidos pendientes de cualquier posible cambio en su fisiología. Aumento en los latidos del corazón, aceleración de la respiración... Estaba buscando, en otras palabras, señales de que aquello la hubiese puesto nerviosa. Las razones ya llegarían. De momento se conformaba con eso.

Los trajes que le inspiraban, todo ese guardaropa, con todo lo necesario para salvar a la Tierra y el universo siempre que nos lo pidiesen. Era un buen lugar, y estar con Clark le alegraba. Caminaba cada vez mas como si fuera una turista, pero nadie podia negarlo, la Liga de la Justicia tenia un grandisimo equipo tecnico. Me acerque al gran tubo donde se mantenia suspendido mi guardaropa mientras tecleaba los codigos para sacar mi traje espacial. Mire como se sustituia mi traje de combate normal por el estilizado traje de astronauta decorado con la doble "W" dorada y roja. Casi tenia ganas de salir y flotar en el espacio, cuando me percate que Clark comenzo a mirarme.

Voltee rapido a verlo, mirando sus ojos y su gesto, una sonrisa de burla, como si me fuera a hacer una broma. ¿Que planeabas, Kal?

No era muy comun ver a Clark tan relajado, pero, en esto influia demasiado el hecho de que estabamos solos, y nadie mas se encontraba en la Atalaya. Me cruce de brazos cuando comenzo a hablar.

- Vaya, Diana, si no te conociera pensaría que quieres echarme... ¿Qué ocurre? ¿Acaso estabas esperando a alguien para un encuentro a puerta cerrada? ¿A Bruce, quizá? Tendría sentido, ahora que lo mencionas. Últimamente se os ha notado más cercanos de lo habitual... Aunque no imaginaba que sería por eso, para ser honesto.

"¡¿Pero que?!" Pense, abriendo los ojos claramente sorprendida. Me agite un poco, definitivamente no me esperaba que Superman me preguntara eso. Levante mi mano y me la lleve al pelo, acomodando mi peinado hacia atras y alzando la espalda para no perder la pose de concentracion que tenia. Definitivamente, fue un golpe sorpresa el de Clark, no podia evitar negar que habia estado colaborando con el ultimamente de manera muy cercana, pero, ¿eso le molestaba o le incomodaba?

-N-no, claro que no, Clark. ¿Por que piensas eso? Solamente te propuse que tomaras un tiempo... No queria echarte ni mucho menos. -Sonrei un poco, tratando de que no viera que me habia puesto nerviosa. Aclare la garganta un momento y entrecruce mis manos frente a mi- ¿Por que? ¿Acaso tienes... celos? -Abri un poco los ojos, quizas yo tambien pudiera darle una cucharada de su propia medicina.

La reacción de Diana no se hizo esperar y, debía admitir, le gustó, quizá por lo raro que era verla de esa forma.

Clark podía no ser precisamente la persona más bromista del mundo y, de hecho, muchos consideraban que era un "estirado", pero lo cierto es que también sabía sacar el sentido del humor de vez en cuando. Aquella ocasión parecía ser especialmente propicia para ello, teniendo en cuenta lo que estaba por llegar... Cualquier cosa que ayudase al Hombre de Acero a pensar en otra cosa sería bienvenida y la reacción de Diana, tan adorable como divertida, era algo que le permitiría esquivar esos pensamientos, cuando menos, por un momento. Ver cómo intentaba explicarse era una cosa tan extraña como entretenida, y el protector de la Tierra no pudo evitar quedarse mirándola de brazos cruzados, prestando atención a lo que sus sentidos decían del estado de la mujer lo que sólo conseguía aumentar todavía más la sensación de diversión. Clark casi se sintió mal por estarse riendo a sus expensas, pero se vio incapaz de decir nada antes de que ella se hubiese explicado.

Y entonces vino la pregunta. ¿Celoso? Se mantuvo unos segundos totalmente quieto, con una ceja alzada. Lo cierto es que nunca se había parado a pensarlo. ¿Tenía motivos para ello, realmente? Diana era una mujer fuerte, que siempre había estado ahí para él, para cualquiera de ellos, de hecho... Estuvo unos instantes pensando qué responderle pero, tras un leve instante de pensárselo, llegó a la conclusión de que no entendía el motivo de la pregunta. ¿Había dado esa impresión, quizá? ¿O es que Diana había interpretado eso por algo que había hecho? Resultaba difícil de decir.


- ¿Celoso? Diana, eres la princesa de Themyscira. Una de las mayores heroínas de la Tierra. El mundo entero podría estar sumiéndose en un agujero negro, las hordas de Apokolyps podrían estar ante nuestras mismas puertas, y aún así tú jamás te negarías a acudir en ayuda de un amigo. Te importan demasiado los demás y jamás harías nada que pudiera herirlos, independientemente de lo que ello supusiese para ti. No, no podría estar celoso. Jamás tendría motivos para ello.



Dicho eso sonrió levemente, esperando que Diana entendiese a lo que se había referido. Era una respuesta sincera, con toda honestidad. Francamente, Kal no podría entender cómo alguien podría estar celoso. Él sabía que Diana había estado pasando tiempo con Bruce, evidentemente, pero habría hecho eso mismo por cualquiera que se lo pidiese, o la necesitase. Era su forma de ser, simplemente. Incluso si fuese lo bastante egoísta como para pretender que Diana le prestase una atención especial, y no era el caso, Clark jamás podría sentirse celoso porque ella pasase tiempo con quien consideraba uno de sus mejores amigos cuando era evidente que se encontraban ante una crisis que iba a necesitar de todos sus esfuerzos para poder superarse. Incluso si no fuera así, Clark no entendía por qué debería sentirse celoso de con quién pasase Diana su tiempo.

Bueno, tampoco convenía darle vueltas. Podía ser el Hombre de Acero, pero hasta él tenía sus límites. El intentar meterse en la cabeza de un mujer ya era difícil de por sí, y Diana no era una mujer cualquiera, así que intentarlo sería una empresa incluso más titánica, probablemente, que la que tenía entre manos. Si es que eso era posible.

Incluso así, había despertado su curiosidad y esa no se saciaba tan fácilmente. Demasiado tiempo metido en su faceta de periodista, suponía, pero necesitaba saber la verdad de todo. Incluso de eso.


- Diana... ¿Sabes que puedes contarme lo que sea, verdad? ¿Va todo bien?


Le puso una mano en el hombro, mirándola a los ojos con una mezcla de preocupación y curiosidad. Definitivamente, era probable que hubiese algo ahí que no veía. El qué, no se atrevía a aventurarlo...

"Fiuu". Casi me limpiaria el sudor de la frente, pero no estaba sudando. Sonrei, definitivamente la pregunta habia desconcentrado a Superman, haciendo que se callara. Aunque... Lo mio fue una broma, no esperaba que Kal se pusiera tan serio. Sonrei con calma, si me pase, le pediria disculpas sin ningun problema.

- ¿Celoso? Diana, eres la princesa de Themyscira. Una de las mayores heroínas de la Tierra. El mundo entero podría estar sumiéndose en un agujero negro, las hordas de Apokolyps podrían estar ante nuestras mismas puertas, y aún así tú jamás te negarías a acudir en ayuda de un amigo. Te importan demasiado los demás y jamás harías nada que pudiera herirlos, independientemente de lo que ello supusiese para ti. No, no podría estar celoso. Jamás tendría motivos para ello.

Kal me conocia demasiado bien. Sabia que, por mas que intentara bromear con el, su honestidad me termina por convencer y dejaria de reirme. El era mi mejor amigo, y aunque me pusiera nerviosa sus preguntas, me gustaba saber que el ya habia reconocido. Por algo, siempre le tendre aprecio, porque nunca me podria mentir. No sabia que responderle, ni queria. Si me equivocaba, quizas romperia esa alegria con la que habia logrado atar a Kal, atar a mi amigo fuera de sus preocupaciones.

- Diana... ¿Sabes que puedes contarme lo que sea, verdad? ¿Va todo bien? -Senti su mano fuerte en mi hombro, mientras lo miraba a los ojos. Sonrei de manera muy discreta, mientras negaba con la cabeza.

-No te preocupes, Kal. Solo vine a la Atalaya para pensar, queria aclararme. Yo tambien tengo mis dudas, pero no es nada. En serio. -Con mi mano izquierda le tome el brazo que ponia sobre mi hombro y baje su brazo lentamente. Despues, me acerque y le di un amistoso abrazo y una palmada en la espalda - Gracias por preocuparte, Kal.

Y en aquel momento, Superman sí que no supo qué hacer.

La verdad es que no habría esperado esa reacción de Diana, y seguía preocupado por ella. El abrazo le pilló completamente de improviso, de tal forma que lo único que pudo hacer él, después de tomarse un instante para reponerse de la sorpresa, fue devolvérselo... No le había aclarado nada, y su ceja se alzó levemente, sorprendido por las acciones de la mujer. Diana estaba actuando de una forma extraña, al menos, desde su punto de vista, pero le preocupaba que intentar indagar más acerca de la razón pudiese acabar siendo peor a la larga, de modo que se vio obligado a aparcar la curiosidad y limitarse a devolver el gesto como buenamente pudo, aunque debía admitir que él no era tan dado a las muestras de afecto como ella, al menos, no de esa forma. Para ser francos, sin embargo, tampoco sabía que ella lo fuera, pero estaban sucediendo demasiadas cosas raras últimamente, y no iba a quejarse de una de las pocas que resultaban ser agradables.

El abrazo duró... No lo sabía exactamente. Pero supo que fue relativamente largo. Sin embargo, todo se acababa, y Kal acabó separándose suavemente de ella, sin dejar de mirarla, aunque no pudo evitar mantener sus manos sobre el cuerpo de la amazona durante un instante más de lo debido. Si algo destacaba en Diana era precisamente su calidez, eso lo había sabido siempre, pero no había muchas ocasiones de sentirla de esa forma tan cercana. Era agradable, eso debía admitirlo. Pero, incluso así, tuvo que ponerle fin. Cuando finalmente se separó, sin embargo, los ojos se mantuvieron fijos en ella, intentando buscar las palabras.



- ... No es nada, ya me conoces. Tiendo a preocuparme por los detalles más pequeños... No preocuparme por las personas que me importan sería tremendamente hipócrita por mi parte, ¿no te parece?



Bromeó, con una sonrisa en el rostro. Se hizo el silencio, por un momento fue agradable, pero no tardó en volverse algo incómodo, quizá tenso. No sabía muy bien qué decir. Al final, acabó recurriendo a mirar, nuevamente, más allá de la estructura, hacia las estrellas... Y eso le recordó, nuevamente, que posiblemente fuese la última vez que viese a Diana en muchísimo tiempo. Al menos, si todo iba como debía, era posiblemente la última conversación que tendrían en mucho tiempo. Era curioso... "Si todo salía bien". Qué cosas...



- Bueno... Espero haber podido ayudarte, Diana. Quizá debiera irme. Ha sido un día largo, y nos esperan muchos más como hoy. Nos conviene descansar...



Por supuesto, aunque había dirigido aquellas frases a Diana, también estaban orientadas hacia sí mismo. Cada vez que pensaba en lo que estaba a punto de hacer, la tarea se le hacía mucho más titánica, pero incluso así tendría que llevarla a cabo... Nadie dijo que fuese a ser sencillo. Pero mientras consiguiese mantenerlo sólo en su mente, mientras su determinación no flaquease, todo iría bien. Era el único consuelo al que podía agarrarse. Mejor que le durase.

Y, con todo, después de decir eso se quedó en silencio. Pensó en ofrecerse a acompañar a Diana a Themyscira, pero realmente no sabía qué planes tendría ella. Posiblemente quisiese quedarse por ahí durante algún tiempo más, o tuviese cosas que hacer en la Atalaya o... Un sinfín de posibilidades. Suspiró.



- Piensas... ¿Volverás a Themyscira? No tengo nada que hacer ahora mismo. Podría acompañarte, si quisieras. Me vendría bien el paseo...



De hecho, casi estaba deseando que aceptara. Volar un poco le ayudaría a aclarar las ideas, aunque no estaba seguro de que fuese a funcionar. No le había servido de mucho recorrerse medio planeta para tratar de poner la mente en su sitio antes, por lo menos, aunque quizá la presencia de Diana, o alguien con quien hablar, pudiese suponer una diferencia. No lo tenía demasiado claro y tampoco es que ella NECESITASE que nadie le acompañara a ninguna parte, pero tampoco perdía nada por probar. Difícilmente haría daño, igualmente. Aunque, por supuesto, era decisión suya.

Abrazar a Clark fue algo que me reconforto como nunca. Senti que todas mis preocupaciones y las que el pudiera tener se fueron durante un momento que duro lo suficiente como para ser algo bello. No podia negar que Superman era una persona a la cual le tuviese mucha estima, una de las personas a las que mas quiero en este y otros universos. Lo abrace hasta que el se separo de mi y me miro a los ojos, con una sonrisa

- ... No es nada, ya me conoces. Tiendo a preocuparme por los detalles más pequeños... No preocuparme por las personas que me importan sería tremendamente hipócrita por mi parte, ¿no te parece?

Mire su sonrisa, y luego lo segui viendo a los ojos en silencio, hasta que el de nuevo, volvio a ver algo en nuestro techo, algo que quizas fuera un detalle del universo, algo pequeño que yo misma tendria que ver para poder entender mas lo que ahora mismo mira Kal. Mas que preguntar "¿Que es lo que ves?" me gustaria hablar y saber "¿Porque lo miras?". El silencio duro demasiado, quizas, aunque yo no queria interrumpirle. En un momento, de nuevo, me miro y dijo

- Bueno... Espero haber podido ayudarte, Diana. Quizá debiera irme. Ha sido un día largo, y nos esperan muchos más como hoy. Nos conviene descansar...

-Si, Kal. Yo tambien deberia descansar, ver tanto la computadora termina cansando los ojos... -Era claro que yo estaba mintiendo, pero eso no era el asunto principal. Quizas, esta reunion furtiva fue algo que no debio pasar. Di un pequeño suspiro, y me limite a sonreir hasta que el me volvio a decir.

Me acomode la diadema de nuevo, y tras estirar las piernas un poco, casi estaba dispuesta a despedirme de el cuando me dijo.

- Piensas... ¿Volverás a Themyscira? No tengo nada que hacer ahora mismo. Podría acompañarte, si quisieras. Me vendría bien el paseo...

-Esto... -No tenia pensado volver pronto a Themyscira, pero, por alguna razon,queria estar mas tiempo con Kal- ¡Si! Claro, podemos ir. Solo... dejame ordenar lo que use en la computadora central. No tardare. -Me encamine corriendo a una velocidad increible a la computadora central a ordenar todos los mapas y papeles que habia usado, a limpiar mi vaso con agua y a cerrar todo lo que estaba usando. Todo ese tiempo, me serviria perfectamente para pensar sobre lo que estaba pasando.

[FDI: Creo que podemos cerrar ya el tema si te parece, Diana ^^]