Un día horrible y desastroso [F.Shizunai]

No todas las noches son lindas y tranquilas, porque en unas noches trabajo y en otras no, en las que no trabajo son precisamente las lindas y tranquilas, no lo menciono porque sea un holgazán, no, lo digo porque es cuando no hay problemas en la ciudad, solo así las noches dejan de ser horribles y desastrosas. Por mi mente pasan muchas cosas, todos los días pienso en cosas distintas, cosas superficiales o cosas profundas, mi estado económico, el bienestar de mi pequeña Sayumi, el bienestar de mi ciudad, en la gente mala de ella, en la gente que se parte la espalda por hacer lo correcto, en la gente muere sin razón, en casos sin resolver, como el de mis padres, cada vez que miro mis armas pienso mi padre, ya que prácticamente gracias a él las tengo, y el recuerdo de mi madre me persigue cada día con el simple hecho de vivir en esta casa e intentar ser un buen padre, ya que de ella aprendí todo lo de paternidad, sin embargo aunque una parte de mi dice que fueron personas muy buenas otra lucha contra esa debido a una interrogante "¿si eran buenas personas porqué mi padre arrestado y seguido a eso asesinado igual que mi madre?", sin respuestas no puedo parar esa lucha interna que me cada vez me lastima más y más.
A veces no tengo ánimos de nada, me hacen falta las fuerzas para ponerme de pie, pero aunque me sienta de esta forma no puedo pasar por algo los días horribles y desastrosos, no puedo ignorar mi deber como vigilante. Hoy es uno de esos días, corro por las aceras, callejones, azoteas, la noche es algo salvaje, hay muchas corrientes de viento y hace demasiado frio, lo único bueno de esta noche es que la luna brinda mucha luz. Después de recorrer un sector completo sin ningún crimen pasé al siguiente y no había nada, quizás se pregunten "¿esto es una noche horrible y desastrosa?" bueno, al dirigirme a otra área pasé por las afueras de un aeropuerto, había vuelos llegando y otros yéndose, pero un ruido proveniente de un edificio frente al aeropuerto llamó mi atención, se escuchaba como murmullos, de mucha gente, fui a revisar y encontré problemas y no cualquier clase de problemas, había 8 chicos, 2 tenían latas de gasolina en las manos y estaban llenando de gasolina el contorno del edificio, otros 4 tenían bates y navajas, por último había 2 pero más grande, fuertes y sus caras no demostraban felicidad, entonces uno tomó un mazo, enorme, y rompió el candado de la gran puerta, parecía una bodega y sus puertas habían sido abiertas por malas manos, no podía dejar de que hicieran lo fuesen hacer, así que brinque cayendo cerca de ellos, obviamente el ruido que provoque al caer los hizo voltear a todos, alzando mis puños a la altura de mis hombros dije.


Ustedes me ayudarán a desquitarme hoy, no lograrán llevar a cabo este crimen

Cuidado chicos, es el tipo del que nos hablaron *Dijo uno de los que tenían latas de gasolinas en sus manos*

¡Ja! ¿Qué va hacernos este niño? *dice uno de los tipos enormes crujiendo sus dedos*

Sin decir nada me acerqué a uno de los tipos desarmados y le di una serie de golpes dejándolo en el suelo adolorido, entonces sus amigos quisieron jugar también.