Reuniendo a los amigos (Young Titans, Starfire)

Había pasado tan solo un día desde el colapso entre dimensiones y no podía dormir. Pasaron muchas cosas, demasiadas cosas y no quería contar, pero mi cabeza lo hacía sin dejarme razonar con total tranquilidad. Todo era un desastre, el mundo entero era un desastre y yo estaba intentando dormir.

Me levanté y miré la hora, mis ojos seguían abiertos como platos y medité un par de segundos lo que pensaba hacer. Tenía las cosas claras así que no tardé mucho en levantarme de mi habitación y salir en silencio. El resto de miembros de los Titans estaban durmiendo, la verdad es que era un logro para ellos, pero para mí... las imágenes no dejaban de taladrarme la cabeza...

Blüdhaven ardía. 

Las ciudades se fusionaban como una sola... edificios surgiendo de la tierra, cayendo del cielo, hundiéndose en el mar...

La nieve, las ondas Z, Wally West, Barbara y el Asilo.

Omega, La Liga de la Justicia, Artemis Crock, el resto de Young Titans y Charles Xavier...

No podía descansar, no hasta que no se arreglara todo.

Me detuve en la cocina para hacerme un café y tan pronto como lo tuve entre mis manos me lo fui bebiendo a sorbos mientras seguía analizando los datos que se habían actualizado en el ordenador central del Monte Justicia. No dejaba de darle vueltas a las cosas, la conversación que había tenido con Batman y el resto de la Liga había ayudado a calmar un poco las cosas, pero aún quedaba mucho por hacer.

Un leve pitido empezó a sonar de repente en uno de los mapas que indicaba el ordenador. Al parecer, la luz roja parpadeaba cerca de Sudamérica. ¿Sería Blue Bettle? ¿Daba señales de vida por fin?

Por culpa de la colisión de universos, la mitad de los miembros de los Young Titans habían desaparecido. No se sabía nada de Cassandra, ni de Donna Troy, ni de Roy Harper, ni de Starfire, ni de Aqualad, ni de Tim Drake... todos desaparecidos. Todos desaparecidos por mi culpa.

Tecleé un par de cosas en el ordenador y aumenté las coordenadas, al parecer se trataba del comunicador de Starfire, pero no conseguía que le llegara ningún mensaje de voz ni podía recibir los suyos, en el caso de que lo llevara puesto. No quedaba más remedio que ir dónde me indicaba el ordenador.

Me preparé el traje y avisé a la esfera  para que saliera conmigo al exterior. Antes de subir en la nave, dejé un mensaje en el ordenador para que lo viera alguien si se levantaba antes de que volviera a la base. 

-Kori, no te muevas de donde estés... -susurré, y la esfera aceleró en dirección a Sudamérica.


FDI: Cuando Starfire llegue al Monte Justicia los miembros de los Young Titans podrán empezar a postear en este tema.

No podía creer el panorama que se vislumbraba ante sus ojos.

¿Cuánto tiempo se supone que se había ido? Vaya pues, no es como si se hubiera ausentado durante siglos. Conocía a la perfección las diferencias horarias de la Tierra al respecto de los demás, en especial de Tamaran, el propio. No eran muy grandes, a lo mucho un par de horas y sabía, de igual modo, que tales cambios de horario aplicaban también de un continente de la Tierra a otro. Recordó que la primera vez que viajó desde América a Europa y encontró a toda la población plácidamente dormida, se sorprendió. ¡En la Torre recién estaban desayunando! Dick tuvo que explicarle esa y muchas cosas más.

"Dick" se encontró pensando, a la par que un gesto de preocupación aparecía en su semblante. El comunicador no mantenía la señal adecuada como para saber cómo estaba él y los demás, más aun, en donde. Estaba confundida y bastante.

Recién había llegado a la Tierra, luego de haber tenido un extraño presentimiento. Sentía que algo estaba... No mal, pero no como debiera. Y al acercarse a la atmósfera, no pudo más que comprobarlo: Apenas iba a entrar cuando notó que la estaban persiguiendo. ¿Quiénes? Excelente pregunta, lamentablemente no poseía la respuesta (de momento). Voló a toda la velocidad que le fue posible para lograr escapar. Nunca había visto a aquellos seres antes, y por primera vez en mucho tiempo, logró experimentar una sensación en particular: Miedo. Aunque quisiera negarlo, tenía miedo, peor todavía, miedo a lo desconocido. El planeta que consideraba su casa y verdadero hogar, había cambiado y ella no estuvo ahí para impedirlo... O sencillamente adaptarse.

Después de un vuelo errático, llegó a una parte del mundo que no había visitado con anterioridad y que no lograba ubicar. Una ciudad destruida como estuvo su planeta una vez que los invadieron... ¿Quiénes los habían invadido? ¡Eran tantos que no lograba recordarlos con claridad!
Tomó el comunicador entre sus manos y lo observó con cariño. No podía evitar el hacerlo, ya que era un recuerdo de épocas mejores donde sus amigos y ella salvaban la Tierra cada que podían hacerlo. Mandó una señal que esperaba pudiese ser escuchada, en cualquier lugar donde estuviesen los otros... Si es, claro, que aun vivían. Movió la cabeza de lado a lado, desechando el pensamiento. Ellos habían sobrevivido, debían dé.

Aterrizó en una calle que en otros tiempos bien pudo ser una gran avenida, pero ahora no se veía más que polvo y destrucción. Caminó mirando a todos lados en espera de una señal de vida, por mínima que fuera, pero lo único que le respondía era el silencio. Se llevó las manos a los brazos en un esfuerzo de darse algo de ánimo para continuar la exploración. ¿Y si mandaba otra señal? ¿Los otros serían capaces de recibirla?

-X'hal... Por favor, que todos estén bien -atinó a decir en un murmullo apenas audible para sí misma. Acabó llevando la diestra a su frente, apretando un poco en espera de tranquilizarse aunque fuese un poco.

Tranquilizarse y esperar. No había nada más que pudiese hacer.

FDI: Perdona el retraso >o< andaba algo liada!


La luz roja volvió a parpadear en el ordenador holográfico que llevaba en el guante. Estaba cerca, y al parecer el comunicador había reaccionado. Eso solo podía significar dos cosas, o que el comunicador estaba estropeado o que la persona que lo llevaba puesto lo había activado.

Rezaba para que fuera lo segundo y al menos encontrar a una cara conocida tras el rastro. No soportaba pensar en que mis compañeros hubieran sufrido algún ataque o tortura. Ya había tenido suficiente con lo que le había pasado a Donna Troy años atrás, y no quería volver a vivir una experiencia tan desagradable.

Era difícil no pensar en ello, después de lo ocurrido el día anterior, el mundo entero era un caos y muchos de los nuestros habían desaparecido.

Descendí de La Esfera tras llegar a unas ruinas antiguas en medio de la selva. Parecía una ciudad antigua abandonada no hacía mucho, quizás aquel lugar hubiera surgido de la tierra como lo habían hecho los edificios de Nueva York.  

Intenté rastrear la señal en el ordenador holográfico cuando escuché algo a mis espaldas. Uno de los arbustos se movió con sutileza y yo me llevé inmediatamente las manos al cinturón y desenvainé los sticks, preparados para atacar en cualquier momento.

Entonces de la maleza surgió Starfire. Mis manos se relajaron y volví a dejar las armas en su sitio, me sentí aliviado al ver que se encontraba bien, aunque por su rostro parecía preocupada.


-Kori... - pronuncié al acercarme tranquilamente hacia la Tamariana para abrazarla - ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? Perdimos tu señal hace meses...