Nuevo Comienzo (Libre)

Había pasado demasiado tiempo desde que se dio cuenta de que Pietro y Wanda eran usados por su padre, manipulado por las habilidades que poseían los dos hermanos. Cualquiera hubiera hecho lo mismo, pero de su padre no pudo imaginarlo, los planes de Magneto no estaban de acuerdo con el código moral que mantenía Pietro y es por esa razón que se enfrentó a él salvando a su hermana de la manipulación en la que estaban metidos. La dinastía de M había quedado en el pasado y Peter regresó nuevamente a donde pertenecía, al mundo real, con los defensores, defendiendo lo que él creía que era correcto aunque por el momento estaba solo, sin ninguna organización ni dinastía, sin hermanos mutantes con quien compartir historias de batallas o sufrimientos que después pasarían a ser simples anécdotas de las cuales se estarían riendo todos al contarlas.

Se encontraba en la ciudad de Nueva York, recorriendo la ciudad como siempre. Salir a correr era su especialidad, para mantener la condición era lo que siempre decía con ese tono de sarcasmo, siempre mantenía una sonrisa ingenua para todos lados. Quizás era un poco imperativo por tener una velocidad sobrehumana y ver todo casi muy lento, por lo que desesperarse fácilmente podía ser una desventaja en él. Salió a dar su recorrido en segundos llegando a las calles más transitadas de Nueva York, esa vez prefirió caminar como una persona común y corriente simulando ser un simple humano, observaba los movimientos de todos al caminar, si desaparecía en ese momento nadie se daría cuenta por lo que trotar en su mundo relentisado por las paredes de un gran edificio no fue problema. Casi en 2 segundos llegó al techo, demasiado pisos recorrió el joven mutante que solamente se paró para observar el horizonte desde esa altura, miró por la orilla hacia abajo sintiendo vértigo. "No debi haber subido hasta aquí." Pensaba con escalofríos al ver que era demasiada altura, sin duda una caída desde ahí podía ser fatal para cualquiera, y no sabía si con sus habilidades podría sobrevivir a algo así, lo que lo dejó pensando por un momento poniendo una cara de interés recargando sus manos sobre la orilla.

Estaba muy claro que no lo intentaría, pero hubiera sido un buen experimento y saber la verdad, pero no esperaba saberlo en ese momento. Y mientras pensaba sobre tantas cosas ahí arriba del edificio, varias sirenas podían escucharse por las calles, y un helicóptero también intervenía en la escena. Peter sonreía pues sabía que podía ayudar fácilmente a las labores que los simples humanos les resultaría difícil de hacer, pero no se puso en marcha pues con toda confianza le estaba dando oportunidad al delincuente o delincuentes que provocaban el sonido de las sirenas de que tomaran ventaja, antes de que Pietro interviniera.

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No llevaba mucho tiempo en la tierra, pero había conseguido adaptarse con facilidad. Habia decidido empezar de nuevo y con buen pie en este nuevo mundo, y al principio se limitó a observar las costumbres de los humanos y conseguirse un lugar para vivir. Consiguió trabajo en una tienda de música vieja, donde el propietario, que empezaba a acercarse a los setenta años, ya no tenía casi oído. Se había enamorado de la música de la tierra, en el tiempo que llevaba ahi ya se habia escuchado prácticamente de todo. Pero sabía que aun tenía muchas cosas que aprender de los humanos, así que salía a menudo a pasear para poder observar mejor su comportamiento.

Esa noche, la música atronaba en sus oídos, aislándola del ruido de las calles concurridas de Nueva York. Había conseguido encontrar un viejo walkman en la tienda donde trabajaba, y se había puesto a escuchar los rollings en seguida. Así que, a ritmo de Sympathy for the devil, cruzaba las calles en busca de algo desconocido que investigar. Se detuvo unos momentos delante de una tienda de electrónica, donde habían varias televisiones. Había oído que ahí era donde podria aprender más sobre las costumbres humanas, pero aun no habia podido ahorrar el dinero suficiente para comprarla, asi que se limitaba a detenerse ahi de vez en cuando para mirar. Iba comiendo pipas y lanzando las cascaras al suelo, distraída, y estuvo un buen rato mirando un programa de humor hasta que se cansó y decidió seguir avanzando.

Esa noche había mucha gente, y estuvo paseando sin rumbo entre ellos, observando con curiosidad como se movían y hablaban, hasta que algo le llamó la atención. Un sonido estridente sonaba, no muy lejos de donde estaba ella, aunque no podía identificar de donde. Una sirena insistente se acercaba y Ignis quería saber qué era lo que pasaba. Otro ruido le llamo la atención y alzo la vista al ver el helicóptero no habia visto uno antes, solo en la televisión, y pensó que le gustaría acercarse un poco más a verlo. Paseó la mirada por los edificios, y vio uno con muchos salientes, asi que no se lo pensó dos veces. Se acercó al edificio y lo escaló sin demasiada dificultad, intentando ponerse por donde no le vieran, y una vez llegó arriba se quedo embobada mirando el helicóptero, y también las sirenas de los coches que pasaban por abajo.

El crimen comenzaba a hacerse presente en la ciudad, las sirenas de las patrullas sonaban fuertemente y lo acompañaba un helicóptero para no perderles la pista a los malechores que huían en un vehículo viejo esquivando tantos carros como eran posibles. Habían interrumpido un día tranquilo para Peter pero un poco de acción lo animaba, ya le hacía falta estirar un poco más los músculos y hacer el bien por la humanidad. El mutante super veloz recorrió de inmediato en forma vertical hasta el primer piso del edificio en menos de 2 segundos llegando a las calles y deteniéndose para observar hacia donde se habían ido todas las patrullas con los delincuentes que escapaban en carro. Su guía ahora era el helicóptero quien seguía todas las acciones y persecuciones por lo que miró hacia el cielo y admiró donde se encontraba para guiarse.

Todo se podía ver absolutamente lento mientras Pietro corría en cámara lenta cuando en realidad lo estaba haciendo en menos de un milisegundo, avanzando metros y metros recorriendo las calles, pero algo había detenido su paso, una tienda de dulces. Se detuvo un momento y como si todo estuviese en cámara lenta, él se paseaba caminando por la tienda tomando una paleta de las estanterías para finalmente salir y disfrutar unos segundos normalmente del dulce para continuar corriendo detrás del vehículo. Pronto encontró el carro en el que iban los dos delincuentes y se subió al carro sin que éstos se dieran cuenta de que Peter estaba en el asiento trasero degustando su paleta. Los criminales que habían robado una tienda de joyas estaban preocupados por cómo escapar que ni cuenta se daban que Pietro estaba dentro, hasta que uno de ellos lo miró y se espantó, le apuntó con el arma que traía. -¿Quién eres?, ¿Cómo has llegado ahí? Preguntaba muy nervioso un copiloto mientras el otro conducía nervioso. -Tranquilos, solo entréguense y todo estará bien! Les proponía Pietro pero los delincuentes parecían no entender y se desesperaban más con la presencia del mutante que el del arma le disparó, por suerte pietro se movió velozmente a un lado en ese momento, llamando la atención del criminal al ver cómo en milisegundos se había movido Peter. Él solo sonreía sarcásticamente y los dos criminales enloquecían volteándolo a ver, que se descuidaron en el camino. -Cuidado! Les decía Peter, pues iban a chocar contra otro auto y fue cuando su habilidad se hizo presente, con mucha calma salía del auto y se dirigía al otro para sacar a las personas que estaban dentro de él para finalmente sacar a los dos criminales, todo esto ocurría en 3 segundos. Para cuando todos estaban a 40 metros de distancia solo observaron como los dos coches chocaban. -Vaya, espero que tengan seguro! Mencionaba Pietro para después dejar amarrados a los otros dos malechores para que la policía se hiciera cargo de ellos.

Había sido una gran aventura pero interrumpieron la bella vista que tenía en aquel edificio por lo que llegó en pocos segundos como era de costumbre, y al llegar a esa azotea observó que ya no estaba sola. Llegaría sin que se diera cuenta, estaba justamente sentado en una orilla del edificio observando a esa persona por más de 2 minutos comiéndose la paleta que se robó de la tienda de dulces. Se encontraba solo a 10 metros de aquella persona que parecía estar admirando un helicóptero que aún sobrevolaba la zona. -Debe ser divertido viajar en Helicóptero, no crees? Comenzaba a dialogar el joven Maximoff esperando no asustar a la chica que estaba ahí por su presencia espontánea e inadvertida. -Jamás me he subido a un helicóptero, Jet privado si, pero helicóptero no. Continuaba con la charla el mutante cambiando en 1 segundo a otra posición de aquella azotea.

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Igni miraba entretenida la escena que se sucedía bajo ella, aunque habían cosas que no podía apreciar desde ahí arriba. El choque fue bastante impresionante, hasta ella pudo oír el sonido del metal al doblarse y pudo escuchar los gritos de la gente que miraba lo que pasaba. Realmente había cogido un sitio privilegiado en aquella azotea, y el helicóptero no paraba de volar alrededor de esa zona, haciendo su ruido característico, que se mezclaba con el ruido del viento.

Igni se lo estaba pasando en grande, era como estar observando un espáctaculo, algo asomada desde la azotea y mirando hacia la calle, aunque en realidad no tenía miedo de caerse. De repente oyó una voz cerca de ella. Dio un pequeño salto, alarmada, y se giró hacia donde venía esa voz, justo a tiempo de ver un chico con el pelo de un color extraño. Lo mas extraño fue que, cuando hubo fijado su vista en él, ya había desaparecido.
-¿que coj…? -se giró, buscandole con la mirada por aquella azotea, hasta volver a localizarlo algo mas lejos.

-¿quien eres? ¿y como has hecho eso? -pregunto, y frunció el ceño, pensando que el joven se estaba burlando de ella. Luego recordó lo que había dicho y miró hacia el helicóptero que empezaba a alejarse.

- ¿Se puede uno subir a eso? -dijo, emocionada de repente. Los ojos le brillaron mientras miraba hacia el vehiculo alejarse, y se sentó al borde de la azotea, con los pies colgando en el abismo- yo quiero subir. Nunca he subido… ni tampoco a un… un que? un jet? a eso tampoco. -le miró parpadeando y se acerco un poco- tienes un pelo muy guay… -comentó, distraída.

Una interesante escena había presenciado el joven Peter, protagonista del heroísmo al salvar a aquellas personas que serían impactadas con el choque de los dos autos que por culpa del mismo Pietro había distraído a los criminales que estaban conduciendo huyendo de la justicia. Afortunadamente todo salió bien y las personas del otro coche como los criminales, salieron ilesos del caos gracias a las habilidades. Tras haber concluido con la misión espontánea que se generó en ese momento, regresó nuevamente al edificio pero para su sorpresa alguien más se encontraba ahí, una joven parecía admirar el helicóptero. Al hablarle la asustó un poco pero al cambiar de posición hizo que se sorprendiera como cualquier persona lo haría, pero para él era algo muy normal así que no le sorprendía su reacción. -¿Hacer qué? Preguntaba con curiosidad y con tono amigable y sin cuidado.

Nuevamente cambiaba de lugar poniéndose justo a unos 30 centímetros de distancia de ella. -Soy Pietro, pero mis amigos me dicen Peter, puedes decirme Peter. Le sonreía muy exageradamente, pero nuevamente se retiraba a 20 metros de distancia observando a otro lado. -¿y tu quién eres? Preguntaba mientras miraba al cielo, la tarde se hacía presente y el cielo parecía enrojecerse al caer el sol en el horizonte. La joven preguntaba si se podía subir a un helicóptero, algo que le causó mucha curiosidad al mutante con super velocidad. -¿Subir?, ¿Pero de dónde eres chica? Le preguntaba al escuchar su pregunta, era bastante obvio que se podían subir a ese tipo de aeronaves por lo que comenzó a dudar si fuese de por aquí.

Era demasiado extraño hablar de algo que no conocía la joven que se encontraba ahí, pero intentó pasarlo desapercibido y observó como ella se posicionaba en la orilla de la azotea fue el momento en el que en pocos milisegundos también se sentaba al lado de ella con los pies hacia abajo. -Qué vertigo, no me imagino cayendo desde esta altura. Mencionaba al estar cerca de ella mientras ella elogiaba el pelo del joven Maximoff. -Gracias, también tu pelo es muy bonito. Respondía de igual manera, pero aún le quedaba esa duda de no saber de dónde era. -Y bien... de dónde eres? Preguntaba esperando encontrar una respuesta lógica a las preguntas que habían hecho confundir al joven de pelo plateado.

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Observaba al chico con mucha curiosidad, nunca había visto a nadie hacer algo semejante, y le fascinaba y le irritaba al mismo tiempo el no saber qué estaba pasando.

-¿como que el que? pues que hace un momento estabas ahi... -señaló con el dedo- y ahora estas aqui... -volvió a señalar en la direccion donde estaba el chico, pero habia vuelto a desaparecer, apareciendo de repente muy cerca de ella- ah! eso! ¿como puedes…? -alargo una mano para tocarle pero ya habia vuelto a desaparecer.

-Peter... estas empezando a ponerme de los nervios... -dijo algo irritada, frunciendo el ceño- ¿podrias estarte quieto? -suspiró, cruzandose de brazos- Yo me llamo Ignigerd... puedes llamarme Ignis. Si tuviera amigos supongo que me llamarian asi.. -se encogió de hombros, no le importaba mucho el hecho de no tenerlos. Hacia poco que habia llegado a ese nuevo planeta, y de donde venia, habian matado al unico amigo de verdad que habia tenido nunca. Sacudió la cabeza para apartar de su mente aquellos pensamientos y volvió a centrar su atención hacia ese chico tan extraño.

Miró hacia abajo y asintió con la cabeza. Realmente era una gran caída, pero no le impresionaba demasiado. De hecho, le gustaba estar ahi. Caerse sería bastante desastroso, por lo que lo unico que debía hacer era, precisamente, no caerse.
-¿De donde soy? mmmh de por ahi... -dijo, haciendo un vano gesto con la mano, como quitandole importancia a esa pregunta- digamos que no soy de por aqui. - Se encogió de hombros y le miró, ladeando la cabeza- ¿y tu? ¿ de donde eres?

Para Pietro era bastante normal pasearse de un lado a otro dejando a las personas confusas y sin saber el por qué de las cosas, pero él creía que ellas eran diferente y él era lo más normal que pudiese haber en el planeta, era divertido ver sus rostros al no saber hacia donde podría hacer su siguiente movimiento, pero también tenía una mentalidad inestable con la necesidad de hacer las cosas lo bastante rápidas que le desesperaba retrasarse o la espera ya que había demasiada energía en él. Observó lo confusa que estaba la joven señalando la posición anterior de Peter. -No se de qué hablas, solo me estoy moviendo como cualquier persona. Se hacia el desentendido por ese momento aunque la chica se estaba poniendo un poco nerviosa por tanto movimiento que realizaba el mutante, incluso pedía que se quedara quieto por un momento que era algo que jamás podría hacer Pietro. -¿Quieto? Preguntaba el joven para regresar nuevamente a donde estaba sentada la joven. -Está bien, intentaré! Mencionaba moviendo los pies al vacío como lo había hecho ella.

Ignigerd era su nombre, jamás en su vida había escuchado un nombre así, pero le parecía un nombre muy bonito y original pero le sorprendía que dijera que no tuviera amigos. -¿Cómo, no tienes amigos? Preguntaba extrañado de saber eso, sin duda no era una persona normal o tal vez no era de por aquí. -Si ese es el caso entonces puedes anotarme en tu lista de amigos, seré el primero entonces. Sonreía exageradamente el joven Maximoff extendiendole la mano como seña del nacimiento de una nueva amistad. Y al sellar su amistad ella respondía no ser de por aquí, algo que era bastante obvio, tenía como pruebas que no tuviera amigos, y que no conociera un helicóptero, era bastante obvio, cualquier persona normal conocía uno. -Entonces dime dónde te mantuvieron encerrada. Decía Pietro con ese sarcasmo, pues sin amigos y sin conocer la auronave solo se le ocurría que la chica hubiese estado encerrada toda la vida. -Tampoco soy de por aquí, pero es agradable estar aquí. Respondía a su pregunta, y desde nuevamente se movía entre los segundos del tiempo bajando el edificio de forma horizontal para ir unas botellas de agua, regresando en 2 segundos en donde estaba sentado. -¿Agua? Le ofrecía una botella, pero antes de que dijera algo hacia la misma acción ahora trayendo bebidas energéticas. -O bebidas energéticas? Le daba otra opción, pero nuevamente antes de que respondiera algo bajara nuevamente trayendo ahora perros calientes. -Quizás tienes hambre. Decía apareciendo 10 metros atrás de ella con unos platos con perros calientes, -O quieres otra cosa? Decía antes de volver a usar su habilidad para robarse la mercancía de los puestos que habían en las calles, pues nadie se daría cuenta que perdieron la mercancía.

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Miró al chico con una ceja alzada, realmente preguntandose como podía haber gente tan extraña en ese planeta.

-Como cualquier persona?? pues no paro de ver gente rara por la calle que camina extraordinariamente lento.. -dijo con sarcasmo, y puso los ojos en blanco cuando él se sentó a su lado.

Decidió que si seguía irritándose por sus cambios continuos de lugar acabaría explotando y que eso no era una buena idea, así que decidió pasar. O al menos intentarlo, pues ella no era alguien que tuviera mucha paciencia, ni tampoco alguien que fuera difícil de hacer enojar. Respiró hondo un par de veces, mirando que se había sentado a su lado de nuevo, y movía las piernas igual que ella.

-no parece que lo intentes demasiado… -dijo y luego negó con la cabeza- no, aun no he tenido tiempo de hacerlos, no llevo mucho en este pla… país.- Brillaron sus ojos al oír sus palabras y su sonrisa se ensanchó cuando él dijo aquello, mostrando sin poder evitarlo sus dientes afilados y puntiagudos- de veras?? bien! ya tengo un amigo! -le tomó la mano, estrechándola efusivamente y con más fuerza de la que debería.

-no me mantuvieron encerrada en ningún sitio, solo estaba.. lejos de aquí.- le miró, y le pareció verle desaparecer por un segundo, aunque había sido tan deprisa que ni siquiera podía asegurar que se hubiera movido. Tan solo por el hecho que tenía una botella de agua en la mano y se la estaba ofreciendo. No tenía mucha sed, así que empezó a negarse, pero antes de que le fuera posible decir algo, ya le estaba ofreciendo bebidas energéticas. Alzo una mano para pararle y decirle que no quería, hasta que volvió con los perritos calientes que olían de maravilla.
-mmmh eso huele bien. Si tengo hambre pero… de donde sacas toda esta comida?

Se quedó sentado junto a ella observando en el abismo de donde estaban sentados. -Oh también tu los miras de esa manera. Mencionaba inocentemente sin haber entendido el sarcasmo de la joven, creyendo que también le desesperaba cómo la gente normal se movía lenta y desesperadamente. Ella comenzaba a desesperarse al ver que el mutante velocista se movía sin que ella pudiera percatarse en el momento en el que desaparecía de su vista para aparecer en otro lado, pidiéndole que se detuviera de una vez. -Es algo inevitable, casi involutario. Trataba de explicar Peter a la joven, pero no parecía convencida de la justificación dada por él.

Una situación bastante extraña pensaba el joven Maximoff. ¿Cómo alguien no podría tener amigos? Era una duda que aun le revoloteaba en la cabeza, pero decidió no tomarle demasiada importancia. Lo bueno era que él sería su primer amigo, se sentía raro de decirlo pero era verdad, sin embargo mejor decidió seguir moviéndose tan rápido como sabía hacerlo, parecía molestarle un poco a la joven que estaba ahí, en cambio a Pietro le gustaba desesperar a las personas por lo que decidió cambiar de posición en segundos de un lugar a otro trayendo con sigo bebidas e incluso comida. -¿Cómo la consigo? Es demasiado fácil, solo vas para aquel lugar y la tomas... Fácil, nadie se da cuenta, e incluso es divertido ver el desconcierto de las personas al no ver el objeto que tenían. Reía un poco Pietro para traer otro perro caliente para él y comerselo.

Se comió el perro caliente y aun con comida prosiguió hablando. -Pero bueno, aun no me has dicho que haces aquí... o ya me lo dijiste? Ponía cara de confusión al no recordar pero decidió esperar una respuesta por parte de la joven.

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La pelirroja frunció el ceño al ver como el otro chico no había entendido su sarcasmo. Negó con la cabeza, dandole por imposible... tan rápido para unas cosas y tan lento para otras.

-Involuntario? pues cualquiera diría al verte que en realidad te lo estas pasando bomba... -murmuro, alzando una ceja, y se enredó un mechón de cabello pelirrojo en el dedo, distraída.

-entonces... eres un mutante de esos? la gente normal no es tan rápida como tu... o también eres un alienígena? -cogió la comida que éste le ofreció, devorandola con avidez, lamiendose los labios al terminar- Entonces eres un ladrón, no es así? bueno, a mi no me molesta, yo misma me he marchado sin pagar de más de un restaurante. Pero claro, si tengo hambre pero no tengo dinero, que esperan que haga?

Rió por lo bajo, balanceando los pies y luego negó con la cabeza.
-Solo estaba mirando eso que volaba mas de cerca, nunca había visto un pájaro tan extraño...

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No es que fuera algo muy divertido hacer que la joven que estaba cerca de Pietro comenzara a molestarse, o quizás si, si le agradaba el gesto que comenzaba a hacer, pues con alguien tan desesperante como Pietro cualquiera podría desesperarse fácilmente con verlo moverse de un lado para otro sin saber realmente en que lugar estará en el siguiente segundo. Aunque viéndolo desde los zapatos del joven velocista era totalmente al revés pues él también se desesperaba al mirar todo el mundo moverse tan lento y aburrido. -Bueno, tal vez tengas un poco de razón. Mencionaba Peter quedándose por fin quieto en ese instante para mirar hacia abajo entrándole un pequeño escalofríos por la altura.

Observó como la chica jugaba con un mechón de su pelo para hacer un comentarios para Pietro, pero después parecía encontrar algo de coherencia en toda la rareza de aquella joven. -Eh ya te descubrí, así que eres un alienígena. Vaya, cómo no me percaté de eso. Mencionaba Peter con una sonrisa un poco exagerada tocando con el dedo a la joven. -Anda, dime qué poder tienes? Decía para cambiar rápidamente de posición y tocarla de nuevo con el dedo. -Qué haces?, qué haces?... Qué haces? Anda, dime qué habilidades posees? Insistía mucho Pietro para saber el secreto de aquella chica pelirroja, pues al parecer entre sus palabras se le había escapado decir si también era un alienígena, ese "también" fue lo que provocó que Pietro descubriera que no era una chica común y corriente. Ahora insistía por saber qué tipo de alienígena era.

Se alejaba un poco haciendo una cara temerosa y gritando desde la otra esquina. -Si eres alienígena, debería preocuparme? Eres de las buenas o de las mala? Preguntaba el joven moviendo se un lado a otro hasta llegar a 1 metro de donde estaba la joven. -Anda, dime qué eres? Anda, anda, anda! no paraba de decir el joven para que ella le dijera lo que él esperaba escuchar.

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Lo miró quedarse quieto por fin. Parecía increíble que hubiera podido quedarse quieto al menos unos segundos, pero como ya se había esperado, aquello no duró demasiado.
-si, como te diste cuenta? increíble… -dijo con altos niveles de sarcasmo en la voz, intentando apartar el dedo del chico que la tocaba.

-te han dicho nunca que eres muuuuuy plasta? ademas de cansino… -sin embargo no pudo evitar reirse mientras él la tocaba-para! que me haces cosquillas… - se apartó de un salto, alejandose de la caída libre de ese precipicio para mirarle.

-si sigues tocando los cojones te acabare haciendo una demostración practica de lo que puedo hacer… y puede que no te guste. Serás muy rápido, pero si no puedes acercarte a mi podré tener un poco de paz al menos. -se cruzó de brazos algo molesta, pero enseguida estaba ya el chico en la otra punta de la azotea hablando de lejos.

-No soy mala… pero si se meten conmigo no respondo de mi, así que cuidadin. -le dijo con tono amenazante, aunque en realidad pensaba que ese chico tenia un comportamiento de lo más infantil, y no tenia intención de hacerle daño, solo que callara de una vez.

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