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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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El día 28 por la tarde llega a Industrias Stark un curioso paquete que le han enviado por la vía urgente. Tiene el tamaño de una persona, está marcado con etiquetas de "Frágil" por todas partes y tiene los típicos agujeritos que llevan las cajas que contienen seres vivos en su interior. El remitente es, ni más ni menos que Trykhun, el sirviente/acólito de Arión, y el envío viene acompañado por una carta certificada para entregar al señor Stark en persona. Dice así:
"Estimado señor Stark.
Ésta criatura apareció hace ocho días en París, donde estuvo sembrando el terror en el Sacre Cour. Asaltó a un inocente viandante que pasaba por allí para darse un festín con su carne y después se hizo invisible, causando el desconcierto de la policía local y provocando que mi señor tuviera que intervenir. El vizconde logró capturarlo en el Bois de Boulogne e, intrigado por la ciertamente inusual naturaleza de la criatura, lo llevó a la mansión para poder investigarlo y averiguar lo que es exactamente.
Sin embargo, se han estado produciendo inquietantes cambios en mi señor desde la noche del 31 de enero, cuando resultó gravemente herido tras una misión en China. Pensé que su carácter mejoraría tras recobrarse de las heridas, pero la realidad es que ha ido a peor, hasta un punto en el que apenas le reconozco. Está más irascible, con menos paciencia, y en concreto cuando ésta criatura cayó en sus manos hizo gala de una sorprendente crueldad para averiguar cuáles eran sus fortalezas y debilidades, llegando incluso al punto de abrirlo en canal para investigar sus órganos internos.
Sobra decir que estoy muy preocupado, y agradecería que en el futuro, si tiene usted tiempo, viniera a visitarlo para hablar con él, ya que quizás le haga algún bien. Oí decir que se había enemistado con el señor Razor hace tres días en Nueva York, lo cual le deja a usted como el único amigo que le queda y al cual aún no se ha negado a ver.
Sin embargo ésto quedará ya para más adelante, cuando tenga usted tiempo, pues he tenido ocasión de verle aparecer en televisión con el asunto de Villa Fábula, y tras su reciente nombramiento imagino que estará más que ocupado. Espero que al menos pueda encontrar el tiempo que ésta pobre criatura necesita. No parece que actúe con maldad, sino más bien como un animal que hace lo que es necesario para comer pero carece de malicia. Sin embargo, posee cierto nivel de consciencia, y es capaz de hablar, aunque torpemente y con dificultad. Por favor, ayúdele a averiguar lo que es y a encontrarle un lugar donde pueda estar mejor y donde no pueda volver a hacer daño a otros.
PD: le adjunto los resultados de las investigaciones de mi señor Arión."
Anexo:
- Género: macho. Especie: desconocida.
- Guarda cierto parecido con los Infrahumanos que habitaron la Atlántida hace 45.000 años, que, según la taxonomía actual que me explicó Razor, han sido denominados por la ciencia biológica como "Neanderthales". Dichas semejanzas son particularmente visibles en los arcos supraorbitarios, la frente baja e inclinada y la nariz nariz amplia de aletas prominentes que en los Infrahumanos se debía a un olfato más desarrollado que el del hombre actual, por lo que es lógico asumir que en el caso de nuestro raro espécimen obedece a la misma razón.
- Puesto que lo más parecido que he encontrado a la criatura son los Infrahumanos, parece razonable continuar estableciendo paralelismos con éstos últimos. Al igual que el objeto de nuestro estudio, los Infrahumanos poseían una capacidad craneal comparable o superior a la de los humanos actuales, aunque eran, por supuesto, menos inteligentes. Eran capaces de hablar, de la misma manera que ésta criatura ha demostrado poder hacerlo, en una manera básica y limitada. Los Infrahumanos, o "Neanderthales" eran omnívoros, y se sabe que practicaban el canibalismo en tiempos de necesidad. El sujeto en cuestión devoró a un hombre en París hace una semana, por lo que es obvio suponer que también comparte dicha cualidad. Hasta aquí las similitudes. Comencemos con las diferencias:
- Los Infrahumanos eran bajitos y robustos, de pelvis ancha, con extremidades igualmente cortas y robustas y tórax en barril. Éste ser, en cambio, resulta delgado en comparación, y es extremadamente alto. 1,90 cm de altura, 70kg de peso, complexión delgada y extremidades esbeltas y alargadas. La complexión robusta de los Infrahumanos tenía como objeto la adaptación al clima gélido de la glaciación que invadió la tierra hace 45.000 años, y sus piernas cortas y fuertes les convertían en excelentes caminantes a largas distancias. No podían correr mucho, pero eso en el hielo no resultaba muy útil. En cambio, las piernas ágiles, delgadas y fibrosas de éste ser parecen más bien adaptadas para carreras largas, lo cual le facilitaría mucho la caza en entornos de mucha vegetación, como África o Asia.
- Otra diferencia: los Infrahumanos dominaban el fuego y eran capaces de fabricar herramientas básicas. Éste ser, en cambio, le tiene miedo al fuego y no ha llegado a ese nivel de comprensión, lo cual indica que se encuentra en un estadío menos evolucionado que el del Hombre de Neanderthal. El cómo ha podido llegar una criatura así a la época actual supone un misterio para mí. Ni siquiera debería poseer un instinto tan complejo como el de la verguenza, de modo que el hecho de que realice el esfuerzo de cubrir sus partes íntimas me indica que ha debido tener un contacto no agresivo con seres humanos antes.
- Otra diferencia: posee dientes afilados que le permiten seguramente devorar la carne cruda, lo cual es un rasgo de depredador. Sin embargo, los ojos grandes y situados casi en los laterales del rostro para obtener un mayor rango de visión generalmente se corresponden con rasgos de herbívoro, lo cual no hace más que desconcertarme.
- Las yemas de sus dedos desprenden una sustancia pegajosa que presupongo utilizará para trepar por techos y paredes como si fuera un insecto, y ésta es una cualidad que no había observado nunca antes en ningún ser de éste tamaño. Me resulta increíble la idea de una sustancia natural lo suficientemente poderosa como para soportar un peso de 70 kilos. Por supuesto no es nada que la magia no pueda emular, pero estoy seguro de que a Razor o a Anthony les resultaría sorprendente. Y la cosa no termina ahí; en el transcurso de éstos días le he visto desencajar su mandíbula como si se tratara de una serpiente para engullir trozos grandes de comida sin molestarse en cortarla, y posee alguna forma de camuflaje que le permite fundirse con el entorno y permanecer indetectable. Lo utilizó el día que nos atacó a Rydia y a mí, apareciendo de improviso de entre los árboles, y lo ha vuelto a utilizar alguna que otra vez mientras permanecía en su celda mágica. Por lo que he podido deducir, no se trata de un mecanismo voluntario, sino más bien inconsciente, como el de los pulpos, y obedece a sus instintos más primarios, como el miedo, sin que a menudo pueda controlarlo.
- ¿Qué más sabemos sobre él? Sabemos que dispone de una gran fuerza. Arrancó un árbol como si nada y corrió hacia mí enarbolándolo como si no pesara más que un bate de béisbol. También es rápido, y su piel es tan dura y correosa que resulta casi imposible cortarla con un bisturí. Se hace necesario recurrir a la magia para poder abrir la zona abdominal, aunque también demuestra ser altamente resistente al fuego, pero incrementando la temperatura del arma mágica finalmente pude practicar la incisión para descubrir que posee en la cavidad abdominal tres órganos semejantes a los de las anguilas. ¿Me pregunto si, al igual que los de éstas, servirán para transmitir la electricidad?
Nota aclaratoria:
Mi única intervención en éste hilo se limita a la introducción de la escena. A partir de aquí ya continuáis vosotros dos solitos. La idea de Superpredador era acabar en la Mansión X, pero puesto que Arión no tiene contacto con ellos me pareció lo más lógico enviárselo primero a Tony y que éste ya realice los trámites pertinentes cuando descubra que es un mutante.
Tony se extraño al recibir el paquete y mucho más al leer la carta, ¿por que no le habrían al menos llamado por teléfono? Pero efectivamente Trykhun tenía razón, ya tenía suficientes problemas ahora mismo como para ponerse a solucionar los de los demás, el mismo estaba muy cambiado desde hace unos días, aunque en su caso era solo y exclusivamente culpa suya, él solito se había jodido la mente, aunque estaba trabajando en ello para arreglarlo... junto con la miriada de cosas que tenía entre manos.
Vamos, no me jodas, dijo en voz alta al leer la descripción de Arión y ver los dibujos y diagramas adjuntos, posiblemente realizados a mano por su amigo, Jarvis prepara una celda de contención para esta cosa, creo que es un viejo amigo que conocimos en la campaña electoral o al menos algo de su especie, estoy de acuerdo con usted, Señor, aunque dudo que haya más de uno de su especie.
Lo habían identificado como Superpredador tras el atentado contra la vida de Luthor, había sido dificil pero ciertos informes no oficiales, lo atribuían a un intento del gobierno chino de equiparar la balanza con el Capitán América, aunque a ellos les había salido mucho más feo claro, ni siquiera había conseguido su nombre antes de los experimentos que lo convirtieron en esa cosa, pero Tony había estudiado el caso e incluso había buscado a la criatura después del ataque de los Vanquisher.
En pocos minutos tenía a un equipo de genetistas haciéndole pruebas y tomando muestras, a la par que se aseguraban de mantenerlo dormido por lo que pudiera pasar y tan solo unas horas después de la llegada del paquete los científicos ya tenían resultados preliminares aunque eran bastante decepcionantes, la única buena noticia es que las mutaciones inducidas que había sufrido Superpredador parecían estables en contra de lo que decían los informes chinos, quizás con un poco de suerte se pudiera revertir la mutación o al menos recuperar parte de la mente humana detrás del animal.
Aún pasaron un puñado de horas más hasta que los especialistas terminaron un informe pormenorizado del cerebro de la criatura, con una serie de ideas que podrían facilitar la comunicación con ella, Tony estudió los informes pero antes de continuar quería hablar con ese ser, no quería hacer nada irreversible hasta... bueno, no estaba seguro de hasta cuando o hasta donde, pero llenar de drogas experimentales de dudoso resultado a un tipo al que los científicos habían estado torturando durante años no le parecía demasiado bien, así que tras comprobar que las ataduras soportarían la tremenda fuerza de la criatura y generar un campo de fuerza a su alrededor por si acaso, lo despertó.
Buenos días bella durmiente, ¿como te encuentras?, preguntó por fin el millonario cuando Superpredador abrió los ojos, ahora mismo estás retenido en Nueva York y aunque te resulte difícil de creer mi intención es la de ayudarte ¿me entiendes?.
Nadie tenía forma exacta de saber que era exactamente lo que la criatura estaba soñando en esos momentos. No había método posible mediante el cual averiguar si estaba experimentando un sueño de los dulces, o una espantosa pesadilla. Lo cierto es que el animal llevaba demasiado tiempo dormido, más aun considerando que no era de los que necesitaban hibernar. La magia del Sumo Sacerdote, tan poderosa y eficaz como siempre, había hecho un excelente trabajo manteniendo a la bestia en un estado de sueño prolongado, desde el momento en el cual le capturo durante su estancia en Paris, hasta el momento en el cual Tony Stark decidió sacarlo de su “envoltorio” y aprisionarlo en el interior de su Torre para evitar riesgos innecesarios. Lo único que el animal recordaba de todo aquello eran borrosas imágenes de un hombre con cabellos anaranjados a quien el, por algún motivo, intento combatir en un duelo de uno contra uno, por motivos que le eran imposibles averiguar. Todo se había puesto oscuro en su cabeza desde entonces, siendo que solo abrió los ojos una vez más durante toda su estancia en Francia, donde se le presento la imagen de ese mismo hombre, solo que cubierto en sangre, y con un artefacto filoso en la mano que emanaba gran calor. Desde luego, la magia que le afectaba para ese entonces era demasiado poderosa: podía menguar con el tiempo, pero jamás fallar completamente, de modo que el animal volvió a su sueño antes de poder hacer nada para evitar la operación que le habían aplicado sin su conocimiento.
Sin embargo eso ya era asunto del pasado, pues la criatura se encontraba muy lejos de Francia para entonces, lejos de su captor, e inclusive lejos del que, por más que ya no lo recordara, había sido su hogar durante tanto tiempo. La pasión de borrado de memoria de la hechicera Dalae había cumplido su propósito de maravilla. La inmisericorde asgardiana había logrado borrar de la memoria de Superpredador todo rastro de su presencia, dejando como únicos recuerdos vividos en la memoria del ser los años que paso en cautiverio como propiedad del ejército chino. También recordaba vagamente su reunión con la “humana” a quien había llamado Anna, pero respecto a sus aventuras con sus ex compañeros Vanquishers, lo único que le venía a la mente eran rostros apenas reconocibles, que ni siquiera la bestia sabia como es que habían llegado a su memoria, pues dada la ausencia de Dalae en sus recuerdos y por ende su reclutamiento como Vanquisher, la mera existencia de Slyferius o Rip no guardaba ningún tipo de relación con las vivencias del Predador. Por otra parte, eso podría ser considerado como algo bueno. Al fin y al cabo, Supe3rpredador no podía extrañar ni sentirse mal por la pérdida de aquellos a quienes no recordaba, así que en cierto sentido Dalae le había hecho un favor. Desgraciadamente para muchos, entre los cuales se encontraba Tony Stark, a quien se le había confiado la “tutela” de la bestia, esta si recordaba, con bastante claridad, al “hombre de metal” a quien había enfrentado en Washington, aunque no recordara con mucha claridad el por qué había ido a parar ahí en primer lugar.
Afortunadamente para el multimillonario, no le tocaría enfrentar la furia de la criatura hasta varias horas después de que esta llegara, puesto que su equipo de especialistas se aseguró de mantenerlo dormido el tiempo necesario como para realizarle todos los exámenes habidos y por haber, además de tomarse, los genetistas mas experimentados, ciertas libertades con respecto al análisis de su sangre y, en general, de su ADN. Una pena que la criatura no estuviese despierta para contemplar, por primera vez en su vida, los resultados que pueden obtenerse de una investigación científica que, de hecho, no implicaba causarle severos daños físicos y psicológicos; aunque considerando la naturaleza violenta del animal y su traumática experiencia con hombres de bata blanca, tal vez lo mejor para todos fuese que se mantuviera dormido hasta que los exámenes se hubiesen concluido.
Los primeros exámenes realizados a la criatura no demostraron nada relevante, o al menos lo suficientemente útil como para recibir un tipo especial de reconocimiento, pero al menos le permitieron a Tony hacerse una idea de cómo comunicarse con la bestia, por no mencionar la posibilidad de una “cura” para su condición actual. Sin embargo, hubo un descubrimiento más, o mejor dicho serie de descubrimientos, que no llegaron hasta él sino después de que la criatura hubiese despertado, o mejor dicho, en el momento exacto en el cual despertó. Fue una de las más recientes incorporaciones en el equipo de biólogos, quien había llegado a Omega de otro Universo luego de la Colisión; un biólogo con años de experiencia y experto en la genética tanto humana como animal. El hombre se había tomado su tiempo para revisar unas cuantas muestras de tejidos, piel y sangre de la criatura, así como unos cuantos análisis de su particular ADN, y compararlos con otros resultados registrados tanto de ADN de humanos como de mutantes. Dado el desconocimiento inicial de los científicos respecto de la criatura, le tomo un tiempo realizar esos análisis, pero finalmente termino llegando a una conclusión satisfactoria.
Prácticamente salió corriendo de su zona de trabajo, cargando sus resultados de modo completamente desprolijo, a modo de un montón de hojas e imágenes que casi se caían de sus manos con cada paso que daba. Por poco y atropella a tres personas en su carrera para comunicarle los resultados a su jefe, pero por suerte logro llegar con este y al mismo tiempo evitarse cualquier tipo de percance.
Desgraciadamente tuvo que llegar en el momento exacto en el cual la criatura se despertó-¡Señor, tiene que ver eso! ¡Los resultados que he obtenido de mis análisis…no se asemejan a nada que hayamos visto, tiene que-. –Y justo entonces la bestia se despertó. Sus ojos se abrieron lentamente, uno tras otro, tomándose su tiempo para contemplar todo lo que le rodeaba. Sin embargo no necesito mucho tiempo para hacerse una idea del paisaje que lo rodeaba, o al menos no dedico mucha de su atención en esa tarea una vez que se percató de cuáles eran sus condiciones, y de quienes eran sus acompañantes. El primero de ellos, Tony Stark, paso desapercibido a los ojos del animal, puesto que su atuendo no indicaba peligro en ningún grado para la criatura, dado que, para fortuna del primero, los únicos recuerdos del predador relacionados con él eran aquellos en los que batallaba contra “un extraño hombre de metal de color dorado y rojo”, el cual, a los ojos de la criatura, no podía ser bajo ninguna circunstancia el humano que tenía enfrente. Pero, el segundo hombre, el científico, quien había venido con su bata de laboratorio, unos anteojos puestos y varias hojas en la mano, no paso para nada desapercibido a los ojos del animal. Este último ya había tratado demasiado con científicos como para poder reconocer a uno cuando lo veía, y había llegado a odiar a ese tipo de gente por considerarlos a todos la misma clase de monstruos que habían jugado con su organismo sin pensárselo dos veces. Su primer impulso fue saltar sobre el científico y arrancarle el rostro a mordidas. Pero en el momento en el que intento hacerlo, se dio cuenta de su segundo predicamento: se encontraba encerrado. Lo noto por el modo en el cual su cabeza choco contra los barrotes de la celda luego de que pegara su salto. Entonces entro en pánico; pánico y mucho enojo. Haciendo caso omiso de las palabras de Stark, la bestia arremetió contra su celda, propinando poderosos golpes y patadas contra los barrotes de adamantio con la esperanza de romperlos, aunque solo consiguió romperse las manos. Con su acelerada curación, estas volverían a la normalidad en cuestión de nada, pero aun así el dolor era bastante considerable. Desde luego esto no impidió que el animal continuara con su inútil intento de escape, al menos hasta que, luego de varios ataques diferentes, que abarcaron desde la electrocución de los barrotes, hasta una onda sónica que si bien no afecto la celda basto para provocar un sacudón de gran intensidad en el campo de fuerza, el animal se rindió. Como gesto de resignación, junto cuanto veneno pudo en su saliva, y escupió cual guanaco directo hacia la cara del científico, solo para que su saliva se desparramara por las paredes del campo de fuerza.
Superpredador odiaba estar encarcelado, y al mismo tiempo le aterraba. Siendo alguien que a lo largo de su vida se había encontrado sometido demasiadas veces al aislamiento en espacios reducidos, y compartiendo el temor básico de todo animal al encierro, no había nada que el animal quisiera, ni siquiera incluso el asesinar al científico, que le fuera más necesario en ese momento que salir de la jaula.
Por supuesto, en lo que la bestia se tranquilizaba, nuestro querido biólogo, habiendo superado ya el shock inicial de la embestida del predador que además de haberlo paralizado del miedo casi le había hecho orinarse encima allí mismo, tuvo la oportunidad finalmente de hablarle al señor Stark para comunicarle sus resultados.-E-Entonces se-se-señor, ¿Cree que ya pueda co-comunicarle mis d-descubrimientos?- El tono inseguro de su voz no delataba ningún tipo de miedo hacia la reacción de su superior, sino más bien miedo por el hecho de verse encerrado siquiera en el mismo edificio con una criatura como la que estaban investigando, y más aun sabiendo que ya se encontraba entre su lista de almuerzos prioritarios
111AnthonyE.Stark
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Mensajes : 1786 Fecha de inscripción : 11/12/2014 Localización : New York Empleo /Ocio : Empresario multimillonario Humor : Bromista
Ficha de Personaje Alias: Iron Man Nombre real: Anthony Edward Stark Universo: Marvel
Tony sonrió al hombre que estaba junto a él, No te preocupes... William ¿verdad?, dijo intentando distraer y tranquilizar al científico, conozco a la criatura y se aproximadamente cuales son sus límites, no tiene ninguna posibilidad de dañarnos desde ahí dentro y tampoco puede salir, ademas si el campo de fuerza sufriera una bajada de energía o los barrotes sufrieran algún daño estructural se liberaría suficiente gas como para dormir a media Nueva York directamente a su cara, las palabras del millonario parecían surtir el efecto deseado y el hombre, aunque aún asustado, dejo de temblar.
Aparte de que tras esa puerta esta mi armadura y tengo la impresión de que si la viera se olvidaría de todo lo demás e iría a por mi, no tenéis nada que temer, sentenció finalmente Tony, ahora si no te importa William dime que es ese descubrimiento que has hecho.
El científico asintió enérgicamente ante la correcta mención de su nombre, aun presa del nerviosismo mientras no podía evitar apartar sus ojos del animal, por el simple pánico a que este pudiera atacarlo por la espalda en el segundo en el que se descuidara, aun con todas las medidas de seguridad puestas para su encierro. Sin embargo, las palabras del multimillonario bastaron para calmarlo, al menos lo suficiente como para que pudiera despegar los ojos de la criatura por unos momentos y comenzara a compartir sus descubrimientos.- Estuvimos revisando los registros sobre los experimentos que los chinos realizaron con él, los cuales usted nos facilitó.- En lo que hacía eso, tomo una de las hojas que cargaba consigo, y se la paso a su jefe, era uno de los registros que habían analizado.- Según lo indicado allí, esta criatura, Superpredador, como se hace llamar, no es ni el primero ni posiblemente el último intento de los científicos por conseguir su “versión china del supersoldado”. Suponemos que los mismos experimentos que fueronrealizados sobre él ya fueron llevados a cabo sobre otras personas, decenas de ellas según los informes preliminares. No es del todo ilógico suponer que cuando él desapareció, lo siguieron intentando. – Una dicho eso, un ligero brillo apareció en sus ojos, sabiendo que estaba a punto de decir algo sorpréndete, al menos para él. –Esto nos lleva a pensar que, debido al hecho de que aún no hemos visto más “Superpredadores”…de alguna forma…eso..- Dijo, señalando a la criatura.- Es el único que sobrevivió a los experimentos.- Una vez dicho eso, saco otra hoja del montón y se la paso al multimillonario. Esta hoja, a diferencia de la anterior, contenía los resultados de un análisis del ADN del animal.
-Obviamente, deducimos que este ser debía tener algo en su organismo que le hiso sobrevivir a los experimentos, a pesar del daño tanto físico como mental y psicológico que estos le acarrearon.- No pudo evitar cierto pesar en su voz al decir eso. Y es que era bastante oscuro el pensar que esa cosa, había sido el más afortunado de todos; da una idea de que les paso a los demás. – Esta “característica” debía ser algo anterior a su primera visita al laboratorio, es decir, algo que la criatura tuviera consigo antes de que su gobierno experimentara con él por primera vez.- Y fue entonces cuando el científico señalo con su dedo una parte en particular del informe, aquella que demostraba un interesante descubrimiento que habían hecho.- Señor, hemos podido comprobar que, este animal, aun antes de ser animal-…Intento manejar un poco las palabras, buscando la forma indicada de decirlo, pero debido a que no pudo encontrarla, simplemente lo soltó.- …era un mutante. – Espero un momento para que su jefe digiriera esa nueva información, antes de proceder.- Sin embargo, no un mutante cualquiera. A ver…como lo explico…- Estuvo unos segundos pensando en el modo indicado de describirlo en términos simples hasta que finalmente algo se le ocurrió.- ¿Ha escuchado alguna vez de los mutantes que se adaptan para sobrevivir? Son personas sin mutaciones visibles en su cuerpo, pero cuyos poderes se activan en momentos en los cuales el cerebro percibe una situación de peligro; entonces su organismo cambia, para adaptarse a la situación y así sobrevivir. Hay varios reportes de eso por el Internet y los periódicos. Niños de ocho años que se caen a la piscina sin saber nadar, pero sobreviven por que desarrollan branquias en el cuello, solo para que estas desaparezcan al salir del agua. Mujeres que aseguran haber sobrevivido a balaceras debido a que su piel se volvió dura como la roca, solo para volver a la normalidad cuando los ladrones se van. Asumo que ya se habrá hecho una idea.-
-Pero eso no es nada comparado con lo que este espécimen puede hacer.- Y si antes el hombre ya estaba emocionado con los descubrimientos que había compartido, lo que dijo a continuación le hiso sentir una felicidad casi infantil, una alegría que ni siquiera fue capaz de contener en su rostro cuando comenzó a hablar otra vez; ese era un hombre que amaba su trabajo.- Una característica peculiar de esta mutación es que, como ya dije, sus manifestaciones visibles desaparecen cuando el cerebro capta una señal de peligro, y desaparecen cuando se calman las cosas. Pero…con este tipo en particular, hay algo…inusual.- Comento mientras se acercaba a la celda, maravillado, el miedo que antes sentía habiendo sido reemplazado un sentimiento mezcla entre la admiración y la sorpresa. No admiraba a la bestia, sino a su ADN. Por fortuna su viaje a la fantasía duro muy poco y volvió a ser el mismo de siempre a tiempo para contarle a su jefe la segunda parte de su informe.-
Como también debe saber, hay casos raros, pero no imposibles, en las que el propio “gen X” que otorga sus poderes a los mutantes, como decirlo, viene alterado. Dicho de otro modo, en algunas ocasiones, podemos encontrar, irónicamente, “mutaciones” en el gen mutante; es un modo de decir que, el mismo gen que provoca que una persona pueda controlar el fuego, puede hacer que otra persona sea capaz de controlar el fuego Y el hielo ¿Me explico? Diferentes características, poderes potenciados, mutantes capaces de hacer cosas que, aun para los estándares de sus iguales mutantes, son increíbles a un nivel que muchos de nosotros no podríamos ni imaginarnos.- Supuso, por la expresión de su jefe, que ya había dejado su punto bastante claro, y eso sumado al hecho de que la criatura había cesado en sus intentos de escape para recostarse en su celda a maldecir su suerte, le proporciono un nuevo impulso de confianza que le permitió seguir hablando. Había mucho que contar, y él solo estaba dándole la versión resumida a su jefe, suponiendo que no le interesaría mucho escuchar los intrincados detalles acompañados de mucha terminología.
-Seguro se pregunte ¿Y eso a mí que me importa? ¿Qué tiene que ver con este animal? Pues, ahí es a donde iba. Antes dije que el poder de este animal era adaptarse para sobrevivir, y es verdad, pero nuestros análisis también detectan una característica particular en su gen X, que hace que sus poderes funcionen de un modo diferente. Esto es el motivo por el cual él sí pudo sobrevivir y los demás no: los demás no tenían sus habilidades. Su organismo se adapta para sobrevivir, pero de un modo nunca antes registrado. Me gustaría explicárselo ahora, pero creo que en un par de minutos, si mi teoría es correcta, lo averiguara.- dijo el científico, complacido con su propia explicación de los hechos, mientras se giraba hacia la celda del animal, instando al científico a hacer lo mismo. Luego de un tiempo, no había pasado nada. Y justo cuando el científico comenzaba a preocuparse de estar equivocado en sus análisis, y de que el trabajo de sus compañeros hubiese sido un mero fracaso, el destino le sonrió y el animal comenzó a sacudirse.
Por fortuna para ambos, Superpredador se volteo hacia ellos al momento del cambio, aunque el modo en el que este ocurrió casi hace que Willian, quien no estaba acostumbrado a ese tipo de escenas, vomitara sobre sus zapatos. El cuerpo de la criatura comenzó a convulsionar, sus extremidades sufrieron espasmos violentos que por un momento preocuparon a Stark, hasta que la mirada tranquilizadora de su empleado le indico que no pasaba nada. Ante la mirada incrédula de los presentes, el cráneo del Predador comenzó a cambiar: su frente, y los costados laterales de su cabeza comenzaron a mutar, haciéndose más grandes. Su frente en particular se pronunció ligeramente hacia adelante. A simple vista pareciera que su cabeza se estuviera volviendo más grande, pero la realidad es que era la densidad de su cráneo la que estaba aumentando; aunque claro, su frente también se ensancho y alargo un poco. Pero ahí no es donde acababan los cambios, sino meramente el comienzo de estos. Lentamente, seis orificios se fueron abriendo en la cabeza de Superpredador: dos de ellos a los costados de la frente, dos por encima de las orejas, y dos a la altura de la sien. Pero no eran orificios vacíos, sino más bien cuencas, dado que una vez que la piel termino de estirarse, quedo claro para todos que estaban contemplando el surgimiento de seis ojos extras en la cabeza de Superpredador. Alguien que hubiese estado distraído, no hubiese notado como, al mismo tiempo que la principal atracción que fueron los ojos comenzaron a surgir del cráneo el animal, la piel que recubría la parte delantera de sus piernas y brazos, así como la parte baja de su espalda, comenzaron a estirarse, como si una nueva de capa de hueso estuviera surgiendo en esas zonas, debajo de la piel pero encima de la carne.
El millonario y el científico contemplaron incrédulos al nuevo Superpredador. Su aparecía en primera instancia no había cambiado demasiado, más allá de un cráneo más grande, un par extra de ojos, y algo similar a segmentos de caparazón ubicados bajo la piel de sus extremidades que les daban un aspecto más imponente. Uno pensaría que, ante los cambios, la criatura estaría horrorizada, espantada, enfurecía, o incluso triste…pero no. De hecho, el animal, emocionalmente hablando, se veía tal y como estaba al momento de su llegada. El odio que le dedicaba al científico era únicamente por su mera condición de científico: no hiso ningún tipo de reclamo por lo que acababa de sucederle, como si no hubiese notado nada. Y ante los ojos de los presentes, una vez más su cuerpo volvió a cambiar. La piel arrugada que cubría sus seis ojos nuevos se cerró lentamente, emulando la acción de los parpados, y el caparazón que cubría sus extremidades comenzó a segmentarse lentamente, reduciendo su tamaño y permitiendo que sus miembros volvieran a su apariencia anterior: formida pero menos blindada. Lo único que permaneció igual fue su cráneo, pero esto no pareció molestar más a la criatura.
Antes de que Stark pudiera decir nada, William volvió a hablar.- Majestuoso ¿No cree?- Obviamente William y Stark tenían diferentes definiciones de lo que significa majestuoso.-Sus ojos nuevos, su caparazón, todos los cambios siguen estando ahí. Su organismo no solo se adapta para sobrevivir, sino que se adapta de manera permanente, para poder conservar las mutaciones que su habilidad produce en su cuerpo, y emplearlas cuando se le dé la gana. Es como si el niño que se cayó a la piscina pudiera conservar sus branquias para usarlas cada vez que va a nadar, o la mujer que sobrevivió al tiroteo pudiese convertir su piel en piedra cada vez que quisiera. Durante los experimentos que los chinos hicieron con él, su cuerpo absorbió los genes de todos los animales con los cuales intentaron fusionarlo ¡Adquirió la capacidad de utilizar sus habilidades, de un modo ilimitado, cuando quiera y como quiera, aun accionadas por instinto! –Para este punto ni el propio William cabía en sí de la felicidad por lo que estaba diciendo. Estaba presenciando una nueva etapa en la evolución. Estaba contemplando a un animal cuya sola existencia hubiese bastado para darle a Darwin un ataque cardiaco por la emoción. – No solo es eso, sino, de alguna forma, su cuerpo es capaz de discernir entre el material genético útil, y el inútil. Es posible que su cerebro haya desarrollado la capacidad, derivada de su habilidad mutante, de decidir que parte del ADN de cada animal puede ser incorporada en el cuerpo, modificando este como si de plastilina se tratase, para abrir espacio a un nuevo órgano, o un nuevo hueso que lleve a cabo una nueva función. Entre mis colegas y yo teníamos la teoría de que ha encontrado el modo de mantener su sistema en perfecto equilibrio, arreglándoselas para desempeñar las funciones vitales del organismo al mismo tiempo que continua acoplando habilidades animales. Desde luego, tarde o temprano encontraría el límite, cuando ya no haya nada más que pueda hacer, o al menos cuando el agregado de más ADN requiera modificaciones a nivel genético tan radicales que ni su propio cuerpo lo resista.- Y habiendo terminado eso, paso a propinarle la última parte de su informe a Stark; finalmente, la última hojita.
Está en particular hablaba sobre las pruebas que su equipo de investigación había realizado en la criatura. Antes de decir nada, opto por alejarse lo más posible de la celda, y susurrarle a su jefe, solo cuando estuviesen a una distancia lo suficientemente segura, y hablasen lo suficientemente bajo como para asegurarse de que ni los refinados sentidos de la criatura pudieran escucharlos. -Intentamos comprobar nuestra teoría con diferentes especies de animales: un crustáceo, un mamífero, una anguila, y un arácnido. –Comenzó a señalar las partes del cuerpo de Predador que habían cambiado a medida que lo hacía en sus apuntes.- El cráneo grande es debido al ADN de Buey Almizclero que le insertamos, al parecer produjo un aumento en la densidad de su estructura ósea; calculamos que ahora debe ser capaz de detener camionetas con la cabeza. Los ojos a sus espaldas son debido al ADN de la araña tejedora, considerada como uno de los animales con mejor visión periferia del mundo; suponemos que ahora el animal debe tener una visión de 360°. Con respecto al crustáceo, pues de seguro noto la nueva estructura ósea en sus extremidades, se debe al ADN del cangrejo rey de Tasmania que le insertamos, aunque me sorprender que pueda segmentarlo a voluntad para “guardarlo”, habrá que investigar eso. Y por último utilizamos ADN de lamprea, es una anguila del pacifico, bastantes asquerosa. No sabemos que característica adquirió de este animal dado que no manifestó ningún cambio externo. Sin embargo, estos animales tienen la capacidad de segregar proteínas que convierten cuerpos de agua circundantes en baba pegajosa; suponemos que puede ser capaz de realizar dicha tarea pero solo lo sabremos cuando se encuentre mojado. – Finalmente se tomó la libertad de hacer una pausa, esperando a escuchar las palabras de su jefe, mientras su mirada se posaba una vez más en la criatura, quien ya había vuelto a su “estado normal”, sin sufrir muchos cambios en su humor. Para el animal ya era algo natural. Las mutaciones corporales eran un producto de su poder, los cambios en su cuerpo pasaban prácticamente desapercibidos para el animal, pues este no había estado consiente cuando los llevaron a cabo. Ni los nuevos huesos en su cuerpo, ni el hecho de que de pronto pasara de tener una visión de 180° a una de 360° parecieron alterarle demasiado. Eso solo daba la pauta de que tan preparado estaba su cuerpo para adaptarse a la situación: tanto que hasta su propio cuerpo era capaz de engañarlo para que esos cambios pasaran desapercibidos. Si alguien le preguntase a Superpredaror desde cuando tenía esos poderes, él solo diría que un día se despertó con ellos, o volvería a culpar a los chinos, sin darle más vueltas al asunto.
-Señor, esto es un nuevo salto en la evolución. En su ADN esta la llave para la cura de todas las enfermedades, un remedio para cualquier veneno; podemos hacer del humano la especie perfecta, solo con un poco de su sangre. Pero necesitamos su permiso para realizar experimentos de un tipo más…invasivo, por así decirlo.- La calma con la cual el científico pronuncio aquello fue algo bastante perturbador, contrario a la actitud que había tenido hasta el momento. Sin embargo, antes de que cualquiera de los dos pudiera decir nada, escucharon un llamado. Era otro de los científicos.- ¡Señor, tenemos los resultados de las radiografías, y los análisis del interior del cuerpo de la criatura! ¡Venga, no querrá perderse esto!-
Off: te dejo que decidas que descubren y que no del cuerpo de Predador. Dado que supongo que la tecnología de Stark es prácticamente futurista, no creo que haya problemas en que descubra todos sus órganos familiares (quizás quieras leer la ficha para eso).
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El millonario ojeaba los datos e informes mientras William hablaba, intentando mantenerse inexpresivo, aunque le costó mucho dejarlo acabar sin interrumpirle, No, rotundamente no William, si se parase un momento a pensar en lo que usted mismo ha dicho se daría cuenta de por que usted ha conseguido lo que pocas personas antes, enfurecerme de verdad, el millonario lo miró con dureza, ¡ÉL!, gritó señalando a Superpredador pero sin dejar de mirar a los ojos al científico, muchos de los trabajadores del laboratorio se giraron para mirar ante la sorpresa, el es una persona, tiene aquí su ADN y queda claro que es humano, aunque tenga acopladas cadenas de otras criaturas sigue siendo una persona, continuó moviendo la carpeta frente a su empleado.
La ciencia no es la excusa para hacer atrocidades, el conocimiento es nuestra meta si, pero no a cualquier coste, no a costa de nuestra humanidad ni de la suya, ese tipo necesita nuestra ayuda, ya ha sufrido suficiente, puede seguir estudiando las muestras que ya hemos tomado, pero nada de un examen mas “invasivos”, dijo poniendo especial énfasis en la última palabra.
Tony se acercó entonces al borde del campo de fuerza hasta casi tocarlo, Superpredador ¿entiendes lo que te digo?, preguntó, voy a llamar a un amigo que puede ayudarte, puede poner en orden tus ideas y echarte una mano comprendiendo quien eres ¿te parece bien?, el millonario dejó algo de tiempo para que el mutante contestara antes de hacer una última pregunta, ¿puedo hacer algo más por ti? ¿quieres comer algo? ¿agua? Si me dices cualquier cosa te la conseguiré.
Después del intento de conversación el Vengador volvió a hablar, pero esta vez se dirigía a su fiel IA, Jarvis, ponme con Drago, parece que vamos a vernos antes de lo que tenía previsto.
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Como tenemos el mismo color de letra, he puesto tus diálogos en rojo para facilitar la lectura
El teléfono estaba silenciado, pero el insistente zumbido terminó por despertarle. Tanteó con la mano hasta encontrarlo en la mesita de noche. En situaciones normales, nada más despertar habría activado su poder de luz por su fobia a la oscuridad, pero en ésta ocasión se encontraba tan aletargado que su cuerpo no reaccionó ante el temido estímulo.
- ¿Diga? -musitó con voz somnolienta. - ¿Drago? ¿Como estas? Soy Tony.
Se dio la vuelta en la cama hasta quedar mirando (sí, mirando) al techo. Sus ojos (sí, sus ojos) se habituaban poco a poco a la semipenumbra de la habitación, suavizada por la claridad que se colaba a través de las persianas, permitiéndole distinguir perfectamente los detalles e imperfecciones del techo, las luces y sombras que se ubicaban de manera natural, sin que él tuviera nada que ver. Si no se encontrara tan drogado seguramente se mostraría más exaltado, pero por el momento lo único que podía hacer era quedarse contemplando lo que para cualquier ser humano habría pasado inadvertido pero para él suponía una obra maestra de perfección cuasi divina.
- Ah, hola, Tony, ¿qué tal? -inquirió al tiempo que elevaba el índice de su mano izquierda, concentrando su poder en ése único punto sólo para disfrutar del efecto del brillo de la luz en la oscuridad. Todo parecía tan irreal...- Estoy bien, sólo algo cansado.
No era nada que el millonario no le hubiese advertido. De 48 a 72 horas, le había dicho...
- ¿Se ha completado el proceso ya? - Sí... O eso creo... -se llevó la mano a la frente, algo mareado-. Me siento como si estuviera borracho, o drogado, no sé cómo voy a poder agradecerte... - ¿Has abierto ya los ojos? - Sí, y creo que está todo bien, aunque imagino que tendré que ir a un oculista a que me revisen la vista para comprobar que todo está en orden. - Bueno, me alegro, aunque en realidad no sólo llamo por eso.
Drago se incorporó sobre un codo, prestando atención.
- ¿Sí? ¿Ha ocurrido algo? - Verás, me ha llegado un mutante al laboratorio, sedado. - Aha... ¿está bien? - Parecía un animal salvaje. En las noticias lo llamaban Superpredador. Ni siquiera sabia que era humano hasta que le analizamos el adn. - ...Creo haber oído algo de eso... ¿Fue el que atacó a Luthor? - Si, el mismo. El caso es que creo que ni siquiera sabe que es humano. - Eso no es raro, hemos tenido casos así -respondió el mutante, incorporándose hasta quedar sentado en la cama-. Es normal si la mutación es muy drástica, como creo que es el caso.
Y sin necesidad de ser tan drástica. Él mismo se había creído un ángel enviado por Dios para impartir justicia sobre los pecadores. Había muchas circunstancias que podían influir en algo así.
- Creo que quizás vosotros podáis ayudarle mejor que yo. - Posiblemente -se llevó por instinto los dedos a los cansados ojos y se maravilló al sentir algo tan simple como la presencia física de los orbes bajo los párpados-. ¿Quieres que me pase por allí o nos lo enviáis vosotros? - Si vienes tu quizás deba acompañarte el Profesor o alguien capaz de tranquilizarlo, o al menos mantenerlo a raya. - De acuerdo, iré con el Profesor, o con Jean. ¿Cuándo te viene bien? - Cuanto antes, no creo que se encuentre cómodo aquí. - Vale. De paso te comentaré algunos sueños raros que he estado teniendo... No sé si tiene relación con el Extremis, pero quizá deberían hacerme alguna revisión en el laboratorio. - Perfecto, prepararé el escáner para cuando llegues. - Hasta pronto, entonces.
Y, tras colgar el teléfono, se dirigió directamente a la ducha.
Nota:
Continuad vosotros y cuando pase el tiempo adecuado nos incorporaremos a la escena.
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Las clases de apoyo eran mis preferidas en ese momento. Eran sencillas, amenas, incluso divertidas. El hecho de tener menos alumnos facilitaba mucho la enseñanza y la atención, los chicos se distraían menos y yo podía centrarme mejor en las necesidades de cada uno con más facilidad que de costumbre.
Hacía ya unos meses que me había reincorporado a la Patrulla y me había unido al profesorado de la Mansión, ayudando así a Drago y el resto de compañeros. Hablando de lo cual, en mitad de la clase sonó mi móvil y pensé en no cogerlo, pero al ver que era Drago supe que sería por lo menos importante.
Salí de la clase disculpándome con los alumnos y descolgué el teléfono, quedándome en la puerta a la vista de los jóvenes.
-Drago. -Jean, hola, ¿te llamo en mal momento? -No, dime- le dije, no le mentí, pero no era necesario decirle que estaba en mitad de una clase. Eché un ojo a los chicos y seguían tranquilos, tonteando, pero sin armar jaleo. -Me acaba de llamar Anthony Stark. Es una cuestión urgente, al parecer le ha llegado un mutante sedado a su laboratorio- hizo una pequeña pausa que interpreté que sería para darme tiempo a pensar. -¿Te acuerdas del ataque que sufrió el presidente Luthor? Salió por las noticias. -Sí... Cómo olvidarlo. ¿Qué ha pasado? ¿Necesitas algo? -No, yo no, pero Stark necesita nuestra ayuda... El mutante que le han entregado es uno de los que atacaron a Luthor-. Eso no era bueno. -En las noticias lo llamaban Superpredador. Por lo visto es algo así como un animal salvaje, pero parece tener cierto grado primitivo de consciencia. Según Stark, ni siquiera sabe que es humano... Él cree que podríamos ayudarlo en la mansión, hacerle entender lo que es, proporcionarle alguna clase de educación. . -Ya veo... ¿Dónde voy? -Stark necesita que vayamos cuanto antes a recogerlo, no está muy tranquilo allí. Me pidió que llevara conmigo a alguien para tranquilizarlo, y creo que tú eres la mejor en eso. ¿Estás en la mansión ahora?- Gracias, Drago. -Sí, estaba en una clase de apoyo. Daré por terminada la clase. -Vale, traete el hummer. Si está sedado será lo mejor para transportarlo. Yo estoy en mi casa, así que iré directamente para allá en el metro. Nos vemos en la puerta de la Torre Stark. -Perfecto, nos vemos allí.
Colgué la llamada y me dirigí a la clase. Allí les expliqué a los alumnos que se daba por terminada la clase de ese día y que les dejaba el día libre para que hicieran lo que quisieran, sin tareas ni nada por el estilo.
Cuando todos los alumnos se fueron fui a mi habitación a dejar papeles y a por mi chaqueta, bajé al garaje y salí con el Hummer que Drago me había pedido hacia nuestro punto de encuentro.
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Decir que William se había sorprendido ante la reacción de su jefe era una eufemismo: le habían dejado verdaderamente estupefacto. Realmente no supo que contestar a lo que le estaba diciendo Tony, pero no por falta de argumentos en contra, sino porque la ira que ostentaba el multimillonario, tan poco habitual en alguien como él, que siempre se la pasaba tranquilo, basto para callar al científico por miedo a empeorar su situación. El pobre hombre no entendíapor qué Stark tenía de repente tanto miedo por la seguridad de una bestia como Predador. En efecto, él había visto de primera mano los exámenes de ADN que se le hicieron al animal, y sí, confirmo que había un poco de ADN humano en su organismo, y que el material genético original de la criatura era humano. Pero el también observo todas las cadenas de ADN que se encontraban entremezcladas con ese ADN humano; a estas alturas el ADN animal superaba al humano en cuanto a proporción, y sus propias contribuciones no habían hecho sino empeorar la situación, aunque a él no le importase. Para William, lo que le habían hecho a Predador en sus laboratorios, o cualquier cosa que le podrían hacer en un futuro palidecería en comparación todos los descubrimientos que podrían surgir a partir de dichos experimentos. Experimentar con el ADN de la bestia era, para el científico, igual a probar cosméticos con animales, o utilizar bacterias derivadas del veneno de un escorpión o una serpiente para preparar un cultivo y desarrollar una vacuna. Por eso cuando Iron Man se expresó del modo en el que lo hiso, el científico se quedó estupefacto; había esperado que alguien como él, quien amaso su fortuna vendiendo armas y explosivos a todo el mundo, entendería que a veces el progreso requiere un poco de sacrificio, que para hacer una tortilla a veces hay que partir varios huevos.
Pero de entre todos los presentes, nadie se sorprendió más que la propia criatura, Superpredador. El ser había sido privado de sus recuerdos hace poco tiempo por la magia de la hechicera Dalae, quien había considerado como su primera amiga. En la mente de la criatura ya no quedaban recuerdos de sus interacciones con humanos, solo aquellas que habían ocurrido antes de que se uniera a los Vanquishers, las cuales habían sido todas negativas, como mínimo. Fue por eso que se sorprendió tanto al ver a Stark defendiéndolo. No solo eso, sino que el multimillonario lo llamo él….él, y no eso. Los ojos de la criatura se encontraban abiertos como platos para este punto. Jamás nadie se había referido a él como un él y no como un eso. Más aun, el hombre realmente estaba indignado con el trato que había sufrido Predador, tanto que su enojo continuo latente en su rostro aun después de que el científico William abandonaba el edificio, excusándose para tomar aire. No recordaba que nunca nadie lo hubiese defendido de ese modo, menos aún un humano. Y sin embargo, este hombre no solo había hecho eso, sino que ahora estaba mirándolo con una cara no de asco ni de miedo, sino de compasión. Pero entonces el hombre habló, y Predador se quedó helado. Fue lo que dijo después de asegurarse de que estuviese siendo comprendido lo que provoco una verdadera sorpresa en la bestia. Le ofreció…ayuda. Le dijo que llamaría a un amigoque lo ayudara a poner “en orden sus ideas” y “comprender quien era”. Estas expresiones pasaron desapercibidas ante la mente primitiva de la bestia, simplemente por el hecho de que no fue capaz de descifrarlas.- Yo…saber…quien ser…yo- Le dijo la bestia, finalmente optando por hablar con el multimillonario.- Yo ser…yo.- Sobra decir que su respuesta no fue la más brillante, simplemente porque la mente del animal le impedía interpretar cualquier clase de información más allá de su sentido literal, al menos de momento.
Pero desde luego eso ya no importaría mucho, pues ante la primera mención de la comida el animal casi salto contra el campo de fuerza, adhiriéndose a los barrotes mientras enseñaba las fauces, pero no de una manera agresiva, sino más bien para expresar su deseo de saciar el hambre.- Yo…querer…carne…- Acto seguido señalo a varios de los hombres de bata blanca con el dedo, indicando con bastante claridad de donde quería que viniese la carne de su almuerzo.- Y agua…yo sed.- Quizás de haber estado menos ocupado en saciar sus deseos, hubiese tenido más tiempo para maravillarse ante el hecho de que, por primera vez en mucho tiempo, un humano le estaba ofreciendo algo de comer sin pedir nada a cambio. Pero en ese momento su limitado cerebro solo podía pensar la comida, de modo que no le quedo espacio para ocupar sus pensamientos con ninguna otra cosa. Si lo que el humano había dicho era correcto, entonces no le quedaría más remedio que quedarse esperando al otro humano; con suerte hasta podría escaparse de la jaula una vez que todos llegasen.
Desgraciadamente para la criatura, había algunos que no querían su libertad. Un hombre en particular, quien a esas alturas se encontraba afuera del edificio, veía con muy malos ojos el que un animal de sus características se le escapase de las manos, más aun cuando era la llave a una paraíso de investigaciones científicas. Con eso en mente es que había llamado a una persona en particular, una que él conocía bastante bien.-Hola… ¿Me escuchan?- Pregunto William, solo para continuar una vez que se aseguró de que no estaba siendo observado.-Que curioso que me llames recién ahora, William…-contesto una voz, en tono bastante burlón.- ¿Qué paso? ¿Finalmente te diste cuenta de que yo tenía la razón? Te dije que Stark acabaría decepcionándote.- El hecho de que el científico optara por no responder a sus provocaciones le dio a la mujer la pauta de había dado en el clavo, así que continuo.- Yo te lo advertí. Te dije que ese hombre ya no tenía la motivación ni la ambición para llegar a los extremos en pos del desarrollo científico, que se había dejado influir por morales absurdas, que son peligrosas cuando se combinan con el trabajo.—Y tenía toda la razón.- Contesto William, cada vez menos capaz de ocultar su indignación.- Que bueno que finalmente te des cuenta, pero debes saber que, si planeas volver a trabajar para mí, deberás ofrecerme algo junto con tu solicitud de empleo; conseguir trabajo estos días no es tan fácil y mi equipo de investigación genética está muy completo, así que al menos que tengas algo me veré forzada a colgar.- -Tengo algo que le interesara mucho ¿Recuera el ataque que sufrió el presidente Luthor en su campaña?- -…te escucho.- -Una de las criaturas que lo ataco, ese hombre-animal que lucho contra Iron Man…ahora se encuentra en las manos de Tony. Esta encerrado en la Torre Stark. Tony planea liberarlo, o entregárselo a otros, no lo sé muy bien todavía, pero de momento sigue en la torre.- -¿Lo que me estás diciendo es que quieres que organice un ataque coordinado a uno de los edificios con mejor seguridad de New York para secuestrar a un animal?- Esta vez era la mujer quien se encontraba indignada, pensando que solo le habían hecho perder su tiempo. Si realmente necesitaba llevar a cabo la acción que se le sugería, esperaba que al menos fuese por algo que valiera la pena.- Tienes diez segundos para decirme por que debería hacer eso. —Oh, señorita Walker, con gusto. Solo espero que este sentada, porque lo que le voy a contar tal vez la haga caerse de espaldas ¿Recuerda su proyecto para crear un arsenal biológico de una sola criatura, capaz de obedecer todas sus órdenes? Pues, solo digamos que esta criatura podría ser la clave para ahorrarle unos….20 años de investigación….-
off: pensaba en que el siguiente turno posteara stark, luego posteo como llega waller, y luego llegan los mutantes. Cualquier queja mandenme un MP, sino considerare que aceptaron
La voz aletargada de Drago me hizo comprender que aquella llamada inesperada y repentina le habría apartado bruscamente de los brazos de Morfeo. Aunque me consoló saber que su presencia era requerida por el mero hecho de ser un miembro influyente en la mansión X, mi voz titubeó levemente al preguntarle por la recuperación de su visión. Conocía las repercusiones físicas de la intervención, por lo que me tranquilicé al entender que los síntomas que me describía a través de la línea estaban incluidos en la lista de los más frecuentes y en consonancia, formaban parte del proceso estándar de recuperación. Un suspiro aliviado abandonó mis labios, ya que su salud suponía para mí algo más que el hallazgo de un revolucionario proceso científico. Personas como Drago, entregadas a su causa, justificaban cada día la decisión que me llevó a renunciar al desarrollo armamentístico en pos de contribuir al progreso de medidas sanitarias, educativas y tecnológicas. Industrias Stark, acusada de dar la espalda a su herencia, había logrado devolver la vista a un buen hombre.
Sin embargo, la última declaración de Drago logró devolverme de golpe y plumazo a la realidad. ¿Sueños extraños? ¿De qué demonios estaba hablando? Aun así, y por el bien del pobre mutante que se encontraba encerrado en el laboratorio, decidí relegarlo al caótico rincón de mi mente que recibía el nombre de “cosas pendientes”.
-Tranquilo, amigo. La caballería está en camino…-dije dirigiéndome personalmente al mutante. Me acerqué peligrosamente a la jaula, obviando toda medida de seguridad laboral al confiar enteramente en la dureza de la cúpula. Entrecerré los ojos y giré levemente mi cuello, haciendo acopio del descaro característico que exhibe un niño cuando se topa por primera vez con un ser humano que presenta características anómalas. Aquel ser invitaba a una observación taciturna e inevitable, no sólo debido al conjunto de características que le conferían un caris hostil, ya que sus ojos no podían pasar inadvertidos. Las pequeñas y brillantes pupilas encerradas en aquel orbe grisáceo eran la prueba definitiva de la humanidad que entrañaba aquel ser.
Fue entonces, cuando se dirigió a mí afirmando saber quién era. Aquello me obligó a entreabrir los labios con curiosidad, esperando escuchar alguna clase de intervención que me brindara alguna pista sobre su naturaleza. Asentí lentamente, ofreciéndole el valor necesario para que desarrollara una respuesta. Por ello, a pesar de que me ofreció una respuesta simplista que no subsano mi curiosidad, opté por sonreírle de manera amigable. El humor también era una característica puramente humana.
-Por mucho que te apetezca carne comprende que no puedo dejar que te comas a mis científicos-musité liberando una sonora carcajada. –¡Traedle agua y algo de comer!-ordené ocasionando el caos en aquel laboratorio, ya que todos querían conservar su puesto en mi plantilla laboral. Los científicos respondieron a mis exigencias en un tiempo record al brindarle a Superpredador una pieza de carne y un bol de agua.
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Disculpad la tardanza, he estado un poco out durante las vacaciones. Superpredador, prosigo con el curso de acción que habíamos acordado por mp, ya que tiene más sentido que Waller nos ataque una vez estemos fuera a que trate de asaltar toda la Torre
Drago se acercó a la esquina del edificio cuando vio aparecer el Hummer de la Patrulla por la avenida que conducía hasta la Torre Stark y le hizo una discreta seña a Jean para advertirla de su presencia. No disponían de muchos vehículos terrestres en la mansión, pero aquél era sin duda el más indicado para poder transportar al extraño mutante sin llamar demasiado la atención.
Cuando Jean aparcó, fue a su encuentro para saludarla y emprendieron el camino hacia la Torre en silencio. Drago no había hablado con nadie acerca de sus intenciones de inyectarse el Extremis, con la excepción de Cassandra, y de todas formas, tampoco debería, puesto que nunca había admitido su ceguera ante nadie en la mansión. Los únicos que eran conscientes de ello eran el Profesor Xavier, Tormenta y Bobby, y éstos últimos porque le habían visto inconsciente, cuando no podía mantener las ilusiones con las que siempre se cubría. Ni siquiera había hablado nunca del tema con Logan ni con Sam, a los que consideraba sus mejores amigos dentro de la mansión. Sencillamente no le resultaba agradable hablar de la época en la que había sido torturado, y mucho menos admitir sus debilidades. No soportaba que los demás le miraran con compasión o lástima.
Sin embargo, y aunque nunca había surgido el tema con Jean, no tenía claro si la mutante conocía su tumultuoso pasado merced a sus habilidades telepáticas. Algo sabía, y lo había dejado claro la tarde en la que habían recibido a Planaria Glámez como nuevo profesor, pero no sabía hasta qué punto habría indagado en su mente, y no saberlo le hacía sentir incómodo, pero por otro lado tampoco se había atrevido a sacar el tema a posteriori, pues, como ya hemos dicho, no le resultaba agradable hablar de ello y prefería evitarlo a toda costa. Por tanto, no sabía si debía hablarle o no de su recién recuperada visión, y éste estado de indecisión debió notarse en el incómodo silencio que pesó sobre ambos hasta que llegaron al mostrador de recepción. Jean sabía que Eclipse no era muy hablador, pero la situación resultaba forzada incluso para él.
- Disculpe, tenemos cita con el señor Stark -le dijo a la chica del mostrador.
- Claro, ¿a quiénes debo anunciar? -inquirió la muchacha descolgando un auricular.
- Dragoslav Katich y Jean Grey.
- Enseguida. Esperen un momento, por favor...
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Ya cerca de las inmediaciones de la Torre Stark vi a Drago hacerme una seña en la avenida que transitaba, así que busqué el aparcamiento allí mismo, y lo encontré en la calle siguiente que cruzaba la posición de el profesor.
Caminé junto a él en silencio hasta llegar donde nos esperaba Tony Stark, en demasiado silencio. Conocía a Drago lo suficiente como para saber que no era muy hablador y que si no le conocías podía resultar intimidante, lo que favorecía la falta de conversación con él y que seguro que el moreno agradecía, pero no era el caso.
Justo cuando paramos en un paso de cebra a esperar que la luz pasara de rojo a verde, me giré hacia él y posé mi mano sobre su hombro, dedicándole un suave apretón de ánimo, de empatía. Sabía que algo le pasaba y yo no quería que se sintiera incómodo por mi presencia ni nada por el estilo, los dos teníamos nuestros fantasmas y nuestras luchas, pero si dejábamos que éstas nos separaran...
-No sé qué es lo que te ocurre, Drago. No sé cuál es tu secreto mejor guardado. No he usado mis poderes contigo ni con ningún profesor nunca, si bien sé que estás algo diferente ahora mismo. Pero, sí puedo decirte, al igual que te dije que Sasha no sabía nada de ti, que yo no sé nada de ti... Al menos, nada de lo que no me cuentas- dejé caer mi mano con suavidad y continué con nuestro camino hacia la Torre en silencio. No sabía cómo se lo iba a tomar él, esperaba que bien. No solía meterme en los asuntos de los demás a menos que me requirieran o que fuese algo realmente importante, mas me parecía que Drago se merecía de algún modo escuchar algo que le sacara de sus pensamientos.
Una vez allí, dejé que Drago se ocupara de hablar y me quedé en un segundo plano, hasta que nos llevaran hasta el sujeto que requería nuestra atención y ante Stark.
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Aguardé en silencio frente aquella jaula hasta que un empleado me advirtió de la presencia del señor Dragolav Katich y de su acompañante, la señorita Jean Grey.
-Hágalos pasar…-ordené con un ligero aspavientos. Tal vez, el protocolo dictara que lo más óptimo y responsable habría sido recibirlos en una oficina para ponerlos al corriente sobre la criatura y el proceso de extracción de la misma, sin embargo, para mí, aquella situación no podía ser aplazada un solo segundo más. Aquel mutante, vulnerable y encerrado, necesitaba reunirse con los suyos lo antes posible para entender su mutación, así como las múltiples consecuencias derivadas de la misma.
Aunque me habría gustado intercambiar unas palabras diferentes con mi amigo Eclipse, la presencia de Jean logró intimidarme. Drago era una persona reservada, por lo que opte por guardar silencio al no disponer de toda la información relacional y jerárquica de los mutantes de Charles Xavier.
-Siento el desplazamiento…-comenzó disculpándose por las horas intempestivas a las que había requerido su presencia. -¿Cómo estáis?-les preguntó a ambos, guiándolos hasta la jaula formada por aluminio y metacrilato.
Fue entonces, cuando le tendió a Eclipse la carta que Trykhun, el acólito de Arión, había adherido en el envío.
-Según mis investigaciones, y estos datos, el objetivo de su mutación es la supervivencia a partir de continuas adaptaciones físicas a las exigencias del entorno. Si Charles Darwin hubiera visto algo así…-bromeé haciendo alarde de mi sorpresa con un prolongado suspiro. –Entre otras cosas, a partir de su ADN se podría obtener información para erradicar diversas enfermedades que amenazan a la humanidad-añadí haciendo acopio, esta vez, de los informes recaudados a través de los medios de Industrias Stark. –Pero lo más sorprendente, es que a pesar de su apariencia, las cadenas que conforman su ADN comparten gran similitud con el genoma humano-finalizó colocando la palma de su mano sobre la jaula.
-Es por eso que creo que tu presencia es imprescindible aquí, Drago-susurro abstraído contemplando a Superpredador.
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Drago se detuvo a mirar a Jean cuando ésta le puso la mano en el hombro y acabó por apartar la mirada, avergonzado por sus palabras.
- Lo siento, Jean, de veras... Sé que siempre he sido bastante... difícil, y te agradezco la paciencia que habéis tenido hasta ahora conmigo, y la manera en la que me habéis apoyado todos como líder.
Había cambiado mucho en realidad en el último año. Cuando la Colisión le obligó a llevar las riendas de la Patrulla tras el abandono de Cíclope había tenido que ocuparse de todas las tareas diplomáticas, forjar nuevos lazos y relaciones con otros grupos, dar la cara por la Patrulla ante los medios, asumir las responsabilidades cuando era necesario, ser un buen modelo a seguir como líder, trabajar en equipo, cooperar con los suyos... Todo éste trabajo le había ido obligando poco a poco a salir de su caparazón, pero el mayor cambio se había producido a raíz de empezar a salir con Cassandra. Había descubierto la felicidad y el amor, y eso se había reflejado en gran medida en su carácter, por lo general tan oscuro y sombrío. Sí, sin duda había mejorado mucho en los últimos tiempos, pero eso no quitaba los ocho años previos en los que se había estado esforzando activamente por alejar a todos los que trataban de acercarse a él, impulsado por el absurdo e irracional temor de que podría llegar a absorber su luz interior de manera involuntaria, tal como hacía con la del entorno que le rodeaba, antes de que descubriera que en realidad era capaz de generar la luz por sí mismo, sin necesidad de extraerla de ningún sitio.
- Habéis sido excelentes compañeros todos estos años, y, sin embargo... Bueno, supongo que las viejas costumbres son difíciles de eliminar -explicó con una media sonrisa amarga.
Al fin y al cabo había sido cazarecompensas durante bastante tiempo, y aquél era un mundo en el que no podías fiarte de nadie. Lo primero que había hecho Xavier al conocerle había sido mirar dentro de su mente, y no podía evitar sentir siempre ese recelo ante los mutantes telépatas, especialmente dada la naturaleza particularmente vulnerable e inestable de su psique.
- Tengo un pasado difícil del que no me gusta hablar -continuó una vez hubieron reemprendido el camino hacia la torre-. Imagino que eso sí lo sabrás.
No era ningún secreto que, cuando el gen X despertó en él, Drago no había entendido lo que le pasaba y, siendo creyente como era, había creído que había fallecido y que el nuevo ser que había surgido no era sino un ángel vengador que había ocupado su cuerpo para impartir la justicia de Dios. Durante años se había estado dedicando a buscar, perseguir y asesinar a los culpables y responsables de la masacre de Srebrenica, su ciudad natal, hasta que la Patrulla X le había capturado y Xavier le había convencido de que no se trataba de ningún ángel sino de un ser humano que no tenía derecho alguno a decidir sobre la vida y la muerte de los demás. Xavier le había devuelto los recuerdos que habían sido bloqueados tras el trauma de la tortura, le había explicado lo que era ser un mutante y le había acogido en la mansión, dándole una nueva oportunidad para empezar de cero, perdonando todos sus errores pasados. Eclipse jamás había podido agradecérselo lo suficiente; por ello, su lealtad era absoluta. Por eso, aunque casi nadie conocía los detalles de su ceguera, todos los profesores habían sido informados de su tumultuoso pasado, y de hecho habían sido Tormenta y Bobby los que habían ayudado a capturarle.
- Me estaba planteando contarte o no lo que ahora mismo tengo en la cabeza, pero implicaría hablar de ese pasado del que no me gusta hablar -concluyó, pues para decirle que se había ofrecido voluntario para probar el Extremis primero tendría que explicarle los motivos que le habían inducido a ello en primer lugar.
La indicación de la recepcionista de que accedieran al laboratorio obligó a posponer la conversación.
- Hola, Tony -saludó en cuanto llegaron a su presencia, avanzando para estrechar su mano con una sonrisa sincera en el rostro-. Estamos bien, mejor que bien... ¿Cómo estás tú? La última vez que te vi parecías bastante preocupado, por todo el tema del Acta de Registro. ¿Sabes si al final el proyecto va a continuar para adelante? Y ni menciones lo del desplazamiento, para eso estamos.
Se detuvo ante la jaula y le echó un vistazo a la criatura al tiempo que leía el documento que el Vengador le había entregado. No pudo evitar que un escalofrío le recorriera la columna vertebral al observar la frialdad con la que ese mago, ese... Arión, había realizado su estudio sobre el mutante. ¿Lo había abierto realmente en canal para averiguar cómo eran sus órganos internos? Por el amor de...
Las explicaciones que le daba Stark acerca de su mutación le recordaban a los poderes de uno de los miembros de la Patrulla, el mutante Darwin, que tenía la facultad de adaptarse a cualquier entorno para sobrevivir. La diferencia era que aquellas mutaciones no permanecían en él una vez desaparecían las circunstancias que le habían obligado a desarrollarlas. El poder de aquél mutante parecía ser muy elevado, y no se le escapaban las ventajas de lo que el millonario estaba sugiriendo, el problema era que para poder hacer eso, Superpredador tendría que estar de acuerdo. Lo contrario, al tratarse de un ser sintiente, sería ilegal.
Tras tenderle los papeles a su compañera para que los leyera también se acercó más a la criatura enjaulada, tratando de buscar su mirada con sus recién recuperados ojos.
- Hola, yo soy Drago, y ésta es Jean. Somos amigos -dijo en el tono más tranquilizador que pudo-. Hemos venido para llevarte a un sitio donde podrás estar bien, fuera de ésta jaula. ¿Te gustaría? ¿Cómo te llamas? -luego, le susurró a su compañera para que el mutante no pudiera oírlo-: ¿Podrías sondear su mente? ¿Es inteligente? ¿Puede entendernos?
La criatura estaba comenzando a irritarse notablemente ante la perspectiva de mantenerse encerrado. Al menos el humano se había mostrado lo suficientemente “bondadoso” con su prisionero como para permitirle devorar un poco de alimento, y en cantidades que pudiesen saciarlo. Siendo justo, era ya mas de lo que los chinos habían hecho por él, y el recuerdo de ese humano discutiendo con el científico respecto al destino de la criatura aún se mantenía claro en su mente, y le confundia…pero aun asi, una prisión seguía siendo una prisión. Puede que ese humano fuese mas amable que los demás humanos que había visto, o que lo mantuviese en mejores condiciones que los demás humanos que le habían encarcelado, o que inclusive no tuviese las mismas intenciones que el resto de los humanos que habían tenido la oportunidad de experimentar con su cuerpo; pero al final de cuentas, él estaba libre mientras Predador en una jaula. Y eso era, a grandes rasgos, lo que le molestaba al animal: la jaula. Obviamente, lo más probable es que de no haber estado los barrotes de por medio, la bestia ya se hubiese devorado a todos en ese edificio, pero Predador era ajeno a ello. En animal era incapaz de ver más allá de sus propios deseos y necesidades debido a sus casi nulas interacciones con humanos (al menos hasta donde él recordaba); desde ese punto de vista, todo lo que le concernía era que al mantenerlo allí encerrado le estaban probando de conseguir su propio alimento de la forma en la que él siempre lo había hecho, y condicionaban su alimentación a los horarios de comida establecidos por los humanos, otra cosa que no le gustaba.
Desgraciadamente, por más estúpido que fuese, la criatura seguía teniendo el suficiente ADC humano como para efectuar razonamientos en su más básico nivel, y aún era capaz de aprender como cualquier animal inteligente. Ya se había dado cuenta de que no podía escapar de esa jaula: Sus ondas sónicas podían dañar el muro eléctrico invisible, pero ni con toda su fuerza, ni con sus poderosas fauces o garras era capaz de hacerle algo a los barrotes de metal que cubrían la entrada. Sobra decir, que la criatura jamás se había visto en una situación donde su fuerza fuese algo tan insignificante, no desde que intentó sin éxito levantar la flor mágica de Anna de sus manos y fallo; la sensación seguía disgustándole, pero ahora más porque le sumaba el estrés de ser prisionero de un grupo de humanos con bata. Al menos seguía teniendo carne que masticar y agua que tomar, y mientras los platos le siguieran llegando, no tendría problema con eso. Ya un par de veces había intentado morder, o mejor dicho arrancar, la mano que le había dado de comer, pero sin éxito. La carne caía por una compuerta de la celda, demasiado pequeña como para que él pasara por allí. En un principio creyó que era especie de dispensador mágico infinito de carne, pero después de varios intentos de meter el brazo y no sacar nada, se dio cuenta de que los humanos eran quienes lo manejaban, y por más que intento, jamás logro atrapar a ninguno a través de ese conducto, solo interceptar la carne que le enviaban.
Todo cambio cuando llegaron dos personas que no había visto antes. Al igual que el humano en que había puesto su atención antes, ellos no tenían batas, convirtiéndolos en dos de las únicas tres personas de toda la habitación que no tenían uniforme de científico. Uno de ellos era claramente macho, de pelo negro y piel palida. Era quien mas aparentaba debilidad de los dos. La otra era una hembra de tez mas oscura, con cabellos rojos cono Anna, pero mas alta y de mas edad. Predador vio lo vio a él, y luego a ella…y luego retrocedio, gruñendo y enseñando los dientes en señal de advertencia, hasta que termino utilizando sus manos y pies para adherirse a las paredes y asi escalarlas verticalmente, de modo que quedase pegado en una de las esquinas superiores entre la pared y el techo; lo mas alejado de ellos que fuese posible. Era la primera vez en la vida que le pasaba algo asi con un humano, y eso le espantaba. Ellos se veian como humanos, por ende lo eran, y todos sus sentidos le indicaban eso….menos el olfato por que las condiciones de su encierro entorpecían ese sentido en particular. Lo preocupante era que, si bien sus sentidos le decían que eran humanos, sus instintos animales prácticamente le gritaban que tuviese cuidado con ellos, en especial con ella. Le decían que, si no tenia cuidado con la hembra, podía darle una sorpesa desagradable ¿Por qué esos dos eran tan diferentes a los demás? ¿Por qué una sensación de alerta constante comenzó a invadirle cuando ellos entraron? No lo sabia, y quería averiguarlo.
Al final su curiosidad le gano a su miedo y se acerco a ellos hasta donde pudo. Primero lentamente, en cuatro patas, cual gorila, asegurándose de no hacer movimientos bruscos que pudieran provocar un ataque de su parte. El bajar de los muros sin caerse no le supuso problema: el pegamento que secretaba su piel le permitía eso. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de ellos se paró en dos patas, para asegurarse de verse lo más imponente posible. Y, en realidad, puede que para esos dos nuevos visitantes la visión de un “hombre-animal” en toda su extensión de tamaño, con sus grandes dientes y su piel grisácea, les resultara imponente; pero para Predador, aun seguía sin haber resultados en cuanto a lo que la disminución de su sentido de alerta se refería. Independientemente de lo que ellos pensaran de él, Predador seguía viéndolos como seres peligrosos, y por más grande que se hiciera, eso no cambiaría. Los patrones de conducta animal de varios herbívoros y carnívoros se encontraban grabados en su cerebro, de modo que le resulto aún más inquietante el pensar que estos habían fallado. Al final tuvo que optar por hacer lo que había estado posponiendo adrede: el dialogo.
Y es que ¿Qué le dices a dos seres como ellos, que tanto miedo y curiosidad te generan, la primera vez que los vez?- ¿Qué ser tus? – Fue lo mejor que se le ocurrió a la criatura, utilizando el “tus” por “ustedes” dado su desconocimiento de esta última palabras. Opto por usar el “Que”, dado que, al menos hasta donde había observado, el “Quien” se usa para humanos, y el “Que” para todo lo demás, y ya había establecido que esos dos no eran humanos. – Tus…no…humanos….yo saber.- Continuo hablando poco después, intentando lucir lo más agresivo posible, para que no descubriesen lo preocupado que estaba.- Humanos…no…peligrosos….no tanto…tus mas peligroso…yo saber…- Era la mejor forma que tenia el animal de decirles que sus instintos le decían que ellos eran de lo mas peligroso en la habitación. Entonces su carne cayo por el compartimiento de la celda, y el solo sonido del alimento llegado le basto a la criatura para terminar la conversación de un modo bastante “anticlimático”. La carne apenas había tomado el piso cuando el animal llego hasta ella, tomándola con una mano con gran facilidad y arrancando mas de la mitad del trozo con un mordisco. Todos observaron sus dientes cortando carne con la misma facilidad con la que se toman trozos de puré con un tenedor. Un bocado más igual, y la carne ya había desaparecido con hueso y todo; el animal se encontraba masticándola mientras retomaba su lugar al frente de la jaula.- ¿Qué querer tú? – pregunto, pero solo luego de tragar el trozo de carne; uno que por su tamaño hubiese bastado para dar de cenar a una familia pequeña. -¿Tus...venir por yo?- Esa última seguía siendo una posibilidad…pero una muy preocupante.
Y dicho eso el animal finalmente cerro su boca. Ahora solo restaba a Eclipse y Jean explicarle todo a Predador. No solo responder sus preguntas, sino revelarle al animal todo lo que ellos considerasen oportuno que este conociera, con la dificultad adicional de ponerlo en un lenguaje que este lograse comprender.
off: al final me parecio que necesitamos un turno mas antes que salgan, como para que procesen al sery el que se tendran que llevarlo, como lo haran, cualquier interaccion que quieran tener entre ustedes o tony previo al viaje, etc. En el siguiente turno arrancamos.
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Seguí a Drago en silencio pensando en lo que me había dicho en la calle justo antes de entrar, sería algo de lo que hablar más adelante si él quería. En ese momento lo importante estaba ante nosotros, encerrado en una jaula y que parecía algo asustado.
-Stark- saludé al científico y vengador con un movimiento de cabeza y una sonrisa educada queriendo dar a entender que me encontraba bien y no eran necesarias las palabras, y me quedé observando a la criatura que teníamos delante, fascinada. Tony le tendió unos papeles a Drago, papeles que más tarde me llegaron a mí: eran anotaciones sobre el mutante que teníamos ante nosotros, pruebas, análisis... que venía adjunto al "paquete" que Arión envió a Stark. Qué detallista el mago, y qué cruel... La anotación verbal de Stark acerca de las enfermedades que se podrían erradicar partiendo del ADN de Predador me hizo sentir un pequeño escalofrío, pues estaba convencida de que tardaríamos mucho en analizar y comprender a esa criatura y, aún más, Predador tardaría en comprendernos a nosotros y esas intenciones. Seguro que no le gustaría.
Drago se adelantó entonces y nos presentó a la pobre criatura que estaba ahí encerrada, entiendo que por motivos más que lógicos, aunque seguro que no por voluntad propia. Di un paso hacia Superpredador y su reacción ante mi compañero y yo no fue muy buena, en un principio. Parecía temernos. Aquello me dio lástima, debía estar asustado y esperando a que hiciésemos con él experimentos macabros. Asentí a la petición de Drago y busqué alguna información en su cabeza.
-Nos entiende... Pero... Apenas puede hablar o, no. No. Apenas sabe hablar, pero es capaz de aprender. Hubo un tiempo... en el que fue como nosotros casi, conserva el raciocinio básico. Pero tiene miedo...- terminé por decir eso en un tono de voz muy bajo. Obvié aclarar que sobre todo temía a mi presencia. En ese momento, parecía que la criatura comenzaba a curiosear, le habían reducido su consciencia casi al nivel de un animal salvaje. Fue entonces cuando me acerqué muy despacio a donde estaba él, al borde de la jaula y me puse de rodillas, para que viera que no iba a ser una adversaria para él, que no pretendía hacerle daño, que no estábamos allí para retarle.
-Venimos a por tú... Sí. Nosotros querer ayudar tú- intenté comunicarme con él de manera que me pudiera entender, sin miedo y tranquila, pero sin intimidarle más de lo que ya se sentía. En ese momento, un pedazo de tamaño considerable de carne cayó por un compartimento a la jaula, distrayendo mi atención y llamando la de Superpredador. No tardó nada en llegar hasta la comida y tardó menos aún en devorarla, dejando a la vista sus afilados dientes que cortaban la carne cruda como si de mantequilla se tratase. Le observé en silencio un momento y me levanté para volver con los hombres. -Le han reducido de una manera brutal, han experimentado tanto con él... Su condición, aún así, es fascinante. Sus mutaciones son mutaciones propiamente dichas, no sólo adaptaciones momentáneas. Darwin estaría patidifuso si pudiera verle...- respiré hondo un segundo, pensando en lo siguiente que tenía que decirles. -En cuanto a su traslado, me gustaría que pudiese ser lo más amigable posible. Nos teme, siente miedo. Sabe que no somos humanos normales y corrientes y eso le produce a su vez curiosidad- dije, mirando intermitentemente a Drago y Stark. -Si bien se siente más tranquilo porque no llevamos batas de médico. Hay que tratar de que se fíe de nosotros antes de trasladarle, no me gustaría que ocurriese ningún accidente... ¿Se os ocurre algo?- miré entonces a Drago y me comuniqué mentalmente con él.
Si las cosas salieran mal puedo encargarme, pero no me gustaría llegar a eso- si podía evitarlo, prefería no usar mis poderes. Me crucé de brazos y me giré de nuevo hacia la criatura, dándole vueltas a la mejor manera de tratar con él.
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Si quieres avanzar ya en el siguiente turno, me cuelo por aquí para plantearle a Stark las preguntas que le quería hacer y así ya avanzamos más rápido. Lo he consultado con la user de Stark antes de postear
Resultaba curioso; Drago se había especializado en toda su vida como mutante en el sencillo arte de inspirar terror y miedo en los corazones de los malvados, perfeccionando su técnica hasta el punto de hacer morir, literalmente, a sus víctimas de un ataque al corazón a causa de las terribles ilusiones que era capaz de provocar.
Sin embargo, aquél día, por primera vez en ocho años, no se encontraba en forma mutante, sino con su aspecto humano normal, porque por primera vez desde aquella aciaga noche en Colombia, cuando su gen X había despertado, podía ver sin necesidad de tener que hacer uso de su poder. Y eso significaba que, por primera vez en años, podía mostrarse relajado porque no tenía que soportar la tensión de mantener activa su forma mutante. Eso, unido al hecho de que inspirar terror era lo último que pretendía conseguir esa tarde en aquella torre, había contribuido a disipar la inquietante sensación que solía asaltar a la gente cuando le veía. Por otra parte, que de los dos Jean era la más peligrosa y poderosa era un hecho incuestionable, en especial a causa de la fuerza Fénix que anidaba en su interior, y eso era algo que el aguzado instinto del predador debía haber notado a juzgar por el modo en el que reaccionó al verlos.
- Tienes razón, no somos humanos... -dijo acercándose a la jaula cuando su compañera lo hizo-. Nosotros -se señaló a sí mismo y a Jean con un gesto de la mano-, somos como tú -para terminar señalando al propio predador-. Nosotros queremos llevar tú a un lugar donde todos son como tú... Con muchos árboles, agua y plantas...
Por un momento barajó la posibilidad de adoptar una ilusión que le hiciera semejarse físicamente al propio predador, pero no le resultó ético engañarlo así. Bastantes abusos había sufrido ya la pobre criatura.
En cuanto comenzó a comer, se apartó de la jaula junto con Jean para regresar con Stark y escuchó lo que la telépata tenía que decir.
- Con los animales suele funcionar muy bien la comida, y ése parece ser un estímulo al que él responde bien -sugirió, recordando cómo había conseguido ganarse la confianza de la perrita maltratada que había recogido siendo cachorro-. De todas formas, creo que aún nos queda algo de tiempo aquí... Tenía unas preguntas que hacerle a Stark -miró primero a Jean y después al millonario-. Digamos que hace unos días me sometí a un tratamiento experimental para curar una dolencia que padecía, y desde entonces he estado teniendo sueños extraños... Tan vívidos que parecían recuerdos reales, y, al despertar, me quedaba con la sensación de que faltaba algo, algo importante que no conseguía recordar... Me gustaría saber si habría alguna manera de comprobar que no se trata de un efecto colateral del tratamiento.
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He hablado con los users de Eclipse y Tony para adelantarme en este post y poder darles lugar a hablar de lo que le ocurre a Drago sin que Jean esté por el medio. A cambio, Jean intenta comunicarse un poco más con Superpredador. Espero que no os importe!
Cuando Drago me dedicó esa mirada antes de hablar con Stark, escuché lo que tenía que decir, pero no tarde en darme cuenta de que le costaría hablar de ello conmigo delante, así que me retiré con educación y dejé que los hombres hablaran de lo que necesitaran hablar. Cuando Drago estuviera preparado me contaría todo lo que él considerara que necesito saber, y confiaba en él.
-Iré a ver si puedo mejorar la relación con él- señalé en dirección a la jaula y comencé a dar pasitos hacia atrás hasta girarme y quedar frente al mutante.
Todo en él te invitaba a huir de miedo. Su aspecto, su color de piel, sus ojos, sus garras, su tamaño cuando se puso de pie, sus dientes cuando devoró el trozo de carne... Y sin embargo, el poder que albergaba en mi interior le intimidó a él. Qué curiosa es la naturaleza. Le sonreí y me acerqué a la jaula de nuevo, colocándome de rodillas frente a él y alzando una de mis manos para que pudiera ver la palma. Sabía que había un campo de fuerza que nos protegía de él, pero no teníamos que temerle. Al menos no Drago y yo.
-¿Tú gustar libertad? Nosotros poder dar tú comida, agua, árboles... Naturaleza. Nosotros querer y poder ayudar tú...- vacilé un poco, pero finalmente apoyé la palma de la mano en la jaula, como hizo Tony anteriormente.
-Tú poder confiar nosotros. Nosotros no ser tan distintos de tú...- le sonreí, animándole a poner su mano donde estaba la mía. Había visto ese gesto en miles de animales que respondían a ese gesto, en especial los monos. Él me recordaba mucho a esos animales, pero estaba claro que no era uno de ellos al completo. Quería poder ayudarle sin que nos temiera.
-Nosotros no dañar tú...
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El vengador permaneció impasible, manteniéndose lo suficientemente alejado del núcleo de mutantes con el objetivo de facilitarles una interacción más íntima. Sin embargo, no pasó desapercibido el esfuerzo que dedicaron tanto Drago como Jean a comunicarse con aquel ser que se había ganado el desprecio de toda una nación, por la realización de un acto del que no podía ser del todo consciente. Si los humanos conociesen el nivel de benevolencia que caracterizaba a algunos de los mutantes de Charles Xavier, se darían cuenta de que estos no constituyen ninguna amenaza contra la integridad física o moral. Ellos simplemente querían que los dejaran vivir, sin ningún prejuicio que entrañara un odio tan acérrimo hacia su especie. Un miedo irrigado por el pavor hacia el desconocimiento.
La pregunta que lanzó Jean en su avanzadilla, y la posterior respuesta de Drago le motivó a volverse a adherir al grupo. –Buscaré el número del que me trae las pizzas a domicilio, pero chicos… podríais haber venido cenados-bromeó dándose levemente la vuelta para encararlos, antes de teclear incansablemente sobre la pantalla de gel de su teléfono móvil de última generación, patente Stark, por supuesto. – Bueno, Jarvis se está haciendo cargo del pedido. Si todo sale en base a lo previsto, tendréis las suficientes piezas de carne para guiarlo hasta las Vegas-sentenció con una radiante sonrisa. -Las Vegas…-recalcó con trabajado misticismo.
-Claro, dime-titubeó en cuanto Drago admitió que su visita además, incluía un motivo de consulta. El millonario cruzó los brazos sobre su pecho, dispuesto a focalizar toda su atención sobre la problemática. –Drago, yo…-musitó respirando pesadamente, algo aliviado con la cortés ausencia de Jean. No por motivos de confianza o afinidad, simplemente quería infringirle algo de consuelo a aquel amigo que un día confió enteramente en su palabra. -No soy neurólogo, eso ya lo sabes… pero para llevar a cabo tu intervención, investigue lo suficiente para saber que el Hipocampo, la región cerebral a la que se asocia la memoria a largo plazo, se extiende desde el quiasma óptico. Por lo que, tal vez, sería posible que la relación que mantienen ambas estructuras haya incidido de manera determinante en la generación de un efecto adverso-explicó sopesando las múltiples opciones que nublaban su pensamiento con una pasmosa rapidez. –Pero no lo creo plausible, Drago. Es algo muy extraño-admitió frunciendo levemente el entrecejo. –Tal vez ha sido el estrés de la intervención o tú estado anímico…-añadió titubeante, con la sola intención de tranquilizarle, descartando a priori cualquier etiología física.
-En cualquier caso, haremos placas e investigaremos al respecto-propuso mirándole de manera solemne. –Sé que tal vez debería arrepentirme de la intervención. No es ético probar un estudio experimental sobre un humano pero… tengo confianza en él, en que ha supuesto algo bueno para ti. Y quiero que continúe así, cuentas con el apoyo de todos mis recursos-sentenció con seguridad, asegurándole que no descansaría hasta dar con la raíz del problema.
La criatura se limitó, una vez más, a observar a los presentes; no es como si pudiera hacer mucho más dado su estado actual. Al menos hasta que la mujer se acercó a su jaula y le dijo exactamente lo que el supuso que le dirían: que venían a por él. Requirió de toda la fuerza de voluntad del animal para no dar un salto hacia atrás y volver a colcharse contra la pared, o mejor dicho, para no empezar a golpear la pared en un desesperado intento de hacer un hueco que le llevase hasta el otro lado del edificio. Cualquier conta de no verse sometido una vez más a los designios de los humanos, menos aun de dos cosas más peligrosas que ellos cuya especie era desconocida. Y qué bueno que en realidad no lo hiso, puesto que se hubiese perdido la segunda parte de su frase, esa que incluía su oferta de ayudar a Predador. Esto en particular sí que hiso eco en el ahora más denso cráneo de la criatura ¿Ayudarlo? ¿Esas cosas? Nunca nadie se había detenido a hablar con predador (a excepción de cierta dama de cabellos rojos que se había encontrado una vez), menos aún a ayudarlo. Al contrario de lo que muchos podrían pensar, Predador no había sido necesariamente engañado por los chinos en su estado animal; estos no habían visto la necesidad de gastar tiempo en hacer tal cosa.
Controlaban a la criatura con drogas, electricidad, y simplemente tratándolo como a cualquier mascota, o esclavo mejor dicho. Unas pocas veces habían utilizado la frase “te llevaremos a un mejor lugar” entre las que se incluía la vez que intentaron deshacerse de él. Pero más allá de eso, nunca. Por eso la oferta de los mutantes le resulto tan sospechosa al a criatura en un primer lugar: porque ya la había escuchado otras veces. Sin embargo, tampoco necesito mucho tiempo para procesarla, puesto que, al mismo tiempo, apenas había escuchado una oferta similar, y siempre de los temibles “hombres con bata blanca”. Por no mencionar que las únicas veces que la criatura se había sentido confortable rodeada de alguien más había sido con Anna, quien no era “humana”. Y si lo había pasado tan bien con Anna, pues no tenía motivos para desconfiar de ellos. Bueno, en realidad si tenía sus motivos: seguían luciendo como humanos y hasta el momento no le habían sacado de su prisión. Pero, al igual que con Anna, no le habían atacado ni gritado al primer minuto de verlo, sino que se habían acercado a él y se habían comunicado en un modo generoso. Solo el tiempo diría si, al igual que con Anna, eran dignos de confianza. Por eso la criatura opto por dejarlos hablar, y reservarse sus juicios para después.
Entonces el hombre hablo, y lo que dijo dejo, literalmente, boquiabierta a la criatura. Por primera vez desde que se inició la reunión realmente no supo que pensar. La frase “somos como tú” era una que jamás había escuchado dirigida hacia él. Conocía la combinación de palabras, pero nunca antes la había escuchado así ¿Qué eran como él? ¿Cómo era eso posible? Predador no podía sentir su olor demasiado bien, pero podía verlos y escucharlos; ellos y Superpredador no se parecían en nada. La criatura se vio invadida entonces por una súbita necesidad de gritarle al hombre, de decirle que era una mentira, que era imposible, que había descubierto su treta, y un sinfín de cosas más que probablemente no se hubiese visto capacitado para expresar. Pero no lo hiso. Estaba demasiado ocupado procesando esa remota posibilidad. Tanto que, para cuando termino de “pensar”, no tenía más ganas de gritar, sino de preguntar.
Se acercó lo más posible a la jaula, al punto de que su piel estaba tocando el campo de fuerza, sin importarle, y pregunto.-¿Qué ser yo?- De forma simple y clara. Esa era la clase de preguntas que había hecho su charla con Anna tan memorable. Esas cosas parecían saber más de la “especie” que le acreditaban a Predador que él mismo. Tranquilamente podría decirse que, de estar ellos diciendo la verdad, podrían saber más del propio animal que él mismo. Quizás ellos sí podrían ayudarlo. La criatura dudaba enormemente que hubiese otros como él…pero si los había…y el no tendría que estar más solo…entonces ellos podrían decirle que era él, cuál era su propósito, que podía hacer con su vida. Eran incógnitas existenciales que la criatura se había visto imposibilitada para responder desde hacía mucho tiempo. No podía hacerlo solo, pero quería hacerlo. La criatura estaba dispuesta a seguirlos conta de comprobar la veracidad de sus palabras de primera mano, por más que eso implicase arriesgarse de ese modo confiando en las palabras de unos extraños. La criatura viajaría con ellos, y obtendría su respuesta.
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La exploración neurológica no tardó más de veinte minutos durante los cuales Jean se dedicó a responder las preguntas de la criatura mientras esperaban la llegada del pedido de comida que había hecho Stark.
Fue un procedimiento simple y rutinario que se encargaba de medir los procesos más básicos, como el nivel de conciencia, la apertura ocular, la respuesta verbal y la respuesta motora. Todas las pruebas dieron resultados normales, pero aún así se le citó al día siguiente para someterlo a pruebas más específicas, como el TAC o la Resonancia Magnética y terminar de verificar si alguna región del cerebro de Drago había resultado dañada con el Extremis.
Durante ese tiempo, Jean realizó grandes progresos con la criatura, ganándose poco a poco su confianza y reduciendo su miedo instintivo y sus impulsos agresivos. Hasta tal punto resultaba colaborador el ánimo del ser que no hizo falta sedarlo para sacarlo de la jaula, aunque se hizo tomando toda clase de precauciones, y con las medidas de seguridad adecuadas. Con el acicate de la comida y las palabras tranquilizadoras de Jean, lograron conducirlo de manera relativamente sencilla hasta el vehículo, donde lo aseguraron en la parte trasera.
Todo parecía que iba a terminar bien, mas, por desgracia, las cosas no iban a mejorar para el pobre Superpredador, a quien el mundo no dejaba de jugar malas pasadas acabando con sus sueños cada vez que se atrevía a albergar esperanzas...
Se encontraban a medio camino de la mansión, en la carretera poco transitada de Graymalkin Lane de Salem Center, una comunidad de North Salem, un pequeño pueblo del condado de Westchester a, aproximadamente, 93 kilómetros al noreste de la ciudad de Nueva York, cuando, repentinamente, se abrió un agujero en la luna delantera y la cabeza de Jean cayó pesadamente hacia delante.
- ¡Jean!
A Drago no le dio tiempo a decir o pensar nada más, pues acto seguido un nuevo agujero se abrió en el cristal, justo delante de él. Sintió un agudo pinchazo en el cuello, y, después, oscuridad...
Desde la plataforma que los hombres de Waller habían preparado para él, Deadshot vio cómo el vehículo se desviaba de la carretera para chocar frontalmente contra un árbol con gran violencia hasta quedar totalmente aplastada la parte frontal.
Se trataba de un ataque coordinado, y los hombres y mujeres de A.R.G.U.S. no tardaron en brotar como cucarachas de entre la maleza, corriendo en formación hasta las puertas traseras de la furgoneta. Destrozaron la cerradura con un certero tiro y dispararon los dardos tranquilizantes a bocajarro al interior.
La criatura era resistente, aún así. A diferencia de los otros dos mutantes no cayó a la primera, sino que plantó cara, se defendió como si la vida le fuese en ello y abatió a varios hombres que resultaron heridos de gravedad, pero, eventualmente, consiguieron reducirla, asegurarla con cadenas e introducirla a la fuerza en su propia furgoneta, que había aparecido desde un escondido camino lateral después del choque.
Lawton no tardó en recibir la señal indicando que era hora de largarse, y, durante un instante, dudó observando a los dos mutantes que habían quedado inconscientes en el interior del Hummer. Uno de ellos había conseguido dejarlo en ridículo hacía tres meses en el U.S.S. Courageous de Amanda, y el hecho de no poder rematarlo le dejaba un agridulce sabor en la boca, pero Waller había insistido mucho en usar munición no letal durante toda la operación. No era como si la gran líder tuviese muchos escrúpulos a la hora de conseguir aquello que se proponía, pero también era partidaria de no buscarse más problemas de los necesarios, y, sin lugar a dudas, no era buena idea cabrear a los X-Men. De ésta manera, ninguno de los suyos había salido realmente perjudicado, no tenían manera de saber quién les había atacado, y si eran lo suficientemente sensatos, lo dejarían correr y no se meterían en algo que no era su problema.
A fin de cuentas, ¿a quién podía importarle el destino de una criatura subdesarrollada y apenas inteligente como Superpredador?
Fin del tema:
Yo ya cerraría por aquí y abriría un tema aparte para el rescate en el cual yo no participaría. Deadshot ha utilizado dardos tranquilizantes para abatir a Drago y Jean, por lo que deberían despertar algo más tarde y encontrarse con la papeleta. Para justificar que Drago no pueda participar en la misión de rescate posterior, él acabará con un latigazo cervical y una lesión muscular en la espalda. No son dolencias muy graves, permitiéndole continuar con las tramas que tiene una semana más tarde, pero no podría meterse en peleas con el collarín XD La furgoneta ha quedado destrozada pero la mansión no está muy lejos, así que Drago y Jean podrán llegar andando sin tardar más de media hora, imagino. Podéis poner que, al analizar el lugar del accidente y la pelea con Superpredador la Patrulla encuentra algo que les orienta hacia A.R.G.U.S. y así ya saben quiénes se han llevado a Superpredador. Me va a dar mucha pena no poder participar en el rescate... ¡Mucha suerte con todo!